Sirius tenía su mirada clavada en su esposa.
Sus memorias no le habían hecho justicia.
.- Préstamelo Jean, ve con él.- Orión le pidió cargando a Harry.
Hermione bajó con ayuda de un Auror hasta llegar a Sirius.
Ambos se miraban con un brillo de reconocimiento en los ojos.
Sirius dió el primer paso hacia ella, luego la tomó de la cintura y se abrazaron.
.- Gracias.- Sirius susurró al oido.
.- Vayamos a casa, Harry esta cansado.
Sirius miró a su padre quien cargaba a Harry.- ¿es Harry?
.- Si.
Orión bajó.- Hola hijo.
.- Orión.
Harry despertó.- abelo.
Orión lo giró un poco sonriendo.- aquí estoy.
.- ¿Helalo?
Orión rió. Le había prometido comprar un helado ese día si él dormía su siesta.
.- Cachorro.- Sirius llamó su atención.
Harry se giró hacia él.- Pafoo, pafoo.
.- Ven aquí cachorro.- Sirius lo cargó y abrazó.
Un flash los deslumbró.
Hermione apretó la mandíbula, era esa maldita de Skeetter.
.- Que linda familia.- comentó con un déje sarcástico.
.- Vamonos.
Los cuatro caminaron hacia la entrada.
Sirius cargaba a Harry.
.- Pafoo, helalo.
.- Enviaré a Kreatcher por él, Harry.
Sirius se detuvo.- no iremos a Grimmauld y no te atrevas a enviar a ese elfo.
.- Sirius...no creo que el cambio de casa sea bueno para Harry. Ha cambiado 4 veces de casa últimamente.
.- ¿Cuatro?
Hermione asintió suspirando de cansancio.
.- Abelo.- Harry le dió los brazos.
.- Vamos a casa, ahí hablaremos sin oídos ajenos.- Orión cargó a Harry.
...
Harry corría jugando con Kreatcher.
Se le había dado el helado y ahora tenía un subidón de azúcar.
Sirius se había bañado y cambiado con ropa que dejó en su antigua habitación.
Su cama matrimonial había sido reemplazada por una camita infantil. Las cortinas oscuras por unas de dibujos de dragones. Varios juguetes estaban apilados en un baúl y un carrito montable muy cerca de la ventana.
Esa habitación no le pertenecía mas.
Su esposa la adecuó para Harry.
Sonrió, Walburga hubiera pegado el grito en el cielo. Era una habitación medianamente Muggle.
Un toque en la puerta lo hizo salir de sus pensamientos_ Sirius.
.- Hermione.
.- Tuve que hacer de esta habitación algo habitable.
.- No me molesta, solo... ¿dónde nos quedaremos?
Hermione se sonrojó violentamente.- en la que está al lado de la de Regulus.
Sirius asintió acercándose a ella. Acarició su mejilla.- he pensado en ti desde aquél día.
Hermiones se mordió el labio.- yo en ti.
Se oyeron las risas de Orión y Harry.
.- Ven.- tomó su mano y la llevó a la habitación que compartirían.
La respiración de Hermione estaba algo agitada y sentía su corazón latir rápido.
Sirius cerró la puerta y lanzó un muffliato.- te deseo.
Hermione gimió.
Él se acercó y acarició su cintura_ eres Mía.- la cargó para depositarla en la cama, luego estampó sus labios con los de ella.
Hermione se agarró a su nuca.
.- No sabes como desee estar de nuevo contigo. Soñaba todas las noches con el dulce olor de tu piel. Tus manos cálidas y esa mirada.- besó su clavícula.
.- ¿Soñabas conmigo?
Sirius asintió.- eras lo único que me mantenía cuerdo en esa celsa fría.
.- Sirius...
Él besó sus labios memorizando cada rincón de su boca.- seré suave. La última vez no lo fuí y debo disculparme.
.- No tengo ninguna queja.
Sirius quería aullar de felicidad. Esa mujer era tan diferente a las mujeres que acostumbraba llevarse al cuarto de escobas o un armario.
Esa mujer lo hacía salivar tan solo por respirar. Y lo mejor de todo es que era suya. Su esposa. Una que no esperó ni eligió, pero estaba muy contento por ello.
