Las Villanas de Saint Michael's

Capítulo 19 – Un Par de Desconocidas

Querido diario, ha pasado un tiempo desde la última vez que escribí en tus páginas, por lo que antes de comenzar esta historia, me gustaría presentarme nuevamente.

Mi nombre es Kurara Inatori, y desde hace unas semanas, soy una estudiante de segundo año en la secundaria para chicas de Saint Michael's, que llegó a este mundo una noche mientras dormía placidamente en mi cama en el... digámosle "otro mundo".

En esta ocasión, me gustaría platicarte acerca del juego más reciente de mi saga yuri favorita "Sono Hanabira" también conocida como el "El Beso de los Pétalos". Su nombre es "Un Par de Desconocidas". El juego más reciente de la saga de los pétalos en el cual, se nos presenta por primera vez a una nueva pareja de secundaria, el cual innovó al ser el primer juego en toda la saga en presentar a una villana que se opusiera completamente al amor de las protagonistas.

La protagonista de esta nueva historia es Saki Miyakozawa, una chica tierna muy linda de primer año de secundaria, de cabello largo y lacio color blanco como la plata y de ojos amarillos y profundos como el ámbar, quien es acosada y molestada injustamente por la malvada villana de la escuela, Kurara Inatori.

Una chica malvada y egoísta de segundo año, quien piensa que todas están por debajo de ella y que puede hacer lo que ella quiera gracias a la influencia y el dinero de su familia. Aquella villana al creerse la más hermosa de todas, al conocer a Saki vio en ella a alguien que bien podría quitarle el título de "la más hermosa de toda la escuela". Razón por la cual, comenzó a enfocarse en ella y a molestarla, haciendo especialmente burla de la pequeña estatura de la protagonista.

Le tiraba sus libros, desaparecía sus zapatos, ponía su mochila hasta arriba de los salones para que no la alcanzara y siempre que podía, le hacia algún comentario o burla sobre su pequeña estatura.

Al volverse Saki una de las principales víctimas del bullying de Kurara, con el tiempo nadie más se quiso juntar con ella. No porque las demás chicas fueran malas o quisieran hacerle daño a Saki, sino que nadie quería ser también molestada por la malvada Kurara y sus dos inseparables secuaces.

Para entonces, Saki ya había aceptado su destino, silenciosa, tratando de no llamar la atención y no destacar en lo absoluto.

No quería que nadie más sufriera por su culpa.


Edificio de Secundaria de Saint Michael's – Patio Trasero

Un día durante el almuerzo, Saki se fue a almorzar a solas detrás de la escuela como solía hacerlo. Últimamente, Kurara había agarrado la costumbre de ir a tomar de su almuerzo para ella y sus amigas, pero aquel día no se sentía con ganas de soportarlo, ya que se sentía con hambre y quería comer a solas.

Para su mala fortuna, aquel día coincidió que Kurara y sus amigas justo iban pasando por allí. Y aunque al principio Saki intentó no hacer ningún ruido para que no la vieran, aquellas chicas no tardaron en verla y fueron directo con ella.

– ¡Vaya! Pero si es la diminuta Saki ¿Qué andas haciendo por aquí comiendo sola? Será acaso ¿Te estabas ocultando de nosotras?

– No, para nada, yo solo estaba…

– ¿Pero por qué harías algo como eso, pequeña Saki? ¿Acaso no sabes que somos las únicas amigas que tienes en toda la escuela?

Sus inseparables secuaces, se sientan a ambos lados de Saki en la banca para que no escape y con Kurara enfrente de ella, le dice.

– Vaya, ese almuerzo que tienes se ve muy apetitoso ¿Crees que podamos tomar un poco?

– E-Es que… el día de hoy esperaba poder almorzar algo yo sola, y luego…

Kurara divertida por la reacción de Saki chasquea los dedos y a la orden, Eiko toma el almuerzo de Saki y lo levanta en sus brazos.

– ¡Oye! Devuélveme mi almuerzo, por favor.

– Tranquila, que sólo es un juego entre amigas, nosotras lo hacemos todo el tiempo ¿Verdad, chicas?

– Así es, Kurara-sama.

– Si quieres tu almuerzo, sólo tendrás que quitárselo a Eiko de sus manos ¿Verdad?

– Así es, aunque no pienso ponértelo tan fácil.

Dice Eiko alzando aún más sus brazos, de tal manera que le es imposible a Saki tomarlo.

– ¡Devuélvemelo! Devuélveme mi almuerzo, ahora.

Kurara ríe a carcajadas mientras Ikue la filma con la cámara de su celular, saltando con todas sus fuerzas para tratar de tomar su almuerzo de los altos brazos de Eiko.

– ¡Vamos! Salta más alto, diminuta Saki. Tendrás que esforzarte mucho más que eso si deseas recuperar tu almuerzo.

Kurara sigue riendo a carcajadas mientras Saki ya se encuentra al borde de las lágrimas, harta de la humillación y la impotencia mientras se burlan de ella y la graban.

