Capítulo 19: Visitas, parte 1

La mañana siguiente Leroy y Gabriel ingresaron emocionados en la habitación de su hermana menor, ese día les tocó preparar el desayuno, por eso decidieron ir temprano a preguntarles que deseaban para mimar a sus pequeños hermanos con algo delicioso. Sin embargo en el recibidor se encontraron directamente con una sorpresa inesperada, ambos estaban dormidos en la alfombra rodeados de varias botellas vacías.

Gabriel se detuvo frente a ellos indignado, apestaban a alcohol -Estos mocosos- murmuro molesto con el ojo derecho tiritando y una pequeña venita asomándose -Leroy, abre un poco el ventanal para que se refresque un poco aquí-

-¿Eh?... Si- salió del shock inicial e hizo lo que le pidieron, pero además abrió las cortinas para que la luz natural ingresara, al acercarse a sus hermanos pasó a llevar un frasco blanco -¿Y esto?- se preguntó al recogerlo.

-Parecen pastillas- ambos se miraron preocupados -Trae a Raf, pero no le digas lo que sucede y evita que los demás se enteren- Su hermano menor asintió -Si padre se entera de esto los volverá a castigar seguramente- suspiro con cansancio.

Leroy se estremeció un poco -Tienes razón Gab- bajo hasta sus hermanos, los movió un poco pero no reaccionaron -Al menos respiran aunque no parecen que vayan a reaccionar pronto-

-Por eso debes ir por Raf… Ahora- uso un tono autoritario esta vez.

-¡Sí!... Perdón- sin decir más salió de la habitación.

Gabriel se agachó y tomó entre sus brazos primero a Lucifer, lo dejó sobre el sofá con delicadeza, estaba más preocupado que enfadado. Se sentó un momento junto a él y le acarició la mejilla con nostalgia. "¿Por qué hicieron esto?" se preguntó. Se agachó nuevamente para recoger a su hermana y dejarla en el sofá también, comenzó a leer el frasco que encontró su hermano, pero no entendía nada.

-¿Qué sucedió aquí?- preguntó Rafael al ingresar, levantó las muñecas de sus hermanos menores y las dejó caer -Realmente están completamente inconscientes- ladeo la cabeza levemente molesto -Deja que revisé el frasco- Lo leyó con detenimiento y revisó la cantidad de pastillas en el -Faltan 6- murmuró.

Leroy se acercó a él -¿Para que sirven?-

-Son sedantes… sirven para dormir- Guardo el frasco en su bolsillo -Considerando que sus apariencias y metabolismos volvieron a ser de unos niños, la cantidad de pastillas y alcohol ingerido dudo que despierten hoy-

Sus otros dos hermanos se miraron preocupados -¿Puedes hacer que despierten ahora?- Preguntó el mayor -Si padre se entera de esto se molestará mucho y seguramente los volverá castigar… pero esta vez severamente-

El castaño suspiro, ciertamente no le agradaba aquello -Haré que vomiten y trataré de acelerar el proceso metabólico… No le diré a nadie sobre esto para que no tengan problemas, pero debemos tener una conversación sobre esto después-

-Por supuesto- sus hermanos respondieron al mismo tiempo, Leroy hizo desaparecer las botellas vacías y Gabriel encendió una vela aromática para que el olor a alcohol desapareciera.

-Nos vemos después Raf y gracias- Se despidió Gabriel antes de retirarse junto a Leroy.

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En el comedor familiar Leroy y Gabriel estaban terminado de colocar el desayuno en la mesa cuando su padre llegó junto a Galim -Bueno días mis niños-

-Buenos días Padre- Respondieron con una suave reverencia -Buenos días Galim-

-Buenos días mis príncipes- los saludos el ayudante de su padre cerrando su único ojo felizmente.

El Padre celestial se sentó y examinó la mesa con detenimiento, faltan tres de sus retoños -¿Y tus hermanos?- Se dirigió a su hijo mayor que como siempre está sentado a su derecha.

