El tiempo corrió bastante rápido para el disgusto de la humana que se encontraba en su hogar encerrada sin pensar en una solución práctica que la sacara del compromiso sin verse grosera. Flowey no hacía ningún esfuerzo de ocultar su risa burlona de ver cómo se torturaba mentalmente con ello. Para él, su asunto era un simple cotilleo absurdo del que se no tendría problema con asistir. Después de todo, una fiesta cuyo único propósito era presumir quién tenía más lo que sea, no se consideraba un peligro salvo tener que usar tacones o pasar una incomodidad por un par de horas.

Frisk se quedó gran parte contemplando en su ventanal el pasar de las horas sin querer moverse realmente. Por una parte se extrañaba de no ver al esqueleto en el mismo lugar, pero supuso que en verdad había cumplido su promesa y que ya no tendría que lidiar con eso, pero por otro lado, y para disgusto de ella, le habría parecido conveniente verlo con el fin de que fuera la excusa perfecta de poder librarse del compromiso.

Siendo las 7 en punto, una limusina distinta a la de la mañana hizo acto de presencia en frente de su hogar, cosa que a la humana le sorprendió por tal precisión en la puntualidad. Un monstruo trajeado salió de ella y la humana se apuró a bajar para acabar con todo de una buena vez siendo acompañada de Flowey cargando su maceta con cuidado.

-Buenas noches, señorita ehh… -El gato anaranjado trajeado se preocupó de desconocer su apellido.

-Sólo Frisk, por favor –Dijo en el acto la humana para que no se preocupase. Flowey estaba tranquilo de saber que si tenía la prevención adecuada. -¿Nos vamos ya?

-Por supuesto –Se hizo a un lado para dejarla pasar por la puerta, pero en cuanto se dio cuenta de que tenía a la flor, la detuvo sujetándola del hombro con cuidado –Disculpe, pero sólo usted debe venir.

-¿Y que si voy, imbécil? –Atajó la flor despectivamente.

-La invitación es únicamente para la joven –Por más que quería mostrarse serio, el gato amorfo estaba nervioso ante los gestos nada discretos de la planta –Esa fue la orden de…

-¿Por qué están tardando tanto? –Se asomó Mettaton levemente de su vehículo –El tiempo apremia.

-Es que… –Comenzó a decir el gato.

-Verá señor Mettaton, es sobre mi amigo –Se adelantó Frisk para evitar problemas –No puedo dejar solo a Flowey y…

-Oh ¿Ese es el problema? –Le sonrió tranquilamente el robot –Descuida, no estará solo. BurgerPants, hazte cargo.

-Mi nombre no es… -El gato ni tuvo tiempo en cuanto notó que el robot le había lanzado la maceta sin cuidado alguno y jalado de algún modo autoritario a la joven para que entrara en el acto al lujoso vehículo.

Frisk ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar adecuadamente a todo lo que estaba ocurriendo. Le habían separado demasiado rápido de su amigo para dejarlo en su negocio junto con uno de los sirvientes del magnate, a su vez de que ella ya estaba siendo transportada en la limusina a un destino desconocido. Ni siquiera tuvo tiempo para despedirse u opinar algo al respecto, por lo que se quedó sentada incómodamente frente al robot que vestía un traje escarlata muy elegante y tenía en su mano lo que le parecía a la humana un tipo de bebida embriagante.

-¿Y… a dónde vamos? –Intentó comenzar conversación la humana con el fin de acabar con esa incomodidad.

-Primero vamos a arreglarte. Intuía que no estarías vestida para la ocasión, pero no creí acertar tanto –Comentó indiferente el robot en lo que revolvía su bebida y contemplaba de pies a cabeza a la joven frente a él –Después de ello iremos a mi evento de recaudación de fondos.

-Si no es molestia ¿puedo saber por qué yo debo acompañarlo en realidad? –Finalmente se dio por ir sin rodeos tras contemplar que el robot le juzgaba su apariencia y aun así la estaba llevando –Usted ya habrá notado que no soy como las chicas de aquí.

Para sorpresa de la humana, el magnate se rio ante sus palabras como si fuera demasiado obvia la respuesta. Agitó su cabello oscuro con galantería antes de responderle y la joven intuyó que eso era una señal de querer impresionarla con lo que estuviera a punto de decir. Ahora entendía la indiferencia de Flowey sobre ese sujeto y sus palabras tan bien descriptivas sobre lo que aparentemente sabía de él.

-Justamente por eso, lindura. Noté que en efecto no eras como el resto de las chicas, y eso te hace un accesorio de lo más exótico.

