Capítulo 18: Cruce de colores Act. II
Ciudad Azulona, Kanto, 6 de noviembre de 2008.
— ¡Ya lo verás Red, la próxima vez sucumbirás ante mis insectos! — dijo Bugsy, saliendo del centro pokémon junto a Red.
Libraron un combate de 3 contra 3 en una de las salas especializadas que el centro pokémon tenía para que los entrenadores entrenen y puedan librar sus batallas a gusto.
Aparte de Pinsir y de Kakuna, siendo su Weedle que evolucionó en el Bosque Verde, Bugsy también tenía un Scyther, un pokémon que era mucho más fuerte que su Pinsir, siendo bastante rápido y letal con su corte furia.
Pinsir perdió ante Primeape, tras recibir una serie de demoliciones que lograron penetrar su defensa aumentada y hacerles frente a sus poderosas pinzas. Kakuna empató con Paras, que logró paralizarlo y atacar con cuchilladas, pero resultó envenenado en el proceso, cayendo rendido junto al pokémon capullo.
El combate de Scyther contra Charmeleon estuvo más reñido, con el pokémon insecto mostrándose agresivo frente al color rojo del pokémon de Red, atacando certeramente con su corte furia, que iba incrementando su ataque cada vez que lo usaba.
Charmeleon usó puño trueno por primera vez durante un combate, haciendo descender a Scyther, aprovechando que el pokémon insecto estaba en el suelo para rematar con ascuas, consiguiendo la victoria de la batalla.
Durante todos los combates Bugsy soltaba datos referentes a sus pokémon, cómo que los Pinsir rivalizaban con los Heracross por la savia de los árboles, el tiempo que los Beedrill tardan en formarse dentro del capullo, o que los Scyther salvajes tienen miedo de evolucionar a Scizor, ya que al hacerlo debían alejarse de sus enjambres, por la naturaleza de los Scyther de volverse agresivos con el color rojo.
— ¿Tú descubriste el efecto de corte furia? — preguntó Red ante lo que le comentaba Bugsy respecto a sus investigaciones con los pokémon insecto.
— Así es, lo descubrí con Scyther — dijo el joven de Johto — Muchos no usan corte furia, ya que la potencia es muy baja, o cuando lo usan, no lo usan sucesivamente.
— Ya decía yo que la potencia de corte furia de tu Scyther era cada vez mayor — dijo Red, recordando la batalla — Es un gran descubrimiento.
— ¿Verdad?, se lo envié a la Comunidad Científica para que revisen mi descubrimiento y lo publiquen en su revista — dijo Bugsy bastante feliz — Aunque la revisión de los trabajos de investigación es muy larga, alrededor de 4 meses.
— Siempre hay que revisar que todo esté en orden y en los formatos señalados — dijo Red, hablando desde su experiencia al leer dichas revistas, donde en las primeras páginas se señalaba el tiempo que demoran los artículos y nuevos descubrimientos en ser revisados.
— Si, muy cuadrado para mi gusto, pero es lo que se debe hacer — dijo el joven mientras caminaban por las calles de Azulona.
Iban rumbo al gimnasio de dicha ciudad. Bugsy le había dicho a Red que quería ver su enfrentamiento con Erika, para poder contemplar una batalla de gimnasio desde otra perspectiva y ambiente, a lo cual Red no se negó.
— Por cierto, ¿Tu amigo también es líder de gimnasio o sucesor de uno? — preguntó Red, tratando de no generar un tema de conversación tan tenso como en la ruta 7.
— Más o menos, su padre es el líder de gimnasio de su ciudad y también administra todo lo relacionado a turismo por su zona — contestó Bugsy — Él a veces dirige el gimnasio en ausencia de su padre, pero ambos tienen un mal gusto en cuanto al tipo de pokémon que usan.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Red.
— Qué gusto verte — dijo Erika mientras abrazaba a su amigo.
El joven era de la misma edad que Erika, de cabello azul con un flequillo que cubría su ojo derecho, siendo sus ojos de color negro. Al igual que la líder de Ciudad Azulona, llevaba puesto ropas tradicionales de tonos azules y blancos. Tenía un Pidgey reposando en su hombro izquierdo, que mantenía una postura igual a la de su entrenador.
— Igualmente — dijo el muchacho, un poco nervioso por el abrazo de Erika. Al parecer no estaba acostumbrado a tanta cercanía.
— Blue, él es Falkner — dijo Erika presentando a su amigo — Falkner, ella es Blue.
— Encantado — saludo Falkner con una postura rígida, siendo imitado por su Pidgey.
— Igualmente — saludo Blue, sin poder usar sus manos, ya que estaba cargando a Cubone.
El pequeño pokémon de tipo tierra se quedó viendo por un momento al Pidgey que estaba en el hombro de Falkner, quien rápidamente miró al pokémon en los brazos de Blue cuando se dio cuenta que estaba siendo observado por él. Cubone desvío la miraba una vez Pidgey se dio cuenta que lo estaba mirando, ahora observando a los humanos y pokémon que pasaban por el pasillo frente a la tienda de sellos postales.
