Hola a todos. ¿Cómo están? Espero que bien. Aquí les traigo un nuevo capítulo de este fanfic. Sin nada más por agregar, empiezo.

Todos los derechos reservados a Eiichiro Oda, creador de la franquicia One Piece.

Capítulo 44: Carmaquest

Minutos antes.

Nivel 1 del Asilo Arbor: Común: Todos los que aquí paran, son por motivos netamente superfluos e inverosímiles. Desde malas miradas hasta el robo de alimento. No hay distinción de nivel.

Clodette se encontraba afilando su espada con una roca cuando escuchó la alarma. Su celda, espaciosa y grande, tenía una escotilla que ella misma había hecho, cubriendo un hueco que servía como forma de escaparate sin que la detectasen y así poder conocer el exterior, que, al igual que todos los alojados, desconocía.

Clodette, a regañadientes, salió de su celda, seguida por otras siete personas, tan variopintas como ella. Teresa, una guerrera con una espada montante reposando en su hombro izquierdo, vistiendo una armadura plateada que resalta su cabello blanco y sus ojos dorados. Śerutno, sujeto que sólo llevaba una hakama negra y un libro pequeño colgando de su cintura, de cabello largo y oscuro. Wolke Maripe, quien llevaba un traje de soldado y un machete aparentemente sin filo, llevando puesto un pañuelo con la leyenda "Vestipen", pero con mechones amarillos de su cabello. Devel, el más extraño de todos. Llevaba consigo una gigantesca espada con runas en su hoja, su armadura es un rojo sangre muy intenso, portando encima de su cabeza un casco que asemejaba su forma al cráneo de un dragón. Tuniariko es lo opuesto a Devel en apariencia, su armadura era de un azul marino, portando en su cabeza un casco que cubría todo su cráneo, mientras llevaba consigo una espada dentada. Ćhivipen es una joven de estatura pequeña, que solo lleva puesto un vestido verde adornado con flores amarillas, llevando en su mano una lanza. Isolde llevaba puesto una armadura dorada tan brillante como el sol, con detalles de color zafiro en la misma, mientras cargaba en su mano derecha una pequeña espada. Todos saldrían entre empujones y gritos hacía afuera, con varias personas observando todo el panorama.

Nivel 2 del Asilo Arbor: Caótico: Los que aquí residen son aquellos que desestabilizaron el orden público o cometieron algún asesinato. Tiene la peculiaridad de poseer un bar regentado por un señor avejentado. El mismo es el lugar de trabajo de Amalia Spark, una androide con la capacidad de alterar su apariencia apretando un pequeño botón con forma de corazón de una pulsera que lleva en su mano derecha. La jornada en el bar era normal hasta que Amalia fue al depósito. Parecía que la confusión se había apaciguado, cuando la alarma sonó. Un grupo de agentes de LOGI ingresaron al bar. —¡Ordenes del jefe de área! ¡Deben desalojar el sitio y presentarse al Carmaquest! ¡Ahora!— —Pero Oficial, todos son comensales…— —¡No me importa!— En ese instante, el Oficial sacó una pistola y, de un disparo de rayo laser a la cabeza, acaba con Pocolino. —Contaré hasta tres. Si no…——¡Aquí!— dijo Amalia con un enojo palpable en su hablar. —Muy bien. ¡Llévensela!— Amalia sería sacada entre forcejeos y empujones, mientras escuchaba unos gritos y disparos provenientes del bar. Como ella, otras cinco personas también fueron sacadas a rastras. Bomo es una joven que lleva puesto un clásico atuendo de bruja de color carmesí, mientras portaba un báculo y un grimorio en sus manos derecha e izquierda respectivamente. Dizbalval es un apuesto y elegante hombre vestido con un traje blanco, mocasines marrones y corbata violeta, mientras llevaba en su hombro izquierdo una figura de un alíen de tamaño pequeño. Śukar Kham es una mujer que lleva puesto un traje de escalador, con unos raros y extraños guanteletes de color anaranjado, con aberturas similares a las bocas de los trabucos. Khameski Torra es un joven con un cabello de color negro, pero con su flequillo de color amarillo, porta un pantalón estilo bucanero de color azul y una camisa chorrera de color blanco con manchas naranjas. En sus manos amasa una especie de barro de color oscuro. El último de ese grupo sería un robot de color magenta con una evidente oxidación, sus pupilas son amarillas y, aunque no se distingue por su deterioro, se alcanza a leer 'NITRO' en el centro de su pecho metálico. Al igual que el primer grupo son llevados hasta un campo abierto donde, un grupo de personas batallan contra los de la primera sección, siendo llevados hasta allí, mientras los gritos aumentaban.

