Capítulo 22: Anabel

Ciudad Azulona, Kanto, 7 de noviembre de 2008.

Luego de la batalla de gimnasio, Erika curó al equipo de Red en su totalidad usando varias hierbas curativas que crecían en el lugar.

Eevee brincaba por todas partes, feliz de haber podido luchar y ser de ayuda para su entrenador, felicitando también a Paras por hacer un gran trabajo, dándole unas palmaditas en su espalda.

Cubone se encontraba interactuando más de cerca con los pokémon de Red, siendo algo que alegró mucho a Blue, ya que poco a poco se estaba abriendo más a otros pokémon y personas.

Mientras que Blue, Red y Erika conversaban, Bugsy estaba viendo a detalle la sabia que brotaba de algunos árboles del campo de batalla junto a su Pinsir.

— Creo que tendré que cerrar el gimnasio por el momento — viendo cómo la caja encargada del mecanismo de despliegue del techo seguía soltando chispas — ¿Cuál será su siguiente destino?

— Me gustaría ir al gimnasio de Ciudad Azafrán, sólo para echar un vistazo — acariciando la cabeza de Charmeleon.

— Sabrina es muy fuerte, un poco aterradora, pero no es una mala persona — dijo la líder sintiendo un pequeño escalofrío recorrer su cuello.

— Más que nada me da curiosidad esos extraños poderes que dicen que tiene — recordando las veces en que escuchó su voz dentro de su cabeza.

— Los tiene, he podido ver algunos de ellos en todo su esplendor, y siguen siendo una completa locura para mí — dando un bostezo — ¿Qué harás tú, Blue?

— Ahora debo de juntarme con alguien para entregarle una encomienda — con un tono nervioso, omitiendo la parte de la Policía Internacional — luego de eso viajaré un poco por la región, tú sabes, me gustaría encontrar y seguir mi propio camino.

No era una mentira tal cual, la búsqueda por su meta propia era algo de prioridad en su mente.

— ¡Qué genial! — respondió la líder, bastante emocionada — ¡Espero que te vaya bien!

— Muchas gracias — algo avergonzada, pero a la vez contenta por las palabras de la líder.

A pesar de haberse conocido por poco tiempo, en verdad le alegraba poder considerar a Erika su amiga, su primera amiga fuera de Pueblo Paleta.

— Deberías conseguirte un pokégear, así podríamos platicar de vez en cuando — dándole una papel con su número, al igual que un pequeño objeto metálico — o también puedes venir a visitarme, ambas opciones son bienvenidas.

— Lo haré, lo prometo — guardando el papel en su bolso, y viendo que el objeto brillante era del tamaño de una medalla de gimnasio, con la forma de un trébol de cuatro hojas de color verde azulado — ¿Qué es?

— Es un broche, lo puedes poner en tu sombrero o tu cabello — indicó Erika — un recuerdo y regalo para ti.

Miraba el broche con mucha fascinación, siendo el primer regalo que recibía de una persona externa a su familia, haciéndolo algo muy especial.

— Es muy precioso — quitándose su sombrero para poner el broche en el lado izquierdo — Muchas gracias, Erika.

— Encantada, lo vi y de inmediato supe que te quedaría bien — cubriendo una pequeña risa con la manga de su kimono — Además es un símbolo de buena fortuna.

— En verdad le queda muy bien — dijo Red.

— Jejeje, gracias, lo atesoraré por siempre — respondió ante las palabras de ambos, tocando su broche con cariño.

La líder entonces los acompañó a la salida, con Bugsy cargando unos cuantos frascos llenos de la sabia que había extraído de los árboles con permiso de Erika.

Red sólo devolvió a Charmeleon a su pokéball, dejando a Paras bajo su gorra y a Eevee en su hombro derecho. Al mismo tiempo Blue cargaba a Cubone, que ahora tenía una mirada menos cabizbajo.

— Bien, espero que les vaya bien en sus respectivos viajes — despidiéndose y dándole un corto abrazo a Blue — Mucha suerte en tus próximas batallas, Red.

— Muchas gracias, espero tenerla —

— Espero poder volver a vernos — dijo Blue, con Erika respondiendo con una sonrisa y un asentimiento.

Tras eso, los tres se alejaron del gimnasio para adentrarse más en la ciudad.

