Dime, ¿me estás escuchando?
—... Si...
Me alegro. Es un poco molesto cuando hablo y hablo pero no contentas. Me hace sentir que quieres ignorarme. No me gusta eso. O sea, si, en realidad no me importan mucho todo eso del respeto o adorarme, pero agradecería un poco de cordialidad, ¿sabes? Soy el creador de todos ustedes y solo ÉL está por encima de mí. Todo lo que existe en este mundo es gracias a mí, a que me dieron esa misión.
—...
... Jiji~ Si, supongo que en realidad no es tan así, ¡pero la intención está ahí! ¡Soy el progenitor de la humanidad, su gran papá! O mamá: como prefieran llamarme según sus divisiones tontas. No me inclino a ninguno en particular... Aunque, si soy honesto, me molesta un poco que nadie parezca temerme. Me ven como una cosita adorable a la que se puede tener de mascota. ¡Cuando literalmente los vi nacer!
¿No te parece un poco injusto?
—... Supongo... Incluso cuando sabemos todo de ti, es verdad que varios te ven como un Pokémon raro al que poder capturar. Eso no está bien.
¡¿Verdad?! ¡Por fin alguien está de acuerdo conmigo! Todos los demás están demasiado metidos en sus propias cosas o directamente son muy gruñones para estar de acuerdo conmigo. ÉL necesita que los que mantengan el balance sean más serios, eso lo entiendo, ¡pero muchos son directamente malos!... Bueno, Giratina no lo es tanto, pero él es malo por otros motivos.
—...
Este mundo es super raro, aún antes de descubrir la verdad. Me sigo preguntando que hay más allá, ¿sabes? No me refiero al mundo raro del que vienen estos invasores, sino a algo más arriba. Ellos deben tener algo encima, ¿no? Le deben rezar a sus propios Dioses y deben haber cosas que no comprenden. No me parece que ninguno de estos invasores sepa más tanto como quieren hacernos creer, asi que me gusta pensar así.
Sea quienes sean, no hay forma de que sean Dioses. Son demasiado terribles en eso, mucho peores que nosotros.
—... Aunque siguen estando por encima.
Ugh, no me lo recuerdes. Peor que se crean más reales que nosotros es que parecen tener razones para hacerlo. ¡Eso es lo peor! ¡Peor que las peleas entre esos dos amantes de la naturaleza! Si fuera un simple mortal, quizás entraría en una crisis existencial de esas que ustedes tanto temen. Es una suerte que esté por encima y solo me enoja.
—No estoy seguro... Soy un mortal y lo estoy tomando bien.
... Red, dejando de lado el hecho de que eres un elegido por ÉL, tu mentalidad no es normal. Lo que te has forzado a hacer, lo que te han hecho hacer es... rompería a cualquier humano cuerdo. Lo destruiría y lo convertiría en algo que no es ni humano ni divino: una amalgama de los peores rasgos de ambos lados. Un ser infeliz que su sola existencia le genera condena.
—Pero me encuentro bien.
No, estás destruido. Ya no eres humano.
—...
¡Pero oye! ¡Algún día tu sufrimiento! Todos estamos trabajando para que eso pase, asi que no te preocupes y aguanta un poco más. Definitivamente tendrás el descanso que te mereces. Podrás ser feliz.
—... Pero cuando eso pase, ¿no estaré muerto?
...
—... Mew, incluso si tenemos éxito, yo moriré. Ya mi cuerpo lo hizo por culpa de mis acciones y ahora voy a destruir mi alma. Cuando esto termine, el Red que he sido toda mi existencia recordable ya no estará más.
Pero el mundo se salvará. Ya no habrá más corrupción, no habrán seres que destruyan lo que hemos construido y todo volverá a ser como antes. Las historias podrán seguir su curso y encontrar el final que merecen. Toda historia, incluso la mejor y más épica, eventualmente llegará a su final.
Red, la tuya llegó hace mucho tiempo. Eres una anomalía. Un error nacido de errores más grandes y que no tiene que existir. Todos son errores, pero tú destacas por sobre los demás. Eres la raíz de todo, el primer infectado.
—...
Y aunque eso signifique lo que significa, creemos en ti. Eres el primero, el que inicio esta historia. Si bien puede que no tengas las hazañas más grandes, no hay duda de que eres especial de una forma que ninguno más lo es. Y lo que te destaca de los demás es tu...
—Resiliencia, ¿eh?
Si. Solo tú podrías haber aguantado hasta aquí. De eso yo, al menos, estoy seguro de mi respuesta.
—... Bueno. Supongo que al menos podré ser el héroe de este mundo. Me podré redimir, ¿verdad?
Sin duda lo harás, porque eres el héroe.
Tú y el invasor acabarán con todo esto. Esta historia tan rara terminará, ¡y luego todos podremos celebrar! Prometo que haré del mundo que quede uno muchísimo más feliz de que fue en un inicio. Todos vamos a trabajar duro en traerles felicidad. Hasta veré la forma de que Giovanni tenga una vida más feliz y no atormente a tus seres queridos.
—No es necesario. Aunque yo muera, me gustaría que haya alguien más en mi lugar, ¿sabes? Como un remanente o algo así.
Entiendo. Es totalmente respetable y humano. ¡¿Qué tal?! ¡Al final todavía tienes una parte humana! No todo está perdido: no tienes que pasar TODO el tiempo siendo infeliz.
