En el momento que Quatre regresó a su pequeña casa, Trowa ya estaba dentro, preocupado de no haber visto al rubio cuando llegó. Al abrirse la puerta se miraron mutuamente, sin saber cómo reaccionar, aquella había sido su primera gran discusión
Quatre cerró la puerta y sin pensarlo corrió a los brazos de su novio, este tampoco dijo nada y lo recibió entre sus brazos, se dieron un fuerte abrazo que duró varios minutos, hasta que finalmente se soltaron, mirándose a los ojos
—Lo lamento —dijeron al mismo tiempo
Se quedaron callados un segundo y luego sonrieron, bastante apenados porque no sabían qué más decir, lo único que sabían es que ambos se fueron a los extremos y que necesitaban hablar.
—Perdóname Trowa, yo…
El aludido le colocó el dedo índice sobre los labios
—Perdóname, no debí irme de esa manera
—Entiendo que te lastimé, que dije algo horrible, yo sé que no eres así, de verdad lo lamentó —sollozó casi a punto de llorar, pero Trowa le dio un dulce beso en los labios
—Fui yo quien no supo expresarse mejor
Volvieron a sonreírse
—No quiero que el dinero se vuelva un asunto incómodo entre los dos —admitió con mucho pesar el rubio, Trowa asintió porque estaba muy de acuerdo
—Aceptaré todo cuanto decidas, lo prometo
—Gracias mi amor, te amo Trowa, demasiado —limpió las lágrimas que estaban por caer
—Por favor quita esa carita, sonríe —lo agarró de las mejillas y le dio un beso en la nariz
En automático Quatre sonrió, su novio era el más dulce de los hombres, aunque solo él había visto esa faceta, Trowa con los demás era serio, muy serio, pero con él era otro completamente distinto, no imaginaba su vida sin él
Se dieron un suave y prolongado beso, tenían días sin besarse de aquella forma y como los adolescentes que aún eran, no tardaron en excitarse
Ni siquiera fueron a la pequeña habitación, se desnudaron ahí, cerca de la puerta, Trowa levantó a Quatre entre sus brazos y él le rodeó la cintura con las piernas mientras se dieron un apasionado beso, caminando a la mesa
La espalda del rubio cayó lentamente sobre la mesa y Trowa encima de él, ya que sus piernas estaban abiertas pudo rodearlo de nuevo cerrándose en su espalda cuando su novio entró en él
Las manos de Quatre se aferraron a la espalda del castaño, recibiendo las apasionadas estocadas. Entregarse a él siempre era glorioso, el rubio no tenía experiencia con nadie más, pero no le importaba, podría estar con él por el resto de su vida
El más alto culminó dentro de él, sintiendo las uñas que lo rasguñaban sutilmente en la piel de su espalda, compartieron un beso húmero y caliente, el más sensual. Poco a poco Trowa se salió de él
Se dijeron te amo con la mirada, luego Trowa lo tomó entre sus brazos y lo llevó a la habitación, al acostarlo en la cama comenzó a besarlo, empezando por la boca, bajando al cuello, deslizándose por el pecho hasta llegar a su abdomen
Compartieron una mirada al mismo tiempo que el pene de Quatre entraba en la boca de Trowa, regalándole el máximo de placer, no se contuvo de llenarle la boca, así como su novio llenó su interior. Compartían todo
Subió de nuevo hasta su boca y se besaron por última vez antes de abrazarse con fuerza, quedándose quietos y en silencio por un momento, hasta que Quatre se apartó un poco para ver a su apuesto novio, Trowa lo miró también
—Sigues despierto —sonrió amplio— Te amo mi Trowa —volvió a acostarse sobre su pecho y el aludido lo acarició de la espalda
—Prométeme que no volveremos a pelear por dinero
—Te lo prometo —respondió convencido
Los dos sonrieron aunque no se estaban mirando, pero habían vuelto a tener confianza entre los dos que era lo más importante.
.
