Capítulo 15: Primer encuentro
Miguel salió al jardín que rodea el castillo en busca de sus hermanos menores para almorzar. Desde el incidente con los hongos han pasado casi dos meses y en todo ese tiempo ninguno de los tres ha podido abandonar la seguridad del castillo flotante por estrictas órdenes de su Padre, él culpa a su hermana quién fue la primera en probarlo e incentivar a Samy para hacer lo mismo y meterle a él un trozo en la boca contra su voluntad. Toda esta situación y el hecho de ser excluido del nuevo plan de seguridad lo tiene irritado, sobre todo con ella.
-¿Dónde están?- se preguntó molesto mientras rodea el castillo -¿Por qué deben enviarme a mi?- escuchó risas y el sonido de agua moviéndose -Hmp- estaba molesto. Siguió el sonido y vio a sus hermanos jugando despreocupadamente en el estanque bajo un gran árbol florido cuyo nombre desconoce, ambos se veían felices mientras se lanzaban agua -¡Ustedes dos dejen de jugar!- ambos se detuvieron en el acto para mirarlo.
-¡Hola Mike!- lo saludo Samael agitando su mano con una radiante sonrisa. Salael bajo la mirada, apretó los labios y se ocultó detrás de él.
El rubio mayor se detuvo en la orilla -Dejen de jugar… la comida ya está lista- ese día les tocaba cocinar a Leroy y Gabriel, y quedarse con ellos a Gabriel. Desde el incidente siempre uno de sus hermanos se queda en el castillo para 'cuidarlos'.
Samael corrió hasta la toalla para secarse, en su opinión las comidas más deliciosas las preparan ambos, así que eso lo emociona -Ven Sally- Llamó a su hermana desde la orilla con una toalla para ella.
Salael se acerco lentamente hasta él y tomó la toalla para secarse, dándole la espalda a Miguel, su hermano la hace sentir triste e incómoda, no había sido su intención causar problemas a pesar de disculparse con él seguía tratándola mal, así que prefiere limitar su contacto con él de todo tipo. Se secó rápidamente y cambió su ropa, trago saliva nerviosa "Uno, dos, tres" contó mentamente y corrió sin mirarlos directo al comedor familiar.
-¿Eh?- su casi gemelo la observó irse confundido -Pero…- Miró desconcertado a Miguel, realmente él no se había dado cuenta de lo que pasa entre ellos -Recién estábamos divirtiéndonos- Comentó preocupado.
Su hermano no pudo evitar sentir algo de culpa en su interior, sabe que ha estado siendo algo hostil con ella -Déjala… ya se le va a pasar-
Cuando llegaron al comedor Gabriel estaba terminando de colocar sus platos con comida en la mesa -Hola chicos- Los saludo con una sonrisa -Tomen asiento-
Ambos se sentaron en el lugar dónde habían tres platos servidos continuos, uno de ellos no tenía carne así que lo dejaron libre era evidente que ese es de su hermana. Samael se sentó en la orilla, dejando a sus hermanos juntos.
Miguel pensó en pedirle cambiarse por un momento al lugar del centro, pero finalmente no lo hizo "Ya qué".
Salael que estaba acompañando a Leroy en la cocina, cuando vio que debía sentarse a comer junto a Miguel sintió ganas de vomitar, no quería sentarse ahí. Se congeló en el lugar.
-¿Pasa algo?- le preguntó Leroy con suavidad al notar que no se movía.
Bajo la mirada -Yo… No tengo hambre Leih- su voz era apagada -Iré a mi habitación-
-¿Qué?- su hermano dejó los platos que llevaba en el mesón más cercano y la detuvo tomando su mano con suavidad. Bajo a su altura apoyando una rodilla -¿Qué sucede?... ¿Te duele algo?- Estaba genuinamente preocupado -Estos últimos días no has comido bien… de hecho casi no desayunaste-
-Quiero estar sola- murmuró con un tono extraño sin mirarlo a los ojos.
-No puedes saltarte las comidas Salael- intervino Gabriel con voz firme aproximándose a ella, suele consentirla pero con esto no. Tomó su muñeca con firmeza para llevarla a su lugar designado en la mesa familiar.