—Hm... No todo el tiempo, ¿eh?
—...
—...
—... Dios mío, ¿pero qué es este ambiente? Parece que les hubieran robado el buen animo. Por eso les digo que tratar con criminales no les hace bien— Todavía mostrándose con esa sonrisa arrogante que me trae una dolorosa nostalgia, Green metió a Blastoise en su Pokéball como si no fuera nada y avanzó hacia nosotros. Como si no estuviera frente a un lunático con ganas de matar.
—...
—¿Ah?...— De repente notando mi mirada, él tardó un poco, pero al final acabó soltando una pequeña pero muy molesta risa. Este cuerpo, incluso con mi mente, parece tener grabado a fuego su sentir hacia este tipo. —Jaja, no te preocupes, 'Red'. Él no va a hacerme nada... Lo tiene prohibido, después de todo.
—¿?
No entendiendo a qué se refería, miré a la versión bastardizada de Nate, el cual miraba todo esto con unas ganas sinceras de matar... mas no hacía nada para detener a Green. Lo miraba con furia, si, pero no se movió ni un poco. Fue un contraste tan marcado en comparación a lo que fue conmigo que solo pude quedarme mirando como un imbécil.
Green se rió. —Si te asombras por tan poco, se nota que no eres como Red. Supongo que mi 'amigo' de verdad está muerto...— Sentí un escalofrío ante esas últimas palabras pese a que Green siguió hablando de la misma forma. Su cara tampoco cambio... pero no hay duda de que hay algo detrás de esa sencillez. —Pero bueno, ese cabrón se lo buscó. Y estoy seguro de quue no se fue sin dejarnos una última caca que limpiar.
—... Tú...
Ignorando el intento de hablar de Nate, le habló, todavía dándole la espalda. —Lo siento, pero él se viene conmigo. Confío un poco en ti como medio amigo, pero no como policía y desde luego menos en tu organización. No es que lnterpol no tenga su parte justa de esqueletos en el armario, ¿sabes? Y no les temblará la mano el agregar uno más.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo ante ese pensamiento. Por supuesto que Nate no me genera confianza y conozco como puede ser la policía en ciertas ocasiones, pero escucharlo confirmado de algo que no sean mis paranoias fue un golpe duro. Retrocedí un paso por puro impulso, a lo que Green me sonrió con aun más picardia si cabe, casi como si estuviera pasando el mejor momento de su vida.
—... ¡!
—¿Estás seguro de eso?
De un segundo a otro, escuché el sonido de un arma siendo desenfundada y al Samurott acercándose tener a su cuerno a centímetros del cuello de Green. Este, sin inmutarse y hasta viéndose más arrogante, siguió caminando hacia mí tras empujar ligeramente el cuerno del Pokémon. Samurott no opuso resistencia más allá de gruñir como si se lo fuera a comer.
—...
—Por mucho que tengas el poder de hacer cumplir la ley y que ese cuerpo no sea precisamente la visión ideal de justicia, sigo estando por encima de ti. No solo como nieto del viejo o el segundo Entrenador más fuerte de Kanto, sino como una auténtica estrella que va por la vida impartiendo clases de estilo, por más que nadie pueda estar a mi altura— Riéndose como si acabara de contar un buen chiste al que solo él le dio gracia, se acercó hasta estar a un par de metros de mí.
Actualmente a duras penas podía mantenerme de pie. Por mucho que este cuerpo esté acostumbrado a recorrer largas distancias, el estrés mental sigue siendo solo mío. Desde que llegué a este mundo nada me ha salido bien y la parte emocional del auténtico Red no ayuda. Acababa de morir hace un día por el amor de dios: ¿cómo es que siquiera puedo mantenerme de pie?
Sé que ya he experimentado cosas malas, pero aun así...
—...
—... Jejeje, de verdad no eres él, ¿eh?— Siguiendo con su sonrisa presumida, pero a una menor escala, pareció también entrar en un bucle de recuerdos. —Ese idiota tenía muy pocos puntos positivos para mostrar, pero él es el más digno de ser mi amigo y todas esas babosadas sentimentales... Perdón, pero ser emocional no es mi estilo, ¿sabes? Ni con mi hermana tengo una relación de ese estilo.
... Suspiré ante sus pobres excusas, a su pobre intento de hacerme sentir tranquilo. Por mucho que este fuera un mundo retorcido sacado de mi fase más adolescente, conozco lo suficiente de Green e incluso de esta versión de Green que, al final, mi respuesta fue un chasquido de labios. —Deja de intentar compadecerme. No te sale.
Hubo un par de segundos de tenso silencio, en el que la idea de haber cometido un error pasó por mi cabeza. Fue cuando de repente se escuchó la carcajada más ruidosa, de esas que se ven pocas veces en la vida, que me di cuenta de que este tipo sigue siendo tan encantadoramente molesto como siempre. —¡Por supuesto! Incluso cuando no eres Red, ese cuerpo tuyo encuentra la forma de querer derrotarme. Por eso somos rivales.
Asintiendo para si mismo como si él mismo acabara de llegar a una respuesta, se giró para ver a un Nate con una mirada más muerta que yo en mi literal muerte. —Por mucho que quieras ser un incordio, aquí yo tengo poder. La Interpol no es tan grande como crees, mocoso, y no todo se puede resolver mediante esos corruptos. A veces es necesario que alguien superior se haga cargo.
