¡Saludos, queridos lectores!

Han sido tres semanas sin actualizaciones, pues quería escribir tanto como fuera posible para el catorce de febrero, sin embargo, recibí una linda sorpresa ese fin de semana y pasé por alto las actualizaciones.

Lamento haberlos hecho esperar, pero hoy al fin verán nuevos capítulos en esta y otras historias.

Por desgracia, no pude escribir tanto como esperaba, pero al ver la lista que les dejaré al final de la historia, podrán notar que varios de los capítulos que estaré subiendo, son largos.

Sin más, los dejo con el capítulo de esta historia n.n


Aún no conseguía enojar a aquella chica lo suficiente para que quisiera ponerse física conmigo y admitía que después de darme cuenta de su ingenuidad, me era difícil querer proseguir con mi plan. Sin embargo, era por el bien de las dos que las cosas salieran como quería, para que pronto me fuera de su vida, así que esperé su respuesta, pero está vez dispuesta a provocarla.

—Por favor, sólo aléjese de Sasuke-kun —me pidió firme, pero aún con lágrimas en los ojos.

De antemano, sabía que esa sería la respuesta más obvia, así que esta sería mi oportunidad.

—Creo que sigue sin entender la situación en la que se encuentra, señorita, pero voy a iluminarla… al menos lo suficiente para que entienda nuestras posiciones. No quiero ser yo quien le expliqué algo que derrumbará su inocencia —respondí riendo burlona, adentrada en mi papel— Tengo un negocio en el que le doy placer al hombre que pague mejor, y para su desdicha, su prometido es el mejor postor —pude notar confusión en su rostro— Sin embargo, admito que disfruto mucho la compañía de su prometido. Es guapo, dedicado y sabe complacer a una mujer dentro y fuera de la cama, incluso con la boca, pero lo más importante, es que es generoso con los regalos —seguí riéndome, notando que ella seguía confundida por algunos aspectos, pero molesta por los que podía comprender— No pienso rechazar a mi mejor cliente por usted ni nadie más. Así que le daré un consejo: no me cause problemas y finja que no me conoce. Así usted tendrá su vida de casada y yo seguiré disfrutando de mi negocio con "Sasuke-kun".

—Eso no…

—Si vuelve a entrometerse conmigo, no seré gentil —me apresuré a interrumpirla y la empujé con suficiente fuerza para respaldar mis palabras, pero sin intenciones de tirarla, esperando conseguir provocarla lo suficiente para que al menos me devolviera el empujón. Sin embargo, en lugar de detenerme, la oí llorar amargamente.

Sé que estaba furiosa, lo ví en su mirada, pero quizá quiso proteger su imagen de delicada dama o alguien más la había detenido si es que tuvo intenciones de seguirme. No podía saberlo, ya que le daba la espalda y si quería actuar como si no me importara, no podía voltear para averiguarlo.

Entré a la tienda de encajes y listones manteniendo mi postura erguida y orgullosa, dejando atrás no sólo a la prometida de Sasuke, sino a la gente que había sido espectadora de nuestra interacción, y con ellas, un montón de murmullos y reclamos de los cuales pude alcanzar a oír la misma cantaleta de siempre: lástima por la chica de ojos verdes, lástima y reclamo por Sasuke, que había sido seducido por mí, y un montón de insultos que me responsabilizaban del dolor de la pelirrosa y el tropiezo del menor de los Uchiha.

Había fallado con el plan de provocar a la prometida de Sasuke, y ahora solo podía fingir caer al bajar del carruaje de regreso a casa, pero primero debía pasearme por la ciudad mostrando el amuleto para no llamar la atención de Sasuke. En mi discusión con su prometida, había olvidado el amuleto y muy probablemente nadie afuera de la tienda lo había visto porque estaban más interesados en la confrontación.

Compré un montón de listones y encaje en la tienda sin mirarlos bien. Incluso hice evidente que estaba comprando sin pensar para que supieran que estaba despilfarrando.

