Capítulo 9: Nuevas Alianzas y Sombras en Movimiento
"¿Típico Saiyajin? ¿Qué significa eso?" preguntó Mort, levantando una ceja mientras miraba a Shin y al dragón con intriga.
Shin suspiró antes de responder:
"Es una forma de decir que los Saiyajin son… intensos. Para ellos, cada pelea es una oportunidad de crecer, y si encuentran a alguien más fuerte, se emocionan como niños con juguetes nuevos."
Brandy no pudo evitar intervenir con sarcasmo: "Vaya, si viven de esa manera, ¿cómo es que llegan a viejos?"
Brandy comentó con ironía: "Vaya, si esos Saiyajin viven de esa manera, seguro no tienen mucha esperanza de vida."
Shin, algo incómodo por la presencia de Bob, Nana y Mort, respondió con cautela:
"En realidad, los Saiyajin tienen una longevidad considerablemente alta. Su cuerpo está diseñado para mantenerse joven y fuerte durante un largo período de tiempo."
Timmy añadió con orgullo: "Exacto, los Saiyajin tenemos una juventud más larga."
Bingo y Bluey, ambas adolescentes, se miraron confundidas y preguntaron al unísono: "¿Cómo que una juventud más larga?"
Shin explicó: "Sus cuerpos se mantienen fuertes y en su mejor forma hasta aproximadamente los 80 años. Antes de esa edad, un Saiyajin todavía se considera joven. Es después de eso cuando comienzan a envejecer y a perder su condición física."
Al escuchar esto, Nana, Bob y Mort respondieron casi al mismo tiempo: "¡Eso es increíble!"
Bob, observando a Timmy, agregó con humor: "Entonces, muchacho, cuando llegues a nuestra edad, todavía tendrás más energía que nosotros ahora."
Si Xing Long, en tono sarcástico, comentó: "Cuando él llegue a su edad, probablemente seguirá buscando oponentes poderosos para pelear."
Las hermanas Heeler adolescentes se voltearon hacia Timmy, asintiendo con una sonrisa divertida:
"Es verdad."
Con la tensión reducida y el ambiente más relajado, todos los presentes se prepararon para cenar. Las niñas preguntaron emocionadas si después de la cena habría otro entrenamiento de ki o si Timmy y los demás invitados se encargarían de todo.
Los adultos respondieron al unísono: "¡Sí, hay que entrenar es muy necesario!"
Las niñas aplaudieron con entusiasmo. "¡Genial! Muy pronto haremos las mismas cosas que Timmy y Bluey adulta."
Bingo adolescente, sintiéndose desplazada, replicó: "¿Y yo qué? También puedo hacer cosas extraordinarias."
Bingo pequeña, con inocencia, respondió: "¿En serio? ¿Como qué? Yo solo sé que puedes curar."
Bluey adolescente no pudo evitar soltar una carcajada ante el comentario de su pequeña hermana, pero al mirar a Bingo adolescente de nuevo, se detuvo y se sentó para empezar a comer.
Timmy, observando la escena, comentó: "Ya entiendo. Bingo no solo tiene actitud de monstruo, también tiene fuerza para igualarlo."
Bluey, aterrada por lo que su hermana pudiera hacer, se apresuró a callar a Timmy, empujándolo hacia su asiento.
Bingo, con una mirada intimidante, preguntó con voz baja: "¿De verdad pensaste eso, Bluey?"
Bluey, nerviosa y tratando de taparle la boca a Timmy, respondió: "¡No! ¡Para nada!"
Bingo sonrió con picardía y agregó: "Okey, lo dejaré pasar esta vez, pero la próxima tendrán que enfrentarse a mí para ver quién es más fuerte."
La tensión desapareció con las risas que siguieron, y todos pudieron cenar tranquilamente antes de prepararse para un breve entrenamiento nocturno.
Mientras tanto, en las sombras…
En un rincón oscuro y apartado del mundo, los hechiceros se reunieron para reportar a Towa y Mira sobre los últimos acontecimientos. La tensión en el ambiente era palpable, y cada palabra cargaba con un peso de temor y nerviosismo.
"Se han confirmado tres bajas más," informó uno de los hechiceros, inclinándose profundamente frente a Towa.
Mira, con los brazos cruzados y una expresión de absoluto desdén, fijó su mirada gélida en el hechicero.
"¿Cómo es posible? Se supone que están preparados para enfrentar estas situaciones," espetó, su voz cargada de desaprobación.
Towa, siempre calculadora y serena, intervino.
"Las esferas aún no están completas, pero la situación es preocupante. Debemos activar el plan B. Es hora de proceder con el ritual de resurrección."
Los hechiceros intercambiaron miradas nerviosas, pero ninguno se atrevió a responder. Mira, con su paciencia agotándose, golpeó la mesa frente a él con una fuerza que resonó en toda la sala.
"Si no pueden manejar esto, entonces no nos sirven. Asegúrense de que no haya más errores."
Towa, con un aire de autoridad contenida, miró a los hechiceros uno por uno antes de añadir:
"Recuerden, no estamos aquí para fallar. Cada uno de ustedes tiene un papel que cumplir. Dabura será nuestra herramienta para garantizar que todo siga el curso planeado."
