Hola lectores, aquí les traigo el siguiente capítulo de esta obra, es un capítulo mas largo de lo normal, anteriormente quise dividirlo en 2 partes más pero mejor decidí en hacer un capítulo mas largo. Fue un capítulo complicado de hacer así que si les gusto pueden seguirme además de seguir la historia, agradecería mucho que dejen una reseña para así yo recibir feedback de que les está pareciendo la historia. Diafruten!.
Capitulo 5: Aura la Guillotina y la Balanza de la obediencia
La noche se cernía sobre la mansión Granat, ocultando los movimientos sigilosos de Fern y Stark. Su misión: rescatar al conde, prisionero en su propio hogar. Con cautela, se adentraron en las entrañas de la residencia, mientras en el piso superior, la figura de Lügner se recortaba contra la pálida luz de la luna. De espaldas a la habitación, contemplaba el paisaje nocturno, ajeno a la presencia de sus intrusos. A sus espaldas, el conde Granat, atado a una silla, mostraba las marcas de una tortura reciente.
La voz de Lügner, serena y cargada de una extraña fascinación, rompió el silencio —.Pero cómo me encanta la magia... como Qual, el hechicero de la corrupción, que pasó gran parte de su vida desarrollando hechizos mortales—. Se giró lentamente hacia el conde, sus ojos brillando con una luz inquietante. —.¿Sabe, conde Granat? Los demonios dedicamos nuestra vida a investigar una sola magia—., continuó, con una voz pausada y casi hipnótica. —.Con el tiempo, esa magia se vuelve parte de nosotros, nos fortalece de maneras que los humanos no pueden comprender. No habrá poder que se compare al nuestro—.
Granat, con la mirada cargada de desconfianza, respondió con voz débil: —.¿Y qué tiene que ver eso conmigo?—.
Lügner se acercó un paso, su sombra alargándose sobre el conde. —.Su ciudad está protegida por una barrera mágica, ¿no es así?—. prosiguió —.Una magia ancestral, creada por la legendaria maga Flamme. Una magia tan poderosa que aún supera a las magias modernas, que evita que los demonios entren al pueblo—.
—¿Y eso qué?—. insistió Granat, su voz temblando ligeramente.
—.Admiro esa magia—. admitió Lügner, con un tono que mezclaba sinceridad y desprecio. —.Pero desprecio a los prodigios que la crearon. Carecen de la belleza que proviene de la mejora constante, de la dedicación—. Se detuvo frente a Granat, su mirada fija en los ojos del conde. —.La familia Granat se le dio la tarea de proteger la barrera por generaciones. Si nos permitiste la entrada, significa que existe una manera de controlarla, debe de haber una magia que manipule esa barrera. ¿Quiero que me enseñes esa magia?—.
Granat guardó silencio, su mirada desviada. Lügner le dio tiempo para pensarlo, antes de dirigirse a la puerta, acompañado por Linie. —.Si no coopera, el dolor será insoportable—. advirtió, antes de cerrar la puerta tras de sí.
Un rato después, Stark encontró a Granat, aún atado a la silla. El conde lo miró con tristeza, su rostro reflejando el peso de la desesperación—.Joven Stark, no pierda su tiempo conmigo. Huya, evacúe al pueblo—.
—No lo dejaré aquí—.respondió Stark, con una determinación que contrastaba con su evidente nerviosismo.
—.La gente del pueblo debe ser evacuada—. insistió Granat, su voz adquiriendo un tono urgente—.Si les muestra a los centinelas el escudo de mi familia, lo obedecerán—.
—.Lo liberaré, conde—. dijo Stark, sus manos temblando ligeramente mientras intentaba desatar las cuerdas.
Granat notó su nerviosismo y le dirigió una mirada comprensiva —.Mi hijo también temblaba antes de ir al frente. Era valiente, como usted—.
Stark intentó cortar las cuerdas, pero eran demasiado resistentes, un brillo mágico emanando de ellas. —.Están encantadas—. murmuró, frustrado.
—.Olvídelo, joven Stark—. dijo Granat, con un tono de resignación—.Sálvese—.
Stark se negó, su determinación creciendo ante la desesperación del conde. Cuando estaba a punto de destruir la silla con su hacha, Lügner y Linie regresaron a la habitación.
—.¿Un conocido, conde?—. preguntó Lügner, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
—No, debe ser uno de esos aventureros, debe de haber venido a rogarme, no sabe que esa maga y ese chico escaparon, un chico estúpido—.dijo Granat en voz baja, su mirada llena de desprecio hacia Lügner.
Lügner, aparentemente indiferente a las palabras del conde, dejó ir a Stark, quien, en un movimiento rápido y sorpresivo, lo atacó, logrando herirlo. Lügner contraatacó con su magia de sangre, pero Stark logró protegerse, su hacha brillando con una luz protectora.
—.Impresionante—. admitió Lügner, con una sonrisa que revelaba su admiración. —.Reflejos rápidos—.
Stark sonrió, su confianza creciendo. —.No se dieron cuenta de Fern, ¿verdad?—.
En ese momento, Fern, que había estado observando desde la ventana, lanzó un ataque sorpresa contra Lügner, causándole graves heridas. Lügner, sorprendido, se tambaleó, preguntando con incredulidad: —.¿Qué magia has usado?—.