Sintió pánico cuando Gabriel la tomó con clara intención de sentarla junto a Miguel, no quería estar cerca de su hermano, el rechazo y hostilidad de su parte la tienen realmente mal. Sentía su corazón latir con fiereza, en cámara lenta vio como se acercaba a la silla siendo arrastrada por Gabriel -¡No quiero!- Gritó con desesperación y lágrimas en los ojos, eso los congeló y desconcertó. Trago saliva, desapareció en una nube oscura.
-¡¿Qué?!- Gabriel parpadeó incrédulo con la boca abierta al igual que Leroy.
-¡Sally!- Su casi gemelo se levantó preocupado, por años han guardado el secreto de que pueden crear portales y teletransportarse, el hacerlo frente a sus hermanos significaba que algo realmente malo le sucede.
Miguel quedó impactado, la culpa lo golpeó profundamente.
Leroy cerró los ojos para comenzar a buscarla -No la encuentro- estaba angustiado.
-¡Buscala bien!- Gabriel se exaltó.
-¡Eso es lo que hago!- Era extraño, no podía encontrarla, desde que nació aprendió a encontrarla independiente de la distancia -No puedo- reconoció frustrado -Tendré que pedirle a Padre que la encuentre-
-tsssk… bien… debe estar con Joel- le comentó el mayor -Yo me quedaré con nuestros hermanos-
Leroy desapareció.
Gabriel se golpeó la cara con la mano -Esto no puede estar pasando- miro a sus hermanos menores -¿Ustedes saben algo de esto?-
-No- respondieron ambos inmediatamente, ambos mentían u ocultaban en realidad lo que sabían. Miguel la razón de su actuar, Samael el cómo.
Bufó más por preocupación que por enojo, la razón de que no les permitan salir, aunque ellos lo desconocen, es porque Ro se acercó demasiado a ellos aparentemente -Coman antes de que se enfríe-
Ambos estaban preocupados, ya no tenían hambre, sin embargo, saben que no es prudente desobedecer en este momento -ok-
-Escuchen- el mayor suavizó su mirada y tono -Todo estará bien… Padre la traerá ¿De acuerdo?- Sus hermanitos asintieron y los tres comenzaron a comer sin mucho ánimo real.
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Estaba llorando abrazando sus piernas, sólo lloraba con su pequeño corazón agitado. Primero sintió un suave toque en su hombro izquierdo, luego una voz masculina e infantil que no reconoció, se forzó en calmar su respiración y detener el llanto.
Levantó la vista, vio un chico desconocido de piel grisácea, ojos verde claro y cabello verde oscuro. Vestido con pantalones anchos café claro y una polera de manga larga blanca, noto una espada curva en su cinto.
Era extraño, estaba segura de nunca haberlo visto pero en su interior sentía que lo conocía. Además, hasta donde sabe, su Padre no ha creado más niños -¿Quién eres?- parpadeo "No tiene alas", todos los ángeles tienen alas, ellos son los únicos que pueden ocultarlas. El chico movió la cabeza y le habló, pero no entendió nada. Se acercó a él y quedaron frente a frente, aunque él es más alto que ella. Por mero instinto se paró de puntitas, se afirmó de sus hombros y besó sus labios suavemente.
-¡¿Pero qué haces?!- Eso lo sorprendió, nunca nadie le había hecho eso, se movió hacia atrás sin pensarlo provocando que la menor pierda el equilibrio -Cuidado- la atrapó con delicadeza.
Ella se sorprendió, su contacto era suave y su temperatura cálida pero no molesta aunque lo que más le sorprendió fue que ahora le entendía -¡Ahora te entiendo!- estaba feliz.