Lo más caro lo ponía en la cuenta de Sasuke, no sólo para no gastar el dinero que me llevaría en mi huida, sino porque eso reafirmaría que estaba con él por interés y que él estaba dispuesto a cumplir hasta el más mínimo de mis caprichos, aun si no estaba acompañándome en ese momento.

Podía saber lo acertado de mis elecciones de compras, cuando algunas personas, que seguramente habían estado durante mi enfrentamiento con la prometida de Sasuke, habían entrado a la tienda y murmuraban juzgándome con la mirada.

No tardé demasiado en esa tienda y después de haber oído el llanto de la prometida de Sasuke, ni siquiera me imaginé que podría encontrarla a mi salida. Sin embargo, allí estaba junto a la mujer que había estado al principio del altercado y la rubia que nos reclamó a Sasuke y a mí varias veces el estar juntos, durante el baile de los enamorados.

Tan pronto como las ví, supe que no estaban paradas afuera de la tienda por casualidad, pero para demostrar lo poco que me importaban, seguí mi camino sin mirarlas.

—¡Alto ahí! —exclamó la rubia de ojos azules, interponiéndose entre mi carruaje y yo.

—¿Nos conocemos? —pregunté fingiendo demencia.

—¡No se haga la desentendida! —exclamó la mujer enfadada.

—Lamento si no la recuerdo, pero me olvido fácilmente de personas poco relevantes para mis intereses. Dicho esto, me encuentro ocupada, así que ¿podría hacerse a un lado?

—¡Le voy a demostrar quién es poco…!

—Espera Ino, detente. Venimos a ayudar a Sakura —la otra rubia la detuvo. Ella se mostraba más templada.

De nuevo, la gente se detenía a nuestro alrededor con curiosidad para ver qué pasaría entre nosotras.

—No tengo tiempo para jugar —le di una indicación con la mano al cochero para que me ayudara, pero en lo que este bajaba, la rubia de ojos verdes se arregló la voz.

—Señorita, Furimuku, ¿cierto? Nos gustaría hacerle una propuesta que podría gustarle.

—Lo siento, no trabajo en grupos, y mucho menos con mujeres —respondí aún sabiendo que no se referían a ello.

—¡Nosotras no…!

—Le pagaré para que deje a Sasuke-kun en paz y no vuelva a acercársele —al fin la prometida de Sasuke había hablado interrumpiendo a su amiga de ojos azules.

—¿Pagarme para alejarme de un cliente? —pregunté incrédula. No era algo que hubiese visto antes, aunque era de esperarse ya que los clientes del burdel en el que trabajaba, eran, si acaso, de clase media.

—Sí, así es. Es buen trato ¿no? —preguntó la joven y podía ver miedo en su mirada.

—Debe tener una idea de cuántas veces el señor Uchiha busca sus servicios y un promedio de lo que él gasta en usted al mes ¿no es así? —agregó la rubia de ojos verdes y acento extranjero— Estamos dispuestas a pagarle en una sola entrega lo que el señor Uchiha gastaría en un año en usted a cambio de que deje de recibirlo como cliente.

—Estamos dispuestas a hacerlo aunque no se lo merezca —agregó la rubia del baile.

—Qué oferta tan inesperada —comenté verdaderamente sorprendida. Más allá de súplicas, insultos y amenazas, no había recibido como oferta o un pago tan generoso para rechazar a un cliente.

—Y es buena. ¿No le parece? No tendría que trabajar en todo este año —sugirió la prometida de Sasuke.

—Seguro seguirá haciéndolo, no creo que sea algo que le desagrade, pero bastará con que deje en paz a tu prometido —comentó la rubia del baile mirándome con dureza.

Oír aquel comentario me provocó una mezcla de lástima por ellas por lo que ignoraban del mundo y tristeza por mi, sabiendo mi situación, pero el sentimiento que predominó fue el enojo, porque era como si pensaran que había elegido este maldito trabajo por elección propia y parecían creer que lo disfrutaba. Aún incluso la mujer de cabellos rosas, era tan ingenua de creer que podría dejar de trabajar por un año y volver como si nada.