No hubo respuesta inmediato del policía, mas si del Samurott que hizo brillar su cuerno. Pronto en Nate sus ojos comenzaron a cobrar vida, la suficiente para que se notara el desprecio absoluto hacia el rival de los primeros juegos. Literalmente escupiendo, las palabras que salieron destilaron un desprecio aterrador. Asesino incluso. —Peor que un arrogante es uno que puede respaldarlo. Cuanto más interactuo contigo, más entiendo porque no tienes amigos o pareja.
—Pues ellos se lo pierden. Deberían estar más a mi altura— Pese a su arrogancia, escuché el sonido más inconfundible de lo que debería de un arma enfundándose. Incluso en su aparente victoria, Green siguió echando sal en la herida, casi rogando porque se convirtiera en sangre. —Puede que Red haya sido tu maestro, pero no olvides que yo soy aún más genial que él. Si estabas a años luz de Red, yo viajaré esa distancia para hacerte ver tu lugar.
—... Verdaderamente un ególatra asqueroso— Mientras tenían este intercambio de palabras medio violentas, yo, casi que tentando a la muerte, me arriesgué a moverme más hacia el costado izquierdo, queriendo ver mejor al tipo que casi me mata. —Pero ese ego tuyo será tu perdición. Si ni siquiera los Dioses pueden ir en contra de quien los creó, ¿qué puede hacer un simple mortal rodeado de otros mortales? Al final tu caída es solo cuestión de tiempo.
—Si, si. El niño policía se puso a leer literatura clásica y quiere impresionarnos. Aplausos— Y literalmente aplaudió...
Nate, por un segundo, pareció estar a punto de intentar un genuino intento de homicidio, pero pronto sus ojos pasaron a mostrar un aire más... incómodo de describir, aunque no tanto de sentir. Viéndome de nuevo a mí tras tanto tiempo ignorándome, él suspiró, de repente viéndose más mayor de lo que debería. —Ni siquiera faltando uno dejan de ser un duo de idiotas.
Diciendo ya todo lo que quería, Nate metió a Samurott en su Pokéball, quien nunca dejó de verme como su próxima cena. Caminando en sentido contrario, esperaba un montón de cosas, pero no que literalmente se esfumara de un segundo a otro, como si nunca hubiera estado ahí. Fue casi surrealista y en cualquier otro contexto me habría puesto nervioso... pero ahora estoy demasiado cansado para luchar contra la irrealidad.
Ya no pudiendo más, caí hacia atrás, con mi trasero golpeando fuerte el asfalto. Un peso fue liberado de mí, pero, irónicamente, ese peso era lo que me daba las energías para seguir avanzando. Ya llegué a mi límite... y lo peor es que esto aún no termina.
—Bueno, no te lo tomes a mal, pero espero que puedas acompañarme a un lugar. Y espero también que muevas esos pies: solo traje a Blastoise, él te odia y me niego a cargarte como si fueras mi princesa— Mirándolo de reojo, lo vi sonreír como si estuviera cumpliendo sueños del pasado. —Aunque tienes potencial de bufón.
Suspiré. —Y tú del príncipe arrogante que se muere primero en la lucha por el trono.
—...
Bueno... no puedo negar que fue rápido. Literalmente fue el viaje más precoz que he tenido en mi vida. Mirando a mi alrededor, a las personas caminando hacia sus vidas diarias mucho más monotonas que la mía, miré el edificio extraño pero a la vez familiar con una cierta expectación producto de lo poco que quedaba de mi niño interior. A mi lado el arrogante por excelencia estaba hablando por celular con alguien, pero no me importó aprender de eso.
Si soy honesto, ahora mismo no quiero aprender nada. Preferiría estar ahora mismo a las puertas del Bosque Verde, pero con un policía de la jodida Interpol suelto y queriendo mi cabeza, dudo que termine bien. Salir de Ciudad Verde, de la protección de Green, es una sentencia de muerte... Pero ojalá este cuerpo no rechazara tanto ese pensamiento lógico. Era comi ir en contra de mis principios, solo que no los míos.
Ni siquiera mi cuerpo en este mundo es normal. Habría sido mejor reencarnar o al menos tener una posesión completa. No solo tengo que lidiar con los resultados que dejó este cuerpo, sino que encima condiciona mi humor.
—Okay, ya terminé. Perdón por eso, pero no puedo dejarte entrar en este lugar así sin más. No es seguro— De repente escuchando la voz jovial de Green, me giré para ver al tipo que debe estar rondando los veinte, un poco o un poco menos, pero con una actitud de adolescente. Del tan infame 'raijuu' de cuando mi mayor preocupación era no tener vínculos.
—... No hacía falta. Conozco esta clase de lugares...— Lo dejé al aire, sin explicar demasiado. No sentí que ahora fuera el momento, con varios ojos curiosos y mis temores de ser espiado para hacerme cosas feas al tope. Green se rió de buena gana y me palmeó la espalda antes de avanzar hacia el Gimnasio de Ciudad Verde.
—Bueno, ya me dirás cómo lo sabes— Sonando como un hecho más que como un comentario casual, Green sacó una llave de su bolsillo y mientras él se tomaba su tiempo en abrir la puerta para molestarme, acaricié a Fletching, quien, contrario a Riolu, no expresó mucha emoción más allá de un asentimiento rigido. Supuse que Riolu era más emocional debido a como se lo presenta en el anime.