— Creo entender a qué te referías con distintos gustos y que me daría cuenta de inmediato — dijo Blue riendo internamente — Déjame adivinar, entrenador de tipo volador.
—Ehh… si, aunque más en concreto a los pokémon pájaro — contestó el chico de Johto.
— Su padre es líder de gimnasio de Ciudad Malva, especialista en pokémon de tipo volador — dijo Erika — Muy pronto Falkner será el nuevo líder de su ciudad — mientras bostezaba.
— Creo que es muy pronto para decir eso — dijo Falkner acariciando la espalda de su Pidgey — A propósito Erika, ¿Estás tomando tu medicamento? — dijo al ver bostezar a su amiga.
Erika sufría de narcolepsia, un trastorno crónico del sueño que le causaba somnolencia y ataques de sueño durante el día. Padecía de dicho trastorno desde los 10 años, viéndose forzada a tomar medicamentos para evitar quedarse dormida en cualquier lugar.
— Claro que lo estoy haciendo, no te preocupes — dijo la líder — Hoy me tomé mi medicamento antes de pelear con un retador, son solo efectos secundarios.
Blue encontraba bastante linda y divertida la interacción de ambos, al ver a Falkner preocupado por la salud de Erika, y ella diciéndole que no se preocupara tanto.
Pese a sus gustos diferentes en cuanto a pokémon se trataba, los dos eran bastante similares al rescatar las tradiciones de sus respectivas regiones, siendo Johto la región que más se resistía a perderlas y dejarlas olvidadas en el pasado.
— ¿Acaso Blue fue tu retadora? — preguntó el originario de Ciudad Malva.
— No, no, no — dijo Blue mientras movía su cabeza en señal de negación — El que retó a Erika fue mi hermano, no yo.
— Mmm… ¿Y es muy fuerte? — preguntó Falkner, con algo de curiosidad.
— Si le preguntas a él te dirá que sí, es un presumido de nacimiento — dijo Blue riendo internamente — Yo también diría que sí, pero no me consideraría una conocedora de medir qué tan fuerte es un entrenador.
— Jajajaja, es bastante fuerte — dijo Erika, cubriendo su boca con la manga de su kimono mientras reía — De hecho tiene una Doduo muy impresionante y bien entrenada, logró derrotar a Victreebel y a Vileplume sin mucha dificultad. Se que te encantaría verla.
— Ten por seguro que si — dijo al escuchar.
— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó Bugsy, viendo un letrero en la entrada del gimnasio que decía que la líder Erika no se encontraba en el lugar.
— Tal vez podamos pasar para ver los arreglos florales… o podríamos ir a otra parte — dijo Red al ver la exposición que puso Bugsy en su rostro al escuchar sobre los arreglos florales — Aunque al ser una ciudad tan grande, no estoy seguro de a dónde podamos ir.
— ¿Qué tal el Centro Comercial de Azulona? — sugirió el chico de Johto — Allí se encuentra mi amigo, tiene un gran número de tiendas y podemos comer algo de paso, ya me está dando hambre — frotándose la barriga.
— Suena bien, tanto caminar me dio hambre a mí también — contestó Red, comenzando a caminar junto con Bugsy rumbo al Centro Comercial de Azulona.
En su trayecto al centro comercial vieron varias patrullas de policía con sus sirenas sonando y sus luces rojas y azules parpadeando, dirigiéndose hacia la zona este de la ciudad, más concretamente donde se encontraba el Casino Rocket.
— ¿Qué crees que está sucediendo? — preguntó Bugsy con curiosidad, al ver alrededor de 5 patrullas rumbo al Casino Rocket.
— Tal vez se trate de un robo — respondió Red — Siendo un lugar que alberga mucho dinero no me sorprendería.
Tras quedarse un rato parados junto a otras personas curiosas viendo como las patrullas se alejaba, continuaron con su recorrido al centro comercial. El lugar estaba en una zona apartada, siendo un edificio de 6 pisos, con algunos carteles en la entrada que indicaban que próximamente iba a sufrir de una expansión de pisos y de área, dando lugar a más tiendas, así como también a un cine.
Sin embargo, también había carteles y afiches con mensajes de negación frente a la expansión del centro comercial, con algunas frases como "No más consumo" y "No eliminen la tradición".
Ingresaron al lugar, encontrándose con una gran cantidad de humanos y de pokémon transitando por las distintas tiendas, subiendo y bajando por las escaleras mecánicas y por los ascensores. Había un pequeño puesto de helados al lado de las escaleras mecánicas.
Lograron divisar unos letreros cerca de la entrada donde se indicaban los diferentes servicios que tenía cada uno de los pisos del centro comercial.
