Chapter 11: Gracias por estar


Digimon y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.


ADVERTENCIA: La historia contiene temas fuertes y no es apto para niños.


Airi había hecho soportable la estadía en el hospital. Sora aprovechó el día que estuvo en el lugar para aprender lo más que pudo en cuanto al cuidado de un recién nacido. Hasta el momento, lo que más había supuesto un reto para ella era el tema de sostenerla y amamantarla. Airi era tan pequeña entre sus brazos que le preocupaba hacer algo que le perjudicara. La bebé dormía mucho, cosa que las personas le decían que era una ventaja. Si era sincera, su placer culposo recién adquirido era observar a su hija dormir.

─ ¿Están listas? ─ la figura de Taichi apareció en la puerta con todas las cosas que habían traído para el gran acontecimiento. Madre e hija le esperaban en el pasillo de neonatales donde Airi fue oficialmente dada de alta.

─Estamos listas.

─Perfecto. La señora Toshiko nos espera en el auto. Tardamos un poco porque estábamos instalando el asiento de bebé. ─ Cualquiera tendría esos detalles más que hechos cuando el bebé naciera, pero en su caso, pareciese que lo obvio, lo común, se quedó por fuera. En las últimas veinticuatro horas, Taichi, Toshiko y todos sus amigos estuvieron de arriba a abajo, por toda la ciudad, haciendo recados que fueron olvidados para el evento. Muchas de las diligencias que le correspondían normalmente al padre, fueron realizadas por Taichi.

─ ¿Encontraron el que querían?

─Por supuesto que sí, lo mejor para nuestro Airi. ─ Sora sonrió mientras lo seguía en el pasillo con la recién nacida profundamente dormida entre sus brazos. ─Ustedes no se preocupen por nada.

─Me impresionas Taichi, cuanta diligencia.

─Es lo mínimo que puedo hacer por mis reinas. ─ Sora se detuvo una vez llegaron a la salida, tanto para esperar a que su madre se acercara al lugar en el vehículo como por el impacto de las palabras del chico. Aunque agradecía tener a un Taichi en su vida, le seguía preocupando lo involucrado que se encontraba en con la situación. Amaba al castaño y temía que llegase a ser demasiado. Era un nuevo nivel de temor que había desbloqueado la llegada de Airi. ─ ¿Todo en orden? ─ la pregunta la sacó de sus pensamientos. Frente a ella, había un preocupado Taichi, sosteniendo la puerta del auto que no sabía en qué momento había llegado.

─Todo en orden. ¿Me ayudas a colocarla? ─ En cuestión de segundos, la pareja había acomodado a la pequeña. Sora se sentó al lado de la niña; Taichi cerró la puerta y se dirigió a su lugar como copiloto.

─ ¿Está despierta, querida? ─ preguntó Yoshino, observándola por el retrovisor.

─No, se durmió hace poco. ─ Con la información, la recién estrenada abuela condujo con más cautela de lo normal. Para Toshiko, aún era increíble ver a su pequeña teniendo otra pequeña. Gracias al cielo cuando miraba a su nieta, lo último que llegaba a su mente era el padre de la niña; la bebé era la imagen de Sora y de esa manera, viviría su realidad. Fue el pensamiento que embargó su mente hasta que llegaron a la residencia.

─Entra primero, Sor. Ve preparando el espacio para Airi. ─ Sin pensarlo demasiado, la pelirroja obedeció a su madre, adelantándose a la premisa. Encendió las luces y abrió la puerta de par en par para que su madre y Taichi pudieran entrar. Se adentró en el lugar y paró en seco al llegar a la sala de estar.

─ ¡Bienvenida a casa, Sora-chan! ─ la voz de Mimi fue la encargada de sacarla de su estupor. La pelirroja sonrió con genuina alegría. ─ ¿Dónde está Airi?

─Aquí viene. ─ respondió Taichi, apareciendo con la pequeña en brazos. ─ ¿Qué te parece, pequeña? Tus tíos vinieron a visitarte; trajeron regalos.


Como era de esperar, Airi era el centro de atención. Como si supiera todo lo que acontecía a su alrededor, había despertado y estudiaba cada una de las personas que la tomaban en brazos. Sora observaba la escena a cierta distancia, no queriendo acaparar la atención. El cansancio y las ganas de encerrarse en su habitación se esfumaron en cuanto vio quienes les esperaban con tanta emoción. Eran esos momentos brillantes de esperanza que le hacían sentir viva y agradecida. El futuro le esperaba, era lo que la imagen frente a ella le recitaba con todas las ganas del mundo.

─Sabes que con Mimi no se puede…─ sonrío ante la excusa que comenzaba a formar el castaño. ─ Aunque admito, que no queríamos recibirlas como si nada.

─Ha sido muy lindo. ─ el tinte de optimismo en la pelirroja lo alivió un poco.

─Aun así, les dije que se la bienvenida no se extenderá más de lo debido. Necesitan descansar.

─ ¿Los echaste antes de que llegaran?

─Sí, tampoco es para que se aprovechen. Han sido unos días movidos.

─En eso tienes razón. ─ giró hacia su novio. ─ ¿Necesitas ayuda en algo? Botanas, bebidas…

─Claro que no. Es tu fiesta. Tu no harás nada, más que disfrutar de ser la agraciada. ─ para demostrar su punto, la guía hacia el lugar donde se encontraban las chicas y Takeru. ─ Esto es lo que tienes que hacer. ─ repitió, señalando a los presentes. ─ Entreténganla.

─Cuenta con nosotros. ─ Takeru fue el encargado de responder; Taichi se alejó del grupo. ─ ¿Tratas de escaparte?

─Para nada; me alegro de que estén aquí.

