Desde que conoció a Milliardo, a Duo no se le salió de la cabeza que él era un buen hombre para que dejara de pensar en su amor prohibido por Heero, aunque no compartían lazos de sangre, él era su hermano, sus padres los adoptaron para que fueran hermanos, por lo que otro tipo de relación era anti natural, es lo que tenía Duo en su mente

Como le dijo a sus amigos, el trenzado llamó a su nuevo prospecto y lo invitó a salir, él no se negó, ya que él también tenía muchas ganas de ver a Duo, porque le gustó muchísimo y quería algo con él, aunque sus intenciones no eran del todo sanas, pero eso él no lo sabía, Duo no tenía mucha experiencia en el amor y las relaciones humanas, aunque había salido con chicas, pero salir con un hombre pronto descubriría que no sería lo mismo.

Milliardo hizo una reservación para que fueran a comer el sábado, ya que Duo no tenía escuela. Salió de su casa con cautela, escondiéndose de Heero, pero su hermano era muy hábil para esconderse, además las palabras que le dijo su amigo Wufei lo preocuparon mucho, no quería que Duo fuera engañado por alguien, además de ser mayor que él, aunque Duo no fuera ningún niño, de todos modos, estaba Heero preocupado por su seguridad

Duo vio asombrado el lujoso restaurante al que fue llevado, Milliardo lo recibió con una gran sonrisa en el rostro

—Debí vestirme más apropiadamente —dijo Duo apenado, pues no se sentía tan elegante como el lugar o como iba su acompañante vestido

—Estás perfecto —respondió sonriendo, abrió la silla para Duo y cuando se sentó la cerró, volviendo a su silla

—Espero no estés intentando apantallarme, no soy fácil de impresionar —habló muy seguro de sí mismo pero la verdad es que si estaba asombrado por aquellos detalles

—No creo que seas un ingenuo, solo quiso que la primera cita fuera inolvidable —respondió con gran habilidad

—Vaya —expresó sorprendido, Milliardo si que era un galán de primera.

Ordenaron sus comidas y después comenzaron a hablar para conocerse mejor

Mientras tanto, afuera del restaurante, Heero observaba a la posible nueva pareja, sintiéndote terriblemente celoso, ese hombre era guapo, alto, galante y además tenía mucho dinero, seguro él no tenía tantas cosas para ofrecer a Duo, además que este lo estaba rechazando.

—Tal vez Wufei exagera, tal vez él va en serio con Duo ¿Quién soy yo para interferir en sus decisiones de con quién estar? —analizó en su mente, sintiéndose de pronto muy mal

Heero se quedó ahí, vigilando un poco sin ser visto. Pasaron casi dos horas y sonó el teléfono de Milliardo, él pidió permiso para levantarse y responder, así que salió del restaurante, Heero se aprovechó de que no se conocían y se puso a escuchar la conversación, del otro lado se oía la voz de una mujer joven

—Lo siento mi amor, debí llamarte —dijo él tratando de sonar convincente— Surgió una junta de sorpresa y tuve que venir, pero ya mero acaba

—Tiene pareja —pensó enojado Heero, casi a punto de soltarle un golpe

—Sí mi amor —sonrió cínicamente— Eso sería estúpido, sabes que eres la única a la que amo mi amada Lucrezia, por eso me casé contigo ¿no?

—No es solo su novia, es su esposa —pensó enojadísimo, ese sujeto se quería burlar de Duo

—Esta noche te llevaré a cenar, pero primero debo desocuparme de estos asuntos, nos vemos en casa mi amor —se despidió con un beso

—Es un bastardo —musitó molesto Heero

—Perdón ¿me dijo algo? —preguntó el rubio platinado a Heero, pero él negó— Con permiso —guardó su teléfono y regresó a la mesa

Continuaron charlando mientras comían el postre, Heero se ahogaba del coraje, no iba a permitir que le vieran la cara así a Duo. Si las cosas fueran diferentes se haría a un lado por el bien de la felicidad de su hermanastro, pero siendo las circunstancias así, no los dejaría estar juntos.

Salieron Milliardo y Duo, subieron al auto del primero y se fueron hacia la casa de los Yuy, Heero en cambio tomó un taxi para llegar al mismo tiempo.