Mientras los hechiceros asentían en silencio y las órdenes eran impartidas, una figura permanecía oculta en las sombras, observando con atención. Yi Xing Long, el dragón de una estrella, había logrado infiltrarse en la base. Sus ojos centelleaban con determinación, pero su postura traicionaba una cautela inusual. Sabía que un movimiento en falso podría costarle caro.
El lugar estaba custodiado por hechiceros menores, quienes vigilaban con una diligencia que Yi Xing Long no subestimaba. Aunque su tamaño imponente le dificultaba moverse sin ser notado, usó su ingenio y un limitado poder de camuflaje para avanzar lentamente entre las sombras.
En varias ocasiones, tuvo que contener su energía para evitar que su presencia fuera detectada. Incluso el más mínimo desliz podría alertar a los hechiceros. En un momento crítico, uno de ellos pasó peligrosamente cerca, obligándolo a retroceder y esconderse en una esquina oscura.
"¿Todo en orden?" preguntó uno de los guardias con un tono desconfiado.
"Sí, revisé el perímetro. Todo está bajo control," respondió el otro, aunque su mirada parecía buscar algo que no encajaba.
Desde su escondite, Yi Xing Long apretó los dientes.
"¿Degradándome a esto? Yo, el dragón más fuerte, reducido a esconderme de estos simples hechiceros… Maldito Mira, si no fuera por ti, este lugar ya sería cenizas."
A pesar de su orgullo herido, Yi Xing Long sabía que no podía dejarse llevar por la emoción. Cada paso debía ser medido y calculado. Continuó avanzando, su mente fija en su objetivo.
Finalmente, llegó a una sala donde una tenue luz roja emanaba desde el centro. La esfera de siete estrellas estaba ahí, brillante e imponente. Su energía corrupta era inconfundible, atrayéndolo como un faro en medio de la oscuridad.
"Bien, una menos," murmuró con satisfacción contenida mientras extendía sus enormes manos para tomar la esfera.
Sin embargo, algo no estaba bien. Yi Xing Long frunció el ceño al notar una ausencia.
"¿Dónde está la otra? La esfera de tres estrellas debería estar aquí…" pensó, su frustración creciendo.
No tenía tiempo para investigar. Decidió retirarse rápidamente con su premio, pero apenas dio un paso hacia la salida, un brillo repentino iluminó la habitación.
En cuestión de segundos, una explosión resonó en la base, haciendo que las alarmas se activaran. Los hechiceros entraron en pánico, corriendo por los pasillos mientras intentaban averiguar qué había sucedido.
Towa, observando la situación desde su sala de mando, giró hacia Mira con calma.
"Parece que tenemos visitas," dijo con un tono frío.
Mira frunció el ceño, pero se mantuvo en su lugar.
"Que estos inútiles se encarguen," respondió, restándole importancia.
Towa lo miró con seriedad.
"Creo que deberías encargarte tú mismo. La explosión fue en el cuarto donde estaba la esfera del dragón."
Por primera vez, una chispa de interés cruzó el rostro de Mira.
"Tal vez valga la pena echar un vistazo," dijo mientras comenzaba a levantarse. Sin embargo, se detuvo al escuchar lo siguiente:
"Estoy detectando dos esferas del dragón dentro de la base," añadió Towa, con un tono juguetón.
Mira se giró hacia ella, sorprendido.
"¿Dos esferas? Pero se supone que solo teníamos una."
Towa sonrió levemente, como si hubiera esperado esa respuesta.
"Tal vez los dragones restantes hayan venido a jugar contigo."
La sonrisa de Mira se torció en una mueca de malicia.
"Esta vez acabaré con ellos," dijo, dejando escapar una carcajada siniestra mientras salía de la sala.
De acuerdo, pero no tardes," advirtió Towa, retomando su aire calculador. "Mientras tanto, estoy preparando el plan B. Si estos hechiceros no son capaces de ayudarnos a reunir las esferas, tal vez puedan servir para preparar el hechizo para traer a Dabura."
En ese momento, Yi Xing Long, aún oculto, sintió una oleada de energía intensa. Sabía que Mira se estaba acercando.
"Maldición, prepararon una trampa para quienes intentaran tomar la esfera," pensó con frustración.
"No puedo salir volando de aquí. Mira podría descubrirme y atacarme. Diablos, si tuviera las siete esferas, no estaría metido en este lío... ya habría acabado con él."
El temor y la desesperación lo invadían. "Esto no está saliendo como esperaba. No tengo tiempo," pensó mientras intentaba buscar una salida.
Salió de la habitación destruida y corrió a través de los pasillos hasta encontrar otra puerta. Entró rápidamente, pero se dio cuenta de que la nueva habitación no tenía salida. Al escuchar las voces de varios hechiceros acercándose, supo que no podía arriesgarse a enfrentarlos, porque Mira estaba cerca. "¿Esconderme? ¿Yo, el gran Yi Xing Long? Esto es humillante..." pensó, frustrado por la situación.
"Me estoy escondiendo como una rata asquerosa," se reprochó mientras apretaba la esfera de siete estrellas contra su pecho. Pero una presencia sacó a Yi Xing Long de sus pensamientos: era la abrumadora energía de Mira, que se acercaba rápidamente.
Un pensamiento de desesperación cruzó su mente: "Si absorbo el poder de la esfera, tal vez pueda sobrevivir. Aunque esté corrupta, no tengo otra opción. Debo intentarlo, incluso si eso significa asimilar la maldición."