-¡¿Quéééééé?!- parpadeó sorprendido también por entenderla, aún tomando su mano izquierda y rodeando su cintura, notó el contacto y sus mejillas se pusieron algo verdes (de ese color se sonroja) -Yooo, lo siento- se disculpó avergonzado y la soltó con suavidad, ella le llegaba por debajo de su hombro -¿Estás bien?... estabas llorando-
-Ahora estoy mejor… ¿Creo?- observó a su alrededor, no conocía el lugar, sólo veía arena y unas rocas gigantes no muy lejos, sintió el calor abrasador de los soles por sobre ellos -Aunque… no estoy segura de cómo llegué aquí y no me gusta mucho el calor, ni el sol… soles en realidad por lo visto-
-Oh… eso es un problema… más lo primero en realidad- movió sus manos y una luz sólida verde oscuro apareció, cuando la luz se fue dejó ver una sombrilla blanca por fuera y negra por dentro con estrellas plateadas -Ten esto… te ayudará con los soles-
Lo aceptó con una sonrisa -¡Gracias!- lo abrazo por sobre el cuello -Es muy linda- se cubrió de los soles con ella -y funcional… Por cierto… mi nombre es Salael- extendió su mano.
El chico peliverde la tomo con una sonrisa también -Soy Kaztemir-
-Que lindo nombre- ese comentario provocó que él nuevamente se sonroje (en verde claro) -¿Qué haces aquí?... ¿Dónde estamos?-
-Espero a mi hermano y estamos en el otro reino… cerca de la frontera-
Las ideas viajaron en su mente a gran velocidad, busco en los recuerdos de su acompañante "Es hijo de Ro", parpadeó "Se supone que son nuestros enemigos, pero él me está ayudando de forma genuina… sólo debo tener cuidado con su hermano u otro de sus soldados… Espero que Padre venga pronto por mí y no lo lastime" -Ya veo… ¿Puedo decirte Kaz?... tú puedes decirle Sally si lo deseas-
Kaztemir sonrió -Bien Sally… Puedes decirme Kaz- Tomo su mano -Aunque la sombrilla es útil es mejor cubrirnos… por aquí- La guió de la mano hasta las rocas, había una pequeña cueva con cristales burdeos que emitían luz del mismo color. Adentro había una colchoneta, una mesa pequeña y unas sillas -Es mejor esperar aquí-
-Kaz…- No estaba del todo segura de decirlo, pero no desea mentirle al amable chico -Si te diste cuenta que… se supone que somos enemigos-
Aún con la mano tomada él la observó, suspiró -Sí, es evidente que no eres una creación de mi Madre a pesar de que eres muy linda- Eso la hizo sonrojar -Pero no tengo intención de dañarte-
-Gracias… Yo tampoco deseo dañarte… trataré de volver por mi misma antes de que mi Padre me encuentre… No quiero que te lastime- Lo abrazó con ternura.
Aún siendo abrazado y abrazándola de regreso le dijo con total sinceridad -Tampoco quiero que mi hermano te lastime, así qué trataré de ayudarte a regresar antes de que él venga por mí-
Era extraño para él, sentía que conocía a la pequeña niña. Cuando sintió el llanto y la vio ahí supo de inmediato que era el enemigo, sin embargo, sentía que debía protegerla a toda costa y eso hará -Antes de ayudarte… ¿Quieres comer o beber algo?-
Lo pensó un momento -Beber algo… Por favor-
Sonrió y asintió, busco en una de las cajas la botella del jugo más delicioso para compartir con ella, sacó dos copas y sirvió dos porciones iguales -Mi hermana hace este jugo es una mezcla de frutas… No estoy seguro de cuales en realidad… pero es rico-
-Gracias- lo probó sin temor, era dulce y sabroso, no se parecía a nada conocido -¡Es muy rico!-
-Te lo dije- Le sonrió con algo de fanfarronería -Por cierto… ¿Cómo llegaste aquí? Por lo que me han contado ustedes viven lejos y es extremadamente difícil llegar-
-No estoy segura en realidad… Sólo quería huir y estar lejos de mi hermano- lo último lo susurro con mucha tristeza, una lágrima se le escapó, trato de ocultarla pero su nuevo amigo la vio de todas formas.
-¿Él te hizo daño?- Por alguna extraña razón, esa idea lo hizo enojar.
-No realmente… Pero ha sido bastante hostil últimamente, me ha dicho cosas desagradables y a veces me ha pasado a llevar con algo de brusquedad- lágrimas aparecieron en sus ojos nuevamente.