-Raf fue por ellos Padre- Sonrió algo nervioso, sabe perfectamente que a su padre le gusta la puntualidad -Ya sabes, al ser pequeños nuevamente y con el largo día de ayer… Seguramente les está costando más levantarse… Pero Raf puede manejarlo-

-Estoy seguro de eso- Tomó un sorbo de su café -Comencemos entonces-

Después de varios minutos la puerta se abrió, el primero en ingresar fue Rafael -Buenos días Padre, Hermanos, Galim… Lamento la tardanza- Se reverencio suavemente en dirección a su padre y se sentó entre Gabriel y Miguel.

-¿Y tus hermanos Ra…- El padre celestial no alcanzó a terminar de preguntar cuando sus hijos menores ingresaron somnoliento y algo despeinados, vestidos a juego nuevamente. En esta oportunidad ambos traen sweaters delgados con gruesas líneas horizontales con los colores del arcoiris y falda/short de jeans azul, converse amarillas.

-Buenos días- murmuraron ambos mientras se acercaban a la mesa algo aletargados, se detuvieron al darse cuenta que los lugares que habían utilizado anteriormente estaban ocupados.

-¡Sally, aquí!- la llamo Leroy, indicando el lugar vacío entre él y su hermano pelinegro. Ella apretó sus labios y se sentó donde le indicaron.

Lucifer busco el siguiente lugar vacío, Gabriel levantó la mano con una extraña sonrisa para llamar su atención -Aquí- Le indico la silla entre él y Joel.

No era necesario ser un genio para darse cuenta que esos lugares se los dejaron como una advertencia silenciosa de sus hermanos.

Lucifer se sentía nervioso por alguna razón estado ahí, a pesar de que él mismo se ve como un adulto sabe que en estos momentos nadie lo ve así y lo que hicieron con su hermana no esta bien, Rafael lo dejó claro con la reprimenda que les dio antes de bajar, al menos lo tranquilizaba el hecho de que su padre no se enteraría de ello o al menos eso esperaba. Evito mirar a sus dos hermanos mientras se servía café, Rafael había evitado que lo tomara pero ahora estaba lejos, acercó la taza a sus labios pero no pudo saborearlo porque Gabriel se la arrebató -Esto apesta- murmuró.

-Tranquilo… Ya podrás volver a beberlo- Le dijo Joel divertido dejando frente a él una taza de té.

-Eso espero- Ladeo la cabeza.

-Samael- El padre celestial se dirigió directamente a su hijo menor -Se ha redactado una amnistía debido a los hechos recientes- Le comunicó -Tu prohibición de volver al cielo quedará anulada una vez que la firmes… Lo que se realizará una vez que tanto tú como Salael regresen a la normalidad y… puedes volver cuando quieras-

-Gracias Padre… yo no creo que pueda dejar a mi hija-

-Lo sé hijo mío… no te obligaré a regresar… pero puedes o pueden venir cuando quieran… con previo aviso, claro… Este sigue siendo tu hogar-

-Gracias- Susurró, de reojo vio como su hermana le sonreía extremadamente feliz. Pero ciertamente no sabía cómo sentirse al respecto, ¿Realmente debería actuar como si nunca nada hubiese pasado?, ¿Confiaba en ellos nuevamente?, ¿De ahora en adelante deberían actuar como una familia feliz?, ¿Está listo para volver a la dinámica familiar?, ¿Todo el sufrimiento de estos años se había esfumado en sólo un par de días?. Suspiro se quedó pegado mirando las galletas de su plato con la mente en blanco, ya no escuchaba nada. Un suave y cálido toque lo regresó a la realidad, no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado o cuántos de los presentes se habían dado cuenta, se sintió avergonzado un momento coloreando sus mejillas de dorado.

-¿Estás bien?- Joel le preguntó suavemente, él sólo asintió antes de seguir desayunando.

-El día de hoy… ¿Quienes se ofrecen para buscar en los libros con Uriel?- Preguntó el padre un poco antes de que la comida desapareciera de la mesa.

