Heero revisó la hora en su teléfono no menos de 10 veces en menos de un minuto, ya era tarde y no tenía absolutamente ninguna noticia de Duo, incluso cuando le mandó un mensaje, este no apareció como entregado, solo enviado, cuando quiso llamarle por teléfono, no hubo respuesta
Su teléfono sonó y enseguida miró la pantalla, pero no era quien esperaba, sino Quatre, a quien Heero le había llamado media hora atrás, intentando localizar al trenzado, pero el rubio no tenía ni idea de dónde estaba, al menos en ese momento
—No lo había visto porque estaba en la calle cuando me llamaste —comentó el chico— Pero revisando mis mensajes, tengo uno de él, acabo de verlo
—¿Qué te dice? —cuestionó tan rápido como había tomado la llamada
—Que Milliardo le insistió que hablaran e iba a verlo, pero no dice dónde
Al oír eso Heero se congeló, no le gustaba para nada como sonaba eso
—¿A qué hora fue eso?
—Como casi una hora después de la salida —contestó
—Gracias, lo más probable es que fuera cerca de la escuela, porque íbamos a volver juntos a casa —se le cerró un nudo en la garganta al decirlo, se sentía culpable por haberlo dejado solo— Lo buscaré
—Trowa y yo ayudaremos
—Bien —concedió sin problema— Pueden ir por los alrededores del campus, yo iré por el ala este y sur, ustedes lo demás
—Sí
Los dos colgaron
Heero sujetó con fuerza su teléfono antes de meterlo a la bolsa, luego buscó las llaves de la casa y salió rápido, tomando un taxi para hacer menos tiempo.
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Poco a poco Duo abrió sus ojos, sintiendo un terrible dolor de cabeza como nunca había sentido en toda su vida, alrededor todo daba vueltas y sintió náuseas. Tardó mucho en darse cuenta que no estaba en ningún sitio conocido y pronto comenzó a temblar, principalmente de un extraño frío recorriendo todo su cuerpo
Sin embargo, estaba empapado en sudor y sin fuerza alguna, los párpados comenzaron a cansar, pero se mantuvo lo más despierto posible. Escuchando unos pasos acercarse
Enfocó lo que pudo y vio una figura acercarse, él estaba acostado en una especie de vieja cama, sentía los resortes del colchón calándole las costillas. Como pudo se volteó hasta quedar boca arriba, sin apartar la vista de la figura
—Despertaste —escuchó una voz adulta, una que conocía de sobra
—Mi… Milliardo —susurró aturdido
De pronto, retazos de memoria acudieron a él, quedó de verse con su ex amante cerca de la Universidad, tuvieron una acalorada discusión donde lo acusaba de haber ido a contarle a su esposa sobre su romance, aunque Duo lo negó, Milliardo insistió
El trenzado, harto de aquella charla sin sentido, simplemente le dio la espalda y decidió volver a la biblioteca donde esperaría a Heero, pero no pudo hacerlo, pues sintió pronto como le agarraban con fuerza por la espalda y le cubrían el rostro con un paño húmedo
Aunque quiso sacarse del agarre, poco a poco perdió las fuerzas hasta luego su conocimiento también, ahora despertaba ahí, sintiéndose terriblemente mal físicamente, pero ahora también tenía miedo
—Creo que se me pasó la mano, llevas casi 5 horas durmiendo —rio divertido
—¿Qué… me hiciste? —preguntó confundido, no sintió su cuerpo extraño, no había abusado de él, pero no estaba seguro de que no lo haría después
—No querías hablar, estabas tonto y necio, solo era cuestión de hacerte entender
—Déjame ir —dijo con voz cansada, casi a punto de desmayarse otra vez— Mi familia, debe estar buscándome
—¿Tu familia? ¿O tu hermano incestuoso? —preguntó asqueado
Duo no tuvo fuerzas de aclararle que no compartían sangre, aunque él bien que lo sabía, se lo había comentado cuando salían, que su hermano no era biológico, pero era obvio que usaba eso de pretexto para menospreciarlo
—Por favor
—Mejor cállate y recupérate, no tardan en pasarse los efectos, tú y yo vamos hablar como se debe
—Ya no hay nada qué hablar —insistió, esta vez más despierto
—Hablaremos y te callas ahorita —le dio la espalda y se fue
Duo quiso moverse más que antes que solo había dado media vuelta, pero ahora que lo intentó más, se dio cuenta que su pierna izquierda estaba fuertemente atada a esa cama, para su desgracia no era soga, sino una esposa alrededor de su tobillo
—Lunático —musitó enojado pero también con miedo, sintiendo deseos de llorar— Heero, ven por mí —suplicó en silencio, mientras unas lágrimas caían sobre su rostro.