Duo perdió la cuenta de todas las veces que tuvo sexo con Heero en ese fin de semana, pero lamentó que ya era domingo y estaba por terminar, ya era de noche y ellos seguían acostados en la cama, sin nada de ropa
—Juro que mañana no podré ni caminar —aseguró Duo en broma
—Yo te vi andando muy bien cuando bajaste por una botana —aseguró Heero
—Ah vaya, no sé qué ha pasado más este fin de semana, nosotros haciendo el amor o tú haciendo bromas —comentó con asombro el trenzado
—Tú siendo el más sexy —confirmó el otro una tercera opción
Duo sonrió amplio, levantó su espalda del colchón y dio media vuelta, montándose sobre Heero, al sentarse en su cadera lo miró desde ahí, sonriendo más ampliamente
—¿Yo sexy? Ni hablar —negó con su cabeza, sin dejar de sonreír— Nadie es más sexy que tú —dijo todo convencido
Heero lo miró a los ojos y agarró su mano, levantándose un poco para besarle el dorso, luego volvió a acostarse, sin alejar su mirada
—Dime ¿Qué tengo yo de sexy? —preguntó con escepticismo
—Pues —Duo miró hacia abajo— Empezando por esto —de forma descarada agarró el pene de Heero con su mano derecha
—¿Todavía tienes energía? No creo poder… —aunque quiso acabar su frase, se interrumpió con un jadeo, pues Duo lo comenzó a acariciar para despertarlo
—No importa que tan agotado estoy —afirmó convencido— Siempre puedo más, si se trata de ti
Heero no lo contradijo, tampoco comentó nada, comenzó a sentir como nuevamente se excitaba, aunque lo creyó imposible, quizás porque los dos eran demasiado jóvenes, las hormonas al tope y el hecho de saber que estaban solos, que podían hacer lo que quisieran
Duo ya no solo acariciaba el miembro de su novio con la diestra, si no que tocaba el suyo con la zurda, sin permitir que el otro le ayudara. Se detuvo para moverse un poco más, así ambos penes estaban juntos y se rozaban mutuamente
Ya ni siquiera usaba sus manos, con mover su cadera hacía que se tocaran uno al otro, mientras se miraban a los ojos, sus rostros sonrojados
—Duo… para —pidió Heero, estaba al límite, pero era difícil culminar si solo hacía eso
Pero incluso así, el trenzado no le permitió que lo tocara, ni que se tocara a sí mismo, se levantó de la cadera de Heero y se volteó para darle la espalda, agachándose para meter el pene en su boca, exponiendo el suyo en el rostro de su novio
Cuando Duo dijo en broma que vieran una película porno, Heero pensó que era una broma, ahora podía entender algo, su pervertido novio bien que había visto varias, sugerir esas acciones en esa pose era una clara demostración
Heero lo aceptó, para él no había problema en experimentar, aunque prefería ver el rostro de Duo cuando le hacía un oral, o verle la cara cuando el trenzado se lo hacía a él. Mientras le chupaba el miembro, no dudó en explorar su interior con los dedos, haciendo jadear a Duo
El trenzado se corrió en la boca de Heero, aguantó mucho menos que él, tal vez porque sentir los dedos dentro se volvió en extremo erótico. Cuando apenas se quiso levantar, sintió que lo empujaban hacia delante por las caderas
En segundos ya estaba en cuatro, sintiendo a Heero dentro de él, apretó con fuerza las sábanas, con los nudillos de los dedos casi blancos, no se contuvo de gemir, tan excitado como estaba
El de ojos azules lo empujaba de la cadera con su mano izquierda y con la derecha le acariciaba la espalda hasta casi el cuello, Duo se dejó caer al colchón, solo con los glúteos levantados, recibiendo todo el amor de Heero
No pudo aguantarlo más, aunque quería hacer sentir al otro el placer más prolongado, pero sentir su interior apretándolo fue suficiente para que explotara dentro de él, hasta la última gota se movió, al salirse Duo se acostó por completo en la cama, respirando agitado
El trenzado perdió la noción del tiempo por casi dos minutos, sin dudarlo podía decir que aquella vez fue superior a las demás, aunque su favorita sin duda seguía siendo la primera vez que se entregó al hombre que tanto amaba, pero en términos de placer, esa era mejor
—¿Estás bien? —escuchó la voz de Heero a lo lejos
Duo recuperó el sentido lentamente, luego sonrió satisfecho, abrió los ojos y asintió, viendo como Heero lucía aliviado después de haberle visto rostro de preocupación
—Eres un huracán Heero Yuy —aseguró Duo ahora ya calmado, casi a punto de quedarse dormido
—Ven acá —el mencionado agarró a su novio y lo acomodó del lado de la almohada, para que los dos se acostaran, abrazados
Se dieron un beso antes de desearse buenas noches y quedarse dormidos por completo.
A la mañana siguiente se ducharon juntos y salieron de casa para ir a la escuela, habían recibido un mensaje de los señores Yuy indicándoles que regresaban ese día en la noche, así que se les había acabado su pequeña luna de miel.
.
Era casi mediodía cuando los tres amigos se juntaron para almorzar, ya Quatre le había contado a Duo que estaba reconciliado con su novio, ahora ya estaban los amigos conversando con normalidad
—Relena no vino hoy a clases —comentó Trowa como dato curioso
—Es cierto, no me había dado cuenta —continuó Quatre
—Aaahh —expresó Duo— No les conté
Acto seguido, el trenzado les habló a sus dos amigos de lo que pasó el fin de semana cuando recibió una llamada de la esposa del que fue su novio, los dos estaban muy sorprendidos
—¿Crees que algo malo generó y que por eso Relena no vino? —preguntó el rubio
—No lo había pensado —analizó Duo— Seguro hay crisis familiar
—Sí, también lo creo.
Los tres continuaron en lo suyo.
