Historia Paralela 2


¿Realmente creían que habían ganado?

Reiji tuvo que apretar sus labios para no soltar una risa.

Era verdad que el plan de su subordinado había fracasado en su totalidad.

¿Enfrentar a un niño con otro no era juego de niños?

¿Y qué si una de las partes humillaba a la otra? Era parte de crecer.

Esto sucederá muchas veces, incluso por quienes uno piensa es imposible.

Así que la actitud de Tsukumo era exagerada pero, tenía razón en cierta cosa.

Cuando llegó de imprevisto al estadio, grito que pondría una queja por dañar a uno de los suyos.

—Uno de los suyos... —

Tocar a los miembros contrarios de tu rival era considerado desleal.

Sucio.

Y dentro de los campos de duelo, la gravedad era considerable.

Sí alguien se llegase a enterar de que el LDS ataco a las Industrias Arckumo el impacto sería severo.

Las ventas incluso podrían verse afectadas.

Por lo que el grito de Tsukumo no era una promesa vacía.

Era una advertencia.

—Asegúrate que la queja llegue a mi escritorio, la atenderé yo mismo. —

Ordeno al subordinado a su lado, quien respingo ante su voz.

—¿Hará algo al respecto? —

Hasta la pregunta ofendía.

Reiji observo de soslayo a su subordinado, quien entendió de inmediato.

—Ya veo, haré los preparativos. —

Los pasos alejándose resonaron en la oscura oficina, pero Reiji no se movió en ningún momento.

Recostándose en el respaldo de la silla, soltó un suspiro.

Había sido una semana de varios intentos, pero luego de observar con detenimiento cada duelo.

Cada invocación péndulo.

Y gracias a la definición de las pantallas, al fin obtuvo lo que había querido.

Las cartas péndulo ahora yacían en sus manos.

—Ja... —

Pensar que un pedazo de papel y cartón fuese tan importante hizo que Reiji se echara a reír.

Las Industrias Arckumo habían peleado duro para proteger su producto, pero él, con su ingenio, pudo obtenerlas de igual manera.

Eso demostraba que no importaba el obstáculo, él siempre se alzaría con la victoria.

Como en la lucha del bien en contra del mal, Reiji siempre ganaría.

Sin importar el costo.

Así que esta vez se permitió disfrutar de su nueva adquisición.

Tal vez Tsukumo se había llevado al invocador, pero él ya había ganado el producto.

¿Qué pesaba más...?

¿Una vida?

¿O una poderosa invocación?

Reiji ya había inclinado la balanza.

Y era mas que obvia su fría respuesta.

—Disfruta de la basura, yo me quedare con lo que realmente importa.—

Dijo, paseando sus dedos sobre las preciosas cartas.

Sí, sin duda había valido la pena.

Y aunque ya había disfrutado de su ganancia, la fase dos estaba por iniciar.

Apretó un botón en el comunicador.

—Dile que puede regresar. —

—¿Director? —

—Reciban a mi madre con los mayores honores. —


—Ese es el resumen... —

Dijo Tokiyomi con voz sombría, mientras pasaba un auricular a su oído.

—Sabíamos que ellos iban a obtenerla tarde o temprano. Pero... —

Pauso sus palabras, como si esperara que el dragón dormido no se despertara.

—Akaba Reiji sigue siendo astuto. —

Por supuesto la situación era de esperarse ya que eran dos grandes monstruos industriales enfrentándose entre sí, sin embargo Tokiyomi era naturalmente precavido.

Y aun mas en estos casos.

La persona al otro lado del comunicador pareció meditar en silencio antes de dar su veredicto.

—La invocación péndulo ya no es importante. —

—¿Qué...? —

—Tokiyomi. Yuya esta a mi lado. —

Dijo el otro, como si fuese lo mas relevante.

—Así que no importa que se haya filtrado, la invocación péndulo ya pertenece a la sociedad; no hay nada que hacer. —

—Pero... —

Hoshiyomi había pelado tanto, e incluso había implementado un sistema en cada carta para que su competencia no pudiera analizarla.

Solo bastaba un solo laser y la carta saldría incendiada.

Así que Tokiyomi no entendía.

¿Porqué dejar ir una invocación tan poderosa?

—Deseo que esa invocación, se convierta en su mayor tragedia. —

—… —

—Deja creer a Akaba Reiji que ha ganado, que ha podido poner sus manos sobre algo poderoso, y déjalo perderse en el sentimiento. Eso lo distraerá de las cosas que realmente son importantes. —

—¿Te refieres...? —

Tokiyomi susurró como si su amigo estuviese a su lado.

Había tantos oídos, que era mejor ser lo mas discreto posible.

—Hay lecturas que muestran ya un declive en la energía, seguramente ellos comenzaran a moverse. Démosles una amena bienvenida. —

"Así que era eso..."

Tokiyomi suspiro con alivio.

A veces su amigo tenia la costumbre de actuar de forma imprudente, pero que ahora hiciera referencia al cambio y choque entre dimensiones, calmaba su agitada mente.

Hoshiyomi ya tenía todo fríamente calculado, por lo que no tenía porque preocuparse.

—Mientras tanto... —

—¿...? —

—Ve ocupándote del siguiente campeonato. Estoy seguro que Akaba Reiji esta planeando algo al respecto. —

Como siempre nada se le escapaba a su amigo.

Ni un maldito detalle.

—Como digas... —

—Y... —

Hoshiyomi hizo una pausa, cosa que logró ponerlo nervioso.

—¿Hoshiyomi? —

—Avísame ante cualquier otro percance que pueda sufrir Yuya, me encargaré de deshacerme de los obstáculos. —

Tokiyomi suspiró.

—¿Algo más? —

Su interlocutor pareció meditar algo antes de agregar.

Con ese tono de voz.

—No vuelvas a tocar mi tarjeta. —

—¡Hick..! —

¡Lo había descubierto!

—Si tienes deudas, asegúrate de pagarlas con tu propio dinero. —

Y colgó.

Entonces.

Un rugido salio de la boca de Tokiyomi.

"¡¿Por qué eres tan egoísta...?!"

Pensó con desagrado a su amigo.

Solo había tomado unos cuantos millones, no era como que Hoshiyomi no pudiera recuperarlos.

"¿Porqué solo te interesa el bienestar de Yuya? ¿Crees que no tengo sentimientos?"

Tokiyomi se sentía ofendido, pero por mas que jalo su cabello en distintas direcciones, no encontró una solución... Hasta que vio a lo lejos a la competencia.

Y una nueva idea llegó a su mente.

"¿Y si le doy mis deudas al niño Akaba...?"

Tokiyomi sintió como si una descarga eléctrica lo hubiese atacado. ¡Se sentía tan eufórico!, que tan pronto dio con una nueva solución alzo con rapidez su propia tableta.

Sí Hoshiyomi no quería pagar sus deudas, ¿qué tal si el enemigo lo hacía?

—Ja... —

Fue infantil, de principio a fin.

Pero no había nadie para detenerlo.

Por lo que a la mañana siguiente, que Himika gritara al aire, tampoco fue extraño.

Cabe decir, Tokiyomi tenia un grave problema.

Era un comprador compulsivo.