Capítulo 15: ¿El rayo cae dos veces en el mismo lugar?

Ciudad Azafrán, Kanto, 4 de noviembre de 2008.

Ya era tarde, el sol ya se había ocultado, dándole espacio a la luna para que utilizara el cielo.

Red se encontraba comiendo junto al Maestro Karateka, Takeo, algunos alumnos del dojo que dormían allí, y la esposa del maestro, Asun, una mujer de cabello castaño y ojos cafés, que trabajaba como instructora física ayudando en el gimnasio de su marido.

Todos comían en medio del interior de dojo, en una gran mesa redonda, con Red sentado al lado de Koichi. La mesa estaba llena de comida, bastante arroz, agua, verduras y carne de Magikarp. Toda esa comida fue preparada únicamente por Asun.

Charmeleon, Paras y Primeape comían junto al Hitmonlee de Koichi, el Tyrogue de Takeo, y los otros pokémon de tipo lucha que había por el dojo. Primeape y Hitmonlee habían sido curados por una máquina que tenían en el lugar, para ahorrarse las molestias de ir a un Centro Pokémon en cada entrenamiento. Paras permanecía cerca de sus compañeros, ya que sentía miedo de estar cerca de esos pokémon tan intimidantes ante sus ojos.

Asun le había curado la mano al joven entrenador, tras estar horas enteras golpeando el pilar de madera, dejándole una marca permanente, recuerdo de su día de entrenamiento.

Sentía un poco de nostalgia al estar comiendo con tanta gente, una familia, que si bien, los alumnos de Koichi no eran los hijos de este, los trataba como tal, y del mismo modo, Asun era como una madre para todos, cuidándolos y asegurándose de que pudieran sacar su máximo potencial.

Pese a la nostalgia, también sentía mucha alegría y calor en su corazón, recordando las veces que cenaba junto al profesor Oak, Blue y Green, al igual que cuando tenía 5 años, su madre hacía una tarta de bayas aranja que siempre se le quemaba, pero Green y él siempre se lo comían sin protestar, diciendo que era la mejor tarta del mundo.

-Lo sigue siendo - pensó Red mientras sonreía.

Koichi le regaló unos viejos guantes negros sin dedos a Red, que además tenían unos detalles blancos en la parte de las muñecas, todo esto para que pudiera cubrir la cicatriz que se generó en la mano.

-Muchas gracias por los guantes - dijo Red colocándolos en cada mano.

-No hay de que - dijo el artista marcial - Los había comprado para Takeo, pero sus manos resultaron ser demasiado grandes, pero a ti te quedan bien. Aunque te recomiendo hacer más ejercicio, estás muy flaco.

-Algunos abdominales y flexiones al día estarían bien - dijo Takeo, terminando su séptimo plato de comida.

El hijo único de Koichi era 3 años mayor que Red, siendo similar a su padre en aspecto físico, bastante trabajado, pero con el cabello y ojos de su madre.

-Algo me llamó la atención en nuestro combate, y es que usted al igual que Surge usa el ataque protección - dijo Red, acabando su quinto plato de comida.

-Ah sí - tomando un poco de agua - fui yo quien le enseñó a Surge a usar ese ataque durante los combates, de ahí esa regla que tiene su gimnasio, ya que puede sacar provecho de los 3 puños que sabe su Electabuzz.

- Ya veo - se limitó a decir Red.

-Cuando derrotes a Surge, ¿Cuál será tu siguiente destino? - preguntó Asun.

-Mmm… no lo sé, estoy entre el gimnasio de Ciudad Azulona o el de aquí - contestó Red.

-Yo no retaría así de fácil a la Bruja Psíquica - dijo el hijo de Asun.

- ¡Takeo! - dijo la mujer, regañando a su hijo.

-Yo diría que Agatha es más como una bruja - dijo el Maestro del Karate.

- ¡Koichi! - dijo Asun, ahora regañando a su marido.

- ¿Bruja Psíquica? - preguntó Red, sin entender de a quién se referían.

-Sabrina, la líder de gimnasio especializada en los pokémon de tipo psíquico - dijo Koichi mientras seguía comiendo, tras ser reprendido por su esposa.

Red conocía la historia del gimnasio de Ciudad Azafrán, que antiguamente era este dojo, pero Sabrina apareció y le arrebató el puesto gracias a sus pokémon de tipo psíquico, que tenían la ventaja contra los pokémon de Koichi. También se decía que tenía poderes psíquicos, pero no sabía con certeza si era verdad o solamente un rumor.