Ya hay cosas del manga mezclada con los juegos, por lo que el anime no sería extraño. Mientras no se meta a la ecuación ese manga de Red y Clefairy, por mí hasta pueden meter a Mundo Misterioso.
Apenas Green abrió la puerta yo avancé como si tuviera que usar el baño, casi chocando entre nosotros pero salvándonos porque él se detuvo a tiempo: no sin darme una sonrisa desagradable que decidí dejar pasar. Lo que me esperó al entrar fue una falta de luz que era parcialmente diluida por unas cuantas ventanas pequeñas ubicadas en lo alto. Todavía faltaba para que el Sol se ocultase, por lo que la luz era suficiente.
—...
Mirando lo que tenía en frente, era tan solo una arena gigante de combate, como las que se veían en el anime. Nada de baldosas movedisas o siquiera el escenario más simple que estaba en los remakes de Johto. Era decepcionante y emocionante a partes iguales, pero tuve el presentimiento de que había algo más aquí.
Esperaba que no un Mewtwo.
—Originalmente este lugar estaba más encerrado que los Pokémon en la Granja del viejo, pero convencí a la Liga de ventilar este lugar antes de irme a recorrer el mundo. Extraño un poco lo intimidante que esto se veía, pero no extraño el respirar aquí— Caminando hacia mí con calma, él puso las manos en su cintura y admiró el lugar con aún más fascinación que yo.
Me quedé en silencio y Fletching no ofreció ni un pio cordial. Tampoco dejó su lugar en mi hombro, clavando sus garras con la suficiente fuerza para no ser doloroso pero aun estar firme en mí. Sintiendo la sensación de mis Pokéball moviéndose por mi cinturón, decidí ser más compasivo y sacarlos a ambos pese a no pedir permiso.
Riolu de inmediato se pegó en mi pierna izquierda como si se le fuera la vida en ello, mientras que Abra, el más inteligente y por tanto maduro, me miró para asegurarse de que estaba bien antes de levitar e irse lentamente a donde le lleve el viento. Quise decirle que no se fuera muy lejos, pero antes de que salieran palabras él hizo un sonido que, sentí, era de estar de acuerdo.
—... Cierto, es un Pokémon Psíquico.
Eso es muy, muy conveniente.
—Que grupo tan singular capturaste. ¡Y ninguno es de tus clásicos! Aunque no seas Red, es raro que alguien con su cara no tenga por lo menos un Pokémon con el que siempre te he visto. Ni siquiera tienes a un Espeon.
...
A pesar de que él me habló con naturalidad y con el mismo tono jocoso, pude sentir que esto era el preludio de algo más. —Desconozco cómo funciona exactamente este mundo ni tampoco sé tanto como me gustaría, pero conozco el potencial de Riolu y Abra. Y Fletching es como tener un Charizard exotico, ¿no crees?
—Flet.
Hm... No parece que le gustara mucho esa comparación. Anotado.
—Hmm. Una visión muy fría, incluso para los estándares de Red. A pesar de todos sus defectos, él trataba al mundo de las Batallas con más respeto que a cualquier otra cosa— Afilando sus ojos de una forma que no habría notado si mis sentidos no estuvieran en alerta máxima, él continuó. —Además, en nuestro mundo existe un Pikachu más temible que varios Legendarios, ¿sabes? Y creo que conoces bien esa verdad.
Me quedé un rato pensando, dudando en si valía la pena seguir esta conversación, pero al final sentí que no hacerlo era peor que decir algo equivocado: por una vez, sentí que mis sensaciones intrusivas hacia Green tenían una utilidad. —Por mucho que un Pikachu sea entrenado hasta ser un monstruo, si llevo a un Garchomp a ese nivel de entrenamiento y dedicación se convertirá en un demonio que se tragará todo.
Terremoto para todos, como diría mi sabio yo de ocho años.
—... Jejeje... Supongo que tú también eres en parte un demonio, entonces— Y con eso él comenzó a caminar hacia el frente, transmitiendo en su andar que algo, no sé qué, se le había quitado de encima. —Bueno, mucha chachara inútil, ¿no te parece? Es la hora de que ambos obtengamos respuestas. Sigueme si puedes, mitad demonio.
Siguió caminando, invitándome a entrar más profundamente en el lugar y eso intenté hacer... aunque claro, no voy a negar que tener a un Riolu pegado en mi pierna como una sangijuela lo vuelve todo más complicado.
Lo seguí lo mejor que pude, cruzando toda la arena de batalla iluminada al natural, llegando hasta el otro lado del campo, donde presumo es donde el Líder de Gimnasio espera combatientes. Seguimos de largo y, casi como si apareciera frente a mí a pesar de que siempre estuvo, una puerta blanca, camuflada con el blanco de las paredes, se abrió automáticamente hacia el interior.
Green, impoluto, entró en la oscuridad y tocó algo que hizo aparecer una tenue luz amarilla. Para cuando entré, me saludó un pasillo relativamente extenso pero no de anchura en el que habían unas cuantas puertas cuyo interior desconozco. Green siguió derecho hasta la puerta final y, tras darme una ligera mirada, la abrió para entrar ahí. Me costó distinguir qué había más allá de un escritorio, pero una vez estuve lo suficientemente cerca, me quedo claro una cosa.
—... Lo imaginaba todo menos caro.
