Esta obra es una creación original y está protegida por derechos de autor. Los personajes y elementos del universo de Fairy Tail pertenecen al autor mangaka Hiro Mashima


Fairy Tail: Nueva Extalía
Capitulo 23: Feith
Prologo del Arco del Distrito Desértico


28 de Febrero del año x795 - Quedan 99 días.

El cielo estaba despejado, con nubes dispersas que parecían flotar sin rumbo fijo. La brisa era fresca, acariciando suavemente los rostros del equipo Exceed mientras volaban sobre una región llana cubierta de densos árboles que formaban un mosaico verde hasta donde alcanzaba la vista. Los sonidos de la naturaleza se mezclaban con el batir constante de las alas de Happy y Carla.

Carla llevaba cargando a Touka en su brazos, sus alas batiendo con gracia, pero su mirada estaba fija hacia adelante, evitándole deliberadamente a Happy. Entre los dos Exceeds había no solo una distancia física considerable, sino también un abismo emocional que ninguno parecía estar dispuesto a cruzar.

Happy volaba más adelante, su rostro reflejaba una mezcla de determinación y tristeza. La presencia de Aoi, proyectada desde el cetro real que Carla llevaba, servía como guía, su voz marcando el rumbo. "Sigamos por aquí. El terreno parece despejado por un par de kilómetros más," indicó Aoi con un tono animado, intentando aliviar la tensión.

"Aye" Respondió Happy sin mucho animo.

Aunque volaban 'juntos' como un equipo, realmente el ambiente estaba cargado de tensión, resultado de lo sucedido la noche anterior, cuando los tres habían recibido la noticia de parte de Aoi.


Flashback


La noche anterior

En la cabaña, la situación que de por si ya era bastante tensa, ahora con las información que les dio Aoi, el equipo Exceed, al menos Happy y Touka se encontraban más alterados por la noticia.

"¡¿990 kilómetros?!" Exclamaron Happy y Touka al mismo tiempo.

Mientras tanto Carla, aún seguía distante, estaba sumida en sus pensamientos, ajena al ánimo que comenzaba a tomar forma en el grupo.

"Exactamente. Como sé que el tiempo es crucial en esta situación, calculé su fecha límite en caso de que fallaran," explicó Aoi con calma. "Hoy es 27 de febrero. Si no derrotan a todos los Vestigios a tiempo, el 7 de junio será su último día."

Happy y Touka se quedaron sin palabras, y por primera vez, Carla mostró una chispa de preocupación en su expresión.

"Si ustedes no logran derrotar a todos los Vestigios para esa fecha, no solo ustedes dos," agregó Aoi mientras señalaba a Happy y Carla, "sino todos los Exceeds marcados por la reina Shaddick… todos morirán."

Happy rompió el silencio con un tono decidido, aunque cargado de ansiedad. "No podemos perder más tiempo. Deberíamos partir ahora mismo. Esos 100 días me preocupan demasiado."

Touka asintió con cierto nerviosismo. "Estoy de acuerdo. Si empezamos ahora, podemos ganar unas horas y avanzar un poco más hacia esa ciudad llamada Verbena."

Aoi, proyectada desde el cetro real, infló sus mejillas pixeladas en señal de desaprobación. "Escúchenme bien, ustedes dos. Es importante aprovechar el tiempo, pero también lo es descansar. Todos ustedes están bastante lastimados, y además ya está anocheciendo, y si se sobreesfuerzan ahora, no estarán en condiciones para lo que venga después."

Happy giró hacia ella, claramente frustrado. "¡Pero no podemos quedarnos quietos! Necesitamos resolver esto cuanto antes. Además también necesito terminar de hablar con ustedes sobre Freyr… esto no puede esperar."

Carla, que había estado en silencio, finalmente levantó la mirada y suspiró profundamente. Con un tono autoritario, pero sereno, intervino: "Tranquilícense, los dos."

El silencio cayó como un peso en el aire mientras Carla continuaba. "Soy la que menos quiere que esta conversación se retrase. Pero no somos máquinas, todos estamos agotados y lastimados. Este día ha sido demasiado… para todos. Es mejor que descansemos y retomemos esto con claridad mañana."

"Pero Carla-"

"¡Sin peros!" Carla cortó la objeción de Happy con firmeza. Se puso de pie, con la mirada fija en el pasillo que llevaba al baño. "Voy a darme una ducha. Necesito despejarme antes de intentar dormir."

"¿Vas a ducharte de nuevo?" Pregunto Aoi con curiosidad ya que estaba segura de que ellos, apenas llegaron a la cabaña, se habían duchado para poder tratar y vendar sus heridas. "Supongo que es una excusa para poder pensar a solas sobre esta situación." Pensó Aoi.

Sin darle ninguna respuesta, Carla se dirigió al baño y cerró la puerta de un golpe que resonó por toda la cabaña.

"Supongo que Carla tiene razón," murmuró Touka, rompiendo finalmente el silencio.

Happy apretó los puños, mirando hacia el pasillo. Aunque no dijo nada, el ceño fruncido en su rostro revelaba que no estaba completamente convencido. Finalmente, ambos asintieron en señal de mutuo entendimiento y se dirigieron a sus respectivas habitaciones.

Mientras tanto, Aoi observaba cómo el cetro, apoyado contra una pared, quedaba olvidado. "¿Eh? ¿Se olvidaron de mí?" murmuró, inflando sus mejillas pixeladas con un puchero. Intentó llamar la atención de los Exceeds, pero el cansancio los había vencido.

"Ingratos…" murmuró Aoi mientras se acurrucaba dentro de la esfera. "Ni buenas noches me dijeron." Finalmente, cerró los ojos y dejó que un leve brillo en la esfera iluminara la oscura habitación.


[...]

[...]

[...]


Dentro del baño, Carla dejó que el agua caliente corriera por su pelaje, intentando calmarse. Después de un día tan largo y pesado, el sonido del agua cayendo era lo único que parecía aliviar su mente.

Sus pensamientos eran un torbellino. Su relación de amistad con Happy estaba rota, y ambos sabían que no sería fácil repararla. Pero más allá de eso, lo que realmente la aterraba era lo que aprendería sobre Freyr. Aunque Happy aún no haya llegado a esa parte. ¿Qué significaba esa extraña conexión entre Freyr y Happy? Además ¿Qué consecuencias traería a sus vidas?

Cuando terminó de ducharse y salió, se dio cuenta de que había olvidado el cetro real en la sala. Regresó por él en silencio, encontrándose con la esfera en la mesa. Aoi flotaba dentro, con su rostro pixelado proyectando una expresión de calma. "¿Cómo alguien como Aoi puede cansarse?" Se preguntó Carla antes de tomar el cetro y se llevárselo a su habitación.

Una vez allí, se quedó mirando su reflejo en la esfera, entonces volvio a pensar en su amistad rota con Happy. "¿Qué será de nosotros?" murmuró para sí misma, su voz apenas un susurro. Sabía que quería recuperar su amistad con Happy, pero era consciente de que no volvería a ser lo mismo. La verdad sobre Freyr, la misión, y el poco tiempo que tenían eran un peso que sentía imposible de soportar.

Finalmente, dejó el cetro a un lado y se acostó, sus pensamientos consumiéndola hasta que, eventualmente, el agotamiento la venció.


Fin del Flashback


El grupo continuaba volando en silencio. Aoi, aunque siempre llena de energía, había optado por guardar silencio después de notar que ninguno de los tres parecía estar de humor para hablar. Finalmente, tras unos minutos de tenso sobrevuelo, Carla decidió romper el hielo.

"Happy," dijo, sin mirarlo directamente, su tono aún distante pero firme.

Happy se giró levemente hacia ella, sus ojos reflejando tanto duda como un leve destello de esperanza.

"Continúa con lo que estabas contando."

Touka, que estaba siendo cargada por Carla y además estaba sosteniendo al cetro real, inclinó la cabeza, mostrando una expresión de interés mezclada con algo de incomodidad.

Carla miro con una expresión de tristeza a Happy. "Si lo que dijiste antes tiene relación con Freyr, necesitamos saberlo todo."

Happy tomó aire, cerrando los ojos por un momento como si buscara las palabras correctas. "Está bien," murmuró, antes de girar por completo para enfrentarlas.

La tensión en el aire no había desaparecido, pero había dado paso a una determinación compartida. Ahora, era momento de enfrentarse a las verdades que habían estado evitando.

"¿Recuerdan dónde nos quedamos en mi relato?" preguntó, su tono algo más suave que antes.

Ambas asintieron casi al unísono.

"Sí," dijo Carla, con un matiz de curiosidad en su voz. "Habías llegado al punto en que hiciste un trato con Feith para ayudarlo a reparar su nave a cambio de entrenamiento."

Happy asintió y dejó escapar un suspiro corto. "Exacto. Bueno, lo primero que hicimos fue dirigirnos al campamento improvisado de Feith, donde estaba su nave, Freya."

Touka inclinó ligeramente la cabeza. "¿Qué pasó después?"

Happy bajó la vista hacia el suelo y continuó, su tono teñido de ironía. "Se suponía que íbamos al campamento, para echarle un vistazo a los daños que tenía la nave Freya, sin embargo, no me esperaba ver el verdadero estado de esa nave."


Flashback


Hace un año

Habían pasado un par de horas desde que Happy y Feith habían hecho un trato. Y aunque se la pasaron toda la noche dirigiéndose al campamento de Feith, su ánimo no habia decaído, ya que pensaban que con la ayuda del otro podrían salir de este mundo.

El día ya había empezado con un aire de optimismo para ambos. Al llegar al campamento de Feith, Happy esperaba encontrar una nave con algunos daños menores que solo necesitaría ajustes. Pero cuando sus ojos se posaron sobre Freya, su optimismo se desmoronó.

