Aclaración: Yu-Gi-Oh! VRAINS no me pertenece. Es propiedad de Kazuki Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.

Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.


La gran oscuridad.

Fue un evento que ocurrió hace años. Un evento del que aun en día todavía hablan algunas personas que pueden jurar que escucharon una fuerte explosión a lo lejos, otros más, aseguran que lo que llamo su atención de aquella mañana donde sucedió la tragedia, fue el fuerte grito de alguien que venía del mar. Había tantos puntos de vista, había tantas historias detrás de este acontecimiento, pero realmente nadie estaba seguro de cómo se ocasiono o porque sucedió, lo que, si se sabe, es que la red exploto y muchos aparatos sufrieron las consecuencias de aquel apagón. Los sistemas de comunicación dejaron de servir por días, las empresas de Tecnología se encontraban tan saturadas que era imposible arreglar un problema a la vez. Muchos sufrieron en aquellos momentos de total incertidumbre. Recibió aquel nombre porque por unos segundos, el mundo se sumió en total oscuridad. Como si el mundo mismo se hubiera congelado y al mismo tiempo, hubieran despertado de un largo sueño para poder sentir aquel cálido sol calentar sus cuerpos y alzar sus rostros ante un nuevo amanecer.

Nadie estaba seguro de cuando volverían a tener contacto con el exterior. Fue tan impresionante tal explosión en el mundo que hubo muchos países que voltearon a ver a Den City y exigieron respuestas inmediatas. Muchos se encontraban inseguros de querer seguir contando con SOL Technologies para la seguridad de la red, no podían creer que una catástrofe de esa magnitud sucedió frente a sus narices y no pudieron hacer nada para evitarlo.

Fue un gran revuelo en ese momento. Había muchos que querían monopolizar la Data Material que se pudiera recuperar conforme los servidores se volvían a restaurar. Existieron muchas disputas que con el tiempo se pudieron arreglar, pues aparte de SOL, una empresa más de tecnología apareció en ese instante. Un joven líder de cabellos blancos y ojos celestes junto con un equipo calificado para ayudar a SOL a recuperar todo lo que perdieron en ese momento, fue cuando dejaron de estorbar, pero sin quitar su mirada de ellos.

Fueron días de incertidumbre donde todos tuvieron que aprender a vivir sin la red por algunos meses, algunos dicen que fueron por algunos años. Pues para que se reestableciera por completo, tuvieron que trabajar sin descansar, tuvieron que regresar a los viejos modos y adaptarse a la situación.

Pero de entre todas esas personas, había solo algunos pocos los que conocían la verdad de este evento.

Había una vez, una duelista de cabellos naranjas con flequillo amarillo y mechones rosas que en muchas ocasiones salvo al mundo virtual de la destrucción misma. Enfrentándose a rivales poderosos, haciendo compañeros en el camino y derrotando al que creía su amigo en el proceso. Era una duelista sin igual, muchos la tacharon como duelista legendaria por la confianza que traía con sus cartas y estos siempre le respondían. Una duelista de noble corazón que no importara la situación en la que se encontrara, era capaz de ver el lado bueno de todos. Quizá fue por esa razón que muchos se pasaron a su lado, porque querían ver qué mundo sería capaz de construir. Pero también fue eso lo que al final provoco que ella desapareciera sin dejar rastro alguno.

Nunca más se volvieron a ver aquellos ojos verde eléctrico que se encargaba de pasearse por Link Vrains por las noches. Nunca más se escuchó de ella desde aquella explosión que destruyó toda la red.

Nunca más volvieron a saber de ella.

El nombre de aquella duelista, era Playmaker. La duelista tan fuerte que el mundo virtual conoció.

Pero quienes realmente la conocían, sabían que ella era mucho más que eso.

Fujiki Yusaku. Era su nombre verdadero. Una hermosa joven de cabellos azules oscuros como las tranquilas noches de Den, un flequillo azul y mechones rosas que combinaban con su redondo y fino rostro. Unos hermosos ojos esmeraldas que era capaz de cautivar a cualquiera. No solo su belleza era lo que había que destacar, también lo era su inteligencia y su mal carácter cuando alguien intentaba conocerla sin saber por lo que paso.

Ella solo era una chica que planeaba tener una vida normal si no fuera por los acontecimientos de su pasado. Un evento que la marco de por vida y que le costó mucho superarlo. El miedo que tenía por todo y por todos. El odio que se tenía por ser débil, el odio que tenía por ver a personas más fuertes aprovecharse de los más débiles. Tomo bastante tiempo alejar sus propios demonios, pero con las personas correctas a su lado, fue capaz de mantener una sonrisa en su rostro, fue capaz de tener amigos y enamorarse, porque una vez, hubo alguien que fue capaz de descongelar su corazón, cobijarlo con cariño y el resto es historia.

Desear para ella ya no era algo malo. Pensar en el futuro era lo que esperaba con muchas ansias.

Pero al igual que muchas personas, escondían algo más.