Lo que había aquí era una oficina. No una cualquiera, sino una que irradiaba prestigio, con cuadros que representaban eventos que me eran desconocidos, antiguedades que se notaban no eran sacadas de una tienda y un espacio que se sentía casi liberador comparado a la estrechez de atrás. Con Fletching estando insensible y Riolu desinteresado, solo yo admiré una oficina que solo mi jefe, feo, tonto y rico como él solo, poseía.
—Jaja, si, no eres el primero que dice eso. Esta Región está acostumbrado a ser demasiado simple para alguien como yo— Sentándose en la silla más grande y giratoria, Green, contrario a lo que se esperaba de este lugar, abrió una lata de refresco no muy frío. —Te lo digo, ser un Líder de Gimnasio no solo era aburrido, sino que se sentía con cero prestigio. ¿La cara de la ciudad? ¿Su protector? Era solo un empleado más, y ni siquiera uno importante.
—Ya... ya veo.
Parece ser que este mundo Pokémon 'realista' también decidió meter la jerarquía laboral en esto, ¿eh? Mientras veía en cual de las dos sillas sentarme, Green siguió parloteando. —Giovanni fue un criminal y lo peor que le pasó a Kanto, pero si este era su trabajo, no me extraña que quisiera escalar. Lo entiendo por ese lado. Más cuando antes era del Alto Mando.
...
...
... Por supuesto que esa teoría TENÍA que estar de alguna forma, ¿eh?
Suspirando y tratando de no pensar demasiado en lo que significaba para el mundo y la historia de este Red el hecho de que Giovanni es más de lo que aparenta, me terminé sentando en la silla frente a Green. Él me miró curioso un segundo, pero enseguida prefirió degustar esa bebida de marca desconocida. Con Riolu escalando hasta sentarse en mis piernas, no pude evitar sentirme como un padre que habla de su hijo con el director.
... Ugh, ese pensamiento me da asco, y no por los efectos que me da Red.
Nos quedamos un rato en silencio, cada quien en su mundo, actuando como si no nos importara el otro. Incluso cuando Abra entró a la habitación levitando cual muñeco poseído y se sentó en la última silla desocupada con mucha lentitud, como si quisiera saborear el momento.
Finalmente, y tras no querer estar a merced de la primera pregunta aún, hablé. —Si te preguntas quien soy, puedo asegurarte que soy un humano normal, el más normal de aquí. Si conozco este mundo es... porque los he visto. No necesariamente a ustedes, pero sí sus historias... ciertas versiones de ellas.
Green no se inmutó ante mis palabras. Dejó de tomar su bebida un par de segundos después y se me quedó mirando con una sonrisa curiosa, mas no juiciosa. —Ya veo... No sé qué tan normal es que ya nos conocieras de antes o enfatices que no es a nosotros a quienes conoces, pero sí me pareces un humano.
—...
Tomando mi silencio como una señal para ponerse serio, habló. —Y tampoco me pareces una persona normal. Hay algo en ti que destaca, 'Red'. Cuando te veo, no solo miro a otra persona, sino también algo más. Si tuviera que describirlo... ¿como un perdedor? ¿Un asesino? No, eso es demasiado. Eres más inquietante que eso... Hm, no sé cómo decirlo, pero creo que ya sabes a qué me refiero, ¿verdad?
—... ¿Como si estuviera muerto?
—¡JA! ¡Si, eso! Pareces muerto en vida, rarito. Ni siquiera ese idiota llegó a hacerme sentir así.
Desconozco cuál habrá sido la vida de Red en su totalidad. Asumo que no fue el mejor amigo de Leaf ni tampoco la mejor persona en general. También cabe la posibilidad que haya vivido situaciones de peligro extremo aún después de acabar con el Team Rocket... pero, incluso si vivió la vida de un protagonista de videojuego, tengo el dudoso honor de haber experimentado demasiadas tragedias. Más que él al parecer.
O quizás solo me afectaron más. Los humanos de este mundo son distintos de mí. No es que diga que no son reales, pero... esa fuerza mental que tienen o ese poder que irradian con su presencia no es normal. No es de 'humanos' como yo.
—... Es un tema muy personal y no tiene nada que ver con lo que está pasando. Digamos que he vivido algunas perdidas y eso me ha quitado un poco la emoción: dejemoslo en eso— Dejando de estar más que contento con la descripción de mí, Green se me quedó mirando un segundo antes de asentir con una solemnidad que no esperaba de él.
Supongo que incluso en un mundo de fantasía y con un personaje tan establecido como él, no será un niño toda la vida.
—Bueno, cada uno tiene sus traumas. Yo no, pero no todos son tan geniales como yo— Siendo arrogante incluso cuando quiere confortarme, Green no dio tregua y siguió. —Más allá de tu sufrimiento, ¿tienes alguna idea de cómo terminaste usurpando el cuerpo de mi rival? O sea, sé que el desgraciado murió o algo así, pero eso no explica cómo acabaste aquí.
Me quedé en silencio ante esas palabras, pero no por falta de respuestas. Había mucho que quería decir, demasiado, y que desenvocarían en preguntas que ni yo creo poder responder como se debe. Más allá de Yuigahama, la otra versión de este mundo o lo que quisiera ese ser de mis sueños, supuse que había algo que tenía que decir. Una idea que me genera algo decir en voz alta por motivos emocionales que creo son convincentes.
... No quiero decirlo, pero si voy a ocultarle información, yo también debería sufrir un poquito, ¿no?
