Capítulo 17: Cruce de colores Act. I
Ciudad Azafrán, Kanto, 6 de noviembre de 2008.
Green y Blue se encontraban en el centro pokémon de la capital de la Kanto desayunando junto a sus pokémon. Tal y como el chico había dicho, llegaron a la ciudad un tiempo después de que el sol se ocultase en el cielo, para poder conseguir una habitación donde descansar.
Sus pokémon se relacionaban de buena manera, con Venus siendo amiga de la Doduo de Green, al igual que Otto con Raticate. Sparker y Haunter tenían otro tipo de duelo, ya no siendo un duelo de caras extrañas, sino una competencia de comida, que al parecer el pokémon eléctrico estaba ganando dado su naturaleza.
— ¿Dices que lo atrapaste como un Gastly? — preguntó Blue mientras se reía de cómo el pokémon fantasma intentaba superar a Sparker, llenando su boca lo más que podía con comida.
— Si, lo capturé en el tercer piso de la Torre Pokémon — explicó el chico de ojos verdes — luego de eso entrené con él en el resto del lugar hasta hacerlo evolucionar.
— ¿Te costó mucho? — preguntó Blue, dándole de comer a Cubone un suplemento líquido que pudo conseguir en la farmacia del centro pokémon.
— Solo diré que tuve que "acampar" en la Torre Pokémon — dijo mientras tomaba un sorbo de su café — y no, no tuve miedo sobre los rumores de los muertos vivientes — adelantándose al posible comentario de su hermana.
El resto de la comida transcurrió con normalidad. Blue terminaba su sándwich de huevo, mientras que Green tomaba un café con unas tostadas.
Cubone había terminado de tomar su suplemento, permaneciendo en el regazo de Blue con su cabeza apoyada en el cuerpo de la chica mientras sostenía su característico hueso. Miraba de lejos al resto de los pokémon de los jóvenes entrenadores, con cierto aire de desconfianza en su rostro.
— Al parecer durmió muy bien — pensó Blue mientras tomaba un sorbo de su jugo de baya perasi, recordando como el pequeño Cubone durmió tranquilamente durante toda la noche junto a ella.
Haunter cayó rendido al suelo, con su estómago hinchado como un globo lleno de aire. Sparker se alzaba victorioso, con un puño levantado al cielo y su estómago igual de hinchado que el de Haunter, pero sin sucumbir ante la ingesta excesiva de comida.
Raticate, Venus y Weepinbell lo felicitaban por su logró, mientras que Kitty sentía un poco de vergüenza ajena, ocultando su rostro detrás de sus patas delanteras. Otto, Wartortle y Doduo permanecían alejados de todo eso, teniendo una especie de conversación basada en sus experiencias en los combates.
— Parece que no podrás usar a Haunter en tu batalla de gimnasio — dijo Blue al ver el estado del pokémon fantasma.
— No es un problema tan grave — dijo Green — la líder de gimnasio se especializa en pokémon de tipo planta, así que con Weepinbell y con Doduo estaré bien.
— ¿En qué se especializa el líder de Ciudad Carmín? — preguntó Blue con curiosidad, al recordar que el líder de ese gimnasio iba a ser retado por Red.
— Tipo eléctrico, aunque el sujeto es algo peculiar, muy animado y un tanto amistoso — dijo Green recordando su batalla y la experiencia previa que tuvo al encontrarse con Surge en el gimnasio — El tipo solo usa a su Electabuzz, mientras que el retador puede usar todo su equipo para pelear. Es bastante rápido y fuerte, además usa protección de forma excelente.
— Así que fue un hueso duro de roer — dijo Blue.
— Si, pero pude derrotarlo y obtener su medalla — dijo Green, presumiendo su hazaña — A todo esto, ¿el sujeto Looker se encuentra ahora mismo en esta ciudad? — preguntó al recordar su conversación del día anterior, recordando también que su hermana no le dijo la información específica que llevó ante el agente de la Policía Internacional, llamándola como "cierta información de una investigación científica".
Tenía cierta curiosidad sobre la información de esa investigación que compartía su abuelo con el sujeto que estaba viviendo en Pueblo Lavanda, pero sabía que si preguntaba o sacaba a colación el tema su hermana no le iba a responder.
