Capítulo 34: Duelo

***Rin***

A pesar de todo no podía llorar, todo continuaba atorado en mi garganta, Sesshomaru seguía mirándome fijamente, tal vez quería demostrarme que estaba diciendo la verdad. Al ver que yo no reaccionaba o decía algo, presiono un botón en su teléfono y segundos después apareció el señor Jaken por la puerta.

-Llévatela, no puedo seguir perdiendo el tiempo- sentí la presencia del señor Jaken detrás de mí y después su mano en mi brazo.

-Vamos, señorita Takumi- sentía retumbar mi cabeza con mi propio sonido de mi corazón. Al ver que no me movía comenzó a poner presión para que lo hiciera, mientras que Sesshomaru había vuelto a sus documentos. Yo solté de mala gana mi brazo de su agarre para después poner las manos sobre el escritorio haciendo un sonido fuerte.

-Escúchame bien Sesshomaru Taisho- él había vuelto a verme un poco sorprendido por mi acción- no se que clase de mierda de ser humano te crees para jugar así con las personas, pero puedo jurarte que una vez que salga por esas puertas jamás en tu vida volverás a saber de mi- en mis ojos estaban comenzando a formarse lagrimas, primera señal de que todo en mi mente estaba comenzando a derrumbarse por completo. Los ojos dorados temblaron un poco, pero su expresión dura no cambio ni un solo instante.

-Haz lo que quieras- de nuevo sentí las manos de Jaken sobre mí y yo di unos pasos hacia atrás volviendo a zafarme de él.

-Señorita…

-Recuérdalo Sesshomaru, yo estaré muerta para ti- por fin una lagrima rodo por mi mejilla y yo la limpie rápidamente antes de darme la media vuelta y comenzar a caminar hacia la puerta. Quería mantener mi cuerpo estable, al menos el tiempo suficiente para irme de esta compañía, no tenía idea como lo iba hacer, pero no me permitiría mostrar mas debilidad ante él.

Cuando toque la puerta pensé en detenerme, la verdad era que quería que él me detuviera, que por una vez, en el tiempo que lo conozco, fuera capaz de luchar por nosotros. Pero aun cuando me vio atravesar esas puertas, no hizo nada para detenerme. Confirmándome que yo realmente no significaba nada para él.

-Señorita por favor permítame acompañarla- mi mirada estaba hacia el frente, pero realmente no podía ver nada, era como si todo se hubiera oscurecido. Aun así negué con la cabeza- Señorita…

-No tienes la obligación de tratarme bien- mis palabras comenzaban a salir casi como un susurro, debido a todo el llanto que estaba guardando en mi garganta- no necesito nada que venga de ustedes- mi vista seguía hacia el frente, pero, conocía demasiado bien a Jaken como para saber que mis palabras lo hacían sentir incomodo, o bueno, al menos esa fue la personalidad que me mostro, tal vez al igual que su jefe, todo fue una fachada. Toque el botón del ascensor y sentí a Jaken cerca mío- dile que no era mentira, jamás volverán a saber de mi- le dije al señor Jaken antes de entrar sola en el ascensor, ni si quiera podía enfocar al señor Jaken aun cuando lo tenia en frente de mi.

Los pisos fueron bajando y mi mente aun se encontraba saturada, no importaba cuantos pisos fueran pareciera que mi mente ni siquiera podía procesar el hecho de que nos encontrábamos bajando. Limpiaba de vez en cuando unas pequeñas lagrimas que salían, aun no era momento de soltar todo el llanto, aun no me encontraba en un lugar seguro. De pronto comencé a preguntarme si ese lugar realmente existía, de nuevo me encontraba sola, aun cuando tenía amigos, no podía ir a ellos sin pensar que en algún momento me advirtieron que esto pasaría. Tal vez la única culpable de todo esto era yo misma, desde el momento en el que acepte una relación con él, desde el momento en el que acepte este trabajo, desde el momento en el que decidí volver hablar. Las lágrimas estaban formándose cada vez más rápido, así que me apresure a salir de la compañía.

