Esa tarde que Heero regresó de la escuela no pudo hablar con Duo que se había encerrado en su habitación desde que llegó. Aunque los padres preguntaron qué es lo que le pasaba al trenzado, su hermano mayor no pudo responder

Poco después de la comida, a la que Duo no bajó a comer, los papás de los dos se fueron de la casa para atender un asunto relacionado con el padre, ya que los dos eran socios en ese negocio se fueron juntos, dejándolos en la casa

En cuanto se fueron, Heero aprovechó y fue a la habitación de su pareja, pero a pesar de llamar y llamar a la puerta, Duo no abrió, tampoco respondió, así que él se quedó afuera para hablarle

—Escúchame Duo, tenemos que hablar, abre —pidió muy preocupado por él

—Ya vete, no ahorita —respondió al fin, dignándose a hacerlo pero no sonaba muy amigable

—Escalaré por la ventana y abriré con un desarmador, ahorremos tiempo —dijo todo decidido, él no quería dejar las cosas nomás así, también sabía que Duo era muy testarudo.

Sin más remedio que por fin hacerle caso, Duo abrió al fin su habitación. Se miraron de frente

—¿Puedo pasar?

—Lo harás de todos modos —respondió encogiendo los hombros

Tal como lo dijo, Heero se abrió pasó y entró en la alcoba, quedándose cerca de la puerta, pero Duo se alejó y se sentó en el marco debajo de la ventana, mirando hacia él

—Dime

—¿Qué pasó en la escuela? ¿Por qué te fuiste corriendo?

El trenzado se quedó callado, apretando con fuerza los bordes de la ventana y mirando al suelo, pero no respondió incluso cuando pasaron casi dos minutos

—Duo mírame

Como si hubiera sido una orden, el mencionado levantó la vista y lo observó, Heero se dio cuenta que miraba con miedo aunque no supo a qué le tenía miedo ¿sería a él?

—¿Es correcto lo que hacemos?

—¿Otra vez con eso? Creí que habíamos hablado suficiente, incluso dijiste que estabas listo

—Lo sé, en verdad lo sé, es que —se quedó callado un momento— En la escuela están hablando

—¿Y qué? ¿Desde cuándo te importan esos tontos?

—No lo entiendes —levantó un poquito la voz— Se burlan de nosotros, les damos asco

—¿Y tú? ¿sientes asco de lo que hacemos? ¿De ti y de mí juntos como pareja? ¿Sientes asco de mí? —confrontó enojado, estaba cansado del mismo tema

Heero que casi siempre era callado y frío, estaba al borde de dejar de ser él mismo, estaba cansándose de las dudas y que Duo se dejara influenciar

—Yo, es que

—Deja de hacer que perdamos el tiempo, si ya no quieres nada, dímelo y me iré cuando la escuela termine, me independizaré y te dejaré de molestar

Alrededor de Duo todo dio vueltas, escuchar a Heero decir eso fue horrible, él no quería perderlo, dejar de verlo imposible, que se alejara para siempre, no quería nada de eso, todo aquello le asustaba más que el hecho de estar ambos contra el mundo, viviendo un amor prohibido

Sus pies se movieron solos, no supo ni en qué momento llegó hasta Heero y se aferró a su cuello, apretando el cuerpo contra el otro, en un abrazo mortal y fuerte, en el que su propio cuerpo estaba temblando, aterrado de miedo

Heero no lo dudó, se abrazó con fuerza a la cintura de Duo y lo apretó tan fuerte que sentía que su cuerpo y el ajeno eran uno solo. Se abrazaron con tanta fuerza que no se querían soltar jamás

—Nunca, no te vayas, no me dejes, te amo

—No quiero dejarte, quiero que dejes de tener dudas —respondió escondiendo su rostro en el cuello de Duo

—Tienes razón, son unos tontos —lo soltó por fin y sin separarse demasiado se miraron a los ojos— Sus risas, sus miradas, las burlas cuando me tomaste el brazo, todo eso me sofocó, tuve miedo —confesó

—Vayámonos lejos —sonrió un poco, casi sin que se notara— Solos tú y yo

—Debemos terminar la escuela, se lo debemos a ellos, la familia que han querido siempre —habló refiriéndose a los señores Yuy

—Entonces cuando cumplamos 18, nos iremos

Esta vez Duo asintió con su cabeza y sonrió, sintiendo que su corazón latía con mucha prisa, se acercó a Heero y le agarró el rostro, dándole un beso en la boca

Heero le correspondió, acercándose de nuevo a él, lo agarró de la cintura y se besaron lentamente, concentrándose en el beso, sin darse cuenta que sus pasos se movieron hacia la cama, hasta que toparon con el borde y cayeron en el colchón

—Te necesito —susurró el trenzado sobre los labios de Heero, que se habían separado de los suyos para respirar agitados

—¿Estás seguro? ¿Ahora?