—... En mi mundo yo era un trabajador cualquiera, pero parece ser que logré generar rencores en la gente— Sintiendo un dolor fantasma al recordar vividamente ese momento, terminé mostrando la indiferencia que me caracterizó en mis últimos años de vida. —Me mataron y desperté en este cuerpo. Aparecí cerca de Pueblo Paleta y simplemente empecé a caminar hasta llegar aquí. Mi idea era tener un 'viaje Pokémon' pero al final pasó lo que pasó.
Lo expliqué un poco demasiado rápido para mi gusto, pero sentí que tenía que quitarme esto lo antes posible. Sobre todo porque, aunque sé mentir según los estándares sociales de mi mundo, desconozco si la gente aquí tiene poderes de super intuición de personajes de ficción o algo. Son fantasías por una razón.
—... Ya veo— Su tono fue seco y su expresión aún más. No tuve que ser un genio del lenguaje corporal para comprender que él sabía que algo estaba ocultando. Me preparé para recibir un aluvión de increpaciones, pero al final él cerró los ojos. Cuando los abrió, ese brillo extraño desapareció. —No te confundas. No creo nada de lo que dices: sé que me ocultas... pero supongo que no eres un hipócrita, ¿verdad?
—... No, no lo soy.
Así que yo también me quedaré en blanco, ¿eh? Bueno, supongo que es justo...
—Asi que tienes algo de conocimientos de este mundo y de alguna forma capturaste a Pokémon tan singulares en tan poco tiempo. Si, ya veo. Asi que eres así de especial— Hablando más para sí mismo, de repente los ojos de Green brillaron de forma peligrosa a su vez que dejaba apoyada con fuerza la bebida tibia. —No es imposible que algo así. Ya Red y yo vimos que este mundo es raro: tú mismo viste algo de esa extrañeza.
—...
Me entró un escalofrio cuando recordé esa zona extraña. Green lo notó y sonrió de forma un tanto preocupante. —No tenemos mucho conocimiento de qué mierda es eso o para qué existe, pero sí sabemos que no es el mundo real. Tampoco es otro mundo e incluso se ha comprobado que tiene un impacto en nuestro mundo y viceversa.
Negando con la cabeza mientras volvía a agarrar esa maldita lata, chasqueó los labios. —Ese lugar tiene un montón de nombres 'cientificos' que son más bien gustos raros de esos nerds, pero yo tengo un nombre mucho más sencillo... Infierno. Es una versión más normal y tétrica de ese supuesto Mundo Distorsión que vio la Campeona de Sinnoh.
Ese nombre suena TAN mal. De verdad, ¿qué hice en mi vida pasada para merecer todo este sufrimiento y dolores de cabeza? Cerré los ojos y bajé la cabeza, preguntándome si esto tenía que ver con esa Pokéball extraña en mi poder y si Yuigahama tiene algo que ver con todo esto. Y sin mencionar que esta versión tan rara de Red parece tener intenciones que van más allá de detener a la mafia.
Todo está conectado, eso es seguro, ¿pero cómo...?
—... Cuando recién entré a ese lugar, vi el centro de Ciudad Verde— Abriendo mis ojos y mirando a un Green insensible, traté de sumar otra pieza al rompecabezas. —Estaba oscuro, muy oscuro. Era como... como si tuviera una capa de oscuridad encima, como si las cosas no existieran en ese lugar. Era como un... agujero.
Me tragué la última palabra. Por mucho juego con el viaje multiversal que haga ahora la franquicia, tampoco me quiero arriesgar a que este sea un mundo en el que cosas como agujeros negros no existen. Sé que es un pensamiento tonto, pero... este mundo no es un mundo, si eso tiene sentido. La versión más comparable a los juegos de antes y el hecho de crear Pokémon de la nada. Que a pesar de que en ese primer mundo lo único que no cambiara fueran las batallas de los juegos.
La idea de hacer de este mundo más realista implica que no lo era en antaño. No sé si esto es una especie de Aincrad o una simulación como en Matrix, pero por más que Green se vea y actue como una persona real yo... no dejo de sentir algo en él. Algo en todos, desde Nate, Leaf e incluso el maldito Red. Un 'aura' que solo puedo comparar con estar demasiado inmerso en un juego o anime.
Esa impresión, esa irrealidad tan perfecta de todos ellos, el cómo imponen... No sé si llamarlos personajes de videojuegos les haga justicia y de hecho creo que sería escupir en todo el dolor que tenía Leaf guardado en su interior. Esa emoción cruda en su voz es, si no humana, si real, si eso tiene algún sentido.
Es... es complicado.
—Oh, eso. Si, es un poco aterrador— Comentándolo tan casualmente, Green se dejó de divagar y se empezó a beber esa bebida de marca que claramente no viola los derechos de autor. Mientras Abra miraba todo con una concentración admirable y Riolu veía todo sin entender nada, él volvió a hablar tras, asumo, beberse todo. —Si quieres una respuesta concreta que no empiece con explicaciones científicas sobre cosas que no vienen al caso, piensa en eso como 'el centro de todo'
—¿?
—Aaaah~ Por eso odiaba tener alumnos...— Afilando su mirada cual profesor a punto de empezar una explicación tediosa, comenzó la clase. —Ese Infierno existe en todos lados: cada zona que se puede explorar en este mundo la tiene, pero aunque sea muy enorme, no es infinita. En un punto, muy lejano eso si, esa especie de mundo termina y lo que ves es la nada absoluta... O eso dijo el viejo. La verdad es que mientras más lejos esté de esos lugares mejor.