"Es un desastre..." murmuró Happy, su voz cargada de incredulidad. "¿Esto es Freya...?"

El Exceed azul se encontraba flotando en el aire, observando la escena frente a él. La nave Freya yacía inclinada, como un gigante herido en medio del claro improvisado que Feith había transformado en su campamento. La nave, que alguna vez debió ser majestuosa, parecía más un montón de escombros que un barco aéreo.

El casco de madera y metal estaba destrozado en un lado, como si una fuerza titánica lo hubiera golpeado contra una pared de roca. Grandes grietas recorrían su estructura, y placas de metal sobresalían torcidas como si fueran costillas expuestas. Las alas, diseñadas para mantenerla en el aire, estaban en peores condiciones: una estaba completamente destrozada, con lo que quedaba de sus paneles metálicos colgando inertes; la otra apenas mantenía su forma, doblada y desgastada como un ala rota de un ave. Además de varias piezas de maquinaria estaban esparcidas por el suelo, oxidadas y cubiertas de suciedad, mientras que el mástil principal estaba quebrado y colgaba a un lado como un brazo roto.

Happy tragó saliva, intentando procesar lo que veía. "Esto… esto no puede ser posible… ¿No estaba en 'buenas condiciones', según tú?"

Sin embargo, Feith no le respondió al Exceed, de hecho miraba con tristeza a su nave, como si tuviera viendo algo sumamente triste.

"Eh... ¿Feith?" Happy trato de llama la atención del humano sin éxito.

Entonces Feith, que hasta ese momento estaba en silencio, sonrió con un entusiasmo inesperado y extendió los brazos dramáticamente hacia la nave. "¡Freya! ¡La reina de los cielos! ¡La cúspide de la innovación mágica, la belleza y la libertad misma! ¡Mira su elegancia, su diseño incomparable! ¡Es arte hecho maquinaria!"

Por un breve momento, Feith parecía verdaderamente orgulloso, casi teatral. Luego, su sonrisa se desvaneció al ver la realidad de su estado. Bajó los brazos, su rostro se tornó melancólico, y dio unos pasos hacia la nave, tocando una de las vigas destrozadas con una expresión de dolor. "Oh, Freya… ¿qué te he hecho?" Feith susurró con determinación, sus ojos brillando con lágrimas reprimidas. "Te prometo… te prometo que voy a repararte. No importa cuánto tiempo me lleve, no importa lo que cueste… ¡Volverás a volar como antes!"

Mientras tanto, Happy miraba la escena con una mezcla de incredulidad y confusión. Una gota de sudor bajó lentamente por su frente mientras murmuraba: "¿De verdad… fue una buena idea aceptar este trato?"

Feith arqueó una ceja, cruzándose de brazos. "¿Qué pasa? ¿Te estás echando atrás en nuestro trato?"

El Exceed azul lo miró con una mezcla de exasperación y desafío. "No dije eso. Solo digo que esto es mucho más de lo que esperaba. Pues dijiste que Freya tenía daños superficiales."

Feith, parado a su lado, observó la nave con una sonrisa algo incómoda. "Bueno, quizás mentí un poco cuando dije 'daños superficiales'..."

"¿Un poco?" Happy lo fulminó con la mirada, levantando una pata para señalar el ala destrozada. "¡Esto no es un poco! Esto es un caos total. Si la nave fuera una persona, sería un paciente crítico con todo roto."

Feith soltó una pequeña carcajada. "Mira, lo admito, maquillé un poco los daños para que aceptaras ayudarme. Pero oye, no podemos hacer nada al respecto ahora, ¿verdad?"

Happy frunció el ceño, todavía tratando de asimilar lo que veía. "¿Y qué se supone que haga yo con esto? Esto no va a tomar algunas semanas, si no varios meses."

"Es cierto," admitió Feith, encogiéndose de hombros. "Pero, siendo optimista, no tiene por qué ser tan malo. Si encontramos los materiales adecuados, recuperamos las piezas y trabajamos rápido, el tiempo de reparación puede ser corto. Claro, si la suerte está de nuestro lado..." Hizo una pausa, mirando hacia Freya, mientras le daba un pequeño toquecito, que hizo que la nave tambaleara, provocando que el casco de la nave se desprendiera por completo y varias piezas se desperdigaran por el suelo. "Bueno...Ya no podría ser peor ¿Verdad?"

Justo entonces, el único mástil que aún permanecía intacto crujió ominosamente. Antes de que ambos pudieran reaccionar, se desprendió con un estruendo, cayendo al suelo en un caos de polvo y madera astillada.

Feith dio un salto hacia atrás, agitando las manos para apartar el polvo de su cara. "¡¿Pero qué demonios?!" tosió, tratando de recuperar la compostura mientras se alejaba tambaleándose.

Happy, todavía flotando en el aire, observó con una mirada incrédula cómo más piezas pequeñas caían de la estructura. Una astilla de madera pasó volando justo a su lado, y tuvo que inclinarse rápidamente para evitarla.

"¿Eso era lo peor que podía pasar?" preguntó con sarcasmo, cruzándose de patas mientras lo fulminaba con la mirada.

Feith, ahora cubierto de polvo, tosió una última vez antes de alzar las manos en señal de rendición. "¡Ok, Freya, lo pillo! Ya entendí que estoy en deuda contigo." Luego, giró hacia Happy con una sonrisa incómoda. "¿Ves? Un poco de carácter. Es por eso que amo esta nave."

Happy soltó un largo suspiro, mirando nuevamente el desastre frente a él. "Esto va a ser unos meses muy, muy largos, ¿verdad?"

Feith sonrió, golpeándole suavemente en la espalda. "Tal vez, pero piensa en esto: cuando terminemos, no solo Freya estará como nueva, sino que tú serás más fuerte que nunca. Confía en mí, Happy, esto valdrá la pena."

El Exceed asintió lentamente, aún con dudas, pero con una chispa de determinación comenzando a arder en sus ojos. "Espero que tengas razón, Feith."

"Bueno cambiando de tema, ya le has echado un vistazo al campamento donde pasaremos . ¿Que te parece?" Pregunto él con curiosidad.

Happy camino un poco más allá de donde se encontraba Freya, entonces logro divisar un pequeño claro en medio del bosque, se trataba de un pequeño campamento improvisado que era más funcional que acogedor. Al parecer se trataba de un pequeño refugio, cubierto una tela desgastada y varias hojas que cubrían lo suficiente, una mesa improvisada hecha de tablones recuperados, rodeada por cajas llenas de herramientas, piezas de maquinaria, y un futón donde probablemente dormía Feith. Cerca, habia un fuego apagado indicaba que Feith no estaba enfocado en la comodidad, sino en su misión.

Happy echó un vistazo rápido al lugar. "Supongo que es algo acogedor e interesante... pero mejor empecemos con el trato. Quiero empezar a buscar las partes para reparar a Freya."

Feith, se sorprendió pero sonrió satisfecho al ver la iniciativa de Happy, "Directo al grano, ¿eh? Me gusta esa actitud. Pero esto no será fácil, lo sabes."

"¿Qué tan difícil puede ser?" preguntó Happy, cruzando los brazos. "Solo debo buscar las partes para reparar la nave. ¿Verdad?

Feith río nerviosamente mientras se rascaba la cabeza. "Es un poco más complicado de lo que parece, Happy." Dijo el mientras señalaba hacia el horizonte. "Debido al aterrizaje forzoso de Freya, las piezas se desperdigaron a lo largo de su ruta de precipitación. Eso significa que tenemos un área de búsqueda de aproximadamente... 10 kilómetros cuadrados."

Happy parpadeó, incrédulo. "¡Diez kilómetros cuadrados! ¿Cómo se supone que vamos a cubrir tanto? ¡Eso es el tamaño de una ciudad!"

Feith, notando la preocupación en el rostro de Happy, sacó su mochila de hombro con una sonrisa confiada. "No te preocupes. Tengo algo que nos ayudará a organizar todo esto."

De la mochila, Feith sacó un libro viejo y desgastado. Abriéndolo con cuidado, extrajo un pliego de papel doblado varias veces. Mientras lo desplegaba sobre la mesa, el papel se extendía y crecía más y más, revelando un enorme mapa que cubría casi toda la superficie.

"¿Qué es esto?" preguntó Happy, señalando el mapa.

El mapa en cuestión estaba dividido en un montón de celdas perfectamente ordenadas. Cada fila tenía un número del 1 al 20, y cada columna estaba marcada con letras del abecedario, desde la A hasta la T. En el centro del mapa, una marca roja indicaba la posición actual del campamento.

"Es un mapa de búsqueda," explicó Feith con entusiasmo, apoyando ambas manos sobre la mesa. "Esta cuadrícula nos ayudará a registrar y organizar todo lo que revisemos en esta área de 10 kilómetros cuadrados. Cada celda representa 500 metros cuadrados."

"Además esto," continuo Feith con orgullo, "es nuestro salvavidas. Este mapa nos permitirá mantener un registro exacto de las áreas que ya hemos revisado.

Happy ladeó la cabeza, considerando el sistema. "Hmm... parece sencillo, pero si tenemos que cubrir todo esto..." Sus ojos se ensancharon al darse cuenta del tamaño total. " Un momento ¿¡Cuántas celdas hay aquí!? Esto parece interminable."

"Unas 400 celdas," respondió Feith con calma, como si eso fuera algo trivial. Al ver la expresión de alarma en Happy, levantó las manos en un gesto tranquilizador. "¡Pero no te preocupes! Entre los dos podemos cubrir de dos a tres celdas por día. Incluso si nos tomamos algunos días libres, avanzaremos de manera constante. Además, si encontramos las piezas clave antes, no tendremos que buscar en todas las celdas."

"Esto parece más complicado de lo que parece. Además creo que es mucho trabajo solo para reparar una nave." Admiración Happy.

