Fragilidad
Capítulo 21
Implícito
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-
Summary: ¿Amor? – bufó sarcásticamente- Lo que quiero es que te largues y me dejes en paz… -siseó con rabia contenida - ¿Es… realmente eso lo que deseas? ¿Serás feliz ahora Sasuke? ¿Dejarás que el odio te envenene el corazón? - ¿Qué hubiera pasado si Sasuke nunca se hubiese ido de Konoha?
•••
Entreabrió los ojos sintiendo su respiración pesada, la tenue elevación de sus músculos al inhalar y exhalar parecía pesar una tonelada, logró enfocar el cielo de una habitación desconocida.
¿Dónde estaba?
Se incorporó con dificultad contemplando con su mirada confundida la habitación, reconociendo entre sus detalles el hospital y gracias a la ventana que llenaba el sitio de una molesta ola de luz sus ojos apenas enfocando lograron reconocer la aldea de la hoja.
Estaba en casa.
Exhaló pesadamente sintiendo la garganta seca y se sirvió un vaso con agua de la jarra de cristal que tenía al lado, sus ojos localizaron un narciso blanco reposando pacíficamente, prueba irrefutable de la presencia de Sakura, intentó ver al reloj pero por alguna razón sus ojos no lograban enfocar del todo.
Se sentía débil.
-Sakura-chan, deberías traer tus cosas y mudarte aquí ¿No crees?
La puerta se abrió y por ella ingresó el objeto de sus pensamientos con el rostro girado hacia el pasillo riendo divertida y ligeramente sonrojada por el comentario de la enfermera que ingresaba tras ella.
-¡Sasuke-kun! ¡Despertaste!- se apresuró a sentarse en el borde de la cama contemplándole embelesada el brillo de sus ojos jade parecía resplandecer llenando su pecho de una cálida sensación que recorrió todo su cuerpo con alivio cuando sus brazos delicados le rodearon apretándole contra si, le hacía tan feliz sentirla viva y escuchar su risa vibrar en su oído que ni siquiera le importo que la enfermera siguiera de pie con una tenue sonrisa viendo a Sakura frotar su cabeza en su pecho despacito, le fue irresistible no apretarla contra su cuerpo esta vez, ella volvió a reír, las mariposas revolotearon en su estómago cuando Sasuke acarició su brazo brevemente y vio la pequeña tierna sonrisa en su rostro mientras la observaba.
-Estás bien…- susurró con voz profunda- me preocupaba que algo malo te hubiese pasado…
-Claro que lo estoy, agoté mi chakra pero no estaba herida Sasuke-kun- su sonrisa se amplió jubilosa y volteó su rostro sonrojado hacia la enfermera quien carraspeó para llamar su atención.
-Buen día, Sasuke-kun ¿Cómo te sientes?
-Cansado… ¿Qué me pasó?
La mujer rio despacio para sus adentros mientras revisaba su bolsa con suero y anotaba algo en la ficha que llevaba en el portapapeles.
-Dormiste todo un día- respondió acomodando la almohada tras su espalda y tocándole la frente- perdiste mucha sangre y tuvimos que hacerte una transfusión- explicó con un tono profesional y al mismo tiempo distraído mientras le observaba- avisaré a Tsunade-sama que te encuentras mejor- sonrió y sus pasos la llevaron hasta el umbral de la puerta- no hagan nada que yo no haría- les guiñó un ojo, juguetona, cerrando la puerta tras de sí, acrecentando el sonrojo en el rostro de Sakura quien volvió a acurrucarse contra su torso apretándole entre sus brazos.
-No puedo… respirar- masculló con dificultad.
La escuchó reír y aligerar el abrazo haciéndole sonreír, en la privacidad de la habitación se permitió deslizar una mano por sus cabellos rosados distraídamente, disfrutando del silencio, sentía sus extremidades pesadas pero el abrumador dolor de su pierna al parecer había quedado en el olvido, Sakura se removió quitándose las zapatillas y se metió bajo las mantas acurrucándose a su lado, su nariz recorrió la piel de su cuello buscando su rostro, sus ojos se encontraron en el silencio, se inclinó levemente para besar sus labios rosas con cariño fugazmente como un saludo.