Ver esas lágrimas en los ojos de ella le provocó un nudo en la garganta y algo de desesperación, la abrazo -Tranquila… todo estará bien-
-Gracias Kaz- Le gustaba mucho su abrazo, era reconfortante, se acomodó y quedaron así por varios minutos antes de separarse tuvo una idea -¡Ya sé!... te daré un regalo por ser tan bueno conmigo- él estaba extrañado. De sus pequeñas orejas sacó sus aretes plateados en forma de argolla con cristales transparentes y azules incrustados -Son para ti… Una vez que regrese no estoy segura si nos volvamos a ver, pero si sucede si los llevas sabré que eres tú y no te atacaré si no lo haces… Porque hay que ser realistas… Aunque no quiera, posiblemente si te veo nuevamente será en una batalla- Eso era triste.
Él los aceptó y guardó en su bolsillo, a pesar de la conexión que sentía con ella, sabe que ese es el posible escenario. Él no viajó con joyas, sin embargo, podía crear una. Pensó en su flor favorita que es de diferentes tonalidades azules, junto sus manos mientras su magia creaba lo que deseaba, al abrir las manos un hermoso prendedor para el cabello en forma de flor azul y plateado apareció -Este es para ti- ambos sonrieron, tomó el mechón que cubría por completo uno de sus ojos y lo movió hacia atrás -Tus ojos son lindos… No deberías cubrirlos-
Ella se sonrojo, por instinto y porque le había gustado la sensación, volvió a besar su boca esta vez él no se alejó, al contrario se acercó más. Cuando se separaron cruzaron miradas tímidas -Gracias por el prendedor, es muy lindo-
-De nada- su sonrisa se apagó abruptamente, se levantó tomando su mano -Debes irte y esconderte… Viene mi hermano, dudo que sea amable si te ve- Ella se asustó, la sacó de la cueva y la guió hasta una pequeña grieta donde sólo un niño podría entrar -Lo Lamento Sally, pero no podré ayudarte, no salgas de aquí hasta que nos vayamos y no hagas ruido-
-De acuerdo… Gracias Kaz-
-De nada- la abrazo con cariño y le dio un último beso fugaz en la boca -Espero verte en mejores circunstancias-
-Yo igual- entró en la grieta, cuando lo vio alejarse creó una barrera especial que le enseñó su Padre, por lo que le comentó la protegería y evitaría que la detecten, se quedó quieta en silencio.
Kaztemir corrió hasta la cueva, sirvió más jugo en las copas y se sentó en una de las sillas.
Su hermano entró minutos después, mucho más alto y fornido que él con una cicatriz sobre su ojo izquierdo. Su color de piel y cabello son iguales, pero sus ojos son lila -¿Te portaste bien en mi ausencia?- le preguntó divertido mientras le revolvía el cabello con una sonrisa burlesca.
-No hagas eso hermano- Se quejó inflando sus cachetes.
-Esta vez no tarde mucho- Se sentó en la otra silla y bebió de un sorbo el jugo -¡Rico!... Es hora de regresar hermanito ya terminé lo que vine a hacer-
-Que bueno… ya quiero regresar- Se tomó su jugo y bajó. Al hacerlo Su hermano lo elevó y colocó sobre sus hombros -¡¿Qué haces?!-
-Es más rápido así- Respondió con simpleza salió de la cueva e hizo aparecer sus alas de cuero verde oscuro y voló con él a cuestas.
Salael los vio volar, sonrió por su nuevo amigo, espero a perderlos de vista para salir de la grieta, camino por la arena con su sombrilla hasta el punto donde llego. Se concentró y trató de regresar una, otra y otra vez, sin éxito alguno.
Lloró de frustración abrazando sus piernas, cubriéndose con la sombrilla -Padre… ¿Por qué aún no has venido a buscarme?- Estaba cayendo en una espiral de malos y angustiosos pensamientos -¿Ya no me amas?- no podía dejar de llorar.
