En sus últimos instantes de vida, Eren tiene muchos arrepentimientos, pero todos se reducen a uno que este es básicamente el instinto de todo ser vivo: no quiere morir.
Una parte de sí mismo dice que se lo merece, que ya es suficiente, que no necesita continuar en este mundo, que descanse y deje todo en manos de los demás, que ellos lo harán mejor.
¿Pero qué es la muerte sino la pérdida de su libertad? ¿Qué es la muerte sino permitir que aquellos que lo desprecian logren su cometido?
Eren no quiere morir…
Y su último deseo es concedido.