Nivel 3 del Asilo Arbor: Continental. Los que se encuentran aquí, son capaces de causar desastres que pueden llevar a un continente a su inminente fin.

Eilonwy se encontraba sentada observando un pequeño collar. —Ah, Taran, deseo de corazón que te encuentres bien y que…— Eilonwy gira el quinqué que alumbraba el pequeño colgante hacia donde se originó el ruido.

Tiempo presente.

Los tres reclusos del tercer piso bajan hasta la salida del asilo. Alibaba es un joven de cabello negro que lleva el torso descubierto, unos pantalones bombachos color verde, con unos zapatos de duende de color dorado, mientras colgaba de su cintura un talwar. Barr Bombar es un robot de apariencia humana que porta un atuendo de color cian y un casco con forma triangular. Y por último se encuentra Tola, una joven con el cabello carmín, que porta una armadura corporal de color blanco, con un sombrero de bruja similar al que Bomo lleva, solo que del mismo color que su cabello, cargando consigo en su mano derecha lo que parece ser una espada lumínica. Los tres bajaron hasta donde estaban los demás. —Muy bien, saben las reglas. Es una batalla campal, por lo que el último que quede en pie, será el ganador….— Todos contemplaban como el campo abierto estaba lleno de personas, con armas poco convencionales. —/Tch. Espero terminar cuanto antes/— pensó Clodette antes de escuchar un disparo al aire, señal de inicio del Carmaquest.

Mientras tanto, en el Asilo Arbor.

Usopp, Ćororo y Eilonwy habían llegado al penúltimo piso. —No veo nada— dijo Eilonwy intentando no perder de vista a los otros dos. —Oye Ćororo, ¿e-estas seguro d-de que es p-por aquí?— pregunto Usopp temblando. —Si, estoy seguro. La última vez que le escribió una carta al señor Cleto, dijo que lo trasladarían al penúltimo piso de la planta. Desde ese entonces, he estado contando los pisos.— respondió Ćororo. —Entonces, este piso es…— —El cuarto— interrumpió Ćororo a lo que Usopp estaba por decir.

Nivel 4 del Asilo Arbor: Apocalíptico. Es el penúltimo piso de todo el edificio. Solo moran dos personas, encerradas aquí debido a poseer habilidades capaces de causar destrucción a una escala incalculable.

—Oigan, no se vayan tan lejos— recrimino Eilonwy. El trio recorrería el pequeño espacio hasta que Usopp avistó una celda cuya niebla apenas podía tapar. —Oye Ćororo, ¿no es la persona que buscas?— preguntó Usopp. Dïrza logra aproximarse y reconoce al sujeto encadenado. —Si, ¡si es el!— dijo el harapo con una sonrisa en su rostro. Ćororo introduciría uno de sus dedos por la cerradura logrando abrir la puerta fácilmente, dejando estupefactos a Usopp y Eilonwy, con sus bocas cayéndose al piso. El muñeco movería al sujeto, quien dio un largo bostezo, despertándose. —¿Quién me ha…. ¡¡¡MONIGOTE!!!?— Ćororo le taparía la boca. —Si soy yo. Escucha. Tengo algo importante que decir…— —¡¿Acaso no eres consciente que no puedes ingresar al asilo así sin más?!— —Es que pasó algo terrible…— —A ver, ¿Qué es tan importante para…?— —¡¡El Maestro Cleto esta muerto!!— En ese momento, una puerta se abriría cercano a la última planta, a lo que Usopp y Eilonwy buscarían esconderse, pero fue demasiado tarde. Ambos serían encadenados y estrellados hacia la otra celda mientras una mujer tarareaba.

De vuelta en el campo cercano al asilo.

Khameski había liberado una gran cantidad de esferas de barro que, al impactar contra algo sólido, explota. Bomo, de manera imprudente, empezó a recitar de su grimorio un hechizo. Pero antes de terminar, Nitro corrió hacia ella, disparando de su pecho una lluvia de bombas energéticas. La explosión fue tan potente que el suelo tembló, y con Bomo reducida a cenizas.

Teresa, aprovechando el caos, se deslizó como un espectro, cortando limpiamente a Isolde sin que esta pudiera reaccionar. Sin tiempo para recuperar el aliento, Teresa giró justo a tiempo para bloquear el gigantesco ataque que Wolke estaba realizando con su espada.

