Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, esperando que disfruten el capítulo ;)
CARO: No, Michael no es gay, más adelante se verá las razones que tuvo para hacer todo eso, gracias por el review :D
Habían pasado unos días, en los cuales pocos realmente se había topado con Draco, ya que su trabajo en la escuela había aumentado un poco, había dicho que faltaría, pero después de un tiempo tendría que volver, y más porque su "jefa", le había dicho que no podía darse tantas libertades, alguien ya había pagado por ella, aunque solo estuviera ahí "por Michael".
Bellatrix le ayudó a acomodar sus bucles, le sonrío satisfecha al corroborar que estaba vestida y arreglada tal y como a Draco le gustaban las mujeres.
—Estas muy feliz, Bella –murmuró Ginny.
—Draco había estado bastante deprimido desde que Millicent lo dejó, tengo que admitir que cuando le dije a Blaise que lo invitara pensé que se cansaría de venir después del segundo día, espero que logres levantarle el ánimo, Cissy ha estado preocupada por él, pero que se acercara a ti significa que tiene buen gusto, Ginny.
— ¿Cissy? –indagó.
—Oh, así le digo a mi hermana, Narcissa, la madre de Draco.
— ¿Es tu sobrino? ¿Por qué lo traerías aquí?
—Porque es un casanova, cariño, me caes bien, pero te lo digo, no vayas a hacerte muchas ilusiones al respecto de que te quiere para él ahora, se aburre rápido, sólo ayúdalo a pasar el bache de rompimiento, es un favor especial –la observó por el espejo –no vayas a atreverte a poner tus ojos en él –le sonrío –creo que con Michael ya tienes más que experimentado que los pobres como tú, no van con los ricos como ellos.
—Sólo estoy aquí por Michael –le recordó –puedes estar tranquila, Bella, tu sobrino no me interesa, así que lo ayudare a cruzar su bache, de todos modos eso me ayuda con mi venganza con Michael, que es quién en verdad me interesa.
—Me alegro, porque que mi sobrino te eligiera, ha hecho que algunos otros pongan sus ojos en ti, Blaise ya ha pagado por ti, en cuanto Draco se aburra, que será pronto, Blaise pidió ser el segundo.
—Yo no voy a acostarme con Blaise –advirtió.
—Cuando veas sus bolsillos, tal vez cambies de opinión, ahora ve al salón, a esperar a mi sobrino.
Camino de un lado a otro, y se alejó del bar cuando se topó con Michael, que aprovechando que estaba sola, se acercó a ella.
—Ginevra –la sujetó del brazo –solo atrévete a hablarme, para comprobar que eres tú, no puedo creer que cayeras tan bajo como para unirte a estas mujerzuelas.
—No veo por qué molestarte, estas aquí, pagando por ellas.
—Estoy aquí porque soy hombre, vamos, voy a llevarte de nuevo a nuestro apartamento.
—Suéltame –intentó zafarse.
—Te gusta esto ¿no? Yo también puedo pagar muy bien por ti.
—Yo ya he pagado muy bien por ella –intervino el rubio y sujetó la muñeca de Michael, haciendo que la soltara.
—Tú no te entrometas –soltó enfadado Michael –puedo devolverte tu maldito dinero, pero...
—Si no dejas de molestarnos, haré que Bella te saque ¿te queda claro?
—No hemos terminado y lo sabes, veamos qué opina Molly de esto.
Draco la observó frunciendo el ceño, no dijo nada, sólo le sonrío. —Ese es el tipo ¿no?
—Sí –admitió.
—Me hubieses dicho, habría dejado que te marcharas con él, creo que la venganza termino.
—No, no lo ha hecho, quiero que sepa que realmente arruino las cosas entre nosotros.
— ¿Que pudo hacer? –indagó.
—Lo dijiste, cuando estabas con tu prometida ninguna otra...
—Eres o eras su amante ¿qué pensaste? ¿Que dejaría a su novia por ti?
—Yo era su prometida –contestó ofendida.
—Demonios –soltó –siempre pensé que su novia era horrenda, obesa con granos en todas partes, por los gustos de su madre...
—Oh, sin duda, soy horrenda y sin clase –murmuró enfadada –puedo jurar que fue ella la que le recomendó venir aquí.
— ¿Te acostabas con él? Porque según por lo que tus compañeras le dijeron a Zabini, tiene serios problemas de disfunción –se encogió de hombros.
—Mira quien lo dice –se burló.
—Piensa lo que quieras.
Se sentó en el sofá de color blanco, observó a Corner en la barra viéndolos y le hizo una seña que entendió la chica y se acercó a él.
—No va a quitarnos los ojos de encima –la observó.
