Capítulo 35: Unos meses después…

***Kagome***

-Creo que es todo- solté con un gran suspiro al lograr cerrar la maleta. Inuyasha acababa de entrar a la habitación y se había acercado a mi para tomar la maleta- Aun no me siento cómoda con esto- le dije por quinta vez desde que nos despertamos y aun así él se volteo a verme y me dedico una cara llena de comprensión. Dejo la maleta en el suelo y después se acercó a mi para tomar mis manos.

-Ya hablamos de esto, si Shippo va con nosotros al viaje no podremos cuidarlo bien, es mejor para él que se quede con la anciana Kaede- acariciaba mis manos tratando de tranquilizarme y yo muy a mi pesar asentí. Él llevo una de sus manos a mi mejilla y me hizo levantar la mirada para encontrarme con aquellos ojos dorados- no te preocupes por él, dejare a mis hombres para que los protejan de cualquier cosa- volví asentir y él me dio un rápido beso en los labios- ahora subiré la maleta al carro, ¿Pasaremos por Rin?

-No, ella y Kohaku llegaran a parte- vi como lanzo una sonrisa cómplice y después se fue aún más alegre por la puerta.

Estos tres meses habían cambiado muchas cosas en nuestra vida. Ahora mismo nos encontrábamos empacando todo para nuestro fin de semana de parejas que Sango había planeado hace meses. Aunque el principio no se esperaba que fuera solo de parejas, el tiempo fue el que decidido que fuera así.

Después de nuestra cita con la doctora hace meses Rin no era la misma de siempre. Aun ni yo puedo determinar si ese cambio fue para bien o para mal. Al final de cuentas entre la doctora y yo la convencimos de no operarse y de comenzar un largo y fuerte tratamiento para el quiste que tenía, las citas con la doctora se volvieron regulares y aunque al principio fue algo molesto de cubrir para Inuyasha, ya ahora se había convertido en una rutina. En el hospital no quedaba ningún registro de la salud de Rin, su nombre fue cambiado en el hospital por si algún motivo Sesshomaru quisiera buscarla, ni siquiera era vista llegar, debo de admitir que Inuyasha sabia a la perfección como esconder a la gente.

Durante estos meses la hemos visto poco aunque se mantiene en contacto por celular y al menos en las últimas semanas se le ha visto de mejor humor. Nadie menciona a Sesshomaru, nadie quiere lastimarla y tampoco lo queremos recordar y querer ir a partirle la cara. Hubo unos días en los que tuve que detener a Inuyasha de ir hacerlo, su rabia y furia contra su hermano eran enormes al enterarse lo que le había hecho a Rin. De no ser por Rin que le suplico casi llorando que nunca le volviera a mencionar a Sesshomaru algo de ella estoy segura de que hubiera ido a golpearlo o peor.

Conforme pasaban los días Rin dejo de hablar hasta que poco a poco volvió a su antigua costumbre del lenguaje de señas, yo comprendí que tal vez lo hacía para protegerse y por lo mismo todos nos acostumbramos rápidamente a aquel cambio.

Pero el más grande cambio positivo en su vida definitivamente fue Kohaku. Desde el momento uno la ayudo y la protegió de todo, fue él quien la convenció de comer como era debido, la levantaba todos los días para salir a caminar, él la sacaba de vez en cuando a cenar, ver una película o incluso a convivir con nosotros. Él se dedicó a traer a la vida a una Rin muerta y sé que ella se da cuenta de eso, no por nada él es la única persona con la que habla sin el lenguaje de señas aun cuando su voz no ha vuelto a ser la de antes.

Y lo que realmente nos sorprendió a todos fue la noticia que nos dieron hace apenas unos días. Se habían convertido en pareja. Todos nos pusimos contentos y festejamos con ellos, fue ese día en el que este viaje había tomado el giro completamente a solo parejas.

-Kagome, ¿Me prometes que cuando regreses iremos a ver a mis papás?- habíamos llegado al templo de la anciana Kaede y nos estábamos despidiendo cuando Shippo se me había acercado para susurrarme esas palabras al oído.