Los sentimientos mezclados en mi pecho, dejaron escapar una risa burlona de mi boca.

—No creo que ustedes, señoras, puedan pagar esa cantidad, y aunque pudieran costearlo entre las tres, ¿cómo voy a renunciar a pagos indefinidos por un mísero año de trabajo?

—Usted es muy ingenua si cree que el señor Uchiha se quedará con usted más de un año, así que no sea tonta —señaló la rubia del baile— Para ese tiempo, él se casará con Sakura y no volverá a buscarla. Es una buena oferta la que le estamos haciendo.

—Considere que incluso el señor Uchiha podría dejarla antes de que se cumpla el año —agregó la otra rubia.

—Por favor, al menos considérelo por el bienestar de Sasuke-kun —remató la pelirrosa con mirada suplicante.

Seguíamos rodeadas de público, que al principio había permanecido callado mirando el espectáculo, pero cuando ellas hicieron su propuesta, comenzaron los cuchicheos.

Las voces decían lo mucho que la pelirrosa debía amar a Sasuke como para rebajarse a hablar conmigo y ofrecer dinero para alejarme de él. También alababan a las rubias como amigas por apoyarla en algo tan difícil. En cuanto a las habladurías sobre mí, los presentes aseguraban que aceptaría el trato si era inteligente, no solo porque sería demasiado dinero el que recibiría en un sólo pago, sino porque así me evitaría problemas con las mujeres y sus familias, incluidos los Uchiha, pero alguien entre el público que no pude identificar, mencionó el contrato indefinido que tenía con Sasuke y las opiniones volvieron a sonar.

Las mujeres debieron haber alcanzado a oír dicho comentario, ya que al notar las reacciones de la gente a nuestro alrededor, se miraron confundidas, esperando que alguna de ellas supiera de lo que estaba hablando para saber qué responderme.

Teniendo en mente que pronto escaparía, la idea de aceptar la propuesta que las mujeres me hacían era tentadora. Así tendría más dinero del que me llevaría para poder vivir una nueva vida. Sin embargo, tan pronto como aceptara, el cotilleo se extendería por la ciudad y sabía que tan pronto llegara a oídos de Sasuke, vendría a buscarme.

No tenía garantías de que si huía, Sasuke iría tras de mí aun si era para convencerme de seguir con su plan, así que sabía que podían ser sólo ilusiones mías. Empero, si quería irme, no podía arriesgarme y debía seguir fingiendo mi papel.

—¿Le he mostrado el obsequio que Sasuke me dió en el baile de los enamorados? Ganó el primer lugar de la última competencia para regalármelo sin que yo se lo pidiera —dije sonriendo mientras levantaba el amuleto que colgaba de mi cintura con altanería. Aquellos que lo identificaron, comenzaron a murmurar de nuevo— Me han dicho que es un amuleto para el amor. Yo no creo en supersticiones, pero el que me lo haya dado, debe significar algo en sus intenciones. ¿No es así?

La prometida de Sasuke y la rubia del baile quisieron alegar, pero la rubia de ojos verdes, que además parecía un poco mayor que nosotras, las detuvo y tomó la palabra.

—Usted es demasiado inteligente para saber que aunque significara algo, cuando el señor Uchiha tenga que cumplir sus deberes, deberá renunciar a aquello que lo perjudique. Es mejor que acepte nuestro ofrecimiento, y quizá agreguemos algún regalo en agradecimiento por su consideración.

—Admito que su oferta es generosa aún sin el regalo que menciona, pero ustedes como mujeres cuya obtención de bienes depende de sus padres y sus esposos, no tienen forma en que puedan mejorar la oferta de Sasuke. Así que por favor, olvídenlo y déjenme ir. Esto es una pérdida de tiempo.

—¿Cuál es el precio? —la pelirrosa se apresuró a preguntar antes de que pudiera retroceder.

—Un contrato indefinido —respondí con seguridad.

