Bien dicen que las manzanas no caen muy lejos del árbol y en este caso, lo era en la familia Yuzaki.

Franco pensaba un poco en su hijo mayor con Honoka, Regulus. Sabía de su enorme poder, pero pensó que era demasiado grande para alguien de su edad, así que decidió confirmar algo con la diosa de la sabiduría, Athena.

Tomando una audiencia con ella, fue a hablar a su Santuario en donde fue recibido con hospitalidad hasta que llegó con la peli lavanda.

- Entonces tienes como dudas sobre el poder de tu hijo ¿es así?

- Sí, no es que lo resienta ni nada, pero solo que me hace pensar que todo lo que haga no sirve de nada – el chico decía – o sea, yo he luchado mucho para obtener todos mis poderes, mis habilidades, me llevó mucho rato hacerlo. En cambio, noté que Regulus lo ha hecho desde pequeño y ha despertado un poder bastante grande y creo que hasta es más fuerte que yo.

- Entiendo eso – Athena se quedó sonriendo un momento – es normal que creas que te sientas así, pero no debes hacerlo con tu hijo.

- Ya lo sé, solo que… no puedo dejar de pensar en eso.

- Como dije, es normal que sientas que tus esfuerzos sean inútiles, pero te diré que no es así. Lo que pasa con tu hijo es que recibió los genes tuyos y los de su madre bastante encendidos por lo que es fácil para él activar sus poderes – Athena Saori se sentó un momento – si quieres desquitarte un poco eso, podrías pedirle que peleen.

- ¿Pelear? ¿Con mi hijo? A veces es cierto que le quiero dar un martillazo por lo denso que es, pero no al punto de hacerlo sin un motivo.

- No es eso, no pelearán sin un objetivo en sí, quiero que le muestres de lo que eres capaz. Eso te podrá ayudar a desquitarte un poco las ganas de sentirte inferior, así mismo, podrás saber que tan poderoso es tu hijo y así te puede ayudar a superar tus propios límites – la diosa explicó – a veces, las palabras no lo son todo, las acciones son las que hablan por uno.

Con el consejo de la diosa Athena, Franco volvió a casa en donde decidió poner en juego lo que la diosa le había dicho. Buscando a su primogénito con Honoka, lo encontró entrenando con Shin.

- ¡Regulus!

- ¿Qué pasa?

- Quiero que tengamos un encuentro – eso sorprendió al castaño.

- ¿Un encuentro? O sea, ¿una pelea?

- Sí – Regulus lo pensó un poco, hasta Shin estaba sorprendido.

- A mí me gusta la idea, así puedo ver que tan fuertes son ustedes dos.

- Creo que es buena idea – el oji azul habló – ¡hagámoslo!

Los dos se fueron a un sitio apartado, donde no hubiera nadie, todo con tal de que pudieran expulsar todo su poder ya que sería un combate a todo dar.

- Espero que Regulus-kun no salga lastimado – Honoka exclamó preocupada mirando desde un sitio algo alejado junto con la mayoría de la familia Yuzaki.

- Igual lo digo por Fran – Tsubasa decía – últimamente lo he visto un poco rígido, así que espero que tampoco salga lastimado.

De vuelta con el dúo padre e hijo, ambos se miraban fijamente sin decir nada. Solo movieron un puño y se sintió una gran presión de cosmos que emanaban ambos, así mismo, los dos procedieron a elevar sus energías.

- No te contengas Regulus.

- No lo haré – cuando menos acordaron, los puños de ambos chocaron con una fuerza tan grande que creó una onda expansiva y eso fue el inicio de todo.

El castaño logró darle unos cuantos golpes a su padre, pero este logró contrarrestarlos por lo que las cosas estaban siendo muy igualadas, pero lo que siguió fue una ráfaga de ataques de fuego.

Algo más grande se formó cuando el cosmos de fuego de ambos estalló y fue como ver las imágenes de los signos zodiacales de ambos se manifestaban, como ser el de Franco, un carnero de fuego por la señal de Aries y por el lado de Regulus, un león por su signo Leo.

Fue una batalla dura en donde todo se desató, aunque lo que siguió fue más caótico ya que aparecieron rayos en todo el lugar, y es que los dos estaban lanzándose con todo, daba hasta miedo ver todo eso.

- ¡Plasma Relámpago! – el ataque de Regulus fue directo a Franco dándole en el pecho, pero aunque parecía que fue duro, no le afectó del todo.

- Buen golpe, pero todavía tengo un as bajo la manga – el peli azul atrajo a su martillo Mjolnir y lo lanzó hacia Regulus el cual recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo estrelló en el suelo.

Franco recuperó su martillo, pero cuando estaba acercándose a Regulus, notó algo raro en el suelo y es que salía humo de ahí, algo que no era normal en lo absoluto.

- ¿Y esto?

