Las batallas se pusieron agresivas hasta más no poder, aunque en el Kólasi fueron más feas las cosas cuando en el combate de Eneas contra Kana, la peli naranja llevaba una gran ventaja ya que el ex Caballero de Cáncer, a pesar de que tenía el poder de quitar las almas, este fue su peor error.
- ¡Ondas del Inframundo! – el ataque de los dedos salió de Eneas el cual impactó en el cuerpo de la peli naranja.
Sin embargo, este fue un error de parte del griego el cual miró como el alma de Kana no era la que parecía como su forma física, sino que era peor.
Su alma era la de un demonio gigante y con el cabello rojizo, al abrir sus ojos, esbozó una sonrisa macabra que asustó al ex Cáncer.
- ¿Q-Que es eso?
- Jajajaja… no me jodas con eso, humano – Eneas se quedó en silencio – ¿crees que tus ataques de quitar las almas del cuerpo me harán algún daño? ¡Idiota!
- E-Esa no eres tú… ¿Quién carajo eres?
- ¿Qué carajo soy? Mi nombre es Amanojaku y esta es mi poder – el alma regresó al cuerpo de Kana sonriendo mientras un aura oscura envolvía su cuerpo.
Antes de que Eneas dijera algo, sintió que sus piernas no podían moverse por más que lo hiciera, dándose cuenta de que había una sustancia negra ahí.
- ¿Qué es esto? ¡¿Qué diablos es esta cosa?!
- Black Carpet... corpus consumit et nihil superest (Alfombra Negra… consume su cuerpo y que no quede nada) – susurró esta a lo que una serie de hormigas negras y maliciosas comenzaron a picar de forma fuerte a Eneas el cual sintió ese dolor en todo su esplendor.
A pesar de que quiso atacar a las hormigas para quitarles el alma, este notó que no podía hacerlo, por más que lo atacaban con todo.
- ¡¿Por qué no les puedo quitar sus almas?!
- Están protegidos por mí, así que solo te queda morir en mis manos – las hormigas se pusieron peor y arrancaban la piel de las piernas de Eneas.
Al final, el pobre ex Caballero de Cáncer no pudo hacer nada y solo miró por última vez a Kana mientras su cuerpo fue comido por las hormigas, siendo una muerte lenta y agónica.
La peli naranja se quedó mirando los restos del cuerpo de Eneas, pero eso no le importó ya que pensó más en el cielo del reino el cual estaba negro por la batalla que estaba teniendo Ángel con Luzbel.
- Abuela.
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Ya con otro Caballero Negro muerto, las cosas se facilitaban más para nuestros guerreros, pero esta vez las cosas no estaban muy buenas.
Luzbel seguía atacando a Ángel que estaba en su forma de Abrahel quien no tenía consciencia de lo que estaba haciendo.
Muchas ciudades seguían destruyéndose por cada golpe que daba la argentina hacia la ciudad que se le atravesaba, no obstante, para Luzbel era algo genial.
- ¡Lo haces bien Suikyo! ¡Realmente me gusta cómo es que destruyes todo a tu paso! ¡Sigue matando a los humanos que tanto te han jodido en la vida!
En un momento, la reina de los demonios cargó una gran bola de energía la cual apuntó hacia Luzbel el cual sin más, se alistó con su espada la cual cargó con mucho de su cosmos.
El impacto del ataque de Ángel junto con el choque de la espada de Luzbel causó un brillo que fue tan potente como la de una explosión estelar, pero al final, la onda causó una destrucción muy grande.
Por otro lado, Gautama estaba mirando todo desde su espacio y solo seguía meditando, pero lo que no sabían es que estaba acumulando cosmos y no era uno pequeño, sino uno de gran cantidad.
- Si logro reunir el cosmos necesario, podré liberarte de esa prisión que tienes, Asóuka – decía el rubio mientras sacaba su rosario y siguió con la recolección de cosmos.
Ángel en su estado de Abrahel lanzó un poderoso rugido el cual se pudo escuchar en todo el planeta, fue tan potente que los sitios cercanos sufrieron mucho, las personas acabaron muertas con los tímpanos reventados, algo que recordó el incidente del volcán Krakatoa a finales del siglo XIX.
Y tanto ella como Luzbel volvieron a chocar poderes en una lucha mortal.
