- . My Hero Academia 180 grados. -

32. Donde Izuku es entrevistado sobre sus motivos para querer ser un héroe


Izuku llegó al lugar donde se realizaría el examen de ingreso con el corazón latiendo con fuerza. Aunque había visto el mapa varias veces, el terreno donde se encontraba era completamente diferente al campus de la UA. Era amplio, lleno de estructuras altas y áreas abiertas que parecían diseñadas específicamente para pruebas físicas y tácticas. Pero lo que realmente capturó su atención fue la cantidad de jóvenes reunidos allí. Decenas de postulantes como él, todos con la misma mirada de emoción y nerviosismo.

Muchos llevaban consigo aditamentos, pequeñas partes de lo que probablemente serían sus futuros trajes de héroes si pasaban el examen. Midoriya, con su libreta en mano, observaba con curiosidad a todos intentando captar detalles interesantes.

Con la vista, también intentó encontrar algún rostro conocido. Sin embargo, la multitud era abrumadora, y no lograba encontrar a nadie familiar. Era como si, de repente, estuviera solo en medio de una multitud. Pero no era algo tan extraño; después de todo, había demasiados aspirantes este año, y era natural que no todos estuvieran en el mismo lugar al mismo tiempo.

Favor de hacer filas ordenadas frente a las mesas de entrevista —anunciaron de pronto los altavoces, rompiendo el zumbido constante de las conversaciones nerviosas.

Lo que siguió fue un caos inmediato. Los jóvenes aspirantes se lanzaron a empujones hacia las mesas, intentando ser los primeros en formarse. Los nervios estaban a flor de piel, y el ambiente se tornó agobiante en cuestión de segundos. Izuku sintió que lo estaban aplastando por todos lados, pero también intentó hacerse paso entre los cuerpos apretados, luchando por respirar mientras su corazón latía aún más fuerte.

—¡Alto, postulantes! —una voz potente resonó por encima del tumulto—.¿Esta les parece la conducta adecuada para futuros estudiantes de la UA?! ¡La más prestigiosa escuela de héroes!

El grito resonó como un trueno, y todos se detuvieron en seco. La multitud, que hace solo un momento era una masa caótica de cuerpos y gritos, ahora murmuraba con incomodidad. Midoriya, entre el alivio de no ser aplastado y la curiosidad por quien había alzado la voz, se giró para ver a un joven alto y de porte firme, con lentes que brillaban al sol.

—¡Piensen que tal vez desde este momento ya nos están evaluando para saber si somos material digno de nuevo ingreso! —continuó el joven, con una autoridad que no se esperaba de alguien tan joven—. ¡El altavoz dijo específicamente que hiciéramos filas ordenadas! ¡Así que procuremos acatar las instrucciones!

Aunque algunos murmuraron, otros incluso rodaron los ojos ante el tono regañón del muchacho, la mayoría de los aspirantes comenzaron a hacer lo que pedía. Las filas se formaron más organizadamente y, poco a poco, el caos se transformó en orden.

Midoriya, aún un poco agitado, sintió alivio al dejar de ser aplastado. Finalmente, pudo respirar con más tranquilidad mientras la multitud se calmaba. Pero antes de que pudiera relajarse del todo, escuchó que lo llamaban:

—¡Y tú! ¡El de verde! —dijo la voz del mismo joven.

Midoriya se tensó de inmediato, sabiendo que se refería a él. Se puso firme, casi en un reflejo automático, mientras el chico con gafas lo miraba fijamente.

—¡Espero que hayas llenado todo el papeleo necesario para traer esos artefactos que llevas contigo! —le increpó con seriedad.

—¡Sí! ¡Lo llené la semana pasada! —respondió Midoriya, rápidamente, recordando cómo había completado todos los formularios para poder llevar sus herramientas de soporte.

El chico asintió con severidad.

—Entonces no hay problema. ¡Sigue adelante y fórmate!

Mientras pasaba junto a él, Midoriya no pudo evitar pensar que el muchacho era algo intimidante, pero también muy dedicado. Aunque su tono era rígido, claramente se preocupaba por seguir las reglas y asegurarse de que todos hicieran lo correcto. Al menos ahora el proceso se desarrollaría de manera más ordenada.