— Si, se encuentra investigando la Silph. S. A. y su lavado de dinero — dijo Blue.
— ¿Tienes ganas de ir a echar un vistazo? — preguntó Green, viendo como su hermana le estaba contando todo con mucho entusiasmo.
— Por supuesto que sí, pero tengo que centrarme en mi misión de juntarme con la Agente Anabel — contestó Blue — Además, sería extraño que una niña estuviese dentro de un edificio super importante husmeando como si nada e ingresando en las habitaciones.
— Buen punto — dijo Green, terminando de tomar su café — ¿Ya estás lista?
Red, Surge y Gino estaban comiendo en la cocina instalada en el gimnasio, como una de las tantas habitaciones que poseía al ser el lugar donde el embajador de Unova y líder de gimnasio vivía y trabajaba. Los pokémon tanto de Surge como de Red también estaban comiendo, con Primeape y Charmeleon siendo los que más comían.
El día anterior Red junto a sus pokémon estuvieron entrenando bajo las órdenes de Blue Marker, aprovechando que ese día no asistió ningún retador después de que él se alzará con la victoria en su batalla de gimnasio.
En ese tiempo Charmeleon aprendió puño trueno, esto por consejo de Surge, ya que le sería útil ante pokémon de tipo agua. De igual forma, Primeape aprendió puño hielo para defenderse de pokémon de tipo volador, y poder aprovechar su gran ataque físico.
No obstante, sus pokémon no fueron los únicos en entrenar, pues Surge le hizo hacer una serie de ejercicios para aumentar un poco su masa muscular y resistencia, teniendo que hacer abdominales y trotar en una habitación exclusiva de entrenamiento.
En la noche miraron algunas de las películas antiguas que Surge había grabado junto al gobierno de la región de Unova durante el periodo de la guerra de 1984. Hechas a modo de comerciales y propaganda política para promover el nacionalismo en la población.
Mientras desayunaban, Surge les estaba contando muy emocionado una de sus tantas historias de guerra.
— Entonces ahí estábamos Koichi y yo, rodeados por 8 soldados de Sairel en los muelles de Ciudad Fucsia, nos encontrábamos sin municiones y sin refuerzos — dijo Surge bastante emocionado.
Hizo una pausa para poder beber un sorbo de su batido especial, que era una mezcla de hierbas silvestres, huevos y bayas de distintos tipos. Era de un color café verdoso y desprendía un fuerte olor, tanto que Gino lagrimeaba un poco cada vez que Surge elevaba el vaso para beber.
— Koichi saltó por los aires a modo de distracción, yo aproveché esa oportunidad para lanzar mis bastones con fuerza hacía los soldados, noqueando a 5 de ellos — dijo el rubio mientras hacía unas señas con sus manos, simulando los movimientos que hizo — Koichi logró encargarse de los otros 3 con una serie de patadas y puños rápidas. Eso nos permitió mover un escuadrón que estaba ingresando a la ciudad por mar, logrando salvar a los habitantes que estaban retenidos en un pequeño campamento saireliano en lo que ahora es la Zona Safari.
Koichi y Surge habían hecho una dupla extraordinaria durante la guerra, desde el momento en que el oriundo de Unova supo de las habilidades físicas del actual Maestro Karateka de Ciudad Azafrán. Sin embargo, actualmente Koichi no era tan famoso ni popular como Surge, por eso él en ocasiones sugería a los retadores visitar el Dojo Karate para que puedan aprender algo del antiguo compañero y viejo amigo del Blue Marker.
— Esos bastones eran impresionantes — dijo Red comiendo un sándwich de huevo.
— De hecho lo siguen siendo, son una exhibición del museo — dijo Gino — Están acoplados a un maniquí que tiene puesto el traje.
— Son realmente impresionantes — dijo Surge terminando su batido — Fueron hechos con el acero extraído del cadáver de un viejo Steelix.
— Eso no lo sabía — dijo Gino.
— ¿No lo sabías?, creo que te lo había contado en una ocasión — dijo el rubio — Aunque algunos dicen y quiere creer que no fue de un Steelix que se sacó el acero, sino del mismísimo pokémon legendario, líder del trío de espadachines místicos, Cobalion.