Afuera junto a la puerta, los dos se estaban despidiendo

—La comida fue muy rica, gracias por invitarme

—Gracias a ti por aceptar —sonrió galante y le acarició la mejilla

—Ojalá, podamos vernos de nuevo —Duo también sonrió, sonrojándose después, la mirada de su cita sugería que iba a besarlo

—Así será —dijo y luego se acercó lentamente a Duo, cerrando los ojos, el trenzado también cerró sus ojos y entreabrió los labios, dispuesto a ser besado

—Buenas tardes —interrumpió Heero antes que los labios se tocaran

Ninguno de los dos sospechó que él estuvo vigilando para llegar en el momento indicado, Duo entornó los ojos con fastidio, que molesto era Heero

—¿Nos disculpas? Estábamos despidiéndonos

—Métete a la casa Duo —ordenó enojado el moreno

—¿Qué? No eres mi papá —respondió casi echando humo, luego miró hacia su cita— Él es mi hermano

—Mucho gusto, es un placer —habló galante Milliardo, mirándolo con curiosidad porque casualmente era el mismo tipo del restaurante

—No puedo decir lo mismo —respondió sin contestarle el saludo, mejor se cruzó de brazos

—Grosero —regañó el trenzado

—Nuestros papás me pidieron cuidarte, así que cállate y entra

—Está bien —comentó a regañadientes, luego miró a Milliardo— Llámame

—Lo haré —esta vez desistió del beso en la boca y besó la mejilla de Duo— Con permiso —miró con desconfianza a Heero y volvió a su auto, cuando se fue, el trenzado miró bien feo a él

—¿Te volviste loco? —preguntó enojado, luego entró a la casa

Heero también entró, no estaba menos molesto

—Te está engañando —le explicó, pero eso confundió más a Duo

—¿Qué? ¿Cómo sabes? ¿acaso eres detective?

—Lo escuché hablando por teléfono, está casado

Lejos de molestarse por oír eso, Duo, se enojó porque se dio cuenta que los estuvo siguiendo hasta el restaurante, además de que obviamente creía que estaba inventando eso

—Mientes

—¿Por qué haría eso?

—Porque —se quedó mudo unos segundos— Por aquello que me dijiste

—No estoy inventando porque me gustes, es porque es cierto, lo escuché

—No tenías derecho a espiarme, nos seguiste hasta allá, eres un enfermo —regañó todo enojado

—Él es el enfermo, tiene esposa y anda conquistando muchachitos tontos como tú —espetó de mala gana, pero es que estaba muy preocupado por él

—Tú eres el muchachito tonto —arremetió contra él, dándole un puñetazo en la cara

—Golpéame lo que quieras, eso no cambiaré el hecho que se están burlando de ti —lo miró de forma triste, o eso parecía porque su mirada también era fría, y estaba molesto porque Duo prefería creer en un completo extraño que en él

—Déjame en paz —subió corriendo hasta su habitación y se encerró ahí, sintiendo deseos de llorar, pero era un hombre y se evitaría eso, Heero era un idiota.

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Esa tarde de sábado, Trowa y Quatre salieron de día de paseo, hace mucho que no tenían una cita porque Barton no era de mucho dinero, la familia de Quatre sí, pero cuando se juntó con Trowa desafió a su padre y este lo desheredó, porque no iba a tener un hijo homosexual, eso le había dicho

—Soy muy feliz cuando estoy contigo —dijo sonriente Quatre, que tenía la cabeza acostada en las piernas de su novio y él le acariciaba el cabello

—Yo también —lo miró con dulzura, eso el rubio lo veía como sonrisa, porque su novio no era muy expresivo, pero siempre lo veía con ojos brillantes y llenos de amor

—¿Sabes? Estoy preocupado por Duo, el miedo que tiene por sus sentimientos hacia Heero creo que lo está llevando a tomar malas decisiones

—Pienso igual —concordó Trowa— Creo que debemos hablar con Heero, seguro él también está muy preocupado por él

—Cierto, hagamos eso —sonrió de nuevo hacia Barton— Me encanta que concordamos en todo mi amor

Trowa se agachó y besó con suavidad los labios de su novio, se sentía muy feliz de tenerlo a su lado, no podía siquiera imaginar lo que sería su vida si lo perdiese.


Gracias por leer este fic, volví con un capítulo, espero les guste