Tomando una decisión desesperada, Yi Xing Long procedió a absorber la esfera de siete estrellas. La esfera se fusionó con su cuerpo, y tanto la esfera de una estrella como la de siete estrellas emergieron de su pecho, flotando por un instante antes de volver a integrarse.
"Bien... parece que todo salió bien," dijo Yi Xing Long mientras sentía un aumento de poder en su cuerpo. Sin embargo, antes de que pudiera evaluar completamente los efectos, escuchó que los hechiceros estaban forzando la cerradura de la puerta. Esto lo tomó por sorpresa.
De repente, su cuerpo comenzó a cambiar. Sin saber cómo ni por qué, adoptó una forma más pequeña y corpulenta, parecida a la de un topo. "¿Qué me está pasando? ¿Será por la maldición?" se preguntó mientras recordaba que Siete Estrellas, Qi Xing Long, tenía la forma de un topo.
Yi Xing Long se miró con incredulidad. "Esto es... humillante. Pero al menos me ayudará a escapar." A pesar de su orgullo herido, sabía que no podía detenerse ahora.
Llegando a la habitación donde se encontraba la esfera de siete estrellas, Mira observó el caos. Con su mirada severa, se dirigió a los hechiceros presentes:
"¿Han encontrado al responsable?"
Uno de ellos respondió con voz temblorosa:
"Señor, el hechicero Metamorfo detectó actividad inusual, pero no logró encontrar una salida clara. Parece que quien tomó la esfera quedó atrapado en una habitación sin salidas."
Mira arqueó una ceja, molesto, pero con un toque de satisfacción.
"Entonces, ¿la presa está atrapada? Perfecto. No importa si intentan destruir las paredes. Refuercen los hechizos de retención. Quiero que cualquiera que entre en estos pasillos sin estar registrado quede atrapado permanentemente."
Este mismo hechizo fue el que desoriento a Yi Xing Long, y lo llevo a una habitación sin salida. Mira continuó, dirigiéndose a los hechiceros:
"Por una vez, parece que han hecho algo útil," dijo con desdén.
Metamorfo, que observaba desde una esquina, sonrió y respondió con un tono servil:
"Gracias por sus palabras, mi señor. Siempre estoy a su servicio."
Mira, ignorando el comentario, se encontró con otro grupo de hechiceros que intentaban forzar la cerradura de una puerta cercana. Intrigado, preguntó:
"¿Qué están haciendo aquí?"
"Señor, escuchamos ruidos extraños provenientes de este lugar. Estamos intentando abrir esta puerta para investigar," respondió uno de ellos.
Mira, visiblemente irritado, avanzó.
"¡Quítense de mi camino! Yo me encargaré."
Con un solo golpe, destruyó la puerta. Entró al lugar con autoridad, pero lo que encontró lo enfureció aún más: una simple rata corriendo por la habitación. Mira se giró hacia los hechiceros con desprecio.
"¿Esto es lo que encontraron? Una rata. ¡Son unos inútiles!" dijo, saliendo de la habitación con evidente frustración.
Desde la perspectiva de Yi Xing Long
Dentro de la habitación, Yi Xing Long, ahora en la forma de un topo, intentaba desesperadamente cavar un túnel para escapar. Sin embargo, algo extraño sucedió: su cuerpo se paralizó por completo.
"¿Qué está pasando?" pensó. "¿Es un hechizo de retención?"
Desde la perspectiva de Yi Xing Long
Dentro de la habitación, Yi Xing Long, ahora en la forma de un topo, intentaba desesperadamente cavar un túnel para escapar. Sin embargo, algo extraño sucedió: su cuerpo se paralizó por completo.
"¿Qué está pasando?" pensó. "¿Es un hechizo de retención? ¿O simplemente es mi miedo...?"
Con el corazón acelerado, Yi Xing Long intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. Se giró lentamente y vio cómo Mira destruía la puerta de un solo golpe. El momento en que sus ojos se encontraron con los de Mira fue aterrador.
"Este es mi final," pensó Yi Xing Long, sintiendo cómo su cuerpo temblaba involuntariamente. En su forma de topo, estaba indefenso. Lo único que lo delataba eran las esferas que aún brillaban en su pecho.
La mirada de Mira pasó por encima de él con desprecio. "Una rata," murmuró Mira, antes de retirarse con irritación.
Yi Xing Long, aún paralizado, se dio cuenta de que apenas podía respirar. Su cuerpo seguía rígido, incapaz de moverse, como si estuviera congelado por el puro terror. "¿Estoy muerto? ¿Es esto lo que se siente morir?" pensó mientras trataba de recuperar el control.
Solo cuando Mira salió de la habitación, Yi Xing Long logró respirar profundamente, sintiendo un alivio que no esperaba. Su orgullo, sin embargo, estaba destrozado. "¿Cómo pude llegar a esto...? Apenas logré sobrevivir," pensó mientras. "Esto no puede seguir así. Tengo que escapar."
En ese momento, Metamorfo se adelantó entre los hechiceros y vio al pequeño topo.
"¿De dónde saliste, topo?" dijo, desconcertado.
Metamorfo les dijo a los otros hechiceros que esperan un premio van a seguir buscando a el intruso
Todoas se fueron y lo dejaron solo a él y al topo. Al levantarlo, notó algo extraño en su pecho.
"Qué raro…" murmuró.