Tan pronto como hablé, volvieron los murmullos de los cotillas a nuestro alrededor, sólo que en esta ocasión, fueron más sonoros, lo que delataba que pocos sabían con seguridad ese detalle de mi relación con Sasuke.

Ahora me preguntaba si había errado en comentarlo, pero ya no podía retractarme. Además, si alguna vez ese tal Danzou me investigaba, tarde o temprano iba a enterarse, y con sus intenciones de dejar mal a los Uchiha, sin duda lo iba a hacer público.

—¿Un contrato indefinido? —preguntaron la pelirrosa y la rubia de mi edad. Por su expresión, no tenían ni idea de lo que significaba.

—¿De verdad eso hizo? —preguntó la otra rubia con seriedad.

—¿Por qué mentiría? Por cierto, en mi experiencia, los hombres casados buscan los servicios que ofrezco más que los solteros. La única diferencia es que suelen ser más discretos —dije con advertencia a las tres. Era irónico, pero era verdad y sentí que merecían saberlo.

Hice una seña al cochero para que me ayudara a pasar y cuando al fin estaba a punto de subir al carruaje, sentí que halaron mi vestido.

—¿Qué dice ese contrato exactamente? —la prometida de Sasuke me exigió saber.

—Señorita Haruno, es mejor…

—¡Déjame, Temari! —exclamó la pelirrosada cuando la rubia de ojos verdes intentó llevársela y volvió a tirar de mi vestido con más fuerza para mirarme— ¡Exijo saberlo!

—Él se comprometió a cubrir todos mis gastos de por vida a cambio de seguir complaciéndolo en la… como hasta ahora. Aún si eventualmente cambia de opinión, me dará un pago periódico de por vida y no reclamará de vuelta los obsequios que me ha dado o me de en el futuro —respondí altanera— Diciéndolo en voz alta, no es tan diferente a un matrimonio. ¿No le parece? Es sólo que no estoy obligada a darle hijos, él me buscó a mí sin interés financiero o estatus y que si alguno de los dos quiere terminar el acuerdo, es posible hacerlo. Parece que mi acuerdo es mejor al suyo —dije con la intención de provocarla y dándole un manotazo para que soltara mi vestido. Sería mi último intento. Miré a las rubias, especialmente a la de ojos verdes— Sería muy idiota si rechazara un acuerdo como ese, pero podría considerarlo si el esposo de alguien más me ofrece una mejor cantidad en un contrato de exclusividad. Ya que parecen buenas amigas, ¿alguna de ustedes quisiera prestar a su marido como voluntario?

—¡Qué descaro!

—Es mejor irnos —la rubia de ojos verdes detuvo a la otra rubia que se veía más alterada.

—¡Sólo aléjese de Sasuke-kun! —la prometida de Sasuke me gritó tirando del amuleto de mi cintura, por lo que rompió la cinta de la que colgaba y una parte se deshizo— ¡Él no la ama!

—No estoy en esto por afecto de ningún hombre —respondí mordiéndome la lengua— Si quiere rogar por amor, vaya con su prometido —halé el amuleto de sus manos— Esto es mío, señorita. A menos que pague.

Volví a plantar el pie en el escalón del carruaje con intención de irme. No había motivos para prolongar aquella discusión. Cuando menos me di cuenta y justo cuando pensé que de nuevo mi plan de provocarla había fallado, la chica de cabellos rosados me había empujado.

—¡Aléjese de mi prometido! —la joven dama había gritado de nuevo al empujarme.

Al estar parada sobre un sólo pie, el empujón me hizo perder el equilibrio, cayendo de lado.

—¡Ay! —grité dolorida. Había conseguido que se cumpliera mi plan, pero no esperaba que fuera a ser tan doloroso.

Intenté levantarme fingiendo que tenía lastimado el pie, el problema es que rápidamente me dí cuenta que sí estaba lastimada.