—.Zoltraak—. respondió Fern, con voz firme y fría.
Lügner se burló, intentando ocultar su sorpresa. —.Esa magia fue conquistada hace medio siglo—.
—.La aprendí de mi maestra—.replicó Fern, su mirada fija en Lügner.
Lügner se dio cuenta de que Fern estaba ganando tiempo y se dispuso a acabar con ella rápidamente, pero Stark sugirió la retirada estratégica. Linie, que estaba a punto de perseguirlos, fue detenida por Lügner. "Espera, no podrán ocultarse, están marcados con mi sangre. Esperaremos a que termine de sellar la herida".
Tras una breve discusión con Linie, Lügner recordó a Frieren. —.Esa maga... su estilo me recuerda a alguien—. murmuró, con un tono pensativo. —.Alguien que me hirió con la misma magia hace mucho tiempo—.
De repente, una imagen nítida irrumpió en su mente: Frieren, de pie sobre una pila de cadáveres de demonios, mirándolo con frialdad. —.Frieren la asesina—. susurró Lügner, con un tono de reconocimiento y temor. —.La maga que envió a más demonios a la tumba que nadie en la historia—.
Tras liberar a Granat, Stark y Fern se dirigieron a la ciudad, buscando refugio en una iglesia, donde procedieron a curar las heridas del conde. —.Gracias a ustedes voy a sobrevivir, estoy en deuda y le voy a perdonar la vida a la Maga y al chico, ellos tomaron la decisión correcta—. dijo el conde Granat con agradecimiento, su voz aún débil pero llena de sinceridad.
—Ahora Frieren y Naruto podrán volver al pueblo, Frieren podrá derrotarlos—, dijo Stark con felicidad, su rostro iluminado por la esperanza.
—La señora Frieren no mató a ningún guardia—, dijo Fern, con su habitual tono sereno.
—Eso ya lo sé, fueron los demonios quienes lo hicieron, pero lo importante es, ¿Esa maga es Frieren? ¿La maga elfa que acompañaba al grupo de héroes?—, preguntó Granat, con un tono de duda y reconocimiento.
—Sí—, respondió Fern, confirmando las sospechas del conde.
—Entonces he cometido una terrible descortesía, la familia Granat esta en deuda con ellos, en el mandato de mi abuelo ellos expulsaron a los demonios, que estaban al mandato de Aura la Guillotina, uno de los 7 hechiceros de la destrucción—.
Mientras tanto, Naruto y Frieren habían llegado a la ubicación de Aura. —.Cuánto tiempo, Aura—, dijo Frieren serenamente, su voz resonando en el campo de batalla.
—Han pasado 80 años, Frieren—, respondió Aura con una sonrisa, su mirada llena de anticipación.
—¿Con que ella es Aura la Guillotina?—, preguntó Naruto, observando a la demonio frente a él. Era una mujer de cabello morado corto, de apariencia joven, piel pálida y los característicos cuernos que la identificaban como demonio. Detrás de ella, un numeroso ejército de caballeros, aunque Naruto notó que carecían de cabeza.
—¿Has traído a un humano aquí, Frieren?—, dijo Aura sonriendo a Naruto, su mirada curiosa.
—¿Te diriges al pueblo que se encuentra más adelante? Agradecería que dieras media vuelta—, mencionó Frieren, con un tono que no dejaba lugar a dudas.
—No lo haré—, dijo Aura con una sonrisa, y de inmediato fueron atacados por varias armaduras de Aura.
Frieren esquivó ágilmente las espadas de las armaduras, mientras que Naruto, con uno de sus kunais, bloqueó los ataques. Las armaduras, cada vez más numerosas, los rodearon por completo.
Naruto, para librarse de ellas, comenzó a acumular chakra y a formar un rasengan. Naruto, habiendo entrenado arduamente durante su viaje, ahora podía ejecutar el Rasengan sin la necesidad de clones de sombra. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de impactar su técnica contra las armaduras, la voz de Frieren resonó con autoridad.
—Espera, Naruto, no dañes las armaduras—, ordenó Frieren con una calma que contrastaba con la intensidad de la batalla.
Naruto, aunque sorprendido, obedeció, deshaciendo el Rasengan justo antes del impacto y esquivando un ataque de una de las armaduras. —¿Por qué me detienes? Tenemos que acabar con ellos rápido o nos van a superar—, gritó Naruto, su voz cargada de frustración.
—Estas armaduras son personas controladas por el hechizo de Aura, no los dañes, solo hay que retenerlos—, explicó Frieren, su mirada fija en el creciente número de enemigos.
—Tsk—, Naruto comprendió la situación e hizo un sello de manos, creando diez clones de sombra que se unieron a la batalla, enfocándose en bloquear los ataques de las armaduras sin causarles daño.
—¿Así que clones? Tan pocos no los van a salvar—, se burló Aura, su sonrisa llena de confianza.
—Atacaré ese pueblo porque ahora tengo una ventaja abrumadora—.
