Capítulo 43: Marcas en el alma
***Rin***
Desde hace ya unas horas Jaken nos había avisado de que Inuyasha y Myoga habían partido al lugar donde se encontraba Kagome, pero por cada minuto que pasaba yo me sentía cada vez más preocupada, tenía miedo de todo. De que nos dijeran que no la encontraron o de que la encontraron pero sin vida. También temía que nos avisaran que habían sufrido una emboscada y que ahora Inuyasha también se encontraba en manos de aquel monstruo. Cosas como esas solo taladraban una y otra vez mi cabeza. Tal vez Sesshomaru se dio cuenta de ello porque se había vuelto a sentar a mi lado en la cama, no había dicho ni una sola palabra, pero su sola presencia bastaba para no sentirme tan sola.
-¿Por qué tardaran tanto?- le dije después de unos minutos y casi en automático traté de levantarme pero Sesshomaru puso su mano en mi abdomen
-Aun no puedes levantarte Rin- dijo duramente Sesshomaru, cuando volteé a verlo con la intención de quejarme por sus palabras, me di cuenta de que él también estaba preocupado. Sus ojos dorados temblaban y podía verse un poco más pálido de lo normal, podía jurar que eso no era por mí. Él quería estar con su hermano, ahora mismo estaba soportando y desesperado como yo. Casi por instinto puse mi mano sobre la de él que aún estaba en mi abdomen
-Ellos regresaran juntos- le dije con un tono de voz suave, Sesshomaru se quedó viéndome sorprendido, no había mostrado ningún tipo de afecto desde que había despertado, pero estaba claro que lo que había hecho era totalmente automático. Quite mi mano de la suya y voltee hacia la mesita que tenía a un lado de la cama, donde se encontraba un vaso de agua. Obviamente mi cuerpo protesto por el movimiento pero trate de no hacer ningún sonido de dolor.
-Rin- me llamo por mi nombre mientras pasaba el líquido fresco por mi garganta, casi hace que me atragante, nunca dejaba de sorprenderme mi cuerpo ya que siempre reaccionaba de una manera diferente ante él. Voltee a verlo, esperando que dijera lo que tenía que decir- Yo, te pido per…- en ese momento se vio interrumpido por un golpe de la puerta antes de ser abierta. Se trataba del señor Jaken.
-Señor, nos están informando que están por llegar- Sesshomaru se levantó rápidamente de la cama, mientras que yo sentí como una especie de remolino en mi estómago.
-¿Alguna noticia?- dijo Sesshomaru con voz fría, sé que estaba tratando de contenerse aunque su mirada lo descubriera.
-Myoga nos dijo que la señorita Kagome viene mal herida, verifique con nuestros hombres y el cuarto que pidió está terminado- mi cabeza estaba comenzando a dar vueltas al no entender muy bien a lo que se refería.
-¿Pero ella se encuentra viva?- logre preguntar desde la cama y los dos voltearon a verme. Jaken le pensó un poco antes de contestarme.
-Si señorita, ella está viva- sentí un alivio enorme, aunque no tengo idea en el estado en el que la traerán, sentía que mi cuerpo entero podía descansar.
-Gracias a dios- dije eso y llevé mis manos al pecho, el alivio iba tranquilizándome, pero aun así un enorme nudo en la garganta seguía ahí. Comenzaba a ver borroso e inmediatamente comprendí que era por las pequeñas lagrimas que se estaban escapando- gracias dios- sentí de pronto como Sesshomaru pasaba su mano por mi espalda y la acariciaba lentamente.
-Encárgate de que todo esté listo y pregunta a Totosai si le falta algo más. La orden sigue siendo la misma, no iremos a ningún hospital- escuche a Sesshomaru darle las ultimas órdenes a Jaken antes de que saliera de la habitación- Necesitas descansar Rin- yo estaba comenzando a calmarme, al menos las lágrimas ya no salían y aquel nudo en la garganta había desaparecido poco a poco. Negue con la cabeza y después limpie rápidamente las pocas lagrimas que quedaban en mis ojos y mejillas.
-Quiero ir a verla en cuanto llegue- le dije a Sesshomaru y lo mire fijamente a los ojos, se encontraba a mi lado, pero mantenía cierta distancia de mí, me imagino que era para no ponerme más incomoda.
