Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, esperando que disfruten el capítulo ;)
La cara de Ginevra al verlo en el pasillo de la escuela en la que trabajaba fue todo un poema, Draco mentiría si dijera que no disfrutó de ver el temor en sus grandes ojos color chocolate, sin duda aquello iba a ser mejor de lo que pretendía, no esperaba que ella lo viera tan pronto como llegara al lugar, sin embargo eso no arruinaba sus planes para nada.
La oficina del hombre era pequeña —en comparación con la de él—, observó con un gesto de menosprecio a su alrededor, sin importarle que el hombre lo notara, incrementando mucho la incertidumbre del porqué iría a ese lugar, al ver su comportamiento, se acomodó el saco y observó al viejo director sonreír confuso.
—Disculpen –la voz temerosa de Ginevra lo hizo sonreír de lado.
—Señorita Weasley, creí decirle que…
—Es que en verdad, yo…
—No se preocupe, ¿le importa si nos deja solos un momento? –Cuestionó.
—Es que… ¿ustedes se conocen? –Elevó una ceja, observando de uno a otro.
—Bueno…
—Esa respuesta por el momento no la obtendrá ¿nos puede dejar solos?
El hombre colocó una mueca que dejaba claro que "Esa era su oficina", sin embargo, era Draco quien lo estaba solicitando, así que aunque aquello no le gustara, tendría que hacer caso, se levantó de su silla y avanzó hasta la puerta.
—Usted y yo tendremos una charla muy seria después –amenazó a Ginevra, en el tono más silencioso que pudo, aun así, el rubio escuchó.
—Director Wittaker –comenzó la pelirroja.
—Nada –la acalló bruscamente –nos veremos en el área del comedor cuando se desocupe, Señor Malfoy –murmuró Wittaker.
El sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas no significó mucho para Draco, era ella quien tenía que comenzar a hablar, pero no lo hizo, tardó un largo minuto, hasta que llegó al escritorio, apoyando ambas manos en el escritorio e inclinándose hasta él, aquella vista sin duda le agradó demasiado, y su sonrisa de lado se lo dejó en claro a la pelirroja.
—No sé qué demonios haces aquí, pero tengo el presentimiento de que no es para nada bueno –murmuró –Draco –lo nombró, golpeando el mueble, para llamar su atención, ya que se había perdido en sus pensamientos.
—Bueno, me hubieses dejado hablar con tu jefe y tendrías esa respuesta –sonrió burlón ante la expresión de falsa sorpresa de la chica.
—Claro, para que le informaras que trabajaba en el club de tu tía Bellatrix, y que tuve sexo contigo, ¿no es así?
—No lo sé, posiblemente eso hubiese podido salir en una conversación casual entre tu jefe y yo –se encogió de hombros –o ¿tú qué opinas? –sonrió.
—Opino que no entiendo por qué rayos estás haciendo esto, eres endemoniadamente rico, atractivo y has dejado muy en claro que puedes tener todo y a todas las que quieras a tus pies, entonces ¿por qué me estás haciendo esto, Draco?
—Tú lo has dicho, puedo tener todo y a todos los que quiero a mis pies, y adivina quien no está a mis pies en este momento –la observó serio.
—Eso es lo que quieres, que me humille para que no le digas a mi jefe que me acosté contigo, ¿por qué? No soy la última maravilla del mundo, claramente hay mujeres más atractivas, con más dinero, todo un mundo de posibilidades… En serio, no soy nada especial…
—Y lo sé, no eres para nada especial, ni siquiera yo sé, pero a veces cuando alguien me hace enfadar, me gusta hacerlos enfadar.
—Hacerme enfadar –se burló Ginny –en tu mundo, supongo que arruinar un negocio o dos, no hay tanto problema, aquí no arruinarías un negocio ni dos, arruinarías mi vida, Draco –se incorporó desesperada, llevándose la mano al rostro, intentando controlarse.
—Bueno, ya sabes lo que dicen, ¿no es así? Cuidado de a quién haces enojar –se encogió de hombros, divertido.
—Sí, ya veo que estás disfrutando esto –informó negando.
—Desde luego que sí, teniéndote ahí de pie, sufriendo con algo que aun ni siquiera hago –soltó una risa grave y seductora –pero ¿sabes qué también disfruto? –Elevó una ceja cuando ella levantó la vista hasta él.
—Ah, esto es por sexo –se burló.
—Realmente no –informó –o quizás, no lo sé.