Las calles se encontraban con una menor cantidad de personas caminando por ellas, dado a que la gran mayoría estaba comiendo en el centro comercial o los distintos restaurantes de la zona.

— ¿Qué harás ahora, Bugsy? — preguntó Red.

— Volveré al Bosque Verde, necesitó probar la eficacia de esta sabia allí — moviéndose con dificultad por los frascos que cargaba.

— ¿Podrás llegar tú solo? — viendo con algo de gracia como caminaba el joven.

— ¡Esto no es nada para un maestro en pokémon tipo bicho como yo! — con orgullo — pero también me gustaría ayudarte con algunos movimientos para Paras, claro, si es que estás interesado.

— Me gustaría la verdad, más viniendo de un experto en insectos como tú — siguiéndole la corriente a Bugsy.

— De acuerdo, me adelantaré y estaré en la ruta 7 mientras tanto — corriendo a toda marcha, con cuidado de no tirar sus frascos — ¡Nos vemos!

Los dos entrenadores de Pueblo Paleta siguieron con su camino, hasta que se detuvieron al divisar el centro pokémon, siendo el lugar donde ambos iban a separarse nuevamente.

— ¿Es ahora? — preguntó Red.

— Sí — haciendo una pausa — La verdad… todavía estoy un poco nerviosa al respecto.

— Todo saldrá bien, ya te lo había dicho, ¿no? — poniendo su mano en el hombro de Blue — vas a ingresar.

La chica sonrió, su cuerpo por impulso permanecía ansioso, una ansiedad de miedo y nervios, y a la vez de querer estar frente a frente con la agente y aferrarse a lo que quería, su propio camino.

— Supongo que está es una despedida temporal también, otra vez —

— Si, es muy probable que nos volvamos a ver — contestó la chica — puede que sea más temprano que tarde, quien sabe.

La chica con cuidado tomó a Cubone únicamente con su brazo izquierdo, para alzar su puño derecho hacia Red.

— Tal vez no pueda estar a su misma altura en cuanto a ser una entrenadora hábil en combates y todo eso — haciendo una pequeña pausa — Pero, puedo decir con confianza que no me quedaré detrás de ustedes, seguiré avanzando.

Red sólo pudo sonreír, chocando el puño alzado de su amiga.

Ciertamente joven Martin — dijo tratando de cambiar su voz a una un poco más grave — Aunque creo que debería decir, Agente Blue.

Ambos se rieron por ese comentario, listos para separarse y seguir adelante con sus respectivos caminos.

— Bien, nos vemos — dijo Red rumbo a la ruta 7, con Eevee despidiéndose también de Blue y Cubone, saltando en el hombro de su entrenador.

— No vemos — viendo al chico partir, con Cubone también despidiéndose, usando su hueso para hacerlo.

Dio un gran y fuerte respiró, para proseguir dirigiéndose al centro pokémon, lugar de sus anhelos y temores.

Al ingresar fue saludada por la enfermera nuevamente, yendo a sentarse a las bancas para esperar a la Agente Anabel.

Decidió sacar al resto de sus pokémon para que interactuaran un poco con Cubone, aprovechando que el pequeño pokémon de tierra estaba actuando menos distante de lo acostumbrado.

— ¡Salgan! — tomando sus cuatro pokéballs, dejando a Cubone sentado en su regazo.

Al ver a los pokémon emerger en una luz roja, Blue dejó al pokémon de tierra en el piso, viendo que se acercaba a sus compañeros de viaje con seguridad.

Venus, Otto y Sparker se alegraban de ver a Cubone estar junto a ellos. Kitty simplemente se estiró un poco, lamió su pata superior derecha y se acomodó para descansar al lado derecho de su entrenadora.

La chica simplemente se reía del comportamiento de su pokémon, acariciando su espalda para el deleite de la Meowth.

El estar junto a sus pokémon la relajaba un poco, viendo como Sparker y Venus jugaban con Cubone, a lo que Otto sólo los observaba como un hermano mayor, vigilando que el Pikachu no le fuera a hacer alguna travesura al pokémon de tierra.

Cerró sus ojos un momento para poder relajarse más, mientras sentía el suave pelaje de la pokémon gato en cada caricia a su espalda. Inconscientemente llevó su mano izquierda a su sombrero para volver a tocar el broche en forma de trébol.

