Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, esperando que disfruten el capítulo ;)


Draco desvió la vista de las mujeres que seguían riendo de forma discreta para no llamar la atención de los demás, avanzó buscando a la pelirroja por la que había ido, pero no, al parecer, no había asistido, o eso pensó hasta que la vio salir arreglándose el vestido y las ondas pelirrojas.

Draco se enfadó tanto que ni siquiera comprendía la razón de esa emoción, se detuvo frente a ella y elevó una ceja, la chica no sonrió ni lo recibió como esperaba que lo hiciera, así que la sujetó del brazo y la arrastró hasta las habitaciones, sorprendiéndole lo sumisa que lo siguió.

—Voy a hacerte una pregunta y quiero la verdad o todo esto se termina, ¿comprendes lo que digo?

—Supongo que lo hago –contestó confundida.

—Blaise Zabini.

—Es un nombre propio, no una pregunta como tal, bueno, si es una pregunta, faltó la entonación, que debería ser ¿Blaise Zabini? –Hizo un mohín que enfadó a Draco.

—Dime, ¿Qué pasa entre tú y Blaise Zabini?, ¿Es tu exnovio acaso?

—Esas son dos preguntas, en serio, deberías volver a la escuela elemental –bufó cansina –y realmente no comprendo a qué te refieres, yo no conozco a nadie…

Se quedó callada, sus ojos se abrieron bastante, ya que Draco lo notó aun cuando usaba esa enfadosa máscara que si bien ayudaba a ocultar su rostro, hacía cosas peores en ella.

— ¿Es el exnovio del que quieres vengarte?

— ¡Por supuesto que no! –Gruñó ofendida –si estás haciendo todo esto para que te diga quién es, estás bastante mal, no pienso decirte quien es, pero no es Blaise Zabini.

—Claro, ¿por qué entonces dice que estuvo con alguien y su descripción física es como la tuya? –Cuestionó.

—Ah, eso, para ser honesta, no quería recordar ese hecho vergonzoso, y no tengo por qué…

—Te recuerdo las reglas, y aunque no estén involucrados aquí, él, es, de hecho un socio, no puedes tener relación con él fuera de este sitio.

—Fue casualidad, fui con una amiga de fiesta y ella lo eligió, porque piensa que debo olvidarme de… mi ex –alcanzó a detenerse antes de nombrar a Michael –y bueno, es realmente atractivo, pero en cuanto lo llamaste y de su boca salió tu nombre, escapé rápidamente, no me alcanzó, por fortuna –respondió aliviada, como si sincerarse con él le quitara un gran peso de los hombros.

—Él está demasiado interesado en ti, y no quiero ni imaginar que pasará cuando se dé un poco de idea que esa pelirroja y la que trabaja aquí, es la misma.

—Pelucas, ¿recuerdas? Él no tiene la manera de saber que este es mi color natural, además, la primera vez que me vio aquí, ni siquiera llamé su atención, posiblemente es una absurda competencia contigo.

—Yo no tengo una competencia con él respecto…

—Claramente es algo inconsciente, o no, pero en serio, cuando defendí a Longbottom de él, me miró y no le llamé la atención para nada.

—Dime, ¿lucías como lo haces ahora? –Cuestionó Draco.

—No, llevaba la tonta peluca oscura.

—Es por eso, normalmente las morenas no le gustan casi nada.

—Ah, qué bueno y lo dices, consideraré el tinte.

La mirada de Draco fue hasta su esponjoso y bonito cabello pelirrojo, y sujetó un mechón, realmente la idea de ella con otro tono de cabello no le agradaba para nada, pero no lo dijo, se limitó a alejarse.

—Qué bueno que aclaraste las cosas, no me siento cómodo saliendo con una persona que estuvo con un amigo.

—Pues no estuvimos juntos, solo me besó.

Ginny omitió las caricias y los roces, no comprendía la razón por la cual Draco había ido hasta ahí a gritonearle sobre su ex, que bueno, sí, Zabini era atractivo, pero ella no tenía tan mal gusto como para salir con un tipo con esa clase de personalidad.