—¿Sí? Tienes más marionetas. La magia de los demonios debe ser muy poderosa para controlar a tantos. La magia humana no podría alcanzar tal nivel ni en sus sueños, pero tu magia es repugnante Aura, me das asco—, dijo Frieren, su voz cargada de desprecio.
—Qué descortés eres, me costó tanto trabajo reunirlos—, respondió Aura sarcásticamente, su sonrisa ensanchándose.
—Ya he visto esas armaduras antes—, pensó Frieren, su mirada escrutando a los enemigos. —Aura, cambie de opinión, te mataré ahora—, declaró Frieren, su voz resonando con determinación.
Aura solo sonrió y mostró su objeto mágico, su ventaja, un objeto que irradiaba un poder oscuro y amenazante.
Mientras tanto, en la iglesia, Granat estaba explicando a Fern y Stark el poder de Aura.
—La balanza de la obediencia es la razón del por qué no hemos podido derrotar a Aura—, dijo Granat con la cabeza baja, su voz cargada de resignación. —El poder de ese objeto le permite a otros a obedecer su voluntad, la magia de esos siente van más allá del conocimiento humano. Aura pone el espíritu del enemigo y el suyo, así compara el poder mágico, quien tenga el poder más fuerte podrá controlar al otro como si fuera una marioneta, convirtiéndolo en su esclavo hasta que su cuerpo se convierta en polvo. Un hechizo arriesgado y poderoso y en las manos de un poder como el de Aura, resulta invencible—.
—¿No hay forma de contrarrestarlo?—, preguntó Fern, su voz llena de preocupación.
—El peso del poder de Aura inclina la balanza a su favor, pero si el poder de otra persona es mucho más fuerte que el de Aura, Aura podría ser derrotada—, explicó Granat, su voz llena de tristeza. —Pero dicen que eso no ha pasado ni una sola vez en 500 años, desde que es una hechicera de la destrucción—.
—¿Pero entonces no hay ninguna forma de cómo combatirla?—, insistió Fern, buscando desesperadamente una solución.
—De hecho, sí había una forma, aquellos de voluntad fuerte, podían resistir el hechizo temporalmente, entre más grandioso fuera el individuo, más tiempo podía resistir".
—Pero solo por un momento—, añadió Stark, su voz reflejando la gravedad de la situación.
—Pero podría costarle la vida, los de voluntad fuerte le son un obstáculo, por eso, Aura la Guillotina analiza cuidadosamente a cada enemigo que va a enfrentar, es una tragedia—.
Con la urgencia de advertir a Frieren y Naruto, Stark y Fern salieron de la iglesia, solo para ser emboscados por Lügner y Linie. Lügner inmovilizó a Fern contra una pared, su mirada fija en ella.
—¿Dónde está Frieren?—, preguntó Lügner, su voz amenazante.
Fern guardó silencio, su mirada desafiante. Lügner sonrió con malicia. —¿No vas a hablar? Qué lástima. Ese chico de allá tendrá una muerte dolorosa—.
Mientras tanto, Stark se enfrentaba a Linie, la demonio atacándolo con una ferocidad implacable. Stark, sin embargo, logró defenderse, su hacha brillando con una luz protectora.
—Tu técnica... se parece a la de mi maestro, no puedo creerlo ¿acaso estoy soñando?—, dijo Stark, su voz llena de incredulidad.
Con Fern y Lügner, la tensión aumentaba con cada segundo. —Apunte a tus puntos vitales, pero te moviste, no era mi intención hacerte sufrir, lo sabes—, dijo Lügner, su voz cargada de una extraña calma.
Fern solo guardó silencio, su mirada fija en Lügner.
—¿Qué es lo que te sorprende? ¿Es porque estoy aquí después de haber recibido un ataque fatal? ¿O fue porque no pudiste detectar que nos acercábamos? No eres la única capaz de ocultar su presencia al controlar su maná, y tú lo sabes niña, cualquier demonio es capaz de hacerlo, en fin, yo no diría que esto fue una batalla entre hechicerosya que fue muy fácil—.
—Sí que te gusta hablar, ¿No vas a acabar conmigo?—, dijo Fern, su voz llena de desafío.
—Como sigues con vida quiero hacerte unas preguntas o prefieres morir de una vez—, dijo Lügner provocándole dolor a Fern, su mirada llena de malicia.
—Hazlo—, dijo Fern, su voz firme.
—¿Ese chico es poderoso?—, preguntó Lügner con curiosidad, su mirada fija en Stark.
—Es el mejor discípulo de Eisen—, respondió Lügner, su voz llena de desprecio.
—Ya veo que desafortunado, pobre chico, tendrá una muerte espantosa a manos de Linie. Otra pregunta más ¿Dónde está Frieren?—, preguntó Lügner, su voz amenazante.
—Tuvo que irse del pueblo, se fue porque ustedes mataron al guardia—, respondió Fern serenamente, su mirada llena de determinación.
—Graf Granat dijo lo mismo, que matar a un guardia es algo muy serio—.
—Pena de muerte—, añadió Fern, su voz resonando con frialdad.