— Buena fortuna — pensó en el regalo de Erika.

Tenía conocimiento de la apariencia física de la agente, pero desconocía su personalidad, pensando que sería un poco como Looker en cuanto a excentricidad al recordar que los dos eran compañeros.

De pronto, sintió un pequeño pedazo de papel caer sobre sus piernas, sacándola de sus pensamientos.

Al abrir los ojos descubrió que se trataba de una tarjeta con unas indicaciones escritas.

"Ve a la habitación número 8 en 15 minutos más, toca a la puerta 5 veces. A."

Dicha acción de inmediato le hizo recordar lo que Looker había hecho la primera vez que se conocieron, sin embargo, estaba muy sorprendida de que en ningún momento había notado la presencia de la agente ingresando al centro pokémon.

Sus pokémon por otra parte, más específicamente Otto y Kitty, estaban alertas, como si hubieran sentido que algo desconocido había estado por los alrededores. Sparker, Venus y Cubone por el contrario, se encontraban jugando como si nada.

Fuera de esa extrañeza, acató lo escrito en la tarjeta como una orden de Anabel, viendo en el reloj de pared del centro pokémon como el tiempo iba avanzando lentamente hasta el momento establecido en el pedazo de papel.

Un minuto antes de que se cumpliera el tiempo estipulado, Blue regresó a su equipo a sus pokéballs, a excepción de Kitty, que mantuvo a su lado junto a Cubone por sí surgía algún inconveniente.

Cargó al pokémon de tierra entre sus brazos, mientras que Kitty se posaba sobre su hombro derecho, lista para dirigirse a la habitación número 8.

No tuvo que recorrer tantos pasillos para llegar a ella, pudiendo encontrar el cuarto con mucha facilidad, dado a que se encontraba en la primera planta del edificio.

Volviendo a seguir lo escrito en la tarjeta, tocó 5 veces la puerta con cuidado de no soltar a Cubone.

La puerta se abrió lentamente para dar el paso a Blue, quien ingresó con cautela, debido a que en un primer momento no notó la presencia de la agente en la habitación.

No fue sino hasta que ingresó un poco más que se percató de la figura de la mujer, la cual estaba parada en una esquina del cuarto, teniendo los brazos cruzados, con un semblante que transmitía calma y seguridad.

Era igual que en la fotografía del paquete, llevando un traje negro y una camisa blanca, teniendo su largo cabello morado amarrado con una cinta negra.

La puerta se cerró sola para sorpresa de Blue, quien se alarmó al igual que Kitty, tomando una posición defensiva.

— Tranquilas, por favor — dijo Anabel, acercándose — No deben de preocuparse, es sólo mi compañera pokémon.

Al decir eso, rápidamente Blue y Kitty se calmaron. La nieta de Oak sentía que la voz de Anabel transmitía la serenidad y confianza que emanaba su presencia, describiendo lo acontecido como algo fantástico e irreal.

Una silueta sombría de color morado se estaba proyectando a un lado de Anabel, revelando ser la Mismagius de la agente.

— Lamento mucho eso — dando una pequeña reverencia a modo de disculpa — Mismagius suele jugarles bromas a las personas.

La pokémon fantasma se limitó a reír en voz baja mientras volvía a desaparecer, ocultándose entre las sombras.

— En fin… Blue Oak, es un placer conocerte en persona — extendiendo su mano derecha a Blue — Agente Anabel de la Policía Internacional.

— Mucho gusto — aceptando el apretón de manos cordial de la mujer, viendo que tenía una curiosa pulsera de metal blanco con una pequeña luz roja en su muñeca derecha.

Estando más cerca de ella, pudo notar lo joven que realmente era para ser miembro de la Policía Internacional, aproximando que tendría alrededor de unos 18 años, siendo otro detalle que le llamaba la atención de Anabel.

— Looker me ha contado sobre tu progreso y lo que sabes — prosiguió Anabel — Has estado haciendo un muy buen trabajo.

— Jejeje, muchas gracias — se limitó a reír un poco avergonzada por las palabras de la mujer — Aunque no es la gran cosa.

— No digas eso, no cualquiera accedería a colaborar con la Policía Internacional — mientras le sonreía.