Tuniariko y Ćhivipen se enzarzaban en un duelo de velocidad y precisión. La lanza de Ćhivipen destellaba, pero Tuniariko, desvió cada golpe y finalmente la atravesó con su espada. En eso, Devel se enfureció, empezando a atacar a todos sin distinción, con Tuniariko y Teresa siendo sus primeras victimas, con Khameski lanzándose con su barro en forma de lanza, pero siendo aniquilado por Alibaba, luego de que este último lanzara su espada como si de un boomerang se tratase, partiéndolo a la mitad limpiamente. Devel se lanzó contra el, enterrando su espada en el centro de Alibaba. Sin percatarse que, la espada convertida en boomerang por este último, retornó, decapitando a Devel en el proceso.

Śerutno, de manera arrogante, empezó a recitar un hechizo, pero Dizbalval, utilizó al pequeño alien para plantar una bomba en el suelo bajo los pies de Śerutno. La explosión terminó desintegrándolo antes de terminar su conjuro. Sin embargo, Śukar Kham, de un puñetazo, terminó explotando la cabeza de Dizbalval.

En otra parte del campo, Barr Bombar y Amalia Spark se enfrascaban en un combate donde Amalia terminaba desviando los disparos de Barr. Sin embargo, uno de esos disparos, terminó destruyendo una parte de la barrera de protección. Amalia, antes de contemplar lo que había hecho, desvió otro ataque y terminó clavando su espada en el centro de Bombar, matándolo al instante. Amalia contemplaría la oportunidad que tenía ante sus ojos. Observo a ambos lados, asegurándose de que nadie la viese, y, sin pensarlo, salió corriendo hacia la abertura, encontrándose que esta era en realidad un gran basurero lleno de chatarra, escondiéndose en una de las tantas pilas de metal que allí habían. —/Nadie podrá encontrarme a…/— —¡Levante sus manos ahora!— una voz firme pero elegante levantaba su mano, mientras varios agentes de LOGI la apuntaban con sus pistolas láser. Amalia reconoció a la voz que le dio la orden de detenerse. —Cornice— dijo la joven al ver a la mujer por lo alto.

Cornice es una mujer que porta un ajustado traje de latex negro, con el símbolo de la organización LOGI, pero con la particularidad de tener un sombrero militar con el número dos en su inscripción.

Amalia, viendo a la responsable de acabar con la vida de la persona que le dio un trabajo y un lugar donde dormir se lanza contra ella, recibiendo la lluvia de disparos que rápidamente repelería, contraatacando a todos los agentes con una vertiginosa velocidad, terminando de acabar con todos ellos se lanzó contra la jefa de su sección y, de un limpio corte, partió en dos a la mujer, pasando sobre ella, y logrando hacia fuera del rejado. La mujer sólo podía arrastrarse mientras se comunicaba con su radio. —Prisionera…número…9, ha…escapado. Necesit…*cof* que…*cof*env…— No pudo concluir su frase ya que un disparo perdido se estrelló sobre el área donde estaba, desintegrándola.

Al mismo tiempo, en el Asilo Arbor.

Usopp y Eilonwy yacían en el suelo completamente encadenados, sin posibilidades de que pudieran liberarse. —¿Hah? ¿Quiénes son us?— Usopp tapó la boca de una mujer que estaba encadenada, igual que lo estaban ellos dos. —No hables, nos esta buscando— —Ya los encontré— Una mujer de cabello color mostaza, atado con forma de coleta, llevando un vestido negro, hace acto de presencia. —Ah. Veo que estás acompañando a la siempre simpática Luisa Bareta— La encadenada simplemente gruñó, pero debido a la cantidad de cadenas que poseía en su cuerpo, limitándose a esa acción. Sin embargo, una explosión, proveniente de la otra celda se escuchó. Un barrote de celda había salido disparado, con tal potencia que acabaría clavándose en uno de los lados de la otra celda, más concretamente, hacia la sucesión que aprisionaba a la antes mencionada Luisa, permitiendo a esta última salir y, sacando unos pistoletes de sus fundas, empezó a disparar a quemarropa a la mujer que se encontraba allí. —Ahora si, soy libre— dijo Luisa mientras salía de su destruida cámara.

Luisa Bareta es una mujer que sólo lleva puestos unos shorts de playa de color ocre, con un sostén de bikini de color granate, llevando puestas unas botas militares, con su cabello cortado en forma de taza de color marrón.