—Yo… no quería…

Me sentí enfadada con la chica que me veía contrariada. Tenía cara de mustia preocupada por mi caída sin saber si mantenerse firme en su enfado o ayudarme a levantar. Incluso tartamudeaba un intento de disculpa. ¿Para qué tenerme lástima o consideración cuando ella había sido quien me había empujado adrede? Ella me odiaba por tener la atención de su prometido y ahora actuaba como si se arrepintiera de ser mala conmigo.

Su hipocresía me enfurecía. Aunque quizás, ella sólo estaba tratando de mediar su deber de cumplir con la etiqueta que la sociedad le había impuesto, y las emociones que debían palpitar violentamente en su pecho.

—¿Se encuentra bien, señorita? —la rubia de ojos verdes me preguntó. A diferencia de la pelirrosada, su tono denotaba cordialidad desde el inicio de la interacción.

—Se lo merece —espetó la rubia de ojos azules y algunos de los presentes apoyaron su sentencia.

Sólo la rubia de ojos verdes llamada Temari y el cochero me ayudaron a levantarme mientras la otra rubia alejaba a la prometida de Sasuke a otro lado al no saber si ayudarme o volver a hacerme sus exigencias. Los espectadores se limitaban a seguir hablando, como si todo lo que ocurriera fuera una obra de teatro para su deleite.

—¿Karin? ¿Qué está pasando? —escuché una voz conocida, lo que provocó más habladurías.

—¿Sasuke? —pregunté sorprendida cuando él llegó hasta mí. No esperaba verlo de nuevo antes de mi huida.

—¿Qué pasó? —Sasuke preguntó a la rubia que me había ayudado a levantarme y tomó su lugar en ayudarme a mantenerme en pie.

—Fue un accidente. La señorita…

—¡Sasuke-kun! —su prometida llegó de repente, parecía aliviada al mismo tiempo que alarmada.

—Tu delicada prometida me empujó —dije antes de que la pelirrosa o sus amigas dijeran algo más.

—Yo… no… no fue mi intención… yo…

—¡¿Y qué esperaba, señor Uchiha?! ¡Lo único que Sakura quiere es alejarlo de las malas compañías! —la rubia de ojos azules había regresado detrás de su amiga— ¡Lo ama tanto como para rebajarse a negociar con esta mujer para salvar su reputación!

—Incluso ha roto el regalo que me diste y no puedo plantar el pie —le mostré a Sasuke el amuleto maltrecho en un tono que cualquiera podría notar que fingía tristeza.

—¡Te dije que no te metieras en mis asuntos! —Sasuke le gritó a su prometida sin soltarme.

—Pero Sasuke-kun…

—¡Si vuelves a acercarte a Karin, cancelaré el compromiso! —Sasuke la amenazó y miró a la rubia de ojos azules, quien parecía querer intervenir— Si no quiere arruinar los negocios de su marido, no vuelva a intervenir

—Yo… no…

—Señor Uchiha, por favor cálmese. Es verdad que la señorita Haruno empujó a la señorita Furimuku, pero no fue tan fuerte, es sólo que la señorita Furimuku perdió el equilibrio lo que provocó la caída. ¿No es verdad? —la rubia de ojos verdes se dirigió a mí.

—Es verdad, pero eso no justifica el ataque de la señorita Haruno, tampoco que me haya quitado algo de mi propiedad, lo que provocó que se rompiera. Desde que bajé de mi carruaje, he sido importunada por ustedes.

La gente a nuestro alrededor se mostró molesta, especialmente porque algunos de ellos decían cosas como que yo era hipócrita al quejarme de que la prometida de Sasuke quisiera arrebatarme el amuleto cuando, según ellos, yo me estaba "robando a su hombre".

—Sasuke-kun…

—Es la última vez que te lo digo: no te metas en mis asuntos y no vuelvas a acercarte a Karin —Sasuke detuvo a su prometida que intentó hablar con él y con la mirada, le había dejado claro a la rubia de ojos verdes que no le importaba si había sido un accidente.

La joven de cabellos rosas echó a llorar y acto seguido, se fue corriendo. Su amiga de ojos azules fue detrás de ella llamándola, no sin antes dirigirnos una mirada de reprobación a Sasuke y a mí.

