Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusivo de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto solo lo hago pura diversión.

Capítulo 13 Pidiendo perdón y cortando lazos.


"Podría responderme algunas preguntas, no me han dejado en paz en todo este tiempo". - pregunto Ranma.

"Seguro, continúa". -respondió Akane con una mirada alentadora pero curiosa.

"¡Cómo supiste que yo estaba ahí! Quiero decir estabas en medio de la pelea, los gritos de Sota eran tan fuertes que seguramente no escuchaste mís pasos y aunque los hubieras escuchado no podrías haber deducido que era yo, ¿o sí?". -preguntó Ranma con curiosidad.

Akane soltó una risita, lo que alegró mucho a Ranma, aunque no sabía sí se estaba riendo de él.

Él había echado mucho de menos su risa y sí ÉL podía arrancarle esa risita, haría el mayor ridículo del mundo por ello.

"No, en realidad no te oí. Fue tú aura la que te delató. Tú también puedes sentir las auras de los demás, ¿no?". -asintió con la cabeza antes de continuar.

"Sí, puedo sentir auras, especialmente cuando son auras de batalla muy fuertes. ¿Pero cómo supiste que era yo en particular? Tenías los ojos vendados y ni siquiera mirabas en mí dirección".

"Cada persona tiene su propia aura especial. Es tan única como nuestro ADN y una vez que he asignado a una aura a una persona, siempre puedo volver a reconocerla en cuanto es lo suficientemente fuerte o cercana. Tú tienes una aura muy fuerte, pero estaba tan concentrada en la de Sota que también es muy parecida a la tuya que perdí la orientación por un momento. Normalmente puedo esquivar cualquiera de sus patadas y puñetazos porque puedo sentir cada uno de sus movimientos con los ojos cerrados, a través de su enorme aura de combate y su ki. Ambas rodean completamente nuestros cuerpos y nos delatan sí no estamos entrenados en cómo ocultarlas a los demás".

"Wow. ¡Eso es realmente impresionante!". -contestó Ranma asombrado, cuando se dio cuenta de lo último que había dicho soltó de golpe

"¡Espera un momento! ¿Eso significa que puedes hacer Umi-Sen Ken? ¿Es por eso que siempre desaparecías tan rápido y no podía encontrarte?".

Akane volvió a soltar una risita y contestó.

"Sí. El doctor Tofu me enseñó todo sobre las auras y el ki. He aprendido a relajarme y a enfocarlo todo con calma y paciencia, y me ha ido muy bien. Lástima que todavía no me haya ayudado con la cocina!". -Akane se rió y Ranma soltó un sonoro bufido.

"Pero me ayudó a evitar algunos problemas cuando Shampoo o Kodachi y Kuno estaban cerca, por ejemplo. Y de ese modo podía evitar muchas cosas y tenía tiempo para concentrarme en mís estudios y mí entrenamiento".

Así que así era.

No quería evitarlo a él.

Pero ella evitaba encontrarse con los otros locos, que por desgracia, estaban constantemente zumbando a su alrededor.

¿Por qué él no usaba la técnica más a menudo para evitar esas situaciones? Ah, sí, ¡entonces tendría que convertirse en su estado permanente!

Y concentrándose de nuevo sólo en su encantadora compañera, y continuó preguntando.

"¿Qué son esas bandas o aros negros alrededor de tus muñecas? No parecen exactamente joyas".

"No, en realidad no son joyas. Son más bien pesas. Me ayudan a dar golpes más fuertes sin tener que levantar pesas, porque sí no me parecería a los culturistas. Soy más rápida y tengo mejores técnicas, pero nunca podré igualar la fuerza física de un hombre entrenado. Por eso Sota me consiguió esto, para asegurarse de que mís golpes tengan la fuerza necesaria". -sonrió con orgullo.

"Ya eres demasiado fuerte... Así que... Sota hmm... ¿es tú ex-novio?". -preguntó con la menor preocupación posible.

"¿Quién te lo dijo?". -Akane preguntó con calma.

"Tú padre, ¿por qué, no debería?".

"No, sólo tenía curiosidad. Él mismo siempre me había prohibido que te hablara a tí o a tus padres de Sota. Podría habernos ahorrado muchos problemas entonces, pero papá seguía siendo testarudo y yo no sabía cómo afrontarlo todo. Siento que... todo sucediera como sucedió. Estaba tan enfadada con mí padre en aquel momento y con toda la situación... que lo pagué contigo. A mis ojos, tuviste parte de la culpa de mí pérdida y no fue culpa tuya en absoluto. Al contrario, te empujaron a ello sin que te lo pidiera. Realmente quiero disculparme desde el fondo de mi corazón por mí comportamiento hacia tí. Por favor perdóname, Ranma". -hizo una profunda reverencia y se quedó así.

