Capitulo 22: Seguridad

***Inuyasha***

Estaba llegando al parque donde Kagome me había dicho que los encontrara, después de la "reunión" con Irasue era obvio que necesitaba un respiro. Cada que ella llamaba solo era para fastidiarme, hasta mis hombres terminaban pagando el mal genio de esa mujer, hoy casi perdíamos a uno nuevo solo porque tosió en la reunión. Si hay alguien en el mundo con toda la maldad del infierno, es esa señora, hasta he pensado que ni si quiera es humana. Nadie podría jugar tan bien su papel hasta el hecho de que todos creyeran que era una frágil y despistada mujer. Tan solo de recordar su fría y oscura mirada, ni si quiera el dorado de sus ojos le servían para iluminarla un poco. Ella simplemente era oscuridad. Había tomado prestado uno de los carros, puesto que con el niño demonio no íbamos a poder ir bien en la moto, tenia apenas unos minutos que había llegado al lugar cuando sonó mi celular. Se trataba de nuevo de ella.

-Inuyasha, te fuiste muy rápido de la reunión, ¿acaso ya no somos tu prioridad?- Ese estúpido tono entre dulce y sarcástico de ella.

-Perdoné señora, pero creí que la reunión había terminado cuando nos pidió que nos retiráramos- ella se rio un poco antes de continuar.

-No creas que porque vivo en Corea no tengo ganas de verte, al final de cuentas eres el querido bastardo de mi difunto esposo- sus palabras de odio nunca faltaban, era como si en todo momento me quisiera recordar el lugar en el que me encuentro.

-¿Hay algo que quiera hablar conmigo?- tenia las ganas de cortar la llamada, diablos como lo deseaba, pero tenia que soportar su chillona y estúpida voz.

-Es cierto, se me olvidaba que no eras tan interesante- lanzo un suspiro, como el de una niña caprichosa, para después continuar- Necesito que vengas a Corea, tu hermanito se anda divirtiendo con una niña de la calle y no quisiera que se metiera en problemas por su culpa- solté un sonido de molestia.

-¿No esta Jaken con él? Creo que es suficientemente grande para cuidarse solo- escuche un segundo sonido de mi celular, anunciándome que tenia una llamada entrante, se trataba de Kagome.

-No querido, creo que no has entendido, no estaba pidiendo tu opinión. Mañana sale el vuelo a primera hora, espero y no lo pierdas. Seria realmente triste también tener que llevarme a la hermana de esa actriz- sin poder contestar algo mas Irasue ya había colgado la llamada. Maldije fuertemente y tuve que controlarme ya que mi teléfono no paraba de sonar y no podía contestarle en ese estado a Kagome.

-Kagome acabo de llegar al parque, ¿Dónde…?- solo alcance a decirle eso cuando se escucho el grito de Shippo y después como si el celular se hubiera caído.- ¡Kagome! ¡Kagome!- por mas que la llamaba no se escuchaba ninguna respuesta y cuando puse mas atención alcance a escuchar la voz de un hombre.

-He estado siguiéndolos todo el día- Sentí como una especie de escalofrió al escucharlo decir eso y rápidamente volteé en busca de mis hombres. Mas por costumbre que porque quisiera nunca iba solo, así que rápidamente se acercaron a mi.

-¿Qué es lo que quiere?- La voz de Kagome se escuchaba temblorosa y yo sentía como dentro de mi hervía con mas fuerza mi sangre.

-La verdad muchas cosas, pero, para lo que nos contrataron es solo para darles una advertencia- ¿Contrataron? Por una milésima de segundo pensé que se trataba de Irasue, pero ella nunca actuaba tan rápido, ella no podía ser. Así que rápido colgué la llamada cuando uno de mis hombres se acerco a mi.

-A sus ordenes señor

-Tienen a Kagome y al mocoso, así que tenemos que encontrarlos rápidamente, si algo les sucede desearan estar con Irasue en estos momentos- mi hombre solo hizo una reverencia y rápidamente nos movimos hacia la dirección del kínder de Shippo. Solo éramos 5 personas pero aun así sabia que estábamos llamando la atención. Cada segundo que pasaba se me hacia eterno y solo rezaba para que estuvieran bien, para que nada les pasara.