El rubio asintió conforme con la explicación que ella le dio y avanzó hasta la puerta sin decir nada más, ni siquiera detenerse, así que ella lo siguió, confundida, al llegar al área común, pudo notar los ojos de Michael Corner en ella, siguiéndola, así que se apresuró a sujetar a Draco del brazo, haciéndolo girar hasta ella y lo besó.

El inicio del beso se sintió incómoda, él estaba enfadado, pero conforme pasaron los segundos, lo notó relajarse así que correspondió el beso con demasiado ímpetu, ella quiso atribuir que su excelentes actuaciones se debían por lo mucho que quería restregarle a Michael lo que se había perdido con ella, Draco tensó la mandíbula cuando ella jugó con su lóbulo de forma demasiado sensual, ni siquiera sabía la razón por la que quería ocultarle que sus actos le habían provocado una erección.

¿Por qué?

No comprendía la razón por la cual aquello no le parecía aburrido y repetitivo, normalmente se aburría rápido, entonces ¿por qué todavía no lo hacía?, ¿Qué tenía esa chica que hacía que siguiera ahí como un idiota? Lo único que tenía en claro era que no quería volver a la habitación donde todo el juego terminaría, odiaba a veces las reglas que Bellatrix tenía, pero al mismo tiempo, las comprendía, él, muy en el fondo, no le agradaría que la vieran llegar al orgasmo, aunque fuese él quien lo estuviese provocando.

Ginny soltó un pequeño gemido cuando la mano de Draco se deslizó un poco más y la pegó a él, mientras le besaba el cuello y su otra mano amasaba suavemente su pecho, echó la cabeza atrás, mientras cerraba los ojos a causa de las sensaciones que estaba siendo dueña.

—M—

Se despertó agitada después de aquel sueño húmedo que había tenido, no podía comprenderlo, ya no era una adolescente hormonal, ¿por qué tenía días teniendo esa clase de sueños con Draco Malfoy?

La última vez habían llevado el juego público un poco más allá, tanto así, que él fue acreedor de una multa por romper las reglas de tal forma, que la próxima sería expulsado, sí, a pesar de ser el sobrino de la dueña del lugar, eso debería decirle a Ginny lo importante que tomaba Bellatrix Lestrange las reglas y lo su negocio, aun así, no prestó mucha atención a eso.

Tomó una ducha demasiado larga, se vistió y arregló para ir al trabajo y lo único que alcanzó a hacer en casa, fue llenar su termo de té, nada de desayuno, y todo el camino tuvo un horrible chillido saliendo de su estómago.

Al llegar a la sala de profesores, le quitó a Luna la mitad de la dona que le quedaba y la devoró como si fuese lo último que quedaba en el planeta, su estómago dejó de estremecerse un poco, así que suspiró satisfecha, y eso sólo le provocó una rápida ráfaga de pequeños y específicos recuerdos de su sueño.

—Comienzas a recuperar tu apetito, eso me agrada –comentó Luna, ofreciendo otra dona que la pelirroja aceptó con gratitud.

—No lo había pensado, solo que me desperté tarde esta mañana.

—El sueño debió valer la pena –se burló Lavander.

Ginevra le echó una mirada de reprobación, pero la verdad era que sí, el sueño había valido totalmente la pena como para perderse el desayuno esa mañana, sacudió la cabeza.

—Fue una pesadilla –comentó.

Era una mentirosa, pero todavía no estaba lista para contarles a sus amigas, del chico con el que estaba intentando provocar a Michael, que más que provocarlo a él, parecía provocarla a ella de formas que no conocía antes.

—Tengo que ir a trabajar, señoritas.

Sujetó sus cosas y avanzó decidida hasta su aula, sus alumnos estaban charlando tranquilamente, pero fueron a sus asientos en cuanto la vieron entrar.

—Buenos días, niños –los saludó en un tono más tranquilo y animado que antes.