-Leroy, Rafael y yo padre- Contestó Gabriel -Lo hablamos ayer, y podemos ir si no hay inconvenientes-

-No hay problema hijo- Observo con detenimiento a los menores -¿En cuanto a ustedes?-

Ambos hermanos se miraron, ellos habían planeado qué hacer -Si no hay problema padre, nos gustaría ir con Jophiel y Ariel… Pasar la mañana con ellas, almorzar y regresar en la tarde- propuso su hija -Como compensación por el desaire que las hicimos pasar ayer-

Los analizó seriamente por varios minutos -De acuerdo- ambos suspiraron con alivio -Pero- ellos se tensaron -Recuerden lo que les dije ayer… No vaguen por el cielo solos-

-¡Sí padre!- Respondieron rápidamente. Aunque en el pasado en diversas ocasiones presionaron a su padre y hermanos mayores al límite al desafiar las reglas sin importar las consecuencias y de cierta forma seguía siendo tentador, por esta vez preferían no tentar a la suerte.

-Bien- su padre los miró inquisidoramente por unos segundos antes de dirigirse a sus hijos -Espero que todos, excepto lo que van a ir con Uriel, continúen con sus tareas regulares- Ellos asintieron.

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Ambos, Lucifer y Salael, volaban tranquilamente hasta la cabaña de Jophiel y Ariel. Que está vez fueran sin chaperón hasta ahí, era una excelente señal de confianza. Si bien para ellos era ridículo que los traten como niños, sólo por su apariencia, de cierta forma "jugar" a tomar ese rol era algo divertido (excepto por el castigo) y a la vez los llenaba de nostalgia.

-¿Crees que tengan más suerte hoy?- Le preguntó de la nada el rey del infierno a su hermana menor. Estaba preocupado, hasta el momento su hija se estaba tomando bien que solo se comuniquen por mensajes escritos. Las cosas estaban resultando excelentes y más fáciles de lo que esperaba gracias a esta apariencia, muy posiblemente. Muchas cosas que había hecho, como abrazar y abrirse sentimentalmente con su hermano mayor, las encontraba muy difícil o imposibles si hubiese tenido su apariencia normal.

-¿Quién sabe?- respondió su hermana indiferente.

-Espera- detuvo su vuelo frente a ella -¿Esto no te preocupa?-

Ella suspiró -No realmente, volveremos a la normalidad antes de lo que crees hermano- continuó su vuelo.

La actitud de su hermana le pareció un poco sospechosa, pero prefirió dejar el tema ahí, no quería iniciar una discusión antes de ir con las arcángeles que consideran parte de la familia, sus madres.

Pero ella continuó -Además siempre he sido "la bebé" de la familia- lo miró de reojo -Hasta tú a veces olvidas que tenemos la misma edad y me tratas como si fuera una niña pequeña- Suspiro -Entre tener la apariencia y que me vean como una, la única diferencia es que he perdido algo de mi libertad e independencia-

-Perdón- Su hermano se disculpó.

Ella le sonrió -No te preocupes Lu- Tomó su mano -Supongo que es inevitable… Es parte del plan de Padre-

Él detuvo su vuelo junto a ella -¿Por qué?-

-Hace mucho Padre me confesó porqué decidió que su último hijo fuese una niña… Cada uno de nosotros, a quienes llama directamente "sus hijos" fuimos creados directamente con una parte de su naturaleza más poderosa, cada una de las tres generaciones tiene a su vez a tres representantes de esa naturaleza: Luz, elementalidad y oscuridad, pero además a cada uno nos dotó con su primordialidad directamente- Su hermano la escuchaba atentamente, eso era interesante -La Luz: Joel siendo un guía con la razón y liderazgo, Gab el conciliador y comunicador, y tú la creación e imaginación… La elementalidad: Leo la vida; Raf la sanación y Mike la protección… Y los menores de cada generación somos las oscuridad: Zazy la muerte, Leroy el ocultismo y vigilancia, yo la destrucción- Hizo una breve pausa -Después de que tu naciste, la maxima representación de su luz y una de sus creaciones más adorables, no estaba seguro de cómo materializar lo que quedaba de su primordialidad: La destrucción y el silencio, que es el rasgo más fuerte de su oscuridad… Temía que este nuevo "hijo" fuese temido y repudiado por su naturaleza tan opuesta a lo que es la creación y la Luz, así que decidió enfrascar todos eso en un ser que sus otros hijos protegieran… y que a su vez no fuese percibido por otros como una amenaza-

-Una adorable hermana menor que todos estemos dispuestos a proteger y mimar- murmuró Lucifer entrecerrando los ojos ante tal obviedad.