Mientras tanto, del otro lado del campus, estaban Heero y Wufei, muy a su estilo breve y seco, Heero contó a su mejor amigo lo bien que la pasó el fin de semana con su novio, haciendo que su amigo se muriera de la envidia
—Tiene mucho que no tengo sexo —suspiró con pesar
—¿Cuánto?
—Dos meses —respondió el chino
—Ah no, una eternidad —expresó con burla Heero
—¿Estás riéndote de mí?
—No, que va —respondió secamente
—A todo esto, Relena no vino hoy, no la vi en los pasillos como siempre
—Que raro —comentó Heero con un toque de indiferencia
—Pero creí que no te importaba, que había muchas mujeres más
—¿Ves? Te burlas de mí —cruzó sus brazos indignadamente
—Pierde el orgullo, invítala a salir
—Prácticamente ya me rechazó ¿crees que soy un pusilánime?
—Tal vez ella te necesita
—No lo creo —afirmó el de cabello negro
Aunque quería parecer que no le importaba, Wufei estaba muy preocupado de que Relena no había ido a la escuela ese día, pero no se lo diría ni a Heero, debía mantener su imagen.
.
Llegó la hora de la salida, Trowa y Quatre se fueron antes que Duo porque tenía el rubio cita con su abogado para el trámite del testamento, mientras que Heero y Wufei tuvieron que juntarse con los del equipo de baloncesto para un asunto del club
Heero le dijo a Duo que lo esperara, para que regresaran juntos a casa, que se iban a ver en la biblioteca, así que el trenzado estaba ahí, esperando nomás una llamada
El teléfono sonó y sonrió amplio el trenzado, pero su sonrisa se borró cuando vio el nombre de Milliardo en la pantalla, de mala gana contestó
—Ya déjame en paz, seas Milliardo o su esposa —dijo sin saludar
—Soy Milliardo —respondió una voz gruesa de hombre
Duo hace tiempo que no oía su voz y se le erizó la piel, lo odiaba y no era consciente de cuánto hasta que lo escuchó hablar de nuevo
—¿No tienes vergüenza? Ya déjame tranquilo —suplicó aunque enojado
—Quiero verte
—Yo no
—Solo quiero hablar —insistió
—No tenemos de qué, así que no seas ridículo
—Sé que mi esposa te llamó, que le dijiste lo que tuvimos
—No le dije nada, no directamente, creí que eras tú y dije que me dejaras en paz, que lo que tuvimos ya acabó, no era mi intención que ella supiera —explicó aunque no tenía obligación
—Pero lo sabe
—Yo no soy responsable, el infiel eres tú, yo ni sabía que estabas casado, así que no tengo remordimiento alguno
—Vamos, hablemos —insistió como si no hubiera oído lo que el otro dijo
—No
—Una vez y te dejaré en paz para siempre
—Pero no quiero oír nada de ti
—Solo quiero disculparme, por favor, me ayudará a mi consciencia
Aunque Duo no le creía, pensaba que si hacía caso, lo dejaría en paz de una buena vez
—Una última vez, así que piensa en lo que vas a decirme, no habrá más
—Está bien, te veo en el parque que está a una cuadra de tu escuela
Duo miró la hora, aún faltaba para que Heero se desocupara, así que alcanzaba a ir a verlo, escuchar lo que tuviera que decirle y ya regresarse para ver a su novio e ir a casa juntos.
Colgaron el teléfono, el trenzado guardó sus cosas, tomó su mochila y sacó su teléfono, escribiéndole un mensaje a Quatre, diciéndole que vería a Milliardo porque insistió en querer decirle algo, más se abstuvo de comunicárselo a Heero, pues este seguro se oponía.
.
A pesar que pasó media hora buscándolo, Heero no pudo encontrarse con Duo en la biblioteca, le mandó un mensaje, pero este ni siquiera le llegó, llamó por teléfono, pero le mandaba a buzón. Pensó que tal vez se quedó sin pila y que fue a buscar la forma de cargarlo, o que tal vez regresó solo a casa
Habían pasado alrededor de 3 horas desde que acabaron las clases, conociéndolo como era de impaciente no le tomó mucho por sorpresa, así que volvió a casa
Los cerrojos estaban puestos tal cual los dejaron en la mañana, señal de que Duo no había regresado a casa, lo cual ya comenzó a parecerle extraño. Llamó a Quatre pero este tampoco contestaba aunque si sonó varias veces
Heero pensó que tal vez estaban juntos y estaban haciendo algo que les imposibilitaba usar sus teléfonos, tal vez habían ido al karaoke o andaban en la calle, lo que él no sabía es que Quatre tenía en silencio su teléfono porque estaba en junta con el abogado
No queriendo parecer impaciente ni aprehensivo, decidió esperar un poco más antes de comenzar a preocuparse, sus padres llegarían ese día, así que aprovechó para hacer lo que les faltó de limpieza ese fin de semana.
De nuevo acá, espero les guste el capítulo