-Señor están justo en frente- en efecto. Justo en frente de mi estaban 3 hombres con bates. Kagome estaba en el suelo protegiendo al pequeño Shippo.

-Nada de disparos y llévenselos al cuartel para interrogarlos- les dije antes de tomar ventaja, cuando estaba acercándome alcance a escuchar lo que decía uno de los imbéciles

-Mujer mentirosa, no deberías decirle eso al niño, solo lo harás sufrir mas, entre mas te resistas tu, peor le ira a él. ¡Vamos quítenla de en medio!- vi como Kagome aferro a Shippo a su pecho y cerro fuertemente sus ojos esperando el golpe.

-Que valientes golpeando a una mujer- dije y los tres hombres voltearon rápidamente a verme. Cuando habían volteado tenían en su rostro cierto rasgo de altanería o de superioridad, pero cuando vieron a mis hombres sus rostros mostraron miedo.

-¿Quiénes son ustedes?- me dijo el que estaba mas cerca de Kagome, parecía ser el jefe de los tres.

-Nosotros estamos a cargo de la seguridad de ellos dos, así que les recomiendo que si no quieren venir con nosotros en pedazos, bajen esas cosas- yo mismo quería golpearlos, quería matarlos, masacrarlos por si quiera atreverse a pensar en poner una mano sobre Kagome. Ellos levantaron las manos y mis hombres rápidamente se fueron sobre ellos, yo aproveche y me acerque a Kagome.

-¡Kagome! ¡Kagome reacciona por favor!- cuando ya estaba tomándola en mis brazos vi que Shippo estaba llorando y Kagome ya se encontraba inconsciente- ¡Kagome! Ese hombre la golpeo hace unos momentos, ¿Ella estará bien? ¡Kagome!- de nuevo sentí como todo mi cuerpo se electrificaba y de nuevo la ira iba abriéndose paso.

-Ella estará bien Shippo, solo esta desmayada, no es grave- voltee con uno de mis hombres- trae rápido el auto, necesito llevarla a un lugar mas cómodo- vi rápidamente a Shippo que aun estaba fuertemente agarrado de la blusa de Kagome para después acerca a mi hombre y decirle casi susurrando- Al imbécil del jefe, no lo toquen hasta que yo llegue, es mío- asintió y se fue corriendo por el carro.

-Kagome me pidió que corriera y no pude hacerlo. Ella me pidió que fuera por ti- Estaba seguro de que Shippo ni si quiera veía bien por todo el mar de lagrimas que tenia en los ojos. Le acaricie la cabeza en un intento por tranquilizarlo.

-Si ella despierta y te ve así pensara que te hicieron algo- él entendió y trato de controlarse un poco, al menos ya no sollozaba, ahora solo las lagrimas rodaban por su rostro sin ninguna clase de sonido. El carro llego y yo me subí atrás con Kagome seguido de Shippo que una vez que acomode a Kagome en el asiento él se aferro de nuevo a su blusa.

-¿Deberíamos de ir a algún hospital señor?- estuve a punto de contestar cuando alguien contesto primero que yo.

-Nada de doctores- Kagome se removió en mis piernas y trato de enderezarse pero no deje que lo hiciera- Estoy bien, te aseguro que no tengo nada roto, ni una contusión- pero que diablos, eso solo me hacia enojar mas.

***Kagome***

Aun mi vista se encontraba un poco nublada y mi espalda dolía mucho. Aunque lo que le había dicho a Inuyasha era cierto, no necesitaba un doctor ahora mismo, quise volver a enderezarme pero la mano en mi frente de nuevo me detuvo de hacerlo.

-Los enfermos no hablan- la voz de Inuyasha se escuchaba contenida y sabia que era por enojo, así que puse mi mano encima de la suya para demostrarle que estaba bien. Su mano tembló un poco pero después sentí como la reflejaba para después entrelazarla con la mía.

-Ayúdame a enderezarme- mi voz la había hecho mas dulce y casi como si estuviera rogándole, escuche donde soltó el aire y me enderezo para que ahora mi espalda descansar en su pecho, trate de no hacer algún ruido de dolor o si no me volvería a acostar.

