Duo llegó quien sabe a donde fregados de tanto que corrió y corrió para alejarse de Heero, estaba todo agotado y cansado y sin nada de dinero porque se le olvidó llevar y no sabía ni donde estaba porque no conocía esa parte de la ciudad
Notó que no traía tampoco el celular y ni como comunicarse con nadie para poder llegar de regreso a donde estaba su casa o con algún conocido nada
Así que decidió caminar y caminar lento, pensando en lo que pasó, en Heero diciéndole todas esas cosas de que le gustaba y eso, pero también de que ahora lo quería y que por si fuera poco lo quiso desde hace tiempo, ahora el trenzado se sentía todo confundido
—Creo que es verdad, también me gusta —pensó mientras caminaba y por ir bien distraído ni cuenta se dio que chocó contra alguien y cayó al suelo todo golpeado, sobándose las nalgas debido al golpe que se dio contra el piso
—Perdóname por favor —una voz bien varonil lo hizo levantar la cabeza, un hombre súper guapo le ofrecía la mano, era algo y de cabello bien rubio y largo, más que el suyo — ¿Te lastimé?
—No —respondió nervioso y aceptó la mano
Cuando se puso de pie vio que ese hombre estaba más alto que él, Duo por algún motivo se sonrojó todo aunque a él no le gustaban específicamente los hombres pero nunca había visto uno asi en toda su vida, parecía Dios griego
—Por favor, déjame hacer algo por ti —habló con voz elegante y extendiendo su mano —Mi nombre es Milliardo
—Mucho gusto —respondió agarrándole también la mano
El saludo fue demasiado prolongado
—Creo que si puedes hacer algo por mí
—Dímelo y te complaceré
—Es que estoy perdido —dijo algo nervioso por la mirada atractiva y la sonrisa de aquel hombre tan guapo a quien le costaba trabajo estarlo viendo a la cara —Quiero saber si me puedes llevar a casa, salí sin dinero para un taxi
—Claro que sí, mi auto está a unas calles de aquí, vamos
Le indicó donde y que lo siguiera y Duo caminó a su lado, platicaron como si se conocieran de algún tiempo y Milliardo lo llevó hasta su casa
—Es aquí, muchas gracias
—Fue un placer ayudarte, después de todo hice que te calleras
—No, eso fue mi culpa —admitió Duo —Estaba todo distraído —rascó un poco su cabeza porque estaba nervioso
—Por cierto ¿puedo tener tú número? La verdad es que me gustaste un montón —confesó por sorpresa y Duo no se lo esperaba, se sonrojó todo por completo
—Este —todo nervioso no sabía ni que responderle al galante hombre —Claro, te lo guardo en tu celular, me marcas y así guardo el tuyo porque ahora no lo traigo conmigo
—Está bien —sonrió coqueto, Duo se volvió a sonrojar porque no sabía que le pasaba
Si ya estaba admitiendo que le gustaba Heero, pero ahora aparecía este hombre y lo hipnotizaba y no sabía que hacer, era la primera vez que le sucedía algo así
Duo guardó el número y bajó del auto
—Te invitaré a salir un día de estos —dijo directo y hábil como siempre, esa característica le estaba gustando mucho al trenzado
—Estaré esperando tu llamada —sonrió y se despidió con la mano
El hombre se alejó feliz porque conoció a un chico lindo. Luego Duo emitió un grito interno, ni siquiera le preguntó su edad y ya estaba pensando en cosas extrañas, se sintió algo avergonzado por eso
La puerta de la casa se abrió rápido y Heero salió sorprendido porque alcanzó a ver el auto por la ventana, Duo lo miró y estaba muy sonrojado porque lo descubrió
—Duo ¿Quién era esa persona? —preguntó su hermanastro todo frío y serio como siempre estaba
—Un amigo —respondió tajante y nervioso, le pasó por un lado y subió rápido a su habitación antes de que Heero subiera y quisiera platicar con él así que se encerró
—Ninguno de sus amigos maneja ese auto —pensó Heero todo preocupado, no sabía lo que estaba sucediendo ni porque Duo estaba actuando así de raro, pero le daba mala espina
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