- ¿Es cierto que tiene poderes psíquicos? - preguntó Red.

-Tan real que parece fantasía - dijo el Maestro Karateka, recordando el combate que tuvo contra la misteriosa chica años atrás - No solo se limita a doblar cucharas, también puede levitar cosas y hablar telepáticamente con sus pokémon, por eso algunas personas la llaman bruja y le tienen miedo.

-Aunque fuera de esos tenebrosos poderes o esa mirada asesina, es una chica bastante guapa - dijo Takeo - Bueno, también omitiendo esa personalidad cortante y fría que tiene - se tendió en el suelo luego de comer demasiado.

La comida se había acabado y Red estaba muy satisfecho. Jamás había experimentado tanta hambre en su vida. Todo el ejercicio y entrenamiento que hizo ese día, sumado a lo que consumió se empezó a convertir en un gran cansancio.

Vio un reloj que estaba colgado en una pared cercana a la mesa, para poder visualizar mejor qué hora era, pero se quedó observando que al lado del reloj se encontraba un estante, donde había varios trofeos de artes marciales y premios de karate, algunos con forma de Sawk, de Machamp y hasta de Hitmonlee y Hitmonchan. También había condecoraciones del ejército, tanto de Kanto como de Unova, como una medalla con forma de Staryu en alusión a la región de Kanto, y otra con forma de Braviary que representaba a Unova, siendo ese pokémon una insignia de dicha región, además de encontrarse en su escudo.

Notó que también había un cuadro al lado del reloj, una foto en blanco y negro en un marco de una madera muy oscura y vieja, pero que se encontraba en perfectas condiciones. En la fotografía podía identificarse claramente al teniente Surge en su traje de Blue Marker, al lado del que parecía ser Maxwell Power, el antiguo embajador de Unova en Kanto, además de estar acompañados por el Maestro Karateka, quien en la fotografía se veía bastante joven, con el característico traje militar de la época y la cinta roja que actualmente llevaba en la frente.

Red se rio un poco al notar que su expresión en la foto y la que actualmente tenía era básicamente la misma, pese a que, en el fondo, el Maestro Karateka también era alguien amable con todas las intenciones de ayudar.

Suponía que aun con el genio y la forma en la que Koichi hablaba de Surge, lo consideraba un buen amigo.

-Bueno, ya va siendo hora de que vaya al centro pokémon - dijo Red, levantándose - permiso, estuvo muy bueno todo.

- ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? - sugirió Asun - Hay un cuarto disponible al lado de la habitación de Takeo.

-Te advierto que yo suelo roncar - dijo Takeo.

-No me gustaría ser un problema - dijo Red, un poco apenado.

-Tonterías - dijo Koichi - eres como mi alumno ahora, y no voy a permitir que un alumno mío duerma en el centro pokémon si hay un lugar disponible aquí. Si Takeo ronca esta noche, entonces le cerramos la boca con una cinta y punto.

-Está bien - dijo sin más Red, un poco avergonzado por lo que Koichi había dicho.

Volvió a sentir ese aire familiar, esta vez siendo de alguna manera parte de esa peculiar familia de karatekas, y pese a que el lugar era más pequeño que el gimnasio de al lado, se sentía más espacioso.

Asun acompañó a Red a la habitación que iba a usar, siendo seguido también por sus tres pokémon.

La habitación era bastante amplia, similar a las del centro pokémon, sólo que en vez de una cama tenía un futón, un colchón en el suelo con una gran almohada y un edredón, siendo algo habitual en la cultura de Johto y poco visto en Kanto, que utilizaba camas similares a las usadas en la cultura de Unova.

-Que descanses - dijo Asun, cerrando la puerta plegable.

-Igualmente - dijo Red, quedando en esa habitación solo con sus pokémon.

Se acostó en futón, siendo más cómodo de lo que esperaba. Sus pokémon se acostaron a su lado, con Charmeleon asimilando una especie de posición fetal; Paras haciendo lo habitual y escondiéndose debajo de su gorra, que estaba en el suelo a un lado de la almohada, y Primeape, quien se tumbó en el piso de espaldas, al lado de Charmeleon.

Estaba mirando el techo sin poder dormir. Muchas cosas habían pasado ese día, consiguiendo superar el tema de su pokémon.

Miró su mano derecha sin su guante, notando la cicatriz que se provocó por golpear el pilar de madera por 7 horas enteras.