Blue sabía que lo dicho por Anabel era verdad, recordando las experiencias nada agradables que había experimentado al ayudar a Looker en Ciudad Celeste y Pueblo Lavanda, pero que aún con ellas, quería ir por ese sendero.

— Bueno, a lo que nos convoca — haciendo una pausa — me parece que tienes algo para mí.

La chica asintió y dejó a Cubone sobre la cama junto a Kitty, para poder buscar con mayor facilidad el paquete en su bolso.

En medio de eso, la Meowth sentía cómo la Mismagius deambulaba por los rincones de la habitación, especialmente las sombras.

— Aquí tiene — entregando el pequeño paquete con los aparatos — también el teléfono que encontré en la residencia de Pueblo Lavanda.

— Perfecto — recibiendo ambos, para mirar por un momento el teléfono.

— Tal y como le dije al Agente Looker, en la lista de llamadas se encuentra el número de mi abuelo, realizada el 28 de octubre —

— Mismo día en que el profesor Oak se contactó con Looker — dijo Anabel viendo el historial de llamadas — Por consiguiente la residencia de Pueblo Lavanda si correspondería a Fuji.

Blue volvió a asentir, sintiéndose un poco nerviosa por estar comunicándose de forma tan natural con Anabel.

— En verdad lamento mucho que hayas tenido que venir aquí para entregarme esto — guardando todo en una mochila negra que le entregó su Mismagius — Looker ha sido un imprudente desde siempre — bromeó.

— Jejeje, no se preocupe, la verdad es que, ha sido un viaje muy emocionante — con cierto rastro de tristeza al final de su oración, desviando un poco la mirada.

Anabel captó el tono cambiante de voz en la chica al igual que su expresión facial, viéndola detenidamente con sus ojos morados.

— Disculpa pero, siento que quieres preguntarme algo — mientras se sentaba al borde de la cama, dejando su mochila a un lado — puedes hacerlo si te sientes cómoda.

Otra vez volvió a sentir confianza en las palabras de la agente, como si se tratase de un buen amigo que te extiende su mano para ayudarte, e instintivamente la aceptas.

Dio un largo respiró y se sentó al lado de Anabel, con Kitty y Cubone detrás de ellas.

— Adelante — invitó Anabel a que Blue hiciera su pregunta.

La chica de Pueblo Paleta se mantuvo un momento en silencio antes de hablar.

— ¿Cómo supo que quería ser una agente de la Policía Internacional? —

No quiso ir directamente al grano, quería indagar un poco en las motivaciones de Anabel para ver su perspectiva del asunto.

La agente se quedó pensando un poco en la pregunta de Blue, viendo la intención que tenía antes de concretar una respuesta.

— Si te soy sincera, no estoy segura — mientras miraba una esquina donde su pokémon se encontraba observando todo — En su momento fue una oportunidad que se me dio en mi primer contacto con ellos.

Blue solamente miraba con extrañeza a la mujer por la respuesta que le había dado.

— Veo que no estás satisfecha con mi respuesta — al ver la expresión de Blue — ¿Alguna razón en particular por querer saberlo?, ¿acaso quieres unirte a la Policía Internacional?

La chica desvió por un momento la mirada ante la contrapregunta de Anabel, viendo cómo Cubone se desplazaba para poder acomodarse en su regazo.

En ese lapso, la agente volvió a observar detenidamente tanto a Blue como a Cubone.

— Eso me gustaría, la verdad — acariciando la cabeza de Cubone — no tenía claro lo que quería hacer con mi vida, mientras las personas a mi alrededor ya tenían un camino fijo.

Se formó un breve silencio que Anabel no quiso perturbar, pues sentía que Blue quería seguir expresándose.

— Me gustó mucho ayudar al agente Looker, sentirme parte de la Policía Internacional, y me gustaría serlo de verdad — se le hizo un nudo en la garganta — pero, también siento una inseguridad de no poder estar a la altura, de no poder cumplir las expectativas, dado a algunas actitudes mías durante el viaje.

Anabel no respondió, pero lo dicho por Blue le hizo algo de sentido, al ser algo que recordaba en sus inicios como agente.