-¿Qué ocurrió?- preguntó en voz baja y profunda delineando distraídamente con su dedo su cintura.
La sintió estremecerse ante su contacto exhalando un cálida respiración contra su piel.
-Neji llevo a Naoki-kun hasta el puesto de control y volvió por nosotros, yo había despertado, estabas helado y… tuve muchísimo miedo- tembló apretando su torso con la cara escondida en el hueco de su cuello- no sé qué habría hecho si tu… por un momento... realmente llegué a pensar que habías muerto…
-Estoy bien- declaró con una pequeña sonrisa- me siento un poco debilitado… pero estoy bien, sobreviviré- rio despacio y suspiró aliviada disfrutando de su risa profunda y cristalina.
-Sasuke-kun… - hizo un puchero y se separó ligeramente para observarle- te amo con todo mi corazón…- suspiró y deslizó su palma por su rostro en una caricia- si algún día te perdiera, creo que moriré de dolor- suspiró apesadumbrada- no volvería a hablar, me vestiré de negro lo poco que duraría mi vida sin ti… -infló los mofletes.
Presionó una de sus mejillas infladas con su dedo desatando un sonido divertido que les hizo reír con ligereza.
No voy a perderte.
Su tenue sonrisa relajada decayó transformandose en una mueca de incomodidad al escuchar aquellas palabras nuevamente en su memoria y recordó todo, la sangre, los gritos de Sakura, su llanto y la manera tan desesperada en la que rogaba a Naoki vivir.
¿Qué debería hacer?
La miró a los ojos, una mezcla de intriga, recelo y alivio brillando en sus orbes oscuros llenos de preguntas sin responder, los ojos verdes que tanto adoraba le observaban repletos de amor pero un ligero brillo curioso empezaba a alzarse en ellos al contemplar el cambio en su gesto.
No le daría importancia al asunto.
Sakura estaba allí con él recordándole cuánto lo amaba, no tenía sentido iniciar una discusión por algo que dijo en medio de la desesperación, no existía en ninguna circunstancia ni la más remota posibilidad de que Naoki pudiera separarlos.
No dejaría que sus tontos celos nublen su juicio.
Dejó caer su cabeza contra la suya en una caricia tenue antes de girar el rostro levemente y darle un beso fugaz en la frente que la sonrojó.
Te amo.
-¿Qué ocurrió con él? ¿Sigue vivo?- preguntó con un tono forzadamente casual sin disimular un ápice su incomodidad, Sakura lo notó riendo suavemente, vio a Sasuke acomodarse entre las mantas dispuesto a dormir un poco más y se puso de pie caminando hasta la ventana para cerrar las cortinas y que la luz no perturbase su sueño.
-Aún duerme, también perdió mucha sangre y Neji me dijo que en el puesto de control volvió a entrar en paro cardiaco pero lograron estabilizarlo, es un chico duro.
-No habría sobrevivido sin ti, le salvaste la vida- comentó, su penetrante mirada clavada sobre el emblema familiar sobre su espalda.
Quizás algún día ella…
-Casi muere por mi culpa- afirmó- yo no habría podido vivir con el peso de una muerte en mis manos…
Bueno eso explicaba algunas cosas, pensó con alivio.
-Eres un ninja, algún día tendrás que matar.
-Pero no a mis compañeros- rebatió, su tono de voz controlado no logró disimular su ansiedad.
-Ven- llamó, su voz adormilada en medio de un bostezo- vuelve a la cama, odio cuando te deprimes y comienzas a imaginar escenarios imposibles que acaban conmigo diez metros bajo tierra, además no quiero que hablemos de ese idiota- masculló molesto.
-¡Sasuke-kun!- protestó levemente- es un buen chico, tienes que aceptarlo.
Sasuke encorvó una ceja.
-Cuánta devoción ¿Debo estar celoso?- inquirió con su tono anticlimático mientras deslizaba un brazo alrededor de su cintura casi posesivamente, acurrucándose contra su cuerpo más que dispuesto a dormir así.
Amaba dormir con Sakura.