Esa marca permanente simbolizaba su inicio como un entrenador de verdad, uno que entendía la confianza que debía tener a sus pokémon, conocer su naturaleza y desde luego, guiar su potencial, pues cada pokémon tenía una forma de pelear diferente, algo que en la mayoría de los libros que leyó no salía.

Estaba ansioso de tener su revancha contra Blue Marker y su Electabuzz. Esta vez sería diferente, pues él confiaba en Primeape, y Primeape confiaba en él. Cada ataque de su pokémon sería como un ataque suyo, dando todo en cada golpe.

Sin poder dormir, se salió del futón para hacer un poco de ejercicio en la habitación, unos abdominales como Takeo le había sugerido.

Primeape abrió sus ojos para ver lo que estaba haciendo su entrenador y lo imitó, siendo seguido por Charmeleon, que no quería quedarse atrás del pokémon de tipo lucha.

Paras fue el único que no siguió el ejercicio, permaneciendo dormido debajo de la cómoda gorra de su entrenador, que lo llenaba de paz y tranquilidad.

Red se había despertado con mucho cansancio en todo su cuerpo, producto del ejercicio que había realizado en la noche para poder dormir tranquilamente.

Se despertó por un enorme gong tocado por Asun, haciéndole saber a los alumnos del Dojo Karate que debían de despertar para realizar sus entrenamientos y tareas habituales.

Le dieron acceso a las duchas para que pudiera asearse, llevándose la sorpresa de que en ese lugar no se utilizaba agua caliente, solamente agua fría, tan fría como para el ataque frío polar, fulminando sus huesos en el proceso por la sensación tan extrema.

De desayuno Asun había preparado huevos hervidos no fertilizados, con sal y pimiento. Se sorprendió que Takeo le estaba echando mayonesa a su comida, lo cual el Maestro Karateka respondió golpeando a su hijo, ya que, para él Takeo estaba "deshonrando el desayuno" con esa combinación tan rara.

Los pokémon del Dojo junto a los de Red también degustaban de la comida que Asun les había servido, siendo Charmeleon y Primeape los que más comían.

Vio el reloj, notando que eran recién las 8 a. m., y pese a haber hecho ejercicio antes de dormir no se sentía cansado, todo lo contrario, se sentía con mucha energía, listo para su revancha.

Acabado el desayuno, Red se levantó y dio gracias por el desayuno. Quería llegar temprano al gimnasio de Ciudad Carmín, y Koichi lo sabía, veía en los ojos rojos del chico una determinación tremenda, algo que le recordó mucho a otro joven que había llegado a su Dojo antes que Red, solo que ese entrenador tenía los ojos verdes.

-Sabemos que ganarás Red - dijo Koichi, colocando su mano derecha en el hombro derecho del chico - ¡Demuéstrale a ese payaso azul de qué está hecho el Dojo Karate!, ¡Auch! - se quejó, sintiendo un dolor punzante en su costilla derecha.

El artista marcial se hizo a un lado luego de que su esposa le clavara su codo profundamente en su costilla.

-Querrás decir, demuéstrale de lo que está hecho Red - dijo Asun, entregándole una botella con agua al chico de ojos rojos - Ataca con todo.

-Muchas gracias por todo - dijo Red, guardando la botella con agua en su mochila - Bien, ya me voy, adiós.

- ¡Adiós! - se despidió la pareja, viendo como el chico se alejaba caminando al sur.

Ya estando bastante lejos se detuvo por un momento, se volteó para ver el Dojo, notando que Koichi y Asun ya habían entrado. Luego miró el gimnasio de al lado, pensando en todo lo que había escuchado ayer en la noche, sintiendo mucha curiosidad sobre los extraños poderes de la líder de gimnasio. Le llamaba la atención si en verdad esa chica tenía ese tipo de habilidades.

-Todavía no es el momento –

Escuchó una voz femenina en su cabeza que lo hizo temblar un poco junto a Paras, para luego seguir con su ruta hacia el gimnasio del Blue Marker.

-Conque bruja psíquica - pensó Red mientras caminaba.

El camino a Ciudad Carmín fue bastante corto. En su camino, antes de salir de Ciudad Azafrán, vio a más personas circulando por las calles, así como también a varios autos negros circulando cerca del edificio de Silph S. A.

Siguió por la ruta 6, pasando por un pequeño estanque donde unos cuantos Poliwag y Krabby se estiraban para iniciar el día. De igual manera vio a algunos Pidgey posarse en las copas de los árboles a su alrededor.

Finalmente llegó a la ciudad portuaria, caminando sin desviaciones al gimnasio donde se encontraba el teniente Surge para reclamar su medalla una vez lo haya derrotado.