— ¿Cobalion? — preguntó Red sin tener idea de lo que decía el líder de gimnasio.
— Es un pokémon legendario de la región de Unova, encargado de proteger a los pokémon de los seres humanos con intenciones negativas, junto a otros dos pokémon legendarios, Virizion y Terrakion — contó Surge — Por eso dicen que los bastones fueron hechos en base a un poco del acero de Cobalion, para mantener la justicia sobre todo y defender a los inocentes de las garras del mal.
Red estaba fascinado con lo que Surge le contaba. Le parecía un mito bastante interesante sobre la región Unova, al igual que una muy inspiradora forma de darle un símbolo a unas simples armas en un momento tan delicado.
— ¿Tenían otra funcionalidad? — preguntó Red, refiriéndose a los bastones — ¿Se podían unir en uno solo o estirarse?
— Ehhh… no, solo servían para golpear — contestó Blue Marker haciendo otras señas con sus manos — Y a veces cuando los lanzaba, volvían a mis manos.
— O sea, no obedecen las leyes de la física — dijo Red en broma.
— Digamos que sí jajajaja — dijo Surge, riéndose.
Red sentía que cada vez que Surge le contaba algo referente a su pasado como soldado y como héroe, lo contaba de una forma auténtica y con nostalgia. Pese a que las guerras eran un asunto que nadie quiere tener la experiencia de vivir, el líder de gimnasio rescataba los momentos buenos que vivió como Blue Marker, viendo lo blanco en lo negro.
Después de contar la historia y de haber comido, el líder de gimnasio le recomendó que su próximo destino fuese el gimnasio de Ciudad Azulona, ya que consideraba que el gimnasio de Ciudad Azafrán era demasiado complicado dado la naturaleza de la misma líder, teniendo un poco de experiencia cuando trataba con ella durante las reuniones de lideres de gimnasio.
Red ya se estaba preparando, con el estómago lleno y con bastante energía, al igual que su equipo pokémon, que estaba listo para su próximo desafío. Charmeleon y Primeape volvieron a sus pokéballs, mientras que Paras se acomodó en la cabeza de su entrenador para descansar durante el viaje.
— No creo que te cueste tanto llegar a Ciudad Azulona — dijo Surge — El camino de aquí a Ciudad Azafrán es bastante corto, no te tomará más de 30 minutos llegar para luego dirigirte a donde vive Erika. Eso sí, Ciudad Azulona es enorme, ten cuidado de no perderte.
— Muchas gracias, en serio — dijo Red, estrechando su mano derecha con la de Surge.
— Gracias a ti también, disfruto mucho de ayudar a los nuevos entrenadores, y de combatir con ellos también jajajaja — dijo el rubio mientras se reía un poco — ¡Te deseo mucho éxito en la Liga Pokémon!
Red asintió y comenzó a caminar rumbo a la ruta 6, pasando por las calles de la ciudad portuaria que alojaba muchos recuerdos que no podía olvidar, buenos y malos.
Se detuvo en la salida de la ciudad, dando una media vuelta para poder respirar profundamente el aire marino que podía percibirse desde allí.
— Nos vemos pronto — pensó para volver a dar la vuelta y salir de la ciudad.
En la ruta había unos dos pescadores con unas trampas diseñadas para Krabby, aprovechando la poca frecuencia de personas en el pequeño estanque junto al camino.
Estaba agradecido de que dicha ruta no fuera tan larga, logrando llegar a la ciudad donde había entrenado junto a sus pokémon para su revancha contra Blue Marker.
Las calles estaban con muchas personas circulando por ellas junto a sus pokémon, dirigiéndose a los distintos trabajos en los diversos edificios, sobre todo del famoso Silph S. A.
No tenía ninguna parada que hacer en esa ciudad, solamente un rumbo fijo a la ciudad donde estaba la líder de gimnasio Erika, especialista en pokémon de tipo planta y en arreglos florales, siendo un icono de Kanto al mantener la cultura tradicional de la región antes de dejarse influenciar por los avances tecnológicos de Unova.
Al estar en el centro de la capital de Kanto buscando la salida oeste hacia la ruta 7, divisó el Dojo Karate donde había entrenado y pasado tiempo con Koichi y su familia, estando muy agradecido por todo lo que pudo experimentar en ese lugar.