En la otra celda, Harakusa salía de la misma, con Ćororo siguiéndole el paso. Posee el cabello corto de color negro, con una cola de ratón, llevando puesto unos pantalones tres cuartos de color rojo y unas chancletas de hule de color negro, con vendajes en ambas manos.

La mujer, debido a que estaba repeliendo los ataques de la tiradora, se distrajo y deshizo el control que ejercía sobre Usopp y Eilonwy, quienes se levantaron rápidamente y corrieron hacia donde estaban el muñeco. —¡Usopp, que bueno que te..!— —Si, me encontraste. No hay tiempo. Tenemos que…— En eso unas cadenas se lanzan hacia donde estaba Usopp, pero Harakusa logra apartarlo, chocando estas contra la pared de la celda. —Veo que los estas encubriendo, Harakusa. Ellos son intrusos— dijo la joven mujer mientras Ćororo se escondía detrás de Harakusa. —No los encumbro. Le he elevado varios pedidos de visitas y me los ha negado, Isabel— respondió Harakusa. —Una vez ingresado a este piso, ya no puede recibir visitas. Eso lo sabes muy bien. Y— Una bala impactó en su brazo izquierdo, proveniente del pistolete de Luisa.

—Esta bien. No tengo mucho que decir. En aquel momento, no tomé represalias, pero ustedes lo quisieron— En ese momento, Isabel, cambió el color de su iris a un color negro, con un círculo blanco dentro del mismo. —Lasciate ogne speranza— Tras decirlo, Isabel soltó cadenas de varias partes de la planta. Las mismas aplastaron a Luisa y Eilonwy de una forma inusitada. Luisa gritó furiosa, sacando sus pistoletes y empezando a disparar con desespero. Pero estas fueron detenidas en el aire, cayendo al suelo. Con un movimiento casi casual, Isabel envolvió a Luisa con la sucesión metálica, para luego lanzarla de forma brusca contra la pared de su celda, rompiendo la pared de la misma y, por consiguiente, enviada fuera del asilo.

Harakusa, sin perder tiempo, despierta su arman. El mismo, genera llamas alrededor de su cuerpo, convocando a un ente hecho enteramente de fuego, enviándolo directamente hacia Isabel, chocando contra ella. Esta última lograría salir ilesa, caminando a través del lumbre como si no existiera. Con un chasquido, hizo desaparecer dichas llamas, provocando que Harakusa se enfureciese y se lanzase activando su arman, oscureciendo sus brazos y, con ello, lanzando una inusitada pero acometida lluvia de golpes, expulsando rayos negros en el proceso, que afectaron al tirador, Eilonwy y Ćororo, pero no a Isabel, quien respondió haciendo un gesto como si disparara, creando una explosión que abriría un agujero en toda la sala, siendo resistido por Harakusa, cambiando su aspecto a uno metálico, producto del arman. —¡Ćororo, lárgate!— Ćororo se encontraba temeroso. —¡¡¿Qué no me oyes? VETE DE AQUÍ!!— Ćororo acató la orden de Harakusa. Pero este intento se vería frustrado por Isabel, quien con sus cadenas, atravesó al muñeco, cayendo este inconsciente. —¡¡Ćororo!!— dijo Usopp al tiempo que Eilonwy sacó su espada y, envolviéndola con la magia de su 'baratija', lanza un potente rayo de energía hacia Isabel, recibiendo esta última el impacto, no afectándole en lo más mínimo. En ese momento, la lámpara se enciende en su cabeza. Sacando un dial que tiene colgado en su cuello y colocándose los guanteletes Toba, Usopp retrocede varios metros, para luego, empezar a correr en dirección a donde estaba Isabel, al tiempo que pronuncia dos palabras. —¡Impacto…Vesubio!—

La energía liberada por el dial, sumado a la potencia en la que estaban los guanteletes, provocaron una gigantesca que acabaría destruyendo todo el asilo, debido a la potencia liberada. Harakusa, viendo el derrumbe del piso, resguardó a Eilonwy y un herido Ćororo mientras convocaba una nube por medio de un soplido, sacándolos del lugar. Isabel, por su parte, fue expulsada violentamente, para impactar con una fuerza sobrehumana, haciendo que su cuerpo, termine colapsando, desparramando sus restos por todo el campo abierto, donde se encontraban Clodette y Tola, quienes interrumpieron su intercambio de miradas, viendo como el asilo terminaba por derrumbarse. Usopp logró saltar a tiempo y llegar hasta donde se hallaba su enemigo, viendo el atroz panorama que había generado, llevando a que este empezase a vomitar.

