Capitulo 18: Triangulo

***Kagome***

Después del abrazo que me había dado nos fuimos a la pequeña sala. Inuyasha no hacia mas que mantenerme lo mas pegada a él que se pudiera, mientras que mi rostro se encontraba escondido en su pecho, por cierta incomodidad. Bueno, mas bien era vergüenza o timidez, no estaba acostumbrada a estar así con nadie y mucho menos con un hombre. No había tenido muchas parejas anteriormente y tampoco habían sido tan importantes como para dejarlos que cruzaran de mi espacio personal. En ese punto también me sorprendía mucho el darme cuenta de la facilidad de Inuyasha por pasar esas barreras, era como si para él se tratara de un escalón muy pequeño, o tal vez, era yo la que no ponía las barreras tan altas. Escuchaba el sonido de su corazón tranquilo y su aroma me embriagaba de tal manera que me hacia sentir como si estuviera en casa.

-En este momento soy el hombre mas feliz del mundo- su voz la sentía cerca de mi oído y al decir eso apretó mas sus brazos a mi cuerpo

-Inuyasha- al decir su nombre me enderece un poco para poderlo ver a la cara y sus brillantes ojos dorados me miraban con cierta intriga, me alegro darme cuenta que aquella sombra que había en ellos ya no existía- Si vamos a iniciar esto, te pido que no existan mas mentiras y secretos entre nosotros- de nuevo sus ojos titubearon y me sujeto de los hombros mientras pensaba en su respuesta- se bien que habrá ciertas cosas que no puedes contarme por mi seguridad, pero por favor que no se vuelva a repetir algo como lo de mi hermana- soltó un largo suspiro y asintió.

-Te prometo que te contare todo lo necesario, sin poner en riesgo tu vida- aunque quisiera que contara conmigo para todo, sabia que había ciertas cosas en su… "trabajo" de las cuales me daba cierto miedo de saber, quería creer que en la bondad del hombre que estaba sosteniéndome en estos momentos y que por nada del mundo iba a lastimarme.

-Gracias- de nuevo me acurruque en su pecho disfrutando de su calidez. No se cuantos minutos pasaron antes de que yo me diera cuenta de la forma en la que estábamos. Mi cuerpo casi se encontraba arriba de el de él y sus manos se encontraban en mis caderas, aun cuando traía un suéter podía sentir firmemente su agarre. Por un momento me pregunte como se sentiría si estuvieran tocando mi piel directamente a lo cual me recorrió un escalofrió que hizo reaccionar mi mente. De repente entre en un dilema, puesto que no sabia como separarme de él sin ser un poco brusca.

-¿Tienes hambre? Puedo preparar algo para los dos- no se como, pero Inuyasha había sentido mi incomodidad o tal vez se trataba de la suya, pero me alegro mucho sus palabras.

-¿Tu cocinar?- me dio risa imaginármelo en la cocina, no podía hacerlo. Inuyasha tenia completamente la pinta de chico malo, que no podía si quiera poner un pie en la cocina, de pronto recordé ese día en el que me ayudo a cocinar en mi casa, así que podía darle el beneficio de la duda.

-Oye eso me dolió- me había levantado de su pecho y sus ojos mostraban alegría además de que ahora estaba sonriendo. De pronto sentí como sus manos pasaban de mi cintura a mi mejilla- ¿Debería de enseñarte que tan bien cocino?- sabia que había algo mas escondido en aquellas palabras, algo que hizo que mi estomago diera un pequeño brinco y que ciertas partes de mi cuerpo reaccionaran.

-¿Y si me decepcionas?- no sabia con exactitud a que juego estaba entrando, pero, no me quería quedar atrás y utilice el mismo tono que había utilizado él hace apenas unos cuantos segundos.