Ranma estaba tan perplejo, que sólo pudo mirarla mientras ella permanecía frente a él en su reverencia profunda y respetuosa.

¿¡Ella se estaba disculpando con EL!?

Qué estaba pasando aquí otra vez, ¿por qué últimamente siempre tenía la sensación de que se le escapaba algo?

El canto de un pájaro le sacó de su estupor y puso una mano sobre el delgado hombro de aquella magnífica joven.

"Akane, sube, por favor". -al seguir sus palabras ella lo miró fijamente con sus grandes ojos marrón chocolate y él supo lo que tenía que hacer.

"Akane, tengo que pedirte disculpas a TÍ. Estaba tan enfadado en aquel entonces que mí padre decidió por encima de mí cómo pasar el resto de mí vida. Y la forma en que me utilizó como válvula de escape, volví toda mí ira contra a tí, y no pudiste evitarlo más de lo que yo pude hacerlo. El hecho de que no te dijera que Ryoga... que su forma de maldición es un cerdito negro fue un gran error y lo siento mucho. También he querido decirte durante mucho tiempo mucho tiempo lo mucho que siento lo que pasó en la boda hace un año. No te merecías nada de eso y me gustaría pedirte perdón sinceramente y de todo corazón. Por favor, perdóname, Akane". -repitió el mismo gesto de Akane hacia él y le hizo una profunda reverencia.

Akane soltó una risita.

"¿Qué tal sí dejamos en claro que ambos lamentamos mucho lo sucedido y nos perdonamos mutuamente?".

Ranma se enderezó de nuevo y con una sonrisa radiante, contestó.

"¡Eso sería genial!".

"¡Bien, entonces pongámonos en marcha, me muero de hambre y me vendría muy bien un baño caliente ahora mismo!".

Con esas palabras, emprendieron de nuevo su camino, mientras que Ranma no dejaba de preguntarle qué más había aprendido del doctor Tofu.

Cuando Akane le contó cómo había intentado quitarle la sensibilidad al Doc para que por fin pudiera actuar con normalidad en presencia de Kasumi, apenas podía respirar de tanto reír.

Todavía se estaban riendo cuando entraron en la casa de los Tendo, lo cual atrajo las miradas interrogantes de las tres damas que quedaban allí.

Akane se marchó al baño, mientras Ranma, por supuesto, era interrogado en voz baja y en secreto sobre lo que había sucedido exactamente.

Entregó un informe completo y fue recompensado con tres caras radiantes.

Por supuesto, toda suerte tuvo que llegar a su fin cuando una furiosa Ukyo y una igualmente furiosa Shampoo aparecieron y exigieron saber dónde había estado todo este tiempo.

Él les explicó que su padre y su tío Soun se lo habían llevado a las montañas para entrenarlo y que hacía sólo unas horas que había conseguido escapar de los viejos.

Pidió a las dos chicas que le dejaran en paz por el momento, ya que la semana que viene había exámenes parciales y tenía mucho que estudiar, y no era mentira.

Cuando Ukyo se ofreció a ayudarlo, él se negó, diciendo que podía concentrarse mejor solo.

Prometió que sí le dejaban solo hasta el próximo viernes inclusive, iría a pasar tiempo con ellas durante este fin de semana.

Como todo sonaba bastante razonable y estaban contentas de que Ranma se hubiera ofrecido a venir a pasar tiempo con ellas de forma voluntaria, aceptaron y volvieron a desaparecer.

"Bueno, espero que tengas una buena explicación para eso. ¡Casanova!". -Nabiki se colocó detrás de él con los brazos cruzados sobre el pecho y lo miró con su máscara de hielo.

"Sí, la tengo. Quería darnos algo de tiempo a Akane y a mí. Realmente tenemos exámenes parciales la semana que viene, como sabes, y no quería que nos distrajeran de eso porque quieren vengarse de nosotros. Les prometí que pasaría por ellas el próximo fin de semana después de los exámenes, como ya has oído, lo que no saben es que entonces se lo contaré todo. Cumpliré mí promesa, Nabiki. Pero también tengo que ser considerado con Akane. No puedo evitar que esas locas quieran vengarse de ella aunque haré todo lo posible por evitarlo, pero al menos puedo asegurarme de que Akane pueda seguir haciendo sus exámenes en paz".

"Wow Ranma, no pensé que pudieras pensar con tanta anticipación. Bravo, aprendes rápido".

"Esa siempre ha sido mí fortaleza. Pero también he tenido un buen modelo a seguir en los últimos años. Nadie es tan buena manipulando a la gente para que haga lo que ellos quiere como tú Nabiki".

"Oh por favor Ranma, basta de palabras encantadoras". -Nabiki las apartó con fingidos halagos.

"¡La cena está lista!". -llamó Nodoka desde el interior.