En ese momento, Tola, con un rifle largo, apuntó a la cabeza de Usopp, percatándose este de la acción. —¡Un momento!— —¿Quién eres?— preguntó Clodette quien apuntaba su espada en dirección al nariz larga, quien tenía sus manos levantadas. —Escuchen, no tengo intención de enfrentarlas, he venido a cumplir con un objetivo…— —¿Un…objetivo?— preguntó Tola, bajando su rifle. —Me encomendaron el acabar con un sujeto que manda por este lugar…— Clodette bajaría su espada mientras Usopp seguía hablando. —…si consigo derrotarle, podré reclamar…—

Usopp no pudo terminar su frase cuando una estruendosa y violenta explosión, que venía del destruido asilo, empezó a escucharse. De la misma, numerosos rayos negros y púrpuras empezaron a salir. Una misteriosa y densa nube empezó a formarse alrededor del mismo. Tras asentarse, unos pasos empezaron a escucharse. —¿Quién es el que osa desafiarme?— una voz grave retumbó entre las nubes. Mientras eso sucedía, Harakusa, montado en una nube junto con Eilonwy y un Ćororo, que apenas estaba recuperándose, descendieron luego de que Harakusa lograra detectar al tirador percibiendo su energía. —Hasta que te encontramos— dijo Eilonwy sarcásticamente, a lo que ella observo a Tola reconociéndola. —¡Tola!— Tola respondió con un saludo. —Vaya, esa tormenta es fuerte— dijo Ćororo. —Si, escuché a un sujeto decir: ¿Quién es el que osa desafiarme?— Tal imitación hizo que un rayo se dirigiera hacia Usopp, que Harakusa consiguió desviar a tiempo. —Oye, nariz de árbol, ¡cierra tu boca!— Las palabras de Clodette enojaron a Usopp, pero Harakusa lo detuvo. —¡Oye!— —Tiene razón— —Pero… ¿Por qué?— preguntó Usopp. —Su voz era grave… ¿verdad?— Usopp respondió afirmativamente, mientras los pasos se escuchaban más y más cerca. —Quien lo dijo, es el responsable de que todo este sitio exista. Protege lo que hace 400 años generó, a base de horrores inenarrables, un asilo que es el símbolo, junto con otro sitio, del control…— En medio de la narración, Ćororo, baja del hombro de Eilonwy. —Espera, quieres decir que…— —Si, el maestro Cleto tenía razón, no le creí, pero no viene a cuento ahora…— —Si, si, todo misterioso y demás, pero, ¿puedes decirme quien es?— preguntó Clodette mientras la extraña figura empezaba a vislumbrarse entre medio de la densidad de la niebla. —Surta— La figura hace acto de presencia.

Surta, es el responsable no sólo del Asilo Arbor, sino de toda la región del asilo, que lleva el nombre de Arbor. Es un hombre con una pronunciada y gran barba, que emite una enorme cantidad de llamas, un casco similar al de los vikingos, pero con unos gigantescos cuernos. Una armadura de cuerpo completo envuelta en espinas, mientras carga una espada flamígera y un escudo redondo de color negro (con la cara de una bestia en su centro). No podía verse sus ojos, ya que estos estaban tapados por el casco que, era grande.

—No he recibido respuesta. Así que son todos vosotros los que habéis desafiado mi autoridad. Pagaran las consecuencias de todos sus actos, con la muerte— dijo Surta al tiempo que su armadura empezaba a envolverse en llamas.

—No tenemos otra opción, más que enfrentarlo— dijo Harakusa mientras despertaba su arman. Casi todos, sacaron sus armas. En eso, Luisa, que acabó encontrándolos, se unió. —¿Me perdí de algo?— —De nada, realmente. Solo un vejestorio diciendo el clásico 'morirán todos, menos yo, jijijijiji'— La burla de Eilonwy fue respondida por un proyectil de fuego que venía de la armadura de Surta, que sería desviada por Harakusa a tiempo. —¡Ya se los he dicho! ¡¡No es tiempo de bromas!!— La respuesta de Harakusa chocó en la mente Usopp. —/Me convertiré en un valiente guerrero del mar. Ahora lo entiendo, si quiero ser un bravo guerrero, debo poder enfrentar lo que sea. Bien, tendré que ir con todo desde ahora/— pensó Usopp al momento de equiparse los dos guanteletes y sacar su Kabuto negro. —¡Estoy…. ¡listo!— Todos tomaron posición, dispuestos a enfrentar a un enemigo formidable.

La destrucción esta por empezar.

CONTINUARÁ….