Capítulo 10: Incomoda situación
***Kagome***
No sentí el camino para mi casa. Mi cuerpo estaba todo rígido y ni si quiera era por el viaje, sino más bien por todo lo que estaba pensando. Seguí marcando el número de sota en el camino, pero por más que sonaba él no contestaba. La desesperación estaba tomando lugar y no había nada que pudiera detenerla. Cuando Inuyasha estaciono la moto yo me baje de ella tan rápido que casi me caigo, de no ser por él que me sostuvo del brazo.
-Tienes que tranquilizarte Kagome, estoy seguro de que no les paso nada- quería creer en sus palabras, pero solo de pensar que algo les podría haber sucedido me aterraba. Yo era la responsable de ellos dos, soy quien tiene que estar al tanto de que estuvieran bien.
-Estoy tranquila- me quite el casco y se lo estaba entregando, pero él en lugar de tomar el casco tomo mis muñecas y me hizo mirarlo.
-No lo estas- sabía que no podía perderme en esos ojos dorados, aun cuando me tranquilizaran, no podía hacerlo.
-Tengo que subir ya- lo mire con la misma insistencia que él lo hacía y entendió. Así que me soltó una muñeca, tomo el casco y lo dejo en uno de los manubrios y después camino sin soltarme la otra mano. A pesar de ser yo la que tenía más prisa de pronto era Inuyasha quien iba en frente jalándome para que caminara a su ritmo. En ningún momento quito su mano de mi muñeca, sentía de alguna manera cálido y reconfortante. Cuando llegamos a la puerta de mi departamento puse rápidamente la clave de acceso y en cuanto entre el pequeño Shippo se lanzó a mis brazos, fue hasta ese momento que Inuyasha soltó mi muñeca para que yo pudiera ponerme a la altura del pequeño Shippo.
-¿Estas bien? ¿No te paso nada? ¿Dónde está Sota?- había puesto a Shippo en el suelo y lo estaba checando por todas partes tratando de encontrar alguna herida, golpe, cualquier signo de lesión.
-Kagome, Kagome estoy bien. Sota dijo que tendría que salir un momento y me dijo que me portara bien hasta que tu llegaras y eso hice
-¿Qué?- de repente me di cuenta de que todo este tiempo había estado reteniendo el aire y que por fin lo soltaba. Me deje caer hasta que mi trasero toco el suelo- Le estuve marcando a su celular y no contestaba…
-Debe de ser el celular que ha estado sonando, cerro su cuarto antes de irse creo que lo olvido- la cara inocente de Shippo no me permitía enojarme del todo- ¿Kagome estas bien?- me había llevado las manos a la cara y estaba tratando de tranquilizarme.
-Estará bien, solo se ha asustado un poco- me había olvidado de que Inuyasha se encontraba atrás mío
-¿Asustado? Kagome ¿Este hombre extraño y feo te hizo algo?
-¿Qué dices?
-Kagome hay que llamar a la policía. El hombre feo me da miedo- no pude evitar reírme de la escena que estaban haciendo.
-Cálmense los dos. Shippo él es Inuyasha y es un amigo- Shippo se quedó viéndolo como si lo estuviera analizando.
-¿Amigo?- dice Shippo aun con duda
-¿Amigo?- Repite Inuyasha, pero a diferencia de Shippo su tono era de desanimo.
-Déjate de tonterías y…- me estaba levantando cuando me di cuenta de que se encontraba a la misma altura que yo, nuestros rostros quedaron a tan solo unos centímetros de distancia. Sentí que la cercanía había hecho enrojecer mi cara, así que voltee rápidamente hacia donde estaba Shippo- deja que me levante- Shippo se hizo hacia un lado y estaba intentando ayudarme, solo que sentí otros brazos que me tomaban para alzarme. Hasta su contacto hizo que mi piel entera se electrificara con solo sentirlo.
-¿Crees que puedas caminar?- me dijo Inuyasha aun atrás de mí. Ya me había soltado, pero aun sentía su aliento muy cerca de mí.
-Claro que puedo, ¿Por qué no podría?- di un paso hacia enfrente y sentí que mis piernas temblaban al tener que aguantar mi peso. De no haber sido por Inuyasha que me tenía sujeta de los hombros, habría vuelto a caer al suelo.
-Eres demasiado terca- sin siquiera pedirme permiso me levanto de las piernas hasta llevarme al sillón. Vaya, ahora se que el cargar de princesa es algo de familia.
-¿Puedo saber qué haces?- mi tono, a pesar de que buscaba que sonara enojado, no salió de ese modo. El nerviosismo salía a flote
-Lo más seguro es que por lo de Rin no durmieras en toda la noche, además te alteraste mucho hace un momento. Eres doctora, deberías de saber que tu cuerpo te está cobrando factura, ahora que sabe que todo paso- Inuyasha me quitaba los zapatos mientras me decía todo eso y al final volteo a verme a los ojos
-Lo sé, no tenías que traerme al sillón, yo podía hacerlo sola- quite mis pies y los entrelace en el asiento, sentía extraño cada vez que me tocaba y su mirada era como si estuviera regañando a una niña pequeña
-Necesitas un poco de azúcar o tu cuerpo no se recuperará pronto- definitivamente no estaba haciendo caso a lo que le decía.