El gimnasio que además cumplía con el propósito de ser un museo conmemorativo de las 2 guerras que peleó Unova, al igual que embajada de dicha región, se encontraba abierto, mas no tenía la cantidad de público que tuvo el lunes, dado que todavía era muy temprano en esta ocasión.

Al ingresar y caminar por el museo, ya sin tantas personas como la vez anterior, logró ver mejor las exhibiciones de este, como un cuadro donde se encontraba John Smith, el Blue Marker original, golpeando a una persona de cabello verde y ojos rojos, que usaba una túnica amarilla con morado. Intuyó que se trataba de un sujeto de la extinta región de Sairel, dado que tenía ciertos grabados en su túnica que se asemejan a algunos símbolos de Arceus, conectando con que Sairel se consideraba la supuesta región elegida por el pokémon todopoderoso.

- ¡Red! - dijo una voz grave detrás de él - ¡Estás muy temprano aquí!

Surge llevaba sus gafas oscuras con su traje de oficina color azul, con camisa blanca y corbata negra.

-No podía esperar a tener mi revancha - dijo Red, mirándolo directamente a los ojos.

El líder de gimnasio también miró a Red directamente a los ojos, a través de los cristales oscuros que cubrían sus globos oculares. Podía sentir la determinación en las palabras del chico, siendo diferente a cuando lo conoció.

- ¡Muy bien! - dijo Surge, conduciendo a Red al lugar de combates - ¡Electabuzz y yo tampoco podíamos esperar por tu revancha!

En el lugar se encontraba Gino, haciendo sombra en una de las paredes.

- ¡Gino, deja de entrenar, tenemos un oponente! - dijo el rubio.

- ¡Sí! - dijo el referí para posicionarse y presenciar la batalla - ¡Creo que no hace falta que diga las reglas! - al ver mejor quien era el retador del líder de gimnasio.

Red se volvió a colocar en el lugar donde había peleado y perdido contra Surge, sólo que esta vez sería diferente, lo sabía, podía sentirlo.

- ¡Sal, Electabuzz! - dijo el soldado sacando a su pokémon.

La criatura eléctrica dio un grito de combate mientras movía los puños con energía al ver quien era el oponente de su entrenador y lo que significaba.

- ¡Electabuzz está emocionado de ver el fruto del entrenamiento de tu Mankey! - dijo Blue Marker - ¡Espero que hayas aprovechado de entrenar junto a Koichi!

- ¡Claro que sí, Primeape, ve! - dijo Red, sacando a su pokémon ya evolucionado.

El pokémon de Red golpeó sus puños para luego dar una pose de karate, similar a la de su entrenador cuando estuvo entrenando con el artista marcial de Ciudad Azafrán.

Surge sonrió al ver el resultado, no solo porque Mankey había evolucionado, sino también por la postura que tenía, menos inquieta y más estable, al igual que su mirada.

Ahora era casi del tamaño de Electabuzz, difiriendo unos 10 centímetros aproximadamente.

-Veamos si también mejoró su ataque! - pensó Surge, tomando una postura de pelea - ¡Cuando quieras Red!

Red respiro profundo, copiando la posición que había tomado su pokémon, sintiendo una punzada en su puño derecho.

- ¡Primeape, usa demolición! - ordenó Red, tomando la iniciativa.

El mono cerdo correspondió a la orden de su entrenador, corriendo en dirección a Electabuzz, preparando su mano derecha para golpear con su nuevo movimiento.

- ¡Protección! - ordenó el líder de gimnasio.

Red no desistió en su decisión, sabía que Primeape iba a atacar si o si, e iba a confiar en ello.

El pokémon eléctrico creó un campo de fuerza con su mano izquierda, que anuló el golpe de Primeape, sintiéndolo diferente a la vez anterior. Surge se sorprendió de que Red no le haya ordenado a su pokémon retroceder o detenerse.

- ¡Demolición otra vez! - ordenó Red, aprovechando la cercanía.

En un parpadeo, el pokémon de tipo lucha volvió a utilizar el ataque, golpeando el hombro izquierdo de su oponente, haciéndolo retroceder.

- ¡Nada mal! - dijo el teniente golpeando al aire - ¡¿Cómo lo sentiste compañero?!

Electabuzz se volteó para darle un gruñido a su entrenador, mientras movía un poco su hombro golpeado.

- ¡Ya veo! - dijo el rubio - ¡Nada mal, espero que sigan atacando con la misma potencia!, ¡Electabuzz, usa puño trueno!

