Capitulo 75 – Dos embarazos, una misma reacción

-¿Están listos para ordenar?- nos pregunto el mesero apenas dejo las bebidas en la mesa

-Sí, yo pediré una lasaña-

-Yo quisiera un espagueti con albóndigas y un sándwich de pavo-

-En unos minutos les traeré sus pedidos-

-Natt… Hay algo que me gustaría decirte-

-Claro-

-Hemos estado juntos por un tiempo, y créeme que han sido los mejores meses de mi vida. Tenemos 2 hermosas hijas, pero… A decir verdad, me encantaría tener un hijo, nuestro-. No pude evitar sonreír un poco, aquella declaración borro cualquier tipo de temor en mi; saque un sobre de mi bolsa y lo coloque sobre la mesa -¿Qué?-

-Ábrelo-

Me miro por algunos segundos, la sonrisa que le di aseguraba que no se trataban de malas noticias. Con más confianza, abrió el sobre y saco la hoja que tenía en su interior –N-Natt…-

-Sorpresa-

Todo a nuestro alrededor se quedo en un silencio, la hoja se le resbalo de las manos debido al leve temblor que había empezado a sentir –E-Estas embarazada… ¡Voy a ser papa!- grito completamente emocionado mientras corría entre las mesas, llamando la atención de los demás clientes; solo pude reírme un poco al mismo tiempo que cubría mi rostro, entre la pena y la alegría por su reacción

-¿Primer hijo?- pregunto el mesero apenas llego con nuestros pedidos

-Así es-

Con una sonrisa, acomodo los platos en la mesa; a los pocos segundos, Bruce regreso completamente agitado –D-Di 3 vueltas a la manzana-

-No era necesario que se lo gritaras a media ciudad, cielo-

-Todos merecían saber que pronto tendré un bebe con la mujer más maravillosa del mundo-

-Eres un cursi, anda, vamos a comer, futuro papa-

*POV's Tony*

Hace poco más de un año que di a luz a mi pequeño Peter, amaba verlo crecer con cada día que pasaba, había llegado a ese momento de su vida en el que balbuceaba tratando de imitar alguna palabra e intentaba dar sus primeros pasos, llegando solo a ponerse de pie -¿El bebito de mami ya tiene hambre?- le pregunte cuando lo vi señalando su boca, algo que hacia cuando quería comer -¿Quieres un biberón?-. Negó con la cabeza –Entonces una papilla-

Sentándolo en su pequeña silla, saque una papilla de durazno de su pañalera; la abrí y tome una cucharada que le acerque a su boca, pero Petey la cubrió con sus pequeñas manos -¿Qué pasa, bebe? ¿No quieres?-. Tal vez era solo un bebe, pero no había duda de que mi niño heredo mi inteligencia. Señalo una cesta de frutas, más específicamente, un plátano –Ya entendí. Steve, Pet quiere que le prepares tu papilla-

-¿No quiere las que le compras?-

-Trate de darle la que le gusta, pero no quiso-. Pensando que quizás era la forma de darle su comida, Steve tomo la cuchara con la papilla y se la acerco; pero Peter no solo volvió a negarse, sino que empujo la cuchara

-Está bien, ¿De plátano, bebe?-. Con una pequeña risa, acompañada de un aplauso, Steve comenzó a preparar su comida. Mientras tanto, Peter no apartaba su vista de mí

-¿Qué sucede, cariño?-

-M-Ma…-

-E-Estas…-

-Ma…-

-Hazlo, Pet, dilo- susurre mientras lo cargaba en mis brazos, dejándolo frente a frente, el sonrió de oreja a oreja, al mismo tiempo que tomaba mi rostro con sus pequeñas manitas

-M-Mami-

-P-Peter… ¡Steve, ven rápido!-

-¿Qué sucede? ¿Le pasa algo a Peter?- dijo sonando bastante preocupado apenas llego con nosotros

-Dijo su primera palabra. Anda, Pet, habla-

-P-Papi-. La mirada de Steve se ilumino, como si cientos de estrellas hubiesen entrado en sus ojos; tomo en sus brazos al bebe y lleno su rostro con besos, sacándole una pequeña carcajada. Tan ilusionado estaba con aquel suceso que él se encargo de darle de comer su papilla

-Con esta lindura de bebito, dan ganas de darle un hermanito a Peter-

-En cuanto se duerma, podríamos iniciar a fabricarlo-

-Rogers, que romántico eres- dije con una sonrisa mientras limpiaba los rastros de papilla que se habían escapado de la boca de Pet -¿Por qué no pides una pizza mientras le doy un baño a Peter?-

-¿Con pepperoni y extra queso?-

-Me conoces tan bien, cielo-. Deje el plato y la cuchara de Peter en el lavadero antes de cargarlo en mis brazos, llevándolo al baño. Abrí la llave, llenando la tina con agua ni muy fría ni muy caliente, perfecta para él. Le encantaba ese momento del día, lo sabía cada vez que se reía intentando tocar el agua. Cuando esta se lleno, le quite la ropa e introduje su cuerpo; casi al instante, Peter comenzó a chapotear, empapándome a mí también. Requerí de la ayuda de Steve para bañarlo, pero el también termino mojado. Toda esa actividad termino con mi bebe exhausto y cayendo profundamente dormido apenas lo vestí con su pijama –Oww, Steve, ¿Acaso no es una preciosura?-

-Por supuesto, se parece tanto a ti-

Sonreí mientras le daba su osito de peluche, el cual abrazo al instante –Descansa, bebito-. Ambos salimos de su habitación, justo en ese momento llego el repartidor con la pizza; mientras preparaba la mesa, no pude evitar sobar mi vientre, pronto se notaria -Huele bien- dije mientras acomodaba los platos

-¿Quieres soda o café?-

-Preferiría una taza de té-

-¿Un te? ¿Acaso te sientes mal, Tony?-

-Para nada, cielo, solo tengo antojo de otra bebida-. No estaba muy convencida por mi respuesta, pero no volvió a preguntar. La cena transcurrió con normalidad, casi nos terminamos la pizza

-Steve, tu… ¿Te gustaría tener otro bebe?-

-Sabes que sí, mi amor; además, a Peter le encantaría tener un hermanito o hermanita, ¿Pero porque preguntas eso?-

-B-Bueno, yo…- susurre mientras jugaba con mis dedos, agachando la mirada. Supe que lo había entendido cuando me cargo en sus brazos al mismo tiempo que me besaba

-¿T-Te sientes bien? ¿Tienes hambre? ¿Estás cansado? ¿Es niño o niña?-

Oh si, había reaccionado de la misma forma que en el embarazo de Pet, no pude evitar reírme un poco –Tranquilo, mi amor, estoy bien-. Sentí como acariciaba mi vientre –Steve, aun no se nota-

-No importa, aquí esta nuestro bebe- respondió antes de besar mi vientre varias veces. Tome su rostro con mis manos y lo eleve para besarlo, correspondió hasta que sintió como trataba de quitarle su chamarra -¿Qué haces?-

-Ya han pasado 3 semanas desde que lo hicimos, Steve, ¿No crees que deberías compensárselo a tu flamante esposo?-

-Tienes toda la razón-. Cargándome en sus brazos, Steve me llevo a la habitación, donde no saldríamos por un par de horas-