-¿Azúcar? Yo tengo unos chocolates en mi cuarto- sin esperar que Inuyasha le dijera algo más corrió hacia las escaleras, solo que se detuvo antes de pisar el primer escalón para voltear a ver directamente a Inuyasha- iré a buscarlos rápido, así que no te atrevas hacerle algo a Kagome ¿Me escuchaste hombre feo?- Inuyasha hizo un gesto de disgusto y estaba a punto de contestarle cuando yo puse mi mano en su brazo
-Estare bien Shippo, no te preocupes- Shippo solo apunto a Inuyasha como en señal de que lo estaba vigilando para después subir por las escaleras hacia su cuarto. Tal vez si necesitaba algo de azúcar, pero también me estaba muriendo de hambre, sabia con exactitud que mi cuerpo me estaba pidiendo un descanso.
-¿Has comido algo?- sentí extraño, como si Inuyasha hubiera leído mi mente. Tal vez era algo que podía deducir claramente por mi estado, no necesitas ser psíquico o doctor para darse cuenta de que no había comido nada todavía.
-No, pero, ya me parare para hacerme algo
-Si quieres…yo puedo…hacerte algo- de pronto había perdido toda la confianza de hace rato, cuando estaba "peleando" con el pequeño Shippo. Ahora mismo frente a mis ojos parecía un niño pequeño, lleno de vergüenza.
-No es necesario- trate de levantarme, pero él me sujeto para que no lo hiciera y cuando me iba a quejar un sonido que provenía de su estómago me hizo darme cuenta de que el que tenía hambre era él realmente- si tenías hambre solo debías decírmelo- no pude evitar reírme y él se ruborizo un poco, al menos eso pude ver antes de que me diera la espalda
-So…solo es ruido estomacal, no significa nada- me levanté y me puse en frente de él. Trataba de no hacer contacto visual conmigo, me supongo que era por lo apenado que se encontraba en estos momentos. De pronto hice algo que hasta a mí me sorprendió.
-Ven, vamos a hacernos algo de comer- Tome su mano e Inuyasha abrió de más los ojos siguiendome obedientemente hasta la cocina.
No pasaron ni 10 minutos cuando el pequeño Shippo ya se encontraba con nosotros en la oficina, no dejaba de ver con cierto recelo a Inuyasha mientras que luchaba para que mi atención estuviera completamente en él.
-¿Segura que te sientes bien Kagome?- con esta era la quinta vez que Shippo me hacia la misma pregunta
-Si, ya te dije que estoy bien, solo fue un susto- Inuyasha y yo estábamos cortando la comida mientras que las ollas en la estufa se calentaban
-Veo que estas muy cómodo aquí, ¿Ya terminaste tu tarea? Recuerda que la próxima semana hay junta de padres y no quiero que me den alguna sorpresa- como si le hubiera dado en el clavo se puso recto, en señal de que estaba nervioso.
-Estoy por terminarla
-Entonces ve a hacerlo, esta tarde nos vamos a poner a estudiar, así que no tendrás tiempo- Shippo hizo cara de sufrimiento, pero después volteo a ver con odio a Inuyasha, quien se estaba comenzando a reír de él.
-No puedo- dijo con un tono seguro.
-¿No puedes?- Shippo negó con la cabeza- ¿Por qué no puedes?
-No te puedo dejar con la bestia- Inuyasha en ese mismo instante dejo de hacer lo que estaba haciendo y vi que le devolvió la mirada de odio que hasta hace unos segundos le había enviado el pequeño
-¡Shippo! Eso es grosero, ve hacer tu tarea o tendrás un castigo- sabía que iba a contestar con algo, pero al ver que estaba hablando en serio, solo agacho la cabeza y salió lentamente de la cocina. En cuanto lo hizo solté un largo suspiro.
-Shippo… ¿Es tu hijo?- no era la primera vez que me lo preguntaban, pero claramente me había tomado por sorpresa la manera en la que lo me lo decía. Fue como si esa pregunta se le hubiera escapado por completo. Pero de repente me dio curiosidad saber cuál sería su reacción o qué pensaría si evitara la pregunta.
-¿Tiene algo de malo?
-No- Inuyasha no pensó ni un segundo su respuesta- estamos en una época donde eso sería lo más normal, ya no hay nada que nos sorprenda- había tomado un tono serio
-¿Por qué tiene que ser mi hijo? Podría ser simplemente mi hermano
-No puede ser. No sabiendo lo que paso con tus padres…- Inuyasha no dejaba de cortar y poner comida en una de las ollas. Mientras que yo me había quedado estática ante lo que me había contestado
-¿Cómo?- Inuyasha dejo de cortar en el momento que se dio cuenta de lo que dijo, mientras que yo estaba ansiosa esperando su respuesta.