Cerró los ojos unos segundos, buscando algo de concentración y poder esclarecer sus dudas sobre la chica. Acto seguido vio fijamente su pulsera de metal.

— ¿Tienes más pokémon además de ellos dos? — señalando al Cubone y a la Meowth.

— ¿Eh?, si, aunque Cubone no es mi pokémon tal cual — mirando con cierta extrañeza a Anabel — ¿Por qué pregunta?

— ¿Podrías sacarlos?, si es que caben aquí claro está — levantándose de la cama — Necesito comprobar algo.

Aun confundida por lo solicitado por la agente, Blue sacó a sus pokémon.

— ¡Salgan! —

Venus, Sparker y Otto estaban un poco confundidos de que su entrenadora los volviera a sacar de sus pokéballs.

Kitty y Cubone se acercaron a sus compañeros, quienes veían con ligera desconfianza a Anabel.

— ¿Son todos? — mientras se agachaba para estar a la altura de los pokémon de Blue.

— Si — limitándose a observar a la agente, mientras permanecía sentada en el borde de la cama — ¿Qué va a hacer?

— La mejor forma de conocer cómo es alguien en realidad, es a través de sus pokémon — mirando fijamente al equipo de Blue — podría decirse que esa es mi habilidad.

Todos los pokémon de Blue parecían relajarse al estar frente a Anabel, sintiéndose tranquilos y en calma.

— ¿Habilidad? —

— Soy una especie de empatizadora, una cualidad mía es que puedo sentir las emociones de los humanos y pokémon — acariciando las cabezas de Venus y Otto — también puedo tranquilizarlos, como veo que has estado notando.

Blue estaba asombrada por la capacidad de la agente, descubriendo lo que era irreal y fantasioso en ella.

— Ya tenía una impresión tuya desde el inicio, pero quería saber por medio de tus pokémon la clase de persona que eres —

— ¿Qué clase de persona soy? — preguntó algo nerviosa por la respuesta.

— Una buena persona, tus pokémon te quieren mucho, siento una buena relación entre ellos y tú — levantándose para quedar frente a Blue.

Todos los pokémon asintieron a modo de afirmar lo que Anabel había dicho, acercándose a su entrenadora.

Blue quedó conmovida, no se veía como alguien particularmente especial en lo que era ser una entrenadora pokémon, pero algo que no podía negar era que quería mucho a los suyos.

— Muchas gracias — sonriendo mientras consentía a sus pokémon.

— Recuerda lo que dije antes, no cualquiera accedería a colaborar con la Policía Internacional — apoyando su mano derecha en el hombro de la chica por un momento — No debes de temer a los fallos, yo también tuve mis tropiezos en mis primeras misiones.

— ¿En serio? — preguntó con algo de asombró, dado al calibre de agente que reflejaba.

— Si jeje, pero Looker y mi maestro saben de eso con mayor detalle — explicó la agente — en cuanto a ti, siento que has pasado por varias situaciones, algunas muy tenebrosas — viendo a Blue y a Cubone.

— Si — recordando lo sucedido en Pueblo Lavanda.

— Y aún con todo eso, seguiste adelante — sonriendo — No se trata de hacer las cosas bien, sino de hacer lo correcto, y no importa cuantas veces caigas, lo importante es levantarte y seguir adelante.

Las palabras de Anabel hacían sentido a Blue, pero también sentía que las decía por experiencia, de que sabía lo que era el fracaso, el miedo y la inseguridad, a pesar de verse tan calmada y segura de sí misma. Alguien como ella también tuvo sus altibajos.

— Llegaste hasta aquí, y ante mis ojos eres alguien que está a la altura de este trabajo —

— ¡¿Eso significa que…?! — preguntó entusiasmada.

— Sería imprudente de mi parte dejarte a tu suerte y que sigas haciendo misiones sola — explicó Anabel — pero se me ocurrió algo qué podríamos hacer, que no deja de ser imprudente — riendo en voz baja.

— ¿Qué cosa? —

— Te propongo que me acompañes en el caso de la Silph S.A. — sugirió — La mejor forma de aprender es a través de la práctica, es lo que decía mi maestro. De esa forma yo puedo ir guiándote, algo así como tu maestra, y mantenerte fuera de peligro.