Cuando estaba afuera lo siguiente que hice fue mas impulso que racionamiento. Tome mi celular y lo estampe contra el suelo, para después pisarlo fuertemente hasta que la pantalla se hizo añicos. En mi mente no bastaría el bloquear su numero, ni si quiera quería tener la mínima posibilidad de que se pudiera contactar conmigo o que en una debilidad y estupidez mia me animara a llamarlo. Estaba decidida a cumplir con lo que le dije, a desaparecer por completo de su vida, de su mundo, de todo lo que tuviera relación con él.

Fue cuando tire el celular destrozado a la basura que mis lagrimas ahora corrían libremente por mis mejillas, ya ni si quiera podía hacer el esfuerzo por detenerlas. Me sentía traicionada, destrozada y abandonada. Así que deje salir el llanto mientras caminaba por las calles, ni siquiera me importaba lo que la gente pensara, aun cuando podía notar que algunos volteaban a verme. Mi mente estaba en shock y mi cuerpo se movía en automático, no tenía la mínima idea de a donde me dirigía, pero yo seguí caminando.

Mi mente volvió a reaccionar cuando me encontraba esperando que se abriera una puerta frente a mi, no recordaba si había tocado el timbre, pero mi cuerpo tampoco podía reaccionar, era como si se hubiera quedado congelado o no tuviera fuerzas para hacer algo mas. Solo me encontraba sentada en el suelo, sujetando mis piernas y mi espalda recargada en aquella puerta. No tengo idea si fueron segundos, minutos u horas después la puerta se abrió.

***Kohaku***

Tenia alrededor de dos semanas viviendo en este departamento, aun cuando mi padre y mi hermana se habían opuesto en que lo hiciera. Tenia un tiempo en el que había decidido que necesitaba mi espacio, tratar de tener mi propia vida. Aun cuando trabajaba medio tiempo en los restaurantes de mi padre, también quería comenzar a tener mas participación en los negocios, preparándome para el día en el que tuviera que tomar control de ellos. Todas esas platicas las había estado teniendo con Inuyasha, ya que de un tiempo para acá nos habíamos vuelto buenos amigos.

Después de la reunión del día anterior me había sentido muy aliviado y tranquilo, al parecer a todos les estaba yendo bien, hasta Rin se veía mucho mas llena de vida. Creo que eso fue lo que mas me hizo sentirme tranquilo, después de que aceptara que no podría estar con ella, al menos me alegraba verla feliz.

Toda la tarde me la había pasado estudiando y haciendo algunos reportes de los restaurantes para enseñárselos a mi padre. Así que cuando me despeje un poco ya era de noche, tome mi celular para pedir algo de cenar, cuando de pronto me di cuenta la enorme cantidad de llamadas perdidas que tenia. Eran tanto de Kagome como de Inuyasha y casi al instante sentí un hueco en mi estomago, si tenia tantas llamadas significaba que algo malo había pasado. Rápidamente le regrese la llamada a Kagome y contesto después de dos tonos.

-¿Esta Rin contigo?- fue lo primero que dijo y por el tono de su voz sonaba desesperada

-No, ¿Qué paso?- se escuchó que Kagome maldijo por lo bajo y me contesto después de decirle a alguien lo que yo le había contestado- Kagome, dime que esta pasando- estaba comenzando a desesperarme y mientras esperaba comencé a buscar mis llaves para salir ya del departamento.

-Ella… no la encontramos, llevamos toda la tarde buscándola, al parecer trae su celular apagado y no podemos…

-Maten la calma Kagome- alcance a escuchar la voz de Inuyasha en el fondo tranquilizando a Kagome

-Si desapareció así es por algo- escuche un traqueteo con el celular antes de escuchar la voz de Inuyasha al teléfono

-No es momento de explicar todo, lo que debes de saber es que ella no esta bien y lo mas probable es que no quiera que la encontremos. Así que ayuda a buscarla- Sin esperar mi contestación colgó el teléfono.

Yo rápidamente me fui a la entrada, me puse mis zapatos y abrí la puerta. Justo detrás de ella se encontraba Rin, sentada en el suelo con su cabeza entre sus piernas, cuando vio la puerta abrirse volteo y lo que vi me hizo doler el corazón.