-Eres hermana de la famosa actriz, todos conocemos la historia de su familia y del grave accidente que tuvieron. Por eso Shippo no puede ser tu hermano- eso era cierto, Kikyo había dado una entrevista a una revista hace tiempo. En donde especificaba lo que había pasado con nuestros padres, tal vez era yo la que estaba pensando de más. Fue como si mi corazón dejara de latir por un momento y después se diera cuenta de que había sido solo una falsa alarma.
-Cierto, por un momento olvide que tengo una hermana famosa- seguí cortando y cocinando. Inuyasha hizo lo mismo en completo silencio, después de unos minutos decidí hablar- no es mi hijo- Inuyasha estaba sumido en sus pensamientos así que volteo a verme un poco confundido-Shippo, no es mi hijo. Sus papás murieron hace poco y yo decidí hacerme cargo de él. Al principio solo lo hicimos mientras encontraba un familiar o alguien con quien se pudiera ir. No tiene a nadie más así que…
-Es muy noble de tu parte- sentí como Inuyasha cerro la distancia entre nosotros y de nuevo mi corazón comenzó a latir como loco.
-Es solo un niño, no podía dejarlo sufriendo- no había notado que unas lágrimas se me habían escapado, hasta que Inuyasha paso su mano por mis mejillas.
-Entiendo a la perfección como se siente Shippo, es difícil crecer solo
-¿Tu creciste solo?- sus ojos no veían los míos, pero, aun así, pude deducir que mostraban tristeza y dolor
-No es importante ahora- su voz cada vez se hacía más profunda- Cuanto más te conozco, me doy cuenta lo perfecta que eres- el momento se sentía extraño. Por una parte, era triste, nostálgico. Pero por otra había algo cálido en mi corazón y esa calidez estaba tomando fuerza, como si lo que quisiera fuera encender una llama por dentro de mi cuerpo.
-¿Qué haces?- logre decir aun cuando ese fuego estaba comenzando a cegar mi mente. Inuyasha no contesto, en lugar de eso deslizo su mano de mi mejilla hacia mi cuello. Dejando la piel erizada a su paso, mis ojos no podían dejar de enfocar sus labios y de cómo peligrosamente se estaba acercando a los míos.
-Cierra los ojos- su voz se había vuelto más profunda y mi cuerpo hizo caso inmediatamente a esa orden. Los cerré con fuerza mientras que comenzaba a sentir sus labios tocar delicadamente mi piel. Sabía que estábamos a punto de besarnos y lo más triste es que no tenía las ganas ni las fuerzas para evitarlo. Era como si mi cuerpo lo estuviera esperando. Escuche algo a lo lejos, pero no fue hasta que alguien hablo, que mi mente corta todo lo que estuviera haciendo y mi cuerpo reacciono poniendo la distancia entre nosotros.
-¡Hermana llegamos!- ese era Sota. Así que salí de la cocina con Inuyasha siguiéndome. En el momento que pase la puerta de la cocina desee con todo mi corazón jamás haber salido. Jamás debí de haber cortado ese momento, no sabiendo lo que estaba a punto de pasar.
-¡Kagome me alegra tanto verte!- la persona que estaba detrás de mi hermano soltó sus maletas y corrió hacia donde estaba yo con la intención de darme un abrazo. Solo que como esperaba al ver quien estaba detrás de mi freno en seco, quedándose a mitad de camino.
-Hola hermana- no sabía bien que hacer. Era como si Kikyo hubiera dejado de verme, como si no existiera en este momento y él único que abarcaba su mundo era Inuyasha.
-¿Inuyasha? ¿Qué estás haciendo aquí?- jamás la había visto tan sorprendida. A Kikyo nada la tomaba por sorpresa, era como si estuviera preparada para todo al menos eso creía hasta ahora. Hasta este momento en el que su cara pálida y sus ojos agitados se hacían tan notorios.
-Hola Kikyo- esas dos palabras fueron la confirmación que necesitaba.
Ellos se conocían. Una duda más surgió en mi mente… ¿En realidad estaba dispuesta a enterarme de lo que había pasado entre ellos?
***Notas de autor***
Siento que en estos dos capítulos nos mostraron muchas cosas, tanto graciosas como dramáticas. Esta claro que la rivalidad entre el amo bonito y Kohaku será enorme, al igual de que a Kagome no se le paso por alto todo eso. También sabe que Inuyasha y Sesshomaru son parientes, aunque aún no tiene idea de que sean hermanos. Por último, tenemos ese extraño reencuentro entre Inuyasha y Kikyo creo que por fin esta comenzando a ponerse interesante las cosas para esta parejita jeje
Como sabrán en los próximos dos capítulos será Rin nuestra narradora y les quiero confesar que estoy super emocionada por escribir otro round entre Sesshomaru y Kohaku xD, aunque a la vez me siento mal por Rin xD
Sin mas que decirles o escribirles xD muchas gracias por leer el fic y prepárense porque lo hard esta a nada de llegar :3
Saludooos :*