Feith asintió, divertido. "Oh, lo será. Pero confía en mí, este mapa hará que nuestra búsqueda sea mucho más manejable. Y, quién sabe, quizás encuentres algo interesante mientras buscamos."

Happy suspiró, resignado. "Espero que tengas razón."

Feith le dio una palmadita en el hombro. "Bienvenido al club. Ahora, ¡pongámonos a trabajar!"

Happy observó el mapa extendido frente a ellos, sus ojos aún tratando de asimilar la magnitud del terreno que tendrían que cubrir. Finalmente, rompió el silencio. "Entonces... ¿qué hacemos primero?"

Feith se rascó la barbilla mientras estudiaba el mapa. Luego, señaló una celda cerca de donde estaban marcados los restos del impacto. "Lo más lógico sería empezar aquí, cerca del punto donde Freya se estrelló. Está a unos cientos de metros al este. Probablemente las piezas más importantes se encuentren dispersas por esa zona."

Happy asintió lentamente. "Bien, eso tiene sentido. Pero... ¿qué estoy buscando exactamente?"

Feith sonrió, satisfecho de que Happy estuviera tomando la iniciativa. "Busca cualquier cosa que parezca fuera de lugar. Recuerda, en este mundo no hay tecnología humana. Así que si ves algo que brille, que tenga forma de maquinaria, o que simplemente no encaje con el entorno natural, es probable que sea parte de Freya."

Happy ladeó la cabeza, pensativo. "¿Algo fuera de lugar? Eso suena sencillo... creo."

Feith le dio una palmada en la espalda, casi derribándolo. "Exacto. Confío en tu juicio, Happy. Mientras tanto, yo me quedaré aquí en el campamento. Tengo que trabajar en algo importante para preparar las reparaciones y... otras cosas."

El Exceed azul levantó una ceja, mirando a Feith con escepticismo. "¿Otras cosas? Eso suena sospechoso."

Feith soltó una carcajada, negando con la cabeza. "Nada de qué preocuparse. Solo necesito asegurarme de que cuando empiecen a llegar las piezas, estemos listos para ensamblarlas. Además, Freya no puede esperar mucho más tiempo."

Happy suspiró, mirando hacia la dirección indicada en el mapa. "Está bien, me encargaré de esto. Pero si no vuelvo en unas horas, ven a buscarme."

Feith le devolvió una sonrisa confiada. "Cuenta con ello. Buena suerte, Happy. Estoy seguro de que harás un gran trabajo."

Con eso, Happy tomó su decisión. Con un último vistazo al mapa y una rápida despedida, el Exceed extendió sus alas y se dirigió hacia el este, preparado para iniciar su primera misión en este extraño mundo.

Mientras volaba, su mente estaba tratando de asimilar todo lo que había pasado en los últimos días, ya aunque no quiera admitirlo, aún tenían sus dudas, pero no tenía de otra, más que confiar en Feith, bajo la promesa de ayudarse mutuamente.

Además de que tenía la esperanza de que el entrenamiento que Feith le haría hacer, podría lograr lo que él habia estado planeando hacer, obtener más fuerza para poder proteger a las personas que son importantes para él.

Se dijo a sí mismo que esta misión era el primer paso hacia lo que buscaba. No importaba cuán insignificante pareciera ahora; cada pequeño esfuerzo lo acercaría a la fuerza que necesitaba para proteger a los demás.

"Si quiero ser más fuerte, tengo que empezar aquí y ahora," pensó, apretando los puños con determinación. Luego alzó la vista hacia Feith. "Está bien, lo haré. Este será mi primer paso."

Dicho eso, Happy avanzo rápidamente, perdiéndose entre la espesura del bosque, afirmando su resolución con su característico. "Aye, Sir."


Fin del Flashback


Happy hizo una pequeña pausa y dejó de hablar mientras el equipo Exceed volaba en formación. Carla, llevando a Touka en sus brazos, apenas lo escuchaba. Su mirada estaba fija en Happy, sus ojos reflejando una mezcla de frustración e impaciencia. Aunque comprendía el porqué él relataba su historia, no podía evitar sentirse molesta y frustrada; hasta ahora, nada de lo que había dicho explicaba la conexión con Freyr, el tema que realmente le importaba.

Touka notó la expresión de Carla y le susurró al oído mientras ajustaba su agarre en el cetro real. "Tranquila, Carla. Dale tiempo. Está construyendo la historia. Seguro que llegará al punto que queremos."

Carla simplemente suspiró, tratando de calmarse. Aunque entendía que Happy necesitaba su tiempo, no podía evitar pensar: ¿Cuánto más debo esperar?

A pesar de la respuesta, Touka sintió que necesitaba aliviar la impaciencia que parecía afectar a Carla. Su vista se dirigió a Happy y, recordando un detalle, se le ocurrió preguntarle algo. "Oye, Happy, ¿qué era eso tan importante que Feith tenía que hacer para dejarte solo en tu primera búsqueda?"

Happy rió con suavidad, como recordando un momento más ligero en medio de tantas tensiones. "Ah, sobre eso… Bueno, digamos que tuvimos una discusión un tanto extraña sobre dónde iba a dormir. Feith pensó que sería suficiente darme un cojín como si fuera un gato normal."

"¿La cosa importante que tenía que hacer Feith era buscarte un lugar donde dormir?" Touka se tapó la boca para evitar reír, mientras Carla alzaba una ceja, interesada a pesar de sí misma. Al parecer, esto había aliviado momentáneamente a la Exceed blanca.

Al darse cuenta que Carla se había calmado, Touka sonrió aliviada. "Ademas ¿Un cojín? ¿Es en serio?"

"Sí," respondió Happy, encogiéndose de hombros. "Después de mucho insistir, me terminó cediendo una hamaca improvisada que colgó bajo unos árboles. Era la que él usaba antes de que yo llegara..."

Carla suspiró, frustrada. "Esto no parece relevante, Happy. Pero sigue con tu relato. Quizás llegues a algo útil."

Happy asintió, dejando de lado el tono relajado. "De cualquier modo, esa semana fue... interesante. A pesar del caos inicial, logré reunir suficientes piezas para que Feith empezara a trabajar en el casco de la nave. No fue tan complicado al principio; solo era cuestión de encontrar lo que estaba fuera de lugar. Pero entonces llegó el momento del entrenamiento."

Happy apretó las garras con fuerza y miró al frente, como si el recuerdo aún lo pesara. "Ahí fue cuando las cosas se pusieron realmente difíciles... Jamás imaginé lo que tendría que pasar para obtener el poder que tengo ahora.


Flashback


Hace 1 Año. Una semana después del trato.

Había pasado una semana desde que Happy comenzó a ayudar a Feith en la búsqueda de las partes, piezas y materiales necesarios para reparar la nave, Freya. Aunque el trabajo era tedioso y las piezas encontradas parecían insignificantes, cada pequeño avance era celebrado por Feith como un paso en la dirección correcta. Happy se había limitado a recoger chatarra y pequeñas piezas que, según Feith, formaban parte del motor de la nave.

Sin embargo, a pesar del aparente progreso, las dudas comenzaron a rondar la mente de Happy. Aunque ya habían reunido suficientes materiales para reparar al menos un costado del casco lateral, Feith no había dado señales de empezar el trabajo. De hecho, apenas se acercaba a la nave. La única vez que lo hizo fue para levantar una carpa alrededor de Freya, supuestamente para ocultarla y trabajar en privado.

Desde entonces, el misterioso humano no había tocado la nave ni una sola vez, y esto inquietaba a Happy. Si tenían lo necesario, ¿por qué no había avances visibles? ¿Era esto parte de algún plan mayor, o Feith simplemente estaba ocultando algo?

Las dudas carcomían a Happy, ya que incluso Feith, no había mencionado casi nada del entrenamiento.

Finalmente, no pudiendo aguantar más sus fidas, Happy decidió preguntarle directamente. Se dirigió al sector donde se supone que él debía estar buscando más piezas o recursos para las nave.

Entonces lo encontró, rebuscando entre las plantas, hasta el más mínimo sitio para evitar ignorar cualquier posible pieza que puede estar enfrente de sus narices.

Happy se acercó y le llamó. "Oye, Feith, tenemos todo lo que necesitamos para reparar la nave. ¿Por qué no has empezado todavía?"

Feith dejo de buscar y sonrió, aparentemente sin prisas. Sabía que este momento llegaría eventualmente, pero no lo esperaba tan pronto. Con una mirada calculadora, miró a Happy por un momento, como si evaluara la mejor manera de responderle. "He estado esperando a que preguntases."

Happy ladeó la cabeza un poco confundido. "¿A que te refieres? No entiendo lo que tratas de decir." Admitió él.

"Bueno, parece que ya es hora de que empieces a entender cómo vamos a hacer las cosas aquí. Tu entrenamiento va a comenzar pronto, y este es el momento perfecto para demostrarte algo."

Happy frunció el ceño, sintiendo algo de nerviosismo ante las palabras de Feith, pero también una creciente curiosidad.

"¿Entrenamiento? ¿Ahora? ¿Pero qué tiene que ver con la nave?"

Feith hizo un gesto hacia la pileta de chatarra y los materiales dispersos. Con una sonrisa enigmática, lo invitó a seguirlo.

"Ven, acompáñame. Te voy a mostrar algo que te ayudará a entender por qué todo esto lleva tiempo. Antes de que nuestro entrenamiento comience debo enseñarte algo."

Feith guió a Happy hasta el lugar donde descansaba la nave, Freya. Allí, entre montones de chatarra y partes desarmadas, Feith señaló una pila de piezas que Happy había recolectado.

"¿Que vas a hacer con eso?" Preguntó Happy con curiosidad.