- Anillo Ígneo – una fuerte explosión envolvió a Franco el cual salió momentos después, pero se notaba que su camisa estaba algo quemada, así mismo, poseía algunas heridas en su cuerpo.

Franco no era el único herido, Regulus poseía un raspón visible, producto del golpe con el martillo del dios del trueno. Los dos guardaron silencio un momento antes de seguir con la batalla, solo que esta vez, las cosas escalaron a nivel mayor.

A pesar de que Regulus estaba por atacar con uno de sus rayos, este lo lanzó con fuerza hacia su padre, pero lo que no se esperó el castaño fue que el argentino lograra esquivarlo como si nada.

- ¿Qué? – la sonrisa de Franco le dio un indicio de que se venía un momento duro para él ya que de golpe, notó como los ojos de su progenitor cambiaron a ser grises.

Finalmente, el cabello del jefe de familia cambió a gris brillante por lo que las cosas se pusieron interesantes. Regulus decidió atacar de nuevo, pero no podía darle un solo golpe a su padre.

Los instintos del ahora peli gris eran bastante rápidos por lo que por más que su hijo tratara de darle un golpe, no podía hacerlo. El oji azul incluso logró quitarle el Mjolnir y lo lanzó hacia Franco, pero ni eso ayudaba ya que no lograba conectar un golpe.

- No puede ser. Mis ojos no pueden detectar los movimientos de papá. Realmente es como dice, sus instintos son más veloces que mis golpes – pensaba el chico de cabello jengibre.

En un momento, falló en un intento por darle un golpe, pero Franco lo remató con un golpe en el estómago que lo lanzó hacia atrás tomándose la zona afectada.

- Eres fuerte… papá – el chico se recuperó un poco – no puedo darte un golpe.

- La doctrina me hace esquivar todo antes de que puedas reaccionar, así que por el momento no me podrás ganar con solo golpes brutos.

- Lo sé, eres muy fuerte, pero todavía tengo algunos trucos bajo la manga – el chico se arrodilló, juntó sus manos apuntando a su padre – y eso es el poder que se equipara al Big Bang que creó el Universo.

- ¿Al poder del Big Bang? – Franco abrió los ojos al ver como un enorme cosmos se estaba acumulando en las manos de su hijo el cual iba creciendo más y más.

La presión de ese poder era tan grande que todo el lugar empezó a temblar, pero el peli gris tenía que ponerse también pilas porque sabía que el poder de Regulus era grande y posiblemente haría un ataque demasiado poderoso para él.

- ¡Aquí vamos! ¡EXCLAMACIÓN DE ATHENA! – la técnica prohibida por los Caballeros Dorados de Athena, fue ejecutada de nuevo por un solo ser y este fue directo a Franco el cual se preparó para recibirla y aguantarla.

Una poderosa explosión se produjo, aunque se miraba que eso causó múltiples rayos nunca antes vistos y acabó todo, unos segundos después y lo único que se podía ver luego de que todo el humo se disipara fue a Franco, parado siempre ahí.

El argentino sobrevivió a un ataque similar al Big Bang a pequeña escala, aunque no salió ileso ya que su camisa se había destruido, poseía múltiples heridas en su cuerpo producto del poder de Regulus, pero seguía en pie, dispuesto a continuar con la pelea.

- ¿Cómo es posible que sigas en pie, papá? Solo Kana ha aguantado eso.

- Aunque seas así de fuerte… eso me dejó herido, pero no derrotado – Franco levantó la mirada, todavía tenía activada la doctrina – y todavía no has visto lo más fuerte que tengo.

- Ya veo – eso emocionó bastante al primogénito de Honoka – también quiero ir más allá, ¡emocióname papá!

La petición de Regulus fue recibida por Franco de algunas formas, pero decidió hacer lo suyo por lo que su energía cósmica empezó a subir a un nivel que era preocupante, especialmente el fuego que fue invadiendo su cuerpo.

- ¿Qué es esto? – susurró Regulus notando como la temperatura estaba subiendo más y más – un millón de grados… no, un billón… no, un trillón…

La temperatura estaba llegando a un nivel en el cual Regulus no podía pensar en un número, es más, sintió miedo de cómo es que su padre podía soportar tan nivel de calor hasta que sintió como hasta al aire era difícil de respirar y su cuerpo sudaba.

- Dime Regulus, ¿sabes que es lo más caliente del Universo?

- ¿U-Una estrella? ¿Un causar? ¿Un agujero negro?

- No, es la Temperatura de Planck, algo que solo se dio una vez cuando el Big Bang apenas iniciaba por lo que esta vez, será diferente porque lo podré recrear aquí mismo – finalmente Franco termino de cargar todo y miró a su hijo un momento – 420 quintillones de grados.

- ¡¿Quintillones?!

