Capítulo 14: Nuevamente en el jardín

Miguel suspiro molesto, pero no dijo nada, miró el cielo nocturno antes de entrar en la tienda que nuevamente sus hermanos habían preparado para ellos en el jardín privado que les hizo su Padre.

-¿Por qué nos dejan aquí nuevamente?- Se quejó al ingresar cruzado de brazos.

Leo quien tiene en sus brazos a un dormido Samael lo miró fijamente levantando una ceja -Ya te dije que son muy jóvenes Mike- bajo y acomodo a Samael en la 'cama' de la tienda.

-Creeme Miky (Maiki) esas reuniones son muy aburridas y tediosas- Le dijo Azrael mientras dejaba a su dormida hermana junto a su hermano. Ambos se abrazaron al instante, eso lo hizo sonreír.

-Sí… pero… ¿Por qué debemos quedarnos aquí?- siguió quejándose el rubio mayor -Sé que la reunión es en el primer piso del castillo… pero aun así ¿Por qué no podemos quedarnos?-

-¡Mike es suficiente!- lo regaño Leo con el ceño fruncido -Deja de quejarte y ven a acostarte-

El rubio trago saliva y apretó los labios -De acuerdo- obedeció, pero no dejaría de quejarse -No es justo que debamos salir de cas…-

-¡Miguel!- Leo se estaba enojando, su hermano guardó silencio al instante y lo miró con algo de temor tragando saliva.

Azrael se acercó y bajó a su altura, le revolvió el cabello divertido -Escucha Miky… Es mejor que se queden aquí, no es justo para ustedes que tengan que quedarse quietos o guardar silencio por tanto tiempo para no interrumpir o 'molestar'- beso su frente, eso provocó que el menor se sonroje -Aquí pueden ser libres y hacer lo que deseen dentro de lo permitido y siguiendo las reglas, claro- realmente el pelinegro es mucho más comprensible y amable de lo que suele aparentar, aunque cuando se enoja, pierde la paciencia y es otra cosa -Créeme que preferiría no dejarlos aquí nuevamente, mucho menos de forma tan repentina en medio de la noche, pero así son las cosas simplemente- le revolvió su cabello con suavidad y se levantó -Me temo que estás a cargo de ese par de revoltosos una vez más-

El rubio mayor suspiro resignado mientras los miraba -De acuerdo-

Leo bajó a su altura -Azy dejara a Mizza y Gizza con ustedes- le explico, ambas criaturas volaron hasta él -Estás a cargo pero si sucede algo que no puedas manejar avísanos… no debe suceder lo de la última vez- le advirtió.

-Nunca más-

-Bien pequeño- le revolvió el cabello al menor -Raf y Gabe les prepararon las comidas, como esto fue repentino Uriel no les dejó deberes así que pueden divertirse… Padre dio por terminados los castigos de Samy y Sally, así que avisales por favor-

-Sí-

-Nos vemos- Abrazo con cariño al menor y beso su mejilla.

Azrael sonrió, no suele ver a su hermano siendo cariñoso a pesar de que sabe por experiencia propia que si lo es -Vamos Leo o llegaremos tarde y nos regañaran- le aviso mientras creaba el portal.

Leo arropo a su hermano menor antes de ir con su gemelo.

Ambos finalmente se fueron dejando a los menores de la familia solos en el jardín una vez más.

Miguel suspiro con resignación, se acercó a su hermano y lo abrazó, por instinto, aún con su hermana entre sus brazos, Samael se acurruco entre los brazos del rubio mayor quien no pudo evitar sonreír. No le agrada que los saquen de su casa por la noche por una reunión, pero pasar tiempo con sus pequeños hermanos sin la preocupación de los deberes si le agrada, liberó una mano para apagar los cristales y se durmió casi al instante.

El primero en despertar fue Samael, abrió sus ojos con lentitud y pereza, tardó unos minutos en acostumbrarse a la luz -¿Eh?- murmuró confundido, no era el lugar que esperaba. Él estaba rodeado por los brazos de Miguel y a su vez él rodeaba a su hermana -Nos volvieron a abandonar- murmuró resignado. Con suavidad acarició la mejilla de su hermano mayor para despertarlo.

