RinMakoto. Weronika tuvo que luchar desde niña, teniendo un padre de mierda y ella al menos logró salir adelante y salvó a sus hermanos y madre, un ejemplo la verdad.
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Sin más, comencemos…
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Pasaron dos días desde que la nueva unidad llegó a la academia Yoba y ya estaban llamando mucho la atención.
A pesar de eso, muchas de ellas gustaban de ser el centro de atención, aunque una de ellas no lo era mucho.
De cabello azul marino, ojos azul pálido y unos tatuajes que estaban alrededor de los hombros, pero que los ocultaba con vendas para evitar que se dijeran cosas de ella en la academia.
Se llamaba Sophia y parecía ser la más tímida del grupo.
- Que linda es.
- Es tímida, pero en sí, luce muy bien, es linda – los comentarios que le daban a la peli azul eran genuinos, pero ella estaba un poco asustada por eso.
Solo era abierta cuando estaba con las demás chicas de Abyssmare y es que motivos no le faltaban para eso.
Al ir a casa, Neo y Sophia fueron a una tienda para comprar algunas cosas para la cena y estuvieron caminando un rato hasta que en un momento, la peli azul se fijó en un chico el cual parecía sospechoso y que se metió a un sitio.
A pesar de que no le convenía eso, por alguna razón sentía curiosidad por el chico, pero por el momento continuó comprando con Neo.
La rubia compró algunas cosas mientras que Sophia no parecía estar atenta a lo que compraban, pero fue cuando compraron las cosas que luego notó como había varias personas alrededor de un edificio.
- ¿Y eso?
- Ni idea, no creo que sea nada importante – Neo decía, aunque luego notó que Sophia no se movía de su lugar.
La rubia luego se dio cuenta de que arriba del edificio estaba el mismo chico que miró hace unos minutos y ahí fue donde supo que quería hacer.
Sophia no supo porque actuó, pero su cuerpo le hizo ir a ver que intentaba hacer y fue cuando todas las personas alrededor gritaban que no hiciera una tontería. La peli azul buscó alrededor tratando de encontrar unas escaleras y las pudo encontrar.
Subiendo rápidamente, dejó a Neo abajo mirando cómo es que se desarrollaban las cosas y fue cuando Sophia llegó a la azotea en donde estaba el chico mirando hacia el suelo.
- O-Oye, no lo hagas.
- ¡No te acerques! – el chico exclamó – ¡saltaré no importa que me digas!
- No lo hagas… no hay motivo para hacer eso.
- Mi vida es una mierda. Mi madre y su novio me hacen la vida imposible y ya estoy harto, la gente no me cree sobre el maltrato que sufro… solo quiero acabar con todo de una vez. Sé que con mi padre estaré mejor en el cielo – cuando el chico dijo eso, por alguna razón varios recuerdos se vinieron a la mente de Sophia.
Y es que ella había pasado por una situación familiar.
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Flashback
Sophia no tuvo la mejor de las infancias ya que en sí, desde su nacimiento, parecía que estaría condenada a sufrir.
Su familia era muy pobre, de hecho, la casa en la vivían apenas poseía un piso con una habitación en donde vivían sus padres y ella.
Desde pequeña, sus padres no fueron nada amorosos con ella, es más, con el mínimo descontento que tenía, sus progenitores se encargaban de recordarle su "cariño".
- ¿Cómo que dinero para una obra? ¡Bien saben los del jardín de niños que no tenemos dinero! – el padre de la peli azul decía molesto golpeando la mesa.
- Tendríamos dinero si alguien no se lo gastara en sus putas apuestas.
- ¡Uy perdona tú! ¡Pero quien se gastó lo último en un esmalte de uñas! ¡Estúpida!
- ¡No me digas así, idiota!
- Y todo porque tenemos que mandar a esta niña al jardín de niños, ¡¿no pudiste decirme que me corriera afuera?!
- ¡Y tú querías correrte dentro! – la discusión siguió mientras que la pequeña Sophia se escondía tratando de no meterse en la pelea porque sería peor.
El ambiente familiar no cambió nada, de hecho, solo hacía empeorar a medida que el tiempo pasaba y es que al ascender a la escuela, fue peor.
