Capitulo 39 – La hipocresía a veces se viste del bien

-Eric Matthews, es un compañero del Departamento de Policías, encargado de homicidios. Divorciado, su ex esposa se separo de el cuándo se entero de su aventura con otra colega, la detective Allison Kerry; tiene un hijo llamado Daniel, con quien tiene una pésima relación tras el divorcio de sus padres. Aunque él cree que nadie lo sabe, ha falsificado evidencia en la mayoría de sus casos y ha condenado injustamente a muchas personas- dijo Fandral mientras me entregaba una carpeta

-Este hombre será el siguiente jugador, necesito que investigues y me muestres algunos de sus casos. Es probable que alguno de nosotros se infiltre con ellos-

-Entendido y anotado, traeré eso en poco tiempo, lindura-

Me quede leyendo la carpeta, notando como Natasha entraba a la habitación -¿Cómo no vomitas con sus "halagos"?-

-Eso ya me da igual, yo estoy con Thor y sus halagos son los únicos que me interesan. Y por lo que veo, también está interesado en Tony, parece que solo le gustan los ocupados-

-Yo soy la excepción, recuerda que yo fui quien impidió que Sharon abortara. Escuche su conversación, yo seré quien se infiltre en el juego-

-¿Y tu porque?-

-La ex esposa de Eric jamás se habría enterado de su infidelidad de no ser por mí-

-¿Ella te contrato?-

-Fue una buena paga. Regresando a lo que nos interesa, la noche donde descubrí a Eric con su amante… El arresto a Sharon-

-¿Qué?-

-Es probable que la haya arrestado por algo relacionado a drogas, ella sabe a la perfección porque la arresto, pero no podemos meterla al juego por su embarazo. Así que yo seré quien se infiltre en el juego en su lugar-

-¿Estás segura de eso?-

-Tranquilo, no solo sobreviví a mas de una semana sin comer y encerrada, también a un intento de ahogamiento-

-De acuerdo, de acuerdo, tú ganas, ahora solo debo esperar a que Fandral me traiga la información para escoger a los demás jugadores-

*POV's Daniel*

-Disculpe, vine por Daniel Matthews-. No tenía que ser un genio para saber de quién se trataba, la puerta se abrió y a juzgar por su expresión no estaba nada contento, pero me daba igual –Vámonos, Daniel-

-Te tardaste- dije mientras me levantaba de la silla tomando mi suéter

-Lo siento, no estabas en mi horario-. Salimos de aquel lugar, caminando por el muelle que estaba cerca –Van a presentar cargos-

-Lo sé, son unos malditos-

-Claro, solo les robaste. Esto es genial, tu madre tiene la custodia y yo te pongo en custodia, ¿Qué pasa contigo? ¿Te crees muy especial para robar?-

-Evítame el especial extraescolar, ¿Por qué eres tan policía?-

-Se llama ser padre-

-Te lo digo en serio, eres mejor como policía… Regresare a casa de mi madre-

-Si así lo quieres… ¡Entonces vete!-

-Adiós-. Me fui de ahí sin mirar atrás, solo pensaba… ¿Qué se creía ese sujeto? Engaña a mi madre con esa tipa, se mete de lleno en su trabajo y no me veía en días, y aparece creyendo que actuar de esa forma se ganara mi respeto. Que se joda. No quería que me encontrara gracias a mi habitual camino a casa, así que me fui por un callejón bastante solo. Pero por alguna razón sentía que alguien me seguía, voltee varias veces pero no había nadie, incluso acelere el paso. Pero me detuve cuando divise a un sujeto al final del callejón, trate de regresar pero algo tapo mi boca y sentí un piquete en el cuello. En pocos segundos caí en un profundo sueño

*Fin POV's Daniel*

-¿Ya están todos?- pregunto Thor mientras se acercaba al monitor

-Sip, no deben tardar mucho en despertar, ¿Quieres que encienda el gas?-

-Hazlo-

Todos nos sentamos frente a las pantallas, con solo apretar un botón, el gas comenzó a salir por los ductos de ventilación. En pocos minutos, cada uno fue despertando, algunos comenzaron a explorar el lugar, otros trataron de abrir la puerta, o Daniel solo se quedo sentado en la esquina

-¿Qué es esto? ¿Arresto domiciliario? ¿Acaso estamos en prisión?-

-Lo dudo-

-Supongo que has estado mucho tiempo ahí, ¿No?-

-Demasiado… Alguien nos escucha- dijo mientras señalaba la cámara

-No, ese tipo de cámaras no captan sonido-

Natasha fue la última en despertar, llamo la atención de los demás soltando un suspiro –Calma, ¿Cómo te llamas?- le pregunto Jonas sujetándola por los hombros

-N-Natasha… ¿Dónde estoy?-

-No lo sé, todos despertamos aquí como tu-

-N-No… ¡No! ¡¿Por qué a mí?!-. Debo admitirlo, ella era muy buena actriz, me convenció de estar completamente asustada. Ante la mirada de los demás, comenzó a mover todo, como si tratara de encontrar algo. Se agacho frente a la chimenea, tras tantear los ladrillos, comenzó a quitar algunos que estaban sueltos; destapo un hueco del que saco una grabadora –Todo lo que necesitan saber esta aquí-

Saludos y bienvenidos, seguramente todos se están preguntando donde están; les aseguro que su ubicación no es importante, sino lo que las paredes pueden ofrecerles: La salvación, si se gana. En 3 horas, las puertas de esta cosa se abrirán, pero a ustedes solo les quedan 2 horas de vida. En este momento están respirando un gas letal, lo han hecho desde que llegaron; si recuerdan los atentados de Tokio, sabrán los efectos que causan en el cuerpo. La única forma de sobrevivir es encontrando el antídoto, hay varios ocultos en la casa, uno está en la caja fuerte que está delante de ustedes; todos tienen la combinación, los números están detrás de su cabeza, la clave del orden pueden encontrarla sobre el arcoíris. Cuando se den cuenta de lo que tienen en común, podrán entender mejor porque están aquí, la "X" marca el lugar de esa pista, así que busquen con cuidado. Que el juego comience

-¿Qué es esto?- pregunto Jonas mientras tomaba la grabadora -¿Cómo sabias donde encontrarlo?-

-Son solo estupideces-. Tomo un papel que estaba junto a la cinta –"No intenten usar esta llave en la puerta de este cuarto"… Al diablo-

-N-No, no, no lo hagas, no es buena idea, la nota dice que no la uses-

-Al diablo con la nota, solo es una maldita broma, y acabare con ella-. Gus tomo la llave y la inserto en la cerradura, mirando a través de la mirilla; pero al girar la llave, un arma disparo, matándolo al instante en medio de nuestros gritos