Como cada domingo, Duo durmió hasta que su cuerpo le indicó que había pasado demasiado tiempo y era hora de despertar. Para cuando abrió sus ojos, se encontraba solo en la cama
Talló sus ojos y salió de sus aposentos, vistiendo solo su ropa interior, bajó al primer nivel y ahí encontró a Heero acomodando la sala, limpiando un poco aquí y allá, en automático el trenzado sonrió muy amplio
Pensando que sin duda, tenía al mejor novio, era bueno, atento, un amante apasionado, sabía cocinar y encima estaba acostumbrado a limpiar, era ordenado y pulcro, no le encontraba ningún defecto
—¿Qué pasa? —preguntó Heero cuando notó que Duo lo miraba demasiado
El trenzado se acercó a él, lo abrazó por el cuello y le arrebató un beso caliente que lo dejó sin aliento, Heero estaba sorprendido
—Acabas de despertar —dijo como si le tratara de decir que era temprano para esas cosas
—No lo pude evitar —de nuevo una gran sonrisa mostró— Te amo demasiado
El mayor asintió y le acarició la mejilla, sin responder después le agarró la mano, llevándolo hacia la cocina, donde había comida servida en un plato, tapada para que no se mosqueara, aunque ya estaba un poco fría
—Come
—Lo calentaré un poco
—Lo haré por ti —impidió que lo hiciera, sentándolo en la silla del comedor
Duo miró a su novio marcharse y no dejó de sonreír, si Heero seguía mimándolo así terminaría malacostumbrándolo demasiado, aunque no se quejaba de eso, estaba feliz.
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Dentro de la pequeñita casa, Quatre volvía del mercado, había ido por cosas para preparar comida para toda la semana pero también aprovechó para llevar otras cosas, pero fue solo, aprovechando que Trowa seguía durmiendo
—Fuiste sin mí —comentó el castaño a su novio cuando entró
—No te quería despertar, estabas descansando
Su explicación no fue creída por el otro
—¿Sigues enojado?
—No estoy enojado —respondió todo serio— Te digo la verdad, no quise molestarte
—Desde que vivimos juntos, siempre hemos ido los dos por las compras
—No hemos estado en finales desde que comenzamos a vivir juntos —contestó mientras sacaba las cosas de las bolsas— Estudiaste mucho, pensé que estarías cansado, es todo
—Quatre, mírame mientras hablamos
Se acercó a él el más alto, lo tomó de los hombros y lo volteó hacia él para que lo mirara, el rubio lo hizo, pero estaba muy serio
—Te lo diré siempre que lo sienta, te amo ¿entiendes? Me duele que estés distante conmigo, siempre has sido honesto
Quatre tardó en responder, desviando su mirada unos momentos
—Estoy muy decepcionado Trowa, también te amo, pero no puedo estar de acuerdo con tu forma de actuar
—¿Mi forma de actuar? —preguntó confundido— ¿Cuál es esa forma?
—Que estés celoso o molesto, no sé, por el asunto del dinero
—Ya te dije que no es así
—Y yo también ya dije que no te creo —respondió enojado— Me pediste honestidad
—Así que eso piensas de mí, que soy un envidioso, un resentido —sonrió con sarcasmo— No serás el único decepcionado de su novio, creí que me conocías.
También molesto, Trowa se alejó de Quatre y salió de la casa, cerrando la puerta con fuerza, como jamás había hecho antes, el rubio se sintió mal por haber dicho las cosas que dijo, sus ojos se nublaron y comenzó a llorar, no podía creer que su relación estaba pasando por esa crisis.
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Mientras que en la casa de los Yuy, las cosas estaban siendo muy diferentes, justo después de haber comido algo, Duo no se pudo resistir más y sedujo a su novio, así que subieron a la habitación. Ambos habían acordado que respetarían la casa de los Yuy y que solo harían el amor en alguna de las dos habitación, jamás en otro lugar
Al terminar de amarse, descansaron un poco de rato en la cama y después se levantaron, se pusieron ropa y se pusieron hacer algo de limpieza, aunque Heero hizo casi todo, dejó que Duo se encargara de las plantas del jardín y de lavar la ropa, así como las sábanas de todas las camas
Terminaron alrededor de la una de la tarde, ambos completamente cansados, pues además del sexo, hicieron mucha limpieza, así que los dos estaban tumbados en la sala, cada uno en un sillón distinto, en sus teléfonos celulares
—Heero —canturreó Duo
—¿Qué pasa? —apartó su cara del teléfono
—Tengo hambre ¿preparas algo? —sonrió descaradamente— Sabes que yo quemo todo
—¿Qué te apetece? —cuestionó sin dudar
—Tepanyaki —mostró más sus dientes al sonreír— Como el que preparaste a mamá en su cumpleaños
Heero miró muy fijo a Duo, este no entendió por qué
—¿Qué pasa?