-¿Rin?- su rostro estaba desecho, no se cuanto tiempo llevaba llorando, pero sus ojos estaban hinchados, sus mejillas y su nariz rojas totalmente, además de que su boca aun soltaba pequeños sollozos. Me hinque para quedar a su altura aunque verla de mas cerca solo me hacia sufrir mas, quería abrazarla, quería protegerla y alejarla de cualquier dolor que sintiera en este momento.

-Kohaku- su voz salía ronca y al decir mi nombre mas llanto salió acompañado de mas sollozos. Casi por instinto la tome entre mis brazos y la abrace fuertemente a mi pecho.

-¿Pero que paso Rin?- todo su cuerpo temblaba, aun cuando ya estaba comenzando a refrescar, sabia que no se debía al clima, era su propio cuerpo quien ya no tenia fuerza para seguir. Ni si quiera podía contestarme, solo se había aferrado a mi ropa y lloraba a mares con su cabeza escondida en mi pecho. Como pude logre levantarla tomándola por las piernas y su espalda, camine con ella en mis brazos y ella mantenía su agarre fuerte en mi ropa. Trate de sentarla en el sillón pero ella no quiso soltarme.

-Por favor no te alejes, solo unos momentos mas- dijo entre sollozos, así que lo que hice fue sentarme con ella en mis piernas, parecía una niña pequeña, jamás en todo el tiempo que tengo de conocerla la había visto de tal manera. Tan frágil, tan lastimada. Espere unos minutos, aunque por un momento pensé que jamás se detendría, aun así fue bajando poco a poco la intensidad del llanto y cuando se sintió segura enderezo un su cabeza- lo siento yo… te deje todo manchado- aun cuando ya hablaba con más fluides, todavía se podía notar que había estado llorando. Se trato de levantar, pero yo la ayude a deslizarse hasta que su trasero tocara el sillón.

-No importa, ¿necesitas agua o algo?- ella negó con su cabeza y tomo de nuevo mi playera con su mano.

-Solo no te vayas- jamás había visto a Rin así, parecía como si tuviera miedo de algo o de que de la nada desapareciera de su vida. Así que tome su mano con la mía y la aprete.

-No lo hare- con mi mano libre comencé a limpiar sus lágrimas, aunque había algunas que al haber pasado tiempo estaban dejando una marca notoria de su recorrido por sus mejillas- me preocupas Rin, al menos dime que es lo que esta pasando, déjame ayudarte- ella me miro directo a los ojos y como si hubiera presionado un interruptor sus lagrimas comenzaron a brotar de nuevo sin control.

-Tu fuiste el único- con sus manos desesperadamente limpiaba sus lágrimas- tú me advertiste, Kohaku, tú lo hiciste- no tenia que ser un genio para tener alguna idea de lo que estaba pasando, estaba claro que tenia que ver con Sesshomaru. Ese maldito imbécil le había hecho algo a Rin. La tome de nuevo en mis brazos y acaricie su espalda mientras ella volvía al llanto.

-Calma Rin, ya estas a salvo, yo estoy aquí contigo- tenia que tener toda la fuerza del mundo para poder contener las ganas de ir a golpear a ese imbécil. De no ser porque en estos momentos me importaba mas Rin.

-Soy una estúpida, yo le creí, creí en todas sus palabras… Solo fui un juego para él. Una estúpida niña muda a la que pudo manipular a su antojo- volví a enderezarla para que me viera a la cara, pero de nuevo ella estaba hecha un desastre, aun cuando limpiaba sus ojos pareciera que no podía parar.

-Rin, solo te harás más daño si sigues así, por favor respira- ella negó con la cabeza.

-Me quiero morir Kohaku, ya no puedo mas- escucharla decir eso hizo que mi corazón se detuviera, así que la tome por las mejillas

-Escúchame Rin- ella estaba tratando de volverse a esconder pero no deje que lo hiciera- ¡Escúchame! Jamás vuelvas a decir algo así, no cuando nos tienes a todos nosotros, cuando me tienes a mi a tu lado- la veía tan mal, que podía creer en sus palabras, así que me daba un miedo terrible el pensar que pudiera hacerse algo- por favor no pienses nunca eso- en ese momento por fin me vio a los ojos, estaban muy abiertos y podía darme cuenta de que le sorprendieron mis palabras.

