Frisk se tumbó en su sillón completamente cansada, aunque satisfecha de por fin haber terminado con la limpieza del lugar. Ante la emoción que le había dado la nueva vida que se le estaba abriendo ante ella, no dudó ni por un instante en comenzar a poner manos a la obra y empezar con la limpieza de lo que ahora era su nuevo hogar, sin importar que fuera muy noche ya.

Admitía que había tenido la esperanza de poder encontrar alguna pista de su padre entre las cosas que existían ahí, sin embargo no había nada con lo que pudiera empezar a saber su paradero o algo. Pese a ello, aun se mantenía sumamente determinada

-Te odio –Flowey se tumbó junto a ella sumamente agotado –Será la última vez que te ayude en algo así.

-No me odias –dijo contenta la humana –No puedes odiarme si no puedes sentir nada ¿no es así?

-No trates de hacerte la lista ahora.

-Vamos, admite que fue entretenido limpiar nuestro nuevo hogar.

-Eres la más rara en el mundo si te parece divertido el concepto de limpiar –le dijo sin más en lo que se acomodaba mejor en su nueva maceta.

-Ya que tenemos todo el lugar limpio, será bueno comenzar a ver lo que pondremos en el local –Ignoró por completo las palabras de la flor ante sus propias ideas –He pensado en poner una florería ¿tú que dices?

-Que no me sorprende –la vio seriamente -¿Cómo piensas poner una sin la materia prima de una florería? ¿Te parece fácil hacer algo así en una ciudad en donde tanto asfalto hace que todo esté muerto por aquí? Incluso los adefesios de este lugar son muertos andantes. No tienen vida.

-Traje conmigo varias semillas de distintas plantas, además de todas mis herramientas de jardinería. Sólo haría falta que…

-¡Ah no! ¡No vas a ponerme a trabajar más!

A Frisk le fascinaba cultivar sus flores al modo tradicional, consideraba que era todo un arte el proceso del cuidado que debía tomarse en cada semilla. Pero cuando había una emergencia de necesitar algún fruto de una planta, Flowey le ayudaba con su magia alterando el proceso de crecimiento de la misma. No era un recurso que le gustara del todo a la humana, pero agradecía siempre el poder contar con ese plan b en cualquier emergencia.

-Tardaríamos mucho el hacer que broten las primeras flores, y de algún modo debemos mantenernos si queremos vivir aquí ¿No crees?

-¿Y porque no usar la fortuna que también te dieron? ¿Por qué te empeñas en querer trabajar?

-Porque no podemos depender siempre de ese dinero, en algún momento se acabará si no tenemos un ingreso verdadero –Razonó en el acto –Además tú lo dijiste, en este lugar es raro que exista algo con tanta vida como las plantas ¿No crees que será la mejor forma de atraer a mi padre? Él ama tanto las flores como yo; en algún momento podría venir aquí.

Flowey razonó sus palabras en silencio total. Por su gesto podía intuir que no le agradaba su idea por razones que nunca compartió. Frisk estaba acostumbrada a que él no le compartiera nada de lo que pensaba en realidad o lo que quisiera en el momento, pero agradecía siempre su compañía tan peculiar.

-Está bien… -Terminó diciendo tras varios minutos pensando –Pero no creas que lo haré cada vez que te plazca.

-Eres el mejor, Flowey. –abrazó la maceta sumamente feliz.

-Lo sé, lo sé. Ahora apártate.

Haciendo caso a la petición de la flor, Frisk fue por varios contenedores para poner en varias distintos tipos de semillas acorde al tamaño y espacio que necesitaban cada una. Después de todo cada especie requería diferente cosa para su desarrollo. Una vez terminado el proceso de colocación y humedecimiento, se apartó un poco para dejar que Flowey hiciera su magia en ellas.

Admitía que amaba esa capacidad de su amigo de poder acelerar el crecimiento de las plantas, ya que si ella pudiera elegir el poseer magia, sin duda alguna sería la misma, pero sabía de antemano que al ser humana ella jamás podría hacer algo así y tendría que limitarse con hacer las cosas con su propio esfuerzo.

No lamentaba eso tampoco, le agradaba poder conseguir las cosas por su cuenta y encontraba una gran satisfacción cuando cumplía todas sus metas. Su madre le decía que aquello provenía de su determinación y que era su más grande don que no podría compararse ni con la magia. Siendo niña ella no comprendía cómo era que una semblanza de su ser podría ser más fuerte que la magia misma, pero con el tiempo se percató de que los monstruos no tenían determinación y que añoraban el poder poseerla al ser un factor de gran fortaleza.