Yi Xing Long, recuperado de su pánico inicial, levantó la mirada y respondió:
"No tienes idea de cómo lucen los dragones de las esferas, ¿verdad?"
Antes de que Metamorfo pudiera reaccionar o llamar a Mira, Yi Xing Long aprovechó su poder recién adquirido de asimilación. Utilizando la energía de la esfera de siete estrellas, absorbió los poderes de Metamorfo. Una vez hecho esto, alteró el hechizo de ilusión en el área, creando uno nuevo que lo hacía completamente indetectable.
Moviéndose sigilosamente por la base, Yi Xing Long pasó desapercibido incluso cuando los hechiceros aumentaron la vigilancia. La situación se intensificó cuando Towa ordenó llamar a Mira, alarmada por la desaparición repentina de las dos esferas.
Mira, visiblemente enfurecido, decidió enfrentarse directamente a la situación. Yi Xing Long, oculto en las sombras, lo vio acercarse. Aunque estaba lleno de miedo, decidió seguir a Mira en busca de alguna pista sobre la esfera de tres estrellas.
Al llegar a otra habitación, Mira irrumpió con autoridad, gritando:
"¡Son todos unos inútiles! ¿Cómo pudieron perder las esferas?"
Towa, manteniendo la calma, se acercó con un tono tranquilizador y dulce:
"No te alteres, Mira. Nuestros compañeros son valiosos, darían la vida por nosotros."
Mira dejó escapar una sonrisa torcida.
"¿Ya preparaste el hechizo?" preguntó con interés.
Towa asintió.
"Sí, en los próximos días enviaremos a cinco hechiceros a implantar los sellos por toda la ciudad donde se encuentran las esferas. Este hechizo tendrá una doble función: primero, si las esferas siguen reunidas en la ciudad, podremos detectarlas fácilmente. Y segundo, si las activamos, reduciremos todo a polvo, usando los sacrificios generados para traer a Dabura desde el otro mundo."
Mira arqueó una ceja.
"¿Enviarás a los hechiceros uno por uno?"
"No," respondió Towa. "Los mandaremos todos juntos. Necesitamos cinco sacrificios simultáneos, y esto me dará el tiempo necesario para completar el hechizo de invocación y destrucción."
Oculto en las sombras, Yi Xing Long escuchó todo con creciente terror. Sin querer, cometió un pequeño error y produjo un ruido. Al instante, se transformó nuevamente en su forma de topo para moverse rápidamente por los espacios pequeños y evitar ser detectado.
Sin embargo, Towa notó algo.
"Parece que alguien está usando un hechizo de camuflaje," dijo, irritada. Con un movimiento de su mano, anuló todos los hechizos en la base.
En ese momento, las dos esferas volvieron a ser detectadas. Towa, visiblemente molesta, comentó:
"Parece que tenemos un espía que conoce nuestros planes."
Yi Xing Long, al darse cuenta de que había sido descubierto, decidió usar un último recurso para escapar. Reunió a todos los hechiceros en una zona y, justo cuando Mira y Towa llegaron al lugar, activó un hechizo que cambió la forma de todos los hechiceros a la suya propia: el dragón de una estrella.
Mira, al ver lo que parecía ser una burla directa, se enfureció.
"¡Este dragón se está burlando de mí!" gritó, listo para atacar.
Uno de los hechiceros intentó detenerlo.
"Espera, mi señor, tal vez esto sea…"
Pero antes de que pudiera terminar, Mira, en un arrebato de ira, destruyó a todos los hechiceros de un solo golpe.
"¿Dónde está la esfera?" preguntó, volviendo su atención a Towa.
Towa, irritada, respondió:
"Ya no puedo detectarla. O escapó o fue destruida. Y por tu bien, Mira, más vale que sea la primera opción. Además, gracias a ti, hemos perdido la mitad de nuestras fuerzas."
Mira, sin mostrar arrepentimiento, respondió con frialdad:
"Eran unos inútiles. No los necesitamos. Prepárate para continuar el plan."
Mientras tanto, Yi Xing Long había logrado escapar del territorio de los Majin, aprovechando la devastadora explosión que Mira había provocado. Ahora, lejos del peligro inmediato, se desplomó contra un árbol solitario en medio de un paraje oscuro. Su pecho subía y bajaba rápidamente mientras intentaba recuperar el aliento.
Respiró profundamente, pero en lugar de alivio, lo invadió una sensación de vacío.
"Qué bien que pude huir," murmuró, con una voz apenas audible. Sin embargo, al pronunciar esas palabras, sintió un golpe en lo más profundo de su ser.
"¿Yo, el dragón más poderoso, me alegro de haber escapado… de haber huido como un cobarde?" pensó, su mente enfrentándose a una cruel verdad que no quería aceptar.
Cayó de rodillas, con las garras enterrándose en la tierra, como si quisiera arrancar la vergüenza que lo consumía. Su orgullo, una vez inquebrantable, yacía hecho pedazos. Las imágenes de Mira, el miedo paralizante y la sensación de impotencia inundaron su mente, formando un torbellino de emociones que lo aplastaba.
Por primera vez, las lágrimas de Yi Xing Long rodaron por su rostro, marcando surcos en su piel endurecida. No eran solo lágrimas de tristeza, sino de humillación y rabia hacia sí mismo.
