Un aroma levemente amargo llegó con insistencia a su mente tras estar mucho tiempo inconsciente. Desconocía cuánto tiempo había pasado de estar envuelta en la calidez de la esencia, pero tras concentrarse en ese olor pudo reaccionar de la situación en la que se encontraba y el terrible dolor le llegó a todo su cuerpo en cuestión de instantes.
Su mente yacía trastornada en cuanto recordó que se encontraba en peligro por aquel humano, por lo que no se la pensó en abrir los ojos, los cuales, sentía muy pesados para poder irse de ahí como pudiera. Sin embargo, apenas y pudo ver con un ojo ya que el otro lo tenía completamente vendado y el dolor de cabeza era más que inminente que nunca. Extrañada denotar que tenía la cabeza vendada junto con su ojo, enfocó con el que tenía disponible y pudo concentrarse de primera en la taza de té junto a ella cuyo aroma amago era lo que le había hecho reaccionar de primera.
Entendiendo que aquella bebida era producto de la atención de alguien más hacia ella, se percató de que no se encontraba en la oficina ni en otro lugar que conociera. Le parecía incluso que estaba en un lugar perfectamente limpio y cómodo a comparación de dónde había terminado antes.
Tras respirar levemente para calmarse a sí misma, se concentró en poder avistar desde su posición para descifrar en dónde se encontraba o algún punto de escape.
-Oh, veo que ya abriste el ojo.
La anfibia quiso girar bruscamente hacia donde había provenido la voz, pero el cuerpo lo tenía bastante adolorido como para moverse de tal modo. Escuchó con atención como se acercaba el sujeto hasta quedar a lado suyo para sentarse cerca de ella, fue así como pudo ver levemente que se trataba de un monstruo de avanzada edad.
-No hagas tanto esfuerzo, tuviste una fea caída –Le indicó con amabilidad –Déjame ayudarte a que puedas sentarte adecuadamente.
Dejándose llevar ante la imposibilidad de poder hacer algo, y a su vez sintiéndose más calmada de la situación que aparentemente se encontraba, con la ayuda del monstruo pudo sentarse con lentitud tras tener el cuerpo magullado. Estando en mejor postura, pudo ver con mayor el lugar, lo cual le parecía estar en una casa lujosa decorada con muchas cosas viejas y variadas, de las cuales podía evaluar a simple vista que tenían un gran valor por su mera antigüedad.
Pero tras ver con mayor facilidad a quien amablemente le estaba atendiendo, pudo notar que se trataba de una tortuga muy bien vestida cuyos años transcurridos se le notaban en varias arrugas consigo y que se hacían más tras sonreírle amablemente.
-No sabía si despertarías pronto, así que te hice té… pero me temo que ya se encuentra frío –Tomó la taza que estaba junto a un juego de ajedrez de mármol situado en su mesita –Puedo hacerte más si gustas.
-Gracias… Pero ¿Quién es usted? – Su propia voz sonaba ronca, lo que le indicaba que tenía buen rato de no usarla. Pese a no querer ser grosera con su aparente salvador, consideraba muy importante llegar a ese punto tras estar en casa desconocida.
-Oh, lamento mis modales –Rio levemente dejando la taza de nuevo en su lugar –Mi nombre es Gerson ¿Cuál es el tuyo?
-¿Qué es este lugar? ¿Por qué estoy aquí? –Ignoró su pregunta por completo manteniendo una postura seria.
-Tras ver cómo te caías desde una fea altura y verte malherida, creí pertinente traerte a mi casa –Comentó sin borrar su sonrisa calmada pese a la insolencia de la anfibia –Estabas en muy mal estado, requerías tratamiento de inmediato.
Undyne se vio detenidamente su cuerpo, el cual estaba vendado de varios lados, así como notó que su ropa era distinta a la que se había puesto. Un tanto desconcertada y molesta, volteó fijamente al viejo queriendo reprocharle por su atrevimiento de desvestirla, aun cuando se había necesitado para poder curarle sus heridas. La sensación atroz del tacto del humano acosador estaba demasiado vigente en su mente como para poder dejar pasar desapercibido que otro lograra tal cosa en ella por mucho que se requiriera.