Ella le regaló una hermosa sonrisa, lo abrazó por el cuello y le beso la mejilla -Así que… En resumen… A pesar de que a veces siento que me ahogan, finalmente es parte del plan de Padre para que no me teman y odien por mi naturaleza-

-Un plan que salió demasiado bien- Suspiro y continuó con su vuelo, su hermana lo siguió. Volaron en silencio, disfrutando del sol, la brisa y la compañía, era evidente que más temprano que tarde volverían a sus vidas normales y todo esto sería un recuerdo lejano.

Poco después visualizaron la cabaña de las guardianas de la naturaleza, descendieron con suavidad y tocaron la puerta. No les habían avisado que irían, así que realmente esperaban que estuviesen ahí, de lo contrario deberían regresar y quedarse en el castillo solos. Bajaron sin problema, Salael toco la puerta suavemente.

-Voy- Escucharon del otro lado a Jophiel. Abrió la puerta tan solo unos segundo después, al verlos inmediatamente sonrió -Me alegra mucho que estén aquí mis príncipes- Se agacho y los abrazo a ambos.

-Gracias Joph- Murmuraron ambos siendo aplastados por su abundante busto.

Los soltó sonriente, tomó sus manos -Pasen, pasen- los guió al interior -Hermana ven a ver a nuestros visitantes-

Su gemela salió de la cocina extrañada pero al verlos sonrió y corrió hasta ellos a abrazarlos -Qué bueno que vinieron… Estaba preocupada- Los soltó y examinó con detenimiento.

-Estamos bien Ari- murmuró algo incómoda la menor.

-¿Está segura mi pequeña princesa? se ven algo aletargados… ¿Durmieron bien?- Ariel bajo a su altura para mirarlos a ambos a los ojos, ellos se pusieron nerviosos -Hm… creo que lo mejor es que duerman un poco más-

-Les prepararé una infusión relajante para que descansen- Con esa declaración Jophiel se fue.

-No es necesario- Lucifer se sentía incómodo.

Ariel se levantó y puso sus manos en su cintura para mostrar autoridad -Puede que sean adultos realmente y creanme los reconozco como tal… Pero están en cuerpos de infantes y necesitan descansar adecuadamente y es evidente que no lo hicieron- frunció el ceño -Deberían ser más considerados y no levantarlos tan temprano- ella lucía molesta, así que prefirieron guardar silencio y solo sonreír nerviosamente -Tendré que hablar después con el príncipe Joel al respecto-

-Ari… No creo que sea necesario en realidad, con mi hermano estamos bien-

Ella se agacho nuevamente a su altura y los miro a los ojos exhaustivamente -Hmp, no lo creo- Tomo sus manos -Vengan-

Lucifer se resistió, no soltó su mano pero no avanzó -Ari, de verdad esto no es…- Guardó silencio al ver la mirada que le dio, trago saliva y avanzó mirando el piso. "Cuando están en modo "madre gallina" realmente son aterradoras" pensó. Por el rabillo del ojo noto algo que le llamó la atención, se detuvo súbitamente para mirar, era un dibujo que él les había regalado, miró la sala con detenimiento, noto que habían muchos dibujos y adornos que ellos habían fabricado para ellas -Guau- murmuró.

-Son nuestros mayores tesoros mi príncipe- habló suavemente -siganme- Los guió hasta su habitación. Con un sutil movimiento de manos cambio sus vestimentas por unos antiguos pijamas que sorprendentemente aún conservaban en un estupendo estado -Entren a la cama- Les ordenó suavemente pero dejando clara su autoridad.

-Bieeen- Murmuraron ambos mientras obedecían, esto no era lo que imaginaron cuando volaban hasta ahí.

Jophiel ingreso con dos tazones -Beban esto hasta el fondo- Se los entrego con una sonrisa -Con esto podrán dormir un poco más-

Los hermanos se miraron, este era el momento para poner un alto a esto, sin embargo, no lo hicieron. Bebieron el tibio líquido completamente, el sabor era dulce y herbal, se acomodaron en la cama y se durmieron.