Al lado del lugar de entrenamiento se mostraba el misterioso gimnasio de la ciudad, custodiado por la llamada bruja Sabrina.
Seguía sintiendo una gran curiosidad por todo lo relacionado con los poderes psíquicos de la líder, en especial después de haber escuchado su voz dentro de su cabeza.
— Todavía no es el momento — pensó recordando las palabras dichas por una voz femenina.
— No, no es el momento —
Volvió a escuchar la voz, exactamente la misma voz y las mismas palabras que escuchó cuando se dirigía a retar a Blue Marker por segunda vez.
Sentía más curiosidad que antes, pero debía resistir al no comprender con exactitud la naturaleza de dicho acontecimiento, siendo un enigma que tendría que soportar en descubrir.
Siguió con su recorrido, caminando por las calles en dirección oeste, logrando ver la salida hacia la ruta que conducía a su próximo desafío.
— ¡Red! —
Escuchó una voz aguda detrás de él que se le hacía familiar.
Los hermanos Oak salían del gimnasio de Ciudad Azulona acompañados por una chica de su misma edad. Tenía el cabello corto color negro, adornado por una diadema roja, ojos grises y llevaba puesto un elegante kimono de color amarillo, elaborado por sastres de la región de Johto.
— De nuevo, muchas gracias por deshacerse de ese viejo pervertido que acosaba a las chicas del gimnasio — dijo la joven, que caminaba al lado de Blue.
— No fue nada Erika, cualquier persona habría reportado eso — dijo Blue, cargando a Cubone entre sus brazos — Esperemos que no vuelva por aquí.
— Esperemos — dijo la chica del kimono amarillo mientras bostezaba.
Al ser derrotada por Green y de entregarle la medalla arcoíris, la líder de gimnasio comentó que tenía que salir un momento al Centro Comercial de Azulona, para comprar algunos productos para sus arreglos florales, y juntarse con un conocido suyo proveniente de la región de Johto. Sin embargo, eso último no era del conocimiento de sus alumnas en el arte de los arreglos florales, ya que no quería que supieran de su cercana relación con ese individuo, pues sabía que iban a sobrerreaccionar si se enteraban.
Aprovechó que los hermanos se estaban retirando del gimnasio para acompañarlos por la ciudad por un tiempo, ya que se había llevado muy bien con Blue al tener algunos gustos similares en cuanto a la belleza de los arreglos que Erika elaboraba.
Blue se encontraba feliz al hablar con Erika. Dado que no había tenido muchas oportunidades de poder interactuar con chicas de su edad considerando donde vivía, le alegraba poder congeniar con una.
Mientras las chicas hablaban de trivialidades ante los oídos de Green, él pensaba en los posibles objetos que podía comprar en el Centro Comercial de Azulona, como piedras evolutivas, vitaminas, entre otras cosas.
Erika le contaba a Blue sobre algunos lugares de interés de su ciudad aparte del gimnasio y del centro comercial, como los distintos restaurantes que había por la zona, una plaza con una hermosa y nueva fuente de agua que por las noches se iluminaba en diferentes colores, la casa de una médium y el Casino Rocket, aunque este último era solo para mayores de edad.
Ciudad Azulona era bastante grande, con muchos edificios que se alzaban hacia el cielo, siendo mucho más grande que la capital de Kanto, y tomando inspiración de Ciudad Porcelana, la ciudad más grande y poblada de la región de Unova.
— ¿Qué tipo de adornos vas a comprar? — preguntó Blue.
— Estaba pensando en comprar unos nuevos floreros de porcelana, además de unas semillas traídas desde Pueblo Aromaflor en la región de Sinnoh — dijo la líder mientras bostezaba — Y tal vez también un nuevo par de tijeras.
— En verdad tus arreglos son muy hermosos, es impresionante el talento que tienes — dijo Blue, recordando todos los arreglos florales que vio en el interior del gimnasio.
— En verdad me halagas Blue — dijo Erika, un poco avergonzada por el comentario de la chica — Me gusta pensar que mantengo algunas de las tradiciones de la región.
— Por eso también enseñas tus técnicas de arreglos a los demás — dijo Blue.