-Yo no se que mas hacer, solo pienso en llorar, solo eso- se veía resignada y yo volví a tomar ambas manos

-Si solo quieres hacer eso, hazlo, llora hasta que estes seca, hasta que tu corazón se sienta mas tranquilo, yo estaré aquí sosteniéndote- ella me regreso la presión en las manos y después se recargo en mi pecho soltando de nuevo el llanto.

Cerca de una hora después ella ya se encontraba dormida en mis piernas, aunque de vez en cuando los espasmos volvían junto con el llanto, pero ya no había nada en el mundo que la despertara. Como sabia que no se despertaría me levante lentamente y después la acomode en el sillón de manera que pudiera dormir más cómodamente. También tome mi celular y marque el numero de Inuyasha.

-¿La encontraste?- se le escuchaba cansado, de haber podido llamarlos antes lo habría hecho, pero lo principal era tranquilizar a Rin.

-Está conmigo- soltó un suspiro de alivio y después alcance a escuchar como le decía a Kagome que ya la habían encontrado.

-¿Están en tu departamento? Iremos para allá

-No, no vengan. Ella me dijo que antes de quedarse dormida que no quería ver ni hablar con nadie- como me suponía escuche un traqueteo para después la voz de Kagome casi gritándome al oído

-¿Qué? No me importa lo que ella quiera, no la dejare sola- Kagome se encontraba enojada, no, enojada le quedaba corto. Yo tome aire antes de contestar, porque estaba seguro de que la respuesta que iba a dar no les gustaría para nada.

-Le marque a Inuyasha porque pienso que entenderá mejor la situación y se que estoy en altavoz, solo les llame para que no se preocuparan, pero después de ver como se puso Rin no pienso perturbarla de nuevo. Entenderán que no querrá ver por ahora a algún Taisho ni tampoco a la amiga que esta saliendo con uno- los dos se quedaron mudos, me imagino que analizando mis palabras- les marcare en cuanto ella quiera verlos, es todo- sin esperar alguna contestación les colgué el teléfono.

Sabia que estaba firmando mi sentencia de muerte conociendo el carácter de Kagome, pero, en estos momentos lo que mas quería era que Rin descansara, aunque sea por unas horas darle un momento de paz, darle su propio espacio para que pueda estabilizarse.

Por la mañana cuando me levante note que Rin aun dormía, me había quedado en la sala por si se despertaba en la noche y necesitara algo. También era por miedo a que se fuera sin decir nada. Así que cuando me levante me tranquilizo verla ahí, ya no lloraba aunque su rostro había pagado un alto precio por tanto llanto. Acaricié su rostro lentamente y después me puse hacer un pequeño desayuno tratando de hacer el menor ruido posible.

***Rin***

Al menos el dormirme después de llorar por tanto tiempo había hecho que no pudiera soñar. Aunque cuando desperté me dolía todo el cuerpo, mis piernas y los pies me palpitaban fuertemente, lo mas seguro era por todo lo que había caminado hasta el departamento de Kohaku. Aun no podía recordar cuando había decidido venir aquí, al parecer mi cuerpo había actuado por sí solo, tal vez había sido porque muy en el fondo de mi cabeza sabía que Kohaku no haría preguntas, solo se limitaría a hacer lo que hizo. Cuidarme. Cuando enderece mi cuerpo sentía que todo el mundo me daba vueltas, además de que mi cabeza retumbaba de dolor, como si hubiera bebido mucho la noche anterior.

-Toma, es un té- Kohaku apareció en mi campo de visión y en su mano traía una taza, yo la tomé- te ayudara con tu garganta y si quieres pude encontrar una pastilla para el dolor de cabeza- abrió su mano y traía una caja de pastillas, aunque solo quedaba una sola.

-Gracias- mi voz salía ronca y me ardía mucho la garganta al hablar, estoy segura de que él lo pudo notar

-Descuida, ya casi esta listo el desayuno, por si tienes hambre- me tomé rápido la pastilla y después negué con la cabeza- aun así estará ahí para cuando decidas comer- quería corresponder de la mejor manera a sus tratos, pero aún me sentía sin ánimos para hacerlo. Era como si no pudiera pensar claramente aunque quisiera. De pronto escuche el sonido de un celular y voltee hacia donde se escuchaba- deben de ser Inuyasha o Kagome, no han dejado de llamar toda la noche- cierto, yo le había dicho a Kohaku que no quería hablar o ver a nadie

-Lo siento, estoy causando problemas- aunque tenia ganas de seguir llorando, las lagrimas ya no salían, era como si me hubiera quedado seca.