-No lo creo, soy muy bueno probando la comida- su voz se había hecho mas profunda y de repente sentí como sus manos me acercaban mas a él, no me había dado cuenta cuanto hasta que sentí su aliento mezclándose con él mío. Era obvio que estaba dejando a mi cuerpo actuar, mas bien, estaba dejando que Inuyasha me guiara en esto, ya que no sabia bien como actuar en estas circunstancias. Sus labios tocaron los míos y yo sentí el calor subir por mi cuerpo entero, me había estado imaginando esta escena desde el día que llego mi hermano a interrumpirnos. De pronto sentí como se intensificaba mas el beso hasta el punto de sentir su lengua con la mía. No me había dado cuenta de que no estaba respirando hasta que se separo un poco de mi. Sus mejillas se encontraban rosadas y esos ojos dorados tenían un brillo que nunca la había visto antes. De pronto recordé las innumerables platicas que había tenido con Sango y lo que significaba que Inuyasha estuviera de esa manera, así que cuando quiso volver a besarme me hice un poco hacia atrás e Inuyasha se quedo viéndome con un poco de sorpresa en su rostro.

-Podríamos… ¿podríamos ir un poco mas lento?- sentía mis mejilla arder y además pedía internamente para que Inuyasha me entendiera.

-Amm… si claro- yo me senté correctamente en el sillón mientras estaba tratando de calmar mi corazón, que seguía palpitando como un loco. Vi de reojo a Inuyasha y se veía un poco avergonzado, tal vez se encontraba en estos momentos igual que yo, tratando de contenerse- Hay algo que si te quisiera preguntar- dijo después de unos minutos de estar en silencio, su voz había vuelto a la normalidad y cuando volteé a verlo también su rostro se encontraba mas tranquilo.

-¿Qué pasa?- Inuyasha tomo mi mano y yo sentí como si fuera una señal eléctrica que hacia reaccionar a todo mi cuerpo.

-Después de lo que acaba de pasar y de que sabes quien soy- pareciera que estaba escogiendo cuidadosamente sus palabras y yo me quede mas intrigada viéndolo a al cara- ¿Estas segura de iniciar una relación conmigo?- me sorprendió mucho al ver lo directo que había sido con su pregunta.

-Creo que al no irme corriendo de aquí al instante en el que me contaste todo, es la respuesta ¿no?- Inuyasha aun no soltaba mi mano y a pesar de verlo un poco mas tranquilo negó con la cabeza.

-No, yo quiero que me digas claramente las cosas. Yo estoy dispuesto a iniciar algo contigo Kagome, que tu seas mi pareja me haría el hombre mas feliz del mundo- de pronto entendí a lo que se refería.

-¿Si te refieres a que si con esto somos pareja? Si, lo somos- me daba cierta gracia al ver su cara de emocionado. Era imposible pensar o si quiera imaginar que un hombre como él podría mostrar ese rostro, también me sentía feliz al darme cuenta de que este Inuyasha estaba dispuesto a abrirse a mi totalmente.

-No tienes idea lo feliz que me haces- sin dejarme reaccionar estampo sus labios con los míos en un beso profundo, estaba lleno de ternura y un poco de emoción. No pude evitar reírme y el hizo lo mismo pegando su frente a la mía- Prometo que iré totalmente a tu tiempo y no te presionare en nada- de alguna forma ese comentario me tranquilizaba, yo era alguien inexperta en el tema y por lo mismo había cosas con las cuales no sabia como reaccionar.

-Gracias- le dije antes de que volviera a besarme, el beso fue exactamente igual que el anterior, lleno de un cariño que jamás en mi vida había sentido de esta manera.

Después de eso Inuyasha insistió en que saliéramos a comer algo, afirmando muchas veces que eso no se trataba de una cita formalmente dicha. Me daba mucha risa cada vez que el lo mencionaba de ese modo. No podía creer como un hombre que se veía tan rudo e impenetrable por fuera, fuera tan tierno e inmaduro por dentro. Cuando íbamos de regreso a mi casa me dolía el estomago de tanto que me había reído durante toda la noche. Inuyasha se comporto como todo un caballero, aunque de vez en cuando decía alguna tontería, para lo cual tenia que reprenderlo o hacerme la enojada, pero al final la pasamos de maravilla. Me sentía feliz y plena, como si nada en el mundo importara mas que el estar con él en este momento. Cuando llegamos a mi edificio me detuvo de la mano y yo me volví hacia donde estaba él sin soltarme..

-¿Pasa algo?- me miraba con un cierto brillo en los ojos y yo no pude evitar perderme en el dorado.

-No quiero que este día termine- no pude evitar sonreír y me acerca a él hasta que pase mis manos por su cuello, se le vio sorprendido y para ser sincera también estaba sorprendida yo por lo que estaba haciendo, era como si mi cuerpo por si solo se moviera- ¿Y si te secuestro?- paso sus brazos por mi espalda, de nuevo vi aquel brillo dorado.