"Tuve miedo de Mira… miedo de enfrentarme a él," pensó, cada palabra clavándose como una daga en su orgullo. Finalmente, el dolor se desbordó, y con un grito desgarrador, dejó salir toda su frustración:
"¡Maldición! ¡Qué patético soy! ¡No soy más que una sombra de lo que debería ser!"
El eco de su voz se perdió en la soledad de la noche. Por un momento, Yi Xing Long dejó que la desesperación lo envolviera por completo. Sentado allí, se permitió reconocer lo que nunca antes habría admitido: había perdido, no solo contra Mira, sino contra su propio orgullo.
Sin embargo, en lo más profundo de su tormento, una chispa de determinación se encendió. Entre sollozos, murmuró:
"No puedo quedarme así. No puedo permitirme caer más bajo."
Se levantó lentamente, como si cada movimiento fuera una lucha contra el peso invisible de su fracaso.
"Tengo que encontrar a Si Xing Long… debo advertirle del plan. No puedo fallar de nuevo."
Sabía que no podía correr el riesgo de ser detectado. Miró sus manos, que aún temblaban ligeramente, y con un suspiro resignado, dejó que su cuerpo se transformara nuevamente en la pequeña y humillante forma de un topo.
Cavando a través de la tierra oscura, Yi Xing Long sintió que cada movimiento era una metáfora de su propio estado: un dragón reducido a un ser insignificante, buscando escapar no solo de sus enemigos, sino de sí mismo. Era, sin duda, el topo más triste del mundo, un guerrero cuya esencia yacía destrozada, pero que aún se aferraba a una misión.
En ese momento, el orgullo de Yi Xing Long estaba roto, pero su voluntad de cumplir su propósito seguía latiendo, aunque débilmente.
En la tranquilidad de la noche, la casa de los Heeler parecía un refugio lejos del caos que envolvía al mundo. La luz de la luna iluminaba suavemente el exterior, mientras el susurro del viento mantenía una calma aparente. Sin embargo, dentro de sus muros, la familia se preparaba con dedicación.
Aquellos que ya tenían experiencia en el manejo de su ki ayudaban a Brandy a intentar despertar el suyo. Por su parte, Mort también estaba tratando de conectar con su energía, pero enfrentaba un problema adicional: Bingo adolescente revisaba cuidadosamente su mano afectada por la maldición.
"Bingo, me cuesta concentrarme si sigues revisándome la mano," protestó Mort, visiblemente frustrado.
Bingo adolescente, seria, pero con un tono tranquilo, le respondió:
"Discúlpeme, abuelo, pero tengo que estar pendiente de esto. Si la maldición se extiende por su cuerpo, nos obligaría a tomar decisiones imprudentes en la búsqueda de las esferas que faltan. Hasta ahora, no sabemos cómo eliminar esta maldición. Solo las esferas podrían quitársela, y si eso empeora, las cosas se complicarían aún más para todos. No podemos arriesgarnos."
Mort frunció el ceño, molesto porque no le gustaba sentirse controlado. Sin embargo, al ver la dedicación en los ojos de su nieta, algo en su interior cedió, y las ganas de discutir desaparecieron.
Al darse cuenta de su reacción, Bluey adolescente se acercó con una sonrisa traviesa y le dio un leve golpe en el hombro.
"Buena elección, abuelo. Estoy segura de que, si se le hubiera ocurrido alejarse diciendo que ya estaba bien, Bingo habría encontrado la forma de atarlo a una cama," comentó con una sonrisa burlona, dejando escapar una risa ligera.
La sala estalló en risas, incluso Shin dejó escapar una pequeña carcajada. Sin embargo, Bingo adolescente, con las mejillas ligeramente sonrojadas, protestó de inmediato:
"¡Bluey, me estás haciendo quedar muy mal!"
Mientras las risas llenaban la sala, Shin desvió la mirada hacia la ventana. Algo en el exterior captó su atención. A través del vidrio, vio a Si Xing Long de pie en el jardín, mirando fijamente hacia el bosque con una expresión que lo inquietó.
Con un destello de preocupación, Shin decidió acercarse para averiguar qué sucedía. Afuera, Si Xing Long rondaba cerca de la casa, con una expresión de inquietud en su rostro. Sus orejas se movieron ligeramente, captando un sonido que parecía provenir de la distancia. Por un momento, se detuvo en seco, sus ojos fijos en el horizonte oscuro, como si esperara que algo surgiera desde la penumbra.
"¿Qué ocurre?" preguntó Shin con curiosidad, acercándose con cautela.
Si Xing Long negó con la cabeza, aunque su mirada no se apartaba del bosque cercano.
"No es nada. Creí escuchar algo romperse, pero seguro fue mi imaginación," respondió, aunque su tono no convencía ni a él mismo.
Shin lo observó por unos segundos, con una mezcla de interés y sospecha en su mirada, pero decidió no insistir.
"Si algo pasa, házmelo saber," dijo con calma antes de regresar al interior de la casa.
Si Xing Long y Shin decidieron volver al interior de la casa, donde la familia Heeler disfrutaba de un momento de entrenamiento que parecía más una comedia que una sesión seria.
En medio de las risas, la pequeña Bingo se acercó a Timmy con ojos llenos de curiosidad y le preguntó:
"¿Tú sabes volar por los cielos?"
Timmy respondió de inmediato con una sonrisa.
"Claro que sí. Dime, ¿quieres aprender?"
La pequeña Bingo asintió emocionada, inclinando la cabeza mientras sus ojos brillaban con entusiasmo.