-Fue mi esposa quien te curó y te cambio, descuida –Comentó tras entender demasiado bien su mirada disgustada –Ella es la que tiene buena mano para esas cosas, ¡wah haha!
-Entonces… gracias por todo –Se relajó un poco tras percibir que realmente no había nada malo en aquel sujeto y que no había pasado nada malo. –Pero supongo que ya es momento de retirarme.
-¿Porqué? Nadie te está corriendo, señorita –La tortuga alzó su ceja poblada extrañado –Además, hay que checar muy bien tus heridas.
-Puedo continuar con ello en un hospital, gracias –Quiso levantarse en el acto, pero el dolor le impedía siquiera poder ponerse de pie. Ante la dificultad en ella, la tortuga la volvió a sentar tomándola de los hombros con mucho cuidado.
-¿Hospital? Realmente no puedo creerlo. Es difícil que le den seguro médico a un monstruo, y mucho menos a una mujer soltera –Comentó con un leve tono burlesco.
-Veré la forma… -Ante su terquedad, quiso rechazar el gesto del viejo de volverla a sentar –No puedo seguir abusando de su hospitalidad….
"Y además tengo que saber qué pasó después en mi trabajo", se dijo internamente. Aunque le causaba un gran desagrado el tener que volver y ver la cara del sujeto que intentó ultrajarla, tenía responsabilidades y cuentas que aclarar con él mismo. Pero sobre todo, estaba más que determinada en llevar a cabo sus objetivos por su propia cuenta si todos insistían en cerrarle las puertas.
Realmente se sentía mal, y no era únicamente por el dolor de sus heridas. La terrible sensación de haber sido drogada ante un intento por parte del aquel detective de violarla… La imagen al respecto era muy borrosa en su mente tras no haber podido ver con claridad las cosas, pero su tacto y sus palabras eran más que suficiente para generarle un profundo odio hacia ese ser.
Odio… aquel sentimiento la había salvado.
Aquella noche habría sido violada, usada… y seguramente a nadie le habría importado de haber sabido. Ella ya era una burla en la oficina, nadie la tomaba con seriedad, nadie la apreciaba siquiera ¿Por qué entonces querer ir a trabajar? Seguramente aquel último golpe de gracia que había recibido tenía toda la intención de aniquilarla, aun cuando se trataba de matarla en la misma comisaría.
Patéticos… todo el cuerpo policiaco había jurado proteger a los ciudadanos de Ebott, pero era más que claro para ella ahora de a qué seres se les otorgaba tal beneficio.
-Hay una fuerza maravillosa en ti, lo estoy viendo justo ahora en tus… en tu ojo –Comentó Gerson rompiendo la burbuja en la que yacía la anfibia en sus pensamientos –Cualquiera habría muerto en una caída así y con tantos cristales rotos atravesando tu cuerpo. Eres extremadamente resistente para ser una monstruo debo decir.
-Da igual que sea o no, de igual modo nada es apreciado –Comentó amargamente tras estar invadida por sus recuerdos.
-Bueno, yo considero todo un honor poder conocer a una monstruo con tal capacidad, es asombroso –Sonrió la tortuga con empatía –He de suponer que por eso te encontrabas en la comisaría. Es todo un orgullo saber que si puede haber monstruos que lleguen a tal puesto.
Aunque tenía buenas palabras de apoyo, Undyne sintió aquello como si le encajara una daga en el pecho. No, no tenía el puesto por el que había luchado en realidad, y por más que se había esmerado, al final habían intentado…
-Sólo fui una burla para ellos. Usted mismo vio como terminé al final –Su voz sonaba extremadamente ronca tras la lucha interna de no gritar de la desesperación que le daba todo ya.