El rubio mayor sintió el toqué suave y abrió los ojos lentamente -Buenos días Samy- acarició su cabeza provocando un suave ronroneo del menor.

-Buenos días Mike… Joooh… No puedo creer que nos hayan dejado aquí mientras dormíamos- comentó levemente molesto.

El mayor siguió acariciando su cabeza para calmarlo -A Padre se le ocurrió repentinamente continuar con la reunión anterior en el castillo- rodó los ojos -Así qué nos trajeron aquí para que no molestemos-

-Deberían darnos al menos una oportunidad- inflo los cachetes.

Por el 'ruido' Salael comenzó a moverse lentamente entre los brazos de Samael, abrió los ojos y sonrió al verlo -Buenos días Samy- se apegó más a él, notó a su otro hermano y su sonrisa se amplió aún más -¡Mike!- se abalanzó sobre él para besar su mejilla -Buenos días hermano-

-Me estas aplastandooo- se quejo su casi gemelo, con dificultad logró apartarse para darle espacio -Sé más delicada-

Ella le mostró su lengua y abrazó al rubio mayor -Mike… ¿Qué hacemos aquí?-

-Reunión en el castillo- Respondió con simpleza.

Ella parpadeó un momento mirándolo a los ojos, luego se acurrucó en su pecho -Hm… ¿Eso quiere decir que somos libres y estás a cargo?-

-Algo así-

Sonrió y se acomodo entre sus brazos -¿Entonces después de desayunar podemos explorar?-

-¡Siiii!- Samael emocionado se sentó y levantó sus brazos con energía -¡¿Podemos?!... ¡¿Podemos?!-

El ojo derecho de Miguel tirito ante tal efusividad -Lo haremos, pero no grites así-

-¡Oh! Perdón- Sonrió avergonzado.

-Ji ji… Torpe-

-No me digas así Sally-

-Si pelean no iremos a recorrer-

-¡Perdón!- Se disculparon ambos.

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Los tres ya habían desayunado y estaban vestidos con ropa de entrenamiento (camiseta, pantalón hasta la rodilla y zapatos cómodos), por 'sugerencia' de Miguel.

-¿Ya podemos ir?- preguntó con impaciencia Samael mirando por sobre el hombro de su hermano.

-Dame un momento Samy- Chequeo por última vez las cosas de su morral -botellas de agua, frutas, galletas, vendaje, ungüentos, los pergaminos de Sally y sus lápices, toallas- Comenzó a nombrar las cosas a medida que las tocaba, algo faltaba, pensó un momento -¡Sombreros!- busco en su bolso y en los de sus hermanos -Coloquenselos antes de salir-

Ambos se miraron y rodaron los ojos -Okaaay- contestaron con un tono aburrido antes de obedecer.

-Bien… sólo falta esto- De su bolso sacó una pomada blanca y se las colocó en la cara, brazos y piernas-

-¿Qué es? Huele a fruta- preguntó con curiosidad su hermana oliendo su brazo.

-Raf lo preparo… nos protegerá del sol o algo así- Respondió mientras él se lo aplicaba.

-¿El sol hace daño?- preguntó Samael ladeando la cabeza.

-No estoy seguro… Pero Raf dijo que era mejor aplicarlo si estábamos afuera-

-Okaaay- murmuraron ambos extrañados.

-¿Ahora estamos listos?-

-Sí Samy-

-¡Esperen!- su hermana los detuvo -Samy… ¿Puedes hacer unos mini sombreritos para Mizza y Gizza?-

Los ojos de su hermano brillaron de la emoción -¡Siiiii!- giro sus manos para que las palmas queden hacia arriba, una luz densa y dorada se formó en ambas palmas, la luz se esfumó y en cada una de ellas apareció un sombrero como el de ellos en versión miniatura.

-¡Que lindoooos!-

-No grites Sally- Se quejó Miguel mirando feo a su hermana, ella le mostró la punta de la lengua, él gruño con suavidad -Samy, no deberías hacer este tipo de magia sin la supervisión de Padre o te regañará de nuevo- su hermano sonrió nervioso.

