Frisk observaba con atención al esqueleto que tenía al frente cuya sonrisa la desconcertaba por completo ¿no paraba de sonreír? Tras unos minutos de silencio, la humana comprendió que el monstruo esperaba una respuesta de su parte ante su ofrecimiento.

-De hecho… si necesito ayuda.

-¿Y en qué puedo ayudarte?

-Bueno…

Se la pensó por unos instantes de dar información demás a un completo desconocido. No quería parecer ingenua, pero ante el desconcierto y urgencia de querer llegar a su destino lo más pronto posible, consideró óptimo pedirle indicaciones.

Antes de hablar, observó a Flowey en espera de su acuerdo de pedirle ayuda al esqueleto, pero él estaba demasiado callado para su gusto. En tiempos remotos, la flor habría aprovechado toda oportunidad de insultar al esqueleto presente, pero en cambio se encontraba observando la situación con un gesto levemente fruncido.

-Yo… necesito llegar a un lugar –comenzó a hablar y miró de reojo a Flowey para ver si éste decía algo contradictorio, pero no fue así –Encontré en dónde está en el mapa, pero no tengo ni idea de cómo dirigirme hacia allá.

-Eso suena a algo con lo que puedo ayudarte –comentó Sans –¿En dónde queda el lugar?

-En el barrio de Snowdin. –aquel nombre le era muy extraño para la humana.

-¡Vaya! Pero eso es más que una coincidencia –rio el esqueleto –Yo estoy por dirigirme para allá. Con gusto puedo llevarte.

Eso sonaba espectacular para la humana. Con ello acababa con dos problemas de un solo golpe. Estaba por considerar su oferta hasta que un fuerte apretón de lianas alrededor de su brazo le hicieron reaccionar de lo que estaba por hacer. Flowey la vio seriamente a modo de comunicarse en silencio con ella. Frisk entendió a la primera que la flor le advertía de que no debía aceptar esa clase de invitaciones de extraños.

-Puedes decirle a tu amigo que no se preocupe, no pienso hacerte daño ni nada parecido–Comentó Sans con calma mientras observaba como los dos presentes frente a él le prestaban atención un tanto sorprendidos –Aunque hace bien en querer cuidarte. Después de todo no es bueno hablar con extraños ¿no es así, florecilla?

Flowey gruñó por el hecho de que se dirigiera a él de esa manera, pero Frisk le observó admirada de cómo había entendido el mensaje silencioso que se había formado entre la humana y la flor.

-Bueno, pueblerina –sonrió poniéndose el sombrero –Andando.

-¿Cómo… cómo sabe que vengo de un pueblo? –preguntó sorprendida. ¿Acaso el esqueleto podía leer la mente?

Sans se rio como si aquello le pareciera de lo más cómico. Frisk estaba pensando seriamente que no era normal que existiera alguien que pudiera sonreír y reírse tanto, no era natural para ella. Sobre todo por el hecho de que se imaginaba que en la ciudad la vida era más estresante, a menos claro de que estuviera completamente equivocada. Reconocía en el fondo que no sabía nada sobre la vida al ser ésta su primera experiencia en tenerla por su cuenta.

-Es bastante obvio, chica –Comenzaron a caminar tranquilamente –Tus acciones, tus ropas…

-¿Tiene algo de malo mi ropa? –preguntó un tanto preocupada ¿Había una etiqueta de vestimenta en el lugar? Eso explicaba por qué el esqueleto estaba tan bien vestido.

-Oh no, créeme que no –le guiñó un ojo y Flowey gruñó más fuerte ante eso –Me gusta tu estilo, chica.

Mientras caminaban por la estación, Frisk se dio cuenta de lo inmensa que era a comparación de la simple parada que era la de su pueblo. La de la ciudad parecía tener la capacidad de tener mucha gente y recibimiento de materiales. Pero sobre todo, no pasó por alto que muchos los veían despectivamente, sin importar si eran humanos o monstruos. Fue así como la joven recordó lo que le habían dicho sobre que en Ebott yacía una guerra campal entre ambas razas.

En el pueblo habitaban más monstruos que humanos y no se presentaba esa discriminación en gran medida, pero era consciente de que existía de algún modo. Siendo ella adoptada y criada por monstruos junto con su hermana, no entendía cómo era que tuvieran tantos problemas si ambos podían convivir perfectamente. Pero estaba claro que las ideologías discriminatorias eran más fuertes que el raciocinio.