"Mira estas piezas," Feith tomo un gran pedazo de metal oxidado, probablemente que haya sido parte de la nave. "Te las has estado pasando por alto, pero en realidad, son más que solo metal y madera. Déjame mostrarte lo que puedo hacer. Te enseñare mi magia."

Feith extendió su mano, toco levemente un trozo de chatarra. A medida que lo tocaba, la pieza comenzó a transformarse, el metal aparentemente cobrando vida. Happy, boquiabierto, observó cómo la chatarra cambiaba de forma hasta que adquirió la forma de una hoja afilada, perfectamente moldeada.

"¡Eso es increíble!" Exclamó Happy con emoción.

Feith sonrió aún más, disfrutando la reacción de Happy. Luego, con su otra mano, tocó un tronco de madera cercano. En un parpadeo, la madera comenzó a tomar forma, curvándose y adaptándose hasta convertirse en el mango de una espada perfectamente formada.

"Este es el poder de mi magia, Build and Rebuild. Puedo dar forma a cualquier material, reconstruirlo, desarmarlo, lo que sea, solo tocándolo. Siempre y cuando tenga los recursos necesarios, claro. Con este poder es que planeo reparar la nave. Se le podría considerar como una magia alquímica."

Happy no podía creer lo que veía. La magia de Feith era algo que superaba todo lo que había imaginado, al menos de alguien como él.

Sin embargo, Feith levantó la espada con una sonrisa satisfecha. Provocando un pequeño escalofrío que recorría la columna de Happy.

"Y ahora, este es el momento en que voy a ver de qué estás hecho, Happy. Has estado buscando que te enseñe magia, ¿verdad? Pues aquí está tu oportunidad. Hoy no solo comenzarás tu entrenamiento... Hoy verás qué tan listo estás para lo que te espera."

Happy dio un paso atrás, sorprendido. "¿Espera qué? ¿Un combate? ¿Contigo?" Pregunto Happy bastante asustado, era bastante obvio que de ninguna manera podría enfrentarse a Feith, sobretodo cuando él estaba armado con una espada y él mismo a penas tenía su magia Aera. "No puedo enfrentarme contigo."

Feith, sin perder su sonrisa, apuntó la espada hacia Happy, sus ojos brillando con determinación.

"Deberes estarlo. Te lo dije ¿o no?" Advirtió Feith con un tono serio. "Ya es hora de que veas lo que significa enfrentarte a un oponente en serio. ¿Listo para defenderte, gato?"

Happy sintió que un escalofrío le recorría la espalda mientras veía cómo Feith levantaba la espada que había creado momentos antes. No podía negar lo impresionante que era la magia de Feith, pero ahora esa hoja parecía mucho menos fascinante y mucho más peligrosa. "Debes estar bromeando. ¿Verdad?" Cuestionó Happy.

Feith lo miró con una sonrisa tranquila, pero sus ojos brillaban con una determinación inquebrantable. "Esto no es un juego, Happy. Necesito ver de qué estás hecho y, para eso, tienes que enfrentarte a un peligro real."

"¡¿Peligro real?! ¡No puedo luchar contra ti!" exclamó Happy, sintiendo que su voz temblaba. El sudor comenzaba a formarse en su frente. "¡Yo ni siquiera sé luchar! Solo tengo mi magia Aera, y no sirve para atacar... ¡Tú tienes una espada!"

Feith inclinó ligeramente la cabeza, como si considerara sus palabras. Luego, sin previo aviso, dio un paso adelante y apuntó la espada directamente hacia Happy. La hoja brilló bajo la luz, y Happy sintió cómo su corazón se aceleraba.

"Entonces tendrás que aprender rápido," dijo Feith con calma. "No te voy a matar, pero no me voy a contener. No porque quiera lastimarte, sino porque quiero que entiendas cómo es enfrentar a alguien que no te dará tregua. Si no puedes manejar esto, entonces nunca podrás enfrentar lo que te espera más allá de este lugar."

Happy tragó saliva, sus patas temblando mientras retrocedía. ¿Se ha vuelto loco? pensó. Feith estaba hablando con tanta seriedad que no parecía una broma en lo más mínimo.

Feith avanzó otro paso, y de repente la distancia entre ellos parecía mucho más pequeña. "No huyas, Happy. Si tienes miedo, enfréntalo. Esa es la única manera de volverte más fuerte."

El pequeño Exceed sintió que sus alas se activaban casi por instinto. Elevándose rápidamente, evitó el primer golpe de Feith, que pasó peligrosamente cerca de donde había estado parado.

"¡¿Estás loco?! ¡Eso casi me corta!" gritó Happy, volando erráticamente mientras Feith lo seguía con movimientos calculados.

"No estoy loco," respondió Feith, con una sonrisa apenas perceptible. "Solo estoy viendo si tienes lo necesario para sobrevivir cuando las cosas se pongan difíciles."

Happy esquivaba los ataques como podía, pero cada corte de Feith era preciso y parecía dirigido con la intención de atraparlo. Su corazón latía descontroladamente, y la adrenalina recorría su cuerpo. Cada movimiento de Feith le recordaba que no estaba jugando.

"¡No puedo hacerlo!" pensó Happy, pero en el fondo sabía que no tenía opción. "No puedo pelear con él. Debo mantener mi distancia." Entonces rápidamente esquivo otra estocada de Feith, antes de que Happy decidiera aprovechar sus alas para tomar altura y mantenerse alejado de Feith.

Happy se mantenía en el aire, volando erráticamente con su magia Aera. Aunque Feith lo seguía desde tierra, cada uno de sus ataques con la espada fallaba, y Happy sentía que, al menos por ahora, tenía la ventaja.

"¡No puedes alcanzarme aquí arriba!" exclamó Happy con nerviosismo, aunque su tono de voz traicionaba su miedo.

Feith lo observó desde abajo, una sonrisa calculadora asomándose en su rostro. "¿De verdad crees que esa es una estrategia efectiva? ¿Huir y mantenerte a distancia? Tal vez estés cómodo ahora, pero la comodidad nunca te llevará a ser fuerte."

Happy no respondió. Seguía esquivando, pensando frenéticamente en cómo salir de esa situación sin enfrentarse directamente a Feith. Pero justo cuando creyó haber ganado algo de tiempo, Feith hizo algo que lo dejó boquiabierto.

Con un movimiento rápido, Feith llevó una mano a su cinturón, tocando algo que parecía ser fibra. En un instante, la espada que había estado usando comenzó a cambiar. La transformación era fluida, casi como si el metal y la madera estuvieran vivos bajo sus manos. La hoja de la espada se desarmó y se reformó en algo completamente distinto: una ballesta robusta, lista para disparar.

"¿¡Qué está haciendo ahora!?" gritó Happy mientras sus ojos se abrían de par en par al ver la nueva arma en manos de Feith.

"Pensaste que la distancia te protegería, ¿verdad?" dijo Feith, con un tono tranquilo pero desafiante. Levantó la ballesta, apuntándola hacia Happy con precisión. "Eso demuestra lo poco que sabes sobre enfrentarte a un oponente que se adapta."

Antes de que Happy pudiera reaccionar, Feith disparó la primera saeta. Era rápida y precisa, una delgada pieza de metal que había sido parte de la espada. Happy apenas logró moverse a tiempo, sintiendo cómo el proyectil rozaba una de sus patas.

"¡Hey, eso fue demasiado cerca!" gritó Happy, su corazón latiendo con fuerza mientras maniobraba en el aire.

Feith disparó otra saeta, luego otra, cada una obligando a Happy a realizar maniobras desesperadas para evitar ser alcanzado. Las saetas cortaban el aire con un silbido agudo, y aunque Happy lograba esquivarlas, cada movimiento lo agotaba más.

"¡Esto no es justo! ¡No puedes simplemente cambiar de arma así!" protestó Happy, aunque sabía que su queja no iba a detener a Feith.

"¿No es justo?" repitió Feith, su tono impregnado de una mezcla de burla y seriedad. "El mundo no es justo, Happy. Si realmente quieres que te enseñe, ¿por qué estás tan asustado? ¿No querías ser más fuerte? Entonces, ¿por qué sigues huyendo?"

Happy sintió un nudo en su garganta. Las palabras de Feith golpeaban más fuerte que las saetas que disparaba. "¡No estoy huyendo! Solo estoy... ¡tratando de pensar!"

"Pensar no es suficiente cuando la muerte está a un paso," respondió Feith mientras disparaba otra saeta, esta vez obligando a Happy a dar un giro cerrado para esquivarla. "Si quieres ser fuerte, tienes que enfrentarte al miedo, no escapar de él. Mantenerte a distancia no es una solución, es solo una forma de retrasar lo inevitable."

Happy no respondió de inmediato, concentrado en evitar los ataques. Pero las palabras de Feith resonaban en su mente. Él quería ser más fuerte, quería proteger a quienes amaba, pero este combate estaba demostrando lo lejos que estaba de ese objetivo.

Finalmente, Happy gritó con frustración, sus alas temblando por el esfuerzo. "¡No sé cómo pelear contra ti! ¡Todo lo que tengo es mi magia Aera y no sé qué hacer con ella!"

Feith bajó la ballesta por un momento, observando a Happy con una mirada pensativa. Luego sonrió ligeramente. "Entonces, empieza por dejar de huir y enfrenta lo que tienes delante. A veces, incluso el más pequeño paso hacia adelante es más poderoso que volar en círculos."

Happy seguía esquivando las saetas de Feith con movimientos rápidos y erráticos. Cada disparo pasaba peligrosamente cerca, arrancando pequeñas astillas de los árboles o clavándose en el suelo. Su corazón latía con fuerza, pero no podía dejar de pensar en las palabras de Feith, que resonaban en su mente como un eco. "

"Admite que tienes miedo", Feith miro fijamente al Exceed mientras apuntaba. "No tienes poder, no tienes una ninguna forma de pelear. Entonces dime ¿De qué otra manera vas a proteger a tus amigos?"