El primer piso era de ropa, tanto de hombre, mujer y niño, así como de calzado de todo tipo. El segundo piso era de artículos del hogar y de turismo. El tercer piso era el área de comida rápida, donde se podía comprar comida de diversas regiones del mundo. El cuarto piso era de artículos de entrenador, piedras evolutivas, pociones, entre otras cosas. El quinto piso era de artículos electrónicos, y el sexto y último piso tenía diferentes juegos arcade, así como también máquinas atrapa peluches y mesas de hockey de aire.
Su primera parada iba a ser en el tercer piso, para poder conseguir algo de comer, por lo que comenzaron a caminar con dirección a las escaleras mecánicas.
— Se me antoja un poco de arroz dulce — dijo Bugsy, pensando en arroz frito aderezado con miel — ¿Qué se te antoja a ti Red?
— Mmm… tal vez… —
De repente Red sintió algo que lo detuvo, agarrándolo de su chaqueta roja con blanco.
Al voltear se encontró con una pequeña niña de 5 años, de vestido amarillo, sandalias rojas y un sombrero marrón que cubría su cabello negro sujetado en dos coletas bajas. Sus ojos eran de color amarillo al igual que su vestido.
La pequeña sujetaba con fuerza la chaqueta de Red con su mano izquierda, mientras miraba al suelo con ojos a punto de llorar, sin articular ni una sola palabra.
Red estaba tenso, no sabía qué hacer en una situación como esa al no estar acostumbrado a tratar con niños tan pequeños. Intuyó que se trataba de una niña que se había alejado de sus padres, viéndose asustada, pero tratando de no llorar, aunque estando al borde.
— ¿Estás perdida pequeña? — preguntó Bugsy, agachándose para estar a la altura de la niña.
Rápidamente la pequeña se escondió detrás de Red, sin quitar su agarre de la chaqueta roja del entrenador.
— Podrías ir a buscar a un guardia de seguridad o algo así — dijo Red — Yo me quedaré con ella, de cualquier forma no puedo moverme — al ver que la niña no tenía intenciones de soltarlo.
Bugsy asintió y fue a buscar a un guardia de seguridad, dejando a Red parado en medio del primer piso con la pequeña niña.
No sabía qué más debía hacer, pensando que Blue sería la más indicada en este momento, siendo capaz de tranquilizar a la niña en el tiempo en que encontraban a sus padres.
Podía asimilar el miedo que la pequeña sentía, así como también de la voluntad y fuerza que tenía para no llorar en una situación así, algo admirable ante sus ojos, ya que si él estuviera en los zapatos de la niña, estaría llorando desconsoladamente.
Respiró profundo y cerró los ojos para aclarar un poco su mente, para luego agacharse a la altura de la niña, quien no le soltaba la chaqueta.
La miró a los ojos mientras se quitaba su gorra, revelando a su pokémon que yacía en su cabeza, sorprendiendo a la niña, que se secaba las lágrimas con su mano derecha para ver mejor al pokémon. Le daba curiosidad de que ese entrenador tuviera a ese pokémon tan pequeño descansando encima de su cabeza y debajo de su gorra.
— Este pequeño es Paras, es mi compañero — dijo Red mientras tomaba a Paras entre sus manos para acercarlo más a la pequeña.
La niña miraba fascinada a Paras, quien estaba un poco nervioso por la presencia de la niña, que no dejaba de mirarlo.
— Y yo soy Red, ¿Cuál es tu nombre? — preguntó al ver que la niña se había tranquilizado un poco, soltando su chaqueta para poder tomar entre sus manos a Paras.
El pokémon insecto ya no estaba tan nervioso, es más, ahora él miraba con curiosidad a la niña, que no le quitaba los ojos de encima.
Por un momento dejó de mirar a Paras, para mirar a Red, teniendo una expresión más tranquila. Abrió la boca para responder a la pregunta del entrenador, sin embargo, fue interrumpida por un grito que se iba acercando a ellos.
— ¡Selene! — dijo una voz masculino grave.
Blue, Erika y Falkner se habían juntado con Green en el área de comida rápida. El hermano de Blue ya había comprado todo lo que necesitaba y lo hizo muy rápido, por lo que fue el primero en llegar.
Green había comprado unos fideos con una salsa de hongos cultivados en la zona. Blue por su parte compró curry, más concretamente curry picante con nata, habiendo ganado un gran gusto por dicha comida.
Falkner compró ramen al estilo de Ciudad Azulona, un plato muy popular en las regiones de Kanto y de Johto, y que variaba su receta dependiendo de la ciudad. Mientras tanto, Erika compró una ensalada de diversos vegetales cultivados en los campos aledaños a la ciudad, aderezada con queso mu-mu.
Green le había mostrado su Doduo a Falkner, quien quedó fascinado por lo bien entrenada que se veía el ave gemela, pudiendo notarlo por la firmeza de sus patas y el buen color de sus plumas.