—¿Pena de muerte? Eso no es suficiente para hacerla huir—, decía Lügner mientras retiraba la mirada de Fern y se sumergía en sus palabras. —Le tiene un gran rencor a los demonios, el suficiente como para enseñarle un hechizo a su alumna para acabar con nosotros, alguien así no huiría, debe tener otro objetivo—. Decía de forma pensativa. —La Señora Aura—, dijo Lügner, su mirada llena de reconocimiento.
Fern, aprovechando una distracción de Lügner, se liberó y lo atacó con un poderoso hechizo.
—Lo bloqueaste—, exclamó Fern, su voz llena de sorpresa.
Lügner apenas logró defenderse. —Impresionante, niña. Pero no eres rival para mí—.
Lügner contraatacó con un hechizo devastador. —¡Te aplastaré con todo mi poder!—.
En ese momento, Stark cayó al suelo, herido por los ataques de Linie. —Te dije que no tenías oportunidad—, dijo Linie con desprecio, su voz llena de satisfacción.
Stark, recordando las palabras de su maestro, se levantó con dificultad. —El último guerrero en pie gana—, murmuró, antes de volver a atacar con renovada determinación.
Lügner y Fern seguían combatiendo, intercambiando hechizos y esquivando ataques con una velocidad asombrosa. Fern, con su gran control del maná, logró tomar la delantera, lanzando hechizos cada vez más poderosos que obligaron a Lügner a retroceder.
Lügner, acorralado por los ataques de Fern, vio como Linie se desvanecía, habiendo caído ante Stark, aunque este quedó gravemente herido. Fern aprovechó el momento y lanzó un poderoso hechizo, —Zoltraak—, que golpeó a Lügner en el estómago, dejándolo sin aliento.
—Esa magia, es mata demonios—, dijo Lügner sorprendido, su voz llena de incredulidad.
—Tu plan a fallado—. Dijo Fern con serenidad apuntando su bastón a Lügner—.
—Tienes razón pero Frieren no escapara ilesa—. Menciono Lügner derrotado,— Justo ahora esta peleando con Lady Aura, pero ahora no tiene al grupo de héroes que la puedan proteger, admito que Frieren es un problema pero tiene menos Mana que Lady Aura, si ataca de Frente Friere será la que pierda hoy—. Menciono Lügner con una sonrisa confiada.
—Vaya, entonces Frieren será quien gane, mi maestra nunca se enfrentaría directamente con un demonio, ella engañara a Aura y la matara—.
—Tonterías, ella siempre nos a atacado de frente, pero, hay algo que no esta bien—. Observando a Fern—. Su magia es débil, pero aun así logro derrotarme sin agotar un poco de su mana—. Lügner comprendió—. ¿Al caso es eso? ¿Será eso posible? Son unas cobardes, son una desgracia para todos quienes utilizamos la magia—. Dijo Lügner con enfado.
—La señora Frieren sabe eso mas que nadie—, contesto Fern para lanzar su ataque a Lügner y así matándolo.
Cambiando de escena en la batalla de Naruto y Frieren contra Aura.
La batalla entre Naruto y Frieren contra Aura tomó un giro dramático. Aura, con un movimiento teatral, levantó la Balanza de la Obediencia. El alma de Frieren se materializó en uno de los platillos, mientras que el alma de Aura ocupaba el otro. La tensión en el aire se volvió palpable.
—Te ves feliz, Aura. ¿Estás segura de tu victoria?—, preguntó Frieren con una calma inquietante, su voz resonando en el campo de batalla.
—Muy pronto lo verás—, respondió Aura con una sonrisa confiada, sus ojos brillando con malicia. —Frieren la asesina, apareciste hace 80 años con aquel grupo de héroes. Derrotaste al Rey Demonio, una misteriosa elfa con edad desconocida, pero no me importa en lo más mínimo lo que hayas vivido. Eres una maga excepcional, pero tu poder por sí solo no es impresionante, a lo mucho has tenido un poco más de 100 años de entrenamiento. Además, casi no has cambiado en 80 años, ¿trabajaste en otras cosas además de tu Mana o solamente desperdiciaste tu vida? Sea como sea, tú no eres rival para mí—.
La balanza se inclinó, mostrando claramente que el poder de Aura superaba al de Frieren. —Gané—, declaró Aura con un tono de triunfo.
—¿Pero qué pasó? ¿Qué hizo?—, gritó Naruto, su voz cargada de frustración y preocupación.
—Ahora ella está bajo mi control—, respondió Aura con una sonrisa siniestra.
—¿Qué? ¿Pero cómo?—, preguntó Naruto, su frustración aumentando.
—Esa balanza pone el alma de las personas en sus platillos. El que tenga el poder más fuerte podrá doblegar al más débil a su merced—, explicó Frieren serenamente, su voz manteniendo la calma a pesar de la situación.
—¿Y cómo te libero?—, preguntó Naruto, buscando desesperadamente una solución.
Antes de que Frieren pudiera responder, la voz de Aura resonó con autoridad. —No puedes. Ahora ella será mi marioneta para siempre. ¿Tu nombre es Naruto, cierto?—, preguntó Aura, dirigiendo su atención al joven ninja.
—Sí—, respondió Naruto, su mirada fija en Aura.
