- . My Hero Academia 180 grados. -
7. Donde Midoriya y Uraraka son sinceros sobre como se han sentido y toman decisiones por separado
Camie inhaló profundamente, disfrutando del aire fresco que soplaba suavemente, llenando sus pulmones y relajando sus sentidos. Caminaban por el parque después de su primer día de entrenamiento de artes marciales. Las hojas de los árboles susurraban con la brisa, y el sol de la tarde pintaba el cielo con un suave tono dorado. Una sonrisa juguetona se dibujó en el rostro de Camie mientras giraba la cabeza hacia Uraraka, con los ojos brillando con una curiosidad inesperada.
—Y dime, Ochako, ¿tienes novio? —preguntó Camie de repente, caminando de espaldas, su tono ligero pero cargado de interés.
Uraraka se sobresaltó un poco por la pregunta directa, pero rápidamente trató de disimularlo con una risa nerviosa.
—No. Creo que todavía no estoy lista para eso —respondió, su voz titubeando ligeramente mientras apartaba la mirada, tratando de ocultar el rubor que empezaba a subirle a las mejillas.
Camie no se dejó engañar fácilmente. Inclinó la cabeza con una sonrisa traviesa, y sus ojos brillaron aún más.
—¿Pero hay alguien que te guste, no? —insistió, su voz suave y tentadora como si estuviera tratando de desenterrar un secreto.
Sin desearlo, Uraraka recordó un fragmento de su sueño con Deku y no pudo evitar ruborizarse aún más.
—Ah, bueno... yo...
Para el alivio de Uraraka, su amiga continuó hablando.
—A mí sí que me gusta alguien.
Uraraka se sintió aliviada de que la conversación no girara más en torno a ella y sonrió ampliamente, recuperando su calidez habitual.
—¡Eres muy agradable y bonita, así que seguro te corresponderá! —dijo con entusiasmo, su voz cargada de apoyo y optimismo sincero.
—¿Tú crees? —preguntó Camie, tomando las manos de Uraraka de improviso. A lo que Uraraka asintió. —¿Y tú crees que me podrías prestar algo para usar cuando me declare?
Extrañada por la pregunta, Uraraka asintió.
—Sí, pero no sé si seamos la misma talla. Creo que tienes muchas más curvas que yo —admitió algo apenada.
—Eso no importa —contestó Camie con una sonrisa mientras seguía caminando—. Solo lo quiero como un amuleto de la suerte.
Sin entender del todo a qué se refería, Uraraka siguió a su amiga hacia la entrada de la estación del tren.
Deku despertó al sentir el suave sonido de las olas rompiendo a sus pies. Se incorporó abruptamente, sentándose en la arena, y vio a Todoroki y al señor Toshinori en la penumbra de la noche, aparentemente esperando a que se despertara.
—Hiciste un gran trabajo, joven Midoriya. Has superado por mucho mis expectativas —lo felicitó el señor Toshinori con una sonrisa de orgullo.
Izuku bajó la cabeza con una leve sonrisa, aún desorientado. Lo último que recordaba era haber estado gritando sobre una pila de chatarra. Luego, el cansancio extremo lo había hecho perder el conocimiento.
—Gracias, pero no lo hubiera logrado tan rápido sin la ayuda de Todoroki —respondió, mirando a su amigo, que mantenía la vista fija en el mar.
—Si bien hoy estuvimos a la par en esto, creo que el crédito en general te pertenece, Midoriya —dijo Todoroki sin apartar la vista del horizonte.
Izuku permaneció en silencio, sin poder creer del todo las palabras de su amigo, pero apreciando profundamente su amabilidad.
—Además... lo que hice fue más un acto de desahogo que un deseo de fortalecerme como persona —admitió Todoroki con seriedad.
—En ese caso, yo soy igual —reconoció Midoriya—. Lo de hoy lo hice por la frustración acumulada debido a que las cosas no han salido como esperaba. Desde no haber desarrollado un quirk hasta tener que abandonar mi sueño de seguir los pasos de All Might.
El señor Toshinori apretó los puños con fuerza mientras Midoriya hablaba, su expresión grave.
—Sé que comparado con tus problemas familiares, esto puede parecer caprichoso...
—No lo es —lo interrumpió Todoroki—. Si es tu sueño, también es importante.
Las palabras de Todoroki resonaron en Izuku con una fuerza inesperada. Durante mucho tiempo, Izuku había pensado que sus propios problemas eran insignificantes comparados con los de los demás. Escuchar a Todoroki, alguien que había enfrentado tanto dolor y conflicto, decir que sus sueños también importaban, lo hizo romper en llanto.
—No, no está bien seguir llorando todo el tiempo. Prometí ser más fuerte para que nadie tenga que preocuparse por mí... —dijo Izuku, intentando secarse los ojos.
Antes de que pudiera continuar, sintió los brazos del señor Toshinori envolviéndolo en un abrazo cálido y protector.
—Aunque no queramos admitirlo, todos somos sentimentales respecto a algo —dijo Toshinori con una voz suave, llena de comprensión y afecto. Luego miró a Todoroki, quien observaba en silencio—. Y está bien llorar. Incluso los héroes lo hacen cuando lo necesitan.