Cubone estaba sentado en el regazo de Blue, tomando a través de un biberón un batido hecho a base de carne con vegetales, además de vitaminas para mejorar su defensa. Mientras estaba ingiriendo su alimento, también miraba a su alrededor, enfocándose en Blue, sintiéndose tranquilo y relajado al lado de ella.
La chica estaba sentada al lado de su hermano y enfrente de Erika, con quien no dejaba de hablar mientras comían.
— Así que el padre de Falkner también está en la ciudad — dijo Blue mientras disgustaba de su curry.
— Si, él y mi mamá están hablando con el alcalde respecto a la expansión que quieren hacerle al centro comercial — dijo Erika, limpiándose con una servilleta algunos rastros de jugo de limón que tenía cerca de su boca.
— Había leído eso en los letreros pegados en la entrada — dijo Blue — Y para hacer esas expansiones necesitan derribar una gran porción del bosque cercano.
— Por eso el padre de Falkner está aquí — dijo Erika — para ayudar a convencer a las autoridades de que nieguen los permisos al dueño del centro comercial de expandir su área a zonas naturales y nativas de la ciudad.
— Espero que lo logren, pero eso me trae una duda — dijo la nieta del profesor Oak — ¿Quién está cuidando el gimnasio de Ciudad Malva? — al ver que padre e hijo se encontraban en Kanto.
— Los aprendices en cetrería del gimnasio se encargan de cuidarlo y de mantenerlo limpio — dijo Falkner, dándole unas semillas a su Pidgey — Tampoco es que recibamos a tantos retadores.
— Aunque eso es más por cómo se administran y organizan los gimnasios en Johto — dijo Erika.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó Blue, sin entender lo que Erika y Falkner estaban hablando.
— Johto tiene gimnasios, pero no tiene una Liga Pokémon — soltó Green de pronto — es algo así como Alola, solo que Alola ni siquiera tiene gimnasios.
Blue no estaba informada al respecto sobre eso. Sabía de la existencia de gimnasios pokémon en la región vecina, pero no sabía que no tenían una Liga Pokémon, recordando que la madre de Red había participado en batallas en Johto, aunque eran de exhibición.
— Creo recordar que se estaba discutiendo la posibilidad de que Johto tenga una liga, o algo así dijo mi mamá — dijo Erika.
— Algo así, lo malo es que la gente no está muy motivada en eso, como si no se sintieran interesados — dijo Falkner — Ni siquiera el Alto Mando más fuerte de Kanto, Lance, quien es originario de Johto está apoyando la idea de que su región tenga una Liga Pokémon.
— ¡Mi niña, me tenías tan preocupado! — dijo el padre de Selene mientras la abrazaba fuertemente, y le daba varios besos en el pelo — ¡En verdad muchas gracias por encontrarla y cuidarla Red!
— Jejeje, la verdad es que no hice nada, profesor Kukui — dijo Red riéndose un poco nervioso.
Los padres de Selene resultaron ser dos profesores pokémon. El padre era Kukui Mahina, un investigador de 24 años proveniente de la región de Alola, y cuyo campo de investigación eran los movimientos de los pokémon. La madre era Burnet Mahina, una investigadora de 25 años proveniente de la región de Unova, especializada en la investigación de dimensiones alternativas, siendo un área de trabajo bastante compleja.
Red se encontraba sentado en una banca del primer piso junto a Kukui y Selene, mientras que la profesora Burnet y Bugsy compraban helados para todos.
Sonreía con nostalgia al ver el fuerte vínculo que Kukui tenía con Selene, recordando un poco lo que vivió y experimentó en el Dojo Karate de Ciudad Azafrán, viendo como el profesor Kukui era estricto al reprender a la pequeña Selene por haberse alejado de ellos, pero siendo muy cariñoso de igual forma.
— Entonces… ¿Qué los trae a Kanto? — preguntó Red con curiosidad, al querer saber porque dos investigadores pokémon estaban visitando su región acompañados por su hija.
También estaba el hecho de que no parecían profesores pokémon dado a las ropas que usaban. Kukui llevaba una camisa floreada blanca con flores azules, un short gris, unas gafas de marco verde y una gorra blanca que cubría su cabello negro. Burnet por su parte vestía una falda negra con una polera de tirantes gris, llevaba consigo un bolso blanco que hacía juego con su cabello del mismo color.
— Vamos a asentarnos en Alola, en la isla de Melemele donde construiré mi laboratorio pokémon — contestó Kukui, sentando a Selene al lado suyo — Antes de hacer eso, quiero despedirme del mundo de los combates participando en la Liga Pokémon de Kanto.
— ¡¿Usted participará en la Liga Pokémon?! — reaccionó Red ante la respuesta de Kukui — Lo siento por eso, es solo que, no me lo esperaba — calmándose un poco.
Selene se quedó mirando a Red por cómo había reaccionado, con sus ojos amarillos iguales a los de su madre.