-Así que si intentaron matarla –Pese a la crudeza de las palabras, Gerson se mantenía tranquilo en lo que volvía a tomar la taza fría pare revolverla levemente y tomársela –Debo decir que no me sorprende. Cada vez el salvajismo está más que presente en ellos. ¿No crees?
-Como policías se hace un juramento… uno que dicta la entrega por mantener la paz y justicia en la ciudad. –Continuó diciendo escuchando lejanamente las palabras del monstruo viejo –Algo que no están haciendo ya.
-Querida señorita ¿En verdad crees que hubo justicia y paz en esta ciudad alguna vez? –Rio con un deje burlón –Los monstruos son tratados como sirvientes en varias regiones si es que tienen suerte, ya que otros les tocan cosas peores. La ley lo sabe de antemano ¿Y crees que hacen algo al respecto? Por supuesto que no.
-También hay monstruos malos –Dictó con firmeza la anfibia mirándolo fijamente con el único ojo que tenía disponible –Delincuentes que no saben cuándo parar.
-Bueno… puede que si –Se encogió de hombros con indiferencia –Pero también puede que hayan pasado por lo mismo que tú y que sólo quieren defenderse ¿no crees?
Undyne no comentó nada, pero si lo pensó con seriedad. Nuevamente le llegaron aquellas palabras de su pasado que la invadían cada vez que se disponía a seguir adelante con sus metas. "Me gusta cómo se te ve el cabello", le había dicho él aquel día… No pudo evitar tomar su larga cabellera como impulso y peinársela con sus dedos con tal de calmarse por su cuenta. Gerson tomó aquello como un permiso para seguir hablando con tranquilidad y dejó su taza delicada de nuevo en su sitio.
-Buenos o malos, a mí me parece que eso no importa. Los humanos sólo protegen humanos, así que es más que claro que entre monstruos debemos protegernos de igual modo. –Comentó Gerson. –Los medios puede que sean un tanto ortodoxos, pero en cuanto se logre que los monstruos estén bien, considero que es una gran ventaja.
-"El fin justifica los medios "… si, ya lo he oído antes –Entendió a la primera a lo que quería llegar el viejo en lo que seguía jugando con su cabello carmesí –Si no le importa, no quiero hablar más de tal cosa.
-Lo entiendo, lamento si fue algo impertinente de mi parte tocar temas delicados –Su calma y confianza en sus palabras eran de algún modo consolador para la monstruo –Al menos permítenos seguir curando tus heridas antes de que quieras irte. Aun te encuentras en estado delicado y… aunque mi mujer haga maravillas, me temo que tu ojo no tendrá recuperación.
La anfibia no comentó nada tras tratar de digerir aquella información de golpe. Si había perdido un ojo, significaba que le habían debilitado de cualquier forma. Un trofeo para aquel repugnante ser que se había salido con la suya de cualquier modo. Lo odiaba… los odiaba tanto. Ella tan sólo quería mostrar de lo que era capaz ¿qué había de malo en eso?
Pero si había algo que la seguía motivando pese a todo. Por más que habían tratado de violarla y luego de matarla, no permitió que ambas cosas le pasaran. La tortuga vieja tenía razón en algo después de todo: era extremadamente fuerte y era más que sorprendente. Cualquier otro monstruo habría terminado rindiéndose o hecho polvo en el acto, mientras que ella, estaba lo suficientemente firme para seguir adelante y vivir para contarlo.
Le habían apodado en el trabajo como "sirenosa". Ella les demostraría que era un tiburón realmente… y ya tenía en mente quienes serían sus primeras presas.
Suspiró esbozando una sonrisa para sí misma ¿realmente estaba pensando en matar a alguien justo cuando le había dicho otro punto de vista al viejo? Estaba más que segura que se estaba dejando llevar por el sentimiento negativo que emitía hacia el humano causante de su malestar, pero por más que lo pensaba, no lograba memorizar a algún otro humano que fuese bueno con ella alguna vez. Siempre le habían tratado mal y no lo había importado siempre y cuando no estorbaran en su camino, pero más que ser piedras para tropezar, se habían vuelto paredes para ella conforme el paso del tiempo.