Sonrió ante la ironía del caso. Humanos y monstruos… siempre deseando lo del otro en vez de ser felices con lo que tenían.

-¿Son todas las flores que cultivarás? –Flowey estaba invocando la aceleración de crecimiento al mismo tiempo todas para evitar contratiempos -¿No pondrás flores Eco también?

-Aun no, son muy difíciles de conseguir sus semillas y complicadas en su cultivo. Prefiero hacerlo de forma tradicional ellas.

-Si sabes que hacer eso aquí en la ciudad será muy difícil ¿cierto?

-No pierdo nada con intentarlo.

-Si tú lo dices…

Continuó con lo suyo sin más preguntas. Una vez terminando, Frisk tomó todo poco a poco para comenzar a colocar todo en el local. Pese a ser nueva en poder manejar un negocio, sabía muy bien cómo acomodarlas para que lucieran aún más. Hacer ello le sacó más de una vez una sonrisa que no hizo nada para que desapareciera. Estaba amando lo que estaba haciendo y estaba por cumplírsele uno de sus grandes sueños: tener una florería.

El segundo por supuesto, era tener nuevamente a su familia reunida. Pero eso estaba por conseguirse también.

Después de todo, las cosas estaban pintando muy bien para ella ¿Qué podría salir mal?

La noche reinaba una vez más en la ciudad, y cuando la noche llegaba los malos salían a jugar. Las calles estaban tranquilas junto a la densa neblina que comenzaba a elevarse conforme se hizo presente el frío característico de Snowdin.

Una figura mediana y bien vestida pasaba con calma total hasta adentrarse a un callejón sin ser detectado. Una vez dentro pasó por una puerta difícil de ver y entró sin más al saber que por fin había llegado a su casa para dormir tranquilamente.

Eso si no fuera por el hecho de la tenebrosa figura que lo estaba esperando una vez dentro.

-Eehh… ¿Qué hay, viejo?

-Sans –La figura levantó la vista para enfocarse en el esqueleto que tenía frente a él. Sus cuencas dañadas reflejaron un brillo púrpura ante sus palabras -¿Se puede saber por qué dejaste solo a Papyrus con el trabajo de nuevo?

El mencionado simplemente encogió sus hombros despreocupado, de algún modo tenía contemplado que lo iba a esperar a su regreso.

-Me encargué de revisar los alrededores para anticipar cualquier enemigo que estuviera presente –Se excusó calmadamente –Si estaba haciendo mi parte.

-Pero tampoco se trataba de dejarlo solo con toda la carga. Y mucho menos irte sin más –El esqueleto alto se quitó su sombrero y masajeó un poco su cráneo ante el cansancio y frustración. Se podía contemplar perfectamente lo dañado que estaba su cabeza y era sorprendente de que pudiera seguir firme sin quebrarse por completo –Ya van varias veces que haces esto, Sans. Esto no puede repetirse y lo sabes.

-Relájate G, sabía que nada malo iba a pasar, por eso me fui tranquilo –También se quitó su sombrero y lo arrojó al suelo despreocupadamente –Además, sabes que soy terrible con el trabajo de carga, sé que Paps podía con todo mucho mejor que yo.

-Me es irritante esa indiferencia tuya.

-Ya, ya, no lo vuelvo a hacer y ya. Todo arreglado –Sin más pasó de largo a la figura autoritaria y se dirigió hacia su habitación, pero unas manos esqueléticas moradas le impidieron avanzar más.

-Sólo descansan los que terminan su trabajo. Tú, holgazán, tienes mucho que hacer aun –Las manos lo jalaron bruscamente y lo dirigieron hacia un pasillo. –Te dejé exclusivamente esta parte, yo ya hice demasiado y Papyrus ya está dormido.

-¿Algo con lo qué divertirme al menos?

-Aún está fresco –dijo indiferentemente.

Sans suspiró resignado y avanzó sin más ante el pasillo indicado.

-Trata de no maltratar las partes importantes –Indicó antes de retirarse –Pueden sacarse provecho aun.

-Ok, ok –Hizo un ademán con su mano para cerrar la conversación.

Perezosamente recorrió el pasillo hasta dar con la puerta del sótano. La habitación estaba completamente oscura hasta que el azulado proveniente de su ojo se hizo presente, dando un aspecto lúgubre al lugar. No tuvo ni qué adivinar lo que tenía que trabajar en cuanto los ruidos forzosos se hicieron presentes ante la figura colgada y amarrada que contemplaba frente a él. Tenía la cabeza cubierta con una bola negra y era más que seguro que tenía la boca tapada igualmente.