-¡¿Una D Sophia?! ¡¿Obtuviste una puta D?!
- L-Lo siento… estaba difícil el examen de… – no pudo seguir hablando ya que su cara se enrojeció en el momento en que recibió una cachetada por parte de su padre. Eso la dejó en el suelo llorando de dolor.
- ¡A mí no me vengas con esas putas excusas! ¡No te críe para que fueras una perdedora! ¡Ni siquiera eso puedes hacer bien! – las palabras de su padre eran duras, y no ayudaba nada en que su madre le diera la razón al señor.
La situación económica no mejoraba tampoco, ni mucho menos sus notas que seguían siendo deficientes. En los deportes las cosas no iban tan lejos ya que cuando les tocó jugar béisbol, fracasó.
- Sophia no puede atrapar una pelota – una de sus compañeras decía notando que la peli azul no podía seguir el ritmo de sus demás compañeros.
- Vamos a perder por ella.
- Mejor que esté en la banca.
Debido al maltrato que recibía en su familia, su autoestima era bajo, lo que hacía que también fuera tímida y no hablara mucho.
Los maestros no miraban ningún problema, ni siquiera prestaban atención a que algo podría estar pasando con Sophia. Como ella era alguien callada y que no causaba problemas, no vieron algo para actuar o preguntar sobre lo que ocurría en casa.
A pesar de todos los inconvenientes, Sophia logró graduarse de la primaria, aunque no con buenas calificaciones, de hecho, su último año estuvo a punto de perderlo, pero se salvó de milagro.
Debido a su rendimiento académico, no fue apta para una beca y se tuvo que conformar con un colegio comunitario o público. Ahí fue donde sus problemas mentales se hicieron peor.
Por el constante maltrato de sus padres, Sophia empezó a pensar que los demás a su alrededor la odiaban, así como lo hacían sus progenitores.
- Oye, ¿podrías hacerte a un lado por favor? – una chica le decía a la peli azul quien estaba frente a un casillero a lo que se hizo a un lado.
- L-Lo siento – susurró quitándose de ahí, es más, se fue casi corriendo del lugar hasta que estuvo en un sitio en donde no había nadie.
Y se convenció a si misma que esa chica la odiaba ahora que le había estorbado.
Durante una práctica de béisbol, Sophia estaba de jardinera izquierda esperando a que el otro equipo de compañeras bateara la pelota la cual fue así.
El esférico salió volando justo hacia donde estaba y esta, con miedo, solo estiró su mano al cielo y para su suerte, logró atrapar la pelota.
- ¡Bien hecho!
- ¡Buena atrapada! – la peli azul se llevó la atención por la atrapada que había dado, no obstante, no fue así ya que luego de eso, salió corriendo de la concentración de béisbol, algo que no entendieron sus compañeros.
Sophia tampoco amaba ser el centro de atención.
Finalmente, todo tuvo su máximo punto una noche en donde sus padres, como de costumbre, se pusieron a pelear.
- ¡¿Solo esto quedó de la quincena?!
- ¿Y que esperabas mujer? ¿La lotería? ¡Soy el único que trabaja y que mantiene a un par de inútiles!
- ¡Yo soy ama de casa! ¡Esta casa no estaría limpia sin mí!
- Como me gustaría haberme ido a la mierda cuando tuve chance – el padre de Sophia exclamó con ira – ¡ojalá te hubiera golpeada hasta que abortaras a Sophia! ¡Mi vida estaría mejor sin ella!
- ¡¿Y hasta ahora me lo dices?! – la discusión siguió, pero lo que ambos padres no sabían o si sabían no les interesaba, es que la peli azul estaba escondida escuchando todo.
Su mente se rompió en ese momento y como conclusión, pensó que el mundo estaría mejor sin ella.
Todos la odiaban según ella.
Nadie la necesitaba.
Nadie la extrañaría.
Ella debía morir.
Al día siguiente, simplemente se alistó como era de costumbre para ir al colegio, pero no iría para allá.