-Claro que no…- susurró elevando su mano para acariciarle las hebras oscuras- t-tú y yo estamos juntos…- declaró con cierto nerviosismo filtrándose en su voz insegura.
-Tú y yo estamos juntos- repitió él casi balbuceando adormilado dándole un leve apretón con el brazo enrollado en su cuerpo y su cabeza descansando sobre la suya- uhm…
La diferencia de altura entre ellos era cada vez más notoria.
Sus ojos jade brillaron enternecidos con su dulce afirmación, la seguridad de su voz que le afirmaba una promesa de mejores días por venir, sintió su respiración acompasada y acarició sus cabellos azabaches con amor contemplándole dormir, estaba un poco más largo y revuelto que antes.
Supo que era así como deseaba permanecer el resto de su vida.
El reloj en la pared hizo un ligero click al marcar las cinco en punto, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado con la mirada fija en el cielo hasta quedarse dormida, pero finas líneas de luz naranja comenzaban a filtrarse entre las cortinas cerradas, volteó con un suspiro contemplando el rostro relajado de Sasuke durmiendo a su lado repasando sus rasgos con su dedo, recordó repentinamente todo el terror, el rostro del maniático Akatsuki, su risa siniestra y la nieve ensangrentada.
No quería cerrar los ojos.
Cada vez que cerraba los ojos volvía a sentir la espesura de la sangre congelándose en sus manos.
Había logrado mantener con vida a su compañero, una parte de ella se culpaba, la otra se sentía orgullosa de sus méritos… había cumplido exitosamente su primera misión como médico de escuadrón y sus maestros le habían felicitado y alabado su temple y habilidades hasta el cansancio asombrados de su capacidad a tan corta edad.
No había perdido a ningún compañero.
Pero casi había perdido al amor de su vida.
Cuando volvió a abrir los ojos la nieve había vuelto a caer sobre ellos, los helados copos derritiéndose sobre su piel habían conseguido devolverle la consciencia, su cuerpo temblaba como una hoja, victima de la debilidad y el frío, se encontró entonces con el rostro casi gris de su amado, sus dedos congelados y ensangrentados y sus labios estaban azules.
Por un segundo creyó lo peor.
La culpa escalaba por su pecho oprimiéndole el corazón, él estaba vivo y ella había agotado todas sus fuerzas en salvar a Naoki cuando Sasuke casi se había desangrado en sus narices, reconsideró seriamente que habría sido lo correcto.
Profesionalmente hizo lo que debía, priorizar la herida de mayor magnitud.
Pero Sasuke pudo haber muerto esa misma tarde porque ella a penas había volteado a mirarle.
No podría perdonarse nunca por aquello.
Acarició su rostro despacito, él se removió entre sueños emitiendo un suave quejido con su ceño fruncido y se acurrucó aún más en su cuerpo casi como si buscara su protección.
-N-no… - masculló él- Sakura…
¿Estaba soñando con ella?
Sonrió tenuemente y se apretó contra su cuerpo enredando sus piernas en las de él, si alguien entraba en ese momento quizás moriría de vergüenza, pero no le importaba.
Sakura amaba tanto a Sasuke que no podía pensar en nada más.
-Shh… aquí estoy Sasuke-kun…- susurró despacio deslizando sus dedos entre sus hebras oscuras, en seguida su rostro volvió a relajarse y su respiración antes agitada volvió a ser ligera.
•••
-¡Arriba holgazanes!
El sonido de fuertes palmadas la sobresaltó, despertó gritando por el susto y sus ojos verdes se ampliaron como platos al verse descubierta por su sensei.
-¡K-ka-kashi-sensei! ¡¿Qué no volvía mañana?!- protestó aferrando sus manos al borde del edredón.
Sasuke despertó perezosamente incorporándose en la cama, cubrió su bostezo con la palma de su mano.
-No seas tímida Sakura, ya sé que prácticamente vives aquí- se burló el peliplata con una sonrisa divertida bailando en sus labios.
-Largo, son las cinco de la mañana ¿Estás loco?- protestó Sasuke irritado, tenía un pésimo despertar.