—Bueno, te estás comportando como un niño mimado –bufó la chica.
—Y curiosamente tú, eres una maestra de primaria –se burló él.
Draco notó como Ginny se tensó cuando él se puso de pie, de forma lenta y amenazadora, para cualquiera aquél gesto hubiese sido de que realmente nada de lo que hiciera o dijera, lo haría cambiar de opinión, pero era ella, y posiblemente si le suplicaba un poco, dejaría todo por la paz.
—Para tu desgracia –informó –no me interesa jugar el rol de un niño mimado –aceptó –sin embargo, el juego sí me interesa –colocó su mano en la mejilla de Ginny y se acercó a ella, rozando sus labios –si suplicas un poco, puedo olvidar la razón por la que vine hasta aquí, y lo tomaré como una pérdida de tiempo.
Ginny contuvo la respiración cuando él sujetó su hombro y le indicó que se hincara frente a él, de inmediato comprendió que lo que él quería no era que se arrodillara y suplicara perdón, así que cuando sus rodillas tocaron el suelo, sus manos fueron hasta las piernas del rubio, la tela de sus pantalones se sentía demasiado suave al tacto, sin duda era de máxima calidad.
El corazón de Draco se agitó al ver la mirada de enfado de Ginevra desde su posición, acercó su rostro, sus manos temblaban, de la furia, supuso él, cuando las estiró para abrirle la bragueta, la mujer no se sorprendió al notar la erección, sin duda sabía lo mucho que esto lo estaba prendiendo, él gruñó de placer en cuanto la boca de la pelirroja albergó un poco de su miembro.
La mirada de furia no se fue en ningún momento de todo lo que tomó que él se viniera, la chica se puso de pie, se limpió la ropa y pasó su mano por sus labios, dando por terminada su humillación.
—Ah, en serio, ¿eso es todo? –Elevó su ceja platino, haciéndola girar enfadada.
—Te acabo de hacer un oral, Draco –informó furiosa –así que…
—Bueno, eso lo hiciste sin que te lo pidiera –informó é.
—Pero… pero…
Ginny abrió y cerró la boca sin poder hilar una frase coherente para insultarlo, Draco se acercó a ella, terminando con el problema de la pelirroja cuando la besó, la sujetó de la cintura, haciendo que ella rodeara su cadera con sus piernas y la sentó sobre el escritorio de Wittaker.
—Sin duda esto sí es lo que quiero de ti –informó en un tono bajo.
—Es la oficina de mi jefe y…
—No me interesa, da igual –informó, llevando su mano a la intimidad de la pelirroja –vaya, que noto aquí, la señorita Weasley está lo suficiente lista como para esto, a pesar de que se hizo la digna –se burló.
—Oh, cállate –bufó.
Draco le hizo caso y se enfocó en su parte sur, los dedos de la mujer se enredaron en su cabello y tiró de ellos con bastante fuerza, él sonrió divertido, sabiendo que aquella fuerza extra era su manera de desquitarse por lo del oral "no solicitado" de su parte.
—Draco –chilló retorciéndose de placer.
—De acuerdo –sonrió.
El rubio se abrió los pantalones y los bajó un poco, se acomodó entre las piernas de la mujer, acercándose a ella para comenzar a besarla, ella sin duda recibió el beso sin problema alguno, echó la cabeza un poco hacia atrás cuando lo sintió adentrarse en ella, los labios de Draco quedaron pegados en su mentón, mientras se empujaba a sí mismo dentro y fuera de Ginny, que separó los labios para soltar un pequeño gemido, claramente estaba conteniéndose en comparación de las veces anteriores, pero no le interesó, estar en ella era la sensación más maravillosa que había experimentado en toda su existencia, su mano se colocó en la espalda de la mujer y la pegó a su pecho, ocultando su rostro en la curvatura de su cuello y su hombro, aspirando toda su esencia, algo tenía que sin duda lo volvía completamente loco.
Ni siquiera pensó, pero cuando menos lo esperó, clavó sus dientes en el hombro de la mujer, haciéndola jadear un poco, al parecer no le había molestado que lo hiciera, así que continúo empujando sus caderas contra ella, sintiendo cada vez más cerca su liberación, aquello era lo que había estado deseando, estar albergado en ella, sintiendo su calor y su cuerpo contra él, aquello sin duda le brindaba más placer de lo que realmente él mismo esperaba.