—Nada —negó con la cabeza— Creo que es la primera vez que la llamas Mamá con esa naturalidad
—Es verdad —admitió sorprendido— Quise decir, tú mamá
—Nuestra mamá —expresó sin dudarlo
—Cierto —sonrió con tristeza— Es solo que si admito eso, se siente extraño que tú y yo…
—Duo, si compartiéramos sangre ¿habrías aceptado esto? —preguntó con curiosidad
—Si compartiéramos sangre dudo que sintiera amor como este por ti —rio discretamente— Es pervertido
—Lo es
Ambos se rieron, aunque Heero no solía reír mucho
—Por fortuna no compartimos sangre —se levantó del sillón
Heero se sentó en el sillón donde estaba y cuando Duo llegó a él se le sentó en las piernas, abrazándolo por el cuello, se dieron un beso
—Gracias por haberlos convencido de adoptarme, solo así pude conocer el verdadero amor
Volvieron a darse un beso. Segundos después tocaron la puerta, ambos se sobresaltaron
Seguro no eran los señores Yuy, porque ellos tenían llave, pero no esperaban a nadie, ninguno de los dos, así que se sintieron confundidos, Heero fue a abrir
Del otro lado estaba un afligido Quatre, tenía los ojos llorosos, Duo se acercó a la puerta rápido cuando escuchó su voz saludando a Heero
—¿Qué pasa?
—Trowa y yo discutimos —sollozó un poco
—Pásate
Duo agarró a su amigo por la muñeca y lo dirigió a la sala, se sentaron juntos en el mismo sillón, mientras que Heero se sentó en el otro
—¿Por qué pelearon?
Quatre le contó todo a su amigo sobre sus intenciones de vender la casa y esas cosas, le contó sobre las charlas con Trowa y como terminaron peleando
—Hace horas que salió enojado y no regresó, si ya no vuelve ¿Qué haré?
—Dale espacio, volverá —respondió convencido
—¿Piensas que lo juzgué mal?
Duo miró en silencio a su amigo unos momentos, no quería romperle el corazón no poniéndose de su lado, pero según lo que oyó, podía creer que Trowa no estaba celoso como Quatre aseguraba
—Creo que lo malinterpretaste, Trowa no te ve como alguien indefenso a quien tiene que mantener y que no puede aportar, tal vez solo piensa que no deberías malgastar el dinero, es todo
La expresión de los pensamientos de Duo dejó a Quatre también pensando, sonaba bastante lógico, quizás él estaba exagerando, no porque Trowa no nació en la riqueza como él, significaba que le atemorizara que él de repente podría tener tanto dinero a la mano
—Creo que le debo pedir perdón
—Deben hablar, definitivamente
Quatre sonrió
—Perdón por ser una molestia, seguro quieren estar a solas
—Oye, somos amigos —sonrió y le picó la punta de la nariz con su pulgar— No eres molesto
Duo sonrió muy amplio y el rubio asintió
—Volveré, si él regresa quiero que me vea ahí
—Está bien
Los dos se pusieron de pie, luego se dieron un abrazo rápido, caminaron hacia la puerta
—Gracias Duo, y —miró discretamente hacia Heero— Sigan en lo suyo —le guiñó un ojo al trenzado
—Te contaré después —sonrió feliz— Suerte con Trowa
Los dos amigos se despidieron y el trenzado regresó a los brazos de su novio
—¿Qué harías tú en lugar de Trowa?
—Tal vez comprendo su posición —argumentó seriamente— El dinero faltante o sobrante siempre será un problema
—Lo bueno de vivir en la clase media —sonrió Duo contento— Ahora —le dio un beso a su novio— Hazme de comer
—Haré para ti todo lo que desees
—Que bueno —se abrazó a su cuello y sonrió emocionado— Porque más tarde me harás el amor
—Será un placer, literalmente
—Ah, otra broma del gran Heero Yuy —sin dudarlo le dio otro beso— No cabe duda, cada segundo te amo más
Se puso un poco serio el trenzado, mirando a su novio con amor, nunca en su vida se había sentido tan dichoso como en esos momentos. Heero lo abrazó con fuerza y se dieron un lento y tierno beso, para ambos, ese momento de sus vidas era el mejor.
Un capítulo más, espero les haya gustado, comenten :)