—Buenos días, Miss Weasley –saludaron los niños.

—Creo que hoy será un día maravillo, ¿listos para la clase?

Después de un contento "sí", Ginny comenzó a explicar la lección de esa mañana, mientras sus alumnos prestaban suma atención a sus palabras.

El sonido de su teléfono la distrajo de sus alumnos que estaban contestando una actividad, avanzó para rechazar la llamada, no podía creer que había olvidado un detalle tan básico como apagar su teléfono o en su defecto ponerlo en silencio, les sonrió a los pequeños y frunció ante el número desconocido que la llamaba.

Vaya que tenía que ser alguien que no la conociera, porque de lo contrario, jamás la hubiesen llamado en horario de clase, y de ser una emergencia la llamarían…

—Señorita Weasley –dijo alguien en la puerta del aula –alguien quiere hablar con usted.

—Claro, ¿podría? –Cuestionó, la mujer asintió.

Ginny salió apresurada hasta la dirección, tenía que ser algo serio como para que la llamaran a la escuela tan solo un segundo de llamarla a su móvil, le sonrió a la secretaria del director y sujetó el teléfono.

— ¿Sí? Soy Ginevra.

— ¿Por qué no contestaste el maldito celular? –escuchó una voz pastosa.

—Ah, ¿disculpa? –Frunció el ceño.

—Dime, ¿tan entretenida estás con otro que ni siquiera contestas mis llamadas?

Ginny le sonrió a la mujer que la observó sorprendida, ya que los gritos se escucharon hasta su asiento.

—Estoy en el trabajo –le informó.

—Trabajo, ¿cuál precisamente?

— ¿A dónde llamaste, imbécil? –Bufó perdiendo la paciencia –mira, Michael, no me llames a menos que sea para decirme algo importante y de preferencia, cuando estés sobrio, y no vuelvas a llamar a la escuela, ¿está claro? –colgó.

Sonrió feliz, era la primera vez en años que lo ponía en su lugar de aquella manera, sino hubiese estado ebrio claro que lo habría sorprendido por darse su lugar, pero ella podía disfrutar todo aquello, le sabía tan bien aquella sensación.

—Regresaré a mi aula, y por favor, si vuelve a llamar, no lo comuniquen conmigo, gracias –le sonrió y salió tranquila.

Hubiese podido ponerse a gritar y bailar durante el pasillo, pero no era algo digno de una maestra, por muy feliz que estuviera, así que avanzó con una boba sonrisa en el rostro.

—Gracias por hacerte cargo –le sonrió a la chica.

—Es un placer, es uno de los grupos más tranquilos –le sonrió.

—Son todos unos trabajadores –aceptó Ginny alegre.

—Nos veremos, profesora.

—M—

Draco apretó la quijada en cuanto vio a la pelirroja, no podía creer que solo verla de espaldas, observando por el ventanal había sido suficiente para ponerlo un poco duro, ¿qué rayos le estaba pasando a él?

Se disculpó con Blaise y avanzó hasta la sola pelirroja, que quería creer esperaba por él, colocó su mano en la espalda baja y se pegó a ella, que sonrió dulce y se acercó más a él, para darle una cálida bienvenida con un beso apasionado.

Tenía que suponer que el desconocido exnovio de la joven ya estaba ahí, por eso esa calurosa y seductora bienvenida, él sonrió, besando su cuello y sujetándola más cerca de él, pasó su nariz por el largo cuello de la chica, que se estremeció ante el acto, apenas se había dado cuenta de que no llevaba puesto el perfume que le había pedido a Bella que le diera, aun así, su aroma era exquisito, al menos para él y las hormonas que ella había despertado.

—Deberíamos comportarnos –murmuró en tono bajo, con una sonrisa.

—No me preocupa otra sanción –informó.

—Te sacarán del club, y ¿quién me ayudaría con mi plan? –Cuestionó.

Aquellas palabras lograron que Draco perdiera todo el buen ambiente que le había provocado la joven, la observó con desdén, y se alejó hasta el sofá, dejándose caer con bastante elegancia.