-Vamos niños, tenemos que entrenar- puso los ojos en blanco exasperándose- ahora que son chunin iniciaremos un nuevo régimen de entrenamiento mucho más duro- sonrió con malicia, Sakura tragó grueso y Sasuke le dio una mirada aburrida- creí que querías hacerte más fuerte ¿o no?
-Hoy las salas de entrenamiento ANBU están cerradas por mantenimiento- señaló el pelinegro- además volvemos a ser dos integrantes, Naoki fue reasignado hace un mes ¿Nadie te lo dijo?
-¿Ya pasó un mes? Que rápido pasa el tiempo- agregó completamente desinteresado- en fin… los veo en el campo de entrenamiento en una hora y Sakura… las pijamas de Sasuke no son un buen atuendo para entrenar.
-¡Kakashi-sensei!- protestó indignada lanzándole una almohada pero solo su risa resonó en un leve eco cuando el mayor desapareció con un puff- es un viejo cochino…- rezongó.
-Pero tiene razón, no puedes entrenar con mis pijamas- la picó el pelinegro con un aire de superioridad.
-¡Sasuke-kun!- le dio un golpecito juguetonamente con la palma de su mano y estalló a carcajadas cuando él sujetó su muñeca y la atrajo hacia si escabullendo las manos bajo su camiseta sin contemplaciones haciéndole cosquillas con sus caricias sobre sus costillas y sus labios sobre su cuello con intenciones cada vez menos inocentes.
-Sa-sasuke-kun… Kakashi está… n-no podemos…
-Ya se fue- afirmó y su voz ronca descendiendo por su cuello hacia su pecho le debilitó las piernas haciéndole suspirar.
Tiró de ella haciéndole acomodar una pierna a cada lado de su cadera antes de impulsarla hacia atrás recostándola sobre su espalda deslizando sus labios húmedos por su mejilla antes de atrapar su boca en un beso demandante haciéndole elevar los brazos para quitarle su camiseta.
-S-Sasuke-kun… -gimió sus ojos verdes entrecerrados de placer, contempló su arrogante sonrisa mientras la desnudaba con lentitud y sintio que jamás podría negarle nada a esos ojos jade que le hacían perder el juicio- te quiero mucho… mucho…- suspiró.
Sasuke sonrió y recorrió su cintura desnuda con sus ojos negros llenándose de calidez.
-Sasuke-kun…
La voz de Sakura se distorsionó volviendo se más grave y rasgada.
-Si me dejas gritaré…
-¿Sakura? ¿Qué tienes?
-Fuiste tu… - ella sonrió de manera siniestra, sus ojos perdieron todo el brillo y lagrimas de sangre brotaron de sus ojos vacíos desvaneciendo entre sus manos- eres débil…
Itachi...
Una risotada siniestra vibró en las paredes y ojos carmesíes comenzaron a brotar de las paredes, la sangre deslizándose por su superficie a borbotones hasta inundar el suelo.
-S-Sakura ¿Qué?
Volteó y ella ya no estaba ahí, su cuerpo flotaba desnudo, pálido e inerte en el suelo.
-Dijiste que me protegerías…
-¡Sakura!
•••
-¡Sakura!
-¡¿Q-qué?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Dónde?!
Observó la habitación completamente a oscuras y luego el cuerpo agitado de Sasuke a su lado exhalando pesadamente entre jadeos.
¿Había anochecido?
-¿Qué pasó Sasuke-kun? ¿Una pesadilla?- inquirió adormilada tanteando su rostro en la oscuridad, los brazos de Sasuke la apretaron contra su cuerpo casi con desesperación.
-Estás bien…
-Estoy bien cariño, todo está bien…- susurró cerca de su oído abrazándole con fuerza- estoy aquí contigo…
Le sintió suspirar profundamente antes de incorporarse en la cama asintiendo escuetamente, los débiles rayos de luz lunar y de las farolas exteriores le permitieron ver su rostro redondeado y sus cabellos rosas extendiéndose revueltos sobre la almohada, sus grandes ojos como jades lo contemplaban llenos de preguntas y un tinte de preocupación, le dio una suave sonrisa sintiendo la naturalidad de la situación.
Sabía que era demasiado joven para pensar en lo que estaba pensando.