Duo levantó un poco la cabeza y tomó la boca de Heero, se besaron, al separarse el trenzado asintió, su rostro estaba todo rojo

El otro no respondió, se levantó del cuerpo de su hermanastro y caminó hacia la puerta de la habitación, mientras Duo lo observaba cerrarla y colocarle el seguro, se mordió el labio inferior

Luego de eso, Heero caminó a la ventana y cerró las cortinas, era de día y aún se veía muy bien, pero se oscureció un poquito, aun así no prendió la luz, avanzó hacia la cama

Duo se sentó y cuando Heero se volvió a subir en la cama, de rodillas, le sujetó el rostro y se besaron en la boca, primero despacio, luego con pasión

Heero se separó y se quitó la camisa, luego se la quitó a Duo y se besaron otra vez, acostándose poco a poco en la cama, el trenzado quedó abajo, sintiendo el peso del cuerpo del otro, lo abrazó por la espalda mientras aún se besaban

El de ojos violetas sonrió tímido cuando sintió la mano de Heero en su pantalón, desabrochándolo con urgencia, luego metiendo la mano por debajo de la ropa interior, Duo suspiró profundo cuando sintió que le agarraba su sexo y se mordió los labios para no gemir

La boca de Heero ya no estaba en la suya, pero le devoraba el cuello con pasión, dirigiéndose hacia abajo, lentamente pasó por el pecho, degustó sus tetillas una a una, logrando que soltara múltiples jadeos, mientras su pene se endurecía cada vez más

El resto de la ropa de los dos cayó al suelo, ya no había nada que pudieran mostrar al otro, sus cuerpos desnudos ante los ojos del otro, sus pieles unidas, rozándose mutuamente mientras se besaban y se tocaban

Heero se levantó, solo para volver a besarlo, bajando sus labios en línea recta, Duo se mordió los dedos cuando sintió la boca en su miembro duro, con vergüenza miró hacia abajo y la mirada de Heero chocó con la suya, mientras bajaba y subía, regalándole el mejor sexo oral de su vida

Gimió cuando el chorro salió de él y llenó la boca contraria, por segundos los sentidos le faltaron y casi perdió el oído, no podía escuchar sus propios jadeos. Cuando abrió los ojos, Heero había vuelto hacia arriba y lo observaba conmocionado

Duo sonrió, con los ojos brillándole, había quedado satisfecho de esa forma, bajó la mano y tocó a Heero, que estaba ya bastante duro también, compartieron mirada, el trenzado le acarició después los labios, luego asintió

No hicieron falta las palabras, porque Heero lo supo, Duo quería que lo penetrara y lo quería ya, él también estaba deseoso por entrar en él, hacerlo suyo por fin, así que no lo dudó, se levantó poquito para sujetarle las piernas, las abrió y entrelazó con sus brazos, acercándose más

Se miraron a los ojos en todo momento, mientras Heero entraba en él poco a poco, despacio y sin urgencias, hasta que la carne de sus cuerpos quedó unida en la zona pélvica. Duo se aferró a la espalda de Heero y enterró sus uñas en ella

No era su primera vez, pero para él era como si sí, porque lo que hizo con Milliardo no lo disfrutó, no fue bonito y no lo quería recordar. En cambio, con Heero quería recordar cada segundo en esa cama, sentir cada centímetro entrar poco a poco hasta llenarlo

—¿Estás bien? —susurró Heero en su oído, no quería empezar a moverse

—Mejor que nunca —respondió con un quejido, la voz temblándole— Muévete

La orden tan directa y sin dudas fue acatada por Heero sin dudarlo, se comenzó a mover de forma suave y lenta, el interior caliente de Duo era lo mejor que había sentido en mucho tiempo, estaba a punto de enloquecer, pero estaba conteniéndose, porque el trenzado no tenía mucha experiencia

En cambio, Duo estaba delirando de placer, no sabía si Heero era tan bueno o si era su amor por él haciéndolo sentirse tan bien, pero no quería que terminara, sentir a Heero invadirle de esa forma, rozando todas sus paredes anales, las que sentía se contraían y lo succionaban

Los gemidos inundaron la habitación, el sudor en sus cuerpos haciendo que el roce de sus pieles emitiera un sensual sonido. La pasión adolescente de dos hombres sobre esa cama estaba por terminar de estallar y en medio de la culminación se dieron un húmedo beso

Heero explotó su semilla dentro de Duo, ni siquiera habían pensado en usar condón, todo fue tan rápido y natural que jamás la idea llegó a sus mentes

Dejaron de besarse y Heero aun se movió un poco dentro de Duo después del orgasmo, después se comenzó a salir poco a poco, el trenzado sintió su trasero mojado, el semen resbalaba hasta la sábana pero no importó para nada, se sintió lleno y pleno, satisfecho de nuevo

Al salirse, el de ojos azules se puso al lado de Duo y se dieron otro beso, luego él se acurrucó en su pecho, escondiendo el rostro, avergonzado por completo, pero no arrepentido. Heero también lo abrazó pero por la espalda, comenzando a acariciársela, se quedaron callados un momento

—Gracias Heero

—¿Por qué?