Por su parte, Tenya Iida —el joven que había dado el llamado de atención— no pudo evitar notar algo en los aditamentos de Midoriya. Algo en su diseño le resultaba vagamente familiar, como si lo hubiera visto en algún lugar antes, pero no lograba ubicar exactamente dónde.

Antes de que pudiera pensar más en ello, una voz grave resonó detrás de él:

—Oye, muchacho. Los organizadores somos nosotros. Haz el favor de formarte tú también.

Iida se sorprendió al ver que quien le hablaba no era otro que el propio director Aizawa. El muchacho de lentes, quien hasta ese momento había dirigido la situación con tanto control, se tensó visiblemente y respondió con rapidez.

—¡Sí, lo siento, señor! —respondió Iida rápidamente, inclinando la cabeza antes de ir a formar junto a los demás.


Izuku estaba de pie en la fila, sintiendo los nervios correr por su cuerpo mientras avanzaba lentamente hacia la mesa de entrevistas. La fila era larga, pero desde su posición podía ver cómo Present Mic, uno de los profesores más extravagantes de la UA, manejaba las entrevistas con un estilo rápido y enérgico. Parecía que los estudiantes que pasaban por su mesa eran aprobados casi de inmediato, tras solo un par de preguntas.

A su lado, otra fila avanzaba mucho más lentamente. El propio director Aizawa estaba a cargo de esas entrevistas, y parecía tomarse su tiempo con cada postulante, haciendo preguntas detalladas y observándolos con gran atención. Izuku agradeció silenciosamente no estar en esa fila.

—Parece que tuvimos suerte de estar en esta fila —comentó una voz detrás de Izuku, coincidiendo con sus pensamientos.

Izuku giró la cabeza y se encontró con un joven de cabello púrpura y mirada cansada. Tenía un aire distante, pero parecía amigable.

—Sí —respondió Izuku con una sonrisa nerviosa.

—Soy Shinso —dijo el muchacho, extendiendo la mano.

—Yo... Izuku Midoriya —respondió, estrechando su mano con torpeza.

Shinso lo observó por un momento, notando los aditamentos y el equipo que llevaba consigo.

—Solo por hacer conversación mientras esperamos—dijo Shinso, cruzando los brazos—. ¿Cuál es tu quirk? Parece que necesitas muchos aditamentos para usarlo.

Izuku sintió una pequeña punzada de duda ante la pregunta, pero decidió confiar en él, aunque fuera un poco.

—La verdad es que... no tengo un quirk.

Shinso lo miró por un momento, visiblemente sorprendido. Sin embargo, en lugar de reírse o burlarse, su expresión se tornó seria.

—Entonces ambos la tenemos difícil.

—¿Tú tampoco tienes un quirk? —preguntó Izuku, curioso.

—Sí tengo —admitió Shinso—. Pero debo reconocer que mis habilidades físicas no están muy bien desarrolladas. —Se rascó la nuca, como si eso aliviara el peso de su confesión—. Lo cierto es que me estoy haciendo a la idea de entrar, al menos, a las clases de estudios generales y, tal vez, escalar después al curso de héroes.

Izuku, con su habitual optimismo, intentó animarlo:

—¡Esforcémonos al máximo!

Sin embargo, Shinso simplemente desvió la mirada, sumido en sus pensamientos. La conversación quedó en un incómodo silencio por un momento, hasta que Shinso decidió retomarla.

—Así que... uno de tus padres no tiene quirk y te lo pasó. Supongo que le guardas algo de rencor ahora que quieres ser un héroe.

Izuku parpadeó sorprendido ante el comentario.

—En realidad, mi madre puede hacer levitar pequeños objetos, y mi padre escupía fuego —explicó.

Por un momento, la expresión de aburrimiento de Shinso cambió ligeramente, como si algo lo hubiera intrigado, pero pronto volvió a su actitud neutral.

—Eso que me dices es imposible.

—El doctor también dijo que era raro, pero...

—No —respondió Shinso, cortante—. ¿Sabes que los rasgos físicos están definidos por la herencia genética?

Izuku asintió, recordando algunas explicaciones de sus profesores y lo que había leído en libros.