Mientras tanto, Feith mantenía la presión, disparando con precisión calculada. No fue hasta que perdió momentáneamente al Exceed, que se escondió entre las copas de los árboles.

Happy respiraba agitadamente, escondido entre las ramas de un frondoso árbol, intentando calmar su mente. Finalmente, murmuró para sí mismo: "Tiene razón... Tengo miedo. No tengo magia poderosa ni una forma humana. Pero tengo más miedo de perder a mis amigos sin poder hacer nada para evitarlo."

Feith, con su mirada fija en el árbol donde Happy se ocultaba, levantó la voz. "Admitirlo es un paso, gato, pero eso no cambia nada. ¿Cómo planeas superar ese miedo? Hasta ahora no has hecho más que correr. ¿Es así como piensas sobrevivir siempre?"

El silencio fue la única respuesta, pero Feith no bajó la guardia. "¿Como es que es has seguido con vida hasta ahora?" Exclamó Feith con el fin de provocar que Happy saliera de su escondite, pero lo único que vio antes de disparar, fue al Exceed azul volando rápidamente entre las innumerables hojas de los árboles.

"¿Sabes por qué sigo vivo, Feith?" gritó Happy oculto entre los arboles. "Es gracias a mis amigos. Ellos me han salvado muchas veces, y siempre estaré agradecido por eso. Pero cuando estoy solo, lo que me mantiene vivo no es mi fuerza, sino mi astucia y mi deseo de seguir adelante. Quiero ser útil para ellos... y para eso, tengo que encontrar la manera de sobrevivir."

"Pero si algo me han enseñado, es las batallas no se ganan solo con fuerza bruta, sino que también con inteligencia." Exclamó Happy.

Feith frunció el ceño, tratando de descifrar los movimientos de Happy. "¿Qué estás planeando, gato?" Disparó otra saeta hacia el árbol, pero en ese momento, Happy apareció de repente desde otro lado del claro, volando a baja altura con su magia Aera.

"¡Es ahora o nunca!", pensó, concentrándose en su magia Aera. Con un destello de energía, sus alas se iluminaron con un brillo más intenso, impulsándolo a una velocidad descomunal. El viento que generaba con su vuelo levantó hojas y pequeñas ramas a su paso, creando un remolino caótico a su alrededor. Max Speed!"

Para sorpresa de Feith, el pequeño Exceed llevaba en sus patas varias de las saetas que le había disparado. "¿Desde cuándo las ha tenido?" Feith abrió sus ojos con sorpresa. "Acaso, estaba ocultándose entre los árboles solamente para recoger todas las saetas sin que la viera. Pero ¿por qué...? ¿Cuál es su propósito?" Pensó Feith tratando de saber que es lo que trataría de hacer Happy.

En un instante, Happy ascendió en un arco pronunciado y luego descendió hacia Feith como un proyectil. Pero antes de llegar a impactar, comenzó a girar sobre sí mismo a una velocidad vertiginosa, sus movimientos a tal velocidad hacia que pareciera un torbellino azul.

"¿Qué demonios esta haciendo?" Pensó Feith.

Entonces mientras giraba, Happy lanzaba aquellas saetas que había recolectado, una tras otra, potenciadas por la fuerza centrífuga de su giro. Las saetas volaron en todas direcciones, cruzando el aire con una fuerza y precisión impresionante para él.

"Es bastante impresionante para un pequeño Exceed," pensó Feith cubriéndose levemente. "Con la fuerza física de Happy y la velocidad de su magia Aera, esas saetas no tienen la suficiente fuerza como para lastimar a alguien seriamente. ¿Pero de verdad Happy es tan ingenuo como para hacer ese movimiento tan innecesario?"

"¿Innecesario? Eso es lo que creo que estás pensando, ¿verdad?" Happy respondió mientras recuperaba el aliento. Entonces sonrió, a pesar de que Feith le estaba apuntando de nuevo. "¿Por qué no echas un vistazo hacia donde están apuntando realmente?"

Feith, alerta por las palabras de Happy, miró a su alrededor. Varias saetas estaban incrustadas en los troncos de los árboles, pero una en particular había alcanzado lo que Happy realmente quería. "¿Una liana? ¡Una liana!" En ese instante, una sensación de déjàvu lo abrumó. "¡Es una trampa—!"

Antes de que Feith pudiera reaccionar, aquella liana que había sido cortada, se rompió por completo,y una liana oculta se tensó alrededor de sus pies. En un abrir y cerrar de ojos, quedó colgado boca abajo de una rama alta, su ballesta cayendo al suelo.

Antes de que Feith pudiera reaccionar, una liana oculta se tensó alrededor de sus pies, y en un abrir y cerrar de ojos, quedó colgado boca abajo de una rama alta, su ballesta cayendo al suelo.

Happy, jadeando, recogió la ballesta y apuntó hacia Feith. "¿No te parece familiar?" dijo con una sonrisa, todavía recuperando el aliento.

Feith sonrió con cierta irritación. "Como olvidarlo si fue hace una semana. Supongo que es la misma trampa. ¿Pero como—?

"No te diste cuenta. ¿Verdad?" Pregunto Happy. "Mientras tú estabas tan enfocado en hablarme y dispararme, te llevé exactamente donde quería, el sector que me designaste para cazar nuestros alimentos. Puse esta y algunas más trampas alrededor de este sitio para cazar animales." Reveló Happy con una sonrisa. "No notaste nada porque estabas demasiado ocupado tratando de atacarme y darme tu discurso filosófico."

Feith, colgado boca abajo, frunció el ceño pero no pudo evitar esbozar una sonrisa. Una extraña combinación de fastidio y expectativa lo invadía. "Astuto, muy astuto, gato. Te subestimé."

Happy mantuvo la ballesta apuntada, aunque su postura era menos tensa. Su respiración, todavía agitada, reflejaba el esfuerzo que le había costado lograr esto, pero también algo más: una chispa de autoconfianza. "Te lo digo, Feith. No soy fuerte. Pero si quiero proteger a mis amigos, tengo que serlo de otra manera. No subestimes lo que puedo hacer cuando está en juego algo que realmente me importa."

Feith sonrió, aún en su incómoda posición. "Muy bien, Happy. Veo que tienes lo necesario para seguir adelante... pero esto solo es el comienzo. Me has mostrado que tienes un potencial. Prepárate, porque tu entrenamiento será mucho más duro que esto. ¿Pero antes puedes soltarme?"

Happy asintió antes de cortar con sus garras la liana que sostenía a Feith, y hacerlo caer con un golpe sordo. Sonrió mientras se sentía como su confianza aumentaba después de esa extraña prueba que le había impuesto Feith, y al parecer había superado, y demostrado un potencial, a pesar de ser un pequeño Exceed.


[...]

[...]

[...]


De vuelta en el campamento, la tensión de la pelea había quedado atrás, reemplazada por un ambiente más relajado. Feith se sentó cerca de la carpa improvisada donde se ocultaba su querida nave, mirando a Happy con una expresión pensativa.

"Debo admitirlo, pequeño. Mostraste agallas y algo más en esa pelea. Aunque no puedo evitar pensar que aceptaste esa demostración sin oponerte." Feith sonrió con cierta ironía.

Happy, sentado en el suelo mientras se frotaba la cabeza con una pata, sonrió incómodo. "Bueno... técnicamente, no es que haya aceptado nada. Simplemente... me atacaste antes de que pudiera oponerme."

Feith dejó escapar una risa suave. "Sea como sea, bajo condiciones normales, no serías un oponente para mí. Pero lo que has demostrado no tiene que ver con fuerza bruta. Tienes ingenio, tácticas, y esa chispa de creatividad que muchos subestiman. Esas son cualidades que pueden convertirte en alguien formidable."

Happy, sorprendido, levantó las orejas y apartó la mirada con una sonrisa nerviosa. "¿Ingenio? ¿Tácticas? Es la primera vez que escucho algo así sobre mí."

"Pues deberías empezar a creértelo," replicó Feith con un tono firme, aunque no exento de aprobación. "Tienes potencial, pero no basta solo con eso. Si realmente quieres ser fuerte, hay algo que debes entender: todo comienza con tu cuerpo."

Happy lo miró, intrigado.

"Antes de aprender magia, antes de soñar con superar cualquier desafío, necesitas una base sólida. Un cuerpo fuerte y resistente. Sin eso, incluso la mejor magia será inútil si tu propio cuerpo no es el adecuado. Así que comenzaremos desde ahí. Pero no te preocupes, no te voy a sobrecargar desde el principio. Respecto a lo que me has contado en tu mundo, tengo una clara idea de cómo proceder. Comenzaremos con algo leve y aumentaremos la intensidad poco a poco. Ya tengo una idea de cómo estructurarlo para que sea adecuado para tí."

Happy asintió, comprendiendo la importancia de lo que Feith decía. "Entiendo. Si esa es la mejor forma de empezar, estoy listo. Lo que sea necesario para proteger a mis amigos."

Feith asintió, satisfecho con la determinación en los ojos de Happy. "Muy bien, empezaremos de inmediato. Será un largo camino, pero si sigues con esa actitud, podrías llegar más lejos de lo que imaginas."

Happy esbozó una sonrisa, sus dudas iniciales disipándose poco a poco. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba dando pasos reales hacia convertirse en alguien más fuerte, no solo físicamente, sino también en su confianza y en cómo enfrentaba el mundo.

"Sígueme, Happy." Feith señaló un claro despejado, donde podrían entrenar. Happy convoco sus alas, bastante emocionado por lo que estaría a punto de dar, un paso en hacerse más fuerte.

Feith llevó a Happy a través del bosque hasta un claro, donde había varios barriles vacíos apilados junto a una cuerda enrollada.