La criatura amarilla comenzó a cargar electricidad en su puño derecho para posteriormente ir a donde su oponente.

- ¡Intercepta con demolición! - ordenó Red.

Primeape alcanzó a frenar el ataque de Electabuzz, quien llegó como un rayo hacía él.

- ¡Patada baja! - ordenó Red.

- ¡Puño fuego! - ordenó Surge.

Los dos pokémon acertaron los ataque que sus entrenadores les habían ordenado, con Electabuzz golpeando el costado derecho de Primeape con su puño cubierto de llamas, y Primeape pateando la cadera izquierda del pokémon de Surge.

Ambos retrocedieron producto de los ataques, para volver a sus posiciones de pelea.

- ¡Patada baja! - ordenó el chico.

- ¡Puño hielo al piso! - ordenó el teniente.

Mientras Primeape se acercaba a Electabuzz para patearlo, este golpeó el suelo enfrente suyo con su puño derecho, congelando la superficie con una capa de hielo que se traspasó desde su puño a la superficie.

El suelo debajo del pokémon de Red se congeló, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera en el duro piso congelado.

- ¡¿Qué tal?! - dijo Surge - ¡Quiero ver como salen de ese embrollo!

El mono cerdo se paró con algo de dificultad, costándole un poco mantener el equilibrio en ese suelo que Electabuzz había alterado.

No podían ir directo a atacar al oponente, que se cruzó de brazos esperando el siguiente movimiento del pokémon y su entrenador, mientras dejaba ver su collar de garra afilada.

-Tendremos que deshacernos de ese hielo antes de poder atacar, pero la única forma seria… - pensó Red - Perdóneme, teniente Surge, Gino - pensó - ¡Primeape, ataca el suelo con demolición! – mientras presionaba más su puño derecho.

El pokémon obedeció, confiando en la orden de su entrenador, golpeó en suelo con un tajo de su mano derecha, rompiendo no solo el hielo, sino el suelo debajo de él y a su alrededor, creando escombros de concreto que saltaron por todo el área de combate.

Surge, Gino y Electabuzz tuvieron suerte de evitar la lluvia de escombros, con el primero de ellos un poco sorprendido de la acción del muchacho. Esperaba que esa fuera su respuesta, pero no esa intensidad en el ataque.

- ¡Patada baja! - ordenó Red, aprovechando que el pokémon eléctrico se encontraba confundido.

Primeape saltó y atacó a Electabuzz, pateando otra vez la cadera izquierda del pokémon de Surge.

- ¡Puño fuego! - ordenó Blue Marker.

Aun tras recibir un ataque directo por parte de Primeape, Electabuzz acató la orden de su entrenador, cubriendo en llamas su puño derecho para golpear el rostro del mono cerdo, haciéndolo retroceder y que cayera en el desastre de escombros que había generado.

El pokémon de Red se levantó, todavía no perdía ni pensaba hacerlo.

- ¡Usa golpes furia! - ordenó Red.

- ¡Protección! - ordenó Surge.

Electabuzz generó su clásico campo de fuerza con su mano izquierda, bloqueando la serie de golpes que Primeape acertó en él.

- ¡Puño trueno! - ordenó Surge.

- ¡Golpes furia! - ordenó el entrenador.

Los ataque de ambos chocaron, sin embargo, Primeape siguió atacando, golpeando repetidas veces al pokémon amarillo en el estómago y las costillas.

- ¡Puño trueno! - ordenó el teniente.

Rápidamente Electabuzz se movió hacia Primeape, asentando un golpe crítico que tumbó al pokémon de Red en el suelo.

Primeape se volvió a levantar, con sus brazos y piernas en posición de ataque, cansado por los golpes que recibió.

Electabuzz también se encontraba en las misma condiciones, tomando una postura de boxeo.

- ¡Creo que estamos en las últimas! - dijo Surge - ¡Ataca con todo!

- ¡Ataca con todo! –

Recordó las palabras de Asun. Si ya estaba dando el 100% en cada golpe, ahora para rematar tenía que dar el 200%.

- ¡Primeape, usa megapuño! - ordenó Red, sacando su arma secreta.

Su pokémon tensó y cerró fuertemente su puño derecho, para luego dirigirse a golpear a Electabuzz, con una gran carga de energía potencial guardada en su puño.

- ¡Protección! - ordenó el líder de gimnasio.

El pokémon de Surge generó el campo de fuerza con su mano izquierda, sin embargo, esta vez ocurrió algo diferente.