-Claro, te prometí que este año iríamos a visitarlos- me había puesto a su altura y le acariciaba la cabeza. Pronto se cumpliría el aniversario de la muerte de sus papás así que estaba deseando que llegara ese día. Me dio un fuerte abrazo y después volteo a ver a Inuyasha de mala gana

-Y también cuando vuelvan la bestia ya no se quedará con nosotros, ¿verdad?- eso lo dijo en voz alta y viendo de mala gana a Inuyasha, era obvio que lo que estaba haciendo era para molestarlo y lo iba a lograr ya que Inuyasha estaba a punto de contestarle.

-Shippo sabes que Inuyasha ahora vive con nosotros- no pude evitar sonrojarme por mis propias palabras. Ese era otro de los cambios en nuestra vida, Inuyasha y yo habíamos dado el paso de vivir juntos, él me prometió que solo sería un tiempo ya que no sería suficiente para él solo vivir juntos sin estar casados.

-Es mejor que admitas que me vas a extrañar mocoso- no pude evitar reírme y volteé a verlo de mala gana para que se detuviera. Shippo estaba a punto de decirle algo más cuando la anciana Kaede lo tomo por atrás y le tapo la boca para que no lo hiciera.

-Vayan con cuidado Kagome, nosotros estaremos esperando por ustedes todo el tiempo que sea necesario- aun cuando había una cálida sonrisa en su rostro había algo en sus palabras que no me dejan tranquila, despeje esas ideas rápidamente ya que no quería comenzar a estar de paranoica como en la mañana cuando no me quería separar de Shippo.

-Gracias anciana Kaede, nosotros estaremos en contacto- le di un rápido beso a Shippo en la frente para luego irme con Inuyasha al carro.

-Si así estas con el mocoso no quiero imaginar cómo te pondrás con nuestros hijos- sabía que lo había dicho para molestarme, pero también para que no llorara por Shippo.

-Tú serás el que no querrás separarte de ella- le dije como si fuera un hecho.

-¿Hija? ¿Acaso hay algo que no me has contado?- no pude evitar reírme al ver su cara de miedo tan solo de imaginarse una pequeña posibilidad de que estuviera embarazada.

-Sabes que si estuviera embarazada no te lo contaría aquí ni de esta manera- entrelace mi mano con la suya que estaba comenzando a sudar frio- Deberías tranquilizarte o terminare pensando que no quisieras que pasara nunca- el asintió y siguió mirando al frente sin pestañear.

-Es que no tengo nada preparado, ni siquiera nos hemos casado y tampoco tenemos una casa para vivir- me sorprendió darme cuenta de todas las cosas que se estaba imaginando y que estoy segura de que era algo que ocupaba su mente más de lo que él quisiera admitir.

-No te preocupes, nuestros hijos serán totalmente planeados- aprete su mano y me acerque hasta su mejilla para depositarle un delicado beso.

-Lo serán, lo serán- me seguía repitiendo pero sé que en su mente se repetía una y otra vez todas las cosas que tenía por hacer.

Cuando llegamos a la pista de aterrizaje ya estaban ahí todos, nosotros nos habíamos tardado más por ir a dejar al pequeño Shippo, al ver nuestra tardanza no me sorprendía para nada la desesperación de Sango.

-¿Tienen idea de cuánto tiempo llevamos aquí?- Inuyasha al ver la actitud de Sango se había ido directo a sacar nuestras maletas del carro, dejándome totalmente sola a la merced de ella.

-Lo lamento pero debíamos dejar primero a Shippo con la anciana Kaede- trate de sonar en modo disculpa pero pareciera que a Sango no le importaba.

-¿No viene Shippo con nosotros?- preguntaba Rin con duda en su rostro

-No, solo iremos en parejas, así que sería injusto pedir que cuiden de él, era mejor que se quedara- me di cuenta de que estaba repitiendo las palabras de Inuyasha y de alguna manera eso me molestaba, las había repetido tanto que se habían quedado clavadas en mi cabeza.

-Pero nosotros podríamos cuidar de él- solté una pequeña risa antes de contestarle

-Ustedes han comenzado a salir, es obvio que necesitan su espacio, para… ya sabes- note como Rin iba subiendo los colores a su rostro

-Agh que asco, acabo de tener una imagen mental de mi hermano- dijo Sango mientras agitaba su cabeza y mostraba una cara de asco. Yo no pude evitar reírme fuerte- mejor subamos o terminaran por arruinar mi viaje- las tres subimos al jet y poco después subieron los hombres tomando su lugar a lado de nosotras.