—Por devolverme a la realidad, que quiero estar contigo, que te amo y que quiero hacer esto contigo por el resto de mi vida —confesó emocionado

—Gracias a ti, por no rendirte

Duo sonrió amplio, lleno de emoción, casi a punto de llorar, pero de la felicidad, nunca creyó que hacer el amor con Heero se hubiera sentido de aquella manera, tan plena. Cerró los ojos y no tardó en quedarse dormido

.

En el pequeño cuartito donde vivían Trowa y Quatre, el rubio estaba sentado en el suelo de la habitación donde dormían, su novio había ido por algo de comer mientras él esperaba, mirando los papeles que el abogado le había llevado

Tenía más mensajes sin leer de su hermana, había decidido no hablar con ella, lo pensó mucho y estaba convencido de que ellas no tenían las mejores intenciones, aunque una parte de él quería creer que sí, que podían volver a ser una familia feliz

La puerta se abrió y entró Trowa, que había comprado un poco de arroz frito con pollo, ya que era de lo más barato que podían encontrar

—¿Todo bien amor? —preguntó el de ojos verdes

—Sí, ven acá

Trowa obedeció, sabía que su novio quería un beso, así que se agachó y se dieron un beso rápido en los labios, luego el rubio sonrió

—Lo decidí, no hablaré con mi hermana —informó al otro

—¿Seguro? —preguntó mientras sacaba la comida de las bolsas

—No realmente —admitió torciendo un poco la boca— Pero creo que si ellas pusieron distancia conmigo es por algo

—Ya veo —comentó serio

—¿No estás de acuerdo?

—Te lo dije, te apoyaré lo que decidas, además, es lógico lo que dices —esta vez lo miró con amabilidad— Eres muy bueno Quatre, amo eso de ti, pero también debes pensar primero en ti mismo, me alegra que estés tomando una decisión que te ponga primero a ti

—Por eso te amo —sonrió ampliamente y se levantó del suelo, dejando los papeles en otro lado— Gracias por apoyarme en todo —lo abrazó por la cintura

—Siempre, también te amo —dejó de sacar las cosas y lo abrazó por la espalda— Lava tus manos, vamos a comer

—Sí —contento se alejó y fue al baño a lavarse, mientras Trowa lo hizo en la cocina

El rubio volvió después

—¿Has hablado con Duo? Por cierto

—No responde mis llamadas —respondió Quatre— Pero sí me preocupa

—Mañana lo veremos, hay que darle espacio

—Sí —sonrió amplio de nuevo— Estoy tan feliz de tener el mejor novio —expresó volviendo a abrazarlo, Trowa estaba de espaldas sacando dos platos

—Gracias —contestó, pero el otro seguía sin soltarlo— Quatre —murmuró cuando sintió que la mano derecha del rubio le tocaba la entrepierna por encima del pantalón

—Eres tan sexy, no tengo la culpa

—Comamos primero

Quatre no respingó y lo soltó, avanzando al pequeño comedor de dos sillas que tenían, Trowa puso los platos enfrente de cada una y se sentó, luego lo hizo el rubio, ambos se sirvieron de comer

—¿Sabes? Creo que venderé esa casa —comentó de pronto

—¿Y eso?

—Es enorme, no la necesitamos

—Es verdad —estuvo de acuerdo el más alto

—Además, me gusta vivir contigo en un pequeño espacio, así que compraremos algo un poco más grande que este sitio —comentó con entusiasmo— Quiero un lugar chico, pero con mucho amor

—Lo que tu desees está bien, yo solo quiero estar contigo, si es una habitación o una mansión, mientras estés tú —dijo sinceramente, Quatre se sonrojó

—También pensé en invertir el dinero, pero quiero disfrutarlo contigo, hagamos viajes

—Vaya, tienes muchos planes

—Es una mansión enorme, se venderá a buen precio, no tendremos que trabajar nunca

—Bueno —interrumpió un poco— Yo si quiero trabajar, no seré un mantenido

—Amor, puedes hacer lo que quieras, es obvio —rio discretamente— Es solo que no tendremos que padecer carencias, es triste cuando apenas tenemos para comer

Quatre miró con tristeza la mesa, aunque ese día si tuvieron para comer, tampoco era un gran manjar, apenas alcanzaba para saciar el hambre

—Perdóname por no hacer más por ti, dejaste los lujos por esto

—Espera, no estoy reclamando nada —aclaró enseguida, levantándose de su silla— Yo quise esto, es solo que aún somos jóvenes, no es tu culpa, no nos contratan en buenos empleos

—Sé que no me culpas, soy yo quien se siente culpable

El rubio se sentó en sus piernas y se abrazó a su cuello

—Todo va a cambiar amor, ya verás

Trowa correspondió abrazando a su novio por la espalda, pero respondió, miró en silencio los papeles al otro lado, sintiéndose mal consigo mismo por no haber hecho por Quatre todo lo que prometió cuando este dejó a su familia

Ahora las cosas estaban por mejorar, pero no fue porque él pudiera hacer algo, sino por la herencia de su mamá, así que estaba enojado consigo mismo por sentirse tan inútil, quería darle a Quatre todo lo que se merecía.


Hola. Después de muchísimo tiempo tengo capítulo, espero les guste, dejen comentarios