-Solo están preocupados, no es culpa de nadie- Kohaku me hablaba con ternura, además, su mirada mostraba amabilidad, era como si quisiera animarme sin palabras

-¿Debería de enviarles un mensaje?- de pronto recordé que ya no me encontraba con mi celular- aunque necesitaría tu celular para hacerlo

-Puedo prestártelo si eso es lo que quieres, aunque, ¿Dónde esta el tuyo?- por unos instantes dude en contestarle, era como si esa simple pregunta me hiciera tener flashbacks de lo que había pasado con Sesshomaru y casi de inmediato mi corazón se aplastara de nuevo. Trate de concentrarme en el presente, de aventar todo lo que había pasado en lo profundo de mi mente.

-Lo… lo perdí- Kohaku asintió y después camino para donde estaba su celular y me lo tendió en mis manos- gracias- había demasiadas llamadas perdidas, la mayoría de ellas eran de Kagome y no me sorprendía en absoluto, podría imaginarme lo preocupada que estaba en estos momentos.

Kagome, soy Rin. Estoy bien, me encuentro con Kohaku, solo te escribo este mensaje para decirte que no te preocupes por mi. Por el momento deseo estar sola, así que me quedare unos días aquí con Kohaku. Cuando me sienta lista me comunicare contigo o iré a verte. Espero puedas entender. Te quiero.

Releí el mensaje unas cuantas veces antes de mandarlo, sabia que no importaba lo que le pusiera lo mas probable es que ella no se quedara tranquila. Aunque confiaba en Inuyasha para que la hiciera entender.

Paso casi una semana en la que prácticamente era una muñeca de trapo, solo me levantaba del sillón para ir al baño o comer. Bueno, hacia el intento por comer, porque la mayoría de las veces pareciera que mi estomago no podía retener la comida y la terminaba vomitando. Kohaku más de una vez me amenazo diciéndome que me llevaría al hospital si no ponía de mi parte. Así que de poco a poco comencé a comer, a levantarme para ver la tele, una película, después fue una conversación. Kohaku poco a poco estaba tratando de volverme a la vida.

Él no hacia muchas preguntas sobre lo que había pasado, pero si se que se entero de lo de Sesshomaru, ya que un día lo encontré apagando la tele rápidamente en cuanto me vio entrar a la sala. Aun cuando en el día podría parecer estar bien, por las noches aun lloraba o me despertaba entre pesadillas. Kohaku para estar más atento a mi había comenzado a dormir en la sala junto conmigo y debo de admitir que su presencia me tranquilizaba, había noches que después de una pesadilla solo me podía volver a dormir si sujetaba su mano.

-Kagome dice que quiere verte Rin- me soltó Kohaku mientras estábamos comiendo y yo solo asentí.

-Se que no va a soportar más tiempo, así que dile que venga mañana- Kohaku se sorprendió por mi respuesta, pero aun así se vio alegre.

-¿Quieres mas té?- yo negué con la cabeza y continue con mi comida. Conforme pasaron los días mi cuerpo se fue recuperando, aunque el dolor en mi garganta aun se mantenía ahí, no tan intenso pero si llegaba a ser molesto. Así que por eso continuaba tomando tés.

El día transcurrió con normalidad y así de rápido se llegó el día siguiente. Claramente Kagome llego super temprano y cuando paso la puerta casi se lanzo encima de mi.

-¡Rin gracias a dios!- su voz salió casi temblando y yo tuve que abrazarla fuertemente para que se tranquilizara- me tranquiliza tanto verte- le limpie las lágrimas que se lograron escapar de sus ojos.

-Kagome déjala respirar- esa voz era de Inuyasha y la había tomado de los hombros para que se separara de mi. También sentí como Kohaku se acercó a mi, no me tocaba pero se mantenía cerca por si lo necesitaba.