Pero no había otra persona en el mundo con quien le gustaría compartir el resto de su vida.
Cariño
Su relación crecía a la par del sentimiento cálido que se instalaba en su pecho cada vez que la sentía a su lado, reconfortante, cada vez que la observaba sonriente, era feliz… inmerecidamente feliz.
-¿Dormimos todo el día?
-Eso parece…- respondió ella con una sonrisa traviesa- es tarde, tendré que ir a casa- torció los labios en un mohín decepcionado haciendo amague de levantarse de la cama.
-Quédate- sus ojos como el carbón le observaron con una mezcla de miedo y necesidad que hizo que no pudiera negarse y solo sonrió asintiendo con su sonrisa luchando por extenderse con amplitud.
Lo observó desde su posición.
Los revueltos cabellos azabaches mecidos muy suavemente por la ventilación de la habitación y sus ojos negros que le observaban con calidez.
Estaba tan enamorada de él.
Dio un pequeño respingo y se echó sobre el Uchiha tomándole con la guardia baja, rio despacito y sintió los brazos del chico apretar con suavidad su cintura, su rostro confundido por su inesperado gesto de amor le hizo reír y estando muy cerca de su rostro pronunció llena de ternura.
-Te quiero mucho… mucho…
Te quiero mucho… mucho…
Inesperadamente Sasuke se estremeció, su rostro se tornó pálido de horror y la apartó de si de un empujón sin medir su fuerza como si su presencia le quemase.
Le observó confundida y quizás también un poco herida sobando du muñeca, él respiraba agitado observando hacia sus costados como si esperarse algo por ocurrir y entonces exhaló tratando de calmarse.
-P-perdoname… n-no…- balbuceó intentando recomponerse.
-¿Qué pasa?- susurró temerosa- no me digas que…
-No, no es eso- tomó una inhalación- te quiero Sakura, solo que…
"Te quiero Sakura"
Reprimió el impulso de volver a lanzarse hacia él entre lagrimas, la declaración verbal de sus sentimientos por ella había llegado en medio de una oleada de nerviosismo sin que él mismo fuera plenamente consciente haciéndole olvidar por completo su reacción hostil.
Decidió no interrumpirle.
-Tuve una pesadillla, me decías lo mismo, lo siento… - declaró dejándose caer nuevamente sobre la mullida superficie de la cama con su anteabrazo ocultando sus ojos culpables y se acurrucó en su costado dibujando figuras sobre su pecho con su dedo índice.
-¿Quieres hablar de eso? No entiendo en que mal contexto un te quiero y una pesadilla podrían estar relacionados.
Muerte
Fue la primer palabra que cruzó por la mente de Sasuke sin tener fuerzas para pronunciarla.
-No es nada… fue solo un mal sueño ¿Estás bien?
-Estoy bien, no fue un empujón- mintió riendo con suavidad pero ocultando sutilmente el dolor de su muñeca que pronto se tornaría violácea.
Sasuke podía llegar a ser como un gato asustado, comprendía, su gran amor era un hombre acosado por un traumático pasado que ella estuvo dispuesta a ayudar a sanar con el simple hecho de entregarse por completo a él, cediendo su cuerpo, su mente y su alma a su causa.
Porque estaba tan enamorada de él.
-Sakura.
-¿Hm?
No se había dado cuenta, entre sus pensamientos y el silencio el tiempo transcurría implacable a su alrededor tumbada sobre su costado solo podía observar directamente a la puerta y a su espalda con un brazo enrollado en su cintura Sasuke deslizaba sus manos distraídamente por su abdomen, una caricia ya no tan inocente pues incitante, se deslizaba lentamente hacia sus caderas.
No era tonta, podía sentir su tensión, aquel mal sueño le había abrumado y buscaba su contacto con nerviosismo y el ferviente deseo por deshacerse de aquella insoportable presión en sus músculos.
Se había vuelto necesaria para él, al menos carnalmente y lo sabía…
-S-Sasuke-kun estamos en el hospital- suspiró sintiendo las manos firmes y ásperas de Sasuke deslizarse por debajo de la tela de la camiseta masajeando uno de sus senos con delicadeza pero sin un ápice de vergüenza, completamente apoderado de su piel.
