Capítulo 12: Salida nocturna
Samael y Salael, se encontraban en su pequeño cuarto secreto una vez más, preparándose para salir a recorrer el universo de su Padre, solos.
Hace tan solo un par de semanas su Padre les "propuso" a sus hermanos mayores (Joel, Leliel y Azrael), que les otorguen una de las habitaciones que se encuentran en sus respectivas estancias para que poco a poco se acostumbren a dormir solos y a la independencia. Ya que, eventualmente les entregarán sus propias estancias más adelante.
Cuando esto ocurrió a ambos se les pasó por la mente la misma idea, fugarse para explorar durante la noche, aprovechando que dormían solos. La planificación era simple, dormir aleatoriamente con sus hermanos mayores y solos, coincidir en un día en que ambos duermen solos y aprovechar esa noche para recorrer el universo de su Padre. Para ello en las cerchas del castillo crearon una habitación usando sus habilidades únicas: Creación y destrucción, Salael "creo" el espacio necesario y Samael le dio forma.
Posteriormente Salael transcribió la información que había en la biblioteca y creó diferentes mapas para orientarse y planificar a los sectores que visitaran. Ambos tantearon que tan pendientes estaban sus hermanos de ellos durante la noche al estar en otra habitación y el tiempo de reacción que tenían si se movían al baño, terraza o a la cocina por agua.
Samael creó un reloj de arena con el tiempo preciso que tenían para: salir, recorrer y regresar antes de la hora de levantarse.
Practicaron como crear portales y teletransportarse, si bien aún no se los enseñan, ambos de forma natural pueden hacerlos desde muy pequeños, al poder controlarlos medianamente nunca lo informaron porque les servía para sus "travesuras" y ciertamente nunca habían practicado mucho, pero ahora debían ser precisos por eso se esforzaron para perfeccionarlo en poco tiempo.
Con todos sus esfuerzos, práctica y planificación habían logrado con rotundo éxito explorar el vasto universo en tres ocasiones, esta noche es la cuarta expedición que realizaran y la más importante hasta el momento porque pretenden viajar más lejos.
Ambos estaban listos, vestían iguales, completamente de negro, pantalones largos levemente anchos y camiseta manga larga, Samael se inspiro para hacerla con su magia de la ropa que suelen usar para entrenar las actividades fisicas.
-Creare el portal para ir Samy y tú el de regreso… ¿Te parece?-
Su hermano asintió -Me parece justo- si bien ambos pueden hacerlos, por el momento es desgastante.
La menor cerró los ojos para concentrarse, visualizó el último lugar al que habían llegado que les servía como punto de partida y cuando estuvo segura creó el portal, ambos los cruzaron sin problemas. Suspiraron sonoramente, al fin podían estar más o menos relajados.
Observaron a su alrededor, estaban en el vacío del espacio, sonrieron satisfechos. Samael creó dos esferas de luz para que los acompañen de forma independiente.
-Bien, según el mapa que copie- Comenzó a decir la menor mientras extendía el pergamino -En esa dirección debemos toparnos con al menos 15 estrellas y luego está la nebulosa que queremos-
Su hermano la miró con duda -¿Segura que es por ahí?- Tomó el mapa que ella hizo -No tenemos referencia desde este punto-
-Confía en mí Samy, he estudiado todo muy bien como siempre- le arrebató el mapa -Y si hay referencia… ves esas estrellas de allá-
-¿Creo?-
-Son estás de aquí- Le indico en el mapa -Y esas de allá… son estás… Así que estamos aquí y debemos seguir por aquí-
-Ok… ok… Confió completamente en ti- Se estaba mareando, leer e interpretar mapas definitivamente no es lo suyo.
Volaron tomados de las manos (él la izquierda, ella la derecha) para no alejarse en dirección a la nebulosa.