—En estudios recientes se ha demostrado que, así como un hombre con barba partida le pasará forzosamente esa característica a sus hijos varones, los padres con quirks de fuego les pasarán ese don a sus hijos hombres. A menos que su madre tenga un quirk de elemento que se contraponga, como agua o hielo.

—Pero... tengo un amigo con ambos quirks, hielo y fuego —comentó Izuku, recordando a Todoroki.

Shinso meditó un momento.

—Si tiene hermanos, seguro es el único con duplicidad de quirks. Aunque no es tan extraño. Se da en uno de cada cuatro casos.

Izuku recordó una foto en la repisa de la casa de Todoroki, donde creía haber visto que todos sus hermanos tenían el cabello blanco, como su madre. Aquello le hizo pensar que Shinso sabía de lo que hablaba.

—Tu caso, sin embargo, sería algo sin precedentes —continuó Shinso—. Creo que sería más probable que hayas sido adoptado o que el hombre con quirk de fuego que mencionas no sea tu verdadero padre.

Las palabras de Shinso cayeron como un balde de agua fría sobre Izuku. Su primera reacción fue de puro espasmo, su mente girando en una espiral de pensamientos ¿Adoptado? ¡Eso era imposible! Siempre había pensado que se parecía demasiado a su madre en tantas maneras...

¿No era su verdadero padre? ¿Por eso se había ido? ¿Al descubrir que él no era su hijo biológico? ¿No solo porque no tuviera un quirk...? ¿Su madre habría sido capaz de...? ¿Por eso... le había dicho que lo sentía? —, contempló las posibilidades perdido en sus pensamientos. La duda lo envolvía en un espacio negro y solitario, sin respuestas claras.

Sacudiendo la cabeza, Midoriya trató de apartar esas ideas. No podía permitirse perder el enfoque ahora, no cuando estaba a punto de enfrentarse al examen.

—Shinso —dijo Izuku de pronto, con un tono más firme de lo que esperaba—, ¿No me estarás diciendo esto para distraerme y sacar algún provecho durante el examen después?

Shinso, sorprendido por la acusación, solo desvió la mirada con seriedad.

—Cree lo que quieras —dijo con voz firme—. Aunque no te culpo por pensar eso de mí. Por mi quirk, la gente suele decir que haría un buen villano, pero en realidad no lo soy. Eso es lo que intento probar estando aquí.

Izuku no sabía qué pensar. La incomodidad creció entre ambos. Aún no entendía del todo a Shinso, pero había algo en su tono que lo hacía parecer genuino, aunque algo distante.

Finalmente, Izuku se enderezó, observando que ya era casi su turno para la entrevista.

—Siguiente —anunció Present Mic desde la mesa.

Midoriya dio un paso al frente. Era su momento de dar el siguiente paso hacia su sueño de convertirse en héroe, y nada, ni siquiera las dudas sobre su pasado, lo detendrían ahora.

...


—Por favor, siéntate —le indicó el héroe con su característica voz grave y entusiasta.

La admiración de Izuku hacia Present Mic, el héroe de la radio, no pudo contenerse. Su lado fanático salió a flote con una fuerza inesperada.

—¡Señor! ¡Es un honor conocerlo! ¡Escucho su programa de radio todos los días! ¡Me encantó su análisis de la pelea entre All Might y Endeavor! —exclamó, inclinándose hacia adelante con una mezcla de respeto y emoción juvenil.

Present Mic rió con fuerza, evidentemente disfrutando del entusiasmo de Izuku.

—¡Eso es genial! ¡Cualquiera que escuche mi programa de radio todos los días está automáticamente del otro lado! —dijo, como si estuviera a punto de sellar el pase de Izuku sin más preámbulos. Pero su actitud cambió al instante cuando sintió la mirada molesta y seria de Eraser Head, quien se encontraba en la mesa de a lado, observando todo con sus ojos penetrantes y su eterna calma.

—Pero claro... las preguntas de rutina —añadió, levantando el registro de Izuku— Aquí dice que quieres ser un héroe para salvar a todos con una sonrisa —dijo alzando una ceja—. ¿Como All Might?

Izuku sintió el peso de esa pregunta, pero ya estaba preparado para ella. Apretó los puños con decisión.

—No, señor. Como yo mismo! —intentó decir con firmeza.

Present Mic soltó una pequeña carcajada y marcó algo en su hoja.