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Adonis seguía atacando el Santuario con su ejército de soldados que manejaban rosas que les hacía pasar un mal momento a varios soldados, así mismo, los guerreros atenienses batallaban contra estos.
- Espero que todos mueran con unas hermosas rosas en sus cuerpos – decía el hermoso hombre, por lo que sintió que las cosas no estarían fáciles para los guerreros, no obstante, alguien se le opuso.
- ¡Oye! ¿Por qué atacas el Santuario de ese modo? – la persona fue la mayor de las mini Kanon, María, quien estaba con ropa de entrenamiento.
- Oh vaya, una linda chica la cual cree que tiene poder para oponerse a mí.
- Me opondré a ti como sea – María se lanzó hacia Adonis, no obstante, este solo la esquivó y le tiró una rosa negra.
La rosa dio en su pecho y estalló, hiriéndola en el camino, pero a pesar de la herida que tenía, no retrocedió.
María siguió atacando, aunque Adonis se sintió confiado, rápidamente notó como el ritmo de la batalla se fue poniendo igual, y en un momento, se puso frente a frente contra el ex Piscis.
- ¡Meteoros de Pegaso! – varios golpes a la velocidad del sonido fueron hacia Adonis el cual no se inmutó, pero notó que poseían mucha potencia y eso lo hizo querer atacar.
- Tienes agallas niña, ¡pero no creas que eso es suficiente! – Adonis lanzó varias rosas rojas hacia María quien tuvo que saltar para evitar el veneno de estas.
- Si huelo su olor, solo me matará, eso en el peor de las cosas, igual me podrá intoxicar – pensó esta.
- ¿Por qué no simplemente te rindes de una vez? No tienes chances contra mí – el héroe mitológico sacó un rosa de color blanco la cual besó y la apuntó – seré piadoso con tu muerte, después de todo, este ataque será tu perdición.
- ¿La Rosa Blanca? – María frunció el ceño, pero rápidamente se dio cuenta de que su pecho poseía esta planta.
Eso asustó a María, pero solo sacudió su cabeza mientras que con sus fuerzas, se fue quitando la rosa, pero salió un pequeña río de su sangre.
- Me sorprendes, no cualquiera se la quita.
- Eres… un maldito – susurró la peli naranja sintiendo ese cansancio por la pérdida de sangre, pero eso solo la hizo elevar su cosmos.
Cuando Adonis iba a atacar de nuevo, la energía de María llamó algo y fue lo que se interpuso entre otra Rosa Blanca y el cuerpo de María.
- ¿Y esto?
- La Armadura de Pegaso… mi maestro debió mandármela – susurró la peli naranja y miró como la vestimenta fue a su cuerpo envolviéndola y protegiéndola.
- ¿Qué diablos? ¿Por qué esa armadura vino hacia ti? – antes de que obtuviera alguna respuesta, miró como muchos meteoros iban hacia él y ahí fue cuando fue golpeado multitud de veces.
Lo peor para él fue que uno de estos golpes fue hacia su ojo derecho, atravesándolo, ni que decir que gritó por el dolor ya que uno de sus ojos fue destruido por el ataque de María.
- ¡MALDITA! ¡¿QUÉ DEMONIOS ME HICISTE?! – Adonis decía sosteniéndose la zona afectada.
- ¡Cometa de Pegaso! – de nuevo el ataque de la peli naranja dio de lleno en Adonis hiriéndolo más, algo que no pudo entender.
- ¿C-Como es posible? ¿Cómo es que esta niña tiene tanto poder? – el ex Piscis miró a la peli naranja y pudo notar como detrás de ella, aparecía la imagen de un Pegaso.
No le sería tan fácil pelear contra María.
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Ganimedes estaban batallando duro contra Paradox e Integra quienes esquivaban como podían los ataques de frio del ex Acuario.
No solo eso, sino que Homura se recuperaba de los golpes que había recibido de este, pero las mayores hijas de Yuzu y Saga estaban peleando con todo.
- ¡Polvo de Diamantes!
- ¡Explosión de Galaxias! – ambos ataques chocaron con potencia, pero la Explosión de Galaxias logró detener la corriente de aire congelado de Ganimedes.
Así siguieron por un buen momento, ambas Puellas solo veían el encuentro sin saber qué hacer, por más que Homura fuera fuerte y usara el tiempo a su antojo, el poder del hielo de Ganimedes era superior.