-Nos alegra poder verte Rin- dijo Inuyasha y por un momento me deje llenar de esa calidez que me ofrecían mis amigos. Aunque de alguna manera me dolía ver a Inuyasha a la cara, ya que esos ojos dorados me recordaban la mirada fría que me brindó Sesshomaru ese día

-Creo que lo mejor es que nos sentemos- dijo Kohaku y sentí su mano en mi espalda, Inuyasha y Kagome se fueron hacia el comedor mientras que yo volteé a ver a Kohaku- ¿Estás bien?- me pregunto por lo bajo y yo solo asentí tratando de dedicarle una leve sonrisa. Los dos seguimos al comedor y se sentó a lado mío.

-Kohaku me dijo que perdiste el celular- yo volteé a verlo antes de contestarle a Kagome

-Simplemente no me di cuenta, siento mucho haberlos preocupado- tanto Inuyasha como Kagome se me quedaron viendo sorprendidos de que estuviera hablando en lenguaje de señas. Kagome volteó a ver a Kohaku esperando que él le dijera algo pero no lo hizo- he traído una molestia en mi garganta y me siento más cómoda hablando así

-Ya veo- dijo Kagome, sabía que esa respuesta no había sido suficiente, ella no la iba a engañar con eso. Pero lo cierto era que no quería hablar con nadie, aún me sentía indefensa y que en cualquier momento podía salir lastimada- estuve arreglando las cosas en la universidad, así que no te preocupes, puedes volver cuando quieras- antes de responder volví a ver a Kohaku y él por debajo de la mesa posó su mano en mi pierna, tratando de darme las fuerzas

-Pienso dejar de estudiar- Kagome casi pone el grito en el cielo y sabía que estaba preparándose para darme un sermón- es una decisión que ya tomé, no tengo la estabilidad para continuar con la carrera, prefiero descansar y tomarme un tiempo para mi- Inuyasha miraba a Kagome y a mi confuso, ya que no entendía del todo el lenguaje de señas

-Rin piensa dejar de estudiar, para tomarse un tiempo para ella misma- resumió rápido Kohaku, vi que Inuyasha trató de no hacer ninguna expresión, más que nada por Kagome

-Creo que si es algo que ya has decidido y con lo que te sientes bien, deberías de hacerlo- contesto Inuyasha, yo trataba de evitar su mirada pero aun así le di las gracias

-No vine aquí para hacerte preguntas Rin, me bastaba solo con asegurarme que te encontrarás bien, así que no tienen que comportarse de esta manera- dijo Kagome con su voz sombría

-¿De qué hablas Kagome?- dijo Kohaku con su voz dudosa, rápidamente Inuyasha y yo intercambiamos miradas. Los dos la conocíamos bastante bien como para saber a donde llevaría esto.

-Todos estos días estuve preocupada, pero traté de respetar tu espacio y cuando llegó lo único que han hecho es mediar entre tu y yo como si temieran que te haga algo ¿Acaso eso represento para ti?- sentí que Kohaku e Inuyasha quisieron intervenir casi al instante

-Déjenme hablar a solas con Kagome- mi voz salía atropellada, justo como había estado saliendo estos días. Tanto Kohaku como Inuyasha voltearon a verse, pero aun así hicieron caso y salieron del departamento para darnos espacio- siento mucho haberte preocupado Kagome- tome su mano

-Cuando supe lo del artículo tenía miedo por ti, yo sé cuánto significaba para ti- negué con la cabeza, dándole a entender que no quería hablar de eso- eres como mi hermana Rin, es normal que quiera estar a tu lado en momentos así- se levanto de su silla y rodeo la mesa para ir hacia donde yo estaba- no necesito palabras y tú tampoco, solo basta con esto- me jalo hacia ella y me dio un fuerte abrazo, yo sin poder evitarlo comencé a sentir pequeñas lágrimas salir, pero a diferencia de hace unos días, ahora sentía que tenía el control de mis sentimientos, tenía el control de mi cuerpo y podía parar de llorar en cuanto yo quisiera. Este llanto ya no perforaba el corazón ni me quitaba el aire, más bien era como si me estuviera liberando de todo lo malo que había pasado. Nos quedamos un momento más de esa manera hasta que Kagome se separó de mi y se sentó en el lugar en el que antes estaba Kohaku- ¿Tienes pensado volver a mi departamento? Al ver lo lastimada que tienes la voz, puedes hablar con señas, si quieres- le di las gracias antes de contestarle