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Heero terminó de revisar los lugares que acordó con Quatre, en cuanto terminó se acordó de algo, así que le llamó a su amigo Wufei, explicándole toda la situación
—Por favor, deja tu orgullo atrás y llama a Relena, debe saber dónde está su hermano —pidió con angustia y su mejor amigo no dudó en ayudarle.
El chino colgó el teléfono y sin llamar a la chica, se dirigió directamente a la casa de los Peacecraft. Timbró y tardaron en abrirle, era ella
—¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendida, pues no esperaba para nada eso
—Heero y yo creemos que Milliardo secuestró a Duo
—¿Qué? —preguntó confundida— Espera
Relena miró hacia atrás en la casa, como si esperaba ver a alguien ahí, pero no estaba, Lucrezia seguro seguía descansando antes de la cena, así que cerró la puerta y salió, bajando los escaloncitos que separaban la cochera
—¿De qué diablos estás hablando?
Wufei explicó a su ex amiga la situación, que Duo y él iban a charlar, que tenía horas sin aparecer ni contestar su teléfono
—Tal vez se fugaron juntos, eran amantes después de todo
—Imposible, Duo no lo quiere —intercedió por el chico de su amigo
—¿Y si cambió de opinión?
—Por Dios Relena, él seguro está en peligro, sé de ayuda —levantó la voz, molesto
La chica lo miró en silencio un momento, luego sin emitir opinión sacó su teléfono del pantalón que estaba vistiendo, marcó al teléfono de su hermano, pero mandó a buzón
—No contesta —intentó una segunda vez, esta vez poniendo el altavoz para que le otro notara que no le estaba mintiendo
—Maldición —musitó alterado— Gracias de todos modos —le dio la espalda y avanzó
—Espera
Wufei se quedó en ese sitio, pero sin voltear, esperando que ella hablara
—Mi cuñada se enteró lo que hubo entre ellos, pelearon muy fuerte y mi hermano se fue de la casa, tiene días sin venir, no sé si te sirva la información
Esta vez el chino volteó, regalándole una media sonrisa asintió
—Si sabes de un lugar al que pudo llevarlo, sería de ayuda
Relena lo meditó un instante
—Tenemos una cabaña de descanso en medio del bosque, está abandonada, pero no recuerdo la dirección, tengo el vago recuerdo que se hacen tres horas desde esta ciudad, hacia el Norte, es todo —explicó con seriedad
—Te lo agradezco, Relena —la miró en silencio unos momentos
Luego el chino se alejó deprisa mientras sacaba su teléfono para contarle a Heero lo que acababa de escuchar de ella, mientras la chica lo miraba partir, sintió que su corazón se aceleraba, aquella sonrisa que anteriormente le regaló, la hizo sonrojar.
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Después de colgar la llamada con su mejor amigo, Heero se reunió con Trowa y Quatre, que le habían mandado un mensaje antes para explicarle que habían terminado de buscar en el lado Norte y Oeste de campus
Heero explicó al par de amantes lo que Wufei acababa de obtener de Relena
—Necesitamos un automóvil —dijo el rubio con seriedad
—Vayamos a la policía —sugirió el castaño
—Sin pruebas nos ignorarán —respondió Heero— Mis padres no tardan en volver, tienen auto, vayamos a mi casa
—De acuerdo —respondieron al mismo tiempo los novios
Los tres chicos se alejaron rumbo al sitio que hablaron, aunque quisieran hacer más, eran conscientes de sus limitantes y sabían que debían actuar con más inteligencia.
Hola mis bellas lectoras, espero les haya gustado este capítulo, gracias por leer