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En el castillo Leroy despertó abruptamente, a pesar de estar durmiendo su sentido de vigilancia seguía funcionando y sintió una entidad extraña y maligna en las proximidades, reconoció esa esencia -Una creación de Ro- murmuró. Salió rápidamente de su cama y se teletransporto a la habitación de su hermano pelinegro -Azy… ¡Azy!- lo movió -¡Despierta Azy!-
Azrael se movió lentamente -¿Qué sucede Leroy?- preguntó con los ojos cerrados y adormilado -Si quieres dormir conmigo, sabes que puedes hacerlo sin necesidad de que me despiertes -Levantó sus cobijas -Vamos entra y duérmete-
-Gracias… Pero… No eso Azy- Lo movió nuevamente, está vez su hermano se sentó y abrió lo ojos -Una de las creaciones de Ro está en el reino de Padre, no muy lejos-
-¡¿Qué?!- Se bajó de la cama rápidamente y arrastró a su hermano de la mano -Debiste comenzar con eso- lo llevó hasta la habitación de Joel -¡Hey, Joel!... Despierta- Soltó a su hermano menor para mover al mayor -Leroy dice que sintió la presencia de una creación de Ro en las proximidades-
Joel abrió los ojos abruptamente y bajó de la cama -¿Estás seguro?- observo al rubio menor, él asintió -Ve a tu edificio… con los miembros de tu equipo que estén de turno precisen la ubicación del invasor y quien es-
-Si hermano- Sin importarle que estuviese en pijamas, el rubio menor se teletransporto directamente a su edificio.
-Az, despierta a Leo y suban a la oficina de Padre, iré con él a informar de la situación- El pelinegro asintió creó el portal y entró en él. Joel se teletransportó hasta la puerta de la habitación de su Padre, tocó un par de veces -Padre ¿Puedo ingresar?-
-Adelante-
-Padre- se reverencio -Leroy detectó un invasor, creación de Ro, en este momento fue a su edificio para esclarecer la información- Antes de que su Padre dijese algo escucharon que tocaban la puerta.
-Ingresen hijos mío- El Padre creador sabía de quiénes se trataba -Cambien sus pijamas por vestimentas de combate y neutralicen la amenaza hijos míos- miro a su hijo mayor -Que Leroy los transporte al lugar donde está la amenaza y corroboré que es el único-
-Sí Padre-
-Antes de que partan, Miguel debe quedarse con Rafael… Samael y Salael con Gabriel- Les ordenó -Ire con Leroy… nos vemos ahí- Desapareció.
-Vayan a cambiarse y luego diríjase con Leroy- Les ordeno Joel -Yo iré a decirles a Rafael y Gabriel que se queden con nuestros hermanos-
-Como digas- Respondió Leo -Azy, has el portal-
-¡Claro! no vemos hermano- El menor de la primera generación creó el portal y se fueron.
Joel se teletransportó hasta la habitación de Gabriel, lo movió con menos suavidad de la usual.
-¡¿Qué sucede?!- despertó asustado, se calmó al ver a su hermano mayor pero a la vez se extrañó. Se sentó y se apoyó en su respaldo.
-Lo siento Gabe, no quise asustarte- el mayor se disculpó y se sentó en la cama -Escucha con atención- su hermano asintió -Con Leo y Az, iremos a averiguar y combatir con un invasor…-
-¡¿Qué?!... Pero…- guardó silencio al darse cuenta que había interrumpido -Lo siento-
-Como decía… saldremos ahora, así que necesito que te quedes con Samy y Sally y le digas a Raf que vaya por Mike… Espero que podamos volver pronto, antes del amanecer… De lo contrario tú estarás a cargo… ¿Entiendes?-
Gabriel torció la boca, esta situación era grave, esperaba que la creación de Ro no signifiqué un problema para sus hermanos, aunque ellos son los más fuertes siempre se preocupara por ellos -Por supuesto hermano, no te preocupes yo me encargaré-
El mayor sonrió -Estupendo- le beso la frente y se levantó -No les digan nada de esto a nuestros hermano menores… No quiero que se preocupen, además ellos no saben nada de esto-
-Confía en mí- Gabriel se levantó y lo abrazó -No te preocupes, todo estará bien aquí.
-Bien- Lo apartó con suavidad -Confio en ti Gabe… Nos vemos- Desapareció.