-El viejo era sincero cuando decía que estaba "fresco" –rio sarcásticamente en lo que se acercaba a la figura –Muy bien, empecemos…

Con su magia le quitó la bolsa para poder contemplar mejor al sujeto. En efecto, tenía la boca cubierta con un pañuelo de tal forma que no podía hablar al estarlo mordiendo prácticamente. Una vez que el humano se dio cuenta de que estaba ante un esqueleto con un aire perverso, comenzó a temblar de pánico. Aquello le sacó una sonrisa al esqueleto cuyo ojo brilloso estaba enfocado exclusivamente en el amordazado.

-Debiste hacer hecho algo malo sin duda para que el viejo te tenga con este… amable trato, he.

El humano generó varios ruidos tratando de excusarse, pero ninguna palabra podía entenderse. El esqueleto comprendió en el acto que se trataba de alguien que sin lugar a dudas los había vigilado recibiendo la carga o de lo contrario el jefe no se habría molestado en traerlo al lugar a un "interrogatorio". Ambos tendían a comprender esa clase de mensajes del uno del otro sin necesidad de palabras después de todo.

Sans lo ignoró por completo y se acercó aún más a él para ver mejor la identificación que tenía colgada en su camisa.

No le costó captar que se trataba de una identificación de trabajador de la estación del tren, pero lo que le había llamado la atención era que provenía del pueblo y no era local. No cabía duda que se trataba de alguien que había estado junto con la carga que habían ido a recoger tras el dato de un informante.

Y por ende había venido en el mismo tren de la chica.

-Haremos un trato, amigo –Lo elevó con su magia para ponerlo a la altura de su vista, cosa que estaba haciendo temblar al sujeto –Yo te trataré bien mientras me respondas sinceramente todas mis preguntas. O de lo contrario… Te aseguro que pasarás un mal rato.

Tras un momento de pánico reflejado en el humano, asintió levemente con la cabeza y sin más el esqueleto le quitó el pañuelo de su boca mientras lo mantenía suspendido por su magia.

-El tren en el que venías era exclusivamente de carga, pero aun así tuvo un pasajero sin reportar al respecto –dijo sin más el esqueleto, aquello puso muy nervioso al humano ante lo que sabía –Sé muy bien que no estaba colada en los vagones ya que bajó tranquilamente de la zona de pasajeros. Y no trates de decirme que fue algo de última hora, porque sé muy bien que todo esto reportan siempre sin importar eso, tienen protocolos después de todo. Así que… ¿Por qué dejaron que esta humana viniera a la ciudad? Y mejor aún ¿Por qué en silencio?

La razón por la cual Sans se había separado de su hermano en el lugar, además de no querer cargar cosas (después de todo en verdad era un flojo), había sido porque le había llamado la atención aquello a tal grado de sospechar por completo. Algo que lo caracterizaba del grupo era su intuición perspicaz después de todo.

Pero lo que más le había sorprendido era que se trataba de una joven que a leguas se notaba ser inexperta hasta para andar entre la gente. Causándole risa ello, no dudó ni por un instante en acercarse y le había alegrado el día con su inocencia al grado de no preocuparse realmente por ella. No era una amenaza después de todo, por lo mismo decidió que no era importante de reportar a su grupo y disfrutó del momento.

Sin embargo, el que la hubieran traído sin dar aviso y ni tampoco atendido en el lugar, había comprendido que la estaban dejando sola apropósito, como si no quisieran que se supiera de su existencia. Y la hoja que le había podido robar de sus pertenencias a la vista le indicaba que se trataba de algo sospechoso.

-¿Y bien? ¿Vas a responderme?

El humano estaba temblando del miedo, sin embargo no empleaba palabra alguna. Sans no tomo nada bien ello ¿Estaba dispuesto a morir con tal de no decirle lo que quería saber? Eso sólo le indicaba que aquella humana era más importante de lo que parecía.

Y si era importante, con más razón debía saber de ella. Estaba más que seguro que no era una coincidencia la presencia de una pueblerina desconocida en la ciudad.

-Si eso quieres…

Su ojo se apagó por completo y el lugar quedó en total oscuridad.

...

Algo corto… pero es porque el siguiente capítulo será muy largo y no quise dividirlo de esa forma. No diré más porque comienza lo intenso de esta historia bwahahahaha.

Michi fuera!

:)