"Estos días que no he trabajado en la nave no han sido por holgazanear," dijo Feith, mirando a los barriles. "Estuve preparando tu entrenamiento. Si quieres volverte más fuerte, este es el primer paso."

Happy inclinó la cabeza, confundido. "¿Barriles vacíos? ¿Qué tienen que ver con volverse más fuerte?"

Feith extendió una mano hacia uno de los barriles. "Mi magia, Build and Rebuild, tiene algunos trucos adicionales como este." Entonces con un movimiento de su mano, una pequeña cantidad de arena apareció encima de su mano. "Puedo almacenar y sacar objetos o materiales de una dimensión de bolsillo. Siempre y cuando lo haya tocado con mis manos."

Los ojos de Happy brillaron con asombro. "¡Eso es increíble! ¿Qué más puedes hacer con tu magia?"

Feith soltó una risa breve. "Eso lo descubrirás en su momento. Ahora, presta atención."

Señaló uno de los barriles y ató una cuerda a su base. "Tu primer entrenamiento será sencillo en apariencia: sostendrás esta cuerda mientras vuelas, manteniendo el barril a flote. Este barril pesa 20 kilogramos, pero cada cinco minutos, se llenará con 5 kilogramos de arena que tengo almacenada con mi magia. Tendrás que mantenerlo en el aire todo el tiempo que puedas."

Happy sonrió con confianza. "¡Eso suena fácil! ¡He cargado a Natsu antes, y él pesa mucho más que eso!"

Feith arqueó una ceja, divertido. "Veremos si sigues pensando lo mismo después de un rato. Yo estaré reparando el casco lateral de la nave, puedo verte desde ahí, pero vendré a supervisarte de vez en cuando. Buena suerte, Happy."

Sin más palabras, Feith se alejó, dejando a Happy con el barril y la cuerda.

Happy comenzó con confianza, sosteniendo la cuerda mientras mantenía el barril flotando en el aire con su magia Aera. "Esto es fácil," pensó, recordando las veces que había cargado a Natsu, quien era mucho más pesado. Los primeros minutos transcurrieron sin problemas.

Sin embargo, a medida que el barril se llenaba de arena, Happy comenzó a notar el cambio. 60, 70... 80 kilogramos. Aunque lograba mantener el equilibrio, ya no era tan sencillo como al principio.

Cuando el barril alcanzó los 90 kilogramos, el peso empezó a pasarle factura. "Esto ya no es tan fácil," jadeó, sintiendo cómo sus alas batían con más esfuerzo. Su respiración se aceleró, y sus músculos empezaron a protestar. Cada vez que la cuerda se tensaba con el barril, sus músculos ardían como si estuvieran en llamas, y un sudor frío le recorría la frente.

Finalmente, al llegar a los 100 kilogramos, Happy decidió que era suficiente. "Bien, hasta aquí llego," murmuró, dispuesto a soltar la cuerda. Pero en el instante en que intentó abrir su garra, algo extraño sucedió: la cuerda se tensó y se enrolló alrededor de su cuerpo como una serpiente, atrapándolo.

"¿Qué demonios?" exclamó, forcejeando inútilmente contra la cuerda. "¡Feith, ¿que sucede?!"

Desde lejos, la risa de Feith resonó. "¡Sorpresa, Happy! Encanté la cuerda para que se aferre a ti si llegas a tu límite."

"¡¿Qué?! ¿Por qué harías algo así?" gritó Happy, luchando por mantenerse a flote con el barril todavía colgado de la cuerda.

"Porque el verdadero entrenamiento comienza ahora," respondió Feith con calma, observándolo desde donde trabajaba en el casco de la nave. "La cuerda te forzará a sostener ese peso límite durante 30 minutos. Es en ese tiempo que tu cuerpo empezará a adaptarse a la presión y a desarrollar resistencia. Si siempre te detienes cuando las cosas se ponen difíciles, nunca superarás tus límites."

Happy apretó los dientes, sus alas agitándose frenéticamente mientras intentaba estabilizarse. Entonces se dio cuenta de algo. "¡Puedo dejar de usar Aera y dejar el barril en el suelo para no seguir con esto!"

Feith se encogió de hombros desde la distancia. "Puedes intentarlo, pero te darás cuenta de que la cuerda no te soltará hasta que completes los 30 minutos. Ah, y por cierto, si no lo logras..." Hizo una pausa, su sonrisa se ensanchó. "Será mejor que te olvides de la cena."

"¡¿Qué?! ¡No te metas con mi cena!" Exclamó Happy mientras sentía un nudo en el estómago, tanto por la amenaza como por el peso que seguía martillando sus alas. Intentó relajarse y flotar con menos esfuerzo, pero el constante tirón del barril hacía que cada músculo de su cuerpo ardiera más con cada segundo que pasaba.

"¡Esto es excesivo!" protestó, jadeando mientras el sudor caía por su frente y su respiración se volvía cada vez más pesada.

"¿Excesivo?" Feith respondió con una ceja levantada. "Tú aceptaste el trato, Happy. Y ahora tienes que demostrar que puedes manejarlo. ¿No querías ser más fuerte?"

Las palabras de Feith golpearon a Happy como una piedra. Cerró los ojos y apretó los dientes. "No puedo rendirme... No puedo rendirme..." pensó, mientras su determinación comenzaba a superar el dolor. Las alas le ardían, los músculos de su espalda parecían que iban a romperse, pero algo dentro de él le decía que tenía que seguir.

El viento alrededor de él comenzó a agitarse mientras seguía sosteniéndose en el aire, con su resolución creciendo lentamente. "Lo lograré, no importa qué."

Feith, satisfecho, volvió a concentrarse en su tarea de reparación, dejando a Happy luchar contra su desafío. Desde lejos, una leve sonrisa apareció en su rostro. "Tiene más potencial del que él mismo cree..."


Varias horas después

El sol comenzaba a hundirse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados. Habían pasado alrededor de cinco horas desde que inició el entrenamiento. En el claro, Happy apenas podía mantenerse en el aire, sus alas agitándose de forma errática. El barril, ahora lleno al máximo de arena (alrededor de 100 kg), colgaba pesadamente de la cuerda, que parecía burlarse de su sufrimiento. Las marcas rojas en su piel hablaban del castigo infligido por las lianas, que habían mantenido su carga suspendida durante tanto tiempo.

"¡Agggh...! ¡Offf...! ¡Ah...!" Happy apenas podía quejarse, cada sonido escapando como un susurro ahogado entre sus jadeos.

Cada movimiento de sus alas era un martillo que golpeaba sus músculos, y el dolor pulsante en su espalda era como fuego líquido extendiéndose por cada fibra de su cuerpo. Había perdido la cuenta de las veces que había fallado; cada tambaleo o roce con el suelo significaba empezar de nuevo. Su mente estaba nublada, pero se obligó a enfocarse.

"¡Offf...! ¡Ahhh...! ¡Esta... es... la... última vez!" murmuró con desesperación, apretando los dientes. "No puedo rendirme... no ahora..."

En su intento número diecisiete, Happy comenzó a contar los segundos en su cabeza, un intento desesperado por distraerse del dolor insoportable. Cada número era como un pequeño logro. El tiempo parecía estirarse interminablemente, y el peso del barril se sentía como si estuviera aplastándolo, pero siguió contando.

"Cuarenta y cinco... Cuarenta y seis... Cuarenta y siete... ¿Cuánto falta?" Pensó él distrayéndose por un breve momento. "No llevo la cuenta de los minutos." Pensó él.

"Cincuenta y ocho... Cincuenta y nueve... Sesenta..."

Entonces como si fuera un milagro, la cuerda finalmente se aflojó y el barril cayó con un suave golpe al suelo. Happy sintió el alivio como un torrente, pero su cuerpo no tuvo tiempo de celebrarlo. Se desplomó en el suelo, incapaz de mover ni un solo músculo, jadeando mientras una sonrisa débil cruzaba su rostro.

"Lo hice..." murmuró entre jadeos..

Intentó moverse, siquiera arrastrarse para acomodarse mejor, pero sus extremidades no le respondieron. Sus alas desaparecieron, y el ardor en sus músculos hacía que incluso respirar doliera. Todo lo que deseaba en ese momento era poder descansar, cerrar los ojos y simplemente olvidarse del dolor.

Pero antes de que pudiera hacer algo más, su estómago rugió, recordándole que no había comido nada desde la mañana.

"¡Offf...! ¡Ahhh...!" Jadeaba Happy con dificultad. "Que alguien me ayude... Agua... Comida..."

En ese momento, Feith apareció desde el otro lado del claro, sosteniendo un plato con varios peces fritos, un tazón de arroz, y un cuerno lleno de agua fresca.

Al ver la comida, los ojos de Happy se llenaron de lágrimas. "Por fin..." pensó, creyendo que su sufrimiento había terminado.

"Feith... Gracias..." murmuró con un hilo de voz, la gratitud grabada en su rostro.

Feith le echó un vistazo al agotado Exceed. "Parece que has completado con éxito tu entrenamiento. Me tienes bastante impresionado de que lo hayas logrado," admitió con tono neutral. "Por un momento pensé que te desmayarías a la mitad. Ten, te lo has ganado."

Happy lloró de la emoción. "Gracias..."

Sin embargo, Feith, con una ligera sonrisa en los labios, colocó la comida justo fuera del alcance de Happy, a solo unos centímetros de distancia.

"¿Qué pasa, Happy? ¿No puedes alcanzar lo que tanto deseas?" Feith dijo con una voz casi burlona, pero con una calma fría. "Considéralo como una especie de venganza por haberme ganado en la mañana." Dicho eso, se levantó y se marchó, satisfecho.

Happy levantó levemente una pata con dirección a Feith, como si quisiera alcanzarlo, mientras su mente giraba entre el agotamiento y la incredulidad.