Los ojos azules de Blue se iluminaron ante la sugerencia de la agente, una oportunidad de adentrarse más a ese mundo, y poder tener a una agente como su maestra.

— ¿Qué dices? —

— ¡Sí! — gritó emocionada, siendo seguido por sus pokémon qué exclamaron igual que su entrenadora.

Inconscientemente abrazó a Anabel por la alegría que sentía, separándose rápido de ella.

— Lo siento mucho, es que… — dijo avergonzada.

— Jajaja, no te preocupes, sería extraño si no estuvieras feliz por esto — viendo con ternura a Blue, sintiendo sus emociones sinceras.

Ella igualmente estaba feliz, al poder ser una mentora y alguien que guiaría a una joven en construir su futuro.

— Lo que necesitas ahora es un nuevo traje más acorde para misiones — Mismagius apareció detrás suyo, cargando la mochila — para tu buena fortuna, siempre vengo lista para la ocasión — sacando de la mochila un paquete que entregó a Blue.

Ella lo tomó, fascinada de lo preparada que Anabel estaba, sospechando de que esa habitación la había convertido en un punto base, al estar en un lugar cerca del Casino Rocket.

— También necesitarás de un nombre clave —

— Sobre eso, me surgió una duda, ¿Anabel es su nombre o su nombre clave? — dejando el paquete sobre la cama.

Preguntaba ya que, no parecía que fuese un nombre clave, a diferencia de Looker, que se escuchaba más como un alias.

Anabel se mantuvo en silencio por la pregunta de Blue, mirando su pulsera y viendo la luz roja brillante en ella.

— Es el nombre que tenía en mi antiguo hogar — dijo con nostalgia, manteniendo sus ojos en la pulsera — de lo poco que logró recordar de ahí mejor dicho.

La chica de ojos azules prefirió no seguir ahondando en el asunto, al ver el cambio en el tono de voz de Anabel, ligeramente quebrado.

Mismagius volvió a hacer acto de presencia, estando al lado de su entrenadora, pareciendo que intentaba mitigar los sentimientos conflictivos en ella.

— Bien — recuperando la compostura y calmando el ambiente — en cuenta a tu nombre clave, te diría que elijas uno que sea significativo para ti — comentó la agente — algo especial.

No había pensado en alguna especie de alias a utilizar, pese a que ella le ponía nombres a sus pokémon a diferencia de Red o Green, no se consideraba una persona creativa.

Debía seguir el comentario de Anabel y pensar en algo significativo para ella, algo especial. Sin embargo, no venía a su mente nada que pudiese usar.

Buena fortuna.

— Buena fortuna — pensó mientras tocaba su broche de su sombrero — algo especial.

Algo especial para ella sin duda era el regalo de su primera amiga, no había duda al respecto.

— Leaf, estaría bien — quitando su sombrero para ver el trébol verde azulado — Agente Leaf.

Algo que no sólo caracterizaba al broche que llevaba, sino que también guardaba significado con Erika, siendo ella especialista en arreglos florales y los tipo planta.

Anabel sonrió, las emociones que sentía de Blue eran de alegría, desprendiendo un aura cálido.

— Leaf, es un buen nombre — dijo Anabel — con ello ya tienes un traje y un nombre clave al cual referirme a ti, Leaf.

Blue sonrió, emocionada de que lo qué ansiaba por fin estaba sucediendo, bajando a la altura de sus pokémon para poder abrazarlos de la felicidad que sentía.

La agente veía contenta junto a su Mismagius la imagen de Leaf interactuando con sus pokémon, pero miró más detenidamente a Cubone al percibir algo en él. Algo que había sentido anteriormente con menor medida, pero que si no se hacía algo al respecto, podía acabar mal.

— ¿Sucede algo? — preguntó al ver la expresión de Anabel.

— Un pequeño detalle, respecto a ese pequeñín — señalando a Cubone.

Continuará.


Lunarium98: De hecho cuando estaba escribiendo la batalla en su momento me había equivocado con un ataque de Eevee, que afectaba medianamente el resultado, y respecto al Cliffhanger pues uwu.

nadaoriginal: Ya vendrían a ser dos gimnasios que Red ha hechado a perder, la moraleja es siempre tener un seguro cuando tu trabajo tiene relación con criaturas que pueden destruir casas y demás xD.