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-Woooo… ¡Magníficos colores!- Salael estaba maravillada con la nebulosa, soltó la mano de su hermano para acercarse más -¡Es como si Padre hubiera derramado pintura brillante!-
La nebulosa flotaba allí, enorme y colorida, como un algodón de azúcar gigante, su colores Azules y verdes eran vibrantes con estrellas parpadeantes, parecía que estaba bailando, moviéndose suavemente en la oscuridad del universo.
Samael sonrió y voló hasta ella -Me recuerdan a los Ojos de Joe-
Eso capturó la atención de su hermana -¿Los ojos de Joe son así?... ¿Enserio?- acercó su cara a la de él intrigada.
Sonrió nervioso -Sólo los he visto una vez y eran como la nebulosa que estamos viendo… Aunque los colores cambiaban en sus ojos, como si tuvieran vida-
-Woooo… ¿Crees que si se lo pido me deje verlos?-
-Lo dudo-
Con sonrisas en sus rostros y tomados de las manos siguieron observando la nebulosa, estaban maravillados, tan ensimismados estaban que no se dieron cuenta que no estaban solos…
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-¡No puede ser!- Gabriel corrió angustiado hasta la habitación de Rafael, abrió abruptamente la puerta.
Rafael y Miguel lo miraron extrañados cuando ingreso -¿Qué sucede Gabe?- Preguntó el castaño levantando una ceja.
Gabriel corrió y se agacho frente a su hermano menor -Mike por favor dime que sabes donde están Samy y Sally-
El rubio menor que aún estaba adormilado, parpadeo lentamente un par de veces analizando lo que le acaban de preguntar -Lo siento… No comprendo-
Boto aire por la boca -Fui por Samy y Sally, no estaban en las habitaciones de Joel y Azy, subí hasta las habitaciones que realmente son de ustedes y tampoco estaban ahí- ahora se veia y oia estresado -Fui al salón, al comedor, a los baños, la habitación de Padre, el sector de entrenamiento, recorrí las afueras del castillo… Y nada-
-¡Oh!- murmuraron sus hermanos.
Miguel de pronto se sintió más despierto y preocupado -Lo siento… No tengo idea-
-¿Estás seguro?- Rafael bajó hasta su altura para mirarlo a los ojos.
-Estoy diciendo la verdad- se cruzó de brazos e infló sus cachetes infantilmente.
Pánico, eso es lo Gabriel sentía, todo su cuerpo vibró ante la preocupación, debía encontrarlos cuanto antes, apretó el puño -Esos dos me van a escuchar- sus ojos llamearon, ahora sentía irá.
-Lo más eficiente es pedirle a Leroy que los encuentre- sugirió Rafael.
Los ojos grises de Gabriel se iluminaron -¡Tienes Razón!... Gracias Raf- Desapareció.
Apareció en el centro del edificio que estaba a cargo de Leroy, varios de sus subordinados estaban ahí enfocando su energía para obtener la información -Oh no- murmuró al ver a su Padre y hermanos ahí, trago saliva.
-¿Qué haces aquí Gabe?- Leo fue el primero que lo notó, levantó una ceja con curiosidad. Su Padre y hermanos lo miraron con curiosidad, esperando una respuesta.
Trago saliva nervioso, quería encontrarlos sin que su Padre y hermanos mayores se enteren para que no tuviesen problemas con ellos, al desaparecer así estaban rompiendo varias reglas y seguramente serían castigados severamente para que no lo vuelvan a hacer -Yo…- en este punto no podía mentir "lo siento hermanos".
-Estamos esperando una explicación Gabriel- El Padre celestial se acercó a él frunciendo el ceño.
-¡No puede ser!- Leroy grito asustado llamando la atención de todos los hermanos y Padre corrieron hasta él.
-¿Qué sucede?- Azrael le preguntó tocando su hombro, entonces vio lo mismo que su hermano. Sus hermanos menores, que deberían estar en sus respectivas camas, estaban cerca de una vibrante nebulosa, entre ambos habían creado una barrera circular para que la criatura de Ro no los lastime, aún así trataba de romper la barrera. En su interior se debatieron dos sentimientos: Preocupación e irá -¡Estos mocosos!-
-¿Pueden explicarse?- Joel les pidió.
