LXI
—Apenas llegue a casa le pediré a Henry que…
—¿Uh? —Hopper frunce el ceño mientras abre la puerta trasera del auto y deposita el vestido y los zapatos sobre el asiento—. Nah. ¿No ves el moño gigante que me puso la chica? —protesta—. Y esa bolsa lujosa también… Es un regalo, niña.
—Pero es… mucho y…
—¿Y? ¿Piensas que no gano suficiente como jefe de policía?
—Y-yo no dije…
—Bueno, entonces, ¿cuál es el problema? Es un regalo. Acéptalo y no digas más.
Eleven finalmente se rinde y tan solo asiente.
—Gracias…
Hopper responde con un «hm» y se apresura a subir al asiento del piloto.
—Ahora súbanse; queremos estar de vuelta antes de que se acabe el día.
Si bien es claro que exagera, Eleven no tarda en obedecer. Metros atrás, Joyce solo los observa con una sonrisa en su rostro.
—¿Estás esperando una invitación por escrito o qué, Joyce?
—Ya, ya —ríe mientras pone los ojos en blanco y abre la puerta del copiloto—, viejo gruñón.
Lo último lo dice por lo bajo, pero con toda la intención de que el sheriff la oiga. Y por supuesto que este no se queda callado:
—¡Ey! ¡No soy ningún viejo…!
—¡Sí que lo eres!
Ambos discuten todo el camino de vuelta.
Eleven empieza a sospechar que es, de hecho, un pasatiempo para ellos.
Cuando faltan aún unos cuantos kilómetros para llegar a Hawkins, Eleven siente el comienzo de una migraña.
Eleven.
La voz de Henry retumba dentro de su cabeza.
Eleven. ¿Dónde estás?
Se lleva una mano a las sienes y suelta un gemido.
—Jane, ¿estás bien? —le pregunta Joyce, mirándola por encima del hombro.
Eleven. Respóndeme.
—Sí, yo… Me duele un poco… la cabeza…
—Oh. —Se gira hacia Hopper—. ¿Podemos pasar por una farmacia antes de dejarla en su hogar?
—¡No! —Eleven exclama con más fuerza de lo necesario, sobresaltando a ambos adultos—. Perdón… Este… En casa tengo medicamentos —miente—. Solo… Solo llévenme… a casa.
—De acuerdo —acepta finalmente Joyce—. Hopper, recuerda que la calle que debes tomar es…
Eleven aprovecha que ya no le están prestando atención para cerrar los ojos y concentrarse.
Ya llego. Perdón. Te lo explico luego.
Silencio. No sabe si Henry responderá.
Y luego:
Apresúrate.
Eleven hace una mueca: puede percibir algo de sus emociones a través del vínculo telepático que ha creado con ella…
… y no está para nada feliz.