-¿Accesorio?

No ocultó para nada el tono de disgusto que le había dado ante sus palabras ¿ese era su objetivo con ella? ¿Ser un accesorio qué mostrar en la fiesta y del qué hablar? Si todos pensaban así en la ciudad, ahora mismo comenzaba a molestarle la percepción que tenían los citadinos. Ya era consciente del problema que se tenía que lidiar en la sociedad de ser una mujer con iniciativas (ya en el pueblo se había topado con eso en un par de ocasiones), pero que la tomaran como una simple joya de exhibición para un evento, eso ya era todo un insulto hacia su persona.

Mettaton no reparó en la molestia de la joven al considerar que la había halagado con sus palabras, simplemente siguió tomándose su bebida.

-Si sólo cree que soy un accesorio, entonces no tengo razón alguna para acompañarlo –Dijo inexpresivamente –Tendrá que buscar a alguien más.

-Me acompañarás –Mettaton se encontraba tranquilo –A menos claro que quieras perder tu florería.

El robot hablaba con tanta seguridad y calma que comenzó a alertar a la joven ¿Hablaba enserio?

-Una mujer ni siquiera puede tener una propiedad comercial –Sonrió triunfante al notar que le prestaba demasiada atención ahora bajo su amenaza –Reglas básicas de la ciudad, lindura. Así que si no quieres que mueva mis manos para exhibir lo evidente y me quede con tu negocio, disfrutarás de mi compañía en una fiesta fabulosa dirigida por mí. Simple ¿no?

Frisk se mantuvo inexpresiva para no reflejar el disgusto que le daba todo y terminó asintiendo con la cabeza. En lo que el robot permanecía triunfante y seguro sobre todo, la joven pensaba en que cada vez se le hacían más extrañas las actitudes de los citadinos; pero sobre todo, en que no había analizado eso sobre sus pertenencias. ¿Cómo era que se la habían regalado entonces?

Llegaron bastante pronto a una tienda de ropa demasiado llamativa para el gusto de la joven, la cual se sintió cohibida con tan extrañas ropas. El magnate hizo un ademán con la mano para indicarle que entrara y en el acto fue recibida por dos conejas gemelas, las cuales casi la estuvieron arrastrando hasta llevarla a un cambiador. En cuanto intentaron quitarle algunas prendas, fue cuando se puso a la defensiva.

-¡Puedo cambiarme sola! –Frisk estaba colorada –Sólo denme lo que quieren que me ponga.

Las conejas aparentemente mudas se miraron la una a la otra por un breve momento y se pusieron de acuerdo en silencio para aceptar la "sugerencia" de la humana. Una de ellas le pasó un vestido corto y la observaron estando estáticas en el lugar. Frisk las observaba completamente incómoda con su presencia mientras sostenía el vestido esperando a que se fueran, pero aquello seguía sin ocurrir.

-Necesito que me dejen sola para poder cambiarme –Las conejas la observaban extrañadas, cosa que comenzó a poner más roja a la joven que estaba completamente incómoda con todo ya –Es incómodo que me estén observando.

-¿Está todo bien? –Se escuchó la voz de Mettaton al otro lado de la cortina.

Frisk iba a responder en el acto que no, pero las conejas se adelantaron y la dejaron sola en el lugar. Sólo escuchó risas risueñas al otro lado de la cortina y se pudo hacer una leve idea de lo que estaba pasando tras el recuerdo de cómo se habían comportado varias chicas tras su visita inesperada en la florería. Suspiró resignada y contempló con mayor detenimiento el vestido que le habían pasado.

No le cabía duda de que era un vestido costoso al estar en tan extravagante lugar del que nunca se hubiera imaginado pisar, pero vestir algo así era de las cosas que nunca había planeado en su vida. Empezando por portar algo tan corto para lo que estaba acostumbrada a usar, no pasó por alto que el vestido era del mismo tono escarlata del que estaba hecho el traje que usaba en ese momento el robot magnate.

Se quitó sus prendas con lentitud, pues a lo que escuchaba al otro lado le indicaba que no querría interrumpir algo que en definitiva no quería ver. Se colocó el vestido con cuidado y se contempló en el espejo un tanto ruborizada de portar algo que enseñaba demasiado para lo que estaba acostumbrada. Si era algo que se portaba naturalmente en la ciudad, en definitiva le parecía muy incómodo. Se puso los zapatos rojos que le habían dejado en el banco y retiró la cortina.