—Claro que lo hará –se sentó sobre las piernas del rubio y jaló la corbata para desabotonar su camisa, mientras la mano de él iba las piernas de ella, le dirigió una mirada de advertencia cuando ascendió hasta el dobladillo del vestido, él se encogió de hombros y besó su cuello, sin retirar la mano.
—Creo que le gusta el espectáculo –le comentó al oído y ella asintió levemente –podemos dar un buen espectáculo, ocupo tu permiso.
—Nada excesivo –le informó.
La sentó bien sobre sus piernas e hizo que la piel desnuda de la espalda de Ginevra tocara la piel desnuda de su pecho, y unió sus labios una sola vez en la nuca de ella, mientras sus manos fueron a las caderas y la meció un poco, sus ojos se posaron en el hombre que miraba enfadado, y estaba a punto de levantarse e ir hasta ellos, para gritarles, así que se levantó.
—Es hora de ir al cuarto –susurró y la llevó aprisa hasta el cuarto.
Cerró con llave, haciendo que lo observara, pero no dijo nada cuando él se sentó en el sofá, dejándole libre la cama a ella.
—Ese tipo estaba tan enfadado que si no huimos, nos hubiese hecho un escándalo en el salón.
—Nunca le había visto tan celoso –sonrío.
—Si mi ex prometida me hiciera algo así... Creo que reaccionaria igual que él.
—Yo no estoy haciendo nada malo, comparado con él, él se acostó con ellas...
—El juego que dejas ver en el salón es un tanto perverso, y más para un hombre, no dudo que muchos allá quieran acostarse contigo.
—Tu amigo es uno de ellos –se encogió de hombros.
—Lo sé, me ha dicho que más o menos cuanto tardare en aburrirme de ti.
—En cuanto Michael, voy a dejar esto cuando Michael me prometa que dejará de ser un hijo de mami, lo prometo –insistió.
—Espero que no tarde mucho, en realidad me aburro fácil.
—Será pronto, lo sé –informó con una sonrisa.
Draco se recargó en el sofá, observando a la joven recostada sobre la cama viendo hacia el techo, normalmente era lo que hacían cuando acudían a la habitación, recordar sus fantasías de hacía unos días con ella no ayudaba para nada, tenía que aburrirse pronto, o realmente dejar de frecuentarla, no tenía idea de qué pasaría primero.
Observó hacia el Támesis, desde su apartamento se alcanzaba a ver, observó su reloj, eran las ocho cincuenta y tres, camino de un lado a otro, la pelirroja le había dicho que ese día no iría, tenía un par de cosas personales que hacer y no asistiría, se sentía desesperado ¿Por qué seguía involucrado en ese tonto juego? Un mes había pasado y por extraño y frustrado que lo hiciera sentir, ese juego de roces y besos no le había hartado, por eso seguía yendo cada noche para verle, para sentir su cuerpo cerca del de ella, tal vez eso era, el juego erótico era lo que evitaba que se aburriera, saber que podía tocarla pero no aprovecharse de eso, era lo que lo mantenía abordo de esa estupidez.
—Estas en casa –murmuró su madre.
—No tenía ánimo de salir.
—Bella me ha dicho que estas de mejor humor, pero no lo noto.
—Hoy no es un buen día, para ser honesto, mamá.
—Sólo quería saber si no has olvidado el hecho de que pasado mañana hay una cena importante para tu padre y quiere que vayas.
—Estaré ahí, aunque sólo este un rato o llegue tarde.
—De algo a nada, es algo, estaremos en contacto –besó la mejilla de su hijo y salió.
Draco devolvió su mirada hacia el Támesis, quería distraerse lo suficiente para no pensar en la chica pelirroja que lo estaba enloqueciendo, pero Blaise tenía razón, no podía darse el lujo de que volvieran a jugar con él y tratarlo como un idiota, las cosas iban a cambiar definitivamente en ese aspecto.
—M—
Ginny tuvo que volver a leer la respuesta de uno de los exámenes, no había podido olvidar la noche pasada, mientras estaba en el salón, las manos de Draco la sostenían firmemente, como siempre, y cuando la sentó en sus piernas, pudo percibir la erección de él, aunque fingieron él que no la tenía, y ella que no la había sentido, tenía que detener el juego antes de que en verdad llevará a algo más y no pudiesen detenerlo.
—Michael sigue sin darse cuenta, ¿cierto? Creo que es momento de renunciar a volver con él, Ginny, estás perdiendo el tiempo en ese lugar, con alguien que después de todo, no te conocía tan bien como para reconocerte –comentó Luna en un tono tranquilo.
—Tienes razón –tragó saliva, era lo mejor para ella, terminar con esa tonta venganza, y dejarse de engañar, realmente no continuaba yendo a ese sitio por Michael, sino más bien por todo lo que Draco Malfoy le hacía sentir con los pocos toques y besos que le daba, pero era momento de ponerle fin, no quería hacerse tontas ilusiones, Bellatrix ya se lo había dicho, los chicos como él, no eran para chicas como ella.