"¡Sí!"
Timmy, divertido por la energía de Bingo, se agachó a su nivel y le explicó con calma:
"Muy bien, escucha con atención. Lo primero que debes hacer es sentir tu ki y liberarlo por todo tu cuerpo. Mientras lo haces, imagina que eres muy ligera, como si fueras una hoja flotando donde el viento te lleve."
Bingo cerró los ojos con seriedad, respiró profundamente e intentó seguir las instrucciones. Para sorpresa de todos, su cuerpo comenzó a elevarse ligeramente del suelo.
Desde el otro lado de la sala, Bluey pequeña giró la cabeza hacia su hermana y, al verla flotando, exclamó:
"¡¿Cómo es posible eso?!"
El comentario llamó la atención de todos. Los presentes voltearon para ver a Bingo pequeña flotando suavemente en el aire, con una expresión de asombro y alegría.
"¡Estoy volando! ¡Estoy volando!" gritó emocionada, moviendo los brazos.
Pero en medio de su emoción, Bingo perdió la concentración y comenzó a caer. Por suerte, Timmy reaccionó rápidamente y la atrapó antes de que se golpeara.
Bingo, con una mezcla de sorpresa y curiosidad, preguntó:
"¿Qué pasó? ¿Por qué dejé de volar?"
Timmy le sonrió mientras la dejaba de pie nuevamente.
"Perdiste la concentración. Cuando te acostumbres, podrás volar y hablar al mismo tiempo. Solo es cuestión de práctica."
Bluey adolescente, al notar lo que estaba pasando, se acercó rápidamente con una expresión entre preocupada y molesta.
"¡Timmy! ¡No le enseñes cosas tan complicadas a Mini-Bingo!" dijo, cruzándose de brazos.
Desde un lado, Bingo adolescente no pudo contener la risa y dijo, "Bluey, en serio, no lo regañes tanto. Si alguien los escucha, va a pensar que son una pareja de casados discutiendo por su hija. ¡Además, mira lo rápido que aprendió Mini-Bingo!"
Bluey adolescente respondió, algo irritada:
"¡Bingo, no hagas esas comparaciones! Además, Mini-Bingo podría haberse lastimado si no controla bien su ki."
Timmy, manteniendo la calma, intervino:
"Tranquila, Bluey. Estoy pendiente de todo. Nunca dejaría que le pasara algo a esta pequeña."
Molesta por la actitud relajada de Timmy, Bluey replicó:
"¡En serio, Timmy! Esa actitud tuya tan tranquila con todo me desespera."
La sala estalló en risas al recordar el comentario de Bingo adolescente. Stripe, divertido, agregó:
"Bueno, Bingo tiene razón. Parecen una pareja de casados."
Mientras las bromas seguían, los adultos observaban lo que la pequeña Bingo había logrado.
"Bueno, parece que así también se puede aprender a volar," comentó Bailey, rascándose la nuca con incredulidad.
Frisky, sin perder su característico humor, añadió:
"¡Oye, Timmy! ¿Y a mí cuándo me enseñas a volar?"
Bingo adolescente, tras terminar de revisar a su abuelo, se dirigió al resto de los adultos:
"Vayan con Timmy y Bluey para que les enseñen a volar. Yo me quedaré con tía Brandy y abuelo Mort para ayudarlos a aprender lo básico del ki."
Los adultos intercambiaron miradas emocionadas.
"¿En serio podríamos aprender a volar tan fácil?" preguntó uno de ellos.
"Fácil no es," respondió Bingo adolescente con una sonrisa, "pero si ponen esfuerzo, puede que lo logren."
Con entusiasmo renovado, todos se dirigieron hacia Timmy y Bluey para empezar su entrenamiento.
El tiempo pasó, y las energías comenzaban a agotarse. Las niñas, especialmente Bingo pequeña, ya mostraban signos de cansancio. Este detalle era la señal inequívoca de que era hora de terminar por esa noche.
Mientras tanto, en el otro grupo, Brandy y Mort lograron sacar una pequeña chispa de ki, aunque no pudieron mantenerla por mucho tiempo. De los demás, solo Bingo pequeña logró separarse unos metros del suelo.
La pequeña Bluey, frustrada, cruzó los brazos y murmuró:
"Esto no es justo…"
Bingo adolescente rio suavemente y dijo:
"Es cuestión de práctica, Bluey. Mira a Bingo pequeña," señaló hacia su hermana, que ya cabeceaba de sueño, "ella ya sabe canalizar su poder porque ha practicado antes e incluso ha usado un hechizo. Ustedes todavía están aprendiendo a manejar lo básico, como expulsar el ki."
Bluey resopló, aún molesta.
"¡Pero no es justo! Yo también quiero volar."
Bingo adolescente le dio una palmadita en el hombro y respondió con calma:
"Vamos, Bluey, ¿viste lo angustiada que estaba la otra Bluey al ver que Bingo pudo volar? Hay mucho riesgo. Podría descontrolar su poder, estrellarse contra el techo o perder la concentración en un lugar alto y hacerse daño. Dale tiempo."
Bluey quiso protestar, pero Bingo adolescente la interrumpió con una sonrisa.
"¡Nada de protestar! Inténtalo mañana. Quizás entonces ya lo logres y alcances a tu hermanita en la altura que puede elevarse."
Bluey, resignada, asintió.