Tal vez después de todo Gerson sí tenía razón. Los humanos sólo veían para ellos mismos. Ella había sobrevivido a todos los juegos sucios de aquellos seres, pero había muchos otros monstruos que no corrían con la misma suerte. ¿Permitiría que eso siguiera pasando?
-Aunque tenga un ojo menos, yo sigo adelante –Dijo finalmente tras la mirada extrañada del reptil hacia ella –No es algo con lo que no pueda lidiar.
Siendo invadida por su propio coraje, se levantó ignorando el dolor consigo y logró mantenerse de pie con mayor estabilidad. Gerson se levantó igualmente a modo de cortesía.
-Nuevamente le agradezco su hospitalidad, señor.
-No tienes porque. Entre monstruos siempre nos ayudaremos.
Comenzó a caminar lentamente para corroborar por su cuenta que tanta movilidad tenía consigo, y tras notar que podía lograr andar pese a las complicaciones, esperó a que el dueño de la casa le indicara hacia dónde se encontraba la salida. El reptil simplemente le señaló la gran puerta que se encontraba al fondo, a lo cual se dirigió hacia ella no sin antes hacer un ademán con la cabeza a modo de agradecimiento y se fue de inmediato sin siquiera preguntar en qué punto se encontraba realmente.
Una vez cerrada la puerta, el reptil volvió a sentarse en su sitio y sonrió para sí mismo. Tras escuchar unos pasos detrás de él, no tuvo que voltear para saber de quién se trataba. Ya sabía de antemano que había escuchado todo sin intervención alguna, después de todo siempre era así ella. El leve suspiro que había emanado el ser detrás suyo, había sido señal suficiente para saber qué estaba pensando pese a no verla directamente.
-Ella volverá –Respondió Gerson con franqueza. Tomó la pieza del caballo de su ajedrez y lo acarició levemente contemplándolo –No fue en vano auxiliarla. Sólo hace falta esperar.
Los leves pasos hicieron aparición nuevamente y Gerson giró hacia la monstruo que se le acercaba para tomar su taza ya vacía y retirarla. Su piel mostaza resaltaba a simple vista de la reptil, pero no se comparaba con la mirada fría que emanaba la monstruo tras sus grandes lentes cristalinos. Se podría jurar incluso que no había nada de vida en aquellos ojos grises.
-Avísale a Asgore que hemos encontrado a la indicada.
Le indicó Gerson a su esposa antes de que se retirara por completo llevándose la taza a su sitio. Su silencio había sido suficiente respuesta para saber que haría de inmediato tal indicación. Sonriendo ante la calma que reinaba en su sala repleta de antigüedades, continuó acariciando la pieza de ajedrez entre sus dedos, sabiendo que las cosas estaban saliendo mejor de lo que había esperado.
.
…
La luz anaranjada que emitía el bello atardecer se reflejaba en la pared de cristal que tenía Frisk en su local mientras ella se encontraba metiendo los contenedores con variadas flores que ponía en exhibición fuera de la tienda. Un día más relativamente tranquilo estaba llegando a su fin y deseaba más que nada subir y preparar la cena para acostarse.
-DISCULPA ¿ES USTED LA DUEÑA DE ESTA FLORERÍA?
-Un momento –Frisk se encontraba metiendo un contenedor pesado en cuanto oyó aquella voz demasiado alzada. Estaba por cerrar, pero supuso que un cliente tenía el derecho de pedir algo en cuanto no tuviera el letrero oficializando el fin de la jornada. Dejó su carga llena de alcatraces y se giró para ver a su clientela en lo que se acomodaba su sombrero para mayor presentación –Si ¿En qué puedo a…?
Tras ver directamente quién se encontraba parado justo en la entrada, Frisk no pudo terminar su oración ante el impacto que le daba verlo y quitó sus manos de su sombrero sin saber qué hacer con ellas ahora.