Aura observó a Naruto con detenimiento, sus ojos escrutando cada detalle. —Esas técnicas que usaste antes, ¿no era magia verdad? También siento que esos clones no son hechos con Mana, es algo más. ¿Qué es? Responde—, preguntó Aura, su curiosidad mezclada con sospecha.
—Es cierto, no utilicé magia, fue Chakra e hice un jutsu—, respondió Naruto, su voz firme.
—¿Con que Chakra eh? Nunca había escuchado del chakra—, dijo Aura, su ceño fruncido en confusión. —En fin, no importa, no parece la gran cosa con esa pequeña cantidad de poder. Escucha, te daré una oportunidad y te dejaré huir. Anda, eres libre de irte—.
—¡No!—, gritó Naruto, su voz resonando con determinación. —No abandonaré a Frieren, pelearé contra ti aquí y ahora para salvarla—.
—Veo que no valoras tu vida, muy bien. Si eso quieres, entonces muere—, dijo Aura con desdén, ordenando a las armaduras que atacaran a Naruto.
Naruto observó al ejército de armaduras avanzar hacia él, su mirada llena de determinación. —Naruto, yo no puedo pelear, tendrás que encargarte tú—, dijo Frieren, su voz llena de confianza. —Solo intenta no dañar las armaduras—.
Naruto, con una sonrisa confiada, exclamó: —¡No te preocupes, déjamelo todo a mí!—. En ese momento, uno de los clones que había dejado meditando cerca del pueblo desapareció, y tanto Aura como Frieren sintieron un inmenso poder acercándose.
—No es posible, ¿acaso…?—, Aura observó a Naruto con sorpresa, sus ojos ensanchándose al ver cómo los ojos de Naruto tomaban un tono naranja y su poder se incrementaba exponencialmente, superando incluso el suyo.
—Y eso no es todo—, dijo Naruto con una sonrisa, haciendo una pose de manos. —¡Kage Bunshin no Jutsu!—, gritó Naruto a todo pulmón, y el campo de batalla se llenó de una densa nube de humo, revelando miles de clones, además de los diez que ya había creado. El ejército de Naruto igualaba en número al ejército de armaduras de Aura.-
-Esto… esto no es posible—, dijo Aura, su voz temblando de miedo y asombro.
Frieren, con su mirada serena, abrió los ojos con sorpresa y una leve sonrisa se dibujó en su rostro. "Naruto, eres realmente interesante—, murmuró con admiración.
Naruto le devolvió la sonrisa, su confianza irradiando de él. —Qué te puedo decir, ¡soy realmente increíble!—, exclamó con una sonrisa.
—¡A la carga!—, gritaron al unísono los clones de Naruto, lanzándose contra el ejército de armaduras.
La carga de los clones de Naruto fue un torbellino de energía y determinación, pero esta vez, con una precisión quirúrgica. Cada clon, una réplica exacta del original, se lanzó contra las armaduras de Aura con una velocidad y ferocidad asombrosas, pero con la clara instrucción de inhabilitar, no destruir. El campo de batalla se convirtió en un caos de choques metálicos, gritos de batalla y explosiones de chakra, pero sin la destrucción habitual.
Las armaduras, aunque numerosas y formidables, se vieron rápidamente abrumadas por la coordinación y la versatilidad de los clones. Naruto había elevado su técnica de clones de sombra a una forma de arte, permitiéndoles actuar de forma independiente y coordinada, como una unidad militar perfectamente entrenada, pero ahora con un enfoque en la inmovilización precisa.
Un grupo de clones se especializó en desarmar a las armaduras, utilizando su velocidad y agilidad para esquivar los ataques y arrebatarles sus armas, dejándolas indefensas y confundidas. Otros clones se dedicaron a inmovilizar a las armaduras, utilizando técnicas de taijutsu refinadas para derribarlas y mantenerlas en el suelo, atándolas con cuerdas de chakra tejidas con precisión o inmovilizándolas con técnicas de inmovilización que bloqueaban sus puntos de movimiento. Algunos clones incluso comenzaron a utilizar técnicas de ninjutsu básicas, como el "Cambio de Cuerpo" y la "Sustitución", para confundir y desorientar a las armaduras, creando aberturas para inmovilizarlas sin causar daño permanente.
Mientras tanto, Naruto, el original, se movía entre los clones como un maestro estratega, coordinando sus acciones y proporcionando apoyo táctico. Observaba con atención el campo de batalla, buscando patrones y debilidades en las formaciones de las armaduras, y ajustando las tácticas de los clones en consecuencia. No era solo una batalla de fuerza bruta, sino un juego de ajedrez donde cada movimiento estaba calculado.
Aura, observando la batalla con una mezcla de incredulidad y frustración, intentó desesperadamente recuperar el control de la situación. Ordenó a las armaduras que se reagruparan y formaran una defensa sólida, pero los clones de Naruto eran demasiado rápidos, ágiles y astutos para ser contenidos. Cada vez que intentaba formar una línea defensiva, los clones la rompían con una precisión quirúrgica, inmovilizando a las armaduras antes de que pudieran reaccionar.
—¡Esto es imposible!—, gritó Aura, su voz llena de frustración y desesperación. —¡Cómo puede un simple humano tener tanto poder, tanta precisión y tanta astucia!—.