-No seas así Mike… Padre no tiene que enterarse- comentó la menor colocando los mini sombreros a las criaturas de su hermano.

-Sally no lo alientes… No quiero que lo regañen por esto- suspiró con frustración -Por esta vez no diremos nada, pero no uses de nuevo tu magia de creación Samy-

-Como digas hermano-

-Bien… vamos-

-¡Siiiiii!- Ambos gritaron emocionados.

"¿Por qué siempre deben gritar tanto?" gruñó internamente mientras salían. Desde que su Padre creó el jardín para ellos sólo habían estado en el mismo sector, a pesar de lo inmenso que se percibía y la promesa de recorrer.

Caminaron admirando la belleza de la naturaleza: árboles, matorrales, flores, hierbas y animales. Todo es nuevo para ellos, Samael reconoció algunas de sus ideas en las creaciones de su Padre, eso lo hizo brillar de felicidad, sus hermanos sonrieron al notarlo.

-¡Oh!... Mira esos hongos Sally… Tienen colores brillantes- Los que había visto antes eran de diferentes tonalidades de café y sólo en sus comidas.

-¿Dónde Samy?- preguntó con curiosidad apoyándose en el hombro de su hermano. Él apuntó debajo de un árbol -¡Qué lindooos!... Mike… Dame mis pergaminos y colores-

-¿No crees que estás olvidando la palabra mágica?- rodó los ojos.

-¿Ahora?- rió un poco -Es broma… es broma… Por favor Mike-

El rubio mayor levantó una ceja -Qué divertida hermanita- suspiró, ella usó sus ojitos suplicantes "¿Por que tiene que usar esos ojitos?" se los entregó resignado mirando hacia otro lado -Tomaremos un descanso-

-¡Gracias Mike!- Lo abrazo.

-si… si… Como sea- palmeo su espalda con indiferencia -¿Samy quieres agua o algo para comer?-

-Agua Mike, por favor-

-¿Escuchaste Sally?- Le preguntó a su hermana refiriéndose al 'Por favor', ella ya estaba dibujando y coloreando el hongo con una mirada algo perdida para mostrárselo a Raf.

-Sí… sí… También quiero agua-

Samael sonrió, podía ver el humo saliendo de la cabeza de su hermano por la respuesta de ella -Ten- le entregó la suya, ella la aceptó pero no dijo nada más, estaba demasiado concentrada dibujando y coloreando con exactitud lo que veía -No te prestará atención cuando está así Mike-

-No la justifiques- le entregó una botella nueva con agua.

-Como si no la conocieras- sonrió con amabilidad -Siéntate conmigo Mike y relajante- palmeo el suelo a su lado.

Suspiro y se sentó a su lado con su propia botella de agua entre las manos -Por cierto Samy, olvidé decirles, pero Padre dio por terminado sus castigos-

Su hermano lo miró y parpadeó lentamente procesando las palabras -¡Eso es genial!- Gritó emocionado abrazandolo, derramando por accidente agua sobre él -¡ups, Perdón Mike!-

-Da igual-

-¡Escuchaste eso Sa…- se detuvo al notar que su hermana se estaba metiendo parte del hongo a la boca -¡No hagas eso!- rápidamente se acercó a ella y le arrebató el hongo mordido. Entonces sintió algo extraño, sus pupilas se dilataron, los olores y colores se intensificaron.

-Muerdelo Samy- le propuso su hermana con una extraña sonrisa y pupilas también dilatadas, su hermano lo hizo.

Ambos comenzaron a reír estrepitosamente y a girar en sus propios ejes.

-Hey… ¿Qué están haciendo?- Mike se levantó preocupado y llegó hasta ellos. Su hermana le metió un trozo de hongo en la boca mientras hablaba y lo trago, sonrió y se unió a ellos en los giros y la risa -Miren como se mueven mis dedos… ¿tendrán su propia conciencia?-

-Posiblemente… jiji- Le respondió Samael girando a su alrededor mientras creaba flores de diversos colores.