-¿Cómo iremos hacia allá? –preguntó curiosa. Después de todo era muy raro ver automóviles en el pueblo y quería ver qué clase de ello existían en la ciudad.

-Iremos por un atajo –rio por lo bajo –Será más rápido de lo que puedas pestañear… si es que lo haces con esos ojos que tienes.

Frisk no mostró expresión alguna, pero le comenzaba a extrañar aquella confianza que se tomaba el esqueleto con ella sobre su persona.

-Al menos yo si tengo ojos… -dijo en un susurro para sí misma a modo defensivo. Pero no contó con el hecho de que el esqueleto la había oído perfectamente y se estaba riendo por su respuesta.

-Así que si tienes sentido del humor ¡Bien! Eso me agrada.

Siguieron caminando hasta llegar a una zona con menos gente.

-Por aquí –le indicó Sans con un ademán de su mano que entraran por una puerta.

Frisk hizo caso a la petición sin pensar, lo cual en el acto consideró que había sido el peor error de su vida en cuanto se percató de lo oscuro que estaba el lugar. Habían entrado a una bodega en donde alojaban mercancía que les llegaba en los vagones y que no había nadie por el momento. El corazón de Frisk latió muy aprisa ante los nervios que le causaba todo eso.

Había sido ingenua… muy ingenua…

-Sujeta muy bien tus cosas –le indicó tranquilamente en lo que la sujetaba de los brazos.

-¿Q-qué…? –comenzó a ponerse a la defensiva ya alarmada.

No tuvo tiempo de reaccionar adecuadamente ante eso. Por una cuestión de segundo todo le había parecido que se había tornado negro frente a sus ojos. Apenas y había podido ver que Flowey ya se había estado poniendo entre los dos dispuesto a atacar a esqueleto por su atrevimiento, pero aquello nunca ocurrió en cuanto ambos se dieron cuenta de que ya no estaban en la estación del tren.

De hecho, ni siquiera sabían en dónde estaban.

-Bienvenida a Snowdin.

Sans la había soltado y apartado un poco para darle su espacio a ambos, pero aquella sonrisa divertida de su rostro no desaparecía en absoluto. Frisk estaba sumamente mareada y sintió que podría caerse en cualquier momento al tener sus manos ocupadas, pero Flowey actuó inmediatamente y se había anclado con una de sus lianas en un poste para con otra sujetar a la humana evitando de que pudiera caerse.

-Maldito idiota –exaltó Flowey mirando despectivamente al esqueleto –Si vas a usar magia al menos avisa.

-¿Y perderme la diversión de ver sus rostros ante la sorpresa? Nah.

Frisk acarició uno de los pétalos de Flowey para calmarlo. Sabía que no era nada bueno provocarlo y mucho menos cuando estaba claro que no le agradaba para nada el esqueleto, de hecho, Frisk consideraba muy extraño que no hablara en todo el tiempo hasta ahora. En otros tiempos, la flor ya habría estrangulado al esqueleto por el simple hecho de sonreírle (cosa que parecía que era lo único que hacía).

Era la primera vez que había presenciado magia tan directamente. Su madre rara vez usaba fuego mágico para cocinar su repostería. La sensación de haberla sentido tan literal no le parecía tan bueno.

-Lo siento por la forma en que lo hice –Su sonrisa disminuyó unos milímetros –Pero a los humanos no les gusta ver la magia abiertamente. Lo mejor era evitar cualquier conflicto.

Frisk lo observó directamente para ver si había algo más en sus palabras, pero comprendió que estaba siendo completamente sincero.

-Es justamente la razón por la cual no me estás atacando ¿no es así florecita?

Flowey gruñó a modo de respuesta. Frisk lo observaba anonadada. Si Flowey sabía eso ¿Por qué no le había dicho? Le atribuyó a las miles de cosas que la flor nunca le decía pese a conocerse de hace años.

-Muy bien, ahora dime a dónde…

-No –dijo muy directamente la joven.

Frisk estaba comenzando a desesperarse con el esqueleto que cada vez la ponía más nerviosa. No estaba bien que le estuviera brindando tanta amabilidad y que en una cuestión de segundos pareciera que estaba por secuestrarla o hacerle daño. Tanta confianza con un desconocido simplemente estaba mal y ya no iba a cometer el mismo error dos veces.

-Muchas gracias por habernos traído aquí –Sujetó con fuerza la maceta para indicarle a Flowey que se calmara –Pero a partir de este punto podemos movernos por nuestra cuenta.