El viaje fue tranquilo, de vez en cuando sacábamos temas en los que todos participamos y también había momentos en los que hablábamos en cuadros chicos. Todo parecía arrancar de la mejor manera y hacía que mi corazón se sintiera tranquilo, hasta podía sentir como esa pequeña angustia que sentía esta mañana desapareciera por completo.

-¿Es la primera vez que viajas a Corea Kagome?- me preguntaba Miroku después de un tiempo en el que yo me había quedado viendo el paisaje por la ventana.

-Si, cuando salimos de viaje suele ser con Kikyo y ella no nos ha llevado a Corea- conocía varias partes del mundo pero por algún motivo mi hermana nunca había dicho que quisiera venir acá, aunque la verdad no le había prestado atención a eso.

-Yo había pensado que nuestra salida sería algo nacional, pero me sorprendió cuando Inuyasha nos vino con esta propuesta- yo me quede mirándolo un poco y aunque mostraba una sonrisa recordaba nuestra conversación al respecto. Él había escogido este lugar porque la boda de Sesshomaru se celebraría en Tokio, justo en estos días.

-Fue una suerte que encontráramos este lugar, Myoga fue quien se encargó de todo- estaba tratando de actuar normal, pero yo sabía lo que le costaba hacerlo. Aun le daba coraje el recordar por lo que estaba pasando Rin, aun así ella estaba escuchando normalmente nuestra platica, aunque no se si estaba totalmente ajena de todo lo que pasaría en Tokio en estos días.

-Como sea, disfrutemos de este momento juntos- dijo Sango con su tono entre chillón y alegre.

Cuando aterrizamos ya nos estaban esperando una camioneta ban grande y lujosa, pude reconocer a unos cuantos hombres de Inuyasha, los de mayor confianza, era extraño que él se separara de ellos. Corrección. Que los separara a ellos de mí y de mi familia.

-Amo Inuyasha, me da gusto verle, hemos preparado todo justo como lo pidió- siempre que trataban a Inuyasha con tanto respeto me quedaba unos segundos pensando que lo único que le faltaba a Inuyasha para parecer un hombre de negocios era la ropa. Casi siempre llevaba pantalones de mezclilla con una playera blanca o negra y su chamarra, su pelo rebelde solo hacia resaltar su estilo de matón. Pero por lo demás Inuyasha definitivamente se podía ver como alguien poderoso- Señorita Kagome, espero y hayan tenido un viaje tranquilo

-Así fue Myoga, muchas gracias, ¿No deberías de estar descansando tu también? ¿o es que acaso tu jefe no te da vacaciones?- tanto él como Inuyasha carraspearon por mi comentario y escuche como detrás de mí se reían los demás.

-Me tomare un descanso en cuanto ustedes vuelvan, por el momento no puedo alejarme del amo Inuyasha- me alegraba darme cuenta cuanto querían a Inuyasha sus propios hombres, de alguna manera él los había hecho una familia y no solo una banda de mercenarios sin corazón- Señorita Rin es un gusto verla a usted también y con un semblante tan brillante- Rin no pudo evitar encogerse un poco de hombros mientras sus mejillas se tornaban rosadas.

-Gracias Myoga y es cierto lo que dice Kagome, mereces descansar- Me reí mientras que le explicaba a Myoga lo que había dicho Rin. Después de ese momento ameno, nos fuimos todos juntos en la ban hasta el lugar donde hicieron la reserva para quedarnos, hasta que no llegamos me di cuenta de que se trataba de una pequeña villa en las montañas.

El lugar estaba enorme y donde nos íbamos a quedar nosotros era un espacio con tres pequeñas casas o cabañas. Aunque no se si estará bien describirlas como pequeñas, dado que se veían así por lo enorme que era el lugar, pero la cabaña contaba con una sala, comedor y dos cuartos. Además de que tenía un baño enorme con un jacuzzi, que a juzgar por el tamaño era fácilmente para dos personas.

-Podemos usarlo tú y yo esta noche- escuche por detrás de mí a Inuyasha decir eso mientras que me rodeaba con sus manos y me apretaba a él. Yo sentí inmediatamente como el calor iba subiendo por mi cuerpo y como pude me volteé para quedar cara a cara con él.

-Podría simplemente decirles ahora que queremos tomar un descanso por el vuelo y el camino hacia acá- mi voz se había enriquecido por el deseo y vi como sus ojos dorados temblaban por la misma razón. Se que estuvo a punto de ceder de no ser por la voz de Sango viniendo de la entrada de nuestra cabaña.