Estaba acostumbrada a variedad de monstruos entrando a la florería, pero sólo conocía a un esqueleto y estaba brillando por su ausencia en las últimas semanas. En cambio, estaba ante ella un esqueleto de gran estatura cuyo porte era igual de bien vestido y elegante como lo era siempre que veía a Sans. No sabía quién estaba más sorprendido, si ella por conocer a otro esqueleto aparte de su acosador o el esqueleto mismo que la estaba observando anonadado pese a ser él mismo quien había preguntado por ella.
-¿ES USTED… UNA HUMANA? –Había un tono alarmante en su voz que Frisk no pudo descifrar el porqué.
-Si, si lo soy –Alzó la ceja extrañada con la pregunta ¿Qué no parecía una? – ¿Algo en lo que pueda ayudarle?
Quería preguntarle si conocía a Sans ante varios elementos en los que ambos se parecían visiblemente, pero tras considerar que esa sería una estupidez de su parte, optó por esperar a que el esqueleto dijera qué era lo que andaba buscando o porqué había preguntado por ella. Sin embargo, la figura alta seguía mirándola fijamente como si tratara de buscar algo en ella más allá de lo que podía contemplar a simple vista.
Tras varios minutos de incómodo silencio, el esqueleto alto aclaró su garganta y se dirigió cordialmente hacia ella.
-SOY EL GRAN PAPYRUS, MIEMBRO DE LA ALTAMENTE RECONOCIDA FAMILIA GASTER –Se presentó con demasiada formalidad, aunque la humana estaba captando algo de orgullo en sus palabras –PERTENECIENTE Y SALVADOR DE SU FLORERÍA COMO MUCHAS OTRAS LOCACIONES DENTRO DE SNOWDIN.
-¿Familia Gaster? –Preguntó por lo bajo la florista al nunca haber oído tal apellido. Pero tras un par de segundos de analizar sus palabras, se percató de la información más importante que le estaba dando –¿Cuidadores de mi florería?
Vagamente le vino a su mente aquella plática que había tenido con una de sus clientes. Una coneja que le había preguntado si todavía le seguía Sans presionando para formar parte del séquito de sus ingresos delictivos, pero el esqueleto jamás le había ofrecido tal oferta ni mucho menos presionado al respecto. Tan sólo se quedaba recargado en la pared del frente observándola trabajar ¿Acaso lo que hacía era cuidarla en vez de acosarla como ella creía? ¿Sería del mismo caso el hecho de que le mandara alimentos ante la complicación que se le presentaba? Por más que trataba de analizar todo, Frisk estaba realmente confundida.
-ASÍ ES. HE VENIDO A COBRARLE LA CUOTA DE CADA MES POR NUETRA LABOR DE QUE TODO SE ENCUENTRE BIEN EN SU FLORERÍA –Indicó inmediatamente –COMO DEBE DE ESTAR ACOSTUMBRADA, SE REQUIERE DE DISCRECIÓN Y RAPIDEZ EL PAGO, ASÍ QUE SI ES AMABLE…
El esqueleto se había quedado parado esperando algo de la dueña del lugar, pero tras notar la confusión de ella por sus palabras, su posición que anteriormente estaba firme acorde a sus palabras poco a poco terminó expresando la misma confusión de Frisk.
-¿USTED… NO SABE DE LO QUE HABLO? ¿SI ES LA DUEÑA, CIERTO?
-Ah, si… pero no sé de qué cuota me esté hablando, lo siento –Sin esperar más palabras demasiado exaltadas para su gusto, se dirigió hacia la caja registradora –Pero si estoy en su sistema, puedo pagar por lo que han hecho de ser así. Pero pido de favor que sea el último del que tenga que contar con sus servicios.
-¿NUNCA ANTES HABÍA PAGADO… Y NOS ESTÁ RECHAZANDO?
La confusión era cada vez más fuerte en el alto esqueleto. Frisk abrió su caja registradora en espera de que le dijera una cantidad, pero tras un par de minutos incómodos, comprendió que sus palabras habían sido demasiado directas y que el rechazar los servicios de un mafioso aún más alto que el anterior y posiblemente más fuerte, era una cosa más que podía agregar a sus estupideces suicidas.