— Jajajaja, no pasa nada — dijo Kukui — Es raro mezclar combates con una investigación científica, por eso mi especialidad son los movimientos, para unir mis dos pasiones, la ciencia y los combates — mientras sonreía.
— Pasiones — pensó Red.
— Me gustaría que Alola también tuviera una liga como la que tienen ustedes — dijo Kukui — Tenemos una prueba conocida como Recorrido Insular, pero no es lo mismo.
— ¿Recorrido Insular? — preguntó Red.
— Es un rito de iniciación, donde al cumplir 11 años tienes que recorrer las 4 islas que forman Alola, cumpliendo una serie de pruebas — dijo Kukui — La realice junto con 2 amigos de hecho, fue divertida, pero no se puede comparar con desafiar gimnasios y participar en una liga.
De pronto, la profesora Burnet apareció junto a Bugsy, con 5 conos con helado en una bandeja especial para transportarlos.
— Muy bien, de chocolate para Selene, el de caramelo es de Bugsy, menta para Red, de crema para ti mi amor — dijo Burnet, repartiendo los helados — Y el de banana Tropius es mío.
— Gracias — dijo Selene, comenzando a comer su helado.
La profesora pokémon y el futuro líder de gimnasio de Ciudad Azalea se sentaron en la banca para poder degustar el helado a gusto.
Red se quitó la gorra para que Paras también disfrutara del helado de menta, sosteniendo al pokémon en su mano derecha y el helado en la izquierda.
Selene se quedó mirando otra vez al pequeño pokémon, ofreciéndole un poco de su helado de chocolate, que Paras aceptó sin protestar.
— Bugsy me contó que vas a participar en la Liga Pokémon — le dijo Burnet a Red, mientras saboreaba su helado — Tengo curiosidad por saber que tan fuerte eres y de ver cómo sería un combate entre ustedes dos — señalando a Red y a Kukui.
— Si llegamos a enfrentarnos, no me contendré y usaré toda mi fuerza, eso te lo garantizo — dijo Kukui entusiasmado, alzando su brazo izquierdo para mostrar un brazalete muy llamativo.
— ¿Eso es una pulsera Z? — preguntó Red, señalando con emoción el objeto que Kukui tenía en su muñeca izquierda.
— ¿Pulsera Z? — preguntó Bugsy sin entender — ¿Qué es eso?
— Es un objeto que es necesario para realizar un movimiento Z. El entrenador y el pokémon realizan una serie de poses dependiendo del cristal Z — explicó Red, sin darse cuenta de que Paras casi se estaba terminando su helado de menta — de esa forma las voluntades de ambos se sincronizan para que el pokémon canalice todo ese poder en un solo movimiento.
— Burnet, me agrada este muchacho — dijo Kukui, impresionado por la explicación de Red — Veo que alguien estuvo estudiando.
— Había leído sobre ellos en libros, pero nunca tuve la oportunidad de ver uno de cerca — dijo Red, admirando la pulsera del profesor de Alola — ¿Cuántos tipos de cristales Z tiene?
— Tengo uno para cada pokémon de mi equipo — dijo Kukui — y como solo puedo usar un movimiento Z durante una batalla, debo ser precavido de cual utilizar.
— Hablando de movimientos, Bugsy realizó un descubrimiento sobre un movimiento tipo insecto que te puede interesar querido — dijo Burnet, mientras le quitaba algunas manchas de helado a Selene del rostro, usando unas servilletas.
— ¿En serio? — preguntó el científico de Alola — ¿De qué se trata?, si es que se puede saber claro.
— Básicamente sobre el movimiento corte furia, descubrí sus efectos si se utiliza seguido durante un combate, aumentando su ataque al doble — explicó el oriundo de Ciudad Azalea — Lo envié a la C.C. para que lo revisen y lo publiquen en su revista.
— Mmm… ¿Te importaría mostrarme ese movimiento en un combate? — propuso Kukui, acabando su helado de una sentada, agarrando su cabeza por la sensación fría — Tengo mucho interés.
— ¡Por supuesto! — dijo Bugsy, acabando su helado de la misma forma mientras se levantaba del asiento — ¡La verdad también estoy interesado por saber cómo son los pokémon de Alola!
— ¿Siempre es así de entusiasta? — preguntó Burnet a Red, mientras se levantaba junto a Selene.
— De lo poco que sé sobre él, es bastante entusiasta — contestó Red, imitando la acción de los demás para ir al centro pokémon.
El grupo de jóvenes había acabado de comer y se proponían a salir para recorrer los alrededores, con Green aceptando sin protestar para evitar discutir con su hermana.
— ¿A dónde nos llevarás ahora Erika? — preguntó Blue, curiosa por saber el próximo destino que la líder de gimnasio tenía en mente, mientras bajaban por las escaleras eléctricas.