Su hermana hizo aparecer sus blancas alas con borde azul claro -Puedo oler al sol en mis plumas… jijiji- sus hermanos la imitaron.

-Nahhh… No es cierto- revatio Samael -Con las alas se puede escuchar mejor no oler-

Miguel las extendió y se quedó quieto un momento -Ambos están en lo cierto… se puede escuchar y oler mejor con ellas- se rió.

Las criaturas de Azrael, Mizza y Gizza no entendían muy bien lo que sucedía, sin embargo, si sabían que los menores tienen prohibido volar y al ver que los tres desplegaron sus alas y las agitaban decidieron comunicar lo sucedido.

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Azrael estaba aburrido y no es el único de sus hermanos que lo está, por el rabillo del ojo noto los bostezos de Leroy y Rafael, en ese preciso momento envidiaba a sus hermanos menores. Bostezo y relajó su postura, deseaba recostarse sobre el mesón y cerrar los ojos -Esto es aburrido- murmuró.

Leo le dio un codazo suave y negó con la cabeza -Vuelve a sentarse adecuadamente y no bosteces-

El pelinegro rodó los ojos con aburrimiento, sintió la alerta de sus criaturas, cerró los ojos para concentrarse en ver y escuchar. Su mente se transportó al jardín privado, vio a sus hermanos con las alas desplegadas girando y riendo de forma extraña. Escuchó a Miguel decir que sus dedos parecían lombrices; Samael parecía bailar y crear flores en el aire que caían como la lluvia sobre ellos; Salael reía frenéticamente mientras lamía diferentes hongos de colores vibrantes y brillantes, "Definitivamente se comportan extraño… Al menos más de lo usual" pensó. Abrió los ojos y le susurro a Gabriel -Cambia de lugar conmigo Gabs, necesito hablar con Raf-

-Estás loco Azy- le respondió en un susurro -Padre nos regañara si hacemos eso-

-Creeme es por una buena razón-

-Hey, guarden silencio- Leo los regaño con suavidad, ya que su Padre los estaba mirando desaprobatoriamente.

Gabriel sonrió nervioso -Ves…Te lo dije Azy… Guarda silencio-

Azrael lo miro enojado y se acercó a su oído -No me interesa, es importante o te mueves o te tiro de la silla-

El rubio platinado trago saliva ante la amenaza, sabe que su hermano es capaz de hacerlo -Bien- susurro resignado -Me moveré por arriba y tú por abajo… No me volverás a hablar y tampoco nos intercambiaremos-

-Hecho- aceptó -Uno… dos… tres- fue rápido y silencioso el cambio, sin embargo, Joel los miró enfadado. Ciertamente a Azrael no le importo, tomó la mano de Rafael quien se asustó por el contacto.

La mente del castaño se trasladó al jardín, vio y escuchó en vivo el actuar de sus hermano, quienes ahora además de actuar extraño comían del extraño hongo. Volvió a la realidad y miró con preocupación a su hermano -Debemos ir por ellos- comentó en voz baja al pelinegro.

Azrael asintió, esta vez no podían interrumpir para crear un portal e ir por ellos, así que le escribió una nota a Leroy que tiene la habilidad de transportar a otros a cualquier lugar que visualice sólo con tocarlos. Al leer la nota abrió los cuatro ojos con preocupación, trago saliva nervioso pero asintió. Cerró sus ojos, buscó a sus hermanos menores, tocó las manos de Rafael y Azrael, desaparecieron. Sus hermanos que aún estaban en la mesa lo miraron sorprendidos, su Padre lo miró molesto, así que sólo sonrió, esperaba no estar en problemas.

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Los mayores aparecieron a un par de metros de sus hermanitos, al verlos se detuvieron un segundo -¡Son unos monstruos!… ¡Corran!- No estaban seguros de quién había gritado pero los tres volaron en direcciones diferentes entre los árboles.