Gabriel sospechó que Leroy los había encontrado, así que no podía ocultarlo más -Samy y Sally no están en el castillo-
-¡¿Qué?!-
Leroy trago saliva -Están cerca de la nebulosa A-13-
-Se están protegiendo con una barrera de la criatura de Ro- complementó Azrael arrastrando sus palabras.
Leo y Joel sintieron preocupación, el Padre celestial sintió ira -No pierdan el tiempo- prácticamente gruñó -Gabriel, ve con ellos y trae a tus hermanos-
-¡Sí Padre!-
-Cuando regresen… Llevalos directamente a mi habitación- Despareció.
Los hermanos sabían perfectamente el significado de esas palabras…
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Los casi gemelos habían reaccionado muy rápido, cuando esa extraña y aterradora criatura gigante se manifestó cerca de ellos, entrelazaron sus dedos y crearon una barrera circular en torno a ellos con su magia combinada. Por suerte su Padre les había enseñado cómo crear una barrera y que la magia combinada de ambos es extremadamente fuerte. Tenían sus ojos cerrados para concentrarse, para volver a casa necesitaban crear un portal y eso era imposible por el momento.
De los dos Samael es el único que ha recibido clases de lucha, pero claramente no podría frente a ese contrincante. Por otro lado, la habilidad de Salael es inutil ya que para desaparecer algo debe tocarlo y concentrarse.
Así que debía resistir hasta poder crear el portal.
La enorme criatura musculosa de color café oscuro, cuernos negros y alas de cuero golpeaba y golpeaba con sus puños la barrera, con un apretón de sus manos perfectamente podría aplastar las cabezas de los menores. Su misión original era recorrer y encontrar un lugar seguro para asentarse un grupo de avanzada, pero llevar las cabezas de esas pequeñas criaturas posiblemente haría muy feliz a su señora y lo recompensaría.
-¡Deja en paz a mis hermanos!- Con irá Leo gruñó y de un puñetazo lo apartó varios metros. Manifestó su hacha de combate y fue directo hasta él. Azrael hizo aparecer su guadaña y se unió a su hermano en una lucha sincronizada, los gemelos luchando juntos son formidables.
Joel y Gabriel se acercaron a la barrera -Samael, Salael… ya están a salvo, deshagan la barrera-
Al escuchar la voz de su hermanos los casi gemelos se sintieron aliviados y a la vez preocupados, abrieron los ojos y tragaron saliva nerviosos al ver la mirada de Joel, no estaban seguros que tan 'a salvo' estaban ahora pero aún así obedecieron.
-Paf… Paf- Joel abofeteó la mejilla izquierda de ambos con su mano derecha, las mejillas golpeadas se tornan doradas inmediatamente y algunas lágrimas por el dolor recorrieron sus rostros -Gabriel llevalos de regreso- hablo serio, conteniendo su ira.
Antes de que los menores reaccionaran, Gabriel los tomó de las orejas sin delicadeza -Como órdenes hermano- su voz era fría, Joel creó el portal y ellos lo cruzaron.
El portal se abrió frente a la puerta del Padre celestial, sin decir nada Gabriel los arrastró aún de las orejas, no fue necesario anunciarse ni nada, él estaba ahí esperándolos. Sus pequeños hijos fugitivos tragaron saliva e instintivamente trataron de retroceder, nunca habían visto a su Padre tan enojado.
-Gracias Gabriel- su mirada estaba fija en los menores -Regresa a tu habitación y descansa… Yo me encargaré- su voz era seca.
El rubio mayor los liberó y se reverencio -Buenas noches Padre- Desapareció.
Los miro de los pies a la cabeza y de la cabeza a los pies -Entren- les ordenó prácticamente gruñendo. Sus hijos realmente no querían entrar, intuían lo que iba a suceder, huir no era una opción así que obedecieron e ingresaron bajo la atenta mirada penetrante de su Padre. él cerró la puerta, ya no había escapatoria pero aún así retrocedieron lentamente sin dejar de mirarlo.