Ella sabía muy bien que a pesar de todo lo que se esforzó, al final, siempre se encontraría con un muro adelante.

Fue ella la razón por la que la red exploto.

¿Qué era mejor?

¿Salvar una vida o salvar miles de ellas?

Aquel gran corazón que cargaba, en ese momento, decidió tomar un único camino. Amaba tanto a todos que prefirió ser ella quien tomara el destino del mundo en sus manos y salvarlos de una guerra cruel sin fin, era lo que tenía que hacer. Un futuro que nunca iba a llegar gracias a su sacrificio, ella sabía muy bien que era la única opción, todos sabían que esa era la única opción que los destruiría por completo.

Por qué, si decidía vivir, muchos inocentes morirían en su paso. Y no quería ver que las personas que tanto ama, sufrieran por su culpa.

Y fue por eso que destruyo todo lo que los humanos ambiciosos nunca alcanzarían. Un programa que sería capaz de controlar todo y a todos, un ser que nunca debió existir, todo tenía que desaparecer para proteger al mundo. Aunque con ello, traía su desaparición y la desesperación de quienes intentaban recuperar a quien perdieron aquella vez.

Los pocos que sabían de aquel sacrificio, preferían hacer oídos sordos, cerrar la boca y dar media vuelta. Porque no iban a ser capaces de soportar el dolor que se instaló en sus pechos, porque no iban a ser capaces de controlar las lágrimas que mojan sus mejillas.

El mundo se salvó, pero a costa de que.

De la única persona que podía hacerlo más brillante con solo una sonrisa. Si alguien la hubiera escuchado antes, si alguien se hubiera dado cuenta de lo que ella quería hacer, las cosas hubieran sido diferentes.

Era una completa desgracia que él hubiera no existiera y ellos tuvieran que vivir con el arrepentimiento en la espalda. Aquello con lo que les tocó vivir era demasiado cruel. El presente sin ella, porque no dejaban de buscarla a donde quiera que les parecía escuchar su voz, escuchar su risa o incluso, verla reflejada en aquella pequeña niña tan parecida a ella y que dejo atrás al cuidado de su padre.

Fueron años realmente difíciles. Hubo muchas discusiones, algunos más tomaron caminos diferentes. A pesar del dolor, sabían que lo mejor era continuar con sus vidas, era lo que a ella le hubiera gustado ver, era por eso que ella decidió sacrificarse.

Pero cuatro años después de aquel incidente, algo más se detono.

Justo cuando se reestableció la red y hubo conexión con la misma, algo más despertó de aquel lugar.

La tierra tembló, los edificios se sacudieron y las personas gritaban asustadas al mirar al cielo. Algunas más intentaban huir, no era momento de mirar atrás, no importando que tuvieran que golpear algunos hombros en el proceso.

Una isla se alzaba en lo más alto del cielo, rodeando a la misma, se podían apreciar seis pilares de diferente color y elemento. Y a la orilla de aquella isla, una figura misteriosa apareció.

-¡Yo soy Zero! -Grito aquel ser para que todos lo escucharan.- ¡El Ignis de la destrucción, el Ignis definitivo! -Una gran carcajada se escuchó en ese momento que la ciudad se sumía en caos. Al momento de alzar sus brazos, cinco seres más aparecieron a su lado.- Y vengo a cobrar venganza contra quienes nos hicieron daño, contra quienes quisieron destruirnos

Era un ser desconocido e irreconocible, aquella mascara que cubría su rostro y la extravagante ropa que portaba, como si intentase ocultar su identidad o mostrarse como el personaje más importante del momento. Cuando aquella figura se encontró con su mirada, una sonrisa más grande apareció en su rostro. Una gran carcajada resonó en aquel lugar, justo la persona que había querido ver que no dudo en aplaudir de alegría. Chasqueo los dedos en ese momento y varias bestias aparecieron a sus espaldas, listas para atacar.

-¡Revolver! -Grito aquel ser mientras lo señalaba.- Ahora que no hay un héroe que pueda protegerlos, ¿Crees que vale la pena proteger el mundo?

Pues fue hasta ese momento en que las miradas con su usuario se encontraron. El niño de quien fue creado Zero. Kogami Ryoken se encontraba ahí, que suerte tuvo de encontrarlo primero antes de que él lo encontrara. En el momento que escucho su nombre, el hombre de cabellos blancos y ojos celestes alzó la vista para encontrarse con aquel ser que amenazaba con destruir toda la ciudad. Arrugo un poco el ceño en el momento que lo señalo, dudo en responder cuando le hizo aquella pregunta. Fue hasta ese momento en el que se dio cuenta que su cuerpo entero temblaba mientras intentaba proteger a una pequeña niña, que por algún motivo empezaba a sudar frio.

-Yo…

Sin un héroe que proteja al mundo, nadie seria salvado de la inminente destrucción.

Este era el final de esta historia.

¿Un desenlace feliz o un amargo final?


Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Lunes 5 de Agosto de 2024