-Rin, lo que necesitas es recuperarte, ella no se ira a ningún lado- su voz era más dulce de lo normal, tal vez no quería iniciar una discusión, pero aun con aquella delicadeza no daría mi brazo a torcer.
-Iré arrastrándome si es necesario- Vi nuevamente sus ojos temblar antes de soltar un largo suspiro- Lo digo en serio Sesshomaru- él se había parado de la cama, yo estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para verla, tenía que hacerlo, jamás podría estar tranquila sin verla, sin saber que fue de ella o que le hicieron y Sesshomaru no iba a detenerme. Ni él ni nadie.
-Lo sé, le diré a Jaken que consiga una silla de ruedas- comenzó a caminar hacia la puerta- está claro que no puedes ir caminando- volteo a verme y yo asentí. Después salió de la habitación totalmente resignado, la verdad no sabía si no quería pelear por ser considerado conmigo o porque entendía la situación, pero internamente le agradecía que no fuera el Sesshomaru autoritario de siempre, que no le hubiera importado nada que estuviera fuera de lo que él quería.
Los minutos pasaban lentamente, como si estuvieran congelados. Sentía que pasaba una eternidad, Sesshomaru no había vuelto a la habitación aunque podía escucharlo hablar en el corredor, al parecer estaba dando órdenes sobre la habitación de Kagome, si no quería ir a ningún hospital me imagino que convirtió esa habitación en uno. Hubo algunos minutos en los que todo se encontraba en silencio, la inquietud iba creciendo en mi interior y sentía la necesidad de levantarme de la cama y salir a ver. Aun así me quede sentada con el vaso vacío del agua en mis manos, lo apretaba de vez en cuando tratando de controlarme. No sé cuántas horas pasaron, pero sentí mi corazón latir con fuerza cuando se abrió la puerta y entraba Sesshomaru junto con Jaken y una silla de ruedas. Comencé a quitarme las cobijas de encima y tuve que hacer un esfuerzo para no delatar el dolor de mi cuerpo con mi rostro. Cuando estaba por levantarme Sesshomaru se puso a mi lado y me detuvo delicadamente por el hombro, yo voltee a verlo extrañada, ya que no entendía porque me había detenido.
-¿Estas segura de querer verla? Ella no se encuentra bien Rin- su cara pálida me lo decía todo, me imagino que esa cara era la que tenía yo todo el tiempo en el que estuve con Kagome en aquel lugar.
-Necesito hacerlo Sesshomaru- puse mi mano encima de la suya, él se quedó viendo a Jaken unos segundos- no era broma sobre irme arrastrando- les dije a los dos y asintieron casi al mismo tiempo. Sesshomaru quito la mano de mi hombro y yo estaba tratando de levantarme cuando sentí sus manos en mis piernas y espalda- ¿Pero que…?- le dije en tono de sorpresa, pero como si me tratara de una simple almohada, me levanto sin ningún esfuerzo para sentarme delicadamente en la silla de ruedas- ¿Sabes que eso no era necesario verdad? Puedo caminar- había llegado hasta aquí corriendo, así que sabía a la perfección que podía levantarme por mi sola.
-El doctor dijo que nada de movimiento- dijo Sesshomaru mientras caminaba atrás de mi para agarrar la silla de ruedas. Sabía que estaba exagerando, pero no diría nada, si esto era el pago que tenía que hacer para ver Kagome, estaba dispuesta hacerlo. Me llevo por los pasillos, me sorprendí al darme cuenta de que no había olvidado ningún detalle de esta casa, aunque había venido aquí hace unos meses, después de todo lo que había pasado sentía que hacía años que no estaba aquí. Llegamos a la habitación y afuera de ella se encontraba Myoga.
-¿Lograron estabilizarla?- pregunto Sesshomaru a Myoga y yo sentí unos latidos fuertes de mi corazón resonar en mis oídos.
-Si, Totosai salió hace unos minutos, al parecer la operación salió bien- ¿Operación? ¿Tan mal se encontraba Kagome? Los latidos se hicieron más fuertes, en alguna parte de mi mente estaba comenzando a arrepentirme de verla, pero tuve que callar fuertemente a esa parte.