-La verdad no he pensado bien, pero creo que me siento segura aquí con Kohaku, estar contigo, más bien, con Inuyasha, aún me pone un poco incómoda- Kagome solo asintió, analizando mis palabras- Kohaku me dijo que puedo trabajar en algún restaurante de su padre, algo administrativo y así mantenerme fuera de la vista de la gente, para poderme sentir más segura

-Kohaku lo ha pensado todo, pareciera que se volvieron mucho más unidos que antes- sabía lo que estaba tratando de decir, pero yo estaba lejos de emocionarme o de poder sentir algo mas. Estaba agradecida con él y de alguna manera sabía que podía estar segura a su lado- Rin, se comunicaron conmigo del hospital, al parecer encontraron algo en los estudios y quieren que vayas- había olvidado por completo eso, la posibilidad de estar embarazada y mi retraso.

-Lo había olvidado, ¿sería mucho pedirte que me acompañes? Aun no me siento del todo bien para salir y no puedo decirle a Kohaku o se preocupara de nuevo- Kagome se quedó pensando un momento y después contesto

-Solo hay algo que tengo que decirte. Inuyasha lo sabe y necesito decirle que irás a esa cita, para que coordine todo y no sepan que estuviste ahí- me quede un momento confuso y Kagome debió de verlo porque continuó- al menos que quieras que él se entere que estuviste viendo a una Ginecologa- negué con la cabeza y deje salir el aire. Ni si quiera tenía que decir su nombre para sentir como se estrujaba mi corazón.

-Entonces cuento contigo y con Inuyasha para eso- Kagome sonrío amablemente

-Cuenta conmigo. Iré a decirle a los chicos que entren, antes de que piensen que te hice algo- guiño el ojo antes de ir hacia la puerta.

El resto de la tarde fue tranquila, yo aún no me encontraba con la suficiente energía, así que se fueron temprano, cuando notaron que yo ya estaba cayendo dormida. Kagome antes de irse me recordó que pasaría por mi temprano y le aseguro a Kohaku que no era nada grave y que tampoco me perdería ni un segundo de su vista. Durante la noche no hubo mucho cambio de las anteriores, me desperté a media noche y Kohaku tuvo que acercarse a mi.

Cuando ya me encontraba en el consultorio sentí cierto dejavú y tuve que aferrarme fuertemente a la mano de Kagome para poder mantener mi mente en el presente. Casi corrí al consultorio cuando escuche mi nombre para pasar a consultar.

-Buen día señorita Takumi- yo hice una pequeña reverencia

-Tiene un problema en el habla, así que por el momento yo me encargaré de traducir- dijo Kagome y la doctora solo asintió. Saco unos papeles que me supongo que se trataba de los estudios que me había hecho.

-Señorita Takumi, ¿Cuál es el método anticonceptivo que usa?

-Condon- Kagome repitió lo que dije

-¿Cuándo fue su última menstruacion?

-Hace dos meses- la doctora se tardo más anotando todo y después puso en frente de nosotras la imagen del ultrasonido que me había hecho el día anterior. Tanto Kagome como yo nos tensamos al darnos cuenta de lo que se trataba.

-¿Es eso un quiste?- dijo Kagome sin poder ocultar en su rostro el terror a lo que estaba viendo

-Eso es, me llama la atención como no ha presentado ninguna molestia hasta ahora- yo me había quedado en shock viendo el ultrasonido

-¿Qué…qué tamaño tiene?- mi voz salía ronca, además de que algunas sílabas sonaban casi como un susurro. Definitivamente mi voz estaba empeorando, tal vez al final terminaría perdiéndola de nuevo. Ahuyente todos esos pensamientos y mejor me concentre en lo que me contestará la doctora.