─ ¿Cómo te sientes? ─ Hikari preguntó con lo que Sora identificó como "cautela".

─En general, me siento bien. Algunas molestias esperadas, según me comentó el doctor, pero no es nada que el reposo no pueda remediar.

─ ¿Fue difícil? Me refiero a…─ La pregunta de Miyako era esperada. Los chicos siempre se esforzaban por tratar la situación con naturalidad. Eran preguntas que de manera genuina preguntarían cuando cualquiera de ellas tuviese el primer bebé del grupo. En honor a la verdad, siempre pensaron que la primera madre del grupo sería Sora.

─Sí… duele mucho y parece no acabar, pero…─ sonríe con nostalgia. ─ sientes que vale totalmente la pena. Además…Airi ha hecho sencillo todo lo que ha seguido después.

─ Asumo que no has pensado muy a futuro. Tal vez tus planes no sean los mismos ahora que está aquí. ─ Sora ladea la cabeza.

─Ahora que está aquí, siento que me será difícil alejarme de ella por mucho tiempo. La universidad y el trabajo que pueda obtener me alejará serán una verdadera prueba.

─ ¿No prefieres esperar a que entre a la guardería?

─Si lo hago, estaría retrasando nuestro futuro. ─ Desde el momento en que decidió tenerla, Sora supo que necesitaba ponerse las pilas. Todo su progreso se traduciría en el bienestar de su hija y estaba muy comprometida a lograr todo lo que pudiese para asegurarlo. ─ Pero por ahora, seguiré disfrutando de su llegada. ─ Porque para Sora, aun había cosas que alinear con su pequeña.


Los chicos, como había prometido Taichi, abandonaron la residencia un poco después del anochecer. Sora alcanzó a comer algo y tomar un baño antes de caer rendida ante Morfeo, imitando a su hija. Taichi les secundó poco después, cumpliendo su promesa de que estaría por unos días, ayudando a las Takenouchi en la adaptación. El castaño abrió los ojos al escuchar unos ruidos provenientes de la cuna. Observó a Sora profundamente dormida. Con la intención de dejarla descansar, tomó la iniciativa. Se incorporó cuidadosamente del suelo y caminó suavemente hacia la cuna temporal de la niña.

─Estoy aquí, Airi. ─ susurró. La niña detuvo sus pequeños sonidos de inconformidad al sentirse resguardada. A través de la poca luz que entraba a la habitación, podía ver los abiertos ojos de la niña. ─ ¿Tienes hambre? ¿Una pesadilla? ¿Por qué te has despertado?

─Posiblemente, sea hambre. ─ ante la voz de Sora, Taichi giró hacia ella.

─Se supone que dormías.

─Ahora soy madre. Me desperté en cuanto la escuché ...solo que fuiste más rápido. ─La verdad es que, aunque la escuchó, el cansancio le aturdió por unos momentos, esos en los que Taichi le brindó una imagen reconfortante de él, calmando a la despierta bebé.

─Debí imaginarlo…siempre un paso adelante, pelirroja. ─ se acercó a la cama, entregándole a la niña. ─ Iré por la fórmula.

─No. Quiero intentarlo.

─Oh…─fue su simple respuesta al entender. ─ En ese caso, estaré…

─Te…puedes quedar. ─ se observaron por unos segundos en silencio. ─ Me refiere a que, estuviste en el parto, has estado en cada proceso…que mi pareja me vea amamantar…es normal. ─ asintió, sentándose frente a las chicas.

Sora sonrió con agradecimiento; necesitaba a alguien que le diese valor, en caso de que fallara. No era la primera vez que lo intentaba, los intentos anteriores no fueron agradables para madre e hija, pero Sora estaba determinada a proporcionarle el alimento que estaba supuesto para ella. Con paciencia, bajó una de sus mangas, junto con el sujetador. Taichi no separó la mirada, pensando que sería grosero hacerlo en ese momento tan íntimo. Vio a la joven madre acercarle el pezón a la boca de la niña. Al principio, Airi no parecía estar interesada, pero luego de unos intentos, la conexión se concretó. La joven pelirroja suspiró con alivio. Tal vez aún no era el proceso perfeccionado, pero estaba alimentándose y se sentía orgullosa.

─Era cuestión de tiempo. ─ Taichi se encontraba más que asombrado y orgulloso por la escena frente a él. Presenciar a Sora como madre, derretía cada fibra de su ser. Se acercó un poco más a ella y se inclinó para besarla. ─ Mi Sora…─ el amor y la devoción que le profesaba Taichi, trascendía la oscuridad.

─Mi tonto Taichi…─ esa paz era lo que tanto ansiaba a diario. Sus amigos, su familia, su hija y Taichi. Cuando Airi declaró que estaba satisfecha, Sora se acomodó la vestimenta, para proceder con el siguiente paso. Justo como la enfermera le enseñó, dio unas palmaditas suaves sobre la niña que reposaba sobre su hombro. Otro sentimiento de suficiencia entró en su cuerpo cuando el gas se hizo presente.

─Por estas cosas, eres la madre del grupo. ─ ella fue la que tomó la iniciativa del beso;quería demostrarle que no era el responsable de iniciar los afectos entre ellos. Él sonríe, regalándole otro beso, terminando la tanda, regalando uno más tierno a Airi en la cabeza. Sora sintió las llamadas mariposas en el estómago. Esa noche, se sintió reivindicada tanto como madre como mujer.


Happy July 7th ;)

Gracias por estar y decir presente. Como siempre, espero leerlos

Lin Lu Lo Li un placer leerte; espero que te agrade esta actualización también.

Cuídense un montón, ¡un fuerte abrazo!

Bye!