Por un instante se cuestionó si mejor debía volverse a meter en el cambiador tras el incómodo espectáculo que estaba frente a ella. El robot andaba sentado muy contento mientras ambas conejas estaban sentadas en sus piernas; una de ellas besando su cuello y teniendo la mano del tipo en uno de sus glúteos, mientras que la otra estaba ruborizada de ser tocada por el ídolo, el cual nada discreto tenía su otra mano ya metida debajo de su falda nada discreto. Simplemente desagradable.

Frisk se quedó parada esperando a que le dijeran a dónde dirigirse o algo dado que no sabía nada del lugar, pero nada de ello estaba pasando salvo aquella escena tan vulgar, cosa que hizo pensar alarmantemente a la joven. ¿Acaso esperaba el robot que ella actuara así en la fiesta? ¿Por eso la había vestido al igual que esas conejas? O peor… ¿La obligaría a ser así en el lugar?

La coneja que había estado besando su cuello se dio cuenta de su presencia y se separó sonrientemente en lo que se dirigía hacia ella. La tomó de los hombros suavemente y la comenzó a dirigir a un segundo lugar, dejando solos a los otros dos sin ser interrumpidos. Lo último que contempló Frisk de ellos fue que el robot ya le estaba levantando la prenda.

Entraron a un salón lleno de espejos y la sentó frente a uno de ellos en lo que comenzó a cepillar su cabello, dándole a entender a la humana de que la peinarían también.

-¿Así actúan todas las chicas en la ciudad? –Le preguntó a la coneja, pero esta parecía no prestarle atención mientras cepillaba con cuidado su castaño cabello -¿No les molesta que las traten como objetos?

Por un breve segundo sintió que la monstruo se detuvo en su acción tras su pregunta, pero finalmente la siguió ignorando y continuó con su labor. En lo que le acomodaba un adorno emplumado haciendo juego con todo lo que vestía, Frisk le observó con tal seriedad que asustó un poco a la coneja.

-¿Él me va a…? –Ni siquiera se atrevía a terminar su pregunta.

La monstruo la tomó de las manos y le negó con la cabeza mientras le sonreía para calmarla. La florista comprendió con ello que entendía perfectamente lo que estaba sintiendo, mas no le encontraba sentido que permitiera tales cosas como si fuera de lo más cotidiano. Comenzó a maquillarla aprovechando que la tenía de frente y más relajada.

En lo que le pareció una eternidad de que le arreglaran, se contempló finalmente en el espejo frente a ella y no pudo evitar el sonrojarse de contemplarse a ella misma así. Por más que quisiera protestar sobre lo artificial que le parecía todo… no podía negar que le llamaba la atención lo que le daba su reflejo. Nunca se había visto así de…

-¡Hermosa!

Se giró de sorpresa y vio que el robot y la coneja habían entrado en el lugar, siendo seguidos por uno de sus guardaespaldas bien trajeados. La monstruo que le había estado arreglando le sonrió al robot como si el cumplido hubiera sido para ella y se acercó a su gemela.

-Tan hermosa como las orquídeas –Comentó el robot en lo que se acercaba a ella, la cual se retiró por mero reflejo –Ahora a irnos, que tenemos poco tiempo y no quiero hacer esperar a mis inversionistas.

En lo que se retiraba, ambas conejas la tomaron de las manos y caminaron juntas hacia la salida. Aquello le habría sido un tanto exasperante si no fuera por el hecho que en una de sus manos sintió que le dejaban un papel doblado. Comprendiendo lo que estaba pasando, actuó como si nada y lo tomó con fuerza para guardárselo en su sostén fingiendo que se acomodaba el vestido. Se despidió de las conejas empleando una muy leve sonrisa y se subió a la limusina que el guardaespaldas le estaba esperando para cerrar la puerta.

En el camino el robot le dijo centenares de cumplidos sobre cómo se veía en esa noche, pero la mente de Frisk estaba a kilómetros de distancia tratando de analizar todo lo que acababa de pasar. No podía ver el contenido de la hoja teniendo en frente a Mettaton si las conejas habían actuado con toda discreción para dárselo, por lo que se formulaba decenas de preguntas sobre qué estaba pasando en realidad.

Cuando comenzaron a escucharse los gritos de júbilo en la lejanía, la joven supo que estaban llegando. Puso contemplar a través de su ventana que el lugar era tan inmenso que se cuestionó si cabría todo el pueblo en el que había vivido en ese lugar tan gigantesco. En cuanto les abrieron la puerta del vehículo, el robot se bajó posando para todas las cámaras y tomó inmediatamente a la humana para salir con ella.