—Sasuke, hijo. ¿Qué…?

Una mujer guapa y elegante de cabello y ojos azabaches, llegó hasta donde nosotros justo en el momento en que la pelirrosa se había ido corriendo, pero enmudeció tan pronto como vio a Sasuke sujetándome.

Esa mujer tenía una gran presencia, y era más que entendible que todos la miraran, ya fuera por su belleza natural o porque su ropa delataba la importancia de su estatus.

—Madre…

—¿Qué está pasando? De repente saliste corriendo de la tienda —el rostro de la mujer se endureció al verme. Era imposible que no hubiese alcanzado a ver a la pelirrosa llorando y tampoco era de extrañar que supiera quién era yo. Si no lo hacía al conectar las pistas, al menos debía saberlo por los cuchicheos poco discretos de la gente que seguía mirando y criticando.

—Buenas tardes, Lady Uchiha. Me retiro —la rubia de ojos verdes hizo una reverencia antes de irse.

—Madre, ella es…

—Vámonos —la mujer no lo dejó hablar, y no me miraba.

—Lo siento madre, pero la señorita Furimuku está lastimada y no puedo dejarla así.

—Tu padre te dió una orden.

—Tengo un contrato con la señorita Furimuku. Estoy obligado a asegurarme de que esté bien —respondió Sasuke serio, pero con respeto a la mujer— Iré a llevarla a su casa, haré que la revise un médico y prometo volver a la casa en cuanto pueda.

La mujer no se veía contenta y era evidente que las habladurías a nuestro alrededor, aunque eran más discretos, la irritaban más.

Ella debía estar evaluando la mejor forma de salir de esa situación sin seguir llamando la atención de la gente. Una tarea que sin duda era prácticamente imposible. Sin embargo, el contrato que tenía con Sasuke debía preocuparle, ya que, a pesar de cualquier falta moral que respresentara este, legalmente era válido, y un incumplimiento de sus cláusulas podría perjudicar al infractor según lo estipulado en el contrato o lo que dictaminara un juez, según fuera el caso.

No sabría decir si la mujer conocía el contenido del contrato, así que no podía definir si su preocupación era por conocimiento o creer que su hijo era tan idiota como para meterse en más problemas con un contrato que me beneficiara más a mí.

—Iré a la boutique Jasmine a encargar un vestido para el baile de la Marquesa de Kuno. Si no estás ahí para cuando haya terminado, se lo reportaré a tu padre —advirtió la mujer descontenta, y sin esperar respuesta de Sasuke, y sin mirarme ni una sola vez, se fue.

Sasuke siguió a la mujer con la mirada, pero no era el único. Nuestro público había quedado mudo para escuchar la advertencia de la mujer, y cuando ella se perdió de vista, los murmullos volvieron a invadir las calles.

Las habladurías se repetían sobre la prometida de Sasuke, él y yo, pero ahora, además de sentir lástima o burlarse de los Uchiha por la falta de su hijo, también hablaban de lo que debería hacer la familia con Sasuke, así como alabar a la mujer, pues consideraban que había actuado con elegancia y gracia, pero con suficiente dureza para dejarle claro al hijo descarrilado que sus deslices no serían tolerados.

—Vamos, querida, te llevaré a casa —Sasuke me dijo cuando salió de su pasmo.


¿Qué le dirá Sasuke a Karin cuando estén en privado sobre la confrotación pública que tuvo con su prometida? ¿Karin seguirá motivada a huir? ¿Sasuke se meterá en problemas con su familia ahora que su madre ha conocido a Karin? ¿La confrontación de Karin y Sakura captará la atención de Danzou? ¿Qué otras preguntas les han surgido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

Historias a actualizar:

*El cliché de los gemelos (cuádruple actualización)

*La marca del lobo

*Peligrosos deseos

*Inexperiencia

*Apuesta XL

Como saben, actualizo en tres plataformas diferentes, así que deben ser pacientes a que pueda subir todos los capítulo n.n

¡Hasta la próxima actualización!