-Chicos, Miroku y Kohaku comenzaran a hacer una parrillada, por si quieren venir a comer algo- sentí como Inuyasha comenzó a reír en mi cuello haciendo que su pecho subiera y bajara

-Vamos- le grite desde el baño y después se escuchó la puerta principal cerrándose

-Tendrá que ser por la noche- me dijo Inuyasha y antes de abandonar mi cuello me dejo un suave beso en él que me hizo estremecer.

Cuando salimos Inuyasha fue a ayudar a Kohaku y Miroku mientras que yo me acerque con las chicas que estaban preparando aperitivos y acompañamientos de lo que harían los chicos. Sango de vez en cuando soltaba algún chiste o simplemente nos decía lo feliz que se sentía de que estuviéramos ahí. Cuando se alejó un poco para darle órdenes a Miroku yo me voltee a ver a Rin.

-¿Cómo fue la cita con la doctora?- estaba cortando algunos vegetales y al escuchar mi pregunta dejo el cuchillo quieto y tomo unos instantes antes de contestarme.

-Igual que siempre, el proceso es lento pero va mejorando, supongo- la relación entre ella y yo no había cambiado mucho, pero desde lo de Sesshomaru sentía que tenía que cuidar cualquier minúscula palabra que saliera de mi boca ya que no sabía hasta qué punto la pudiera lastimar.

-Buenas noticias entonces, ¿Qué tal el trabajo en el restaurante?- desde hace poco más de un mes comenzó a trabajar en uno de los restaurantes del papá de Kohaku, ella no quería ser vista por nadie, así que se encontraba trabajando en el área administrativa, días en una oficina y días desde la comodidad del departamento de Kohaku.

-Al principio fue difícil adaptarme, era algo que nunca había hecho, pero después creo que me acostumbre y ahora todo sale más rápido. La verdad es que Kohaku ha sido de gran ayuda- note como levemente se sonrojaba al pronunciar su nombre y sentía un gran alivio al darme cuenta de que ella tenía esperanzas de volver a ser feliz. Estaba segura de que en algún momento podría sacar de su corazón por completo a Sesshomaru Taisho.

-Veo que ustedes dos van bien, ¿acaso ya…?- los colores de nuevo subieron por su rostro y trato de concentrarse en lo que estaba cortando, al saber que no me iba a quedar tranquila sin ninguna respuesta tuvo que contestarme.

-Hemos estado cerca, pero no, no hemos hecho nada- dios, quien la viera en estos momentos creerían que es virgen. Se ponía demasiado nerviosa como si nunca en su vida hubiera estado con un hombre y mucho menos conociera el proceso a seguir.

-Pues esta puede ser su noche- solo escuche un "clac" donde el cuchillo no toco la verdura y se fue de lleno con la tabla de cortar. Al ver la cara de sorpresa de Rin me di cuenta de que no había pensado del todo en esa posibilidad. Comencé a reírme y ella se puso aún más roja que antes.

-Ya déjame en paz- se veía como si quisiera llorar mientras que trataba de continuar cortando lo que le faltaba. Me quede observándola unos momentos más, mientras que por mi mente se me paso la duda sobre si ella sabría sobre la boda de Sesshomaru. Rápidamente desistí en eso, ya que al final de cuentas solo traería más dolor a su vida.

El resto del día nos la pasamos platicando, riendo, jugando y comiendo. Hubo un momento de la noche donde Sango saco alcohol y aun cuando algunos de nosotros no quería tomar al final nos terminó convenciendo de hacerlo. Como era de esperarse el sueño y el cansancio por el día nos alcanzó, así que nos fuimos yendo hacia nuestras respectivas cabañas para descansar. Yo estaba arreglando unas cosas mientras que esperaba que Inuyasha entrara ya que se había quedado hablando por teléfono, aproveche el tiempo y también puse a llenar el jacuzzi, de ninguna manera me perdería de lo que me había prometido por la tarde.

Cuando entro a la cabaña me parecido verlo extraño, como si algo le preocupara, así que me acerque hasta él que al verme mostro una cara de sorpresa, tan perdido estaba en sus pensamientos que no me vio venir.