Hm... Solo se me ocurre la Zona Misteriosa a la que se podía acceder en Diamante y Perla haciendo un bug raro. No creo que se la forma de llegar a Darkrai, pero si es así, pero si es algo así, entiendo lo que quiere decir con nada absoluta. Otra cosa de la comunidad agregada a la historia de este mundo al parecer.
—Suenas muy relajado con esto.
Una parte de mí cree que Green puede estar teniendo una máscara para ocultar sentimientos más profundos que no quiere mostrar. No esperaba que fuera sincero, pero con tal solo ver una flaqueza ya me bastaba... pero entonces, lo que vi en sus ojos fue, en realidad, una indiferencia tal que no podía ser otra cosa que genuina.
—Supongo que a ti te debe inquietar, pero así es nuestro mundo, ¿sabes? Claro que me asusté cuando me lo dijeron y no es que quiera verlo personalmente, pero esas zonas han existido, según investigaciones, desde antes de que existieran cualquiera de las Regiones actuales. Si no pasó nada entonces, no va a pasar nada ahora. Además...
—¿Además?
Green sonrió. No como un idiota o alguien que buscaba ser intimidante, sino con una arrogancia que no nace del desprecio, sino de la confianza. —Si de repente aparece un demonio peor que el legendario Giratina de los mitos paganos, tan solo tengo que ir y patearle el trasero. Este mundo no va a desaparecer hasta que me convierta en el mejor.
...
...
Jeje... Si... Por supuesto que Green diría algo así. Si hay un personaje de Pokémon que puede ser tan insensible y confiado en sus habilidades, ese es Green, el rival original. Para muchos, lo que representa un rival.
—Que arrogante.
Aunque desearía creer así en mí. Y no, restos de Red, su intento de lavado de cerebro no va a cambiar eso.
Green sonrió de buena gana y se tomó lo que quedaba de esa bebida menos que estelar. Mientras el ambiente se calmaba lo suficiente para darme un respiro, decidí dejarme envolver por mis Pokémon. A Riolu que miraba sin entender pero se esforzaba en hacerlo, a un Abra que parecía tener pensamientos más allá de mi entendimiento y a un Fletching preparado para la guerra.
No son humanos, pero actuan como si fueran iguales a nosotros... Así son los Pokémon, es la magia de este mundo, en donde puedes formar un vínculo tan increíble con seres que no poseen las complejidades negativas de los humanos. Son puros, no en un sentido de bondad o maldad, sino en que si quieren creer en algo, simplemente lo hacen.
... Je, parezco un niño que está intentando entender a los Pokémon. No sueno para nada de aquí.
—... Aunque tengas una parte monstruosa, parece ser que tienes una parte emocional, ¿eh? Eso me tranquiliza— Tirando la lata el cesto de basura ubicado en la esquina tras lanzarlo como si estuviera jugando baloncesto, de repente los ojos que me miraron fueron de un auténtico ser sin sentimientos. —Eso significa que no tengo que ser tan duro contigo, ser de otro mundo.
—...
—Pues bien... Hay mucho que quiero saber y tenemos mucho tiempo hasta que oscurezca. Podríamos empezar por algo sencillo, como tus planes en este mundo— Enrareciendo el ambiente hasta el punto en que mis Pokémon se pusieron en alerta, Green se puso firme en su silla. —Lo que hiciste con Leaf, a donde planeabas irte y tu razón para escapar de Nate tienen un objetivo. Quiero oirlo.
...
Bueno, estoy jodido, si.
—... No salió bien, ¿verdad?
—¿Tú qué crees?
—... No tienes que sonar tan grosero
La respuesta de Nate fue chasquear los labios y meterse en su cuarto tras un portazo que me hizo parpadear los ojos. A mi lado Tepig agachó la cabeza con tristeza y enseguida lo levanté en mis brazos para consolarlo. A pesar de ser más grande que el Tepig promedio, todavía es un bebé y encima uno sensible. Él no está para sufrir el estrés del estúpido trabajo de Nate.
Llevándolo conmigo hasta la sala de estar con la televisión prendida, me senté y dejé que se acurrucara conmigo. Dudó y aún parecía estar aguantando las lágrimas, pero de a poco mis caricias lo relajaron. Para cuando empezaron a hablar de cómo iba la Liga de Galar él ya estaba con los ojos cerrados, gozando como el bebé que tiene que ser. Ya cuando cumpla un año vamos a empezar el entrenamiento.
Mirando sin prestar atención como el tal Bede estaba teniendo un gran aumento en sus habilidades, no pude evitar pensar en lo que tenía a Nate tan enojado. En ese tipo que siempre se las arregla para ser el centro de atención.
—Red...
Él... él no es mi amigo, pero tampoco un enemigo. Tampoco le soy indiferente y de hecho siempre tengo sentimientos fuerte sobre él. Como Entrenadora lo admiro profundamente, como ciudadana estoy agradecida de lo que logró con el Team Rocket y como persona yo... ¿lo odio profundamente, tal vez? No estoy segura. Nunca he profundizado en esa idea ni quiero hacerlo.