Te quiero Sakura.
Escuchó su voz en su mente y únicamente deseó pensar en aquello, Sasuke la quería y si la quería era suficiente, sus labios secos pero cálidos buscaron la piel de su cuello enrollándose en ella como una serpiente.
-Entonces no hagas ruido…- susurró él cerca de su oído, se incorporó frente a ella y sus manos osadas se perdieron bajo la falda y le retiraron los shorts con tortuosa lentitud, sus manos tersas y delicadas lucharon por tocar aquella parte de su cuerpo que comenzaba a arder.
Escuchó la risa ligera y profunda de Sasuke en la penumbra con un tinte travieso decorando el sonido más hermoso en sus oídos antes de que su boca atrapara la suya con fogosidad, reprimió un gemido en su garganta cuando el bajó los pantalones grises y la ropa interior descubriendo su miembro endurecido.
Mordió sus labios con fuerza para no hacer ruido cuando sus manos le apartaron las bragas blancas de algodón y se deslizaron entre los húmedos pliegues de su intimidad descaradas, como si aquella parte tan intima de ella fuera de su posesión.
-Estás muy mojada- sonrió arrogante y le dio un fugaz beso en los labios exhalando un jadeo contra su piel mientras se introducía lentamente en ella, sus ojos oscuros se entrecerraron de placer y disfrutó de lo poco que la luz exterior le permitía distinguir esa expresión tan cargada de deseo, sus mejillas sonrojadas y sus labios apretados para evitar hacer ruido embistiendola con suavidad.
El calor creció bajo las mantas.
Cerró los ojos disfrutando de la sensación de su piel contra la suya, la suave fricción del ritmo marcado por Sasuke en su interior, muy lento y profundo para no hacer ruido con el golpeteo del cabezal de la cama.
Esta vez sería lento.
Puedes pedirme lo que quieras.
Haría cualquier cosa por ti.
Apretó las sabanas y mordió la almohada cuando el orgasmo azotó su cuerpo estremeciéndola con fuerza, el jadeo de Sasuke contra su cuerpo y esa suave sensación de bombeo en su interior le indicaron que él también había alcanzado su propio cielo.
Satisfecho.
En seguida se percató como la tensión que antes parecía torturar sus músculos desaparecía de su cuerpo tumbado sobre el de ella.
Se sentía toda una mujer.
-Espera… necesito limpiarme- admitió apenada impulsándose suavemente para incorporarse de la cama- me muero de sed…
-También yo.
Encendió la luz encegueciéndose momentáneamente y escuchó a Sasuke emitir un leve quejido lastimero por la misma razón, dibujó una pequeña sonrisa satisfecha al llenar ambos vasos de agua y le extendió uno recibiendo una pequeña sonrisa agradecida de su parte, un sonrojo ardió en su rostro cuando le vio limpiar su intimidad con un pañuelo de papel que obtuvo de una caja sobre la mesita sin ninguna vergüenza y acomodar sus ropas mientras ella deslizaba la amarga medicina para impedir sorpresas que Tsunade le había enseñado a preparar y que había obtenido de su bolso, las llevaba consigo para evitar ser descubierta por su estricta madre, pero ahora comprendía que quizás necesitaría llevarlas siempre consigo a donde vaya, desvió la mirada hacia la puerta del baño sintiéndose repentinamente azorada.
-Vengo ahora- sonrió y él le correspondió acomodándose en la cama para volver a dormir, esta vez mucho más relajado y con una expresión ligeramente satisfecha que encantó a Sakura.
Le gustaba la certeza de saberse la única capaz de complacer a Sasuke de esa forma.
La puerta tras de sí se cerró con un leve golpe seco haciendo ecos en la pequeña habitación y al terminar de hacer sus necesidades lo primero en lo que sus ojos se fijaron al limpiarse fueron los fluidos combinados de ambos aun frescos deslizándose discretamente por la cara interna de su entrepierna y pensó con la mirada perdida en la pequeña mancha blanquecina sobre su piel que nunca habría imaginado a ese chico tan frio y distante como un hombre capaz de ceder a los impulsos de sus hormonas tanto como para arriesgarse a hacerle el amor en la cama de un hospital pero cada vez iba haciéndose más consciente de que para Sasuke cualquier sitio parecía ser un buen sitio para saciar sus necesidades masculinas.