Draco la ubico de inmediato, al fondo del salón, cerca de la ventana, el vestido negro y holgado le hacían ver ardiente, se pegó a ella, sujetando sus caderas y besando su cuello, la pelirroja se giró hasta él y le sonrío, permitió que le besara el cuello y ascendiera por su mentón hasta sus labios, en algún momento había dejado de pedirle permiso para aquellos atrevimientos y ella dejo de otorgarle miradas de advertencia, así que no estaba tan equivocado, había más que tensión sexual entre ellos, y era cuestión de días, para que terminara entre sus piernas.
—Te ves ardiente –susurró en su oído.
—Bella conoce tus gustos, eso es lo que dice cada que elige mi vestuario.
—Tendré que agradecerle después, en serio –dijo sonriendo de lado.
Besó el cuello de la chica de nuevo y sus manos fueron hasta el dobladillo subiéndolo lentamente, se alejó agitada y lo jaló de la corbata hasta la misma habitación donde toda la pasión terminaba.
Ginny observó sobre su hombro al castaño que les siguió, y Draco se percató de ello también, así que se detuvo frente a la puerta y la acorraló, aumentando la intensidad del beso, abrieron la puerta y la recargo de nuevo en ella, colocó el pestillo a la puerta, la llevó hasta la cama y se subió sobre ella, sabía que eso seguía porque lo más seguro era que Corner estuviese pegado a la puerta intentando escuchar lo que ocurría.
Ginny empujó a Draco, para colocarse sobré él y poder detenerlo cuando creyera que Michael se hubiese ido.
—Quítate el vestido –ordenó en un tono grave, acariciando las piernas –desvístete para mí, como siempre –ella sonrió.
— ¿Por qué esta vez no me lo quitas tú? –su voz salió un poco más excitada de lo que pensó.
—Por qué si lo hago, van a ser mis reglas, no las tuyas.
—Es nuestra última farsa –murmuró en su oído –no volveré más a partir de esta noche –confesó en voz baja
— ¿Es en serio? –tragó saliva, si seguía sobre él iba a perder los estribos, ella asintió.
—Sé un chico malo –sonrío –quítamelo tú ¿tengo que suplicar por ello?
Se incorporó y se deshizo del vestido, la lencería que estaba usando provocó una sonrisa en él, realmente deseaba que Corner no se fuera de la puerta, para poder de una vez por todas, follar a la pelirroja como había estado deseando desde que los roces le hicieron tener una erección.
— ¿Te gusta lo que ves? –provocó, ni siquiera sabía si esto iba dentro del juego que tenían o realmente estaba suplicando porque la hiciera suya.
Alejó las caderas cuando sintió los dedos del rubio presionar su sexo, la mirada gris se volvió plomo al notar la humedad entre las piernas de la chica sentada a horcajadas sobre él.
—No me gusta, me fascina al grado de volverme loco –la besó y volvió a ponerla bajo él, sus dedos acariciaron sobre las pantaletas de encaje negro la humedad, mientras con la otra la levantaba para desabrochar el sostén, le observó sorprendida de que pudiese hacer las tres cosas a la vez, despojarla del sostén, besarle entre los pechos y jugar con sus dedos entre sus piernas, alejó las caderas de su mano, lo que menos quería es que realmente le provocará un orgasmo, se alejó un poco desnudándose el torso, los pectorales y el abdomen marcados la descolocaron, tragó saliva, Draco besó el pecho, entre los pechos y descendió hasta el vientre y se estremeció cuando la calidez de su boca se pegó a su sexo, la sujetó de las caderas cuando intentó huir de esa sensación de placer –hueles delicioso cuando estas excitada –murmuró.
Arqueo la espalda y gimió como respuesta, un golpe se escuchó en la puerta y los pasos se alejaron, la pelirroja apretó las cobijas debajo de ella y chilló a causa del placer.
—Ya –susurró cuando él estuvo sobre ella besando sus pechos, lo alejó.
Se levantó de la cama aun con la respiración agitada, se colocó las pantaletas y el sostén, se observó en el espejo, su cabello parecía como si tuviese un par de nidos de pájaro, se puso el vestido, él la sujetó de la cintura.
—Voy a devolverte el dinero que me dieron a mí –contestó y cerró los ojos cuando besó su cuello y masajeó sus senos.
—Terminemos con lo que provocó tu ex y no tendrás que devolverlo.
—Lo siento –se alejó –le diré a Bella que te has hartado de mí, y le pediré a su secretaria tu número de cuenta.
Salió apresurada de la habitación.