-Antes de entrar- logre decir por encima de todo el ruido que había en mi cabeza- Necesito saber cómo la encontraron, ¿Por qué tuvieron que operarla?- mi pregunta iba para Myoga, ya que sabía que Sesshomaru no me querría contestar. Myoga volteo a ver a Sesshomaru- Myoga, contéstame- le dije para que supiera que no aceptaría que me ocultara ninguna información, ni que alguien más fuera el que me contestara.
-Ella venia muy mal herida- eso lo sabía, esas imágenes jamás abandonarían mi mente- Traía mucho sangrado, algunos huesos rotos y…- Myoga volteo a ver a Sesshomaru cuando se escuchó un leve quejido de su parte
-¿Y? ¿Qué más Myoga?- no dejaba de ver a Sesshomaru y yo te que tomarle la mano para que volviera su vista a mi- ¿Qué más?- sé que mi rostro mostraba angustia y también sé que estaban teniendo mucho cuidado de cómo me decían las cosas por miedo a que fuera yo la que se pusiera peor, pero sentía más miedo al saber que todo se lo dejarían a mi imaginación, eso definitivamente terminaría por consumirme.
-Lo peor fue que tenía unas costillas rotas, las cuales perforaron un pulmón y por lo mismo Totosai tuvo que operarla- de nuevo aquel hueco o nudo en mi garganta se hacía presente y tuve que contener enormemente las ganas de vomitar, sabía que no podía ponerme mal o no me dejarían verla- El amo Inuyasha se encuentra en este momento con ella, debido a la gravedad de su cuerpo la mantendrán sedada hasta que se recupere un poco- yo asentí y solté la mano de Myoga. Tienes que calmarte Rin. Tienes que mantener la compostura. No debes llorar. No es momento para hacerlo. Me repetía mientras que me había quedado viendo la puerta.
-¿Aun quieres entrar?- me pregunto Sesshomaru y yo me tarde un poco en contestar, ya que seguía tratando de tranquilizar mi mente.
-Si- le dije secamente y después Myoga abrió la puerta para que pudiera pasar con la silla de ruedas.
El cuarto si parecía un hospital, habían sacado casi todos los muebles, solo habían dejado un sillón y una pequeña mesita de noche a un lado de la cama de hospital en la que se encontraba Kagome. Había aparatos por todas partes, salían los bip de algunos de ellos indicando el estado en el que se encontraba Kagome. Inuyasha volteo a ver quién había entrado y cuando Sesshomaru me puso a su lado pude notar que se encontraba llorando. Después fue el momento más duro de mi vida, mi ojos se comenzaron a posar en el cuerpo de Kagome.
Una de sus piernas se encontraba en alto con un yeso en ella, su brazo había tenido la misma suerte, mientras que el otro mostraban su piel pálida llena de manchas moradas y con un círculo enorme alrededor de su muñeca que traía marcas rojizas y hasta un poco de sangre en algunas partes, como si hubiera forcejeado. Peor lo peor de todo era su rostro, tuve que llevar mis manos a mi boca tratando de controlar mi llanto. La mantenían con un tubo en su garganta para que pudiera respirar, era grande, pero aun así dejaba ver claramente todos aquellas partes hinchadas. Uno de sus ojos ni siquiera podía verse bien ya que estaba completamente tapado por su parpado hinchado. Hinchazón que recorría hasta su mejilla en la cual se encontraba una gasa.
Esa no era Kagome. No se parecía en nada, ni siquiera se parecía a la Kagome que yo había dejado un día antes. Su cuerpo estaba aún más delgado que antes y los golpes la habían hecho casi irreconocible. Esto le había hecho Naraku por haberme ayudado a escapar. Esto lo había logrado yo.
-Esto es mi culpa- logre decir mientras que dejaba salir mis lagrimas- Es mi culpa- el llanto salía libremente acompañado de sollozos.
-No Rin- escuche a Inuyasha, él también tenía la voz rota- no es tu culpa
-¡Claro que lo es! Por mi ella está en ese estado, no debí escaparme, no debí- de nuevo deje salir más sollozos- lo siento tanto Inuyasha, de verdad lo siento- sentí como unas manos me tomaban por los brazos y otras por la cara.