"De acuerdo, Gran Bingo…" dijo, medio en serio, medio en broma.
Bingo adolescente se quedó seria por un momento, pero Bluey adolescente, que aún estaba cerca, no dejó pasar la oportunidad:
"Eso suena muy raro. No vuelvas a decirle así o hará que yo también empiece a llamarla así," comentó con una sonrisa burlona.
Bingo adolescente la miró con los ojos entrecerrados y suspiró.
"Bluey, arruinaste un momento de reflexión bonito," respondió mientras los demás estallaban en carcajadas.
En ese momento, Fenrir emergió de las sombras de Bluey adolescente de manera repentina, lo que provocó un sobresalto general. Las niñas, asustadas por su aparición, dieron un pequeño brinco, mientras Fenrir permanecía serio y tranquilo, observando a todos con sus penetrantes ojos.
Bluey adolescente, al verlo, cruzó los brazos y le dijo:
"Oye, no hagas eso. ¡Casi los matas del susto!"
Fenrir, con una leve inclinación de cabeza, respondió:
"Mis disculpas si los asusté, señora Bluey. Aunque, hablando de cosas importantes, creo que deberíamos hacer lo último que falta para completar el pacto."
El comentario tomó por sorpresa a Bluey, quien lo miró con los ojos entrecerrados.
"¿Por qué no me lo dijiste antes de cenar?" preguntó, algo molesta.
Fenrir, con un tono calmado, explicó:
"Requiere mucha energía, y pensé que sería mejor que la guardaras para el entrenamiento."
Timmy, siempre dispuesto a bromear, intervino:
"Estoy de acuerdo. Si Bluey no hubiera tenido suficiente energía, no habría podido regañarme todo el tiempo."
La sala estalló en risas.
Bluey, rodando los ojos, preguntó resignada:
"Está bien, ¿y ahora qué tengo que hacer? Ya es muy tarde, así que espero que no sea algo complicado."
Fenrir negó con la cabeza y respondió:
"No es complicado. Solo falta que me des un nombre para que pueda convertirme oficialmente en tu familiar."
El ambiente cambió al instante. Shin, con un tono serio, advirtió:
"Ten cuidado, Bluey. Darle un nombre puede consumir una gran cantidad de tu energía de golpe, casi al punto de desmayarte."
Bluey, algo preocupada, miró a Fenrir y tras unos segundos dijo:
"Creo que te pondré… Fey."
Fenrir levantó una ceja, curioso.
"¿Fey?"
Bluey asintió.
"Sí. No soy buena con los nombres. Pensé en opciones como Freyr, Fenmir y Renir, pero decidí juntar mi nombre con el tuyo: 'Fe' de Fenrir y 'y' de Bluey. ¿No te gusta?"
Fenrir negó con la cabeza rápidamente.
"No es eso. Solo quería saber cómo lo elegiste."
Bluey sonrió, satisfecha con su decisión.
"Pues ahora en adelante serás Fey Heeler."
En ese momento, Fey comenzó a brillar intensamente, sorprendiendo a todos en la sala. Un aura oscura salió de su cuerpo, lo que preocupó a Bluey.
"¡Fey! ¿Qué te pasa?" preguntó alarmada.
Fey, recuperando la compostura, le respondió con tranquilidad:
"No es nada. Solo era un último residuo de mi pelea con un dragón."
Si Xing Long, intrigado, se acercó y preguntó:
"¿Pelea con un dragón?"
Fey asintió.
"Sí, y lo que me faltaba para terminar de purificar me de ese dragón era un nombre como familiar."
Bluey, aún algo inquieta, le pidió a Bingo adolescente:
"¿Puedes revisarlo, por si acaso? Solo para estar seguras."
Antes de que Bingo pudiera acercarse, Fey tosió con fuerza, alarmando a Bluey. Pero antes de que pudiera decir algo, Fey escupió un objeto.
Shin, al verlo, quedó atónito.
"¡Es una esfera del dragón!" exclamó.
Todos los presentes dieron un paso atrás y exclamaron al unísono:
"¡Qué asco!"
Timmy fue el único que se acercó con curiosidad.
"¡Timmy, no la toques! Es asqueroso," dijeron todos.
Pero Timmy, ignorando los comentarios, observó la esfera detenidamente y dijo con sorpresa:
"¡Miren! ¡Está purificada!"
Bluey adolescente, al escuchar esto, dio un paso hacia adelante, pero ese simple movimiento fue suficiente para que se desmayara.
Fey, observándola desde el suelo, comentó con un tono tranquilo:
"Creo que le consumí demasiada energía al purificar esa cosa."
Fey preguntó dónde estaba la habitación de Bluey para llevarla allí. Nana y Bob rápidamente se ofrecieron.
"Síguenos," dijeron al unísono.
Trixie, observando la situación con una mezcla de resignación y humor, comentó:
"No queda de otra, ¿verdad? Vamos a llevarla a casa. Pero esta vez, al menos, estaremos preparados para el frío."
Stripe, mirando a Trixie, asintió. Ambos dijeron al mismo tiempo:
"De acuerdo. Niñas, es hora de ir a dormir."
Tras despedirse, ellos y las niñas se dirigieron a la casa de Pat.
Mientras tanto, Timmy, utilizando sus llamas, eliminó cualquier rastro de baba de la esfera del dragón y se la entregó a Shin.