-Kagome…- el pequeño Shippo estaba haciendo un puchero enorme tratando de contener todo, pero yo como pude lo acerqué a mi hasta tenerlo sobre mis piernas.

-Ya todo paso- en ese momento Shippo comenzó a llorar soltando todo lo que traía y se acurruco en mis brazos. Su llanto absorbía cualquier sonido dentro del auto y yo también deje salir unas lagrimas al darme cuenta por lo que acabábamos de pasar. Ni si quiera me di cuenta cuando Inuyasha recargo su cabeza en la mía y con la mano que tenia libre comenzó a acariciarme el brazo. Cuando llegamos a mi departamento Shippo se había quedado dormido de tanto llorar y tuvimos que bajarlo con mucho cuidado para que no se despertara, aun cuando insistí en llevarlo en mis brazos Inuyasha no me dejo hacerlo y él lo cargo en mi lugar.

-Si quieren irse solo dejen el carro aquí- le dijo a uno de los hombres que venia en los asientos de enfrente antes de acompañarme hasta mi departamento. Cuando llegamos estaba Sota en la sala haciendo su tarea.

-Hermana, que bueno que llegas, no recordaba si iría yo por Shippo o tu y…- Sota noto que Shippo venia aun sollozando- ¿Esta bien? ¿Paso algo?- Inuyasha iba a contestar cuando yo le negué con la cabeza para que no lo hiciera.

-Hablaremos de eso mañana, por el momento toma a Shippo y que duerma contigo esta noche. No te separes de él, yo mas de rato les llevo la cena- Sota me conocía y también sabia que hacer en caso de una emergencia así que simplemente asintió y tomo a Shippo. Cuando se fue Sota deje salir el aire y vi a Inuyasha un poco ansioso- Se que quieres preguntar, pero, antes necesito que hagas algo por mi, así que acompáñame- tome mi pequeño maletín de primeros auxilios y después me dirigí hacia el segundo piso, la verdad me costaba hasta respirar en este punto y era porque toda la adrenalina había dejado por completo mi sistema. Llegamos a mi cuarto así que solo lo abrí y pase, voltee a ver a Inuyasha y él se encontraba un poco indeciso de pasar- Solo pasa- de nuevo no dijo nada y aun de mala gana paso a mi cuarto- Le hubiera dicho a Sota que lo hiciera, pero, no quiero dejar solo a Shippo y tampoco quiero que Sota se asuste. Así que espero y tu si sepas controlarte- Inuyasha me veía con cierta interrogación y yo hice el intento de levantarme el suéter a lo que él rápidamente me detuvo.

-¿Qué haces?- De no haber sido por el momento yo también hubiera tenido esa cara de apenado.

-Me supongo que te lo habrá dicho Shippo, pero si no, uno de esos hombres me golpeo- vi como la mirada de Inuyasha se oscureció hasta el punto de causarme escalofríos, puse mis manos sobre las suyas que aun estaban en mi suéter- Inuyasha- le dije para que volviera en si- en mi maletín hay unas pomadas para el dolor- volteo a ver mi maletín y fue a sacar lo que le pedí, mientras que yo me quite el suéter y me senté en la cama volteada dándole la espalda.

-Pero que diablos Kagome- esa era justamente la clase de reacción que no necesitaba, significaba que se veía tan horrible como me lo imaginaba- Dijiste que no necesitabas ir al hospital

-Y no lo necesito, el golpe no dio a ningún hueso y como aun me puedo mover ningún musculo fue dañado gravemente, así que en unos días estaré como nueva. No fue nada- sentí como Inuyasha camino hacia mi y se sentó en la cama.

-Una mierda que no fue nada Kagome- sabia que debía tranquilizarlo pero, mi mente estaba a nada de derrumbarse y ya no sabia que mas hacer para evitarlo.

-Por favor, solo pon la crema en el golpe- mi voz salió casi como un murmullo en un intento por suprimir un sollozo.

-Se que debió de ser difícil para ti y por lo mismo no tienes que hacerte la fuerte conmigo- apreté mis puños fuertemente mientras que sentía las lagrimas salir sin poder detenerlas.