He escuchado historias de sus peores actitudes y acciones. He visto a Leaf derrumbarse por algo que le dijo en esa horrorosa fiesta de cumpleaños que le hicimos a Silver. La forma en que se dirigió a mí en las pocas ocasiones en que nos encontramos quizás no eran tan malas para ameritar tanto odio, pero aun así no me gustó. Como Entrenadora lo admiro y todavía creo que es un héroe de Kanto pero lo odio. Le deseo lo peor.
... Me pregunto si por eso murió...
—...
Incluso si Leaf sufrió a niveles que solo mencionar ya me alteran, cuando pienso en que Silver e Ethan lo fueron a matar algo se quebró en mí. Y cuando tuvieron éxito según lo poco que sabemos yo... admito que lloré un poco: por lástima hacia un Entrenador tan increíble y que le hizo tanto bien al mundo. Es normal que me ponga triste e incluso Nate sintió algo cuando se enteró. Ha estado muchísimo más agresivo estos días.
Red se fue de este mundo como un héroe anónimo y despreciado por quienes lo conocían: para el público, para la historia que va a quedar, él es solo un Entrenador muy fuerte que era una basura de persona y que un día simplemente desapareció. Habrán teorías de que alguien le hizo lo peor y seguro habrá más de un comentario horroroso sobre lo que piensan de eso, pero definitivamente es un final muy triste hasta para él.
... Pero entonces, de repente, está vivo. De repente camina diferente, habla diferente y tiene Pokémon nuevos. De un día para otro el Red que vivió, que conocí, se murió y en su lugar vino alguien que claramente no es él según lo que le vi en las calles. De repente fue amable con Leaf y aceptó cortar lazos con ella. De repente se ve más muerto y a la vez más vivo que nunca.
De repente ya... ya no es Red. Es otra persona.
... Y aun así, parece ser que la idea de que el auténtico Red siga aquí no es cero.
—... Aaaah~ Esto es horrible— Ya con Tepig dormido, decidí expresarme aprovechando su sueño tan profundo. —¿Qué diablos es todo esto? ¿Desde cuando mi vida se volvió una película sobrenatural? Esas cosas se tienen que quedar en Pokéwood.
Y encima quieren que vuelva a hacer otra película, aún cuando terminamos de rodar la última hace unas semanas. ¡Ni siquiera es que sea una actriz de verdad! Solo lo empecé porque era divertid-No, deja eso, Rosa. Concéntrate en esto.
—Tengo que hacer algo.
Sé que Nate quiere hacer esto solo: ya bastante tuve que rogar para que me dejara ser su asistente. Entiendo que para él esto no es un trabajo cualquiera, sino algo personal... pero como 'socios', no puedo NO hacer nada. Se lo debo después de que él rompiera sus códigos y encubriera mi pasado. Necesito devolverle el favor... y también quiero aprender más de este caso.
Hm... ¿Tal vez debería hablar directamente con 'Red'? ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Bueno, aquí termina el capítulo. Un capítulo que sigue siendo de transición, pero al menos siento que en este las cosas que sucedieron fueron más numerosas. Si, quizás la charla con Nate fue mejor que todo esto, pero creo que el capítulo en conjunto fue mejor aquí. Espero piensen lo mismo.
Aparte de lo obvio de que si, esta es una historia con muchísimas preguntas como casi todas las que hago, vale la pena aclarar que, a diferencia de las anteriores, no necesariamente todo el foco estará en Hachiman. Si, él es el protagonista y creanme que vivirá un montón de experiencias, pero debido a que este es un crossover, me centraré muchísimo en los personajes de Pokémon, que son la mayoría por obvias razones. Por eso notarán que ya se van abriendo varias historias además de la principal.
Red, Green, Nate, Rosa, Leaf e incluso los Pokémon... Creo que ya voy dejando pistas de que ellos van a tener sus tramas relacionadas con Hachiman. Sé que como la mayoría vienen de Oregairu eso no les llama mucho, pero como es un crossover y encima de algo tan querido para mí como Pokémon, no puedo no darles el amor que merecen. Sobre todo a ciertos personajes.
El siguiente capítulo también será de transición, aunque funcionará más como un pequeño epilogo de todo este mini-arco extraño que está por todos lados. No tendrá las diferenciaciones de Volumenes o Sagas, pero tomen el siguiente capítulo como el final del comienzo de la historia. Aparte de establecer bien la situación de Hachiman en este mundo, también servirá para contar un poco más en profundidad qué diablos vivió en su mundo antes de venir aquí.
Ah, y claro, ya dije que esto es harem. Sé que pareciera que todas mis historias son harem, pero muchas lo tienen de broma o con elementos raros: esta es la primera vez que sinceramente quiero hacer una historia harem. Les repito por si todo el drama denso de estos capítulos se los hizo olvidar.
No diré quienes y desde ya les aviso que no, no porque Hachiman se relacione intimimamente con una chica entonces significa que está en el harem. Es un harem mediano, de cuatro a seis posibles, por lo que ya pueden ir desestimando cosas como que solo van a ser las chicas de Oregairu junto con Leaf o alguna otra Pokégirl extra. Tampoco es que vaya a jugar con la idea como Enseñando a amar, pero quiero ver si pueden ir viendo qué chicas estarán involucradas.
Y no, el hecho de que algunas Pokégirls estén como protagonistas no las vuelve automáticamente heroínas. Diablos, está Leaf ahí, por el amor de dios.
En fin, sin más que decir, nos vemos la próxima, que espero sea antes de mi cumpleaños.