Frisk se mantuvo alerta por cualquier cosa, en espera de que Flowey hiciera aparición tras notar que todavía no subía, pero el esqueleto finalmente suspiró profundamente y dejó de estar en postura formal rompiendo con toda la esencia intimidante que inútilmente había hecho efecto.
-DÉJEME ENTENDER ALGO… NUESTRA FAMILIA LE HA ESTADO DANDO SERVICIO EN ESTOS MESES SIN QUE USTED PAGUE… USTED NO SABÍA NADA DE ESTO… Y AHORA QUE LO SABE ESTÁ RECHAZANDO NUESTRA OFERTA…
Frisk agradecía estar escudada detrás del recibidor al tener sus tijeras de jardinería consigo por si pasaba cualquier cosa. Se mantuvo en silencio esperando cualquier cosa que pudiera presentarse, ya que si había visto con sus propios ojos lo que podía hacer Sans en cuestión de segundos, suponía que las habilidades del alto tendrían que ser muy similares pero con la posibilidad de ser más letal ante la incertidumbre que le daba su existencia.
-¿ES PORQUE SOMOS MONSTRUOS, CIERTO? ¿POR ESO NO QUIERE DE NUESTROS SERVICIOS?
-¿Qué?
-¡LO SABÍA! EN VERDAD TODOS LOS HUMANOS SON IGUALES. SON RACISTAS, SON DISCRIMINATORIOS, SON…
-El único que está juzgando es usted, señor –Atajó inexpresiva –Los monstruos son mis mayores clientes y con quienes he convivido más en toda mi vida.
Algo en sus palabras le llamó la atención y se quedó callado en espera de algo más. La humana tomó aquello como un permiso no formulado de continuar hablando.
-Agradezco lo que han hecho por mi pese a no saber nada al respecto. Supongo que he estado muy tranquila gracias a ustedes sin siquiera saber que formaba parte de sus clientes –Comentó de inmediato para calmar las cosas –Pero declino de su oferta al no querer formar parte de procesos ilícitos estando en contra de mis principios.
-SABE QUE TAMBIÉN AL NO FORMAR PARTE DE NUESTRA RED, IMPLICA QUE ESTÁ EN CONTRA NUESTRA ¿CIERTO?
-Entonces estoy salva en este mes por pagarle el que me está cobrando –Comentó sin mostrar expresión alguna en lo que sacaba toda la rejilla con el dinero –No sé si con todo esto sea suficiente. Desconozco la cantidad que esté cobrando.
Papyrus se quedó viendo el dinero por un par de segundos hasta que giró su cabeza evitando ver a la humana que le tendía tal cantidad. Frisk no entendía por qué le rechazaba hasta que notó que estaba viendo las flores de uno de los aparadores. No sabía si le gustaba alguna en particular o si estaba viendo más allá divagando en sus pensamientos, pero fuera lo que fuera, optó por no interrumpirlo.
Sin decir nada, el esqueleto comenzó a dirigirse hacia la puerta con el afán de retirarse de inmediato. La florista comprendió que, además del hecho de no aceptar su paga implicaba el fin del convenio que desconocía hasta ese momento, posiblemente se encontraba en peligro al considerarse en calidad de enemiga de una familia mafiosa. Sin embargo, no le temía realmente a alguna represalia por algo que no consideraba malo de su parte.
-Espere –Frisk dejó de golpe la rejilla de la caja registradora sobre el recibidor y se acercó con suficiente distancia a la figura alta que estaba por abrir la puerta – ¿Sans está bien?
Tras mencionar su nombre, el esqueleto giró bruscamente hacia la humana con un semblante ensombrecido.
-¿PORQUÉ PREGUNTA POR ÉL?
-Tengo tiempo que no lo veo y… –No supo cómo terminar la oración y aquello le hizo sentir incómoda. –Deme un minuto.