-Me parece que tendrá que ser en otra ocasión, tengo que ir a cuidar de Sota y Shippo- poso sus labios de manera muy suave sobre los míos, interprete ese gesto como si estuviera tentándome, después de unos segundos se separo un poco, pero manteniéndome firme de la cintura.

-Se me olvidaba que eras toda una ama de casa- sabia que lo decía para molestarme, se le notaba en su rostro, lo divertido que estaba por su comentario- pasare por ti en la mañana y te llevare a la universidad, también podríamos llevar al pequeño demonio a su escuela

-No lo llames así o el no dejara de decirte bestia- vi que arrugo un poco su frente y yo no pude evitar reírme de su expresión. Le di un pequeño beso en la mejilla- Te veré mañana entonces y es mejor que no llegues tarde

-Debes de tener claro que a partir de ahora será difícil desacerté de mi- sabia que había tratado de sonar seductor, pero al contrario de eso yo solo me carcajeé mientras que veía su rostro avergonzado. Me dio un beso en los labios, ahora no era solo tierno y dulce, si no que había subido el ritmo. Sentí todo mi cuerpo estremecer cuando su lengua vino en búsqueda de la mía y cuando estaba a punto de perder un poco el control se separo lentamente de mi, dejando a mi cuerpo con cierto pesar y ganas de continuar- Mañana a primera hora estaré aquí, así que descansa- me dio otro ligero beso en la frente para después soltarme y darse la media vuelta.

Yo me quede unos segundos mas viéndolo como se iba a tomar un taxi, definitivamente me había tomado por sorpresa, pero lo que mas me sorprendía no era el beso, si no como mi cuerpo aun continuaba estremeciéndose, esperando la continuación de ese beso. Tuve que darme unas palmaditas en las mejillas para poder reaccionar e irme hacia mi departamento. Toda la noche me la pase reflexionando sobre lo que había echo, ahora era novia de Inuyasha y eso me emocionaba mucho. Sabia que su historia no era sencilla y no me quiero imaginar todas las cosas que tuvo que omitir solo para que yo no me asustara y para ser sincera tampoco tenia muchas ganas de saberlo, preferiría mil veces vivir en la ignorancia que saber con exactitud que era lo que pasaba, si no eran mis asuntos no tenia porque meterme, así que preferí por este momento quedarme de esta manera. El sueño me fue venciendo hasta que caí en él, lo próximo que escuche fue la alarma de mi despertador. Sentí que esta mañana era diferente a las demás, me sentía mas ligera, como si me hubiera quitado un peso de encima, y por lo mismo me encontraba mas tranquila. Me aliste y cuando estaba haciendo el desayuno escuche al pequeño Shippo llamar mi nombre.

-Kagome, buenos días- aun se encontraba un poco somnoliento, se estaba tallando los ojos cuando lo ayude a sentarse en la silla del comedor.

-Buenos días, aun no es hora de que estés despierto, ¿Tuviste alguna pesadilla?- Shippo solo negó con la cabeza y yo me senté en una silla a lado de él- ¿Paso algo?- era muy extraño que se levantara temprano y mas aun que se levantara antes que Sota, todas las mañanas teníamos que ir a despertarlo, así que me ocasionaba intriga y preocupación que se estuviera comportando de esta manera.

-Ayer salimos a comprar la cena Sota y yo, cuando regresamos vi a alguien sospechoso cerca de nuestro edificio- miraba sus manitas, sabia eso hacia cuando tenia miedo o algo le preocupaba.

-¿Estas seguro? ¿Cómo se veía?- Shippo se quedo pensando un momento y después comenzó a explicarme.

-Era un señor alto, traía una capucha y unos lentes, al principio pensé que se trataba de cualquier persona, pero después, me di cuenta de que no se fue hasta que nos vio entrar al edificio- la información que me daba Shippo realmente no me decía mucho, podía ser cualquiera o tal vez solo una coincidencia.

-¿Le comentaste a Sota?

-Si, pero el no vio nada. Kagome ¿y si son los hombres malos?- no podía evitar pensar en esa posibilidad, pero tampoco, podía dejar que Shippo creyera eso, ya era suficiente difícil tratar de vivir el día a día sin recordarlo. Solo empeoraría si le sumamos que nos están siguiendo.