La batalla continuó con una intensidad creciente, pero también con una creciente sensación de inevitabilidad. Los clones de Naruto, utilizando una combinación de taijutsu, ninjutsu y estrategia, lograron superar a las armaduras de Aura, inmovilizándolas una a una con una precisión milimétrica. El campo de batalla se llenó de armaduras inmovilizadas, atadas con cuerdas de chakra, y clones victoriosos, cada uno celebrando su pequeña victoria.
Frieren, observando la batalla con una mezcla de admiración y sorpresa, murmuró: —Naruto, eres realmente extraordinario. Nunca había visto una técnica como esta, Realmente eres un ejercito de un solo hombre—.
Finalmente, después de una larga y agotadora batalla, donde cada clon había luchado con una determinación inquebrantable, el último de los clones de Naruto inmovilizó la última armadura. El campo de batalla quedó en silencio, roto solo por el sonido de las armaduras cayendo al suelo, inmovilizadas y sin poder moverse.
Naruto, se dirigió a Aura, su voz resonando con confianza. —¡Se acabó, Aura! ¡Tus armaduras han sido neutralizadas! ¡No tienes ninguna oportunidad contra nosotros!—.
Aura, con la mirada llena de incredulidad y derrota, observó el campo de batalla devastado, sus ojos llenos de incredulidad.- -No… no puede ser…—, murmuró, su voz temblando.
Con las armaduras inmovilizadas y Aura visiblemente sacudida, la atención se centró en el enfrentamiento inminente entre Naruto y la poderosa hechicera. Aura, a pesar de su sorpresa, recuperó su compostura, su mirada fija en Naruto con una mezcla de desdén y determinación.
—Así que crees que puedes vencerme, ¿verdad?—, dijo Aura con una sonrisa sardónica, su voz resonando con una confianza recuperada. "Un simple humano, con trucos baratos y clones insignificantes. Veremos qué tan lejos llega tu arrogancia".
Naruto, con una mirada seria, se preparó para el combate. —No son trucos baratos, Aura. Es mi determinación de proteger a mis amigos lo que me da fuerza—.
Aura lanzó el primer ataque, una ráfaga de energía oscura que se dirigió hacia Naruto. El ninja, con una velocidad sorprendente, esquivó el ataque, dejando una imagen residual mientras se movía para cerrar la distancia.
Naruto lanzó una serie de golpes rápidos, utilizando su taijutsu mejorado para presionar a Aura. La hechicera bloqueó los golpes con sus brazos, su mirada llena de desprecio. —Insignificante—, murmuró, lanzando un contraataque con una patada cargada de energía oscura.
Naruto bloqueó la patada con su brazo, sintiendo la fuerza del impacto resonar a través de su cuerpo. Retrocedió unos pasos, ajustando su postura. —Eres fuerte, Aura, lo admito. Pero no te tengo miedo—.
Aura sonrió, su mirada brillando con malicia.- -Miedo… una emoción humana inútil. Te mostraré lo que es el verdadero poder—.
Aura desató una ráfaga de hechizos, cada uno con una energía oscura y destructiva. Naruto, utilizando su velocidad y agilidad, esquivó los ataques, pero algunos lo rozaron, dejando quemaduras en su piel.
Naruto se dio cuenta de que necesitaba cambiar su estrategia. Aura era una oponente formidable, y sus hechizos eran demasiado poderosos para enfrentarlos de frente. Decidió utilizar su velocidad y clones para confundir a Aura y crear una abertura.
Creó varios clones de sombra, cada uno atacando a Aura desde diferentes ángulos. La hechicera, confundida por la cantidad de enemigos, comenzó a lanzar hechizos indiscriminadamente, destruyendo clones pero dejando aberturas.
Naruto, aprovechando una de esas aberturas, se lanzó hacia Aura, su puño cargado de chakra. La hechicera, reaccionando rápidamente, bloqueó el golpe con su brazo, pero la fuerza del impacto la hizo retroceder.
—¡Rasengan!—, gritó Naruto, creando una esfera de chakra en su mano. La esfera giró con una fuerza destructiva, lista para impactar a Aura.
Aura, con una mirada de pánico, intentó bloquear el ataque con un escudo de energía oscura, pero el Rasengan atravesó el escudo, golpeándola en el pecho.
Aura cayó al suelo, su cuerpo temblando por el impacto. Naruto, con la respiración agitada, aunque estuviera en modo sabio, mantener tantos clones a la vez por demasiado tiempo le resultaba cansado, se acercó a ella, su mirada llena de determinación.
—Se acabó, Aura—, dijo Naruto, su voz resonando con autoridad —. Ríndete—.
Aura, con la mirada llena de odio, se levantó lentamente, su cuerpo aún temblando.- -No… no me rendiré—, murmuró, su voz llena de desafío. —No hasta que te vea destruido—.
Aura desató una explosión de energía oscura, lanzando a Naruto hacia atrás. El ninja, golpeando contra una roca, cayó al suelo.
Aura, con la mirada llena de locura, se acercó a Naruto, su mano levantada, lista para el golpe final. —Morirás, humano—, dijo Aura, su voz llena de odio. —Morirás aquí y ahora—.