De las mismas flores doradas que había estado observando el esqueleto, tomó unas cuantas y se las llevó con prisa a su recibidor en donde tenía las tijeras y listones para hacer un ramo corto. No era de sus mejores trabajos ante la rapidez con que lo hizo, pero tampoco estaba mal el conjunto de flores seleccionadas bien acomodadas con el listón azul decorativo que tenía. Una vez teniéndolo listo, se las tendió estando cohibida con su gesto.
-Yo… quisiera que se las llevara, por favor –Esperó a que tomara el ramo, a lo cual Frisk se dio cuenta de que el esqueleto portaba guantes negros en cuanto finalmente las recibió un tanto extrañado –Si ya no seré su cliente… al menos quisiera agradecerle con algo por lo que ha hecho.
Desconocía cómo terminarían las cosas tras todo, pero la firme convicción de agradecer con lo que fuera por ayudarle a conseguir alimentos, era algo que no iba a pasar desapercibido. No estaba muy segura si le alegraba o no que con ello Sans ya no se presentaría de la nada en su local como frecuentemente lo hacía sin palabra alguna.
-¿SANS LE PREOCUPA?
-¿Ah?
-OLVÍDELO –Suspiró un tanto extrañado. Pareciera que la pregunta había sido demasiada tonta para él –SE LAS LLEVARÉ SIN FALTA. NO PUEDO NEGAR UN GESTO TAN NOBLE COMO ESTE… AUN CUANDO SE TRATE PARA MI TORPE HERMANO.
Frisk abrió ligeramente los ojos con sorpresa. ¿Él era el hermano del que había hablado Sans en aquella comida? ¿El de malos dotes culinarios? Ahora le quedaba más claro el término "familia esqueleto" como algunos en Snowdin los mencionaban. Literalmente se trataban de una familia y no era un nombramiento a la ligera simplemente.
-ME RETIRO ENTONCES –Inclinó levemente la cabeza como señal de respeto y nuevamente se dirigió hacia la puerta –ADIÓS HUMANA.
La mencionada no dijo nada, realmente se le había hecho extraño que la nombrara por su especie y no por otro término, hasta que se acordó que no le había dicho su nombre a diferencia de que él si se había presentado. Dejó que el mafioso alto se retirara sin más, ya se sentía lo suficientemente torpe como para tener que lidiar con protocolos sociales de despedida.
Al asegurarse de que había sido suficiente tiempo, puso finalmente el letrero de "cerrado" antes de que algo más pudiese pasar en tan extraño día.
Al otro lado del local, en las escaleras que conectaban al departamento, se encontraba Flowey oculto mirando cómo la humana ponía el letrero que concluía el día laboral. Si tan sólo se le viera de cerca, se podría notar que estaba levemente temblando.
Mas nunca la florista se dio cuenta.
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Si, lo sé, llevo tiempo desaparecida :(
Sin aviso previo me cambiaron el horario en el trabajo, además del hecho de que entré a un diplomado de nuevas tendiencias comunicativas para opción de titulación y ambas cosas acapararon mi tiempo sin previo aviso. Aun me encuentro reacomodando toda mi agenda para que nada me tome desprevenida y pueda darle tiempo a cada cosa, pero mientras tanto tuve que escribir en los pocos ratos que me quedan libres en desorden.
Para quienes me siguen también en Osado Corazón, me temo que me tardaré un poco más al querer adelantarle aún más para no atrasarme al momento de llegar a la tercera temporada. El final de la segunda está muy cerca y será épico, lo garantizo. Además, por la espera les tengo un regalo que muy pronto podrán ver :)
Antes de irme, les tengo una pregunta que me está carcomiendo sobre qué será conveniente. Tengo planeado el no dar aviso cuando se presente contenido sexual o violento en algún capítulo al preferir que se genere la sorpresa e impacto de no esperarlo, pero ¿ustedes preferirían que si avisara? ¿O sigo con el mismo ritmo?
Y muchas gracias por seguir conmigo. Los quiero mucho!
Michi fuera!
**se va a al diplomado**