—Al fin alguien que no es fan de ese hombre —dijo, un poco divertido—. En habilidades veo que puedes usar una gran cantidad de herramientas de soporte: cinta para captura, cables de columpio y agarre, bombas de humo. Vaya, te has entrenado bien.

Izuku asintió rápidamente.

—Sí, recibí mucha ayuda.

Present Mic levantó la mirada, curioso.

—¿De tu padre?

Izuku vaciló un segundo.

—En realidad…de...

—Pero no veo tu quirk por ninguna parte, muchacho —dijo de repente, mirando el registro con más detenimiento.

El estómago de Izuku se encogió. Sabía que este momento llegaría. Sintió una gota de sudor recorrer el costado de su frente, pero se obligó a mantenerse firme.

—Nací sin un quirk, pero puedo darle cien buenas razones por las que soy… ¡perfecto para la UA! ¡Empezando porque...! —intentó continuar con la voz más segura posible.

Present Mic lo interrumpió, pero su tono había perdido el entusiasmo.

—Lo siento, muchacho —dijo con un dejo de disculpa en su voz. Izuku sintió cómo su corazón se detuvo por un momento—. El director Aizawa pidió entrevistar personalmente a cualquier postulante sin quirk que se presentara.

Mic señaló con un gesto hacia la dirección del director Aizawa, justo cuando una chica con un peinado de hongo se levantaba de la silla frente a él. Era su turno. Los nervios comenzaron a arremolinarse en su interior mientras recogía su solicitud de la mesa, preparándose para lo que sería la entrevista más importante de su vida.

Pero justo cuando iba a dar un paso, sintió una mano en su hombro. Era Present Mic, que lo jaló suavemente para susurrarle algo.

—No te dejes engañar por esa mirada fría. Es solo una fachada. Pero, demuéstrale que vales la pena —le dijo en voz baja.

Esas palabras calaron hondo en Izuku. Asintió con determinación y se dirigió hacia la mesa donde el director lo esperaba, sabiendo que esta era su oportunidad para demostrar, no solo al director, sino a sí mismo, que su valor iba más allá de cualquier quirk.


Izuku se sentó rígido en la silla, sintiendo el peso de la mirada de Eraserhead sobre él. El contraste con la energía de Present Mic era palpable; mientras el primero irradiaba entusiasmo, Eraserhead, en cambio, mantenía una frialdad analítica que lo descolocaba. Cuando Aizawa levantó la vista del expediente, el silencio se volvió sofocante.

—¿Qué opina tu madre sobre esto? —preguntó, sin preámbulos ni suavidad.

Izuku tragó saliva, intentando mantener la calma. Esta era una pregunta que ya había anticipado.

—Está preocupada... pero me apoya —respondió, manteniendo su voz firme a pesar de los nervios que sentía.

Aizawa lo miró detenidamente, como si analizara cada palabra que salía de su boca, pesando la verdad detrás de ellas. Luego, su siguiente pregunta fue directa, sin rodeos.

—¿Y quién la cuidaría si mueres en servicio?

El golpe de la pregunta fue como un puñetazo al estómago. Izuku se quedó en blanco por un segundo, pero recordó las conversaciones con su madre, la angustia en sus ojos cuando hablaban del futuro, y cómo ella había decidido apoyarlo a pesar de todo.

—Hablamos de esto —contestó con una seriedad que reflejaba la importancia de sus palabras—. Y ella no quiere que renuncie a mi sueño por ella. Pase lo que pase.

Eraserhead no mostró ninguna emoción ante su respuesta, pero Izuku podía sentir cómo cada palabra estaba siendo pesada cuidadosamente.

—¿Qué tal trabajar para la policía? —sugirió Aizawa, cambiando de tema con brusquedad.

Izuku recordó la prueba que había hecho en la academia de policías.

—Ya medité esa opción por varios meses... incluso pase la prueba de ingreso—dijo, alzando un poco la voz—, pero aún quiero ser un héroe.

Aizawa dejó escapar un suspiro cansado y se frotó el costado de la frente, como si la conversación lo estuviera agotando. Pero Izuku vio en ese gesto una pequeña oportunidad, una abertura para demostrar su determinación.