-¿Sucede algo?- toque su mano con la mía y el la entrelazo rápidamente suavizando su mirada

-Mis hombres… a algunos no les gusta del todo venir a Corea, así que están algo nerviosos- rozo mis mejillas suavemente

-Me has platicado antes de Irasue vive aquí en corea ¿no? ¿tal vez sea por eso por lo que ellos no están del todo tranquilos?- a Inuyasha le sorprendió que recordara ese detalle, pero aun así se repuso rápido y asintió.

-Myoga se encargará de tranquilizarlos más de lo que lo he hecho yo- esbozo una pequeña sonrisa y después me dio un ligero beso en los labios- ¿Eso que se escucha es agua corriendo?- no pude evitar sonrojarme un poco y asentí.

-Usted señor Taisho tiene que cumplir con lo prometido esta tarde- sus ojos rápidamente se encendieron y me cargo para llevarme como princesa hasta el baño

-Oh cariño, espero y no estes tan cansada porque no te dejare tranquila un solo instante en toda la noche- sabía que eso era una promesa que estaba completamente decidido a cumplir y yo me deje hacer todo lo que el hombre al que amo estaba dispuesto a ofrecerme.

***Inuyasha***

Después de la noche que habíamos tenido Kagome y yo me encontraba satisfecho tanto física como emocionalmente. Quería seguir disfrutando de estas sensaciones, de no ser por ese "problema" que no podía dejar mi cabeza. Sesshomaru. Aun cuando había disfrutado y me había esforzado para que Kagome no percibiera nada, lo cierto era que no me sentía del todo cómodo escondiéndole cosas, aunque la conozco demasiado bien como para saber que ella se alteraría y lo menos que haría seria de disfrutar de este viaje. Ella se merecía estar tranquila y también Rin, así que no podía decir absolutamente nada.

Mi celular comenzó a sonar sacándome de mis pensamientos y yo rápidamente estire mi mano para alcanzarlo y ponerlo en silencio. De suerte Kagome solo se había acurrucado más a mi lado sin despertarse. Mis ojos se desviaron al responsable de esa llamada y pude ver el nombre de Myoga en la pantalla, así que como lo había hecho muchas veces antes me levante delicadamente mientras dejaba a Kagome acomodada en la cama para que no se despertara mientras no estuviera con ella. me puse rápido mis pantalones y un suéter para salir y llamar a Myoga. No fue necesario hacerlo ya que el celular nuevamente volvió a vibrar en mis manos cuando estaba saliendo de la habitación.

-¿Qué pasa anciano Myoga?- voltee a ver hacia el exterior y aun no amanecía, aunque el cielo indicaba que era cuestión de horas para que eso pasara.

-Amo, disculpe la molestia pero hay alguien que quiere verlo, así que es mejor que salga- no entendía del todo a que se refería así que me fui dirigiendo hacia la salida.

-¿De qué hablas Myoga? ¿Alguien quiere verme? ¿Quién…?- mi pregunta quedo a la mitad cuando vi a la persona que estaba parada justo afuera de la cabaña junto con Myoga.

-Hola Inuyasha- la voz del idiota ese y sus ojos del mismo color de los míos me hacían querer golpearlo en ese mismo instante hasta sacarlo del lugar.

-Lo siento amo, pero el joven Sesshomaru apareció en frente de nuestros hombres y usted sabe que no podemos…- levante un poco la mano para que se detuviera mientras que mis ojos no se quitaban de encima de mi hermano. Era raro no verlo vestido con su traje, ahora llevaba unos pantalones sencillos y una camisa de botones , tampoco traía su corbata.

-Puedes retirarte Myoga y dile a los demás que no dejen pasar a nadie más, no importa que se trate de gente de él- Myoga asintió y nos dedicó una pequeña reverencia antes de retirarse- tu imbécil sígueme, nadie puede verte por aquí- sabía que le había molestado que lo llamara imbécil pero aun así me siguió el paso. Cuando nos alejamos lo suficiente me quede viéndolo un momento antes de comenzar a decirle lo que pensaba- ¿Acaso estas consciente de lo que hiciste?

-Solo me entere que habían venido hasta acá así que…

-Sabes que no estoy hablando de eso- vi como sus ojos mostraron sorpresa sobre como yo sabría lo demás.