—M—
Ginny esperó paciente a que las clases terminaran, Draco se había quedado solo en la oficina del Director Wittaker, una vez que terminaron, ella se arregló y salió sin esperar alguna explicación o alguna palabra de su parte, simplemente esperaría tranquila a que su jefe le hablara para despedirla o algo, pero aquello no ocurrió, una vez que todos los alumnos se hubiesen ido, y ella terminara de calificar algunas pruebas, avanzó hasta la salida, para su sorpresa, Malfoy seguía ahí, observando de forma tranquila a los alrededores.
—Oh, pensé que nunca saldrías –sonrió divertido.
—La verdad, no creí que siguieras aquí, ¿puedo saber qué esperas?
—No qué, a quién –sonrió divertido –la verdad, quería ir hasta tu salón, y repetir lo que hicimos hace un tiempo –se encogió de hombros.
—Sí, no volverá a pasar –gruñó, y avanzó.
—No sé qué es lo que pasa, si claramente lo disfrutas –la sujetó del brazo cuando intentó pasarlo.
—En serio –se burló –en serio ¿en serio no sabes qué me pasa? –Negó –sin duda es algo de ustedes los millonarios, que creen que solo porque nosotros, los pobres tenemos que hacer todo lo que ustedes quieren y seguir sus jueguecitos solo porque no logramos la suerte de nacer en la cuna de oro –se zafó.
—Claramente… -Draco resopló –tú iniciaste este juego ¿recuerdas?
—También recuerdo haberlo terminado, ¿recuerdas eso tú? Incluso tú, lo terminaste la primera vez que viniste aquí y me follaste en el aula donde doy clases –le reprochó.
—Oh, ahora estás ofendida, cuando claramente te retorcías pidiendo más –gruñó Draco enfadado.
—Es que ese no es el problema, Draco –se burló.
—Ah, ¿entonces cuál? –Elevó una ceja –instrúyeme en ese caso, vamos, profesora Weasley –la alentó.
—Sabes, aunque te lo explique, no creo que lo entiendas –lo encaró.
—Pues no lo sabremos si no me lo explicas, o al menos lo intentas ¿no lo crees así?
—El problema –comenzó –es que todo esto –hizo un ademán –el juego, todo, siempre quieres obtenerlo por la fuerza –comentó en un tono decepcionado.
— ¿A la fuerza? –Interrogó, retrocediendo un paso –yo no… te he forzado a estar…
—Draco, todo esto siempre ha sido consensual, el sexo, lo disfruto, me gusta, pero siempre, todas las circunstancias, son tú, amenazándome con arruinar mi vida sino tengo sexo contigo –negó un poco desesperada –y realmente… ¿no crees que podríamos llegar a un maldito acuerdo? O… dime, lo que te prende es tener el control real, sobre mi destino.
—Absolutamente no –informó firme –nunca he usado mi posición ni forzado a ninguna mujer a estar conmigo.
—Claro, entonces, tus amenazas, ¿qué pensabas que eran?
—Un juego de poder –aceptó –pero no uno de manipulación para forzarte, creí que… salvo esta ocasión, donde sí estaba enfadado, y quería arruinarte un poco, nunca pasó por mi mente decirle a tu jefe sobre el trabajo en el que te conocí.
—Es por esto, que las reglas de tu tía son claras, Draco –murmuró.
—Bien, me disculpo por ello –se llevó una mano al pecho –te perdonaré seis meses de renta a causa de este malentendido –comentó, haciéndole sonreír.
—Pues… gracias, no sé qué más pueda decir.
—Bueno, un sí a mi invitación a comer puede ser un inicio, ¿quieres ir a comer conmigo? –Cuestionó.
La mirada de Ginny se enfocó en la bonita sonrisa de Malfoy, aunque estaba siendo coqueto, y claramente no era una sonrisa genuina, le gustó, él extendió su mano en su dirección, mientras mantenía la otra en su pecho, se inclinó un poco hasta ella, alentándola a aceptar, la sonrisa de Ginny se desdibujó cuando vio a Lavander y a Luna salir al patio, retrocedió unos pasos y se aclaró la garganta.
—Lo lamento –habló fuerte y claro, haciendo que él bajara la mano –desconozco lo que me dice.
—Pero…
— ¿Lista para irnos, Ginny? –Cuestionó Luna, en ese tono suave de siempre –Rolf nos espera en la esquina.
—Sí, claro, vamos –le sonrió nerviosa y observó a Malfoy –lamento no poder ayudarle, espero tenga suerte.