Cuando Aura estaba a punto de asestar el golpe, Naruto, reunió su chakra. —.¡No me rendiré!—, gritó Naruto, su voz resonando con una determinación inquebrantable.
Naruto desató una ráfaga de clones de sombra, cada uno atacando a Aura desde diferentes ángulos. La hechicera, sorprendida por la repentina ofensiva, se vio obligada a desviar sus ataques, dejando una abertura.
Naruto, aprovechando la oportunidad, se lanzó hacia Aura, su puño cargado de chakra, pero esta vez, no era un Rasengan ordinario. —¡Rasengan Planetario!—, gritó Naruto, creando una esfera de chakra masiva, rodeada de pequeñas esferas giratorias.
El Rasengan Planetario impactó a Aura con una fuerza devastadora, enviándola a volar por el aire. La hechicera, con el cuerpo temblando por el impacto, cayó al suelo, su mirada llena de incredulidad.-
-¿Qué… qué es este poder?—, murmuró Aura, su voz llena de asombro y temor.
Aura, con la mirada llena de odio y desesperación, intentó levantarse, pero su cuerpo no respondía. "No... no puedo creerlo", murmuró, su voz llena de incredulidad. —Me niego a creer que haya sido derrotada por un simple humano—. Aura, en su desesperación, miró a Frieren para después sonreír con malicia. —¡Muy bien! A ver cómo te va peleando contra tu propia compañera—.
Ordenó a Frieren que atacara a Naruto, pero esta no dio un solo paso.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué no obedece?—, preguntó Aura, su voz cargada de creciente ansiedad. Inmediatamente volteó a ver la balanza de la obediencia y vio cómo esta, que estaba flotando en el suelo por el combate, empezó a temblar con violencia. —¿Qué pasa? La balanza se inclina a favor de Frieren".
—Pusiste mi alma en la balanza, Aura. Desde ese momento fuiste derrotada. Me alegra que confíes tanto en el poder de tu Mana—.
—No es posible—, dijo Aura con un tono que mezclaba incredulidad y miedo. —¡Pero si yo soy una demonio que ha vivido por más de 500 años!—.
—Aura, ante ti se encuentra una elfa que ha vivido más de 1000 años—, dijo Frieren con una calma gélida, para después expulsar todo su Mana, superando al de Aura de manera abrumadora. La balanza de la obediencia se inclinó a favor de Frieren en seco, resonando con un crujido metálico.
Naruto, en modo sabio, sintió perfectamente el poder abrumador de Frieren, era algo que lo dejó boquiabierto. —¿Ella de verdad tiene tanto poder?—, dijo Naruto con genuina sorpresa.
Aura, ahora derrotada y humillada, solo se encontraba de rodillas observando con temor a Frieren y Naruto.
—Tu reinado de terror terminó, Aura—, dijo Frieren con una voz que no admitía réplica.
Naruto volvió a su estado base con una sonrisa cansada pero triunfante. —Vaya, así que todo este tiempo pudiste liberarte, pero no me debiste haber dejado pelear solo—.
—Lo siento, Naruto, pero quería ver de lo que eras capaz y superaste mis expectativas—, respondió Frieren con una leve sonrisa, su tono suavizado por la admiración.
Naruto asintió, comprendiendo la lógica de Frieren. —¿Y qué haremos con ella?—, preguntó Naruto, mirando a Aura con una mezcla de curiosidad y cautela.
Aura, en sus pensamientos, luchaba con la incredulidad y el resentimiento. —No es posible, me han derrotado. Lo esperaba de Frieren, pero ese chico…—. Mirando a Naruto, se preguntó en voz baja: —¿Cómo es posible que sea tan fuerte?—. Aura analizó a Naruto de pies a cabeza detalladamente, buscando alguna explicación, hasta que sintió algo muy profundo dentro de él.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal, una sensación que trascendía la simple derrota. No era el frío de la humillación, sino algo mucho más profundo y aterrador. Una presencia inmensa, primigenia, se manifestó en su percepción, como si un volcán durmiente hubiera despertado dentro de Naruto, un poder tan vasto y caótico que amenazaba con consumirlo todo.
Volviendo desde la perspectiva de Frieren, y respondiendo a Naruto sobre la situación de Aura, Frieren, observando a Aura con una mirada escrutadora, notó el cambio drástico en su comportamiento. —¿Qué ocurre, Aura?—, preguntó Frieren con una voz que mantenía la calma, pero denotaba preocupación.
Aura se estremeció, sus ojos ensanchándose con terror, su rostro pálido como la muerte. —¿Qué… qué es esto?—, balbuceó, su voz temblando incontrolablemente.- -Siento… siento una oscuridad... un odio... inimaginables—.
Aura, con la mirada fija en Naruto, respondió con voz entrecortada:- -Siento… siento algo dentro de él... algo terrible... algo que no debería existir—.
La revelación de Aura dejó un silencio pesado en el campo de batalla, una atmósfera cargada de incertidumbre. La presencia del Kyubi, aunque oculta, había dejado una marca indeleble en la percepción de la hechicera. Frieren, con su aguda percepción mágica, también sintió una sutil perturbación en el flujo de chakra de Naruto, pero no pudo discernir su origen exacto.