Por un momento le pareció que la sonrisa de Sans había desaparecido ante su rudeza, pero en el acto había mantenido su gesto por mera inercia. Frisk estaba segura que aquella sonrisa era completamente diferente a la otra que había mostrado.

-Muy bien, yo entiendo –Metió sus manos en los bolsillos de su saco –Espero que tu estadía en Ebott sea buena.

Con un ademán de su cara agradeció en silencio y acto seguido se puso a correr lejos del esqueleto con todas sus cosas sin dirección específica. Sólo quería irse lo más posible ante los nervios que le estaba dando el monstruo y el no saber cómo actuar ante ello. Sabía que era muy grosero de su parte hacerlo de ese modo, pero era lo único que se le ocurría por hacer sin verse envuelta en más plática.

-Tranquila, ya no está –Le indicó seriamente Flowey quien veía hacia atrás cuidando la espalda de la humana –Desapareció.

Frisk se detuvo un tanto cansada de haber empleado carrera espontánea. En efecto, el esqueleto ya no estaba en el punto que los había dejado, simplemente había desaparecido de la misma forma en la que habían terminado en el lugar.

-¿Y tú en verdad estás idiota? ¿Cómo se te ocurre tomar confianza tan rápido con un extraño?

-Yo no…

-Frisk, olvídate de toda amabilidad y cortesía en la ciudad –La flor se puso a la altura de su cara para observarla con toda seriedad –Aquí las cosas son en verdad peligrosas y cualquiera querrá abusar de ti si te siguen viendo débil e indefensa.

-¿Cómo es que sabes tanto de la ciudad? –Flowey le ignoró por completo su pregunta.

-Me quedé callado todo el tiempo porque quería ver cómo te desenvolvías por tu propia cuenta, pero está más que claro que eres más idiota de lo que creí si te abrías casi en el acto sólo porque un tipo te sonrió y habló bonito.

Eso fue raro para Frisk ¿Desde cuándo Flowey era tan sobreprotector con ella? Sonrió dulcemente ante lo conmovida que se sentía por eso.

-No cabe duda de que eres un imán de problemas –Suspiró la flor resignado –Necesitarás más de mí de lo que creí.

-Gracias por querer cuidarme.

-No tengo de otra, no creas que me agrada tener que estar al pendiente de tu propia estupidez.

-Te quiero mucho, Flowey –Bajó la maleta y abrazó la maceta tiernamente.

-Idiota… -Frisk tomó aquello como "y yo a ti".

Tomó sus cosas de nuevo y comenzó a recorrer el lugar. Ante el susto que le había dado el monstruo no se había puesto a ver cómo era el lugar en el que estaba, y lo cierto es que era bastante llamativo para ella. Había una gran diferencia en comparación con el pueblo, empezando por lo grande que era. Las vitrinas llenas de color y luz le sacaron en más de una ocasión una sonrisa, era algo bello de conocer.

Tras recorrer las calles por unos minutos, supo que sería más difícil de lo que creyó encontrar el lugar exacto al que tenía que llegar, pero ya no quería tener que hablar con desconocidos ni mucho menos pedir indicaciones, por lo que se dispuso a ver el nombre de las calles por un buen rato con la esperanza de encontrar la calle correcta.

Pero evidentemente, eso le costó horas perdidas.

Ante la desesperación, finalmente Flowey había sido quien había pedido indicaciones a un conejo amorfo (amarrándolo con sus lianas y amenazándolo) para por fin llegar al lugar deseado. Cuando estuvieron en el lugar, se percataron de que no era lo que ambos habían esperado.

-¿Esto es lo que te dejaron de herencia?

Era un pequeño edificio de dos pisos, en el cual a simple vista se podía notar que el piso superior era más bien un departamento con una terraza dando a la calle, mientras que el inferior era un local cuyas tablas indicaban abandono.

Frisk se asomó como pudo entre las tablas y notó que estaba tan descuidado el lugar que podrían haber sido años en los que había sido cerrado el lugar. Suspiró un tanto decepcionada, en definitiva no encontraría a su padre en aquel lugar.

-Ahora que lo pienso, no me dejaron ninguna llave ¿Cómo podré entrar?

Flowey se adelantó quitando las tablas con algo de esfuerzo de sus lianas. Después de ello no hubo necesidad de querer forzar la cerradura, ya que la puerta estaba abierta. Siendo todo muy extraño, ambos ingresaron al oscuro local.