-¡Ustedes dos!- dio algunos pasos hacia ellos, los menores retrocedieron la misma distancia. Camino junto a ellos y se sentó en su cama -¡Vengan aquí!... ¡Ahora!- Ambos se estremecieron, tragaron saliva y caminaron hasta quedar frente a él.
-Pa…-
-¡Silencio!- ambos guardaron silencio inmediatamente y apretaron sus labios -No quiero escucharlos- gruño -Ambos me han decepcionado- cerró los ojos un momento para tratar de calmarse -Ambos rompieron muchas reglas y se expusieron a un peligro mortal-
-Lo sentimos- se apresuraron a decir en voz baja mirando sus pies.
-Dije que no quiero escucharlos… y… ¡Mirenme cuando les hablo!- levantaron la mirada -Están castigados por dos meses, sólo saldrán de las habitaciones de sus hermanos para comer y darse un baño, bajo supervisión… No volverán a dormir sólos hasta que pueda confiar en ustedes de nuevo-
-Sí Padre-
-¡Dije silencio!- se estremecieron -Está noche me aseguraré de que no lo vuelvan a hacer y que cada vez que piensen en realizar algo parecido recuerden esta 'experiencia'- Sin delicadeza los puso a ambos en su regazo, les bajó los pantalones y la ropa interior -Nunca vuelvan a hacer algo parecido o esta 'experiencia' será peor- Se mordieron los labios, finalmente ocurriría. La primera nalgada fue para Samael y la segunda para Salael, ambos con la misma intensidad.
-Ouch- se quejaron ambos con lágrimas en los ojos, sentían ardor e incomodidad en sus traseros. La siguiente fue aún peor, siguió dándoles nalgadas alternadamente con distintas intensidades sin un ritmo específico, en algún punto comenzaron a llorar sonoramente pero eso no le importó estaba dispuesto a hacer que su traseros brillen como el sol para asegurarse de que realmente no volverán a hacer algo como esto. Se detuvo un momento y ellos pensaron que se detendría finalmente todo esto, pero no el siguiente golpe no fue con la mano, fue para ambos al mismo tiempo con su cinturón -Padre por favor no más, nos portaremos bien-
-Dije silencio- volvió a golpearlos con el cinturón -Les dije que me aseguraría que no lo volverán a hacer- Les dio cinco golpes más y se detuvo. Ambos lloraban, les dolía demasiado los levantó y con un movimiento de su manos cambió la ropa negra que tenían puesta por sus pijamas. Verlos llorar tan desconsoladamente provocaba que se arrepintiera, sin embargo, debía ser firme con ellos, aún así los abrazo -No vuelvan a hacer algo como esto, no deseo volver a castigarlos de esta manera… pero si desobedecen les aseguro que repetirán esta 'experiencia'- Los soltó.
-Snif… snif… Lo sentimos Padre… snif… seremos buenos… snif… no volverá a ocurrir… snif- No podían mirarlo a la cara.
Les limpio las lágrimas -Sinceramente eso espero… Ya es muy tarde, así que entren a mi cama… Hoy dormirán conmigo-
-Sí Padre- Ambos avanzaron lentamente y se acostaron boca abajo, les dolía y ardía demasiado, hasta la ropa les incomodaba. Aún así no tardaron mucho en dormirse.
Sinceramente le dolió mucho tener que castigarlos de esta manera, ambos son sus favoritos. Pero los conoce muy bien, sabe qué son listos y al ser los más consentidos hacen cosas que no deberían para probarse así mismos, esta noche corrieron un peligro real, pudo perderlos. Suspiro, con su magia celestial alivio casi la totalidad del dolor, sus rostros se veían más aliviados.
Por ahora los dejaría solos, sabé perfectamente que no despertarán y si lo hacen no saldrán de la cama esta vez. Debía asegurarse que los mayores estén bien, así que desapareció.