Frisk no había contemplado tantas luces sobre ella que entró en pánico en cuanto se percató de que le estaban tomando fotos también a ella. El robot para nada la soltaba en lo que caminaban lentamente tras estar posando distinto para las cámaras sobre ellos. Todo era muy asfixiante para la humana inexperta de la vida, que simplemente se quedó quieta sin saber siquiera qué hacer. No sólo nunca había asistido a una fiesta en su vida, sino que no tenía ni idea de lo que se debía de hacer en un evento así ¿Debía de hacerle como le había dicho que la consideraba? ¿Un accesorio por presumir? En cuanto no tuviera que actuar como las conejas de la tienda de ropa no protestaría con tal de acabar pronto todo.

Si ya le aparecía grande por fuera, por dentro se notaba mucho más. Le costó mucho trabajo comprender que se trataba de un hotel lujoso tras tanta gente conviviendo en el lugar, lo cual no le pasó desapercibido a la humana que había muy pocos monstruos en el lugar y que algunos de ellos era porque trabajaban ahí. La mayor parte eran humanos bien vestidos y de variados colores.

-Trata de sonreír. No querrás salir mal en las fotos, lindura –Le susurró el magnate que tenía su brazo en el suyo.

-No suelo sonreír de esa forma –Señaló tras sentir que todo era muy fingido.

-Entonces es un buen momento para que practiques –Le comentó sin preocupación alguna.

-¡Hey, Mettaton!

Ambos se giraron para ver a la pareja que se estaba acercando a ellos. El señor era bastante gordo con un inmenso puro mientras era acompañado por una mujer demasiado arreglada con una boa muy emplumada y extravagante.

-¡Vaya que saliste picarón! –Rio a carcajadas el hombre llenando todo el lugar con el humo de su puro sin descaro –Sabía que te gustaban jóvenes, pero no creí que tanto.

-Son las que aguantan más, mi querido amigo –Rio de la misma forma el robot. –Y si te contara cuánto… jajajajajaja.

Frisk oprimió con fuerza su mano que tenía libre del agarre del magnate ante el disgusto que cada vez se estaba acumulando de todo. Escuchaba como hablaba de ella como si la conociera de mucho tiempo cuando apenas y supieron de la existencia del otro apenas en la mañana. La mujer acompañante del hombre estaba sonriendo demasiado sin prestar realmente atención a la plática que se refería a ellas como meros objetos sexuales y sobre quien "valía mas" ¿Qué ella no le disgustaba la plática como a ella?

Frisk comprendió que solo estaba en una fiesta donde "quien tenía más" era el juego favorito de todos. Y por lo que notaba en varios que se acercaban a la plática tan desagradable, era Mettaton quien estaba ganando por el simple hecho de estar con "la más joven de las doncellas". Quiso hacer de oídos sordos con todo, pero no pudo evitar captar varias cosas en el desarrollo de la plática.

Lo primero de lo que se dio cuenta Frisk fue de que en cada frase con contexto sexual, salía a la luz temas de negocios sobre los beneficios de donar a la "causa", lo que supuso la joven que se trataba de la caridad que trataba realmente toda la fiesta. Aquello le sorprendió al notar que los hombres ni siquiera captaban lo subliminal que era todo y casi le parecía ver que le daban todo su dinero sin darse cuenta de lo que estaba haciendo el robot con sus mentes.

Lo segundo de lo que se dio cuenta fue que hablaban mal de los monstruos con chistes demasiado discriminatorios, aun sin importarles que estaban algunos en el lugar y que el mismo anfitrión lo era. Mettaton nunca se mostró indignado ni insultado, simplemente seguía con aquel juego extraño de ricos.

-Tengo que ir al baño, disculpa… -Finalmente Frisk se pudo librar de su agarre tras esa escusa y se retiró hacia donde le habían indicado que se encontraba su destino.

Una vez que se aseguró de que no estaba nadie observándola, se quitó el papel doblado que había estado guardando y leyó el contenido que tenía. Observó que tenía una letra demasiado apresurada, pero eso no fue lo que le preocupó, sino el mensaje que tenía consigo.

"Escapa en cuanto puedas".

Frisk sintió un escalofrío recorriéndole la espalda ¿En qué se había metido?

.

.

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Chan chan chaaaaaaaaaan!

Por alguna razón fanfiction no me dejaba actualizar, pero insistí en estos días hasta que por fin me dejó. Este capítulo es algo corto, porque el siguiente será largo, así que por lo pronto les dejo con la pregunta ¿Dónde creen que esté Sans?

Michi fuera

:)