"Vuelve aquí Feith... bastardo..." murmuró antes de dejar caer la pata y intentar arrastrarse para conseguir tal deliciosa comida.

Happy, con esfuerzo titánico, se arrastró hacia la comida, sus garras temblando mientras trataba de agarrar un pez. Entonces logro alcanzarlo. Su primera mordida fue celestial, el sabor lo llenó de energía, aunque su cuerpo aún estaba adolorido. "Hombre, hace cuánto no he comido un pez tan delicioso. ¿Será que entrenar hasta el desmayo, te da un sabor distinto?" Le pregunto al pez, antes de llevárselo a la boca.

A medida que Happy disfrutando de la comida, ignorando el dolor punzante en cada fibra de su ser, una pequeña sonrisa cruzó su rostro. Había soportado el primer paso. Y, aunque apenas podía moverse, sabía que esto probablemente era solo el comienzo de algo más grande.


Fin del Flashback


De vuelta al presente.

El relato de Happy había comenzado con detalles claros, pero a medida que avanzaba, su tono se volvía más pausado y cargado de reflexiones. Mientras relataba no se daban cuenta que el tiempo parecía haber transcurrido más rápido de lo esperado.

El grupo había estado volando durante horas, y el sol, ahora se había ocultado por completo. La noche envolvía el cielo, mientras la silueta de una aldea rustica aparecía en el horizonte. Las farolas y las antorchas encendidas proyectaban luces anaranjadas que se mezclaban con las sombras alargadas de los edificios de piedra y madera.

Happy terminó su relato con un suspiro largo y entrecortado, sus alas batiendo de manera más lenta mientras intentaba conservar energía.

"Y eso fue apenas uno de los muchos entrenamientos que sufrí a manos de Feith..." comentó con una voz apagada, aunque había un dejo de orgullo en su tono. "Fue brutalmente duro, pero eso me sirvió para lo que soy ahora..."

De repente, Happy tosió, interrumpiendo su propio pensamiento. La tos fue áspera, y su rostro reflejó un cansancio acumulado.

"Happy," intervino Aoi desde la esfera del cetro de Carla, con su voz llena de preocupación. "Si sigues hablando, podrías lastimarte la garganta. Quizás deberíamos detenernos por ahora."

Happy asintió lentamente, agradeciendo la sugerencia. "Tienes razón. Creo que un descanso no vendría mal."

Mientras hablaba, su mirada se cruzó brevemente con la de Carla, quien había permanecido en silencio durante gran parte del vuelo. Pero en el instante en que sus ojos se encontraron, Carla desvió la mirada, mordiéndose ligeramente el labio y apretando su mano con fuerza.

"Otro día perdido," murmuró para sí misma, aunque lo suficiente alto para que los demás la escucharan. Su voz cargaba una mezcla de frustración y decepción. "Y todavía no has dicho nada de Freyr... solo hablas de ese entrenamiento con ese humano, Feith."

La frustración de Carla la consumía, y aunque no lo admitía en voz alta, sentía como si el tiempo estuviera escapando de sus manos. "¿Cuántos días más vamos a perder? ¿Cuánto más debo esperar para saber lo que necesito?" pensaba, mientras su agarre se volvía tan fuerte que sus garras levemente comenzaban a clavarse en su palma.

Touka, percibiendo el estado de ánimo de Carla, intentó suavizar la tensión. "Carla, quizás deberías ser más compresiva. Happy ha estado hablando sin parar para explicarnos todo."

Happy negó con un gesto de cabeza antes de que Carla pudiera responder. "No, Touka... Carla tiene razón. Ella necesita respuestas." Suspiró y continuó, esta vez con un tono más bajo, casi como si hablara consigo mismo. "Pero es complicado... Pero una de las razones por la que estoy diciendo todos esos detalles, fue porque durante uno de esos entrenamientos cuando..."

Carla levantó la cabeza de inmediato, sus orejas se alzaron, aunque aún no giraba para mirarlo directamente. Algo en la pausa de Happy despertó un rayo de esperanza en su interior.

"¿Cuándo qué?" preguntó, tratando de sonar firme, pero con un leve temblor en su voz.

Happy se tomó un momento, su mirada se perdió en la lejanía como si reviviera un recuerdo distante. "Cuando lo vi. Bueno... creo que lo vi."

La confusión y el escepticismo llenaron el rostro de Carla. "¿Lo viste? ¿Te refieres a Freyr?"

Happy la miró por un momento antes de contestar, con un peso evidente en sus palabras. "Si. Creo que fue él... pero... fue un momento extraño. No estoy completamente seguro, por las circunstancias que rodearon es momento. Pero aún debo llegar a esa parte de mi relato. Espero que comprendas por qué estoy relatando poco a poco. Ya llegaremos a esa parte. Te lo prometo"

Carla sintió cómo algo dentro de ella se agitaba. "¿Por qué 'cree'? ¿Por qué no puede estar seguro? ¿Está jugando con nosotros o realmente está tan inseguro como parece?" pensó, mientras un suspiro exasperado escapaba de sus labios. "Eso espero, Happy," respondió finalmente con frialdad. "Necesitamos saber la verdad."

Happy permaneció en silencio por un momento, observando la aldea iluminada en la distancia. Finalmente, dijo con voz apagada: "Deberíamos bajar... Vamos a la cabaña."

Carla asintió sin decir palabra, cargando a Touka con cuidado mientras descendían. Una vez en el suelo, Carla sacó la llave de la cabaña que habían recuperado de las manos de Adrien. Se acercó a un gran árbol cercano, su mirada fija en la corteza.

Sin dudar, Carla colocó la llave contra el tronco, y casi de inmediato, una cerradura se materializó en la madera. Giró la llave con firmeza, y una luz comenzó a emanar del punto de contacto, expandiéndose hasta formar una puerta de madera.

"Ahí está," murmuró Carla, abriendo la puerta e invitando a los demás a entrar.

Sin perder tiempo, Happy se dirigió a su habitación y se dejó caer sobre su cama, con un suspiro cansado. "Voy a dormir... Buenas noches," murmuró, acomodándose de inmediato.

Touka, que parecía igual de exhausta, hizo lo mismo. Le devolvió al cetro a Carla, y se dirigió a su propia habitación, y al igual que Happy, se acurrucó en su cama, envolviéndose en la manta sin decir palabra.

Carla, que también planeaba dormir, se acercó a su propia habitación. Soltó un largo suspiro, entró y se dejó caer sobre el colchón, disfrutando del momento de paz que finalmente parecía llegar. Cerró los ojos, permitiéndose un instante de calma.

Sin embargo, apenas habían pasado unos segundos cuando sintió una vibración constante y molesta proveniente del cetro. La esfera donde residía Aoi temblaba, emitiendo un leve zumbido rítmico.

Carla abrió un ojo lentamente, mirando con exasperación hacia el cetro. Suspiró con frustración y se incorporó, cruzando los brazos mientras observaba la esfera. "¿Otra vez, Aoi?" murmuró, con un tono que denotaba más cansancio que enfado.

El zumbido cesó por un momento, y la figura pixelada de Aoi apareció dentro de la esfera, con una expresión que parecía mezcla de culpa y entusiasmo. "Lo siento, Carla, pero... necesitaba hablar contigo. Esto es importante."

Carla masajeó sus sienes, ya anticipando que su descanso se retrasaría una vez más. "Más te vale que lo sea, porque si no..."

Aoi titubeó un momento antes de responder. "Te prometo que lo es. Pero... necesitas sentarte. Esto no es algo que puedas ignorar."

Con un suspiro resignado, Carla se cruzó de piernas sobre la cama y tomó el cetro, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir. "Está bien, Aoi... Empieza. ¿Qué es tan importante esta vez?"

Aoi se cruzó de brazos dentro de la esfera, su expresión seria y ligeramente reprochante. "Carla, has estado tan enfocada en obtener respuestas sobre Freyr que ni siquiera te has dado cuenta de algo importante... algo que tiene que ver contigo."

Carla frunció el ceño, su cansancio dando paso a la curiosidad y la confusión. "¿Qué quieres decir con eso?"

"Tu cuerpo," respondió Aoi, señalándola con un gesto enfático.

La Exceed blanca ladeó la cabeza, sin entender al principio, pero algo en el tono de Aoi la inquietó. Con el cetro aún en la mano, Carla se levantó de la cama lentamente, y de repente lo sintió: la ligereza en sus movimientos, la ausencia del dolor que había estado soportando por las últimas batallas que había tenido.

Miró sus manos, girándolas con asombro. Las cicatrices que antes marcaban su piel ahora estaban cubiertas por una fina capa de su pelaje blanco, como si hubieran desaparecido con el tiempo. Tocó su costado, recordando una de las heridas más profundas que había sufrido, pero solo sintió suavidad.

"Mis heridas..." murmuró en voz baja, su mirada recorriendo cada parte de su cuerpo que antes había estado lastimada. Se dejó caer de nuevo en la cama, aún mirando sus manos con incredulidad.

"Estás casi recuperada por completo." Dijo Aoi con una sonrisa. "Sé que estabas en plena recuperación médica cuando te infiltraste en el castillo para rescatar a Happy y sucedió todo esté asunto de Shaddick." Explicó Aoi. "Así que hasta este momento, no te habías recuperado por completo..." Ella dejó de hablar, ya que se dio cuenta que Carla no le estaba prestando atención.

"Estas heridas..." susurró Carla, con los ojos clavados en sus manos. "Fueron provocadas por Happy... o más bien, por Freyr."

Sus palabras resonaron en su mente como un eco amargo. No sabía qué pensar, ni qué sentir. ¿Debería estar agradecida por haberse recuperado tan rápido? ¿O debería odiar las cicatrices que, aunque ahora invisibles, eran un recordatorio constante de aquel enfrentamiento?