-Malditos mocos- bufo Azrael mirando el cielo tratando de encontrarlos -¿Raf viste por dónde se fueron?-

-No- respondió preocupado mirando al cielo, por el rabillo del ojo noto 'algo', era un hongo morido que dejaron tirado por la huida, se acercó y lo guardó en un pañuelo con cuidado -Supongo que este hongo es el culpable-

-Si, sí… Como digas… Lo importante es encontrarlos ahora… Antes de que se dañen- desplegó sus alas -Después puedes averiguar el efecto de ese hongo- Se elevó por sobre las copas de los árboles, su hermano y sus criaturas lo imitaron.

Observaron con atención cualquier indicio de ellos mientras sobrevolaban lentamente, Rafael noto un movimiento inusual por el rabillo del ojo, se giró y vio al rubio mayor que se sumergió en la laguna -¡Mike!- gritó asustado y voló a toda velocidad al punto de la laguna donde lo había visto. El agua era cristalina, así que no tardó en dar con él por suerte no nadaba tan profundo, con agilidad y sin mojar su alas lo sacó del agua a pesar de la lucha del menor -Calmate Mike, soy yo… Rafael- Le explicó en vano, seguía luchando con ferocidad -No tengo otra opción- murmuró antes de colocar con dificultad su mano en la frente del más joven y hacer que duerma.

Azrael voló hasta él -Bien hecho Raf… Llevalo hasta la tienda, déjalo ahí y ven ayudarme- su hermano asintió -Gizza, ve con él y quédate con Mike, si alguno de los enanos aparece avisame- la criatura asintió y voló cerca del castaño.

-Bien regresaré rápido- Rafael voló con su hermano por debajo de las copas de los árboles por si alguno de los menores lo veía y trataba de 'rescatar' el rubio, en el camino noto flores dispersas -Samy- murmuró -Gizza avisale a Az-

Azrael percibió el mensaje y voló rápidamente hasta Rafael, antes de llegar al punto que le había indicado lo vio -Eres mio- se lanzó en picada y capturó al hacedor de flores por la espalda.

-¡Noooo!- Gritó al verse capturado, se retorció peligrosamente entre los brazos de su hermano mientras creaba y creaba flores, estuvo a punto de caer, pero su hermano lo atrapó nuevamente.

Enojado por la situación Azrael le dio una fuerte nalgada -¡Es suficiente Samael!- gruño, nunca había nalgueado a ninguno de sus hermanos, sintió culpa. Pero funcionó, el menor guardó silencio y se quedó quieto en sus brazos sollozando.

Rafael que lo vio de lejos se acercó y lo hizo dormir también -Es más fácil así-

-Bien… ¿Puedes llevar a ambos?-

-Sí- Traslado a Miguel a su brazo derecho y con el izquierdo tomó a Samael -Me quedaré con ellos mejor… Que Gizza te ayude a buscar a nuestra hermana- el pelinegro asintió y voló con ambos a la tienda.

-Mizza… Gizza… Nos separaremos- las pequeñas criaturas aladas, aún con los mini sombreros asintieron. "¿Dónde estás?" pensó preocupado.

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La ausencia repentina y prolongada de sus hijos lo estaba preocupando, ya no estaba prestando atención a la reunión. El hecho de que sus hijos hayan desaparecido de esa forma sólo podía significar que algo le ocurrió a los menores y que aún no regresen significa que aún no lo resuelven. Repentinamente se levantó -Tomaremos un descanso- desapareció.

Joel quedó sin palabras, estaba atónito, apaciguó sus pensamientos y solemnemente se levantó -Como ha dicho mi Padre, tomaremos un descanso… Por favor disfruten de la comida de la sala de al lado-

Sin decir nada a pesar de lo extraño de la situación los presentes salieron del salón, Ariel y Jophiel volaron hasta él -¿Está todo bien mi príncipe?- Le preguntó preocupada Ariel.

-No estoy del todo seguro- entonces lo recordó, miró a Leroy -¿Por qué Azy y Raf se fueron?-

El aludido se sobresaltó -Me pidieron enviarlos con nuestros hermanos- Respondió preocupado, sus hermanos y las gemelas de la naturaleza pusieron la misma cara de preocupación.