— Estaba pensando en llevarlos a la plaza, allí siempre se reúnen distintos artistas callejeros — dijo la chica bostezando — además como te comentaba, tenemos una nueva fuente de agua.
— ¿Ya la construyeron? — preguntó Falkner a lo que Erika asintió — Qué rápidos.
— Se apresuraron para tenerla lista para la época de turismo — explicó la líder.
Continuaron con su recorrido, bajando hasta el primer piso del centro comercial, dirigiéndose a la salida para llegar a la plaza de la ciudad.
Durante el trayecto Green era el único que estaba en silencio, viendo como su hermana conversaba con Erika y Falkner.
Esa era otra cualidad que le sorprendía de ella, su capacidad de socializar con las personas de forma tan sencilla, y el no inmutarse al estar en un lugar con demasiadas personas y pokémon.
Él no estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente, y aunque no lo demostraba, se sentía incómodo de estar en una ciudad tan grande y con tantas personas circulando por todas partes.
En un abrir y cerrar de ojos ya estaban cerca de llegar a la plaza, logrando divisar la fuente de agua a la distancia.
— Qué bonita — dijo Blue, mientras se iban acercando más al lugar.
Cubone de igual forma contemplaba la estructura de aguas danzantes, con cierto miedo de ella dado a que era de tipo tierra, pero también con curiosidad al ver los distintos movimientos que el agua realizaba a la distancia.
Tal y como Erika había dicho, varios artistas callejeros estaban realizando sus actos en la plaza. Algunos hacían malabares, otros tocaban instrumentos, uno pintaba retratos junto a su Smeargle y el más curioso realizaba un acto de mimetismo con su Mr. Mime.
Aparte de artistas, en la plaza también había varios entrenadores pokémon junto a sus equipos, algunos mirando a los artistas, y otros solo descansando. La plaza era bastante grande, con muchas zonas verdes, con árboles y césped, así como varios lugares para poder sentarse y descansar.
Algunas personas al ver a Erika se detenían a saludarla brevemente, al ser muy querida por los habitantes de la ciudad, dado a su rol como líder y encargada de mantener la cultura y tradición en Ciudad Azulona.
Se detuvieron al estar cerca de la fuente de agua danzante, logrando admirarla en todo su esplendor.
— ¿Qué es ese sonido? — preguntó Falkner, agudizando sus oídos junto a su Pidgey.
Green, Blue y Erika no entendían de qué sonido estaba hablando Falkner, pues ellos únicamente escuchaban el sonido del agua y el bullicio de la gente.
El joven de Johto caminó en dirección este junto a su pokémon, rumbo al ruido que solamente él escuchaba seguido por los demás.
Llegó al límite de la plaza antes de llegar a una calle, divisando a lo lejos varias luces de sirenas, tanto de patrullas de policía como de ambulancias.
— Es en el Casino Rocket — dijo Falkner — por lo que alcanzó a ver está metida la policía y varias ambulancias — viendo las distintas luces características de los vehículos.
— ¡¿En serio?! — preguntó preocupada Erika, colocándose al lado de Falkner para intentar ver lo que el originario de Johto veía — Tienes razón — alcanzando a ver las luces de las ambulancias.
— ¿Qué crees que está ocurriendo allí? — preguntó Blue.
— No lo sé, pero tengo que ir a investigar — dijo Erika intentando ir al Casino Rocket, siendo detenida por Falkner en el proceso.
— Espera un momento, puede estar pasando algo verdaderamente peligroso allá, dejemos que las fuerzas de seguridad se encarguen — dijo el muchacho, tratando de razonar con Erika.
— Falkner tiene razón, sería peligroso que vayas a investigar tu sola — dijo Blue, preocupada por Erika.
— Qué hipócrita — pensó Green por el comentario de su hermana, un tanto apartado de la situación — En ese caso podríamos acompañarte, digo, no perdemos nada al hacerlo y así estos dos no se preocupan por tu bienestar.
Kukui y Bugsy estaban librando un combate en las salas de entrenamiento del centro pokémon, teniendo como espectadores a Red, Burnet y Selene, con esta última teniendo a Paras entre sus brazos.
El futuro líder de Ciudad Azalea usaba a su Scyther, para enseñarle a Kukui los efectos del movimiento corte furia, mientras que el nativo de Alola usaba a un Incineroar, su primer pokémon y más fuerte, siendo un pokémon que ni Red ni Bugsy habían visto.
Incineroar era un pokémon de tipo fuego y siniestro, un felino bípedo del tamaño de un hombre adulto promedio de color rojo, negro y gris, con un cinturón en llamas alrededor de su cintura.
— Ese Incineroar se ve bastante rudo — dijo Red, impresionado al ver como el pokémon de Kukui bloqueaba los golpes del Scyther con sus patas delanteras.
— Bueno, es así por naturaleza — dijo la profesora Burnet — Aunque fuera de los combates es bastante holgazán.