-Yo le prometí que no le pasaría nada- mi voz salía totalmente quebrada y mi pecho dolía al no sentir fluir el aire libremente. Inuyasha me volteo y me abrazo fuertemente, yo me aferre a su camisa y deje salir el llanto ahogando un grito en su pecho- Es mi culpa por seguir con esto adelante, tenia tanto miedo de que le hicieran algo- Inuyasha siguió acariciando mi espalda, con mucha delicadeza de no tocar la parte lastimada.

-Solo suéltalo Kagome- seguí llorando en su pecho, no se cuantos minutos pasaron pero mi llanto y mente se calmo hasta que me había asegurado de soltarlo todo. Inuyasha se dio cuenta y me tomo de la cara y limpio mis lagrimas- Jamás dejare que vuelvas a pasar por esto, ¿me entendiste?- yo solo asentí y lo bese, en una mezcla entre afecto y agradecimiento por habernos ayudado. No quería ni pensar que hubiera sido de nosotros sin Inuyasha.

-Gracias… por todo- de pronto comenzaba a estar mas consciente del entorno, de mi existencia y obviamente de la manera en la que nos encontrábamos. Él se encontraba semi acostado en la cama y yo totalmente encima de su cuerpo, con solo mi brasier en la parte de arriba. Y sus manos acariciando mi espalda baja, sentí de nuevo el calor subir por mi cuerpo así que me aclare la garganta y me fui levantando- creo que es mejor que me ponga algo- Inuyasha entendió y me ayudo a levantarme. Cuando me estaba poniendo otro suéter volvió a hablar.

-Dijiste que era tu culpa lo que había pasado por seguir adelante con algo, ¿a que te referías?- él se había sentado en la cama pero aun así seguía en el mismo sitio, así que yo me senté en frente de él.

-A los papás de Shippo los asesinaron, él estuvo presente cuando eso sucedió y desde entonces yo me he hecho cargo de él. Logre convencer a Kikyo hace unos meses que iniciaran un proceso jurídico contra los responsables y creo que esta tarde lo que quisieron hacer fue silenciarnos- Inuyasha apretaba su mandíbula y mantenía una mirada seria.

-¿Por qué iniciaste un proceso, sabiendo que fueron asesinados?- me sorprendió su pregunta, porque fue exactamente la misma pregunta que me hizo mi hermana hace unos meses.

-Ellos merecen justicia y Shippo merece vivir en paz, sin miedo a que en cualquier momento vayan a querer hacerle algo

-Esa justicia que buscas no existe aquí Kagome- su mirada se había oscurecido tanto como hace unos momentos- y querer buscarla fue justamente lo que puso en riesgo su vida el día de hoy- su mirada aun seguía oscurecida y su voz era fría, como si no tuviera sentimiento alguno en estos momentos.

-¿Entonces debo de ceder ante su advertencia? Aun cuando retire la demanda ellos no nos dejaran tranquilos y…

-Debes de detener ese proceso y sobre su seguridad yo me encargare. Pondré algunos de mis hombres a que los protejan

-No, no harás eso- la mirada de Inuyasha salió de trance al escuchar mis palabras y se me quedo viendo con cierto enojo.

-¿Cómo?

-No pondrás a nadie a que me proteja, a nadie. No he huido de la protección de mi hermana todo este tiempo para que vengas tu como si nada, me rehusó

-Es que no se trata de querer, ¿es que acaso no te das cuenta? Ellos no se quedarán quietos ahora, conocen sus horarios, los lugares que frecuentan, es obvio que no pueden seguir sin seguridad, ¿O es que acaso estas esperando que alguien resulte con heridas graves o peor?- Las palabras de Inuyasha seguían siendo frías, pero esa ultima pregunta hizo dudar a mi corazón- Entiendo lo que tu quieres Kagome y en cierta manera seria lo correcto. Pero, no puedo dejar que les pase algo, en todo caso no será una seguridad como la que te pondría Kikyo, solo será alguien que pase por ustedes a todas partes, solo eso- sabia que lo que decía era verdad y verlo con esa desesperación en su rostro no dejaba que yo pensara la manera de debatir.

-En el momento que sienta que esto me sobrepasa te diré que es suficiente- soltó todo el aire que estaba conteniendo y me dio un ligero beso en los labios- Pudiste… ¿pudiste resolver la llamada urgente del trabajo?- De nuevo sentí como se tenso y automáticamente me arrepentí de haberle hecho esa pregunta.