Joel ladeo la cabeza -no puede ser… ¿Qué sucedió esta vez?-

su hermano negó con la cabeza -No estoy seguro-

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El Padre celestial apareció en la tienda, busco preocupado con la mirada -¿Rafael qué sucedió?- se agacho junto él, sus hijos estaban dormidos con las manos de su hijo sanador en la frente emitiendo su luz verdecina.

Suspiro -No puedo asegurarlo aún Padre… Pero creo que el comer o tocar cierto hongo que encontraron distorsiono de alguna forma sus sentidos, sus mentes están revueltas-

-¿Qué hongo?- su hijo sacó de su bolsillo un pañuelo, lo abrió y mostró un hongo pequeño de color rojo y lila con puntos anaranjados -No recuerdo haberlo creado-

-En el sector donde estaban mis hermanos habían varios de estos hongos en la base de los árboles Padre-

Frunció el ceño, eso no le gustaba, él no los había creado, el único que podía crear como él es su hijo Samael y estaba seguro que no lo había hecho su pequeña estrella brillante. Acercó su mano al hongo sin tocarlo, "Ro", esa energía era inconfundible, "¿Cómo se atreve?", su corazón latió rápidamente al darse cuenta que ella había estado en ese jardín y había dejado sólos a sus pequeños ahí. "Pudo lastimarlos o llevarlos" Ese ya no es un lugar seguro para sus pequeños, debía destruirlo -¿Dónde están Azrael y Salael?-

-Buenooo… Az la está buscando… Cuando llegamos ellos huyeron pensando que éramos monstruos- Le explico tranquilamente.

El Padre celestial se golpeó la cara con la mano -Quédate aquí y no los dejes sólos-

-Sí Padre-

Salió de la tienda y cerró sus ojos, no tardó en encontrar a su hijo pelinegro volaba entre los árboles evidentemente preocupado. Se concentró en su pequeña estrellita fue un poco más difícil pero no imposible de hallar, estaba recostada en una rama frondosa cerca de la copa de un árbol casi al límite del jardín que había creado, se reía silenciosamente mientras observaba con detenimiento uno de los tres hongos coloridos que tenía entre sus manos. Gruñó, se transportó frente a su hijo primero -Ve con Rafael- le ordenó sin darle oportunidad alguna de decir algo.

Luego apareció junto a su hija que al notarlo se asustó y trató de huir lanzándose del árbol sin desplegar sus alas -Salael- la atrapó en el aire, noto sus pupilas dilatadas y que se movían sin enfocar con mirada perdida. En sus brazos ella se movió y pataleo con violencia -¡Salael es suficiente!- Trató inútilmente de razonar con ella, mordió su mano con fuerza dejando la marca de sus dientes y la soltó. La menor voló entre las ramas estrechas de los árboles, bufo molesto "No tengo tiempo para esto", movió su mano y todos los árboles frente a él desaparecieron dejándola expuesta. Esta vez la atrapó en un abrazo firme, con precaución tocó su frente y la hizo dormir. Suspiro con cansancio, se trasladó a la tienda.

-¡Sally!- Azrael corrió hasta ella, su Padre se la entregó -Gracias Padre-

Era evidente su preocupación, acaricio su mejilla -De nada hijo mío-

-¿Qué le sucedió a tu mano Padre?- Notó la marca de diente y algo de sangre "¡¿Sally lo mordió?!".

Examinó la mordida por unos segundos antes de desaparecerla -Nada- creó un portal directo al piso de los menores -Lleven a sus hermanos y sus cosas a una de sus habitaciones originales, permanezcan con ellos hasta que termine la reunión.

-Si Padre- Respondieron ambos.

-Rafael… ¿Crees que puedas hacer que mejoren?-

El castaño pensó un momento -Si puedo Padre-

-Entonces hazlo… si necesitas ayuda… avisame-

Eligieron la habitación que le corresponde a Samael para acostarlos, rápidamente entre los tres se llevaron todo lo de la tienda, al terminar el Padre celestial cerró el portal sin explicar nada se elevó lo suficiente y borró por completo el jardín, sus hijos ya no estaban seguros ahí, tendría que crear una barrera adicional para proteger a su familia y al resto de los ángeles que viven en su pequeño reino.