Primeape había atacado el costado derecho del campo de fuerza, por ende, si Electabuzz no hubiese usado el ataque protección, el pokémon de Red habría fallado su ataque.

- ¡Megapuño otra vez! - ordenó Red.

- ¡Puño trueno! - ordenó Blue Marker.

Electabuzz golpeó primero, dado su velocidad, atacando la frente del pokémon de Red y pasando su carga de electricidad para aumentar el daño.

No obstante, Primeape de igual forma atacó, habiendo cargado su puño con mucha energía potencial, golpeó a Electabuzz en el rostro, resistiendo la descarga eléctrica recibida por este y generando una fuerza tan fuerte, que lo empujó hasta que chocó con la pared que estaba a espaldas de su entrenador.

El impacto fue tal, que provocó un enorme agujero en la pared.

Gino fue a ver el estado de Electabuzz, haciendo una señal de que el pokémon eléctrico se hallaba debilitado.

- ¡Electabuzz no puede seguir peleando, la victoria es para el retador Red! - dijo Gino.

-¡Si! - exclamó el joven entrenador, saltando de alegría.

Primeape se acercó a su entrenador para abrazarlo, haciéndolo caer en el proceso. Desde allí, extendió su mano para abrirla y cerrarla, sintiendo una punzada en la cicatriz que tenía en ella.

Era la primera vez que reaccionaba de tal manera luego de una victoria. Las veces anteriores también estaba feliz, pero esta se sentía diferente. Una victoria ganada tras perder, habiendo caído, pero logrado levantarse y sobreponerse.

-JAJAJAJA, ¡Bien hecho Red! - dijo Surge acercándose al vencedor de la batalla, ya habiendo devuelto a su compañero pokémon a su pokéball - ¡Fue una buena batalla, tanto que hasta el campo se vio afectado!

-Jejeje, lamento eso - dijo Red, un poco apenado por la destrucción de la arena de batalla.

-JAJAJAJA, ¡No te preocupes, fue culpa mía en primer lugar! - dijo el rubio - Fue una buena pelea Red, te ganaste esto... - sacando del bolsillo de su traje la medalla de su gimnasio - La medalla trueno - dándosela al entrenador.

La medalla era del mismo tamaño que las anteriores, era como un sol de centro naranja con rayos amarillos a su alrededor, resplandeciendo igual que dicha estrella.

-Muchas gracias - dijo Red, parándose para tomar la medalla y apreciarla.

-Gracias a ti - dijo Surge - Siempre es divertido encontrarse con distintos oponentes, cada uno con sus distintas sorpresas. Este año la Liga Pokémon será genial, tienes muchos oponentes más allá afuera.

-Ya lo creo - dijo mientras recordaba a su oponente y rival principal - A todo esto, ¿Qué ocurrirá con el lugar? - refiriéndose al desastre que había causado.

-No te preocupes, tenemos un fondo de emergencias para situaciones como esta - dijo Surge - Nunca esperé que tuviera que usarlo, ya que el piso está diseñado para resistir 3 veces el ataque golpe cuerpo de un Snorlax. En fin, luego de esto, me gustaría hacerte una propuesta, a ti, a tu Charmeleon y a tu Primeape.

- ¿Qué cosa? - preguntó Red intrigado, con Primeape mirando al líder de gimnasio con mucha curiosidad.

-Me gustaría enseñarle a tus pokémon algunos de los ataque puño que sabe mi Electabuzz - dijo Surge - Puño trueno, puño fuego, puño hielo. Creo que te convendría bastante para tus futuras batallas.

- ¿Por qué? - preguntó Red, sin entender las motivaciones de Surge.

-Quiero hacerlo, porque se que tienes potencial - dijo el rubio - Mi trabajo como líder de gimnasio no solo es pelear y entregar una medalla, sino también velar y contribuir en todo lo que esta a mi alcance para fortalecer a los entrenadores del presente - quitándose las gafas de sol - ¿Qué dices?

Red lo pensó por un momento, para luego ver a su pokémon al lado suyo, saltando de entusiasmo por aprender un nuevo ataque.

Realmente Surge era un héroe, un símbolo cuya meta era sacar lo mejor de las personas y su máximo potencial. Entendiendo porque todos lo querían y respetaban.

-Está bien - dijo Red con entusiasmo - Hagámoslo.

Continuará.


nadaoriginal: El entrenamiento no era solo para Mankey, entrenador y pokémon debían aprender algo. Ahora la prueba de todo ese entrenamiento es Surge.