-De una pelota de Ping Pong- Kagome y yo nos quedamos aún más sorprendidas

-Es imposible, yo nunca he tenido un problema así, además de que no ha habido molestias ni tampoco…- Kagome puso su mano sobre la mía pidiéndome que me tranquilizara

-Escuchemos a la doctora Rin- yo asentí y dirigí mi vista a la doctora

-Los quistes son algo normal en toda mujer y en cualquier edad. Te preguntaba sobre el método anticonceptivo que usas debido a que en algunas ocasiones son los causantes de que aparezcan esta clase de cosas- yo negué con la cabeza antes de contestar

-Yo no tomo ninguna pastilla- me ardía como un demonio la garganta, pero me molestaría más el tener que esperar que Kagome tradujera todo lo que digo

-Veras Rin, en el examen de sangre aparecieron ciertos parámetros que me indican que en tu cuerpo hay residuos de pastillas de emergencia y no hablo de una o dos pastillas, aquí me indica que has estado tomando seguido estas pastillas- la doctora me entrego los papeles donde venían esos datos.

-¿Qué? Es imposible, yo no tomo ninguna pastilla…- fue entonces cuando algo comenzó a saltar en mi mente. En casi todas las ocasiones que me acostaba con Sesshomaru él siempre me daba pastillas, diciéndome que se trataba de analgésicos. Lleve mi mano a la boca- no puede ser- no tenía idea de cómo explicar lo que estaba sintiendo, de todo el coraje, impotencia y estupidez de mi parte.

-¿Rin?- Kagome llamó mi nombre al ver que yo me había quedado congelada

-Fue él- solté aún perdida en mis pensamientos- fue ese maldito Kagome- volteé a verla a la cara- Sesshomaru siempre me daba pastillas- vi como la cara de Kagome iba desencajandose al tiempo en el que comprendía a lo que me refería.

-Señoritas necesito que se concentren en esto, el tamaño y el lugar del quiste es en lo que debemos de enfocarnos- Kagome tomo mi mano

-Recuerda que no estás sola Rin- estaba luchando por no llorar, por no ir en este mismo instante hacia donde se encontrara Sesshomaru y maldecirle

-¿El quiste solo puede operarlo no?- quería deshacerme de eso rápidamente, era como si trajera alguna clase de castigo puesto por él

-Me temo que no señorita Takumi, el quiste está en un area que compromete el ovulo derecho

-¿A que se refiere?- mi cabeza estaba comenzando a dar vueltas, en un intento por entender que era lo que estaba pasando o de mantener alerta al resto del cuerpo.

-Si yo retiro el quiste tal y cómo está, hay un alto riesgo de que cuando usted quiera tener un bebé, no pueda hacerlo- poco a poco comenzaba a sentir los latidos de mi corazón en mi cabeza, justo como el día que camine sin darme cuenta hasta el departamento de Kohaku.

De nuevo se trataba de Sesshomaru, como si no hubiera sido suficiente en jugar conmigo, también había terminado por destruir mi cuerpo. No es que en estos momentos pensara en tener una familia o que quisiera tener algo formal con alguien, es más, estaba segura de que jamás volvieras a enamorarme. Pero eso era muy diferente a darme cuenta que jamás podría tener hijos, que jamás podría experimentar lo que sería ser madre. Él se encargó diligentemente de que no quedara ni un solo pedazo de mi, se encargo de que yo jamás pudiera tener una vida normal de nuevo…

-Hagalo, retire el quiste- tanto la doctora como Kagome se me quedado viendo sorprendidas y completamente seguras que no estaba pensando ni razonando las palabras que estaban saliendo de mi boca.

***Notas de autor***

Y aquí estamos de vuelta con un nuevo capitulo, este capitulo lo iba a subir ayer, pero lo termine ya noche para poderlo editar como se debia.

Se que es un poco mas largo de lo que estoy acostumbrada a escribir, pero es que era necesario que pasaran todas esas cosas ya que el proximo capitulo habra un pequeño salto de meses en la historia.

Algo que marco este capitulo es el dolor y el proceso por el cual esta pasando Rin tras la ruptura con Sesshomaru. Por lo mismo creo que es normal que de alguna manera vean las acciones de Rin como desesperadas o sin coherencia. Pero ella lo que realmente tiene es que esta perdida, tratando de encontrar un camino propio.

Estare como siempre leyendo sus comentarios y espero volver con mas capitulos antes de que acabe el mes (no prometo nada ya que me ire a actualizar mis otros dos proyectos) cuidense y espero que disfrutes de la lectura.

Saludooos :*