Pareciera que Saki esta a punto de rendirse y salir corriendo a llorar al baño más cercano, cuando entonces una chica que ha visto toda la escena e iba pasando por allí, se detiene con ellas y las llama.

– ¡Oigan ustedes! ¡Dejen de molestar a esa niña!

Sorprendidas de que alguien se atreviera a hablarles así, las tres chicas voltean y se encuentran con una chica de su mismo año, de cabello negro y ojos amarillos, quien las mira con una seria mirada furiosa.

– ¿De verdad les parece bien tratar así a su kouhai?

– Descuida compañera, que aquí no pasa nada – le contesta Kurara burlona – eres la nueva estudiante ¿cierto? Mis amigas y yo sólo nos estábamos divirtiendo con nuestra querida y tierna kouhai. ¿Verdad que sólo nos estábamos divirtiendo, Saki?

– Kurara-san…

No es necesario que le conteste. Con solo ver las lágrimas formarse en los ojos de Saki, aquella chica esta segura de que están mintiendo.

– Lo diré sólo una vez. Devuélvanle el almuerzo a esa chica, ahora.

– ¿En serio? ¿O qué? – le pregunta Kurara con una mirada desafiante.

– O tus amigas y tú, necesitarán a alguien que les arregle los dientes.

Aquellas dos chicas no se separan la mirada, desafiantes, esperando a ver quien de las dos es la primera en echarse para atrás.

Pareciera que la chica de cabello negro esta lista para defenderse en el momento que decidan atacarla, pero entonces Kurara sonríe y le contesta.

– Cielos, que dramática eres, como ya te dije, nosotras solo nos estábamos divirtiendo con nuestra amiga. Eiko, suelta el almuerzo de Saki.

Eiko, entendiendo perfectamente lo que Kurara quiere, hace lo que le dice y deja caer el almuerzo de Saki soltándolo de sus manos.

La lonchera cae al suelo y con ella todo el almuerzo de Saki.

– Disfruten su almuerzo, chicas.

Dicho eso, Kurara se retira con sus amigas detrás de ella, pero no sin antes, dirigirle una última mirada desafiante a aquella chica como diciéndole "Acabas de hacerte una buena enemiga, niña nueva".

Ya que se han ido, Saki observa de rodillas su almuerzo tirado en el pasto y sin poder aguantarlo más, se rompe a llorar ahí mismo.

Aquella chica que fue a ayudarla, sin pensarlo dos veces se acerca con ella e inclinándose, la ayuda a recogerlo.

– Disculpa ¿Estás bien? Lamento mucho lo que aquellas chicas te hicieron y no haber podido salvar tu almuerzo, se veía muy apetitoso ¿Lo preparaste tú?

Saki no le responde ni se atreve a mirarla, por lo que la chica termina de recoger todo y ya que ha terminado, saca su propia lonchera y le comenta.

– ¿Sabes? Soy nueva por aquí y mi mamá me aconsejó que siempre es buena idea traer un almuerzo extra para compartir con alguien para hacer amigas ¿Me ayudarías con mi almuerzo?

Le pregunta la chica ofreciéndole uno de sus sándwiches a Saki quien continua llorando aún sin atreverse a mirarla.

– No tienes que molestarte conmigo. Yo no soy… si te juntas conmigo, aquellas chicas también comenzarán molestarte. No quiero que ellas…

– No te preocupes por mí, soy perfectamente capaz de cuidarme sola.

– No quiero que ellas se metan contigo. Lo mejor será que me dejes sola, por favor.

Aquella chica negándose a escuchar a Saki, determinada la toma de sus manos.

– Escúchame, nadie se meterá conmigo ni tampoco contigo nunca más, yo no lo permitiré ¿De acuerdo?

Al decirle eso, Saki por fin levanta la vista y por primera vez en su vida ve a aquella chica que la salvo. Una hermosa chica de cabello negro y ojos amarillos de mirada muy cálida y amable.

Le ofrece su mano para ayudarla a levantar y aunque al principio Saki duda en si tomarla o no, finalmente acepta y aquella chica la levanta.

– Listo, ya estás lista. ¿Cuál es tu nombre?

– Mi-Miyakozawa Saki-san.

– Saki-chan, entonces ¿Te parece si almorzamos juntas?

– Seguro, senpai.

De esta manera, ambas chicas almuerzan y platican juntas hasta el final del receso.

Ya cuando ambas deben regresar a sus respectivos salones, se despiden en la entrada del edificio, aunque no sin antes Saki preguntarle.

– ¡Disculpa, senpai! No me dijiste ¿Cuál es tu nombre?

– Me llamo Tokai Sakura-san. Espero volver a almorzar mañana contigo, Saki-chan.

– Por supuesto, Sakura-senpai.


Secundaria Saint Michael's – Días siguientes

Después de aquella ocasión, Sakura y Saki comenzaron a almorzar juntas todos los días, viéndose así mucho más seguido. Y aunque al principio Sakura sólo se juntaba con ella para protegerla y ver que aquellas malvadas chicas no se volvieran a meter con ella, no tardo mucho en quedar fascinada con la pureza de aquella chica y del brillo que de su sonrisa emanaba.