-Estaré en Corea una semana, por eso me importaba mucho que aceptaras la seguridad o no podría irme tranquilo. Bueno, aun ni así me voy totalmente tranquilo- de nuevo me acerco a él y comenzó a besarme. En cuestión de segundos estábamos de nuevo en la misma posición de hace unos minutos, yo acostada arriba de él y sus manos acariciando mi espalda baja. Su calor paso rápidamente a mi cuerpo al igual que su lengua se enredo con la mía, los dos dejamos salir un pequeño gemido, o era mas bien solo un suspiro.

-¿Tu viaje tiene que ver con Sesshomaru?- le pregunte una vez que nos separamos, aunque separar es solo por decirlo, porque lo que había hecho era recostarme en su pecho

-¿Cómo lo sabes?

-Rin, esta con él en Corea, así que me supongo que por eso tienes que ir, ¿verdad?- sabia que hablar de Sesshomaru le costaba mucho, pero al final de cuentas el sabe que en algún momento va a tener que hablar de él.

-Si, es por Sesshomaru, lo que no sabia es que Rin se había ido con él- yo asentí y me acurruqué mas con él.

-Debes de cuidarte mucho y traerme algo lindo- Sentí como su pecho se levanto en señal de que se estaba riendo. Yo quise seguirlo pero la verdad era que estaba comenzando a caer por el cansancio, estaba ganando terreno poco a poco.

-Lo hare, tu debes de descansar hasta que ese golpe desaparezca- de nuevo solo asentí, dejando que el sueño me fuera arrastrando.

Muy apenas recuerdo cuando Inuyasha se fue, me dijo algo antes de darme un beso en la boca y otro en la frente. Cuando desperté a la mañana siguiente estaba bien cobijada y escuchaba que Sota y Shippo estaban jugando en la planta baja. Cuando me levanté un latigazo de dolor me recordó el golpe que traía, pero aun así seguí con lo mío, encontré mi celular y tenia un mensaje de Inuyasha diciéndome que ya se había ido en un avión para Corea. Los días siguientes fueron un tormento, fue difícil convencer a Sota de usar el carro que Inuyasha había puesto para nosotros, además de que Shippo asombrosamente se encontraba bien, bueno, se hacia el valiente y decía que quería ir a la escuela. Solo que por instrucciones de Inuyasha no dejamos el departamento toda la semana, era muy pronto para arriesgarnos a que pasara algo. Esa semana en el departamento me ayudo para aclarar mis ideas y para convencerme de que lo mejor era retirar la demanda contra los asesinos de los papás de Shippo. El sábado por la mañana estaba almorzando cuando mi celular me anuncio de un mensaje, al principio pensé que se trataba de Inuyasha pero al ver que era de Rin me apresuré a contestarle. Ya que lo ultimo que sabia de ella era que por idea de Sesshomaru iría a visitar a un terapeuta para tratar su problema del habla.

"Kagome hoy en la tarde llego a Japón y me gustaría quedarme esta noche en tu casa, ¿Puedo?"

-¡Claro que puedes! Si quieres venir a verme es que hay buenas noticias, ¿verdad?- la respuesta de Rin no se hizo esperar.

"Llegando te contare. La verdad también hay algo mas que quisiera platicar contigo"- su mensaje me hizo dudar un poco y hasta me dio un poco de miedo preguntarle.

-¿Paso algo malo?

"No…Si…La verdad no se, quiero pensar que si es malo, pero en realidad me hace feliz, así que no debería de considerarse como malo, ¿verdad? Mi cabeza es un lio Kagome… Tengo que soltar algo o si no me iré con este pensamiento todo el vuelo… La verdad es que… me acosté con Sesshomaru… y lo peor de todo… es que… ¡Me he enamorado de él!- Casi dejo caer mi licuado al piso al leer el mensaje. ¿La que estaba mandando los mensajes realmente era Rin? ¿Ella era mi amiga? ¿Qué rayos había pasado en estos días?...

***Notas de autor***

¡Estaré atenta a sus comentarios y espero volver a leernos pronto!

Saludoos :*