— No me lo puedo imaginar así — viendo al Incineroar de Kukui usar demolición contra el Scyther de Bugsy.
— Jejejeje es la verdad — dijo Burnet — cuando iba al departamento de Kukui cuando estudiábamos en la Universidad Caolín en Unova, se pasaba todo el día acostado en el sofá.
En medio de la conversación, Selene y Paras se emocionaron al ver a Scyther usar protección para bloquear el envite ígneo de Incineroar.
— ¿Se conocieron en la Universidad Caolín? — preguntó Red ante la mención de la institución de educación superior más reconocida en todo el mundo.
— Nos conocimos antes, en el Instituto de Ciudad Mayólica — contestó Burnet — él había recibido una beca para estudiar allí, y tras conocernos pues, el resto es historia — mostrando su anillo y acariciando la cabeza de Selene.
Volvió a sentir ese aura de nostalgia al ver lo afectivo que era el vínculo madre e hija de Selene y Burnet, con la profesora desprendiendo un aura maternal bastante fuerte y cálido, recordando las pocas memorias que guardaba y atesoraba de su madre antes de perderla.
Una fuerte explosión distrajo a Red de sus pensamientos y lo obligó a voltearse junto a Burnet para ver el combate, viendo al Scyther de Bugsy debilitado en el suelo al impactar su corte furia con el movimiento lariat oscuro de Incineroar.
— ¡Scyther, regresa! — dijo Bugsy mientras respiraba profundamente — ¡Usted en verdad es fuerte!, ¡Oye Red, será mejor que estés preparado, es increíblemente fuerte!
— ¡Regresa compañero! — dijo Kukui a su compañero pokémon, yendo a donde se encontraba Bugsy — Fue un buen combate, se me estaba haciendo difícil bloquear esos cortes furia.
— Y no usó ningún movimiento Z — pensó Red, viendo que en realidad Kukui e Incineroar se habían contenido durante el combate.
— En verdad es un gran descubrimiento, me alegra mucho haber podido experimentarlo en un escenario de combate — dijo Kukui — aunque claro, también lo leeré cuando lo publiquen, eso tenlo por seguro.
— Muchas gracias — contestó Bugsy, brindándole la mano a Kukui.
— Gracias a ti también — dijo el investigador, estrechando la mano del joven para luego mirar su reloj — Oh, creo que ya debemos irnos querida, si queremos llegar a Isla Canela antes de que oscurezca.
— ¿Va a desafiar al gimnasio de allí? — preguntó Red mientras recibía a Paras de regreso, recordando que en esa isla se encontraba un gimnasio.
— Así es — contestó Kukui — y cuando tenga esa medalla, ya solo me faltará conseguir la medalla de Ciudad Verde para tener las 8.
Red se sorprendió de saber que el profesor Kukui llevaba el doble de medallas que él, ya habiendo ganado la de Surge, con quien él tuvo que obtenerla en una revancha, y la de Sabrina, con quien ni siquiera ha tenido la oportunidad de combatir dado las constantes advertencias de que la bruja psíquica era demasiado poderosa.
— Increíblemente fuerte — pensó, viendo como el entrenador de Alola se acercaba para estar con su familia.
Blue, Green, Erika y Falkner regresaban al gimnasio luego de haber ido al Casino Rocket a investigar lo que estaba sucediendo, solo para que los policías no les dieran acceso, bloqueando la calle y negándose a entregarles información respecto a lo ocurrido, sin importarles de que Erika era la líder de gimnasio de la ciudad.
Lo que alcanzaron a ver era que los paramédicos sacaban en camillas a varias personas, algunas de ellas en bolsas para cadáveres.
No obstante, Erika pudo conseguir el testimonio de un policía novato, que era un admirador suyo y se encontraba resguardando el perímetro marcado.
El policía le dijo que varias personas de relevancia habían sido envenenadas intencionalmente al interior del lugar de juegos de azar, con algunos heridos durante un altercado por descubrir quién era el responsable.
También le habían informado que el Casino Rocket iba a permanecer cerrado hasta nuevo aviso, ya que necesitaban registrar más a fondo el interior del recinto para recabar mayor evidencia.
Blue tenía la ligera sospecha de que la Silph S.A. tenía que ver en el asunto, considerando que Looker le había mencionado que varios sujetos sospechosos rondaban por Ciudad Azulona. Además de que la agente Anabel estaba investigando en la ciudad.
— Tal vez esas personas que murieron lo hicieron al ingerir esas píldoras, de ahí que murieran por envenenamiento — pensó Blue recordando lo sucedido en Ciudad Celeste, mientras abrazaba un poco a Cubone.
De igual forma tenía la corazonada de que la agente Anabel estaba detrás del caso del Casino Rocket, tal vez habiendo encontrado información relevante para acusar a la Silph S.A y ocultando todo como un intento de homicidio en masa.
— ¿Te encuentras bien? — preguntó Falkner viendo a Blue — te ves un poco pálida.