Dispuesta a acabar con todo de una vez, se dirigió hacia un condominio de apartamentos los cuales poseían una escalera al lado que estaba sin vigilancia por lo que haría eso.
Terminaría con todo, además de que se aseguró que nadie la viera. El edificio era de cinco pisos por lo que cuando miró el suelo por un momento, tuvo miedo.
Pero se puso a pensar que el miedo iba a desaparecer cuando tocara el suelo.
No sentiría nada después de eso.
Sophia estaba a punto de dar el paso que la arrojaría al vacío, pero antes de hacerlo, notó a alguien que la veía fijamente, se asustó.
El miedo invadió su cuerpo y en vez de cometer su acto, se fue por las escaleras, corriendo a lo que sus piernas le daban y trató de que no la reconocieran.
- Pobre chica, pero veré hasta donde llega – la persona dijo volviendo a lo suyo.
Con Sophia, esta corrió hasta que llegó al parque de la ciudad en donde se sentó en una banca a reflexionar sobre lo que estuvo a punto de hacer. Si no fuera por esa persona que la observó, en estos momentos estaría con San Pedro.
Mientras se lamentaba sobre lo que pasaba, escuchó una voz la cual era melodiosa y eso la atrajo. Caminando un poco, llegó a un grupo de personas la cual estaba rodeando a una hermosa rubia de ojos gris pálido que cantaba.
Su voz y apariencia cautivaron de golpe a Sophia y es que tuvo un pensamiento en ese momento.
Me encontré a una diosa.
La actuación de Neo fue lo que le dio a Sophia un motivo para continuar en este mundo y es que cada vez que salía del colegio, iba al parque a ver su actuación, siendo una espectadora de primera fila.
Esto continuó por una semana hasta que un día, cuando llegó a escucharla, notó a un hombre el cual estaba hablando con ella y algo que logró escuchar fue que ella podría volverse cantante profesional.
La noticia fue un golpe duro para la peli azul ya que significaba que nunca volvería a escuchar de cerca a Neo cantar y su canto era lo que le daba un motivo para vivir por lo que, perdiendo el miedo y la timidez, fue hacia las dos personas.
- Oh, eres la que siempre viene a verme – la rubia dijo mirando a Sophia, pero al encontrarse con el hombre más de cerca, Sophia se sorprendió.
- ¡Es la misma persona que me vio ese día en la azotea! – pensó.
- Ya veo, supongo que al ser una fiel seguidora de Neo, podrías unirte a la unidad que pienso hacer – esa declaración de parte del sujeto la hizo abrir sus ojos en grande.
- ¿U-Unirme a qué?
- A una unidad que estoy haciendo. La primera integrante es Neo, pero todavía falta encontrar más miembros, pero si eres gran fan de ella, ¿no te molestaría unirte a este proyecto?
- ¿P-Podré escucharte cantar?
- De hecho, lo haremos juntas – Neo dijo, pero eso hizo que al final, Sophia aceptara el trato.
- Me llamo Sophia.
- Neo.
- Sho Mitsuhashi,
Desde ese día, la peli azul abandonó todo uniéndose a Abyssmare, incluso se hizo un tatuaje simbolizando su nuevo comienzo con su vida ahora.
Fin Flashback
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De vuelta a la actualidad, Sophia habló con el chico que estaba por saltar, se notaba lo inestable que estaba y el sentimentalismo que lo estaba carcomiendo.
- Por favor… yo intenté hacerlo, pero no vale la pena, encontré mi propósito, pero tú, apenas eres joven – las palabras de Sophia dieron en el corazón del chico quien fue haciéndose a un lado hasta que volvió a salvo.
Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos del joven el cual se dio cuenta rápidamente lo que estuvo a punto de hacer y se derrumbó.
Al final, llegó la ambulancia y la policía para sacar datos de saber que pasó, pero de suerte, todo fue gracias a Sophia que salvó al chico quien luego sería recogido por una tía.
Las dos chicas de Abyssmare regresaron a su apartamento, pero en la mente de Sophia, había algo de alegría ya que pudo salvar a alguien, tal y como pasó con ella hace tiempo.
Y eso fue algo que apreciaba, estar con vida.
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Continuará…