—Quiero un trago –le informó cuando iba a sentarse.

—Claro –le sonrió enfadada.

Ginny balanceó las caderas de forma sensual, pudo sentir la mirada de Draco en ella, y no solo la de él, sino también la de Michael, y un par más que no le interesaba, fue hasta la barra y se detuvo junto a su exnovio, elevó un dedo, no habló para nada al lado de él.

La intensa mirada de Corner en ella le dieron un enorme placer extra, la venganza estaba siendo maravillosa, el barman le dio un whisky y se alejó de forma sensual hasta Draco, que tenía la mirada afilada en ella.

—Listo –lo extendió hasta él, que lo bebió de un trago y se lo dio de nuevo –bien, ¿seguro que no quieres la botella?

—Un nuevo trago –le informó.

Para Ginny era confuso esa actitud tan fuera de lo normal, que siempre tenía Malfoy, pero, en el fondo, él estaba disfrutando verla deslizarse de esa forma tan caliente, que lo había terminado de poner duro, sin duda quería ir hasta ella y tomarla ahí mismo, pero iba en contra de las reglas, y de su propio código ético, podía ser un imbécil, un creído, un mal tipo, pero no de la clase de perdedor que necesitaba forzar a una mujer para estar con ella.

Ginny se sentó en el regazo de Draco cuando volvió con el decimotercer trago, el rubio iba a tomarlo pero ella lo evitó, lo acercó a sus labios, y lo hizo tomar un trago, para besarlo después de forma apasionada, haciendo que Draco olvidara por un momento su enfado por lo que había dicho la joven hacía unas horas.

—Sino te molesta, me quedaré aquí, me duelen los pies, estos zapatos no son nada cómodos.

Ella elevó una pierna, mostrando sus zapatillas de color plata, de tacón de aguja del 15, se encogió de hombros, él no dijo nada, simplemente le sonrió.

—Al parecer toleras bien la bebida, me sorprendes –informó.

—Mi padre invirtió en toda clase de educación, no iba a permitir que su hijo se emborrachara al tomar un trago –suspiró –así que sí, tengo una buena resistencia al alcohol.

—Dime, ¿no le preocupó que te volvieras alcohólico?

—No creo, el alcohol lo tomo, pero no es algo que realmente disfrute –se encogió de hombros –disfruto más una botella de agua, que de licor.

—Es bueno escuchar eso –aceptó.

—Además, los borrachos no son algo que me agraden, desde luego no me puedo permitir ser algo así.

—Sí, lo supongo.

La charla se extendió bastante tarde, hasta que ella se quitó de su regazo, diciendo que era lo suficientemente tarde, que tenía que ir a casa, Draco no dijo nada, la dejó marcharse, después de unos minutos, él mismo se alejó.

Ya estando en la calle, desvió la vista cuando un manchón rojo llamó su atención, en efecto, la joven iba vestida de forma sencilla, y su rostro era sumamente bonito, tanto, que la piel de Draco se erizó con tan solo, volver a ponerle rostro a la chica, que sonreía agradeciendo a alguien por ayudarle a recoger lo que se le había caído.

Su auto se detuvo frente a él, suspiró y subió, quiso seguirla, pero eso sin duda iría más allá de lo que él mismo iba a permitirse, era un juego, un juego peligroso, pero al final de todo, algo que terminaría tan pronto como ella lograra su venganza y él… se aburriera de ella.

Avanzó rumbo a su apartamento, aun con la imagen de la pelirroja en su regazo, besándolo de forma tranquila, su comportamiento tranquilo evitó que Bella los enviara a las habitaciones así que pudo seguir teniendo esa clase de contacto con ella.

Dejó su abrigo y avanzó hasta la sala, encendió la televisión para ver los pormenores de las noticias, mientras luchaba con la imagen de la joven que se negaba a irse de su mente, y esa noche por primera vez en años, tendría una nueva protagonista en sus sueños húmedos.