—No tengo un quirk —comenzó Izuku, con la urgencia y el fervor acumulados en su pecho—, pero puedo darle cien buenas razones por las que soy...!

Antes de que pudiera continuar, Eraserhead lo interrumpió, sin dar espacio para palabrerías.

—¿Crees que tengo tanto tiempo? —su tono era cortante, casi impaciente.

Izuku se quedó sin aliento por un segundo, su mente corriendo a toda velocidad. La oportunidad de impresionar al director Aizawa estaba ahí, pero no había margen para errores ni para largas explicaciones.

—Dime en una sola frase concreta lo que significa para ti entrar a la UA —demandó Eraserhead, su voz firme y exigente.

Izuku cerró los ojos por un breve momento, recordando todos los meses de esfuerzo y lo que este sueño representaba para él. Su mente se llenó de recuerdos: las lágrimas de su madre, las palabras del señor Yagi, los amigos que había hecho, Todoroki, Kachan, Uraraka, los entrenamientos exhaustivos, y, sobre todo, la visión de un futuro donde él pudiera salvar a otros, como siempre había soñado.

Abrió los ojos, su mirada llena de determinación.

—Entrar a la UA... —su voz era firme, clara—, Es la única forma en la que puedo convertirme en la persona que siempre he querido ser: alguien que salva a todos e inspira seguridad sin importar cuán difíciles sean las circunstancias. Y que esta dispuesto a darlo todo si es necesario.

Eraserhead lo observó en silencio por unos segundos que se sintieron como una eternidad. Izuku no podía leer su expresión.

—Lo siento... —dijo Aizawa finalmente, su tono implacable— pero no terminas de convencerme.

Izuku frunció el ceño, su corazón hundiéndose en su pecho. Las palabras de Aizawa lo golpearon con una brutalidad inesperada.

—Pareces del tipo que arriesga todo sin pensar en las consecuencias para sí mismo —continuó el director—. Eso no es lo que significa ir más allá. Muchos se han equivocado con esa idea... y han muerto por ello. Y aunque no lo parezca, no quiero tener que llevar el cargo de conciencia de otra muerte, aunque sea de forma indirecta. No puedo aceptar a alguien sin don que actue de esa forma.

Izuku sintió que la desesperación lo envolvía. Aizawa levantó la mano con la pluma en dirección a su expediente, y todo indicaba que estaba a punto de rechazar su solicitud.. Fue entonces que sintió que su cuerpo se movió solo.

Present Mic y Shinso se pusieron de pie en la mesa de a lado y varias personas en la fila curiosearon hacia el frente y casi no lo podían creer. Izuku mismo casi no podía creer lo que había hecho: En un abrir y cerrar de ojos, Izuku había lanzado la cinta para capturar, envolviendo la mano de Aizawa antes de que pudiera firmar.

¡Este niño! —pensó Aizawa, sus ojos abriéndose con sorpresa.

Aunque confundido, Izuku intentó justificar su acción.

—Lo siento... ¡pero no puedo dejar que mi sueño termine así! —exclamó, su voz quebrándose con la intensidad de sus emociones— ¡No así, sin darme ninguna importunidad de demostrar mi valor, solo por el hecho de no tener un quirk! ¡Antes dije que estaba dispuesto a darlo todo, pero con eso no me referia a que de mi vida o mi seguridad por sentado! ¡Tengo muchas cosas porque vivir y soy muy conciente de que no debo lastimarme para no preocupar a las personas que amo!

La forma en la que Midoriya sujetaba la cinta para asegurar, con el brazo doblado hacia arriba, de alguna forma le recordó a Aizawa a su amigo Shirakumo cuando lo animaba a hacer algo.

Aizawa suspiró, intentando ocultar la pequeña sonrisa que amenazaba con asomar.

—Bien, te dejare intentarlo, pero ya suéltame—dijo Aizawa con un tono neutral—. Veamos si tus acciones coinciden con tus palabras y si logras hacer esto sin romperte ningún hueso.

—¡Claro! —exclamó Izuku, su voz firme y llena de confianza


Notas de la autora.-

Listo el capitulo treinta y dos! Sus comentarios siempre son bienvenidos! Saludos especiales a quienes me han animado a continuar con esta historia!

Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Siempre me hace sonreír.