—¿Qué quieres decir, Aura?—, preguntó Frieren, su voz cargada de una cautela palpable. —Explícate—.
Aura, con la mirada fija en Naruto, respondió con voz temblorosa:- -Es… es como una bestia. Una bestia de odio y destrucción. Siento su presencia dentro de él, como una sombra que amenaza con consumirlo todo—.
Las palabras de Aura resonaron en el aire, creando una atmósfera de tensión palpable. Naruto, aunque no entendía completamente lo que Aura estaba sintiendo, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Sabía que el Kyubi era una fuerza poderosa y peligrosa, pero nunca había imaginado que su presencia pudiera ser sentida por otros cuando no utilizaba su poder.
—No sé de qué estás hablando, Aura—, dijo Naruto, su voz firme pero con un ligero temblor, tratando de proyectar confianza a pesar de la creciente ansiedad. —No hay ninguna bestia dentro de mí—.
Aura, con una mirada de incredulidad, negó con la cabeza, su voz llena de temor genuino. —No mientas, humano—, dijo Aura, su voz llena de temor genuino. —Siento su presencia. Es como un abismo de oscuridad, un pozo sin fondo de odio y desesperación—.
Frieren, observando la escena con atención, se dio cuenta de que Aura no estaba mintiendo. La hechicera estaba genuinamente aterrorizada por algo que sentía dentro de Naruto. Frieren, sin embargo, no estaba dispuesta a sacar conclusiones precipitadas. Sabía que Naruto era un joven de gran corazón y determinación, y no creía que fuera capaz de albergar una maldad tan profunda.
—Aura—, dijo Frieren con voz calmada, pero con un tono que demandaba sinceridad, —lo que sea que estés sintiendo, no es razón para juzgar a Naruto. Él es un joven valiente y compasivo, y ha demostrado su valía en numerosas ocasiones—.
Aura, con la mirada fija en Naruto, respondió con voz temblorosa, pero con un tono que denotaba urgencia: —No lo entiendes, maga. Esta bestia no es algo que se pueda controlar. Es una fuerza de la naturaleza, un poder destructivo que amenaza con liberarse en cualquier momento—.
Las palabras de Aura crearon una atmósfera de tensión y desconfianza. Naruto, aunque intentaba mantener la calma, sentía una creciente preocupación, una inquietud que se manifestaba en la rigidez de su postura y la inquietud de su mirada.
—Ya me canse de escucharte Aura, Suicidate—. Dijo Frieren fríamente.-
-No… no puedo hacerlo—, murmuró Aura, su voz temblando. —No puedo quitarme la vida—.
—¡No!—, gritó Naruto, dando un paso adelante. —Frieren, no puedes hacer esto. Hay otras formas de castigarla—.
Frieren, sin apartar la mirada de Aura, respondió con una voz gélida: —Naruto, este no es asunto tuyo. Aura ha cometido crímenes imperdonables. La única justicia es su muerte—.
Naruto, sintiendo la determinación inquebrantable de Frieren, se detuvo en seco. Sabía que no podía cambiar la decisión de la elfa. Con un suspiro de resignación, apartó la mirada, incapaz de presenciar el acto final.
Aura, con la espada en la mano, se levantó lentamente, su mirada perdida en el vacío. Con un grito ahogado, se llevó la espada al pecho, clavándola con fuerza. Un gemido de dolor escapó de sus labios, y su cuerpo se desplomó en el suelo.
Frieren, sin mostrar ninguna emoción, observó el cuerpo inerte de Aura
Naruto, con la mirada fija en el suelo, sintió un nudo en la garganta. Sabía que Aura merecía ser castigada, pero la visión de su muerte le había dejado un sabor amargo en la boca.
—Frieren—, dijo Naruto con voz suave—. no creo que esto haya sido necesario—.
Frieren, sin apartar la mirada del cuerpo de Aura, respondió con voz serena: —Naruto, a veces la justicia exige sacrificios. No podemos permitir que el mal quede impune—.
Ya terminamos aquí, Volvamos con Fern y Stark, ordeno Frieren y reportar la situación para darse la vuelta y empezar a caminar—.
—Frieren sobre lo otro…—. Dijo Naruto con preocupación—.
—Este no es el momento Naruto—. Después lo explicaras todo.
—Naruto solo asintió.
—Al día siguiente
Los demás llegaron al campo de batalla, Graf Granat le había perdonado la vida a Naruto y Frieren por derrotar a Aura, y también por dejar ilesas a las armaduras para que se les de un entierro digno, Se les recompenso por sus acciones y el grupo siguió su camino hacia las tierras del norte, ahora hacia la ciudad de la magia.
Fin del capítulo.
Muy bien Lectores, llegamos al final del capítulo, espero y les haya gustado, la verdad una de las razones del por que tarde más en subir el capítulo fue porque tuve un bloqueo de ideas, no se me ocurría una manera de hacer brillar a Naruto sin que sea opacado por Frieren. Así que tuve que inventar escenarios para poder hacer que esto sea mas interesante.
Recuerden que, si les gusto, ¡pueden seguir la historia para así no perderse ningún capítulo!
¡Nos vemos en la siguiente parte!
¡Gracias por leer!