Todo estaba viejo y polvoriento, pero muchas de las cosas se mantenían en buen estado y solo hacía falta una buena limpieza en el lugar. Frisk dio un paso más y levemente tropezó con algo que había en el suelo. Notando que era una hoja envolviendo algo, dejó su maleta y maceta en el suelo para poder recoger aquello, lo cual era una llave con una decoración de una estrella de cuatro picos. Suponiendo que era la llave del lugar, la guardó consigo y prestó atención en la hoja con la que había sido envuelta, la cual tenía un mensaje escrito a máquina.

-Mantente determinada –leyó dándole vuelta a la hoja, pero no había nada más –Todo esto es muy extraño…

-Pero es claro que estaba dirigido a ti –Intuyó la flor observando también la hoja –Conozcamos arriba.

Subiendo unas pequeñas escaleras en la parte inferior del local, se toparon con una puerta con la que pudo abrir sin problema Frisk con su nueva llave, sabiendo así que era lo mismo para todas las puertas del lugar. Al igual que el local, el departamento estaba viejo y sucio, pero manteniendo los muebles en buen estado. Era pequeño el lugar, pero par Frisk aquello era bastante acogedor.

-Es… -comenzó a decir Frisk.

-Basura.

-¡Perfecto! –exclamó ignorando a la flor.

No entendía por qué su padre le había dado en herencia algo así, pero estaba más que segura que le había dado la oportunidad de poder vivir en la ciudad y trabajar por su cuenta incluso. Tenía dónde vivir, un futuro negocio propio y mucho dinero… más que suficiente para poder comenzar a ser una chica de ciudad.

No sabía cuánto tardaría en encontrar a su padre y tenía más preguntas que respuestas por ahora, pero sabía que todo esto era un buen inicio.

En un bar un tanto escondido y situado en la misma zona, un esqueleto bajo se encontraba tomando calmadamente. Había puesto su sombrero sobre la barra mientras observaba al dueño del lugar limpiando sus tarros.

-Tu hermano vino a buscarte hace rato –Dijo el cantinero tras un buen rato –No se le veía nada contento.

-Supongo que porque lo dejé colgado con el trabajo que nos habían ordenado –Dijo despreocupadamente mientras daba un trago a su bebida alcohólica. –Luego me disculparé con él.

-¿Y se puede saber por qué lo dejaste solo?

Al cantinero no se le hacía extraño que huyera de algún trabajo ya que lo conocía lo suficiente para saber que era costumbre suya evitar toda responsabilidad, pero dejar solo a su hermano eso si era extraño. Sans dejó su vaso vacío antes de contestar.

-Me topé con algo interesante.

El hombre llama esperó a que dijera algo más, pero tras varios minutos en silencio supo que no le contaría más detalles. Suspiró y se fue para continuar con sus trabajos en lo que el esqueleto sacaba un puro y una hoja de su bolsillo. Estaba un poco arrugada por el movimiento rápido que había tenido que hacer para sacarla del bolsillo de la humana, pero lo había logrado sin que ella se diera cuenta y eso era lo que le importaba por ahora.

Leyó calmadamente su contenido, mas no pudo sacar mucha información de ello. Había sido escrita a máquina para no poder ser detectado el escritor y era demasiada sintetizada la información a modo de la que seguramente la humana solamente podría saber a qué se refería. Fuera quien fuera, había sido alguien muy astuto que sabía de los peligros de antemano al firmar que siguiera "cuidándose la espalda".

No se preocupó por eso, después de todo no lo consideraba del todo perdido su intento. Al menos sabía que recién había sido el cumpleaños de la joven y que había recibido algo por ello.

-Frisk… D. –leyó y sonrió levemente por ello –Así que si tienes apellido ¿eh?

...

Nuevo cap en poco tiempo para recompensar lo mucho que me tardé en actualizar para el pasado, jeje. La trama va un poco lenta, pero tiene su porqué y muy pronto lo averiguarán. Tengan paciencia, que no por nada tiene la clasificación de contenido adulto este fic :P

Frisk tiene casita en la ciudad ahora, pero, ¿qué le deparará la vida en la ciudad ahora que ha decidido formar parte de ella? ¿Podrá encontrar las respuestas que necesita antes de que los problemas puedan encontrarla a ella?

Lo sabrán en el siguiente capítulo... tal vez.

Michi fuera!

:)