Akane, que estaba relajando los músculos en un baño caliente, se había dado cuenta de que Shampoo y Ukyo estaban allí de nuevo, pero se sorprendió por completo cuando sintió que las dos auras volvían a desaparecer al poco rato.

Encogiéndose los hombros, salió del baño, menos mal, le vendría muy bien descansar y relajarse con su familia.

La comida era tan deliciosa como siempre y el ambiente más relajado de lo que había sido en mucho tiempo.

Nada de padres borrachos, nada del maestro Happosai y sobre todo nada de prometidas que ponen los nervios a flor de piel.

Pero lo mejor de todo era que la mujer que debía estar allí, la mujer de sus sueños, Akane, por fin volvía a estar sentada a su lado cómo debió haber sido siempre.

Cuánto había echado de menos su aroma, cada vez que ella se inclinaba hacia delante para coger algo, él aspiraba aquel seductor olor a vainilla y se dejaba llevar por él hacia sus fantasías más secretas.

Sus mejillas resplandecían de color púrpura, sus labios mantenían la forma de una sonrisa incluso mientras masticaba sus alimentos y estaba tan tan agradecido de llevar siempre unos pantalones tan anchos y de que su camisa se estirara sobre su regazo cuando se sentaba para que nadie pudiera ver LO FELIZ que reaccionaba todo su cuerpo ante la presencia de Akane.

El grupo charló un buen rato después de cenar, y finalmente, cuando todos estaban en la cama, Ranma se durmió con tanta esperanza y felicidad que habría bastado para un ejército... aún con esa sonrisa apacible en los labios.

El domingo y los días siguientes los dedicaron Ranma y Akane junto con Sota a turnarse para estudiar y entrenar.

Progresaron tanto que Akane pudo incluso darle dos clases.

Los exámenes fueron bien para los tres y Ranma y Sota se llevaron como sí hubieran sido buenos amigos durante mucho tiempo.

Ranma ahora podía entender por qué Akane había elegido a Sota como su mejor amigo, realmente tenían mucho en común y parecían llevarse casi sin palabras la mayor parte del tiempo, lo que hizo que Ranma se pusiera un poco celoso.

Pero sólo porque a él también le gustaría entender a Akane tan bien como Sota podía hacerlo.

A pesar de los estudios y los exámenes que a Ranma normalmente no le gustaban nada disfrutaba cada minuto que podía pasar con Akane y siempre se alegraba cuando Sota venía o iban a su casa.

Esperaba que sí alguna vez lograba volver con Akane, los tres pudieran seguir siendo tan buenos amigos.

Sota sería el primer amigo de verdad con el que se llevaría tan bien y con el que además tendría un buen compañero de entrenamiento.

Todavía no se atrevía a luchar contra Akane, aunque sólo fuera un combate de práctica, el miedo a hacerle daño era demasiado grande.

Por eso siempre le sorprendía que ella siempre tuviera las de ganar contra Sota cuando no estaba distraída con nada.

El sábado llegó demasiado deprisa y, en cuanto se despegó del futón por la mañana, tuvo la sensación en el estómago de que el día no iría tan bien como le hubiera gustado.

En el desayuno apenas pudo tragar bocado, mientras las tres señoras mayores sabían por qué se encontraba tan mal y los dos padres ni siquiera parecían darse cuenta, Akane no dejaba de preguntarle sí todo iba bien y sí debía llevarle al doctor Tofu.

Él se negó agradecido y dijo que sólo necesitaba un poco de aire fresco, que tomaría de camino a visitar a un viejo amigo.

Su miedo no se centraba en decirles a las otras chicas que había tomado su decisión o en tener que decir en voz alta que amaba a Akane.

Su único temor era que esas locas atacaran a Akane en venganza.

Porque aunque todos los demás estuvieran convencidos de que Akane podía protegerse sola y él hubiera visto por sí mismo lo buena que era luchando contra Sota, ¡esas eran peleas de práctica! Nada comparado con los trucos furtivos que estas mujeres tenían bajo la manga.

Por no hablar de la vieja bruja con sus pociones.

Pero sabía que no podía posponerlo para siempre.

No sí quería un futuro con Akane, y quería eso más que nada en el mundo, mucho más que una cura para su maldición.

Sí, incluso más que eso, sí Akane lo aceptaba así, él también podría hacerlo, siempre y cuando ella estuviera con él, le perteneciera como él le pertenecía a ella.

Con cada músculo tenso al extremo y una resolución sólida como una roca en su rostro, se dispuso a recuperar su libertad.

Akane había luchado por liberarse de su familia, por sí misma y por él, y ahora iba a cortar los lazos que le quedaban.

Primero la tonta china, luego algo que le causaría mucho más dolor, ya que le gustaría conservar a Ukyo como amiga.

Continuará.