— Es verdad — dijo Erika — ¿Estás cansada o tal vez quieres tomar alguna infusión de hierbas? — preguntó preocupada Erika.
— No, no, estoy bien — contestó Blue negando con la cabeza — solo tengo algo de frío — mientras simulaba temblar levemente.
— Tienes razón, el sol ya se está ocultando — dijo Erika mirando el cielo, viendo cómo se tornaba anaranjado — Creo que será mejor que vayan al centro pokémon para que descanses y puedas tomar calor. Te acompañamos — dijo Erika con Falkner asintiendo.
La familia Mahina salió del centro pokémon, acompañados por Red y Bugsy que iban a despedirse antes de que partieran a Isla Canela.
— ¡Sal, Braviary! — dijo Kukui, sacando a un enorme pokémon pájaro de plumaje gris y rojo.
El pokémon era lo suficientemente grande como para soportar el peso de la familia completa, y llevarlos sanos y salvos a su destino.
— Espero encontrarte en la Liga Pokémon Red, y también espero leer tu descubrimiento más a detalle Bugsy — dijo Kukui sonriendo mientras acariciaba la cabeza y lomo de su pokémon, que se acomodaba para cargar a la familia de su entrenador.
— Oh, antes de que se me olvidé — dijo Burnet buscando algo en su bolso, para sacar una pokéball y entregarla a Red.
El entrenador la tomó por instinto sin entender el propósito por el cuál la profesora Burnet le había dado una pokéball.
— Me dieron un Eevee al ganar un evento de una rifa en el Edificio Azulona — explicó Burnet — Tómalo como un agradecimiento por encontrar a mi Selene.
— N.…no es necesario, de verdad — dijo Red, algo avergonzado por el presente de la profesora — además les dije que no hice nada.
— Tonterías, para empezar Selene se acercó a ti porque sintió algo bueno en ti — comentó Burnet — supiste manejar la situación adecuadamente. Hiciste algo muy bueno, y te entregó este Eevee porque te lo mereces.
— Yo que tú lo acepto Red — dijo Kukui subiendo a Selene encima de Braviary — Ella no aceptará un no como respuesta.
Red respiró profundamente mientras apretaba la pokéball en su mano derecha. Se sentía incómodo de recibir un pokémon de esa forma, pero el comentario de Burnet lo hizo sentir merecedor de ese presente al recordar que logró calmar a la pequeña Selene y mantenerla tranquila.
— Está bien — dijo Red viendo a Burnet a los ojos — Lo aceptó. Lo entrenaré muy bien.
— Se que lo harás — dijo Burnet mientras le sonreía y le daba unas palmadas en el hombro derecho.
La mujer se subía encima de Braviary, delante de su hija para mayor seguridad.
— ¡Alola! — dijo Burnet.
— ¡Alola! — dijo Selene sonriendo igual que su madre, despidiéndose de Bugsy, de Red y de Paras, quien se asomó para despedirse de la niña.
— ¡Alola! — dijo Kukui, montando al pokémon pájaro para colocarse detrás de su hija — ¡Vamos!
Al momento de dar la orden, Braviary se elevó del suelo con bastante facilidad, comenzando a mover sus alas para comenzar el vuelo, dejando a varias personas asombradas de ver a tal majestuoso pokémon perderse en el cielo.
Ya cuando los perdieron de vista, Bugsy y Red decidieron ingresar al centro pokémon, con el último mirando la pokéball que se le fue entregada, pensando en como sería su ahora nuevo integrante de su equipo pokémon.
— Hiciste algo muy bueno —
Sonrió por el motivo por el cual Burnet le entregó ese Eevee, atesorando dicho presente como algo especial, similar a los guantes que Koichi le había regalado y que portaba con orgullo.
— No lo pienses tanto, un Eevee es un increíble pokémon — dijo Bugsy — Aunque me daría risa que tuviera alguna naturaleza complicada de entrenar.
Fueron al puesto de comida del local para ordenar algo que comer, tanto ellos como sus pokémon. Bugsy estaba indeciso de qué quería comprar, mientras que Red ojeaba la lista de currys que le llamaban la atención.
— Tienen arroz dulce, pero también se me antojan unas papas a lo Magcargo — dijo el fanático de los insectos.
Red por su parte iba a pedir un curry simple, para probar que tal era esa comida proveniente de la región de Galar.
— ¡¿Red?! — dijo una voz femenina detrás de él.
— Blue — respondió al instante al reconocer de inmediato de quién se trataba, dándose vuelta para encontrarse con su amiga acompañada por otras personas, con uno de ellos que lo tomó muy desapercibido — ¿Green?
— Red —
Continuará.
nadaoriginal: Aquí se me enredó un poco los cambios de escenas, además de que el editor no había guardado las líneas de separación haciendo que todo el capítulo quedará pegado, esta vez creo que arregle eso.