-¡Mírame!- me dijo Inuyasha con su voz un poco más elevada, aquellos ojos dorados ya no lloraban, pero se podían ver enrojecidos- ella lo hizo porque sabía que podrías llevarnos hacia donde estaba Rin, ella deseaba con todo su corazón que tu sobrevivieras, ya que tú eras la única que sabría donde buscar- limpio unas cuantas de mis lágrimas y yo al ver la determinación con la que me lo había dicho asentí. Después quito las manos de mis mejillas para voltear hacia arriba- es mejor que la lleves a descansar- las manos que me sostenían por los brazos me acariciaron dulcemente, entonces me di cuenta de que se trataba de Sesshomaru.
-¿Eso quieres Rin? Inuyasha se quedará a su lado esta noche- su rostro había aparecido por mi lado derecho, se había agachado para poder mantener el contacto visual conmigo. Voltee a ver a Inuyasha rápidamente y él asintió.
-¿Prometes irme a buscar su pasa cualquier cosa?- le pregunte a Inuyasha
-Lo prometo- tomo mi mano y yo me sentí un poco más tranquila
-Volveré por la mañana- le advertí y él de nuevo asintió. Yo voltee a ver a Sesshomaru- está bien, iré a descansar- Sesshomaru rápidamente se enderezo y puso sus manos de nuevo en la silla de ruedas. Aun con el dolor me hice hacia el frente y tome la mano de Kagome- Hasta mañana Kagome, estamos a salvo- dicho esto Sesshomaru me llevo de nuevo a la habitación y como era de esperarse volvió a levantarme para acomodarme en la cama.
-¿Estas segura de estar bien?- me pregunto Sesshomaru y sabia porque lo hacía. De vez en cuando una qué hora lagrima se resbala por mis mejillas. Yo ya me encontraba acostada en la cama viendo el techo.
-No lo sé- le conteste después de un rato- tal vez solo necesito tiempo para poder sentirme a salvo- había tomado una silla y la acomodo al lado mío- aun pienso que es un sueño y en cualquier momento despertare en aquel lugar- voltee a verlo y su mirada era de dolor, la verdad no sé hasta qué punto él estaba sufriendo por mí, hasta qué punto los Taisho pensaban que era culpa suya. Ni tampoco tenía idea de hasta cuando continuaríamos cada uno con ese sentimiento en nuestro interior.
-Nunca volverás a pasar por algo así, te lo puedo jurar- quería creer en sus palabras, quería creer en él y quería creer en lo que sentíamos los dos. Pero, sabía que así como tardaría en sentirme segura, lo mismo pasaría con nuestra relación. Deje salir otra pequeña lagrima antes de cerrar mis ojos.
Cuando desperté la luz del sol entraba suavemente por una de las ventanas de la habitación. Al querer moverme me di cuenta de que el cuerpo me dolía más que antes, no sé si se debía a que apenas estaba resintiendo realmente el dolor o que me tocaba otra ronda de medicamentos. Voltee hacia todos lados, pero me encontraba totalmente sola, de alguna manera sentía extraño ya que Sesshomaru no se había querido separar de mí. Fue entonces cuando alcance a escuchar unas voces en el pasillo, no podía entender nada de lo que decían, pero casi podría jurar que estaban discutiendo. Entonces vi como la puerta se abría y era Totosai.
-Ya les dije que nadie entrará y si quieren detenerme me rehusó a tratarla- yo me sorprendí al ver con el tono en el que hablaba Totosai y sin esperar ninguna contestación cerró la puerta y le puso seguro- Yo pensé que al retirarme dejaría de servir a los tercos de los Taisho y termino en este lugar- dijo Totosai mientras se recargaba un poco en la puerta, me imagino que para tomar aliento. Después volteo a verme y se sorprendió al darse cuenta de que me encontraba despierta- Oh Rin, de seguro te despertaste por el alboroto de ese idiota de Sesshomaru- negué con la cabeza
-Me desperté un poco antes, ¿pasa algo?- Totosai se acercó hasta sentarse en la misma silla donde había estado Sesshomaru antes de dormirme.