-No, ellos ya no se acercarán a ninguno de nosotros- lo cargue y el se escondió en mi cuello como siempre que tenia miedo- estoy segura de que solo fue un coincidencia, además, Kikyo me dijo que tenia gente vigilando nuestra seguridad, así que tal vez se trataba de uno de ellos- al escucharme Shippo rápidamente se enderezo y me miro a los ojos.

-¿Segura Kagome? ¿Esos hombres no te harán nada?- sus ojos se encontraban rojos, había estado llorando. Lo abrace mas fuerte a mi

-Estoy segura, así que no te preocupes, no nos pasara nada Shippo- lo volví a dejar en la silla y le limpie unas pequeñas lagrimas que le habían salido- ahora tengo que irme a la universidad así que se buen niño y comienza a alistarte para que cuando Sota baje tu ya estés listo

-Si Kagome- me dio un ligero beso en la mejilla para después bajarse de la silla y correr hacia su cuarto, aun estaba subiendo rápidamente las escaleras cuando volví a hablarle.

-Por la tarde iré yo a recogerte, así que espérame tranquilo

-¡Si Kagome!- me grito desde su cuarto. Yo recogí mis cosas y salí del departamento.

Cuando estaba bajando por el elevador, me quede pensando en lo que me había dicho Shippo. Lo que le había dicho para tranquilizarlo estaba queriendo creer en lo mismo. Pero sabia que no podía ser así, Kikyo me había dicho que eran muy discretos y si no nos habíamos dado cuenta antes, no veo la razón de que ahora sea así. Mi corazón palpitaba muy fuerte y los nervios estaban aumentando con cada piso que bajaba, cuando estaba en el primer piso decidí mirar para todos los lados. Si bien alguien nos estaba siguiendo, era evidente que también estuviera por la mañana. Aunque revisé cada rincón no había nada fuera de lo normal aun así estaba con ciertas reservas, tal vez no estaban dentro del edificio, pero si por fuera, así que cuando salí comencé de nuevo a ver por todos los lados. Cuando creí que no había nada y mi corazón estaba comenzando a tranquilizarse vi a una persona en la esquina detrás de unos arbustos, tal vez no hubiera sospechado de ella, si no hubiera dado media vuelta en cuanto se dio cuenta que lo había visto. Fui hacia donde estaba tratando de alcanzarlo y pude haberlo echo de no haber sido por la persona que llamo mi nombre. Inuyasha.

-Te dije que llegaría a tiempo- mis ojos alcanzaron a ver como se perdía entre las personas hasta que no pude distinguirlo mas- ¿Pasa algo? Te ves un poco pálida- reaccioné cuando sentí su mano en mi mejilla.

-Lo siento…es que…- por un momento paso por mi mente el contarle lo que estaba pasando, pero me detuve porque no quería involucrarlo en esto, si realmente se trataba de Shippo, el abogado me dejo muy en claro que no podía hablar de ello, así que tuve que mentirle- me levante un poco tarde y si no llego rápido me meteré en problemas con una maestra- me escuche a mi misma y realmente soy pésima para mentir, así que solo esperaba que Inuyasha no hiciera mas preguntas.

-Entonces no hay que perder mas tiempo- se movió para señalar su motocicleta y después de que le sonriera tomo uno de los cascos y me lo puso- esperaba otra clase de recibimiento- sabia que se refería a una mas amorosa y yo para aligerar un poco mas el ambiente le seguí el juego.

-Si te comportas puede que te lo merezcas- sus ojos dorados brillaron para después subirse a la moto.

-Sujétate bien- yo lo abrace fuertemente, pegando mi cuerpo entero al suyo, volteo a verme como queriéndose quejar.

-Dijiste que me sujetara fuerte- asintió y comenzó a darle a la moto.

El camino hacia la universidad fue tranquilo y rápido, le quise decir a Inuyasha mas de una vez que bajara la velocidad, pero sabia que no lo haría, además, se supone que iba tarde a mi clase. Cuando llegamos me ayudo a quitarme el casco y se me quedo viendo.

-¿Pasa algo?- puso su caso y el mío en el asiento de la moto mientras que seguía observándome.