— Exacto, las tradiciones son las herencias que nos dejaron nuestros antepasados — comentó la chica de cabello negro — Mi abuela me enseñó lo que sé, ahora debo enseñarle al resto para que la tradición prevalezca.
Blue estaba asombrada con lo que dijo Erika, entendiendo la dedicación que la líder de gimnasio tenía a las tradiciones de Kanto, que se iban perdiendo u olvidando lentamente con el transcurso del tiempo y los avances.
— Eso es admirable — dijo Green.
— Pensé que no nos estabas escuchando — dijo Blue ante el comentario de su hermano.
— No lo hacía —
Red estaba detenido en la salida oeste de Ciudad Azafrán, acompañado por un joven 2 años menor que él, de cabello morado y traje de explorador, sosteniendo una cámara fotográfica en su mano derecha, y una red para atrapar insectos en la izquierda.
— Me costó reconocerte, considerando que la última vez estabas cubierto de mugre — dijo Red.
— Obvio tenía que asearme, no iba a ir por la región como un indigente — dijo Bugsy — Avanzaste mucho desde la primera y última vez que nos vimos.
— Si, ni yo lo puedo creer — contestó Red, recordando lo que vivió en el Bosque Verde — Tampoco puedo creer que estés aquí, pensé que estabas de vacaciones en tu paraíso.
— Sobre eso, escuché que un amigo mío, que por cierto es un poco anticuado y no tan popular, iba a juntarse con una chica en el Centro Comercial de Azulona — dijo el chico de Pueblo Azalea — Al parecer la chica es muy popular en la ciudad, así que quiero ver eso con mis propios ojos.
— ¿Por eso la cámara? — preguntó Red al ver detenidamente la cámara en la mano derecha del fanático de los insectos.
— No, la compré en Ciudad Celeste — mostrando su cámara con orgullo — La vi y de inmediato pensé, "está belleza me servirá para sacarle espectaculares fotos a los insectos".
— No se mucho de cámaras, pero se ve bastante bien — dijo Red, analizándola.
— Bueno, eso me dijo el sujeto de la tienda, espero que no me haya estafado — dijo Bugsy mientras se reía un poco — Tú también te diriges a Ciudad Azulona por lo que veo.
— Así es, voy a desafiar a la líder de la …. — Red dejó de hablar al ver como Bugsy estaba olfateando a su alrededor — ¿Todo bien? — preguntó mientras se alejaba un poco del chico.
— Detectó ligeros rastros de esporas en el aire — dijo mientras seguía olfateando el aire — Debe haber un Paras cerca de aquí.
Red se quitó su gorra, mostrando al pequeño pokémon insecto reposando sobre su pelo negro.
— Creo que es este pequeñín — dijo el entrenador.
— ¡¿Atrapaste un Paras?! — dijo emocionado el chico de Johto.
Se acercó demasiado a Red para admirar al pequeño pokémon que se había despertado producto de los gritos de Bugsy y del repentino contacto con la luz solar.
— ¡Se dice que los hongos en su espalda son unos parásitos que adquirieron hace mucho tiempo! — dijo Bugsy, poniendo nerviosos a Red y a Paras — ¡Al parecer, conforme pasó el tiempo, los hongos se…!, lo siento, creo que me emocioné un poco.
— No por nada eres el experto en pokémon de tipo insecto — dijo Red, volviendo a poner su gorra encima de su cabeza para que Paras estuviera tranquilo.
— Que bueno que lo recuerdas — dijo el futuro líder de gimnasio de Pueblo Azalea — ¡También me acuerdo de que dije que la próxima vez que nos viéramos sucumbirías ante mis insectos!
— Podríamos dejar eso para después, me gustaría llegar primero a Ciudad Azulona — dijo Red, un poco incomodo por la actitud del joven, viendo como varias personas los estaban observando.
— No hay problema, vamos en la misma dirección después de todo — mientras comenzaba a caminar hacia la ruta 7, seguido por Red.
La ruta 7 era igual de corta que la ruta 6, teniendo un gran prado a sus costados, donde podían verse especímenes como Oddish, Rattata, Mankey y Growlithe.