Todoroki asintió lentamente, sus ojos fijos en el mar.
—Gracias, lo recordaré —respondió con una voz segura, poniéndose de pie con determinación—. Pero primero, haré llorar al que secuestró a mi madre.
Izuku asimiló rápidamente las palabras de Todoroki, sintiendo la determinación de su amigo. Se levantó con energía renovada a pesar del agotamiento.
—Entonces, yo te ayudaré —declaró Izuku, con una chispa de valentía en sus ojos.
Ambos se miraron, una comprensión silenciosa y firme pasando entre ellos.
...
Uraraka y su nueva amiga estaban saliendo del tren cuando, por casualidad, Bakugo entró en el vagón llevando una bolsa de gimnasio y con una expresión de mal humor evidente. Uraraka sintió un gran alivio al notar que no la había visto y, por ende, no la había llamado "cara redonda". Sin embargo, de repente, Camie, con su habitual desinhibición, le lanzó un comentario.
—Oye, guapo, no arruines tu bello rostro con ese ceño fruncido —dijo Camie, caminando de espaldas con una sonrisa juguetona.
Uraraka se asustó al imaginar una posible reacción explosiva de Bakugo, pero la puerta se cerró detrás de él y el tren comenzó a moverse. Sin embargo, por una fracción de segundo, a Uraraka le pareció que en el perfil de Bakugo se formaba el esbozo de una sonrisa.
'¿Qué tenía la sonrisa de los chicos que los hacía tan encantadores?' se preguntaba Uraraka mientras recordaba a Deku sonriendo. Deku antes de llegar con Hatsume. Deku riendo en la cafetería. Y luego, inesperadamente, Deku cayendo del edificio, pero... de repente ese Deku no era él, sino el primer amor de Himiko Toga, y no caía de un edificio cualquiera, sino del techo de la escuela.
Ella corría y levantaba la mano para intentar tocarlo antes de que llegara al suelo. Prefería intentar hacer algo, que no hacer nada y arrepentirse después, pero...
Uraraka desvío la vista ante lo ocurrido, pero al hacerlo se encontró con el mismo muchacho que acababa de saltar, a su lado, con la boca abierta y sin poder creer haber presenciado su propia muerte.
Despertó, tallándose los ojos, y no pudo evitar sentirse melancólica.
—Toga —susurró en voz baja, mientras una tristeza le llenaba el pecho.
Aunque temprano, Uraraka decidió salir a correr para despejar su mente. Estaba siguiendo el ejemplo de Deku, y ese simple hecho la hacia sentir contenta y motivaba.
La luz del sol empezaba a emerger cuando llegó a la playa y vio a lo lejos a Deku practicando con el señor Toshinori y un muchacho que debía ser Todoroki, de quién le había hablado.
Sin querer interrumpir, permaneció apoyada en el barandal observando detenidamente como practicaban estilos de lucha, y le pareció que en ciertos momentos Deku brillaba con los tonos verdes de sus ojos y su cabello frente al amanecer. Su expresión al atacar se volvía inusualmente feroz y perseverante.
De nuevo se sintió en las nubes. Cómo si flotara con su quirk.
A pesar del corto tiempo que se conocían, sentía que ya lo había visto en varias facetas, y viéndolo en esta nueva, se dijo que también le gustaba demasiado 'Deku en modo de ataque'
Esa expresión de determinación lo hacia ver totalmente genial.
Ya sin preocuparse mucho de si se estaba sonrojando se preguntó:
¿Esto era lo que las chicas en las revistas llamaban atracción? Al observar que Deku era cada vez más fuerte.
Tal vez cuando lo conoció estaba demasiado distraída por el parecido que tenía con el chico que había obsesionado a Himiko Toga, como para notar otra cosa, pero ahora sentía que veía a Deku en su cien por ciento.
Esto que sentía era admiración? Al verlo crecer como persona cada día y querer ser igual que él.
O cariño? Por haberlo visto en su peor momento y ahora verlo sonreír de nuevo.
O juntando todo, lo que sentía en realidad era...
¿Y que tal si hablaba de esto con Deku?
La sola idea le hacía sentir ansiosa, y al respirar sentía que su respiración era cálida.
Pero sería lo correcto hablarle de sus sentimientos? . No estaba segura de si era el momento adecuado. Ahora Deku se veía muy enfocado en buscar un nuevo camino, después de haber renunciado a seguir los pasos de All Might. Y no quería que eso se perdiera. Su capacidad de enfocarse ya fuese como un fanático que anotaba todo lo relacionado con los héroes en sus libretas, o como alguien que practicaba sin parar en todo su tiempo libre.
No quería que Deku cambiara en absoluto.
Separándose del barandal, Uraraka decidió seguir corriendo en la dirección opuesta.
Desde la playa Deku volteó en esa dirección por una especie de presentimiento, pero no encontró a nadie, y su distracción le valió un golpe en la cara de Todoroki.
"No te distraigas joven Midoriya!" lo reprendió el señor Toshinori.
"Si!" respondió Deku, regresando al entrenamiento con renovada concentración.
...
Notas de la autora
Listo el séptimo capitulo. Sus comentarios siempre son bienvenidos! saludos!