Carla volvió a quedarse mirando sus manos, recorriendo las marcas casi invisibles que el pelaje había cubierto. Su mente no pudo evitar viajar a esos dos momentos tan diferentes, ambos grabados en lo profundo de su corazón.

Primero, recordó el abrazo. Fue un gesto impulsivo, desesperado, pero cargado de sinceridad. Ella había sentido cómo los temblores de Happy se calmaban bajo su tacto, como si por un instante el peso de su oscuridad hubiera disminuido. En ese momento, creyó que había esperanza, que quizás su amistad, y tal vez algo más, aún podían reconstruirse.

Pero esa esperanza pronto se vio eclipsada por un recuerdo mucho más oscuro. Happy... no, Freyr, con los ojos llenos de rabia y dolor, lanzándose hacia ella con la clara intención de matarla. Carla podía ver esa mirada en su mente como si estuviera frente a ella nuevamente: una furia descontrolada que parecía no reconocerla, que no dudaba en lastimarla.

El contraste entre esos dos recuerdos la golpeó como una ola helada. Por un lado, estaba el Happy que ella conocía, el que intentaba proteger a quienes amaba, el que buscaba la paz. Pero por el otro... estaba Freyr, la sombra que lo consumía, la que casi había acabado con ella.

Una tristeza amarga la invadió, seguida por temor y una frustración que no lograba sacudir.

Su frustración no era solo hacia Happy; también era consigo misma. Era ella quien había provocado todo esto. Había sido ella quien empujó a Happy a ese límite, quien lo había lastimado primero con sus palabras y acciones.

"¿Por qué debería estar enojada con él?" se preguntó en silencio, mientras sus garras temblaban. "Él es el que está sufriendo con esa oscuridad, no yo. Él es el que lucha contra algo que ni siquiera comprende del todo. Y, sin embargo..."

Un nudo se formó en su garganta. Odia sentir enojo hacia Happy. Odiaba esa parte de sí misma que aún no podía perdonarlo del todo, aunque sabía que no tenía derecho a sentirse así.

Se dejó caer de nuevo en la cama, cubriendo su rostro con las manos. Aoi, desde su esfera, permaneció en silencio, dándole el espacio que claramente necesitaba.

"¿Cómo se supone que siga adelante con esto?" murmuró Carla, más para sí misma que para alguien más, mientras la lucha interna continuaba consumiéndola en la soledad de la noche.

Carla mantuvo su mirada fija en sus manos, como si buscara respuestas en ellas, mientras la voz de Aoi resonaba con suavidad desde la esfera.

"Por eso quería hablar contigo, Carla," dijo Aoi, con un tono comprensivo pero directo. "Puedo sentir tu confusión y tu dolor. Pero también sé que estás tan enfocada en saber la verdad que no has pensado en lo que harás cuando la tengas."

Las palabras de Aoi hicieron que Carla levantara la mirada, con una expresión de sorpresa en su rostro. "¿Qué quieres decir?" preguntó, casi en un susurro.

Aoi permaneció en silencio por un momento antes de continuar. "Independientemente de lo que Happy diga, Freyr seguirá estando ahí. No es algo que puedas ignorar o resolver de inmediato.

Apretó las manos sobre sus rodillas, su cuerpo rígido. Finalmente, suspiró. "No es solo sobre él… Es todo lo que representa. Desde que apareció, siento que no sé cómo lidiar con Happy. Quiero ayudarlo, Aoi, pero cada vez que lo miro, recuerdo lo que Freyr hizo. Las heridas... las amenazas... Todo volvió."

Aoi asintió lentamente. "Freyr ha dejado una marca en ti, no solo físicamente, sino emocionalmente. Pero… ¿qué harás con ese miedo? ¿Te quedarás atrapada en él o lo usarás para avanzar?"

Carla apretó los dientes, sintiendo una mezcla de enojo y vulnerabilidad. "No es tan simple. Quiero creer en Happy, quiero pensar que él puede superar esto, pero… Freyr sigue ahí, ¿verdad? No importa lo que haga o diga Happy, Freyr no desaparecerá. Y lo peor es que… siento que no puedo confiar en él completamente. ¿Qué clase de amiga soy si pienso eso? Ni siquiera puedo llamarme su amiga. Nuestra amistad se rompió aquella noche." Exclamó Carla recordando aquella noche donde casi era asesinada por Happy.

"Sigues siendo su amiga. Una amistad como la de ustedes, que ha pasado por bastantes situaciones, puede volver a resurgir de los problemas, incluso como este." Explicó Aoi con confianza.

Carla bajo la mirada, sin poder responderle.

"Escucha Carla, eres una gran persona, además de una amiga que está luchando con lo que es ser vulnerable," respondió Aoi con calma. "No puedes ignorar lo que pasó. Happy, o Freyr, te lastimó. Es natural sentir miedo y frustración. Pero lo que no puedes permitirte es que ese miedo te paralice."

Carla bajó la mirada, su voz temblorosa. "Se supone que debería protegerlo. Es mi deber estar a su lado, no temerle. Pero, ¿cómo puedo ayudarlo si no puedo superar esto?"

Aoi la observó detenidamente antes de responder. "Quizás el problema no es que tengas miedo, sino que crees que tenerlo te hace débil. Pero eso no es cierto. Tener miedo significa que comprendes el peligro, y enfrentarlo es lo que te hará más fuerte. Por eso quería hablar contigo. Carla, estás cerca de tu recuperación total, pero eso no es suficiente. Si Freyr vuelve, no estarás lista. Necesitas entrenar, dominar el cetro real y prepararte, no solo para los enemigos que enfrentaremos, sino para proteger a Happy de sí mismo."

Las palabras de Aoi resonaron en el corazón de Carla, como una verdad que había evitado enfrentar. Cerró los ojos, dejando escapar un largo suspiro. "Tienes razón," admitió, aunque su voz aún estaba teñida de duda. "No puedo seguir en este estado. Si quiero ayudarlo, si quiero protegerlo… tengo que ser más fuerte."

"Exactamente," dijo Aoi, con un toque de determinación en su voz. "Freyr seguirá con él, sea cual sea la verdad que descubras. Pero eso no significa que debas rendirte. Si entrenas y fortaleces tu vínculo con el cetro, estarás preparada para cualquier cosa, incluso para enfrentarte a esa oscuridad si es necesario."

Carla asintió lentamente, sintiendo cómo el peso de sus emociones comenzaba a transformarse en una chispa de resolución. Sabía que Aoi tenía razón, pero también sabía que el camino que tenía delante sería difícil. Aún así, por primera vez en días, sentía que había una dirección clara.

"Gracias, Aoi," dijo finalmente, mirando a su compañera mágica con una leve sonrisa. "No puedo prometer que dejaré de tener miedo, pero… puedo prometer que haré todo lo posible para superarlo."

"Eso es todo lo que necesitamos, Carla," respondió Aoi con suavidad. "Demos el primer paso juntas."

Carla asintió lentamente, mientras sus garras rozaban suavemente el cetro real. Aunque aún cargaba muchas dudas y emociones contradictorias, sabía que debía fortalecerse. No solo para enfrentar a Freyr, sino para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara.

"¿Entonces, como comenzamos?" Pregunto ella con un tono de voz más compresivo


Fin del Capítulo 24


Muy bien mis queridos lectores, habéis llegado al final de este segundo capítulo del prólogo. La situación emocional entre Carla y Happy es demasiado plausible, y puede que no, pero se me hace sumamente complicado escribir estas clases de escenas. Supongo que falta un par de capítulos para entrar en el arco del distrito desertico, un arco que anteriormente he dicho, va a ser corto, pero eso no es excusa para que no sea intenso. Espero con ansias a llegar a esa parte.

Antes que nada quisiera pedirles perdón debido a la tardanza de este capítulo, pero era inevitable, estás últimas tres semanas he estado en los exámenes de mi universidad, y todo se me complicó horriblemente, hasta el punto en que tuve que dar un examen para no repetir la materia de nuevo, y gracias al cielo, logré aprobar. Cambiando de tema, ahora me encuentro de vacaciones, por lo que podré volver a escribir capítulos con regularidad y a continuar nuevos proyectos.


Con respecto a esos proyectos quisiera pedirles su opinión para el Oneshot lemon que he estado pensando en escribir, ya que hay dos opciones, que les daré una pequeña sinopsis a cada una de esas historias a continuación:

Idea Uno: Innocent Night. Sinopsis: Despues de una agotadora misión, Happy y Carla, se ven obligados a compartir una tienda de campaña. Lo que parece una incómoda noche para ambos, se ven inmiscuidas, en una conversación sincera sobre su amistad, sin imaginar, a que situación iba a desencadenar en ambos. Inocencia, juventud e inexperiencia, guiarán a los Exceeds en una noche que jamás olvidarán.

Idea Dos: Ashes of a Broken Heart. Sinopsis: Cuando la relacion de Happy y Carla parece estar en su mejor momento, algo inesperado ocurre, sin ninguna explicación, Happy termina su relación con Carla, dejándola con el corazón roto. Sin embargo, Carla no aceptará esa decisión como tal, y buscará respuestas para saber la verdad sobre porque Happy terminó con ella. (Este Oneshot contendría una escena lemon al final)

Pueden votar en los comentarios, para que me ayuden a decidir, cual será el que escriba primero. Debo advertirles, que ambas historias ya tienen una planificación, pero les falta la escritura, y no se cuánto tiempo me tomara en escribir una historia.

Por favor comenten, ya que ¡Sus comentarios son bastantes importantes para esa historia!

Creo que tendré que pensarme en hacer un foro para esta historia.


Si el capítulo les agrado, les invito a comentar en la caja de comentarios de aquí abajo. Si no quieres perderte ningún capítulo, les sugiero empezar a seguime en esta historia.

Con todo esto dicho, InsideBlu se despide.

Good Bye!


Próximamente Capítulo 24: Freyr