Ginny no supo si su actitud distante y fría enfadó al rubio, que recuperó el semblante estoico de siempre, observó a las mujeres recién llegadas y después a la pelirroja, se encogió de hombros y suspiró.
—Descuide, supongo que buscaré a alguien que pueda ayudarme, en ese caso.
—Si es relacionado con la escuela, el Director Wittaker no se ha marchado –habló Lavander observando de Ginny a Draco.
—Exacto –soltó Ginny –el señor Wittaker, le podrá decir lo que ocupa su sobrino –se aclaró la garganta –ahora, lo lamentamos, pero tenemos que irnos, yo tengo un compromiso y tengo que llegar pronto a casa.
—No se preocupe –soltó en un tono más ligero Draco –y perdón por entretenerla, señorita…
—Weasley –se presentó estirando la mano –Ginevra Weasley, si llega a un acuerdo, posiblemente la profesora de su sobrino.
—En ese caso, espero que pueda llegar a eso, se ve que será una excelente influencia para un problemático de primera como lo es mi sobrino.
—Es hora de irnos –la sujetó del brazo Luna.
—Hasta luego, señor…
—Draco Malfoy –se encogió de hombros –pero llámame Draco.
—Hasta luego, Draco –retrocedió un paso y se giró cuando Luna volvió a tirar de ella para que se marcharan.
Ginny ocultó por completo su sonrisa encantada cuando avanzaron hasta la acera, Luna observó sobre su hombro al hombre que no les quitó la vista de encima hasta que se alejaron por completo, suspiró una vez que se perdieron de la vista del hombre, observó a Lavander y después a Ginny, ninguna había dicho palabra alguna desde que arrastró casi a la pelirroja lejos del hombre.
—Por fin, ese tipo no me da buena espina –suspiró –llámame loca, pero no tiene ningún sobrino que inscribir en el colegio, además, la ropa que lleva puesta es más cara que la colegiatura de esta escuela –murmuró.
—Bueno, no lo sé, él solo me hizo un par de preguntas y…
—Lo sé, pude notar el interés poco sano que expedía hacia ti, mira, sé que Lavander y yo te hemos incitado a salir con alguien, aunque sea de una sola noche, pero que no sea un tipo tan raro como ese, por favor.
—Descuida, no lo haré.
Decirle a Luna que era un consejo que le llegaba demasiado tarde, estaba de más, le había dicho entre líneas que lo esperaba en su apartamento, así que tenía que llegar ahí antes, para tomar una ducha, suspiró y le sonrió a sus amigas.
—Las dejo, tengo una cita con mi nuevo apartamento y el desorden que hay ahí.
—Buena suerte –se despidió Luna.
Ginny no supo si Draco entendió o no su invitación secreta, pero le dio tiempo para tomar una buena ducha, como él no llegó a las dos horas, comenzó a arreglar las cosas que tenía en la otra habitación, posiblemente se había enfadado, se giró frunciendo el ceño cuando el intercomunicador sonó.
— ¿Sí? –Cuestionó confundida.
—Señorita Weasley –dijo el portero –hay un pedido a su nombre ¿puede subir?
—Ah claro –autorizó –pero… yo no pedí nada –comentó a la nada cuando reaccionó.
Ginny abrió la puerta cuando tocaron, lo primero que vio fue una bolsa de estraza, y lo segundo a Draco, al parecer, había ido a comprar la comida, lo divertido, es que él no la llevaba, sacó unos billetes y se los dio de forma brusca al repartidor cuando notó la forma en que observaba a la chica.
—Ya te puedes marchar –golpeó el pecho con los billetes y los soltó.
Eso hizo que el repartidor desviara su vista de ella, él tomó la bolsa, entró y cerró la puerta sin esperar una contestación o palabra alguna del joven.
—Pensé que no ibas a venir –murmuró.
—Bueno, pedí comida, es un poco lejos de aquí –se encogió de hombros –así que ¿comemos y después llegamos a un acuerdo o llegamos a un acuerdo y después comemos? –Elevó una ceja.
—Tengo hambre, así que primero comamos, eso me agrada más –sonrió –sujetó la bolsa y avanzó hasta la mesa –iré por los platos.
—No, no me molesta usar el desechable, por esta única ocasión –le informó.
—Bien, se nota que tienes prisa por ir…
—Tengo prisa por el acuerdo, y después si es favorable, follar en la mesa –le informó quitándose el saco –así que… apresurémonos a comer ¿bien?
—Supongo que la comida puede esperar –sonrió divertida y lo besó.