-¡Salael!-
Se escuchó demasiado cerca, levantó su llorosa vista y vio a quien estaba esperando, sonrió aliviada -¡Papá!- sin soltar su sombrilla abrazó su pierna que es donde alcanza a llegar -Te estaba esperando… snif… ¿Por qué tardaste tanto?... snif-
-Oh mi pequeña- la tomó entre sus brazos y la apegó a su pecho, automáticamente ella se acurrucó -Lo siento- se disculpó acariciando su espalda -Me costó hallarte… Estas demasiado lejos… pero afortunadamente lo hice-
Sonrió débilmente -Lo lamento.. No quería causar problemas… No sé cómo llegue aquí-
-No te preocupes mi pequeña estrellita- besó su frente -Volvamos a casa- Ella asintió -Tus hermanos están preocupados- sintió como su hija apretaba el agarré de su ropa -Por cierto… Debes alimentarte adecuadamente hija mía-
Se separó un poco para mirar sus ojos -No tengo hambre-
-Debes alimentarte o no crecerás- Trato de razonar con ella suavemente.
-Creía que solo somos seres de luz y energía eternos que en realidad no necesitamos comer o dormir y lo hacemos sólo por costumbre o para socializar… Además la altura es irrelevante siempre y cuando podamos cumplir con nuestros roles asignados de nacimiento-
Le tirito un ojo ante esa respuesta tan poco infantil "Lee demasiado", suspiró y pensó en un argumento digno -Soy tu Padre y digo que debes comer… Fin de la historia- Antes de que su hija rebata con un real buen argumento se teletransporto al castillo con ella.
-¡Sally!- Samael la abrazó apenas su Padre la bajo -Estaba tan preocupado… snif-
El abrazo de su hermano era cálido y placentero, pero no como el de Kaz, sin embargo, lo disfruto de todas formas -Lo siento- se acercó a su oído para susurrar -¿Les confirmaste o comentaste que sabemos…- Él negó con suavidad -Bien- se separó de él, caminó hasta Gabriel y Leroy avergonzada jugando con sus manos -Lo lamento… no volveré a actuar así- Ambos la abrazaron.
-No vuelvas a desaparecer… Estábamos muy preocupados- dijeron ambos.
-Volveré a mi reunión- Anunció el Padre celestial -Samael, regresa a tu clase con Uriel-
-¿Eh?... Sí Padre- respondió desanimado, deseaba quedarse con su hermana, la abrazó una vez más y obedeció.
-Salael recuerda lo que te dije- Ella asintió dudosa -Obedece a tus hermanos- fijo su vista en la sombrilla que tenía en sus manos "¿De donde la saco?".
-Si Padre- Le regaló una hermosa sonrisa que lo hizo olvidar cualquier idea.
-Bien- desapareció.
Leroy la levantó, avanzó con ella entre sus brazos hasta una de las sillas del comedor y la sentó en su regazo -No he almorzado aún… Te estaba esperando- le entregó un tenedor -Trata de comer algo- le indico uno de los platos.
Ella asintió, seguía sin tener hambre a pesar de que en plato había cosas que le gustaban, sus hermanos conocen sus gustos muy bien y no puede negar la amabilidad que tienen al momento de cocinar para ellos -De acuerdo Leih- lo abrazo, sonrió con amabilidad hacia Gabriel -Gracias por cocinar esto Gabs-
La puerta del comedor se abrió abruptamente, Miguel apareció, se veía agitado. Al verlo la menor se tensó y soltó el tenedor sin querer, sus hermanos mayores notaron eso y cruzaron miradas con sospecha.
-¿Estás bien?- Le pregunto genuinamente preocupado frente a ella.
Cuando él se acercó ella había bajado la mirada -Sí- respondió con suavidad.
El corazón del rubio menor se contrajo, no se había dado cuenta que le estaba causando tanto daño a su hermana, la abrazo con algunas lágrimas -Lo lamento… soy un tonto- se disculpó -Tú no tienes culpa de nada… no debí tratarte así-
Ella se bajó aún envuelta entre sus brazos, lloró en su pecho -Por supuesto que eres un tonto- susurro algo dolida -Pero te amo hermano- lo abrazo de regreso.
-También te amo-
Para los mayores las cosas encajaron, los miraron sin decir nada, dejando que resuelvan el 'conflicto' por sí mismos.
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Para aquellos que no han leído "Siempre todo sale a luz" les comento que el personaje de Kaztemir aparece brevemente ahí...
Para quienes si lo han leído, este es en realidad el primer encuentro que tienen ambos, Salael y Kaztemir.
Saludos!