— ¿Qué sientes al ser el próximo líder de gimnasio de tu pueblo? — preguntó Red, tratando de buscar un tema de conversación para evitar algún silencio incómodo durante el trayecto a la gran ciudad de Kanto.
— Pues, no siento ese peso de responsabilidad que todos creen que se tiene en situaciones como esta — dijo Bugsy — ya que, el rol de líder de gimnasio en Johto es muy diferente al de Kanto.
—¿Qué tan diferente es? — preguntó Red, siendo ignorante en el contexto de cómo funcionaban los gimnasios y la Liga Pokémon en la región vecina de Kanto.
— Para empezar, a diferencia de Kanto, Hoenn o Sinnoh, Johto no tiene una Liga Pokémon, por lo que las medallas son únicamente recuerdos o trofeos que consiguen los entrenadores al ganarle a un líder de gimnasio — dijo el oriundo de Johto — La posición de líder es respetada dado a las tradiciones culturales, pero no sé, siento que por eso el mundo no toma muy en serio a Johto. Tiene lugares bonitos, pero solo eso, toda la atención se la lleva Kanto, pero tiene justificación.
Red se arrepentía de haber sacado ese tema a colación. Sabía de algunas aportaciones de Johto al mundo, el mismo padre de Bugsy había hecho investigaciones muy importantes sobre la clasificación y definición de los insectos de varias regiones. Pero en términos de combates, lo único que conocía era que la región servía para la realización de batallas de exhibición.
— Qué rápido — dijo Bugsy, al percatarse que ya estaban en la entrada de Ciudad Azulona.
Al ingresar quedaron perplejos ante la gran cantidad de edificios, teniendo más que Ciudad Azafrán. Había muchas personas y pokémon transitando de un lado para otro, ingresando a distintos locales, lugares de trabajo o simplemente paseando y relajándose en el exterior.
El local que más llamaba la atención era el Casino Rocket, un gran edificio con varias luces de neón y carteles pegados en la fachada, aunque como era de día las luces no estaban encendidas y no había tantas personas esperando para ingresar, poder jugar y pasarla bien.
— Busquemos un lugar donde podamos combatir — dijo Bugsy, emocionado de tener una revancha contra Red, quien lo seguía por detrás.
— ¿Qué te parece este? — dijo Blue, señalándole a Erika un florero de porcelana de color verde, pareciéndose a un plato no tan profundo.
— ¡Me encanta! — dijo la líder mientras sostenía el florero — Ya se me ocurre qué hacer con él.
La triada se había separado en 2 grupos. Erika y Blue fueron al segundo piso del centro comercial, que contaba con 6 pisos, donde estaban los artículos de casa y jardín. La líder del gimnasio de la ciudad había conseguido las semillas que tanto quería, al igual que un nuevo juego de tijeras y ahora un nuevo florero.
Green estaba en el cuarto piso, comprando artículos de entrenadores, diciendo que quería una piedra hoja para evolucionar a su Weepinbell, al igual que productos de curación exclusivos de Ciudad Azulona.
Habían quedado en reunirse en el tercer piso, en el área de comida rápida una vez que compraran todo lo que necesitaban.
Erika también tenía que juntarse con su conocido de Johto, que según un mensaje que recibió por medio de un Pidgey mensajero, estaba próximo a llegar, y lo vería en la tienda de sellos postales del segundo piso que se encontraba frente a la tienda de artículos de casa y jardín.
Cubone permanecía en los brazos de Blue, mirando a su alrededor con ligeros aires de curiosidad y desconfianza, sintiéndose cómodo en los brazos de la chica.
— ¿Hace cuánto conoces a ese amigo tuyo? — preguntó Blue, curiosa por lo que Erika le había comentado.
— Hace un año aproximadamente — dijo Erika bostezando — Nos conocimos gracias a que mi mamá y su papá son socios, suelen reunir en el gimnasio. En esa ocasión él estaba presente y comenzamos a charlar y nos hicimos amigos, aunque me resulta extraño que lo seamos dado a nuestros diferentes gustos.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Blue sin entender, pensando en que Erika se refería a algún gusto de moda, pasatiempo o comida.
— Cuando lo veas te darás cuenta del porqué — dijo la líder, riendo un poco — Es bastante evidente.
Continuará.