-Solo te hare un chequeo y Sesshomaru quería estar presente a toda costa- eso ultimo lo dijo con fastidio- pero sé que te sentirás incomoda si el ve el estado de tu cuerpo ¿cierto?- asentí agradeciéndole que pudiera ver a través de mí. Bastaba con la culpa que ya sentían como para que viera lo maltratado que se encontraba mi cuerpo- también aprovechare para explicarte cuáles son tus lesiones- de nuevo asentí y comenzó a revisar mi cuerpo- la mayoría de tu cuerpo solo tenia golpea superficiales, los morados están por todas partes, pero no había nada de urgencia- decía mientras checaba mis piernas y luego paso a mi estomago- el golpe más grave esta justo aquí- señalo el lado izquierdo de mi abdomen, donde se encontraba un vendaje.
-Una ocasión trate de detener que se llevaran a Kagome y uno de esos hombres me dio una patada y después tomo una especia de vara y golpeo mi espalda- cuando lo recordaba aun podía sentir claramente cada uno de los golpes- dejo de hacerlo cuando Kagome grito que iría- Totosai asintió.
-Ese idiota astillo una de tus costillas, si hubiera continuado hubieras terminado con más de una rota- termino de quitar el vendaje y después voltee a ver el lugar que había señalado. Una gran mancha entre morada y roja se podía observar claramente en mi costado- los golpes en tu espalda también se marcaron, pero en unos días no quedara marca- Totosai me sonrió y yo asentí, después tomo algo de su maletín, parecía ser una crema
-¿Cree que pueda bañarme antes de que ponga mi vendaje de nuevo?- apenas había abierto la crema y volvió a cerrarla- ¿Y también podría decirle a Sesshomaru que la silla de ruedas esta de mas? Se que puedo caminar- pude ver una pequeña sonrisa asomarse por su rostro antes de dejar la crema en la mesita de noche.
-¿En serio pretendes que calmé a esa bestia?- ahora fui yo la que sonrió- la verdad es que entre menos te muevas es mucho mejor. Si bien no tienes ningún hueso roto, es necesario tu reposo para que sane lo más pronto posible- por un leve momento pensé que podría ganar, pero rápidamente me di cuenta de que no sería así- no puedo hacer nada contra Sesshomaru, pero si puedo permitir que te bañes- le sonreí satisfecha y después me ayudo a enderezarme- Podría llamar a alguna de las mujeres de servicio para que te ayuden- negué con la cabeza y vi como comenzaba a hacer la misma cara que hacían todos cuando me ponía de terca.
-Lo hare con cuidado, lo prometo- sabía que dudaba de mí, pero aun así asintió indicándome que había ganado- esperare afuera de la habitación y cualquier cosa solo tienes que pedir ayuda
-Claro, cuente con ello- dicho eso Totosai se dirigió a la puerta y salió de la habitación.
Yo me dirigí lentamente al baño, mi cuerpo obviamente protestaba, pero al menos sentía confort al sentir mis piernas moverse. Cuando llegué al enorme baño sin querer los recuerdos de la última vez que estuve aquí vinieron a mi mente. Ese gran espejo que mostraba mi cuerpo entero, conforme me despoje de mi ropa de alguna manera ahogue un grito cuando me di cuenta de todos los morados que había. Ahora todo era diferente, aquella vez mi cuerpo se encontraba marcado por Sesshomaru y disfrutaba de cada uno de los pequeños círculos. Ahora solo podía pensar en el dolor y que estaba lejos del placer y la felicidad de aquellos días. De pronto lo que vi me congelo por completo.
La figura de Sesshomaru se reflejaba atrás de mí y su rostro me miraba con una mezcla de horror y dolor. Le daba la espalda así que estoy segura de que su vista estaba enfocaba en todos aquellos morados que adornaban mi piel. Tape mi cuerpo con mis brazos rápidamente, aunque sabía que no había manera de ocultar todos los golpes. Ahora estábamos cara a cara y su rostro ahora se enfocaba en el gran golpe de mi costado.
-Sesshomaru es mejor…- no me dejo terminar cuando hizo algo que jamás en mi vida pensé que vería. Se arrodillo, más bien, pareció que simplemente se dejó caer como si su cuerpo no hubiera podido seguir resistiendo su peso más tiempo. Sus manos temblorosas tocaron mis piernas.