Si Xing Long, intrigado, preguntó:
"¿Cuántas esferas tenemos actualmente?"
Shin, mientras examinaba la esfera purificada, respondió:
"Tenemos las de dos, tres y cinco estrellas purificadas."
Bailey y Charlie intervinieron.
"Nosotros tenemos la de seis estrellas, aunque no está purificada."
Si Xing Long los miró con seriedad.
"Entonces tocaron la esfera, ¿verdad?"
Ambos asintieron.
"Sí," respondió Bailey. "¿Cómo lo sabes?"
Si Xing Long suspiró, con una expresión sombría.
"Mañana, con todos presentes, les explicaré."
Timmy, intentando aliviar la tensión, añadió:
"Para responder a tu pregunta, Si Xing Long, en total tenemos cinco esferas bajo nuestro poder, contándote a ti."
El dragón asintió lentamente.
"Ya veo… Si tenemos suerte, Yi Xing Long habrá rescatado a Siete Estrellas de las manos de Towa y Mira, tendríamos las siete esferas del dragón en nuestro poder."
En ese momento, Rad y Frisky se levantaron.
"Nosotros también nos retiramos," dijo Frisky, mirando a Bingo.
"¿Vienes con nosotros?"
Bingo, algo cansada, asintió.
"Sí, hoy ha sido un día muy agitado, y quiero descansar un poco."
Antes de irse, Bingo se volvió hacia Si Xing Long.
"¿Dónde pasarás la noche?"
El dragón respondió con calma:
"No necesito dormir, pero creo que iré con Shin a seguir investigando."
Bingo, preocupada, les advirtió:
"De acuerdo, pero no se metan en problemas. Y si lo hacen, avísennos a Timmy y a mí para ayudarles."
Shin sonrió levemente. "Entendido."
Con eso, Shin y Si Xing Long se retiraron juntos.
Bingo y su grupo también comenzaron a marcharse hacia la casa de Wendy. Durante el camino, Frisky comentó con entusiasmo:
"Rad, ¿quieres seguir intentando aprender a volar? Todavía no estoy cansada."
Rad, sorprendido pero dispuesto, respondió:
"De acuerdo." Luego, mirando a Bingo, preguntó:
"¿Puedes supervisarnos un rato?"
Bingo sonrió con calma. "No tengo problema con eso."
Al escuchar eso, Timmy comentó con una sonrisa: "Parece que mañana ya podrán volar por los cielos."
Charlie y Bailey comenzaron a llevar a las niñas a sus camas. Mientras tanto, Timmy, organizando el lugar donde dormiría, preguntó con tono de broma:
"¿No me van a volver a llevar a las niñas a sus cuartos, verdad?"
El comentario hizo reír a Mort y Bailey, que estaban cerca.
Bailey respondió entre risas:
"No te lo puedo asegurar. Una vez me desperté en el suelo junto a Bluey."
"Vaya… Entonces tendré que esperar que esta vez no vengan a jalarme las niñas otra vez," dijo Timmy, uniéndose a las risas.
El ambiente se llenó de carcajadas.
Timmy, más relajado, aprovechó el momento para preguntar:
"¿Y cómo se sienten?" dijo, dirigiéndose a Mort y Bailey.
La pregunta llamó la atención de Charlie y Brandy, que acababan de regresar. Brandy, intrigada, preguntó:
"¿Qué pasó para que les preguntes algo así?"
Timmy explicó:
"Verán, esta tarde me enfrenté a un hechicero que podía volver a las personas adultas en niños pequeños. Y por eso me pregunto si algo como eso les dejó algún efecto secundario, como pérdida de memoria o algo similar."
Charlie, con una ceja levantada, miró a Bailey.
"¿Bailey, acaso te convertiste en una niña?" preguntó con un tono entre divertido y curioso.
Bailey respondió rápidamente:
"No lo recuerdo bien."
Timmy intervino: "Por eso lo pregunto, por si algo en tu memoria cambió o si notas algo diferente."
Charlie, sin perder la oportunidad, insistió: "¿Y bien? ¿Cambió algo?"
Bailey, sintiéndose presionada, respondió con cierta incomodidad: "No, todo está igual."
"¿Estás segura?" continuó Charlie, inclinándose un poco hacia ella.
Bailey, sintiéndose acorralada, respondió de manera tajante: "¡Sí! Además, recuerda lo que hablamos de que cuando todo esto termine…"
Antes de que Bailey pudiera decir algo más, Charlie rápidamente la interrumpió, poniendo una mano en su boca. Diciendo un poco nervioso, No quería que mencionara nada más delante de Mort, Brandy y mucho menos de Timmy, quien probablemente mencionaría algo de esto sin querer a los de más.
Charlie pensó para sí misma: "Si Frisky se entera de esto, seguro no me dejará en paz."
Con esa idea en mente, Charlie tomó a Bailey del brazo y la llevó a su cuarto antes de que pudiera seguir hablando.
Mort y Brandy, observando la escena, decidieron que también era hora de ir a dormir.
Timmy, por su parte, estaba agotado, pero antes de cerrar los ojos, se quedó reflexionando:
"¿Cómo será ese tal Mira? ¿Será tan fuerte como mencionó el dragón? Quiero enfrentarlo. Quiero superarlo…"
Con ese pensamiento en mente, Timmy se quedó dormido, sin saber que ese deseo, más temprano que tarde, le traería graves consecuencias.