Pronto comenzaron a verse todos los días después de la escuela, y Saki comenzó a llevar a Sakura a la panadería donde suele trabajar después de clases.

Pasaban tanto tiempo juntas, conociéndose, platicando y encariñándose cada vez más de la otra, que eventualmente se terminaron enamorando y se volvieron novias, confesando su amor y teniendo su primera vez justamente atrás de la panadería, en la cocina, una tarde después de haber cerrado.

– Sakura-senpai...

– Por favor, llámame sólo Sakura, Saki.

Le dice Sakura entrelazando sus dedos con los de Saki, acostadas después de terminar de hacer el amor, y Saki con su sonrisa tan brillante como el sol, le responde.

– De acuerdo... Sakura.

Aunque claro que todo esto no resultó algo fácil para ellas, ya que aunque al principio, Kurara había decidido dejar de prestarle tanta atención a Saki, al enterarse de la nueva relación amorosa entre estas dos chicas y el furor amoroso que estaban despertando en todas en la escuela, Kurara se ensaña en hacer todo lo posible para separarlas y demostrarles que no están hechas para la otra, haciendo uso de sus secuaces, así como del dinero e influencia del nombre de su familia para lograrlo.

– ¡Les demostraré que ustedes no están hechas para la otra!

Esto siguió pasando durante un tiempo hasta que finalmente, después de una broma muy pesada que las villanas le hicieron a Saki...

– ¡Kyaaaaaaaaahhhh!

– ¡Sakiiiiiiiii!

Saki pasó toda una semana sin regresar a clases, no podía volver a ir, no después de lo que le hicieron.

Sakura, harta de todo esto, se presenta ante el consejo estudiantil y exige la expulsión inmediata de Kurara por la broma que le hicieron a Saki. Sin embargo, aunque el consejo, al igual que toda la escuela, es bien consciente de la actitud de Kurara, también son conscientes de su apellido y del dinero que su familia aporta a la escuela, por lo que aunque lo desearían, una expulsión no parece una opción viable para ellas.

– Necesitaríamos una prueba irrefutable de sus atrocidades, algo que sea tan claro, que ni todo el dinero de su familia pueda salvarla – le dice la vice presidenta del consejo estudiantil, Maki Tozawa.

– Si una prueba es lo que necesitan... tengo una idea para conseguirla.

Con la ayuda de la vicepresidenta del consejo estudiantil, Sakura consigue tenderle una trampa a Kurara y a sus secuaces con la cual, terminan exponiendo todas sus maldades y atrocidades ante la junta directiva.

La evidencia recolectada contra ella es tan sólida y evidente, que ni todo el dinero ni la influencia de Kurara en la escuela son suficientes para salvarla, por lo que termina siendo expulsada del colegio y nunca más se vuelve a saber de ella.

– ¡Quítenme las manos de encima! ¿No saben quien soy? ¡Suéltenmeeeeeeeee!

Con la expulsión de la villana, Saki finalmente regresa a la escuela, y se encuentra con Sakura en el jardín de rosas de la escuela.

– Se acabó, Saki, por fin eres libre, ninguna de esas chicas te va a volver a molestar jamás.

– Sakura... ¿Por qué lo hiciste? Pudiste... pudiste haber salido muy lastimada. Si algo te hubiera pasado por mi culpa, yo no sabría...

– Hey, tranquila, no me pasó nada, ahora somos libres para estar juntas, y nunca más, nadie ni nada, nos va a volver a separar.

– Sakura... muchas gracias por salvarme en aquel entonces y también gracias por... salvarme ahora.

– Yo siempre estaré para salvarte, Saki. Estaré contigo ahora y toda la vida.

Con esa promesa en sus labios, Sakura y Saki obtienen finalmente el final feliz con el que tanto habían soñado y lo sellan con un beso de amor verdadero, asegurándose a la otra que ya nada ni nadie las va a volver a intentar separar nunca. Un final feliz para ambas...

O al menos así es como debía haber ocurrido la historia, hasta que Kurara Inatori, la infame villana de Saint Michael's, despertó de aquel sueño tan extraño en el que vio su futuro, todo lo que pasaría y tuvo una segunda oportunidad para cambiar su historia.

Pensó que lo había hecho todo bien, que había podido cambiar para bien y así, huir de las atrocidades que cometería en su futuro, que había cambiado la historia para siempre. Pero ahora…


Panadería del Centro – Noche

Tras acomodar el pan bajo el mostrador, Maki presenta a la chica que salió con ella. Una tierna chica de cabello blanco y ojos amarillos a quien Kurara reconoce de inmediato. No era necesario que la presentara.

– Chicas, quiero presentarles a mi hermanita, quien empezará a estudiar con nosotras a partir de la próxima semana, Miyakozawa Saki-chan.

– ¡Es un placer conocerlas, chicas! Espero que podamos ser muy buenas amigas y llevarme muy bien con todas ustedes ¡Estaré a su cuidado!

La verdadera protagonista de la historia ha llegado.