-Lo siento tanto Rin- mis ojos se abrieron más de la cuenta al ver lo que estaba haciendo y diciendo- Yo prometí que te protegería, todo este tiempo pensé que lo hacía- su cabeza estaba hacia el suelo y sus manos seguían temblando en mi cuerpo- te juro que pensé que hacia lo correcto, pero mira lo que ocasione, mira lo que te hice Rin- de pronto sentí algo húmedo en mis pies. No puede ser cierto. Me dije a mi misma al pensar que podría estar llorando- Debí mantenerte a mi lado, debí de haber luchado más. No merezco que me perdones, no lo merezco
-Sesshomaru- no sabía bien que hacer o que decir, estaba en shock- Sesshomaru- al parecer no podía escuchar mi voz, él estaba más fuera de sí que yo. Como pude trate de tocar su cabeza aun con el dolor que eso me representaba- tienes que tranquilizarte Sesshomaru- le dije suavemente
-Que tu cuerpo este en este estado es por mi- seguía sin hacerme caso, así que lentamente me puse a su altura y al ver su rostro con pequeñas lagrimas sentí que se partía mi corazón- nunca debiste conocerme, yo soy el causante de esto, yo debería de llevar todas esas heridas no tu- mis lagrimas comenzaron a salir como un reflejo de su dolor. Hace meses yo misma había deseado nunca conocerlo, le había rogado un sinfín de veces a dios para que lo desapareciera de mi vida. Pero en este momento, al ver su dolor, me hacía darme cuenta de que ninguno de los dos lo deseaba realmente. Los dos estábamos igual de rotos. Tome sus manos entre las mías y las lleve a mis mejillas.
-Te equivocas- me miraba directamente, dios, jamas en mi vida esperaba volver a ver ese dolor en él- tú me salvaste, por ti volví a tener las fuerzas para hablar, por ti conocí lo que es amar a alguien hasta el punto de enloquecer, por ti tuve un lugar a donde pedir ayuda cuando escape- deje salir un pequeño sollozo- por ti estoy viva Sesshomaru, así que no vuelvas a desear no habernos conocido- golpee fuertemente su pecho y Sesshomaru paso sus manos por mi cuello y me atrajo a él mientras que yo continuaba llorando- nunca lo hagas de nuevo- seguía golpeando su pecho aunque poco a poco iba perdiendo la fuerza y el me abrazaba más a su cuerpo- tu y Kagome son mi lugar seguro, así que no pienso perderlos nunca
-Lo siento, en verdad lo siento Rin- me decía mientras me mantenía abrazada. Sentía que ese lo siento no era solo por sus palabras de ahora. Ese lo siento era por todo lo que había pasado entre nosotros, todo aquello que habíamos dejado sin resolver y lo cual solo nos alimentaba de más dolor. En este momento me estaba ofreciendo el perdón que por meses esperaba. De nuevo me separo de él y me tomo de las mejillas- Te amo Rin, eres la persona más importante para mí- con lágrimas en sus ojos y aquel dorado temblando por el dolor, pude ver que era cierto, que en este momento Sesshomaru se estaba abriendo completamente a mí por primera vez.
-Yo también te amo- le dije y sin esperar más tiempo estampé mis labios en los de él.
Este beso era diferente a otros, en este beso no había engaños, medias verdades o una fantasía. Por primera vez en este beso iba la verdad de ambos, sin medidas, sin dudas. Por primera vez solo éramos él y yo sin importar nada más.
***Notas de autor***
Pensé mucho sobre la reacción de Sesshomaru al ver el cuerpo de Rin, si hasta la misma Rin que sabia más o menos como estaba su cuerpo se sorprendió, era obvio que con Sesshomaru sería algo un poco mas fuerte. Pero lo que realmente me dejaba pensando era si una reacción sentimental seria la adecuada para alguien como Sesshomaru, después de muuuucho pensarlo decidí que sí, ¿Por qué? Porque creo que sería la reacción más normal del mundo, habría dolor y sorpresa, agregándole la culpa, ya que Sesshomaru desde un principio ya se había estado culpando por todo. Así que la reacción que vimos hoy de los Taisho es la reacción más humana que pueda haber, independientemente de las personalidades.
Estos últimos capítulos y al menos lo que le siguen serán así de "oscuros" así que preparémonos mentalmente para ello jajaja
Como siempre estaré atenta a sus comentarios y espero leernos pronto
Saludoos :*