- Explosión de Planck – sin decir más, a pesar de lo que supondría a su cuerpo, Franco impactó el suelo y un fuerte estallido surgió de ahí dándole de lleno a su hijo quien sintió como si estuviera en un horno a máxima temperatura y eso duró unos segundos hasta que todo terminó en una explosión masiva.

Momentos después cuando todo se calmó, Franco estaba más herido, sabía que ese ataque afectaba su cuerpo y eso lo dejó más ensangrentado, pero no era como si su hijo saliera ileso ya que también tuvo consecuencias de su ataque.

El cuerpo de Regulus estaba cubierto de sangre gracias a las quemaduras de la Explosión de Planck y aunque quiso evitarlo, no pudo hacer mucho ya que no era invencible.

- ¿Puedes seguir?

- Todavía… no perderé aquí – los dos volvieron a elevar sus energías y se dirigieron de nuevo al uno al otro, aunque pasaron un momentos lanzándose ataques simultáneos.

En un momento, Regulus logró sorprender a su padre queriéndolo atacar como un león a su presa y este dio un fuerte salto y para su sorpresa y la de los demás, sus pies empezaron a arder en llamas y volaba a gran velocidad.

- ¡¿Qué?!

- Guau, como Shinra. Pero bueno, creo que le puedo sacar provecho – el argentino bajó a gran velocidad y esquivando varios de los rayos de su hijo, logró darle varios golpes que lo dejaron tirado antes de llegar al suelo.

Regulus no tuvo suficiente ya que a pesar de que estaba contra las cuerdas, su cuerpo ardió con intensidad creando un rayo de color azul el cual fue directo a Franco el cual iba a esquivarlo, pero le dio de lleno en el rostro.

- ¿Qué? ¿No pude esquivarlo? – antes de que levantara la cabeza, otro rayo lo impactó y no ayudó en nada a que Regulus le lanzara más.

Minutos después, tantos ataques y golpes, los dos estaban acabados en sí, sus cuerpos a duras penas se ponían en pie y es que estaban perdiendo sangre por eso.

- Padre.

- Regulus – los dos se lanzaron una última vez y se dieron un fuerte golpe que dejó a los dos tambaleándose hasta que simultáneamente, los dos cayeron al suelo, inconscientes.

- ¡FRAN-KUN!

- ¡REGULUS-KUN!

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Franco fue el primero en despertarse y miró que estaba en su cuarto. Su cuerpo estaba lleno de vendas, así como vengas y algodón en muchas partes de su cuerpo.

- ¿Tsubasa? ¿Ayano? – ambas féminas estaban ahí.

- Tu esposa me dijo sobre esto. En serio que a veces eres idiota.

- Lo sé… pero tenía que hacerlo – el peli azul suspiró – ¿y cómo está Regulus?

- Está bien, ya despertó, pero se encuentra estable – la peli roja dijo – usaron todo lo que tenían, ocuparon algo de transfusión de sangre, de suerte Ibuki-chan te trató con lo de las vendas, Ai-chan te dio sangre para que te recuperaras.

- Supongo que le agradeceré después.

- Debes descansar por mientras – Ayano dijo – daré una incapacidad para que no tengas que preocuparte por regresar al trabajo.

- Gracias Ayano.

- Papá – Regulus apareció al igual que su progenitor, vendado – eres fuerte.

- Yo pensé que me ibas a matar.

- Peleemos de nuevo – el jefe de familia solo suspiró sin responder.

La batalla entre padre e hijo acabó en un empate, pero eso solo mostraba lo poderosos que eran ambos.

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EXTRA

En la residencia Maldonado Otori, hubo una fiesta algo grande, esto para la cumpleañera la cual fue recibida con serpentinas y globos, así como muchas otras cosas.

- Felicidades Kanan-chan.

- ¡Muchas felicidades!

- Otro año más – la peli azul sonrió por eso, incluso con el abrazo fuerte que le dio su hijo y su pareja.

- Bueno cariño, vamos a celebrar ¿no? – Ninja le decía a Kanan quien asintió y se unió al resto de la familia para festejar por lo alto su aniversario de natalicio.

Todo fue bien, aunque algo entrada la noche, tanto el hondureño como la japonesa se escabulleron y fueron vistos por Asuka quien solo guiñó el ojo.

- ¿A dónde fueron? – preguntó Umi a la peli gris.

- A celebrarlo en privado – río la Mahou Shoujo quien sabía que pasaría entre ambos chicos, así que la fiesta continuó de buena manera.

Y el pastel fue muy bueno.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

Bueno, pues tuvimos la pelea entre padre e hijo; Regulus contra Fran y vaya que se dieron con todo y quedaron hechos mierda jaja.

Al menos fue un buen combate, niéguenmelo.

Además de eso, fue el cumpleaños de mi delfincito, así que le daré una buena celebración a solas jeje. ¡Felicidades Kanan!

Sin más, este ninja se despide.

Bye.