No lo pensó ni un momento cuando estuvo enfrente de esa puerta, llamó hasta que fue abierta, del otro lado, la misma Relena abrió, pero no estaba sola, junto a ella se encontraba Wufei, ambos se sorprendieron de ver a Heero ahí.
—Hola, que sorpresa —comentó la chica
—¿Estás ocupada?
—No, pasa —respondió ella
—Si quieren yo me voy —dijo Wufei sin sentir problema de la situación
—No me molesta si te quedas —expresó Heero
—Iríamos a comer al rato ¿lo olvides? —le preguntó con mucha familiaridad
Incluso Wufei sonrió cuando le contestó su pregunta, mientras que Heero miraba como un tercero no involucrado en absoluto, se sentía extraña esa atmósfera
Entonces Heero pasó. Lucrezia no estaba en casa porque había ido con su Ginecólogo, así que estaban los tres solos ahí
—No te quitaré mucho tiempo —dijo Heero— Vine agradecer que hayas ayudado a encontrar a Duo, sé que fue difícil porque se trató de tu hermano
—Es verdad, quizás Milliardo jamás me perdone, pero era lo correcto —admitió la chica, se le notaba un poco triste
—Si hay algo que pueda hacer por ti, dímelo
—Nada, gracias —contestó ella
Heero tardó en decir algo más, pero observó hacia su mejor amigo, este guiñó un ojo y luego pasó con discreción su brazo por los hombros de Relena, para darle un abrazo, ella no lo rechazó, así fue que Yuy se dio cuenta, a su amigo por fin se le hizo estar con la que le gustaba
—¿Cómo está Duo?
—Mucho mejor, gracias
—Me alegro
Se quedaron callados un ratito, hasta que Heero se levantó del sillón donde estuvo sentado después que le hicieran pasar a la casa
—Yo me retiro, solo vine a darte las gracias
Hizo una reverencia de casi noventa grados
—Me alegra haber sido de ayuda
Ella sonreía muy amplio, era la primera vez que había hecho algo que no fuera muy egoísta, siempre fue una niña mimada, pero se dio cuenta que no podía tenerlo todo, ahora estaba junto a Wufei y eso le gustaba, ya ni tenía tiempo para pensar si Heero le seguía gustando, eso era imposible porque él amaba a Duo, así que no tenía ningún caso.
Heero se fue
—¿Crees que no me di cuenta? —preguntó al mismo tiempo que se quitaba el brazo de encima
—No me pude resistir —sonrió juguetonamente y le dio un beso en la mejilla
Relena también sonrió y le devolvió el beso, pero en los labios, Wufei era su primer novio y estaba muy contenta.
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Mientras tanto en el pequeño departamentito donde vivían Trowa y Quatre, el rubio se quedó dormido casi una hora después de que llegaron, estaba muy cansado por la noche de desvelo y lo primero que hizo al despertar fue llamar a Duo, para saber cómo le fue con su mamá
Dejando el teléfono en altavoz para que su novio también oyera la conversación, entonces el trenzado le contó todo sobre la charla y que ahora solo estaban esperando que su papá se recuperara para que pudieran también con él hablar
Luego de eso colgaron la llamada
—Espero con su papá igual de bueno el resultado —comentó Quatre
—Yo creo que sí, tengamos fe —respondió Trowa
—Por cierto y hablando de padres, no cederé con mis hermanas, me quedaré la casa —notificó, lo había pensado mucho y llegó a esa buena conclusión
Trowa sonrió, estaba muy contento por su novio, porque estaba pensando en sí mismo primero, como nunca antes lo había hecho porque siempre priorizaba a los demás y eso lo ponía triste.
—Estoy feliz por ti mi amor —se acercó a él y lo abrazó por la cintura, después le dio un beso
—Mañana hablaré con el Abogado para que comience los trámites
—Todo saldrá bien —sonrió Trowa, eso al rubio le encantó porque no siempre sonreía de esa forma
Así que también feliz, se colgó al cuello del más alto y compartieron un apasionado beso, luego el castaño lo levantó y Quatre se aferró a sus caderas usando las piernas, Trowa lo sujetó con fuerza para que no se cayera y mientras avanzó en dirección a la habitación, sin que dejaran de besarse.
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Duo estaba impaciente porque llegara Heero, pero él se tardó un poco más, hasta que timbraron el timbre de la casa y corrió a abrir, pero del otro lado estaba Milliardo, sonreía amplio y forma casi psicópata, el trenzado gritó por el susto
—¿Qué haces aquí? Te aprehendieron, estás encerrado —dijo dando pasos hacia atrás
—No había suficientes pruebas y me soltaron, ahora verás lo que te haré, maldito desgraciado —amenazó como un lunático y entró en la casa
Duo gritó y comenzó a correr, pidiendo ayuda como un loco, mientras lloraba, pero nadie acudía en su ayuda, hasta que el maldito de su ex lo alcanzó y comenzó a someterlo para abusar de él
—¡No! ¡Basta! —gritó tan fuerte como pudo y empezó a patalear y llorar para quitárselo de encima
—Duo, tranquilo, soy yo —expresó asustado Heero
El trenzado abrió los ojos y miró frente a su novio, que lo observaba asustado
Cuando Heero entró, encontró al otro gritando y pataleando, mientras sudaba acostado en el sillón de la sala, se había quedado dormido y tuvo una horrible pesadilla.
Al ver a su novio y caer en la cuenta de que solo estaba soñando, se sentó en el sillón y se abrazó a él con tantas fuerzas que a Heero le dolió, pero lo apartó de su lado, sabía que lo necesitaba y que él quería estar a su lado para siempre
—Aquí estoy contigo, yo te protegeré
—No me dejes nunca, jamás —pidió Duo entre lágrimas
—Lo juro por mi vida —respondió sonriéndole, después lo apartó y le besó la frente
—Heero, di que me amas —suplicó, estaba temblando
—Te amo, con toda mi alma —expresó cariñosamente, solo con él podía ser así
Duo no dejó de llorar, pero ahora de felicidad, todo ese sufrimiento y dolor junto a Milliardo era más sobre llevadero con él a su lado, estaba muy agradecido
—También te amo
Heero lo apartó solo un poco para acariciar su rostro, secar sus lágrimas y darle un dulce beso en los labios, luego le dio un abrazo y dejó que de nuevo se durmiera, ahora entre sus brazos.
La pesadilla de Duo no volvió y tuvo un dulce sueño junto al hombre que tanto amaba.
Ay! Muchas gracias por seguir leyendo mi historia, si me quieren dejar comentarios se los voy agradecer mucho