-¿Qué tan necesario es que asistas a la universidad?- su comentario me dio mucha gracia así que me reí para después darme cuenta de que lo que estaba diciendo era en serio.

-¿Hablas en serio? Si quiero ser doctora es obvio que necesito estudiar

-Estoy de acuerdo, pero podrías faltar unos días- de nuevo sentí su cercanía, ahora no me abrazaba o me tocaba como anoche, pero estaba demasiado y peligrosamente cerca de mi en estos momentos.

-Inuyasha, ya falta la semana pasada, no puedo hacerlo ahora también, así que es mejor que te vayas y te veré por la tarde- puse mi mano en su pecho para que separe un poco de mi, comenzaba a escuchar murmullos de la gente alrededor. Era obvio que resaltaba y no sabia con exactitud si era positivo o negativo.

-Cenemos juntos- tomo mi mano y la dejo en su pecho mientras que yo sentía la vergüenza ir subiendo, debido a todos esos ojos que ahora se encontraban sobre nosotros.

-No puedo, hoy tengo que ir por Shippo- de pronto recordé lo que había pasado hace apenas una hora, tendría que averiguar quien nos estaba vigilando.

-Estoy dispuesto de aceptarlo si es por ti- sabia a la perfección que Inuyasha y Shippo no se llevaban para nada, así que el hecho de que el estuviera dispuesto a aceptar una cena con él era un hermoso gesto de su parte.

-Nos vemos en la tarde- ya era suficiente de la escena que estábamos haciendo, cada vez hablaban mas y por lo visto era yo la única de los dos que se daba cuenta de eso.

-Déjame te acompaño a tu salón- tuve que detenerlo de nuevo y él se me quedo viendo con mirada confusa.

-Tu no avanzas de aquí. Así que mejor vete- si con demasiados esfuerzos estaba soportando estar aquí, no quiero ni imaginar como seria entrar a la universidad con Inuyasha de la mano, eso jamás lo podría soportar.

-Quiero acompañarte- su voz sonaba como la de Shippo cuando quería convencerme de algo, así que evite mirar sus ojos.

-No he estado todos estos años tratando de ocultarme de la atención de la gente ocasionada por mi hermana, para que vengas a arruinarlo todo- se lo dije casi como un susurro para que solo él y yo lo escucháramos.

-Pero Kagome…- sentía mi corazón latir con fuerza y seguía haciendo el esfuerzo sobre humano de no verlo a los ojos, sabia que si lo hacia iba a ser mi perdición.

-Por favor Inuyasha será en otra ocasión- si esto no funcionaba ya no podría hacer nada mas que ceder a su propuesta, pero cuando estaba a punto de hacerlo dijo dos palabras que me hicieron sentir muy aliviada.

-Esta bien- voltee a verlo con cara de esperanza y de felicidad- me iré después de esto- dicho eso me tomo por la parte de atrás de mi cabeza y me beso en frente de todos los que estaban ahí. Sentí casi al instante mis mejillas arder enormemente y no pude hacer nada mas que quedarme completamente quieta. No fue un beso pasional, mas bien fue tierno y rápido, pero aun así yo sentí que el tiempo avanzaba demasiado lento, cuando se separo de mi aun no podía creer lo que había hecho. Aun no me encontraba del todo bien cuando escuche mi nombre.

-Kagome- sentí claramente como un escalofrió recorrió mi espalda entera y volteé hacia la persona que me había hablado sabiendo con exactitud de quien se trataba.

-¿Joven Koga? ¿Qué haces aquí?

-Acabo de llegar a Japón… he venido por ti- escucharlo decirme esas palabras hizo que mi mente entera volara. Todos los nervios, la vergüenza, la timidez que había sentido hace unos momentos se esfumo completamente. Dejando a su paso una inquietud y una duda confusión enorme a su paso. ¿Qué diablos quería él de mi? De pronto recordé a la persona que tenia a mis espaldas y sentí como se tensaba completamente, para después dar unos pasos al frente dejándome a mi atrás de él.

-¿Quién es él Kagome?- Esa definitivamente era su voz de pelea, estaba enojado y no podía significar nada bueno.

-Soy su prometido- Abrí de mas los ojos por aquellas palabras, no tenia ni la menor idea de lo que estaba pasando. ¡Alguien por favor ayúdeme!