- ¡Hay que llevar nuestros cosmos al máximo!
- ¡Sí! – las dos gemelas hicieron eso, haciendo aparecer sus orejas de gato.
- ¿Y ahora qué son? ¿Gatos de mascotas o qué?
- Eso lo verás cuando recibas nuestro ataque más fuerte – ambas juntaron sus manos haciendo estallar sus cosmos al máximo, lo más que podían, incluso Paradox miró de reojo a Homura quien pareció entender lo que planeaban hacer.
- ¡EJECUCIÓN DE AURORA!
- ¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS! – de nuevo, ambos ataques se lanzaron causando un gran onda expansiva mientras las chicas daban todo de sí por detener el aire frio de Ganimedes.
Pero una explosión detuvo todo, causando que muchas cosas salieran volando, pero cuando todo se aclaró, se notó dos escenarios completamente distintos.
Paradox e Integra estaban con buena parte de sus cuerpos congelados, así mismo, sus orejas gatunas habían desaparecido, pero algo sorprendente es que tanto Homura como Sayaka estaban del mismo modo, con mucha escarcha en sus cuerpos.
Sin embargo, no se podía decir lo mismo de Ganimedes quien estaba en shock y no solo eso, sino que poseía una espada atravesada en su pecho.
- ¿C-Como es posible?
- Funcionó… nuestra técnica – Paradox decía con una sonrisa a pesar del dolor por las quemaduras de hielo.
- Crear una distracción mientras que mamá Homura y mamá Sayaka lanzaban la espada de mamá Sayaka hacia ese sujeto… y vaya que dio efecto.
- Fue una buena idea… pero me alegro que haya salid bien.
- Maldición… ¿Cómo fui a perder de este modo? N-No… es justo – por la mortal herida en su corazón, Ganimedes cayó al suelo muerto, todo mientras la sangre burbujeaba de su herida.
Así mismo, el cuarteto de féminas cayó al suelo por las heridas causadas por el hielo, pero felices de haber triunfado.
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De vuelta con la batalla de Luzbel contra Ángel, las cosas seguían poniéndose buenas ya que en un momento, el demonio malvado usó su espada para causar una herida en el cuerpo de Ángel.
A pesar de eso, en su forma Abrahel, era muy fuerte, pero en un momento, le dio un golpe a Luzbel el cual quedó un poco aturdido, pero no lo suficiente como para joderlo, es más, comenzó a reírse.
- ¡Eso Suikyo! ¡Dame más golpes a ver si me puedes hacer daño! ¡Lo dudo mucho!
Luego de la herida que le dio, Ángel lo miró fijo y de su boca salió un potente disparo de energía que golpeó a Luzbel, pero que resistió ante eso.
Sin embargo, una poderosa luz detuvo toda la pelea de ambos demonios y en el cielo se podía ver como Buda estaba envuelto en un aura celestial.
- ¡¿Qué demonios haces Gautama?!
- Por milenios he reunido mi cosmos por si esto llegara a pasar en un momento y es hora de ayudar a mi vieja amiga, Asóuka – el rubio exclamó sacando su rosario, Ángel al ver a Buda lanzó un rayo de su boca, pero este fue protegido por su cosmos.
- ¿Qué diablos harás Gautama? – Luzbel exclamó molesto sabiendo que el rubio planeaba hacer algo malo para sus planes.
- Asóuka, vieja amiga, con mi cosmos podré liberarte de tu prisión que has llamado Abrahel y así mismo, ¡con mi vida podré quitar ese peso que tienes como la diosa de la oscuridad!
- ¡Guatama, ¿qué planeas hacer?! – Buda levantó el rosario mientras toda su energía cósmica salía expulsada de su cuerpo al abrir sus ojos.
- ¡Regresa con nosotros Asóuka! ¡PRIVACIÓN DEL DÉCIMO, UNDÉCIMO Y DUODÉCIMO SENTIDO!
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
Se vienen cosas duras y es que ya los últimos Caballeros están cayendo, así mismo, Buda tiene algo preparado para Ángel.
Si lo que dice Gautama tiene sentido, eso podría significar que la técnica que usará sería tan poderosa que lo podría matar a él, todo con tal de salvar a su amiga de Abrahel, a ver si tiene éxito.
Y para el siguiente capítulo, solo diré que será triste, veremos un deceso que dará duro en algunos.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