A fin de cuentas, vengador o no Sasuke seguía siendo un hombre.
Un hombre con las hormonas revolucionadas.
Cuando volvió a la cama su cuerpo buscó el suyo encajando como dos piezas de rompecabezas, se acurrucó en su pecho disfrutando de su calidez y no tardó en sentir sus manos cálidas afianzar el abrazo, una mano en su cintura y la otra cubriendo con suavidad la suya que reposaba sobre su abdomen.
Sonrió.
Se dejó llevar por el sueño pensando en lo mucho que le gustaban las manos de Sasuke, porque Sakura lo sabía muy en el fondo de su corazón que siempre hubo "algo" él le gustaba desde la más tierna infancia, como a todas, porque era el chico genial del salón pero no se había enamorado tan perdidamente de Sasuke por una razón tan banal, esos sentimientos tan profundos que parecían ahogarla por momentos estaban más bien relacionados a la calidez que su mano sujetando la suya al volver a casa le transmitía, eran compañeros de equipo y él parecía tan desinteresado, con un toque impersonal dejándose hacer casi con resignación, a veces el protestaba y ella reía pero él nunca la soltaba.
La primera vez que Sakura había besado a Sasuke había sido por completo un accidente, Naruto le había empujado y sus labios se habían rozado tan fugazmente que no merecía ser considerado un beso, pero tumbada sobre su cuerpo, tan cerca de su rostro, la electricidad que la recorrió de pies a cabeza con aquel pequeño roce había sido suficiente para desatar una oleada de sentimientos incontrolables dentro de su corazón que parecían querer explotar cuando el rostro enrojecido de Sasuke se había congelado bajo el suyo.
Derrotado.
Casi pudo ver su mente completamente en blanco intentando procesar los sentimientos que seguramente también le habían atravesado a él, los gritos y protestas de Naruto lloriqueando por ella habían quedado completamente en segundo plano en el momento en el que sus ojos se conectaron con los suyos, indescifrables.
Y sonrió tímidamente susurrando una disculpa casi contra su boca.
Porque si bien al principio la rechazaba con ahínco, bastaron unos pocos meses de convivencia como equipo y unas tantas misiones compartidas para que él comenzara a ceder poco a poco a su contacto y su cariño.
Aceptando sus abrazos sin corresponderla.
Aceptando tomar su mano entre protestas.
Siempre con miradas penetrantes y expresiones confusas como si intentase descifrar algo en su comportamiento.
El solía regañarla por coquetearle y no entrenar, ella reia observandole guardar silencio cuando sus manos se deslizaban entre sus hebras oscuras con los ojos cerrados, totalmente relajado reposando en su regazo.
Sasuke quería seguir siendo el chico guay, el vengador sin sentimientos, pero podía notarlo claramente derretirse bajo el tacto amable de sus manos cada sucumbia al sueño y a sus caricias bajo la sombra de un árbol después de una dura tarde de entrenamiento.
Y por eso incluso para Naruto había sido inesperado el que él la rechazase para huir de la aldea.
Era contradictorio, pero era justo como él.
Las cosas habían cambiado aún más después de los sucesos en el bosque de la muerte y aquel cariño implícito que Sasuke parecía haber desarrollado hacia ella se habían tornado lentamente en admiración y quizás un poco de sobreprotección.
Sasuke no quería perderla.
Sakura no quería perderlo.
-Te amo Sasuke-kun- susurró adormilada.
-Hm…
Si, a Sakura le gustaban sus manos.
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Notas de la autora:
Casi parece que voy a tener que empezar a actualizar esta historia los miércoles, al paso que vamos me va a dar un burnout, extraño no tener tanta responsabilidad en el trabajo xD
¿Por qué tan callados? ¿Hay alguien aquí? *Sonido de grillos* xD
¡Gracias por leer!
Con cariño,
Azulen.