-Aun tienes gente vigilándome- su voz era aún más monótona que antes, de alguna manera parecía como si se le hubiera acabado la actitud arrogante que tanto lo caracteriza

-Es mi trabajo- él asintió y miro unos segundos el suelo- aun no contestas a mi pregunta, ¿Por qué diablos cancelaste la boda?- Myoga me había dado la noticia justo cuando estábamos a punto de irnos a dormir- ¿Tienes idea en el problema que nos metes a todos?

-¿Ella lo sabe?- de pronto sentí el coraje que había estado guardando durante estos meses retomar fuerza al saber de a quien se estaba refiriendo- Inuyasha, ¿Rin lo sabe?- en estos momentos trataba de traer a mi mente la voz de Kagome, la que me tranquilizaba, la que me detenía de no partirle la cara a mi propio hermano.

-¿Acaso eso importa? Tú la quitaste de tu lado hace meses- vi cierto enojo pasar por sus ojos

-Lo que hice fue para protegerla- no pude evitar lanzar una risa

-Que lo hicieras para ti mismo o para protegerla a ella me vale una mierda, el hecho aquí es que tú de deshiciste de ella de la peor manera posible- sabía que estaba dando en el blanco al ver como sus ojos estaban desesperados por buscar alguna excusa- te lo dije, te dije que si no eras capaz de protegerla simplemente la dejaras ir

-Pero eso estoy haciendo

-¿Aquí en Corea? ¿Cancelando tu boda? ¿Dejando a una persona buena e ingenua casi al borde de la muerte?- vi dolor en su mirada al saber que me estaba refiriendo a Rin-Vaya manera de protegerla Sesshomaru- di unos cuantos aplausos

-No sé porque estoy tratando de defenderme ante ti, tu no vas a creerme no importa lo que te diga, solo dime donde esta ella, necesito verla- ¿Qué pretendía este idiota? ¿Qué simplemente lo dejaría acercarse así como así? Poco a poco esa vocecita de Kagome estaba comenzando a desaparecer de mi cabeza y la idea de golpearlo iba creciendo más y más.

-¿Para que? ¿Para qué vuelvas a mentirle en la cara? ¿Para que la enredes en tus palabras y termines lastimándola más? ¿Para destruirle aún más su vida y su caer…?- estuve a punto de decirle algo sobre la situación de Rin, así que aun cuando quería gritarle todas sus verdades a la cara no pude hacerlo- Lárgate Sesshomaru, lárgate antes de que olvide que mi trabajo es protegerte y termine dándote lo que mereces- de nuevo vi su cara de sorpresa, pero también conocía esa estúpida cara de determinación que traía y no se iría de aquí hasta que no consiguiera para lo que había venido.

-No lo hare Inuyasha, necesito hablar con ella- de pronto escuchamos los pasos de alguien acercándose y los dos giramos en la dirección de donde provenía el sonido, para mi gran sorpresa se trataba de Rin, quien venia acompañada de un gran perro blanco.

-¿Qué conseguirás después de hablar conmigo?- Sesshomaru se había quedado helado en su lugar mientras que la miraba de arriba para abajo

-Me lo llevare de aquí Rin- quise acercarme a él y el enorme perro me gruño aun sin moverse del lado de Rin

-Solo 10 minutos, es lo único de tiempo que te daré- Kagome había estado estudiando conmigo el lenguaje de señas, justo cuando nos dimos cuenta de que Rin no tenía la menor intención de volver a usar el habla para comunicarse, así que logre entender lo que ella estaba diciendo.

-Espera Rin no creo…- volteo a verme y por primera vez en mucho tiempo vi determinación en su mirada. No tenía idea de cómo resultarían las cosas, pero de una cosa estoy seguro, esta Rin que tenía en frente mío ya no confiaba ni un poco en él. Ella lo estaba odiando en estos momentos- 10 minutos

-No necesito más- cuando pasé a lado de Sesshomaru tampoco me perdí de su mirada de desconcierto, no es tan idiota para darse cuenta de que ella ya no lo amaba y que sería aún más difícil convencerla a ella que a mí.

***Notas de autor***

Y aquí otro capítulo más de este fic lleno de emociones…

Después de todo lo que paso y de los cambios que han ocurrido en nuestros personajes, ¿Creen que Sesshomaru convenza a Rin de que todo lo que hizo fue para protegerla?

Lo más seguro es que este capítulo y el 36 los suba juntos, así que me iré tranquilamente a escribir el siguiente capitulo, como saben estaré atenta a sus comentarios

Saludoos :*